Dos corazones unidos por la muerte (2° Parte)

Jyn.EXE: Este es el segundo pedazo. Ojalá os guste. Dejen Reviews y gracias.

Horo-Horo sintió el suelo temblando bajo sus pies. Al principio creyó que era un terremoto, pero no, ya que algo con una silueta parecida al gran espíritu del fuego, emergió bajo Horo-Horo.

-¡¿Qué demonios está sucediendo?!-

Horo-Horo empezó a sentir que una gran energía le rodeaba. A pesar de su nublada vista, distinguió cómo estaba a mucha altura. Era el espíritu del agua. Este había venido en su ayuda. El espíritu del agua es idéntico al de fuego, pero el color era lo diferente. El que vino a ayudar a Horo era celeste con blanco. Y en vez de despedir fuego, caían gotas de agua constantemente. Ahora sería una pelea justa. Pero Horo seguía sin entender qué hacía tan poderoso espíritu ahí; pero supo cuando este le habló.

-Así que quieres vengar a esa chica.-

-¡¿Q-qué dijiste?!- exclamó el chico bastante sorpendido.

-Si no es así, vine para nada.-

-¡¡No!! ¡¡Quédate.!!- gritó Horo aún débil.

-De acuerdo, compliré este capricho tuyo.-

-¡¡Qué!! ¡¡Gracias!!- Horo no cabía en sí de tanto gozo. Podría vengar a Tamao. Hao no dijo nada, sólo dio un salto y llegó sobre el espíritu de fuego. Las esperanzas se esfumaron cuando el espíritu de fuego lanzó un buen golpe, haciendo que el espíritu de agua se evaporizara. Horo empezó a caer irremediablemente. Se estrelló llenando aún más de dolor. Nada. no srivió de nada. Era tanta rabia, tanto dolor, enojo. que era imposible contenerlo.

-¡¡¡YAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARGH!!!-

-Muchacho, ¿tan fácil te vas a rendir?-

-¡¿Eh?! ¡Pero te esfumaste!-

-Oh, eso, no, me evaporizé para evitar el golpe.-

-¡¡Pero me dejaste caer!!-

-El dolor nos hace más fuerte, joven.-

-Dime Horo-Horo.-

-De acuerdo, Horo-Horo.- -A propósito, ¿y tú eres?-

-Soy Alecto.- dicho esto, recibió otro golpe por parte del espíritu del Hao. Pero no pasó nada, sólo atravesaron a Alecto. Sin embargo, este estaba intacto. Horo estaba emocionado; un espíritu al que no se le puede dañar. Y más lo poderoso que era. un espíritu perfecto. Todo estaba a favor de Horo-Horo y Alecto; pero las cosas cambiaron en un parpadeo. En la mano de Hao Asakura, estaba un pequeño espíritu de la naturaleza.

-¡¡Koloro!!- gritó Horo-Horo.