-Mmmm... ¿Qué pasa...?
Tamao bostezó pacíficamente, se desperezó, se frotó los ojitos... miró a su alrededor... escuchó lo que le decían... le dio un infarto...
-¡¡¡¡¡Uaaaaaaaaaah!!!!! ¡¡¡¡¡Tamao!!!!! -gritó Pilika zarandeándola de un lado a otro- ¡¡Tamao, Tamao, no te mueras, que tú eras la única normal!!
La del pelo rosa abrió los ojos de nuevo, algo mareada. Justo delante tenía una estampa que creyó no poder olvidar: la de todos sus amigos mirándola con cara de lástima, la de Horo Horo en estado de shock y bien sonrojadito... y la de Pilika tirada varios metros más atrás noqueada por una zapatilla que se parecía sospechosamente a las de Anna. Tragó saliva.
-Eh... Lo siento, creo que oí mal, ¿pueden repetírmelo? -preguntó amablemente.
-Tienes que montártelo con Horo Horo -dijo sin rodeos el joven chino.
-¡¡¡Ren!!! -exclamaron todos al unísono, lanzándose a socorrer a Tamao, de nuevo sin conocimiento.
~~~~~~~~~~
La chica se tumbó en el tatami tratando de parecer (sin conseguirlo) lo más serena posible. Después, el joven shaman del norte tomó lugar encima de ella. Pilika, Anna, Ren y Yoh ocultaron a duras penas sus sonrisas al ver las caras de vergüenza de ambos. Éste último se adelantó unos pasos, cronómetro en mano, y anunció:
-Tres minutos, ¿OK?
Los dos asintieron.
¡Pip!
Empezó el juego.
-No es en serio, ¿verdad? Quiero decir... no tenemos que hacer nada "real", ¿eh? -balbuceó Tamao.
-Claro que no, tranquila -dijo él tratando de infundirle confianza, aunque tal y como estaba más bien tendría que haber sido al revés. Una débil sonrisa afloró a la cara de la muchacha.
Horo Horo se inclinó sobre la joven temblando; ella tragó saliva. Notaba sus músculos agarrotados y los brazos del ainu clavados como estacas a ambos lados de su cuerpo. Sabía lo que tenía que hacer, pero la mirada del chico la mantenía paralizada en su sitio, hipnotizada. Horo Horo, al ver que ella no reaccionaba, colocó una mano en su rodilla para tratar de separar las piernas. Silbidos y exclamaciones de asombro llegaron hasta sus oídos.
-Oye, Tamao... ¿y si me ayudas un poquito? -susurró nervioso.
-¡Ah, claro! -contestó ella avergonzada. Lentamente abrió las piernas tratando de ignorar el calor que irradiaban sus mejillas y los nervios que paulatinamente se apoderaban de su cuerpo.
El chico del norte se situó entre ellas intentando no mirar lo que el corto camisón había dejado al descubierto (aunque ya lo había visto unas horas antes, cuando les llevó el tentempié) y comenzó a mecerse adelante y atrás mientras pensaba que estaba pasando la vergüenza mayor de su vida. Tamao se acomodó como pudo de manera que no se rozaran mucho. La frase "ya no podré casarme nunca" escapó de sus labios instintivamente.
-Yoh, ¿cuánto falta? -preguntó Horo Horo inquieto. Tener a Tamao en esa postura bajo su cuerpo le ponía bastante (por no decir muy) nervioso.
-Dos minutos y medio -contestó.
-¿¡Qué!? ¿¡Todavía!? -exclamaron ambos sin interrumpir el "baile".
-Sí, todavía -gruñó Anna- Así que calla y sigue con lo tuyo -espetó.
Horo Horo volvió la vista malhumorado a la jovencita que tenía debajo. Ésta había cerrado los ojos en un intento por superar la vergüenza y al ainu le pareció mucho más bonita que nunca. Entonces ella separó los párpados, confundida.
-Oiga, joven Horo Horo... ¿qué es "eso"? -preguntó con el ceño fruncido.
-¿"Eso"? Eh... No sé de qué me hablas -soltó atropelladamente el norteño, dándose cuenta de que su cuerpo había comenzado a reaccionar sin previo aviso.
-Sí, sí, hay algo raro aquí abajo -continuó ella tratando de descubrir el paquete (nunca mejor dicho). Diciendo esto, introdujo la mano entre los dos cuerpos y comenzó a palpar.
-¡¡¡NO LO TOQUES!!! -gritó Horo Horo, asustando a Tamao y acaparando la atención de los otros cuatro chavales, que mientras ellos tenían sus affaires se habían dedicado a jugar a las cartas.
Las tres chicas -especialmente la del pelo rosa- miraron fijamente al pobre Horo. Luego la vista se desvió hacia su entrepierna. De nuevo a su cara. Entrepierna. Cara. Entrepierna...
-¡¡¡¡¡¡¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHH!!!!!!!!!
-¡¡HERMANO!!
-¡¡¡PERO QUÉ CERDO!!!
Pilika corrió a atizar a su hermano, a gritarle, a tirarle de la oreja; Anna comenzó a chillar no-se-qué sobre que en su casa no se hacían esas guarradas y Tamao aprovechó la confusión general para escurrirse de entre sus piernas, lloriqueando. Mientras tanto, Yoh y Ren se debatían entre reírse o compadecerse del chaval. Optaron por la primera, uno discretamente y el otro a carcajada viva, chanzas incluidas, seguramente para molestarle.
-¡¡Callaos todos!! -gritaba avergonzado el ainu, tratando por todos los medios de parar las burlas. Ren disfrutaba como nunca.
-¿Qué te pasa, Horo-kun? ¿Te da corte que veamos lo salido que estás? -reía.
-Tú te callas, idiota, que lo estás tanto o más que yo -replicó enfadado.
-¿¡Qué dices!? -saltó de su asiento enfurecido. Su cuchilla hizo acto de presencia.
-Lo que oyes. ¡Salido, salido, salido, salido, salido, salido! ¡El chino es un salido! ¡Chincha!
-¿¡Buscas pelea, gilip*****!?
Los demás pasaron olímpicamente de ellos dos, acostumbrados como estaban a sus continuas discusiones. Anna y Pilika ayudaron a levantarse a Tamao, todavía demasiado impactada como para sostenerse por sí sola, y se fueron del cuarto sin decir una sola palabra. Yoh suspiró, mirando a sus amigos, mientras pensaba que todas las fiestas y reuniones de amigos terminaban con malos rollos.
~~~~~~~~~~
-No llores, Tamao... -Pilika intentaba consolar a su amiga sin lograr mucho resultado. La pobre no cesaba de hipar y estremecerse, sollozando frases de las cuales algunos fragmentos alcanzaron a entender: "siempre, siempre, por mi culpa...", "...todos enfadados..." y cosas por el estilo. La norteña miró suplicante a la rubia.
-Voy a buscarle un vaso de leche, o algo -se resignó ella.
Anna bajó las escaleras a tientas lo más silenciosamente posible. Aún se escuchaban voces en la otra habitación, las de Ren y Horo Horo discutiendo y la de Yoh intentando apaciguarles. Un suspiro escapó de sus labios.
¡Hombres!
Entró a la cocina sin encender la luz, aunque realmente ya no había porqué seguir a oscuras, pues el resplandor seguramente no se vería desde el piso superior. Aún así, decidió no arriesgarse y continuó a trompicones hasta la nevera. La luz blanquecina de ésta iluminó levemente la estancia, proporcionando un aspecto extraño a todos los muebles. La sacerdotisa escuchó un portazo arriba y pasos furiosos dirigiéndose hacia la escalera.
Magnífico, justo lo que más me apetecía en estos momentos refunfuñó para sus adentros. Decidió ignorar a quien quiera que fuese, en caso de topárselo al salir.
-¿Anna?
La voz de su prometido, ligeramente cargada de reproche, hizo que soltara de golpe la botella de leche. Ésta se estrelló contra el suelo de la cocina, salpicando todo y esparciendo cristalitos por todas partes.
-¡Ey! ¿Te has hecho daño? -preguntó Yoh pasando a saltitos entre los cortantes fragmentos de botella y llegando a su lado.
-¿A ti qué te parece? -contestó ella llevándose un dedo a la boca. También tenía heridas en las piernas y los pies. Pequeñas pero sangrantes.
El shaman las examinó cuidadosamente, haciendo que la joven se sonrojara.
-No pasa nada, son todas limpias -dijo sonriente- Sólo tienes que lavarlas bien por si acaso.
-Ya lo sé, no soy idiota -dijo ella de malos modos, aunque secretamente ya no estaba enfadada. Yoh, claro está, no lo sabía, y por eso su rostro se ensombreció.
-Bueno, para la próxima vez mejor dejo que sea Pilika quien te ayude. Seguro que a ella no le contestas así -murmuró ofendido. Anna parpadeó sorprendida.
-¡Estás celoso! -exclamó.
-No, no lo estoy -negó tratando de esconder su rubor.
-Sí, lo estás -le rebatió visiblemente divertida- ¿Por qué? ¿Por el beso? Tonto, si eso no...
-¿¡Eso no fue nada!?
Yoh la hizo retroceder hasta tropezar con la encimera, haciendo crujir los cristales bajos los pies descalzos de ambos. La barrera de hielo de Anna se rompió por un instante mostrando unos ojos asustados; mas inmediatamente se recompuso y lo miró desafiante.
-Sí que fue algo, Anna -continuó el shaman observándola fijamente- ¿Por qué ella y no yo? Aquella vez me dijiste que...
-Cállate, no lo digas -instó ella tragando saliva, recordando aquella comprometedora conversación de días atrás.
-...Me dijiste que no estabas preparada, que ibas a reservar tu primer beso para más adelante... Que me lo reservabas a mí...
-Pero escucha, Yoh...
-¡No, escúchame tú a mí! ¡Yo te quiero! ¿¡Por qué no eres capaz de verlo!? -gritó a punto de estallar.
-¿¡¡Y tú por qué no cierras esa bocaza!!? ¡¡No la besé!! Hice trampa, ¿¡entiendes!?
Yoh tardó unos instantes en procesar la información. Mientras tanto Anna seguía dejando escapar toda la furia contenida en forma de gritos que hicieron callar incluso a los del piso de arriba. Cuando por fin terminó de desahogarse, ambos se miraron largamente.
-Mi... Mi primer beso... -continuó ella a trompicones- Sigue... Sigue estando reservado para ti.
-Y... ¿puedo cobrármelo ahora? -preguntó dulcemente Yoh acariciando la suave mejilla aterciopelada de su prometida. Ésta cerró los ojos.
-No...
-Pues entonces... me lo llevaré a la fuerza...
Colocó las dos manos en la encimera de la cocina, inclinándose sobre la sacerdotisa; ella se echó para atrás apoyando los codos en la fría superficie. Los fragmentos de vidrio crujieron al despegarse de los pies de Anna y caer al suelo. El shaman la levantó y sentó en el mueble con un pequeño esfuerzo, para acto seguido acercarse y besarla con torpeza al principio y más profundamente después. Al cabo de un rato la itako trató de coger aire, se puso azul, pataleó y al final consiguió apartar al chico de su boca con un fuerte empujón.
-¡HALA! ¿¡Qué hacéis vosotros dos a oscuras!? -las voces de Horo Horo y Pilika resonaron en la estancia. Las luces se encendieron, obligando a Anna y Yoh a cerrar los ojos. Oyeron un ruido.
Los dos jóvenes miraron al lugar de donde provenía el sonido: vieron a los dos hermanos con ojos de plato, a Ren que no sabía dónde meterse y a Tamao que se acababa de golpear la cabeza con el marco de la puerta por la impresión. Pasó un tiempo hasta que el shaman de pelo azul consiguió articular palabra.
-Vaya, vaya, conque "en mi casa no se hacen esas guarradas", ¿eh, Anna?
La rubia echó un vistazo al estado del cuarto: la nevera abierta, el suelo lleno de leche y cristales y lo más importante, ella misma sentada en la encimera y ABRAZADA a Yoh por la cintura... y no digamos el hecho de que su ropa no estaba precisamente donde debiera estar.
Comenzó a jadear.
A mirar a todos lados con cara de psicópata.
A hiperventilar.
-Anna, Anna, tranquila... -decían todos. Pero ella no escuchaba. Estaba pasando la vergüenza mayor de su vida... O mejor dicho, LAS mayores vergüenzas de su vida, y todas en la misma noche [¿de qué me suena? XD]. Y para colmo Yoh parecía haberse convertido en piedra porque no se había movido ni un ápice de su lugar (agarrado a ciertas partes sensibles de su cuerpo).
Pilika apartó a Tamao en el último momento. Su hermano no tuvo tanta suerte y cayó encima del joven chino al salir Anna corriendo. Llevaba a su prometido en volandas, el cual tenía todo el aspecto de ir a explotar de vergüenza. La chica subió las escaleras como un cohete, trastabilló en los últimos escalones y corrió a encerrarse en su habitación, siempre seguida por el shaman de cabellos castaños.
-¿Pero qué demonios...? -comenzó el ainu.
-¡Horo Horo, si te quitas de encima mío tal vez podríamos fisgar QUÉ HACEN ESOS DOS AHÍ ARRIBA!
Varios ruidos sospechosos escaparon del cuarto de la sacerdotisa.
CONTINUARÁ... Buagh, qué estupidez.
N. de la A: Ehm... Es totalmente idiota y encima tardé una eternidad -_-UUU Nah, I don´t care. Muchas gracias a Akane y a Nanase por su ayuda y apoyo moral ^______^
ANNA: Si no tuvieras tres o cuatro fics en mente no tardarías tanto ¬¬
RALLY: Si vosotros no fuerais tan monos yo no tendría tantas ideas ¬¬
ANNA: ¡Y si no fueras una salida no escribirías estas memeces empalagosas! _#
RALLY: BUAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!! -tocó su punto débil.
ANNA: Ay, no, otra vez no... -_-U
Respuestas a reviews!! ^0^
Uriko: A mi tampoco me gusta demasiado el yuri, pero "hay que saber escribir de todo" XDD
Akane: Wajaja! Toma YohxAnna XDDDDD
RALLY: ¡Eh! ¡Hao es mío! ¿O prefieres que me quede con Yoh? *llevándoselo a hurtadillas* XDDDDDDDDDDD
HAO: ¡EH! ¡Rally! ¿¡Qué pasó con lo que me dijiste anoche en la cama!?
RALLY: -.-UU Síí, ya te prepararé una taaarta... Jolines...
Anna Asakura: Me da que ya sé lo que corta los reviews ^^U Esto: _ (al menos cada vez que se corta uno sale eso ^^)
FiOrI tAkAzE: ¿Te desespero? ¿Te desespero? XD Suelo desesperar a mucha gente (sobre todo a mí misma ^^U)
The Black Misao: Ya ta, ya tienes el siguiente capítulo XD Es estúpido, lo sé.
Horo Horo: ¡Yo no bebo! XDD Yo soy así normalmente... Supongo que más de uno se habrá dado cuenta ya XDD
Noriko Kinomoto: Yo, que soy una burra XDDD ¿Lo siguiente? Sore wa himitsu desu! (Eso es secreto)
ANNA: Confiésalo, no tienes ni idea de lo que estamos haciendo Yoh y yo encerrados en mi habitación ¬¬
RALLY: Eh... Calla ^^U
Nanase: Bueno, como tú lo veas XD No creo que pudiera usar mucho la lengua si fue mentira...
YOH: Pero eso ella no lo sabía... Sólo tú... ^_^U
RALLY: ·_·U ..... ¡Detalles! XD
Hermione Granger: A eso le llamo yo ir directa al grano XD Continúo, continúo.
Karoru Metallium: Mira, como vuelvas a decir que no te gusta voy y te descuartizo XDDDD ¡Baka! ¡Tu fic es genial! Y como no lo continúes pronto iré a tu casa y te encadenaré al ordenador hasta que lo hagas XD
Candymaru: Cuando te conectaaaaaas??? _ Yo te quiero ver!!! Consigue un PC!! *llora* Uf, ya. Histerismos aparte, ¿con quién más lo iba a hacer? ¿Que se les una Yoh? XDDDD No por Dios! Lo hice por los fans de HoroxTamao -_-U "Hay que saber escribir de todo"
Hermi12: Waaaaaa, muchas gracias por tus comentarios! *.* Je, mucha gente me pide a Jun! Creo que tendré que meterla por ahí a lo disimulao XD
Hemkei: Nya, nya, sorpresaaaa... XDD Anna es una tramposilla! Dios, qué pesimidad de argumento XD (Vale, "pesimidad" dudo que exista... ¿Y qué? XDD)
Misao Kirimachi Surasai: Me temo que soy demasiado perversa para hacer que todo vaya bien ^^U Debería visitar a un psicólogo... o tal vez no XD Quizás acabaría más loco que yo... Naaah, imposible XD
Ann: Juas juas juas!!! Ahora puedo decirlo!! ¡Rencito, Rencito, Rencito! XDDDDD Sí, contenta, contenta! XD Arigato! Nya, sí que está de adorno, ¿no ves que no hace nada? Si hasta en algunos capítulos le cambian la dobladora porque solo tiene una frase y no merece la pena! ^^U (Weno, eso somos los españolitos, k somos unos desastres ¬¬U) Y tu continua tu fic! XDD Ay, me temo que este capitulo no te va a hacer mucha gracia... Demasiado YohxAnna? ^^U
Yoho: No te mueras! No te mueras! X_X ¿Por qué siempre mato a la gente??? ^^UUUUUUUU Nya, me alegro de que te gustase! ^0^ (Deduzco que "quedar muy padre" es un cumplido, porque si no me han estao insultando y yo no me enteré ^^U (No sé por qué, pero no me sorprendería))
Af! That was all, folks! ^__^ Pregunta: ¿Qué queréis para el próximo capítulo y cuántos más podríais soportar antes de aburriros? XD
~¡Muchos besitos os mando y muchos reviews quiero a cambio!~
Tamao bostezó pacíficamente, se desperezó, se frotó los ojitos... miró a su alrededor... escuchó lo que le decían... le dio un infarto...
-¡¡¡¡¡Uaaaaaaaaaah!!!!! ¡¡¡¡¡Tamao!!!!! -gritó Pilika zarandeándola de un lado a otro- ¡¡Tamao, Tamao, no te mueras, que tú eras la única normal!!
La del pelo rosa abrió los ojos de nuevo, algo mareada. Justo delante tenía una estampa que creyó no poder olvidar: la de todos sus amigos mirándola con cara de lástima, la de Horo Horo en estado de shock y bien sonrojadito... y la de Pilika tirada varios metros más atrás noqueada por una zapatilla que se parecía sospechosamente a las de Anna. Tragó saliva.
-Eh... Lo siento, creo que oí mal, ¿pueden repetírmelo? -preguntó amablemente.
-Tienes que montártelo con Horo Horo -dijo sin rodeos el joven chino.
-¡¡¡Ren!!! -exclamaron todos al unísono, lanzándose a socorrer a Tamao, de nuevo sin conocimiento.
~~~~~~~~~~
La chica se tumbó en el tatami tratando de parecer (sin conseguirlo) lo más serena posible. Después, el joven shaman del norte tomó lugar encima de ella. Pilika, Anna, Ren y Yoh ocultaron a duras penas sus sonrisas al ver las caras de vergüenza de ambos. Éste último se adelantó unos pasos, cronómetro en mano, y anunció:
-Tres minutos, ¿OK?
Los dos asintieron.
¡Pip!
Empezó el juego.
-No es en serio, ¿verdad? Quiero decir... no tenemos que hacer nada "real", ¿eh? -balbuceó Tamao.
-Claro que no, tranquila -dijo él tratando de infundirle confianza, aunque tal y como estaba más bien tendría que haber sido al revés. Una débil sonrisa afloró a la cara de la muchacha.
Horo Horo se inclinó sobre la joven temblando; ella tragó saliva. Notaba sus músculos agarrotados y los brazos del ainu clavados como estacas a ambos lados de su cuerpo. Sabía lo que tenía que hacer, pero la mirada del chico la mantenía paralizada en su sitio, hipnotizada. Horo Horo, al ver que ella no reaccionaba, colocó una mano en su rodilla para tratar de separar las piernas. Silbidos y exclamaciones de asombro llegaron hasta sus oídos.
-Oye, Tamao... ¿y si me ayudas un poquito? -susurró nervioso.
-¡Ah, claro! -contestó ella avergonzada. Lentamente abrió las piernas tratando de ignorar el calor que irradiaban sus mejillas y los nervios que paulatinamente se apoderaban de su cuerpo.
El chico del norte se situó entre ellas intentando no mirar lo que el corto camisón había dejado al descubierto (aunque ya lo había visto unas horas antes, cuando les llevó el tentempié) y comenzó a mecerse adelante y atrás mientras pensaba que estaba pasando la vergüenza mayor de su vida. Tamao se acomodó como pudo de manera que no se rozaran mucho. La frase "ya no podré casarme nunca" escapó de sus labios instintivamente.
-Yoh, ¿cuánto falta? -preguntó Horo Horo inquieto. Tener a Tamao en esa postura bajo su cuerpo le ponía bastante (por no decir muy) nervioso.
-Dos minutos y medio -contestó.
-¿¡Qué!? ¿¡Todavía!? -exclamaron ambos sin interrumpir el "baile".
-Sí, todavía -gruñó Anna- Así que calla y sigue con lo tuyo -espetó.
Horo Horo volvió la vista malhumorado a la jovencita que tenía debajo. Ésta había cerrado los ojos en un intento por superar la vergüenza y al ainu le pareció mucho más bonita que nunca. Entonces ella separó los párpados, confundida.
-Oiga, joven Horo Horo... ¿qué es "eso"? -preguntó con el ceño fruncido.
-¿"Eso"? Eh... No sé de qué me hablas -soltó atropelladamente el norteño, dándose cuenta de que su cuerpo había comenzado a reaccionar sin previo aviso.
-Sí, sí, hay algo raro aquí abajo -continuó ella tratando de descubrir el paquete (nunca mejor dicho). Diciendo esto, introdujo la mano entre los dos cuerpos y comenzó a palpar.
-¡¡¡NO LO TOQUES!!! -gritó Horo Horo, asustando a Tamao y acaparando la atención de los otros cuatro chavales, que mientras ellos tenían sus affaires se habían dedicado a jugar a las cartas.
Las tres chicas -especialmente la del pelo rosa- miraron fijamente al pobre Horo. Luego la vista se desvió hacia su entrepierna. De nuevo a su cara. Entrepierna. Cara. Entrepierna...
-¡¡¡¡¡¡¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHH!!!!!!!!!
-¡¡HERMANO!!
-¡¡¡PERO QUÉ CERDO!!!
Pilika corrió a atizar a su hermano, a gritarle, a tirarle de la oreja; Anna comenzó a chillar no-se-qué sobre que en su casa no se hacían esas guarradas y Tamao aprovechó la confusión general para escurrirse de entre sus piernas, lloriqueando. Mientras tanto, Yoh y Ren se debatían entre reírse o compadecerse del chaval. Optaron por la primera, uno discretamente y el otro a carcajada viva, chanzas incluidas, seguramente para molestarle.
-¡¡Callaos todos!! -gritaba avergonzado el ainu, tratando por todos los medios de parar las burlas. Ren disfrutaba como nunca.
-¿Qué te pasa, Horo-kun? ¿Te da corte que veamos lo salido que estás? -reía.
-Tú te callas, idiota, que lo estás tanto o más que yo -replicó enfadado.
-¿¡Qué dices!? -saltó de su asiento enfurecido. Su cuchilla hizo acto de presencia.
-Lo que oyes. ¡Salido, salido, salido, salido, salido, salido! ¡El chino es un salido! ¡Chincha!
-¿¡Buscas pelea, gilip*****!?
Los demás pasaron olímpicamente de ellos dos, acostumbrados como estaban a sus continuas discusiones. Anna y Pilika ayudaron a levantarse a Tamao, todavía demasiado impactada como para sostenerse por sí sola, y se fueron del cuarto sin decir una sola palabra. Yoh suspiró, mirando a sus amigos, mientras pensaba que todas las fiestas y reuniones de amigos terminaban con malos rollos.
~~~~~~~~~~
-No llores, Tamao... -Pilika intentaba consolar a su amiga sin lograr mucho resultado. La pobre no cesaba de hipar y estremecerse, sollozando frases de las cuales algunos fragmentos alcanzaron a entender: "siempre, siempre, por mi culpa...", "...todos enfadados..." y cosas por el estilo. La norteña miró suplicante a la rubia.
-Voy a buscarle un vaso de leche, o algo -se resignó ella.
Anna bajó las escaleras a tientas lo más silenciosamente posible. Aún se escuchaban voces en la otra habitación, las de Ren y Horo Horo discutiendo y la de Yoh intentando apaciguarles. Un suspiro escapó de sus labios.
¡Hombres!
Entró a la cocina sin encender la luz, aunque realmente ya no había porqué seguir a oscuras, pues el resplandor seguramente no se vería desde el piso superior. Aún así, decidió no arriesgarse y continuó a trompicones hasta la nevera. La luz blanquecina de ésta iluminó levemente la estancia, proporcionando un aspecto extraño a todos los muebles. La sacerdotisa escuchó un portazo arriba y pasos furiosos dirigiéndose hacia la escalera.
Magnífico, justo lo que más me apetecía en estos momentos refunfuñó para sus adentros. Decidió ignorar a quien quiera que fuese, en caso de topárselo al salir.
-¿Anna?
La voz de su prometido, ligeramente cargada de reproche, hizo que soltara de golpe la botella de leche. Ésta se estrelló contra el suelo de la cocina, salpicando todo y esparciendo cristalitos por todas partes.
-¡Ey! ¿Te has hecho daño? -preguntó Yoh pasando a saltitos entre los cortantes fragmentos de botella y llegando a su lado.
-¿A ti qué te parece? -contestó ella llevándose un dedo a la boca. También tenía heridas en las piernas y los pies. Pequeñas pero sangrantes.
El shaman las examinó cuidadosamente, haciendo que la joven se sonrojara.
-No pasa nada, son todas limpias -dijo sonriente- Sólo tienes que lavarlas bien por si acaso.
-Ya lo sé, no soy idiota -dijo ella de malos modos, aunque secretamente ya no estaba enfadada. Yoh, claro está, no lo sabía, y por eso su rostro se ensombreció.
-Bueno, para la próxima vez mejor dejo que sea Pilika quien te ayude. Seguro que a ella no le contestas así -murmuró ofendido. Anna parpadeó sorprendida.
-¡Estás celoso! -exclamó.
-No, no lo estoy -negó tratando de esconder su rubor.
-Sí, lo estás -le rebatió visiblemente divertida- ¿Por qué? ¿Por el beso? Tonto, si eso no...
-¿¡Eso no fue nada!?
Yoh la hizo retroceder hasta tropezar con la encimera, haciendo crujir los cristales bajos los pies descalzos de ambos. La barrera de hielo de Anna se rompió por un instante mostrando unos ojos asustados; mas inmediatamente se recompuso y lo miró desafiante.
-Sí que fue algo, Anna -continuó el shaman observándola fijamente- ¿Por qué ella y no yo? Aquella vez me dijiste que...
-Cállate, no lo digas -instó ella tragando saliva, recordando aquella comprometedora conversación de días atrás.
-...Me dijiste que no estabas preparada, que ibas a reservar tu primer beso para más adelante... Que me lo reservabas a mí...
-Pero escucha, Yoh...
-¡No, escúchame tú a mí! ¡Yo te quiero! ¿¡Por qué no eres capaz de verlo!? -gritó a punto de estallar.
-¿¡¡Y tú por qué no cierras esa bocaza!!? ¡¡No la besé!! Hice trampa, ¿¡entiendes!?
Yoh tardó unos instantes en procesar la información. Mientras tanto Anna seguía dejando escapar toda la furia contenida en forma de gritos que hicieron callar incluso a los del piso de arriba. Cuando por fin terminó de desahogarse, ambos se miraron largamente.
-Mi... Mi primer beso... -continuó ella a trompicones- Sigue... Sigue estando reservado para ti.
-Y... ¿puedo cobrármelo ahora? -preguntó dulcemente Yoh acariciando la suave mejilla aterciopelada de su prometida. Ésta cerró los ojos.
-No...
-Pues entonces... me lo llevaré a la fuerza...
Colocó las dos manos en la encimera de la cocina, inclinándose sobre la sacerdotisa; ella se echó para atrás apoyando los codos en la fría superficie. Los fragmentos de vidrio crujieron al despegarse de los pies de Anna y caer al suelo. El shaman la levantó y sentó en el mueble con un pequeño esfuerzo, para acto seguido acercarse y besarla con torpeza al principio y más profundamente después. Al cabo de un rato la itako trató de coger aire, se puso azul, pataleó y al final consiguió apartar al chico de su boca con un fuerte empujón.
-¡HALA! ¿¡Qué hacéis vosotros dos a oscuras!? -las voces de Horo Horo y Pilika resonaron en la estancia. Las luces se encendieron, obligando a Anna y Yoh a cerrar los ojos. Oyeron un ruido.
Los dos jóvenes miraron al lugar de donde provenía el sonido: vieron a los dos hermanos con ojos de plato, a Ren que no sabía dónde meterse y a Tamao que se acababa de golpear la cabeza con el marco de la puerta por la impresión. Pasó un tiempo hasta que el shaman de pelo azul consiguió articular palabra.
-Vaya, vaya, conque "en mi casa no se hacen esas guarradas", ¿eh, Anna?
La rubia echó un vistazo al estado del cuarto: la nevera abierta, el suelo lleno de leche y cristales y lo más importante, ella misma sentada en la encimera y ABRAZADA a Yoh por la cintura... y no digamos el hecho de que su ropa no estaba precisamente donde debiera estar.
Comenzó a jadear.
A mirar a todos lados con cara de psicópata.
A hiperventilar.
-Anna, Anna, tranquila... -decían todos. Pero ella no escuchaba. Estaba pasando la vergüenza mayor de su vida... O mejor dicho, LAS mayores vergüenzas de su vida, y todas en la misma noche [¿de qué me suena? XD]. Y para colmo Yoh parecía haberse convertido en piedra porque no se había movido ni un ápice de su lugar (agarrado a ciertas partes sensibles de su cuerpo).
Pilika apartó a Tamao en el último momento. Su hermano no tuvo tanta suerte y cayó encima del joven chino al salir Anna corriendo. Llevaba a su prometido en volandas, el cual tenía todo el aspecto de ir a explotar de vergüenza. La chica subió las escaleras como un cohete, trastabilló en los últimos escalones y corrió a encerrarse en su habitación, siempre seguida por el shaman de cabellos castaños.
-¿Pero qué demonios...? -comenzó el ainu.
-¡Horo Horo, si te quitas de encima mío tal vez podríamos fisgar QUÉ HACEN ESOS DOS AHÍ ARRIBA!
Varios ruidos sospechosos escaparon del cuarto de la sacerdotisa.
CONTINUARÁ... Buagh, qué estupidez.
N. de la A: Ehm... Es totalmente idiota y encima tardé una eternidad -_-UUU Nah, I don´t care. Muchas gracias a Akane y a Nanase por su ayuda y apoyo moral ^______^
ANNA: Si no tuvieras tres o cuatro fics en mente no tardarías tanto ¬¬
RALLY: Si vosotros no fuerais tan monos yo no tendría tantas ideas ¬¬
ANNA: ¡Y si no fueras una salida no escribirías estas memeces empalagosas! _#
RALLY: BUAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!! -tocó su punto débil.
ANNA: Ay, no, otra vez no... -_-U
Respuestas a reviews!! ^0^
Uriko: A mi tampoco me gusta demasiado el yuri, pero "hay que saber escribir de todo" XDD
Akane: Wajaja! Toma YohxAnna XDDDDD
RALLY: ¡Eh! ¡Hao es mío! ¿O prefieres que me quede con Yoh? *llevándoselo a hurtadillas* XDDDDDDDDDDD
HAO: ¡EH! ¡Rally! ¿¡Qué pasó con lo que me dijiste anoche en la cama!?
RALLY: -.-UU Síí, ya te prepararé una taaarta... Jolines...
Anna Asakura: Me da que ya sé lo que corta los reviews ^^U Esto: _ (al menos cada vez que se corta uno sale eso ^^)
FiOrI tAkAzE: ¿Te desespero? ¿Te desespero? XD Suelo desesperar a mucha gente (sobre todo a mí misma ^^U)
The Black Misao: Ya ta, ya tienes el siguiente capítulo XD Es estúpido, lo sé.
Horo Horo: ¡Yo no bebo! XDD Yo soy así normalmente... Supongo que más de uno se habrá dado cuenta ya XDD
Noriko Kinomoto: Yo, que soy una burra XDDD ¿Lo siguiente? Sore wa himitsu desu! (Eso es secreto)
ANNA: Confiésalo, no tienes ni idea de lo que estamos haciendo Yoh y yo encerrados en mi habitación ¬¬
RALLY: Eh... Calla ^^U
Nanase: Bueno, como tú lo veas XD No creo que pudiera usar mucho la lengua si fue mentira...
YOH: Pero eso ella no lo sabía... Sólo tú... ^_^U
RALLY: ·_·U ..... ¡Detalles! XD
Hermione Granger: A eso le llamo yo ir directa al grano XD Continúo, continúo.
Karoru Metallium: Mira, como vuelvas a decir que no te gusta voy y te descuartizo XDDDD ¡Baka! ¡Tu fic es genial! Y como no lo continúes pronto iré a tu casa y te encadenaré al ordenador hasta que lo hagas XD
Candymaru: Cuando te conectaaaaaas??? _ Yo te quiero ver!!! Consigue un PC!! *llora* Uf, ya. Histerismos aparte, ¿con quién más lo iba a hacer? ¿Que se les una Yoh? XDDDD No por Dios! Lo hice por los fans de HoroxTamao -_-U "Hay que saber escribir de todo"
Hermi12: Waaaaaa, muchas gracias por tus comentarios! *.* Je, mucha gente me pide a Jun! Creo que tendré que meterla por ahí a lo disimulao XD
Hemkei: Nya, nya, sorpresaaaa... XDD Anna es una tramposilla! Dios, qué pesimidad de argumento XD (Vale, "pesimidad" dudo que exista... ¿Y qué? XDD)
Misao Kirimachi Surasai: Me temo que soy demasiado perversa para hacer que todo vaya bien ^^U Debería visitar a un psicólogo... o tal vez no XD Quizás acabaría más loco que yo... Naaah, imposible XD
Ann: Juas juas juas!!! Ahora puedo decirlo!! ¡Rencito, Rencito, Rencito! XDDDDD Sí, contenta, contenta! XD Arigato! Nya, sí que está de adorno, ¿no ves que no hace nada? Si hasta en algunos capítulos le cambian la dobladora porque solo tiene una frase y no merece la pena! ^^U (Weno, eso somos los españolitos, k somos unos desastres ¬¬U) Y tu continua tu fic! XDD Ay, me temo que este capitulo no te va a hacer mucha gracia... Demasiado YohxAnna? ^^U
Yoho: No te mueras! No te mueras! X_X ¿Por qué siempre mato a la gente??? ^^UUUUUUUU Nya, me alegro de que te gustase! ^0^ (Deduzco que "quedar muy padre" es un cumplido, porque si no me han estao insultando y yo no me enteré ^^U (No sé por qué, pero no me sorprendería))
Af! That was all, folks! ^__^ Pregunta: ¿Qué queréis para el próximo capítulo y cuántos más podríais soportar antes de aburriros? XD
~¡Muchos besitos os mando y muchos reviews quiero a cambio!~
