14. Una reunión familiar

No sabía a donde ir, solo que quería correr, desahogarse de alguna forma.

No podía ir donde estaban Harry y Ron, pues al verle la cara le pedirían una explicación, y sabía de sobra lo que le dirían. Debería haber supuesto lo que tramaba Malfoy, no podía ser cierto ese cambio que había demostrado para con ella, era demasiado…

Le dolía, le dolía tanto, creía haber comprendido lo que podía ser para ella aquel chico, pero con ello también había sufrido, nadie la había herido de aquella forma, nunca.

Sin darse cuenta había corrido en dirección a "la casa de los gritos", y de repente chocó con alguien, abrió los ojos y mientras se empezaba a disculpar, se cortó en seco, y abrió los ojos llenos de terror.

Su grito se ahogó por una mano que le tapó la boca:

- Vaya, vaya. Que tenemos aquí! –dijo la fría voz- Una pequeña sangre sucia con mucha suerte….hasta ahora- el alto hombre agarró fuertemente a Hermione y dándose media vuelta para ver a su acompañante dijo- creo que dentro de poco tendremos una pequeña reunión familiar, y tu querida serás el premio.

Hermione no podía escapar de los brazos de Lucius Malfoy, y sin darse cuenta Beuer le señaló con la varita y se sumió en la oscuridad.

Draco seguía de pie, en el mismo lugar donde le había dejado Hermione, todavía no podía reaccionar. Todo se había acabado, y eso que no había empezado.

Con todo el pesar del mundo, se volvió a dirigir al pueblo a encontrar a su grupo para volver al castillo.

Tras varias escenas de interrogatorios por parte de sus compañeros, por la causa de su repentina desaparición, él solo pudo contestar:

- Eso es asunto mío- su amor propio había sido destrozado pero no su mal genio.

Cuando regresaron al castillo, algo le llamó la atención, vio a Potter y a Weasley, pero no a Hermione. Habría vuelto antes? No le dio más importancia y se dirigió al Gran Comedor con todos para la cena.

Se volvió a fijar en la mesa Gryffindor una vez que estaban sentados, y cual fue su sorpresa de que allí tampoco se encontraba ella, pero se dio cuenta que alguien le miraba, era Harry. Comprendió que él tampoco sabía donde estaba ella, y le exigía una explicación.

Intentando escabullirse nada más terminar la cena, se fue a toda prisa a la sala Slytherin, no tenía ganas de dar ninguna explicación a nadie.

Al llegar a su habitación se llevó una sorpresa al ver a su lechuza encima de la repisa del aparador, llevando un pequeño pergamino en la pata izquierda.

Ahora recordaba que no se había preocupado de cómo había resultado la visita de su padre a la escuela, se había olvidado por completo.

Con miedo recogió el pequeño papel y con manos temblorosas lo abrió.

El terror le invadió, dejó caer el trozo de pergamino y salió corriendo de la habitación, cruzándose con Crabbe y Goyle. Este último recogió la carta del suelo y leyó, aunque sin entender nada:

He encontrado lo que has perdido, será un bonito trofeo que colocar junto a la chimenea de la casa donde se puedan escuchar sus últimos gritos. La primera de su clase, y tú serás el invitado de honor, tenlo por seguro.

L.M

Como había permitido que ocurriese, su deber era protegerla no dejar que cayera en la boca del lobo, pero debía estar seguro de ello, no podía caer en la trampa que su padre le estaba reservando.

Sin pensar se dirigió a la casa Gryffindor, tenía la seguridad de encontrar allí a Potter.

Al llegar a la entrada, no sabía que hacer, pues no le estaba permitido la entrada a la sala de otra casa, así que con toda su resignación esperó en la entrada con la esperanza de que alguien entrase o saliese.

Por fin parecía que se acercase alguien, y para su suerte era Ginny Weasley que era.

- Tú, entra ahí y comprueba si está Potter- no es que utilizase mucha delicadeza para su petición.

- Oh claro! Desde cuando soy tu recadera Malfoy?- dijo la pequeña Weasley.

-  Venga, es muy importante, si está, haz que salga. Es una cuestión muy grave…po…por….favor- como le había costado pedir algo "por favor"

- Bueno, bueno, está bien, espera un segundo- y muy deprisa entró en la sala, teniendo especial cuidado de que el chico no escuchara la contraseña, aunque, teniendo en cuenta la situación, aunque se la hubieran chillado a la oreja, nunca se habría enterado.

Tan pronto como entró, salió acompañada de Harry y Ron.

- Que ocurre Malfoy? A que viene tanta prisa?- dijo sumamente extrañado Harry, aunque algo le decía que sabía de lo que se trataba.

- Esto…- empezó a decir Draco.

- Es sobre Hermione verdad? Donde está?- dijo impaciente Ron.

- Así que tampoco sabéis donde está? Entonces es cierto- dijo esto último casi en un murmullo.

- Habla de una vez, que es lo que ha pasado?- dijo ya perdiendo la paciencia tanto Harry como Ron.

Draco empezó a relatar lo sucedido, exceptuando lo por menores de su pequeña charla con la chica, terminando con la carta recibida por su padre.

- Entonces, me quieres decir que tu padre ha secuestrado a Hermione, por tu culpa? Y que ella….ella puede estar ahora….

- Cállate Weasley, ahora no hay tiempo para charlas, voy a ir a encontrarla, y la traeré sana y salva.

- Ya te la dejamos una vez a ti solo, esta vez iremos contigo- dijo Harry – no creo que puedas tu solo con dos mortífagos, si es cierto todo lo que nos has contado.

Se iban ya, cuando Draco recordó algo y se giró hacia Ginny.

- Ve hasta la casa Slytherin, y haz lo que sea para que te den Goyle o Crabbe el trozo de pergamino que me ha enviado mi padre, cuando lo tengas llévaselo de inmediato al profesor Snappe, entendiste?- dijo mirando seriamente a la pequeña.

- Pero, como voy a lograr que me crean que voy de parte tuya?- empezó a decir muy asustada.

- No me importa, lo que sea, ya se te ocurrirá algo, pero hazlo- la forma en que hablaba Draco a su hermana Ron por esta vez lo pasó por alto, las circunstancias se lo impedían, ya ajustaría más tarde las cosas con él, muchas cosas.

Los tres jóvenes salieron corriendo de allí, no hablaron nada hasta que llegaron a la puerta principal del castillo:

- Y tienes alguna idea de donde estarán?- dijo Harry.

- En la casa de los gritos- dijo firmemente Draco- en la carta ponía que sus últimos gritos se escucharían por toda la casa- al decir "últimos" un escalofrío corrió por su espalda.

- Entonces conozco un atajo donde ir más deprisa- dijo Harry mirando de reojo a Ron buscando su apoyo- síguenos Malfoy.

Draco siguió a los dos gryffindors hacía el sauce boxeador.

- Estáis locos- dijo el chico rubio al ver el árbol- con solo un golpe de esa cosa nos mandará al otro barrio.

- Calla y observa por una vez- dijo severamente Ron.

Harry alcanzó una rama que había en el suelo y con un movimiento en un recodo del tronco del sauce, éste no hizo ningún movimiento, Harry y Ron se introdujeron por una abertura y a Draco no lo quedó ninguna otra salida que seguirlos.

Al traspasar la abertura se encontró en el interior de un pasadizo.

- Qué lugar es éste?- dijo extrañado.

- Este era el lugar secreto de los merodeadores- dijo Harry sin prestar atención al desconcierto de Draco, al averiguar tantas cosas que desconocía.

- Los qué?

- Ahora no hay tiempo para eso, al final de este pasillo se encuentra una habitación de la casa de los gritos, a partir de ella podremos acceder a toda la mansión- dijo de nuevo Harry.

Los tres juntos llegaron hasta la habitación donde encontraron por primera vez a Sirius Black, pero eso solo pasó fugazmente por la mente de Harry, ahora lo más importante era encontrar a su amiga, y sana.

Draco cada vez estaba más nervioso, había llegado allí sin pensar en lo que iba a hacer, y una vez estaba en el interior de aquella casa se le iban aclarando las ideas. Había llegado el momento de enfrentarse con su padre, lo había decidido desde hacía tiempo, pero  no esperaba que este momento llegara de esta forma, poniendo en peligro a aquella persona especial. Había tomado una decisión, y no se iba a echar a atrás, conociendo las consecuencias.

- Creo que deberíamos separarnos, esto es muy grande, y juntos tardaremos más- dijo decididamente Draco.

- Pero…- dijo un asustado Ron.

- Es que tienes miedo Weasley- no es que le divirtiera la situación, pero no soportaba ver que el valor del pelirrojo se aflojara estando en peligro la chica a la que supuestamente quería.

- Ya te gustaría a ti Malfoy- dijo al fin Ron, era la vida de Hermione, no iba a echarse atrás, y menos delante del presumido slytherin, jamás- muy bien, yo iré por aquí, Harry sigue por el pasillo recto, y tu…

- Ya me las apañaré- le cortó Draco- si la encontráis a ella o a mi padre haced algún ruido lo suficientemente grande para que los demás acudamos, muy bien, vamos.

Sin ningún comentario al respecto, cada uno marchó por un camino, pero Draco sabía más o menos a donde debía dirigirse. Cerca de una chimenea, esa había sido la pista de su padre, y las chimeneas más grandes se encontraban en el salón, y allí es donde iría.

La intuición de Draco no falló,  cuidadosamente llegó al gran salón principal de la mansión, y allí, atada al sofá, se encontraba inconsciente el cuerpo frágil de Hermione.

- Demonios…despierta, despierta- Draco sin pensarlo se acercó rápidamente donde se encontraba la chica, y empezó a moverla para que esta recobrara el sentido, pero no hubo ninguna señal de ello- venga por favor…Hermione- de pronto la boca de ella empezó a moverse dejando oír débiles palabras.

- Te….dije…que…no…me…llamaras…por…mi…nombre- Hermione estaba medio despierta, pero demasiado aturdida para abrir los ojos.

- Oh, menos mal, incluso en una situación así no pierdes tú cabezonería- dijo haciendo una pequeña mueca, que parecía ser una ligera sonrisa. Pero de pronto, el momento fue interrumpido por una figura que surgía de las sombras.

- Que momento más conmovedor, creo que se me van a saltar la lágrimas- dijo Lucius Malfoy- aunque creo que las contendré, no vale la pena desperdiciarlas con un perdedor como tú.- el dedo acusador del padre señalaba al hijo, Draco ni se inmutó. Muy despacio se incorporó y se colocó delante del sofá donde se encontraba Hermione.

- Supuse que había pasado esto cuando me encontré a la pequeña sangre sucia correteando por los alrededores de esta casa, cuando supuestamente debería estar MUERTA- dijo levantando la voz el señor Malfoy.

- Ya que has supuesto tantas cosas, padre, que supones que pasará ahora?- dijo amenazadoramente Draco.

- La traición no es algo aceptable en mi familia, y ahora comprenderás el por qué.- con un movimiento de mano hizo que Beuer saliera desde el otro rincón de la sala, y levantando la varita dijo.

- Crucio

- AHHHHHHH!!- fue lo que salió de la boca de Hermione, que ahora se retorcía de dolor en el sofá.

- NO- dijo Draco, acercándose a Hermione rápidamente. En un movimiento rápido desató las cuerdas que la rodeaban y comprobó el estado de la chica.

- No te preocupes, no morirá por eso, necesita varios cruciatus para morir o para dejarla en un estado …bueno, bastante malo, jaja- las crueles risas de Lucius retumbaron por toda la estancia.

- Estás bien, contesta- dijo desesperado Draco, al ver el estado de Hermione, se estaba apoderando de él la rabia, el odio, la ira, pero intentaba tranquilizarse,  pues un intento arriesgado por parte de él pondría más en peligro a la chica.

- Agh, digamos que estado mejor- dijo la pobre Hermione mientras empezaba a recobrar el sentido, cuando se dio cuenta que se encontraba entre los brazos del chico, se apartó bruscamente de él- no me toques, no se lo que está pasando exactamente, pero por eso no creas que confío en ti- Draco sonrió al darse cuenta que ella estaba mejor. Se giró, y volvió a enfrentarse con la mirada de su padre.

- Tu ira es conmigo, deja a los demás al margen.

- Mi ira? Tu no sabes cuán peligrosa puede ser mi ira, y esto no es ni la mitad. Y a lo que respecta a esa muchacha, ya que no pudiste acabar la tarea que te había sido encomendada, tú decides.

- Que decida el qué?- dijo sin dar muestras de ninguna expresión en su cara.

- O acabas el trabajo ahora o…lo acabaré yo. Y ten por seguro que tú no saldrás bien parado- dijo con una sonrisa cruel- Te doy una segunda oportunidad, hijo.

Hermione veía horrorizada el panorama, cualesquiera que fuera la decisión de Draco, ella moriría. Y ahora de lo único que podía fiarse era de la decisión de la persona de la que, en estos momentos, dudaba de confiar. Menudo dilema, pero la voz de Draco hizo que saliera de sus pensamientos.

- Creo, padre, que ya sabes mi contestación- dijo sonriéndole, el terror se apoderó de Hermione, no sabía como interpretar esta decisión del muchacho. Pero la expresión del señor Malfoy se endureció.

- Nunca imaginé, que la traición vendría a mi casa, por un hijo insensato que quiere perder todo, por la vida de una…una mocosa hija de muggles…una sangre sucia- Hermione no se dio cuenta en esos momentos que sus ojos estaban empañados por las lágrimas que insistían en salir. No comprendía muy bien, si era por el terror de que estaba a punto de morir, o por que el joven que se encontraba frente a ella, él cual la había despreciado desde hacía tanto tiempo, el que le había confesado que la había intentado asesinar, el que también le había confesado que con ella podía ser él mismo. La misma persona a la que había abofeteado por creer que se había estado burlando de ella, esa persona, que ahora se encontraba frente a ella y se enfrentaba a su propio padre para salvar la vida de ella. Los pedazos que habían sido desgarrados de su interior, empezaban a recomponerse poco a poco. Era absurdo todo aquello, estaba a punto de morir, y en parte se sentía extrañamente feliz, nunca pudo explicarse esa reacción.

Mientras tanto, el silencio reinó en el salón, padre e hijo se enfrentaban con las miradas, miradas llenas de frialdad, pero un ruido de pasos hizo que perdieran la concentración

Harry y Ron aparecieron en la sala, respirando dificultosamente por la gran carrera por encontrar el lugar donde habían escuchado el grito de Hermione.

- HERMIONE!!!- gritaron al ambos chicos a la vez.

Tras comprobar que su amiga estaba bien, observaron la escena, y comprendieron lo que estaba ocurriendo.

- Debemos de salir de aquí- susurró Ron a la oreja de Harry.

- Ya me gustaría a mi- contestó el chico.

Mientras ellos intercambiaban opiniones, Hermione seguía observando a Draco y a su padre con expresión te terror. Por fin Draco se dirigió a su padre.

- Esta lucha es entre nosotros dos, déjalos ir.

- JAJAJAJAJA- otra vez la estruendosa risa del señor Malfoy resonó por toda la sala, poniendo los pelos de punta a los tres amigos- esto si que no me lo esperaba, ahora también eres amiguito de la tribu Potter. Hijo mío, nunca pensé que ibas a caer tan bajo.

La rabia comenzó a crecer dentro de Draco, su padre podría pensar que ahora era amigo de aquellos tres, pero él sabía que no era así, ahora estaba solo, frente al que ahora podía ser su peor enemigo, pero:

- No te creas que nos iremos, estaremos aquí para ayudarte... Dra..Draco- dijo dificultosamente Ron. Se tragó todo el orgullo que tenía, pero había comprendido la verdad sobre aquel muchacho, que hasta ahora le había echo la vida imposible a él y a sus amigos, pero las circunstancias lo habían cambiado todo.

- Es cierto, nos quedaremos aquí- añadió Harry.  Draco se giró sorprendido, nunca se hubiera imaginado esto, nunca, con una fugaz mirada a los tres le dio las gracias con ella. Y para su sorpresa, Hermione le dirigía una pequeña sonrisa. Pero rápidamente se giró a su padre para echarle una cruel mirada.

- Y bien?- dijo este.

Lucius Malfoy miraba a su hijo, primero con desilusión, pasó a vergüenza y tras ello a odio. Su propio hijo se había puesto del bando contrario, y le estaba desafiando, y todo por aquella muchacha. Con toda la fuerza que podía tener en ese momento levantó su varita y la encaró de nuevo a la chica, y:

- Crucio-  ante el horror de la chica que veía como por segunda vez se le aplicaba aquel hechizo, se tapó la cara con los brazos, aunque sabía que el intento sería en vano, pero nunca llegó a su destinatario.

- Agh!- al quitarse los brazos de la cara, Draco estaba frente a ella. La había protegido, él había podido interceptar el ataque y lo había recibido él.

- Idiota- dijo indiferente su padre.

Draco se desplomó en el suelo, abrazándose a sí mismo por el dolor, Hermione seguía paralizada. De nuevo el la había protegido, pero aquella vez él no había resultado herido. Se agachó cuando reaccionó, ante las miradas de asombro de Harry y Ron que todavía no habían reaccionado del todo por la acción de Malfoy, pero seguían alerta por lo que pudiera hacer su padre.

- Estás bien? Por qué lo hiciste? Podrías haber muerto- dijo una desesperada Hermione, otra vez esas lágrimas que querían salir, pero ella se lo impedía.

- Un ataque como este no va a acabar tan fácilmente conmigo- dijo levantando la cara para mirar a la chica.

- Pero no tienes por que hacerlo, no me debes nada.

- Claro que te debo, te debo mucho- dijo seriamente el chico- tu me salvaste, en todos los sentidos. No me importa morir si con eso te devuelvo el favor.

- Que idiota puedes llegar a ser- y con ello le abrazó, lo más fuerte que pudo, derramando por fin las lágrimas. Ignorando el dolor que le estaba haciendo a Draco, pero esto él lo ignoraba, disfrutando de ese abrazo.

- Me habría gustado decirte un par de cosas, pero creo no es ni el momento ni el lugar- dijo con una mueca sarcástica.

- Ahora mismo estoy echa un lío, pero tendremos que tener una buena charla, me lo prometes?- dijo buscando angustiosamente los ojos de Draco. Pero este solo bajo la vista y no dijo nada- Prométemelo- insistió Hermione.

- Está bien, claro que lo prometo- dijo fingiendo una sonrisa.

- Disculparme que interrumpa de nuevo esta escena conmovedora, pero tenemos un asunto que zanjar.

Draco miró por el rabillo del ojo a su padre, y después se dirigió a Harry en un murmullo.

- Marchaos de aquí, y llevárosla- dijo señalando con la cabeza a Hermione.

- Qué? No podemos dejarte aquí, te matará?- dijo Harry desesperado

- No permitiré que vosotros me molestéis, marcharos de una vez-  dijo haciendo un gesto de la mano para que se diesen prisa en huir.

- No, no puedo dejarte aquí, no puedo- dijo nerviosa Hermione.

- Eh tú!- dijo dirigiéndose a Ron- cógela y llévatela y procura que no le pase nada- no se dio cuenta que las mejillas de la chica se tiñeron de un pálido rojo.

- No tienes por que darme órdenes, Malfoy- dijo mostrando una pequeña sonrisa.

Ron empezó a acercarse a Hermione y la cogió de la mano para alzarla del suelo, pero esta  rechazó la ayuda y volvió a dirigirse a Draco.

- No tienes por que quedarte solo, podemos enfrentarnos todos juntos, por favor, deja que nos quedemos- dijo una implorante Hermione.

Draco bajó la cabeza para no enfrentarse con aquellos ojos vidriosos y Harry entendió, hizo una señal a Ron y este volvió a coger a la chica.

- No creeréis que os marchareis así, verdad?- dijo Lucius que hasta el momento no había dicho nada.

- Corred- dijo Draco ignorando la voz de su padre.

- LO HAS PROMETIDO, OYES? ME HAS PROMETIDO TENER ESA CHARLA- dijo Hermione mientras era arrastrada por sus dos amigos- RECUERDA QUE ME LOS HAS PROMETIDO.

Draco la miraba angustiado, era posible que jamás volviese a escuchar esa voz, pero no importaba, ahora ya no importaba nada, solo que podría escapar a salvo, por ahora, porque una voz hizo que reaccionara. Lucius Malfoy se disponía a volver a atacar donde todavía se encontraban los tres jóvenes.

- Todo es inútil, ingenuos….- dijo mientras volvía a alzar la varita, Draco corrió, no sabía que haría esta vez, pero no había llegado hasta allí para fracasar de nuevo-…AVARA KEDABRA

La maldición imperdonable fue escuchada por los tres amigos que habían logrado alcanzar la puerta de salida del salón, la voz de Draco retumbó por todos los rincones, pero Harry y Ron no podían detenerse, cada uno cogiendo una mano de Hermione siguieron corriendo. Y ella, derramando sus pequeñas lágrimas, murmuraba para sí misma:

- Me lo ha prometido, me lo ha prometido.

Draco vió como una luz, de un verde cegador se dirigía hacía él, todo se acababa, tal y como él lo había supuesto. Pero ella se salvaría. Era en lo único que había pensado hasta el final. Ella se salvaría.

------------------------------------------------------FIN DEL CAPÍTULO

Que mal que he dejado este capítulo, jejejeje, que cruel que soy, pero bueno, las cosas han tomado un curso diferente, este capítulo no se si me habrá quedado muy bien, pero creo que es bastante oscuro.

También ha sido largo, eh?

Espero que os haya gustado, he vuelto con más fuerza, las montañas austriacas inspiran. Estoy preparando otro fic, próximamente empezaré a subirlo, se titulará "Al Anochecer", los personajes serán más mayores y posiblemente será más oscuro, pero no faltará romance, ni mucho menos. Espero que terminéis de leer este fic, pues creo que finalizará en el siguiente capítulo, que penita. Pero apoyarme para el siguiente.

Muchas gracias por vuestros reviews y ese apoyo que tanto agradezco. Espero más opiniones, y muchos ánimos para todos, y muchos besos.

A disfrutar de lo que queda del verano y la vacaciones.

Nos leemos en el próximo capítulo.