12.  Cuando despiertas

Harry volvió a la torre de Gryffindor por donde había venido, sin decir ni una sola palabra.

Mientras tanto, Draco seguía sentado junto a la cama de Hermione, cuando apareció en la enfermería Snape.

El chico se sobresaltó, y se puso en pie, al ver al profesor se tranquilizó un poco, en pocos segundos había pensado que podría haber sido un estudiante.

- Que está haciendo aquí a estas horas, Malfoy?- dijo Snape con su ya típico rostro inexpresivo.

- Yo… pues…estaba comprobando…- no se le ocurría ninguna razón que no pareciese ridícula. Por lo que optó en bajar la cabeza y mirarse la punta de los zapatos.

Snape lo miró, pero haciendo caso omiso de él, se encaminó al otro extremo de la cama de la chica, sacó un frasco de su túnica y lo abrió.

- Ese es el antídoto, profesor?- Draco ya había alzado la cabeza, y su mirada se centraba ahora en el pequeño objeto de cristal que contenía un líquido azul casi transparente.

- Bueno, es lo único que he podido conseguir en tan poco tiempo, pues las prisas del director, me han hecho que busque lo primero que tuviera a mano- volvió a decir Snape pero sin mirar a Draco y observando a la chica.

- Pero funcionará?- intentó decir con la voz más pasiva que podía disimular.

Snape hizo un gesto con la cabeza, que bien se podría haber interpretado como una afirmación.

El profesor cogió la cabeza de Hermione, y abriéndole la boca le introdujo el líquido. Tras esto, volvió a colocar la cabeza de la joven encima de la almohada.

Ahora Snape se disponía a abandonar la enfermería, cuando en casi un susurro escuchó a sus espaldas:

- ….gracias- murmuró Draco.

- No me las des, la verdad no es que me sienta muy orgulloso de salvar a una sangre sucia- el chico se giró mirándolo sorprendido, no creía poder escuchar esas palabras de un profesor en esos momentos, pero claro, se trataba de Snape, y él siempre había tratado mal a Hermione.

Snape se giró y observó la expresión del chico, y como si las palabras le pesaran dijo:

- Espero que sea consciente de lo que le va a ocurrir después de que todo el  mundo sepa que ha traicionado a su padre por salvar a una sangre sucia. Y claro, como reaccionará ella y sus amiguitos cuando averigüen que usted hizo el intento de matarla- su rostro era inescrutable. Ahora Malfoy lo miraba con cierta expresión de desesperación.

- Usted no lo entiende- la expresión de Snape se relajó, y por una milésima de segundo Draco le pareció ver un pequeño indicio de lástima.

Odiaba esa expresión, no soportaba esa mirada que le había mostrado Snape, que se atrevía!, nunca se lo habría esperado de él. Pero no lo aguantaba, no quería que esa mirada se fijara en él. Y ahora comprendió que se tendría que enfrentar a menudo con esa mirada cuando todos se enterasen de lo que había ocurrido. Pero la voz del profesor le sacó de sus pensamientos.

- Ya veo que usted cree que no puedo entenderlo. Verdad?-dijo ahora con una voz casi en susurro y llena de rabia- El interesarse por alguien, que supuestamente no puede corresponderle porque es políticamente incorrecto, no?- hubo una pausa, en la que Draco no sabía que decir, pues no salía de su asombro de que ahora estuviese teniendo esa conversación con Snape. Un momento, el profesor había dicho "interesarse"? quién estaba interesado por alguien aquí?- escúcheme, será lo último que le diga, y espero que esto no se repita fuera de estas paredes, el interesarse por una sangre sucia, puede llevarle a grandes problemas, pero… ignorarlo también, por qué un engreído se puede adelantar. Ya no tengo más que decirle. – y con esto giró sobre sus pasos y salió de la enfermería dejando a Draco muy confuso.

- Snape está intentando decirme que …Yo estoy interesado por Granger? Pero que idioteces….- diciendo esto miró una última vez a la cama de Hermione, negando con la cabeza, se dirigió a la puerta de la enfermería para irse a dormir. Aunque en todo el camino intentó pensar en lo que le había dicho el profesor, a pesar de intentar negárselo, sabía que algo de cierto tenía "interesarse por una sangre sucia, puede llevar a problemas"

Pero eso ya no importaba en absoluto.

Los días transcurrieron sin haber ningún proceso en la recuperación de Hermione, lo bueno era que por lo menos su situación no empeoraba.

Draco había intentado no pensar en lo que sucedería cuando Beuer se enterase de todo lo que había contado a Dumbledore, y menos quería pensar en como reaccionaría su padre cuando se enterase.

Aunque pronto lo sabría pues ahora tocaba el turno de clase de Defensa Contra Las Artes Oscuras.

Por otro lado Harry y Ron habían estado visitando a Hermione a menudo, y se sentían impotentes de no poder hacer nada por su amiga, a pesar de que tras pedir ayuda a la Dumbledore, este solo les había contestado con un:

- Paciencia, solo hay que tener paciencia.

Y claro, ahora con esa frase, la habían perdido toda.

Harry sabía que algo se escondía tras el terrible suceso de Hermione, pero nadie parecía querer contarlo, y por supuesto sabía que uno de los involucrados era Malfoy, pues que otra cosa podía explicar su actuación en la enfermería aquella noche?

No le había dicho nada a Ron, pues sabía que no se tomaría muy bien que su peor enemigo hubiera estado velando a su amiga, de la que estaba enamorado, cogiéndole la mano y con aquella expresión de tristeza. Había algo muy extraño y tenía que averiguarlo.

Entraron a la clase del profesor Beuer, y la sesión se desarrolló con normalidad, bastante aburrida para unos y entretenida para otros.

Pues habían muchas cosas de las que explicaba que todo el mundo ya conocía.

Harry observaba con disimulo a Draco, había algo extraño en él, de eso estaba seguro, pues en toda la semana no se había metido con nadie, ni tan solo con Ron o con él. Eso ya era demasiado. Que diablos estaba pasando ahí? Aunque algo le decía que ya lo sabía. Pero era tan extraño de que Draco Malfoy se interesase por Hermione, porque, que otra cosa podía explicar lo que había visto?

Al finalizar la clase, Beuer se dirigió a Draco cuando todos los alumnos se habían marchado.

- Tengo noticias para ti, muchacho- Draco alzó la cabeza para encontrarse con aquellos fríos ojos. Un escalofrío empezó a recorrer todo su cuerpo, uno de los momentos que más temía había llegado.

- Recibí una lechuza de tu padre, vendrá mañana al castillo, y ya sabes que querrá, verdad?- una terrible sonrisa se dibujo en el rostro del profesor. Los temores del chico se confirmaban, al venir a la escuela su padre, querría ver si Hermione estaba en una situación de peligro que le costase la vida. Y con ello daría el visto bueno a Beuer para que ejecutase el plan de envenenar a todos aquellos que no fueran sangre limpia.

- No dices nada? Creí que te alegrarías- continuó diciendo- aunque no se como se encuentra la señorita Granger, pues no me han informado de nada, parece que algunos se han tomado la molestia de llevar este asunto en secreto. Tú no sabrás por qué?- a Draco le empezaron a sudar las manos. Ahora tenía que llevar a cabo todos sus ensayos de interpretación.

- Yo tampoco se nada, pues sería muy extraño que yo preguntara sobre el estado de esa sangre sucia, no?- lo había dicho, sin inmutarse, sin casi parpadear. Beuer dudó por un instante, pero pareció convencido al final.

- Muy bien, pues mañana tras la visita a Hogsmeade que tenéis dirígete a mi despacho.

Draco asintió con la cabeza, y se marchó corriendo de la clase.

Diablos! Había olvidado de que había una visita a Hogsmeade ese sábado. No había necesidad de que fuera, pero sería muy extraño que no acompañase a los slytherin, pues no se había perdido ni una sola visita desde tercero.

La profesora Mcgonagall caminaba con paso veloz hacia la sala común de Gryffindor, ya era bien entrada la tarde, y casi todos los estudiantes estarían reunidos allá.

Cruzó el cuadro de la señora Gorda y al entrar pudo ver que allí se encontraban las dos personas que buscaba.

- Potter! Weasley! Vengan conmigo- sin decir más hizo un gesto para que le siguieran.

Harry y Ron se miraron con duda y sin decir nada siguieron a  Mcgonagall.

En un instante llegaron a la puerta de la enfermería. Ahora comprendían las prisas de la profesora. O eran buenas noticias o malas, pero todas sus dudas se disiparon cuando vieron sentada en la cama a Hermione.

-HERMIONEEEEEE!!!!-dijeron a la vez los dos chicos corriendo hacia donde se encontraba la chica, ella los abrazó, pero se quedó un rato más enganchando a Ron, ella escuchó en su oído- nos tenías muy preocupados so tonta- dijo el pelirrojo en casi un susurro.

Cuando por fin se separaron, después de un pequeño comentario de la señora Pomfrey de que la paciente se acaba de despertar y necesitaba reposo. Pero Hermione no hizo casi a lo que decía. Lo que ella quería ahora es que le contasen todo lo que había ocurrido, además de todo lo que se había perdido de las clases.

Harry la tranquilizó diciéndole que le habían recogido todos los apuntes. A lo que respectaba de contarle lo que le había ocurrido, no sabía muy bien si él sería el adecuado de explicárselo.

- Esto… no me acuerdo muy bien… pero creo que fue Malfoy el que me encontró, no?- dijo intrigada.

Los dos chicos se habían callado, y Hermione se extraño, al final:

- Sí, el te encontró. – dijo Ron , tras una pausa y como si las palabras le pesasen- yo te dejé allí, sola…y él te trajo hasta aquí- Hermione pudo ver la amargura de Ron.

- Ron, no te preocupes, se que hiciste todo lo que pudiste. En serio te lo agradezco mucho- dijo tiernamente la chica- y a ti también Harry.

Harry miró a Hermione por un segundo, y tras poner un gesto de haber estado pensando algo bastante difícil para él. Tras unos segundos dijo:

- Ahora enseguida vuelvo- y dejando a sus amigos con la palabra en la boca salió corriendo de la enfermería.

Sabía que lo que iba a hacer rompía todo orgullo que le podía quedar, pero se sentía obligado, si no su conciencia se vendría abajo. Aunque, claro está, todavía seguía dudando de sus intenciones, pero lo que había visto esa noche en la enfermería, no podía haber sido solo una fachada superficial.

Tras salir al campo de quidditch, pues sabía que a estas horas estarían entrenando los de Slytherin, lo localizó. Estaba subido encima de la escoba y trataba de coger la snitch. Harry comprobó de nuevo que, o Malfoy se trasplantaba seis brazos más o nunca le ganaría en la posición de buscador.

Esparciendo esas deliciosas ideas, se centró en lo que verdaderamente había ido a hacer allí.

Al verlo llegar, algunos slytherin se sorprendieron, pues, que hacía allí Harry Potter y sin compañía?

Crabbe y Goyle se interpusieron en su camino.

- Que quieres Potter?- dijo uno de ellos con cara de pocos amigos, bueno la normal.

- Tengo que hablar con…Malfoy- le costó bastante decir esto, pero ya que había llegado hasta allí.

Draco desde las alturas había visto que Harry estaba allí, plantado frente a sus compañeros.  Descendió lentamente, y se colocó en frente de Crabbe y Goyle.

- Que quieres Potter? Has decidido cambiarte de equipo?- dijo mordazmente Draco.

Harry lo miró furioso. Y era él el que había ido a hablar pacíficamente con él. Estuvo a punto de irse, pero lo pensó mejor.

- Cállate por una vez en tu vida, Malfoy- estas palabras hicieron que el chico slytherin se quedara asombrado.

- Que has dicho?- dijo Draco en casi un susurro pero lleno de ira.

Harry estaba perdiendo la paciencia, no tenía tiempo para estas tonterías que podían hacerlas en otro momento, bueno siempre las hacían.

- Ven un momento- y cogiéndolo del brazo lo apartó a un lado donde no estuvieran rodeados de chismosos slytherin- Creí apropiado decirte que Hermione ya se ha despertado.

Estas palabras hicieron que Draco abriera los ojos en expresión de sorpresa. Sintió como si su estomago se hubiese encogido. Pero se percató, de por qué le había dicho Potter aquello?

- Y por qué me tendría que interesar que la sangre sucia Granger se haya despertado, eh?- dijo con la voz más fría que podía poner en esos momentos.

- Por nada claro, por qué le tendría que importar algo al temible Draco Malfoy?- dijo sarcásticamente Harry- Mira, yo no tengo ninguna necesidad de estar aquí perdiendo mi tiempo hablando contigo, pero creo que deberías ir a verla.

- Y eso por qué?- seguía desconfiando de las verdaderas intenciones que le habían traído a Potter a hablar con él.

Harry viendo que si no decía la verdad aquel no haría nada, decidió contarle todo lo que había visto aquella noche en la enfermería, y lo que había escuchado.

Tras su argumento, Draco se quedó sin palabras. Le habían descubierto, y no sólo eso, si no que lo había echo él, el mejor amigo de Granger.

Un sudor frío empezó a recorrerle por todo el cuerpo.

- Entonces ya lo sabrán aquellos dos, no? Seguro que habrás corrido a contarle a tus amiguitos lo que supuestamente viste, verdad?- Draco estaba perdiendo su compostura, estaba perdiendo los nervios. Ahora no sabía que hacer, y desmentir lo que le había dicho a Hermione, y la forma de hablarle aquella noche, no se podían excusar.

- Yo no les he contado nada, eso lo tendrías que hacer tú, Malfoy. Por lo menos le debes una pequeña explicación a Hermione, no crees? Bueno ya no tengo más que decirte.- dicho esto se fue de nuevo al interior del castillo dejando a Draco plantado allí, sin moverse, con la mirada perdida.

Pero que pasaba? Que todo el mundo tenía que venir a darle consejitos, alardeando de experiencia? Él no tenía por que darle explicaciones a nadie, no tenía.

Pero en el interior, él quería verla, quería ver como se encontraba. Había pasado estos días rezando para que se recuperara. Porque si no lo hacía toda la culpa recaería sobre él. Pero, esas eran exactamente todas sus excusas? Cuantas veces se había repetido ya este asunto.

Ya nada importaba, se había mentalizado que debía afrontar lo que inevitablemente iba a ocurrir, pues tras enterarse que al día siguiente su padre iría a la escuela, comprobaría que su tarea con Hermione no había funcionado. Pero, y que pasaría cuando se enterasen Beuer y su padre? Que le ocurriría a ella? Pues Beuer debía exterminar a todos los que no fueran sangre limpia….. Otra vez se encontraría ella en peligro. Y otra vez todo por su culpa.

Sin pensárselo más se encaminó dentro del castillo, dejando atrás las voces de sus compañeros, llamándole para que les explicara que había ocurrido con Potter. Pero él hizo caso omiso a sus llamadas y siguió caminando metido en sus propios pensamientos.

El camino hasta la enfermería le pareció costarle años, pero al fin lo encontró. Respirando hondo se quedó plantado en el umbral de la puerta. En el interior pudo ver a Potter y a Weasley, al verle Harry se levantó, hizo un gesto a Ron y se levantaron, caminando hacia la salida.

Sin apenas mirarle abandonaron la enfermería.

A la lejanía pudo escuchar las quejas de Ron diciéndole a Harry

- Por qué la tenemos que dejar sola con ese degenerado?- dijo con la voz lo suficientemente alta para ser bien escuchado, efecto que consiguió.

- Calla y sigue andando.

Tras comprobar que se habían ido comenzó a andar hacia la cama de Hermione. Y al fin la pudo ver. Estaba allí, sentada, mirando por la ventana. Ya no daba la impresión de ser una frágil muñeca que se iba a romper, si no pudo ver que tenía esa mirada que intentaba ver más allá, siempre alto, esa mirada que siempre había envidiado. No se dio cuenta que se había quedado plantado en el borde de la cama, le había impresionado verla sana. En lo más profundo creía que no se salvaría, pero había estado equivocado, como casi siempre, y esta vez lo agradecía.

- Malfoy!- la dulce voz de Hermione lo hizo volver en sí. Ella le sonreía, como lo había echo en algunas ocasiones en sus reuniones de trabajo, sus ojos no mostraban ningún indicio de rencor ni odio. Como podía ser así? Después de todo lo que le había echo, ella se veía así ante él- Que te pasa? No has dicho nada.

- Er…- es lo único que pudo decir, no le salían las palabras, y casi inconscientemente se abalanzó hacia la chica y la abrazó, la abrazó fuertemente, como si se fuera a escapar si la soltara.

Hermione se quedó asombrada, no sabía que hacer, esta reacción de Draco era tan inesperada, pero, a pesar de el abrazo del chico, ella no podía devolverle el abrazo, estaba demasiado estupefacta. Pero a la vez que él seguía abrazándola fuertemente contra él, pudo escuchar:

- Perdóname… perdóname….por dios, perdóname- Los ojos de Hermione empezaron a empañarse, nunca habría esperado estas palabras de Draco, si no hubiera estado con quien estaba, habría pensado que el chico estaba apunto de llorar. Pero eliminó esa idea.

Poco a poco se fue separando de ella, demasiado avergonzado para mirarla a la cara, siguió mirando las sábanas de la cama.

- Esto…no se por qué me pides disculpas, Malfoy. Soy yo la que tendría que darte las gracias por encontrarme aquel día en el pasillo y traerme hasta aquí. Pero la verdad, no se que me ha pasado, de repente empecé a sentir los dolores, y después de desmayarme me he despertado aquí, y nadie sabe decirme que ha pasado- esas palabras las había temido. Le debía una explicación, se sentía obligado a dársela.

- Bueno…- empezó a decir Draco.

- La verdad es que no importa. Ahora estoy bien. Así que, lo que tengo que hacer es ponerme al día. Ahora ya voy muy atrasada respecto al resto de la clase y…

- ES QUE NO PUEDES PENSAR EN OTRA COSA, EH???- dijo levantando la voz más de lo debido- has estado a punto de morir, y lo único que se te ocurre ahora, es pensar en como te vas a poner al día en las tareas?- un tono rojizo adquirieron sus mejillas.

Hermione se quedó sin palabras, esto ocurría muy poco en su vida, se estaba llevando una sorpresa detrás de otra con el chico.

Sabía que Draco había cambiado, pero ahora le parecía que se preocupaba demasiado por ella. Y esto en cierta forma la hacía feliz.

Un extraño sentimiento empezó a crecer en el interior de Hermione, cosa que intentó impedir a cualquier precio, no podía permitir que eso ocurriera. Era algo….imposible.

- Cuando sales de aquÍ?- preguntó de golpe Draco, después de haberse calmado un poco.

- Eh…Creo que mañana por la mañana. Me han dicho que pase aquí esta noche y ya mañana fuera. Por qué lo dices?

- Pues…verás…mañana hay una salida a Hogsmeade. Pensaba que sería una buena idea de que fueras para despejarte y dejaras la tarea para más tarde- el rubor de sus mejillas seguía acentuándose. Daba gracias a que no hubiera mucha luz en la habitación.

- Oh es verdad! Ron me lo ha estado comentando, pero le había dicho que no iría. Pero la verdad, es que después de lo que me has dicho creo que si que iré. Gracias- esa no era exactamente la respuesta que estaba esperando Draco. Y otra vez ese Weasley por el medio.

Pero la verdad, que le importaba él lo que hicieran ellos? Pero al contrario, no había ya ninguna excusa para quedar con ella. El trabajo había terminado. Sabía que todo tendría que volver a como estaba antes.

- Podemos quedar allí, verdad? Podríamos dar una vuelta- dijo Hermione desviando la mirada del chico, que ahora la miraba perplejo. A ella, en el fondo también le apenaba no hablar con él. Así que no había ninguna razón de romper lo que tanto les había costado construir.

- Me estas diciendo que quieres quedar conmigo allí? Los dos?- Draco no cabía en asombro. Esto era lo que estaba pensando. Pero no creía que verdaderamente pudiese hacerse.

- Bueno, si quieres también que vengan con nosotros Harry y Ron..- dijo irónicamente la chica.

- YO?...Ir por ahí con..con….y que me vean todos con…- Draco no podía terminar la frase.

- Lo suponía por eso te he dicho lo de antes, so bobo- le había insultado, pero esta vez no había ninguna malicia. Ella ya había pensado en todo. Y Draco solo pudo decir.

- Pues nos vemos en las Tres Escobas, de acuerdo?- dijo esta vez desviando la mirada hacia los pies de la cama.

- Muy bien, pues allí estaré- la sonrisa que esbozó Hermione hizo que Draco se sonrojara más. No estaba muy seguro de lo que estaba haciendo, pero en esos momentos no le importaba mucho.

- Esta bien, hasta mañana pues- dicho esto se fue corriendo, dejando a Hermione también sonrojada, pues la sonrisa que le había mostrado Draco nunca antes la había visto. Mostraba la imagen de un niño que le han regalado su primera escoba, se veia….alegre.

- O por dios, que me está pasando?- susurró Hermione antes de recostarse nuevamente en la cama.

Draco se sentía feliz, iba por los pasillos contento, pero siempre recobrando su compostura cada vez que se encontraba con alguien por allí.

Pero su estado de felicidad se vino abajo cuando recordó las palabras de Beuer. Su padre vendría mañana, y con él todos sus problemas.

Había llegado la hora otra vez de ir a visitar al profesor Dumbledore, y contarle todo lo que iba a ocurrir el día siguiente. Además debía contarle todo a Hermione, por que si no se lo decía él, se lo diría Potter, y era mejor enfrentarse él mismo que luego que se le echase a la cara el ser cobarde. No quería estropear lo que tenía ahora, pues podría ser que fuera lo único que le quedase después.

El sábado que le espera debería enfrentarse a su padre y a Hermione.

Verdaderamente no sabía cual sería peor.

------------------------------------------------------------FIN DEL CAPÍTULO.

Otro capítulo más, este ha sido bastante largo para lo que normalmente hago.

Quiero aclarar que cuando Snape le dice a Malfoy sobre lo de interesarse por una sangre sucia, me refería al supuesto interés que podría tener Snape por la madre de Harry en el pasado (todo suposición, claro)

Pues nada, a esperar al próximo aunque no se si lo escribiré antes de irme a Austria o después. Intentaré antes. No aseguro nada.

Y lo de siempre gracias por vuestros  reviews, siempre son muy bienvenidos.

Seguid enviandome y muchas gracias.

Un beso y nos vemos.

Shiro