CAP. 4: Animagos a medianoche
- ¡Sin magia! ¡Tener que fregar SIN MAGIA!
- ¡Deja de lloriquear Canuto!
- ¡Pero Cornamenta tengo que hacerlo sin magia! ¡¿Lo oyes?! ¡SIN MAGIA!- le gritó en el oído.
- ¡Me vas a dejar sordo, caray!- se tapó los oídos.
- No es ningún sacrificio fregar sin magia, hombre- dijo Remus.
- ¡¿A no?!- gritó desesperado mirando el suelo lleno de agua con jabón- ¡¿Y dime, sabiondo, cómo arreglo esto?!
- ^^UUU Pu… pues- tanto uno como el otro eran incapaces de saber como ayudar. En ese momento aparecieron Harry y Lily, cada uno llevaba unos 6 libros que habían ido a buscar de la biblioteca.
- Gracias por ayudarme- oyeron que decía Harry justo antes de entrar.
- Ha sido todo un placer- dijo Lily.
- Bueno, ya hemos llegado- dijo Harry entrando con Lily detrás, los dos sonriendo, pero tal y como entró, resbaló con el agua y…¡PLAF!- ¡Auu! ¿Pero qué…? ¡Wingardium leviosa!- hizo meditar los libros hasta la mesa, a salvo del agua (por suerte suya solo olearon un par de veces) y como pudo se levantó, pues la túnica y los pantalones le habían quedado bien mojados- ¿Qué ha pasado aquí? ¿Quién ha hecho esto?
- Se nos ha caído un cubo con agua- dijo James, encubriendo a Sirius- Ahora íbamos a secar el suelo.
- ¿Con agua sólo?- se miró la túnica y se la quitó- Ajj... con jabón, y además, sucia- dejó la túnica a un lado de la mesa y con cuidado se fue hacia la puerta, donde se había quedado Lily, para cogerle los libros y dejarlos con los demás, teniendo que pasar medio patinando por la "pista".
- ¿Para qué son tantos libros?- Remus, que era el que estaba más cerca de la mesa, los miró- O.o! ¡Cuanta poción!
- Son los libros que tengo desde 5º curso- miró los libros- "Me parezco a Zarpa con tanto libro…" Además de otros que la señorita Evans me ha ayudado a encontrar en la biblioteca- la aludida sonrió y James miró mal a Harry.
- ¿Eh? Estos dos no son de pociones- Remus observaba los últimos libros del montón.
- Estos me los prestaron mis ex profesores de Defensa contra las Artes Oscuras sobre los aurores.
- ¿Sobre los aurores?- James, medio patinando, llegó hasta la mesa y miró los libros.
- ¿Le interesa ese trabajo?- Harry sonrió.
- Sí. Cuando termine en Hogwarts quiero ser auror. ¿Y por qué tiene estos libros?
- Porque yo quería ser auror.
- ¿Auror?- todos los presentes se sorprendieron.
- Sí- sonrió.
- Pero entonces… ¿por qué ha terminado siendo profesor de pociones?- preguntó Lily.
- Este verano tuve ciertos… imprevistos que me obligaron a cambiar el rumbo de mis cosas… así que mientras intento arreglarlos tengo que estar aquí. ¿Y podéis hacerme un favor?- desvió el tema porque le miraban con cara de no estar nada contentos de la explicación- ¿Podemos llamarnos de nosotros? Me suena… no sé… raro que me llamen de usted cuando os veo como compañeros de clase.
- Claro, no hay problema, Harry- dijo Lily mostrándole una de sus mejores sonrisas, la cual cosa no le hizo mucha gracia a James, precisamente.
- Gracias, Lily- Harry también sonrió. Por fin había podido, había dicho el nombre de su madre. Notó como el corazón se sacaba un gran peso- Bueno, y ahora… ¿qué tal si terminamos de fregar?- miró el suelo con una gota… ¡estaba hecho un asco! Si tía Petunia lo viera, se hubiera desmayado al acto.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
- Oye Lily- James miraba a su novia, que dejó de leer un libro que le había prestado Harry y levantó la cabeza- ¿Qué te ocurre con el nuevo profesor?
- ¿A mí? Nada- se disponía a seguir leyendo, pero no le dio tiempo.
- ¿Cómo que nada? Parece que os entendéis muy bien vosotros dos- quiso decirlo con la voz alzada, pero había más gente en la sala común.
- James, no seas celoso. Harry es un buen chico, eso es todo. Lo que pasa es que le admiro.
- ¿Le admiras?
- Claro. Creo que ha tenido mucho valor al dejar a todos sus seres queridos y venir a hacer de profesor con tan solo 18 años…
- ¿Seguro que no te gusta porque es un cromo de James?- dijo Sirius de forma burlona.
- No seas tonto, Canuto- la chica le miró- Es cierto que impresiona ver a dos personas idénticas, y más si no son familiares, pero Harry no es exactamente igual que James. Él tiene los ojos verdes y una cicatriz en forma de rayo… ¿no os habéis fijado?
- Qué observadora…- dijo James con una voz claramente ofendida.
- Vamos James, no te pongas así- se levantó y se puso al lado de él, abrazándolo- Sabes que yo te quiero… no te negaré que siento un cariño especial por Harry, pero es más… familiar. Lo que siento por ti es amor de verdad.
- Qué tierno…- se burlaron Sirius, Remus y Peter.
- ¡Callaos!- James, ruborizado, les tiró el libro que estaba leyendo él y le dio de lleno a Remus.
- Esto… chicos- Sirius bajó la voz hasta ser casi un susurro- ¿Queréis ir a dar una vuelta esta noche?
- Pero si es el primer día que estamos aquí…- se quejó Peter.
- ¡Por eso!- dijo flojito- Como es el primer día no tenemos ningún tipo de trabajo que nos haga quedarnos aquí. Y además, no hay tanta guardia.
- Está bien- dijo James- Vayamos.
- Yo no quiero ir- dijo Remus- Estoy cansado… y además, quiero disfrutar un poco de mis noches… humanas.
- ¿Quieres venir, Lily?- preguntó James.
- No, me quedaré para terminar el libro- las miradas se fueron directas a Peter.
- Es que yo… yo… está bien, vendré. U_U
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Los tres merodeadores salieron del castillo con la capa invisible de James y el mapa del Merodeador, se alejaron lo suficiente para no ser vistos y se sacaron la capa, mientras que Sirius no dejaba de mirar el mapa por si acaso. Sin decir nada, James se adelantó hasta un árbol y se arrodilló delante de él. Sacó su varita y murmuró un pequeño conjuro que reveló un agujero entre el tronco del árbol y el suelo, donde escondió la capa con mucho cuidado (era muy valiosa para él). Sirius cogió el mapa, lo tocó con la varita murmurando "travesura realizada" y se borró todo lo que había en él. Enrolló el mapa y se lo dio a James para que también lo guardara en el agujero.
- Bien- dijo volviéndose hacia sus amigos- ¿Quién será el primero?
- ¡Yo!- exclamó Sirius, contento de volver a transformarse. Y en un segundo lo hizo. Donde antes estaba el chico, ahora había un gran perro negro y lanudo de ojos azules, que meneó la cola y miró a Peter para que se transformara.
- Bueno, supongo que ahora me toca a mí, si es lo que pretendes decirme- suspiró el chico mirando al perro, y en un momento ya era una rata.
- Vale, ahora me toca a mí.
A Sirius y a Peter siempre les sorprendía la transformación de James y no le quitaron el ojo de encima. Ahora James era un ciervo, pero no un ciervo normal. Su pelaje de color tierra y la mitad de la cabeza marrón oscuro (incluidas las orejas), hacía resaltar el blanco de su morro, el cuello, la barriga, la parte baja de la cola (la superior era del color de la cabeza) y los cuartos de las patas. Tenía un flequillo rebelde, como una pequeña imitación de su pelo humano, y lo más curioso de su cuerpo era que tenía unas curiosas líneas de color rojo tierra brillante que rodeaban sus ojos y le daban el aspecto de la montura de sus gafas. Eso hacía que se remarcaran aún más sus ojos azules. Todo ese aspecto, unido a una gran cornamenta de color dorado oscuro le daban un aspecto poderoso e imponente. El gran animal se unió corriendo a sus amigos, adentrándose en el bosque, pero sin darse cuenta de que, lejos de ellos, alguien sabia a la perfección donde estaban: Harry. Con el mismo mapa que había usado James, pero un poco más modificado y que tenía una extensión, por partes, hasta el mismo pueblo de Hogsmeade y que ahora se llamaba Mapa del Merodeador Rastreador, el chico observaba a los tres puntos con sus respectivos nombres adentrarse en el bosque.
- Así que ya se han ido a dar una vuelta siendo el primer día- sonrió- realmente son algo "diablillos"- entonces cayó en la cuenta de algo y se puso a pensar en voz alta- Desde que vine aquí no he tenido ocasión de comprobar si el Magium Nulos también ha afectado mi condición de animago- miró su capa invisible, cuidadosamente plegada encima de su baúl- ¿Y por qué no?
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
En el espesor del bosque, una rata anda sola y bien asustada al haber perdido a sus amigos.
- "No… no los encuentro… me he perdido… no sé donde estoy… pobre de mí… ¿qué voy a hacer?"- cada dos por tres pegaba un respingo al oír el viento o ver sombras- "Ayyyy qué miedo… cada sombra me parece alguna cosa peligrosa… vamos Peter, no seas tan cobarde… ayyayayyy…- temblaba como una hoja. De pronto, oyó un leve crujido de hojas a su derecha y se giró. Se quedó totalmente paralizado de terror. Unos ojos verdes como auténticas linternas y de pupilas de gato le observaban, y no expresaban precisamente alegría. Asustado, Peter empezó a correr como alma que lleva el diablo, notando como detrás suyo le perseguía el dueño de dichos ojos.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
- "¡Qué bien, puedo transformarme! ¡Aún puedo transformarme!"- pensó Harry mirándose las patas, de color negro, y sacando las uñas que le brillaban como el hierro- "Voy a darme un paseo, me gustaría encontrar a los demás. Aunque ellos no pueden verme o aún me reconocerían"- empezó a andar por el bosque como si fuera invisible, pues sólo se veía una silueta felina, pero algo le detuvo. Había olido algo, algo asustado. Con cautela, se escondió en las sombras y vio aparecer una rata que parecía estar muy asustada pese a verla de lejos- "¡Una rata!"- se quedó un momento pensativo- "Voy a jugar un poco con ella, así haré ejercicio"- en ese momento vio que la rata se giraba hacia él. La miró amenazante y la rata empezó a correr- "Empieza el juego".
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
- ¿Dónde diablos se habrá metido ese cobardica?- Sirius, con su aspecto humano, buscaba a Peter entre los matorrales- ¡Peter, sal de donde quiera que te hayas metido!
- ¡Peter, era una broma!- James estaba en otro lado, también buscando- No íbamos a adentrarnos más en el bosque… ¿no ves que con nuestros cuerpos animales no pasamos por entre los árboles de lo espeso que es?
- Es inútil, lo buscaré con el olfato- Sirius se transformó en perro y empezó a olisquear el suelo.
- Buen chico- dijo James poniéndose a su lado y señalando con el dedo hacia delante- Busca, Canuto, busca- el perro se levantó con aire ofendido y a poco más y le muerde la pierna al chico- ¡Oye! ¡Qué sólo era una broma! O_o- en ese momento oyeron un chillido que, lo más seguro, procedía de su desaparecido amigo- ¡Es Peter!- Canuto empezó a correr- ¡Eh, espera!- se transformó en ciervo y saltó junto a su amigo.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Harry, después de portarse como un gato que persigue un hilo, acabó poniendo la pata, con cuidado, encima de la rata, que chilló como un cerdo degollado y lo mordió para liberarse. El chico rugió de dolor y soltó a su "juguete", para acto seguido atraparlo por la cola con la otra pata. El animalito chillaba y se retorcía de mala manera, cosa que hizo que Harry se pusiera furioso y acabara gruñendo, enseñando sus blanquísimos dientes. Peter ya se dio por muerto y se quedó paralizado, temblando de arriba abajo, y puso sus patitas encima de su cara esperando lo peor.
Pero Harry no le hizo nada, puesto que delante de él habían aparecido dos siluetas enormes que se dieron a conocer en cuanto las nubes destaparon la luna que iluminó esa parte del bosque. Uno sabía muy bien quién era… ¡la de veces que debía haberle visto transformarse! Sin duda, ese perrazo era Sirius. Y el de su lado… no cabía duda, el de su lado era su mismo padre. Pero no le gustó mucho verles: los dos parecían furiosos, Sirius mostraba sus dientes, gruñendo amenazante, y James tenía una pata levantada y la iba golpeando contra el suelo, al mismo tiempo que bajaba y subía la cabeza mostrando su cornamenta. Pero en cuanto le vieron a la luz de la luna, se quedaron parados, como una foto.
Canuto y Cornamenta habían llegado justo a tiempo, Peter aún seguía vivo y sin signos de haber sido atacado, y ni les sorprendió verlo temblando como una hoja. Amenazaron a quién lo tenía preso para que lo soltaran, parecía ser bastante pequeño. Pero no habían caído en que el animal estaba agachado. En cuanto la luz de la luna le iluminó, se quedaron parados de sorpresa… y miedo. Delante suyo tenían a… ¡Una pantera! Una pantera tan negra, que a su lado Canuto parecía descolorido, y tenía unas líneas blancas alrededor de los ojos iguales que las de Cornamenta, haciendo la montura de las gafas, pero éstas eran más finas. Al igual que el ciervo, la pantera tenía un flequillo rebelde, además de los pelos de la nuca erizados. Pero lo que más llamaba la atención de ese animal era que tenía dos especies de cicatrices plateadas, una línea en el antebrazo izquierdo y un rayo en la frente, justo encima de los ojos. Sus ojos verdes destacaban tanto que se podían ver de bien lejos. Ese animal sí que tenía aspecto de poderoso. Los demás no sabían qué hacer. Aunque eran dos, el otro parecía capaz de vencerlos sin problemas, aunque parecía ser el más pequeño de los tres. Pero sus garras, sus dientes y su poderosa y fuerte musculatura hacían que se lo pensaran… y que lo hicieran muy bien.
Harry supuso que se habían asustado al verle y se irguió del todo para que vieran que no quería hacer nada, pero lo único que consiguió es que le vieran aún más poderoso. Le miraban a él y a la rata, y pudo notar en sus ojos que no sabían qué hacer. Entonces comprendió. Miró a la rata, que no se había dado cuenta de nada. Sí, seguro, ese tenía que ser Peter. Volvió a mirar a los demás y, sonriendo, soltó a la rata. Fue entonces cuando Peter abrió los ojos y vio a sus amigos, de lo que no dudó en ponerse detrás de una de las patas de Canuto, y miró a la pantera, quedando tan impresionado como sus amigos.
Todos se quedaron inmóviles en silencio. Esperaban que el feroz animal les atacara o algo, pero cual fue su sorpresa al ver que la pantera sonreía de nuevo y, de un salto, desaparecía en la oscuridad.
Tardaron un buen rato en reaccionar y en cuanto lo hicieron les pareció imposible seguir el rastro de la pantera. ¿Qué hacía por allí ese animal tan raro? Al final decidieron no buscarla más (Colagusano no dejaba de arañar a los demás para volver al castillo), así que en cuanto llegaron al final del bosque volvieron a sus formas humanas y fueron a coger la capa y el mapa. Pero por el camino encontraron a alguien sentado encima de una rama, alguien que los dejó perplejos en cuanto lo vieron.
- Con que merodeando por el bosque prohibido a medianoche, ¿eh?- era Harry, que les miraba sonriendo pícaramente y la frase le salió como quien dice: "¿habéis visto que noche tan bonita?"
- ¡Pro… pro…!- quiso decir Peter- ¡Profesor!
- ¡¡Harry!!- exclamaron los otros dos.
- Hola, ¿habéis explorado mucho el bosque?- dijo él tan tranquilo.
- ¿Nosotros?- James puso cara de niño bueno (como Harry en la clase de vuelo)- Sólo hemos salido a pasear alrededor del castillo…
- Sí, claro, a pasear por los terrenos durante medianoche. Claro, claro, es algo muy normal- dijo en tono sarcástico, haciéndose el pensativo y cogiéndose el mentón con los dedos.
- Bueno, tampoco somos los únicos- sarcasmo contra sarcasmo.
- Si te refieres a mi, sólo he venido a asegurarme de que no os pasaba nada. Llevabais mucho rato en el bosque.
- ¿Pero cómo…?- los tres se quedaron con la boca abierta.
- ^^ Bueno, ahora que ya estáis otra vez en los terrenos, yo me voy. No tardéis mucho, ¿de acuerdo?- bajó del árbol y se puso a andar hacia el castillo, mientras que los demás se quedaban… vamos, que se quedaban allí (XDDD).
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
- Imposible- dijo Lily.
- Absurdo- repuso Remus.
- ¡Os juro que es verdad!- exclamó James mientras Sirius y Peter asentían con la cabeza y volvían a devorar su desayuno.
- Vamos chicos-dijo Remus- ¿No os dais cuenta de que es algo más que imposible?
- Lunático tiene razón- repuso Lily- A ver… ¿cuántas veces ves a una pantera en el bosque? Allí hay criaturas mágicas. Unicornios vale, centauros vale… aunque aún no hayamos visto ninguno… ¡¿pero panteras?! Ese animal sólo está en la selva… y no son mágicas.
- Os lo creáis o no, nosotros vimos una pantera- dijo Sirius entre cucharada y cucharada.
- ¡Y tanto que la vimos!- repuso Peter- ¡Intentó devorarme! ¡Jamás olvidaré esos colmillos tan blancos y esas garras tan grandes! Será la pesadilla de mi vida…- lloriqueó.
- Siempre dices lo mismo- dijo Remus- Cada vez que te pasa algo lo conviertes en la pesadilla de tu vida. Y como eres un cobarde cualquier cosa te asusta.
- ¡Juro que es verdad que la vi!- exclamó enfadado ante el comentario.
- Nosotros también los juramos- dijeron a la vez James y Sirius.
- ¡Ya sé!- exclamó James- Iremos a ver a Hagrid.
- ¡Buena idea!- dijo Sirius- Él sabe con exactitud qué animales hay allá, en el bosque- Lily y Remus no dijeron nada, se limitaron a lanzarse una mirada de "Están locos" y se encogieron de hombros. En ese momento vieron que algunos de sus compañeros levantaban la mirada hacia el techo y también lo hicieron. Una lechuza blanca como la nieve llevaba un paquete entre las patas y una especie de reloj en el pico con una cadenita fina alrededor del cuello.
- ¿No es muy pronto para el correo?- preguntó James siguiendo con la mirada a la lechuza hasta que ésta se posó en el brazo de Harry.
- ¡Hedwig!- exclamó Harry lleno de alegría, desde su mesa, y acarició a su lechuza- ¡Hola preciosa!- dijo mientras Hedwig le dejaba en la mano el giratiempo mientras que él se lo sacaba del cuello (lo que sería la cadena) y se lo ponía en el suyo- ¡Cómo me alegro de verte! ¿Qué es lo que traes?- desenredó unas cartas de la pata de la lechuza y miró el paquete- Cuanta cosa… toma- sacó de su bolsillo una golosina para Hedwig y le dio un trozo de tocino frito de su plato. El animal ululó de alegría y le dio un pellizco cariñoso en la oreja antes de irse a la lechucería a descansar- A ver qué es lo que tengo…- abrió el primer sobre, de Ron y Hermione. Reconoció en seguida la letra de Hermione.
Querido Harry,
Ron y yo casi nos morimos al recibir tu carta. ¡¡Profesor de pociones!! ¡Increíble, precisamente tú! Haznos un favor, queremos que nos cuentes absolutamente TODO lo que le hagas a Snape junto a los Merodeadores y en tus clases. ¿Y qué tal tu primera clase? Seguro que ya le has hecho algo. Nosotros seguimos aquí, buscando sin cesar algún remedio para tu maldición. De momento no hay noticias de quién-tu-sabes. Mientras tanto, Orgullo y yo hemos empezado a dar clases como ayudantes, así nos permiten quedarnos y seguir buscando. Orgullo hace transformaciones y yo estudios Muggle, Aritmancia, Herbología y Encantamientos.
Por cierto, Ginny ya se enteró de lo que te ha ocurrido. Sigue algo "mosca" porque no se lo contaste, pero ha entendido la situación y te ha perdonado. Ahora intenta esforzarse al máximo con sus estudios y a la vez nos intenta ayudar investigando por su cuenta. Te manda muchos besos y recuerdos.
Pronto vendrá uno de nosotros a visitarte y te traerá algún regalo de parte de todos.
Un beso,
Zarpa y Orgullo (Hermione y Ron)
A Harry le surgió una gota en la nuca al leer las clases de Hermione… ¿Cómo podía ser capaz de coger tantas asignaturas a la vez? Aunque casi no le sorprendía viniendo de ella. Abrió la segunda carta, de Sirius y Remus. Reconoció en seguida que la letra era de Remus, más fina que la de Sirius.
Querido Harry,
¿Te has divertido con Snape y su tutú rosa? Nosotros aún nos reímos ahora que lo volvemos a recordar. ¡Y con el comportamiento de perro! Canuto aún no ha parado de reírse desde ayer.
Harry, sólo queremos decirte que tengas cuidado cuando vayas por el bosque siendo Colmillo, hay muchos peligros. Y tranquilo, dentro de poco te ganarás la confianza de los Merodeadores.
Cuídate,
Lunático y Canuto
- Vaya, Harry, parece que no te olvidan- Dumbledore, que estaba a su lado, miró las cartas que tenía Harry en la mano- ¿Hay… novedades?- dijo pausadamente.
- Por lo que cuentan aquí, no- sonrió. Ahora que ya sabía algo, se sentía más aliviado. Cogió la tercera carta, que resultó ser de Dumbledore.
Harry,
Supongo que tus amigos ya lo habrán escrito, pero mi deber es comunicarte que no hay novedades sobre Voldemort. Severus consiguió averiguar que está tan enfadado de que la maldición le fallara y que te hayas escapado de sus manos que está aturdido y no sabe qué hacer. Tus amigos volvieron a espiar a la casa de los Ryddle, pero por lo que se ve, se han mudado de allí. Todo está tranquilo de momento. Así que disfruta de ese tiempo que pasarás aquí y relájate.
Atentamente,
Albus Dumbledore
Harry estaba realmente aliviado después de leer la carta, y finalmente abrió la última. Sabía perfectamente de quién era. Esos garabatos no podían ser de otro que de Hagrid.
Hola Harry,
¿Cómo estás? Espero que bien. Aquí todo va bien, ya empecé a dar clases al igual que todos. Esta vez he empezado con los centauros. Firenze y Ronan aceptaron dejarse ver y se han mostrado amables con los chicos, incluso dejaron que los montaran, pero Blane sólo se dejó ver al principio y se largó (sigue siendo tan cabezota como siempre, ¿sabes?). Ron y Hermione, bueno, Zarpa y Orgullo, me ayudan de vez en cuanto a encontrar algún animal interesante para las clases.
Bueno Harry espero que no te metas en líos y que te vayan bien las clases.
Recuerdos,
Hagrid.
Harry sonrió, contento. Era una gran alegría para él tener noticias de sus amigos. Finalmente, cogió el paquete que había traído Hedwig y lo desenvolvió con cuidado. Era una cajita de madera, pero no una normal. Enseguida reconoció el logotipo dibujado en un costado de la cajita, dos varitas tocándose por las puntas, echando chispas y una nubecita que formaba las letras F y G entrelazadas. Las letras se iban evaporando y otra vez salía la nubecita y las iba formando. Era un encantamiento sencillo, pero para Harry en aquel estado…
- Vaya- sonrió- A ver qué han inventado de nuevo Fred y George en su tienda de bromas- dijo para sí mismo, abriendo la cajita. En su interior lo primero que encontró fue una nota:
¡¡Hey Harry!!
¿Por qué no nos contaste nada antes? Te hubieras podido llevar unas cuantas bromillas… bueno, nunca es tarde. George y yo te mandamos unas cuantas bromas para que se las hagas a Snape. Realmente es mala suerte que tengas que darle clases, aunque los antiguos Merodeadores nos han contado lo que le hiciste en tu primera clase… ¡¡Y nosotros sin poderlo ver!! Haznos un favor, cuéntanos todas las que le hagas pasar a ese arrogante de Snape… nuestras bromas te ayudarán.
En la cajita hay unas cuantas dragominolas, galletas gatunas, coca cola burra, sapos de chocolate, odioamorosas y una bolsita de polvo de murciélago.
Como seguramente es más difícil hacer bromas de profesor a alumno y no de compañeros de clase, te damos las más sencillas para que te resulte más fácil.
¡¡Promete que nos lo contarás todo!!
Saludos,
Fred y George.
Miró el contenido de la cajita y se rió por lo bajo. Recordaba la de bromas que le había hecho junto a sus amigos al creído de Draco Malfoy. Aunque era más serio y se había vuelto más maduro, más "adulto" desde el Torneo de los Tres Magos, las bromas de los gemelos Weasley le habían levantado mucho el ánimo durante los tres años siguientes. Él, Ron y Hermione siempre eran los primeros en probar las bromas recién fabricadas de Fred y George, y cuando éstos se marcharon, no dejaron de proporcionárselas igualmente. Estaban tan agradecidos a Harry de que les diera el dinero del Torneo que todo se lo daban gratis, y todavía lo seguían haciendo.
Cuidadosamente, guardó todas las cartas en sus respectivos sobres y los dejó dentro de la cajita. En cuanto terminó de desayunar se fue. Subió unas cuantas escaleras y recorrió el mismo pasadizo donde se hallaba el cuadro de la dama rosa, a la que saludó cordialmente antes de seguir su camino hasta casi el final del pasadizo, donde había un cuadro tan grande como el de la dama rosa y en el que estaban dibujados una pantera negra con ojos verdes y otra blanca con los ojos azules. Las dos dormían como gatitos. En cuanto Harry se acercó, las dos panteras despertaron al unísono y gruñeron. Al ver a Harry, la pantera negra enseñó sus colmillos y sus garras, pero al contrario que su compañera, la pantera blanca se calmó, se sentó y preguntó:
- ¿Contraseña?
- Colmillo, el rastreador de la noche- Harry abrió la boca como imitando a la pantera negra, enseñando los dientes.
Las dos panteras se pusieron de lado, haciendo los mismos gestos (como si una de ellas fuera un espejo) y se quedaron una delante de otra. Bajaron sus cabezas y estiraron los cuellos hasta tocarse sus frentes, y el cuadro se abrió. Dentro había una habitación circular, parecida a la que tuvo en la sala de Gryffindor. A su derecha había una pequeña chimenea en el cual aparecía una fogata al abrir el cuadro, al igual que la luz, y calentaba la habitación en un instante. A la izquierda de la chimenea había una estantería llena de libros que había usado en sus años escolares y siete carpetas en donde guardaba la información necesaria para sus clases, clasificadas por cursos; además de unos cuantos libros sobre el quidditch y los aurores. A la izquierda de la estantería había un escritorio y el baúl de Harry al lado. En la silla del escritorio estaba colgada su capa invisible; encima del baúl estaba la jaula de Hedwig y un poco más arriba, una ventana abierta para que entrara su lechuza cuando quisiera. Al lado del baúl se encontraba su queridísima Saeta de Fuego, resplandeciente como si fuera nueva, apoyada en el cabezal de la cama que estaba adornada con un edredón de terciopelo rojo oscuro. En las paredes había fotos encuadradas se sus amigos. En una estaban sus dos mejores amigos, sonriéndole y saludando con la mano. En otra se encontraban él, Ron, Neville, Dean Thomas y Lee Jordan dentro de su antigua habitación, todos saludando y haciendo alguna tontería como el señal de la victoria o muecas. Harry se rió un poco y miró la demás. Otra que estaba más cerca de la chimenea era de él con Sirius, Remus y Moody, los tres haciendo un Patronus. Un poco más lejos, una en que estaban todos los Gryffindors en el campo de quidditch. Encima del escritorio estaban las más importantes para él. En una estaban los tres Rastreadores y los antiguos Merodeadores, junto con Hagrid, sonriendo y saludando, y Sirius de vez en cuando agarraba a Harry por el cuello, le revolvía el pelo y le sacaba las gafas, mientras que él batallaba para cogerlas. Otra, justo al lado, eran todo un grupo de pelirrojos, la familia Weasley al completo. En ella estaban también Hermione, abrazada a Ron, y él con Ginny a su lado que lo abrazaba. Todos estaban muy felices, pues había sido tomada después de hacer caer a Voldemort de nuevo y rescatar a sus amigos, al final del 6º curso. Por eso Molly Weasley cada dos por tres iba a por las dos parejitas y les daba unos achuchones cariñosos, mientras que Charlie, Bill y los gemelos se reían y Percy se enfadaba con ellos por haberle hecho cuernos con los dedos. Harry se rió, le encantaba esa foto. La última estaba debajo de esas, en la que se veía a Harry volar un poco con su Saeta de Fuego y luego aterrizaba suavemente delante de Dumbledore, se daban la mano y su director le daba una gran copa, la copa de los mundiales escolares de quidditch. Recordó que no fue fácil competir con Dumstrang y Beauxbatons, sobretodo con Viktor Krum en la final, pero consiguió ser más rápido y cogió la snitch en pleno giro, un giro que casi le cuesta una caída de 50 metros.
Después de mirar un poco las fotos (y eso que había colgado las más importantes porque llevaba muchas más en el baúl) se acercó a la mesa del escritorio y dejó la cajita. La abrió, sacó todas las cartas y las leyó de nuevo. Les echaba de menos, al fin y al cabo, ellos habían sido toda su familia.
La alarma de su reloj indicó que eran las 11 de la mañana. Harry se puso como unas pascuas. Rápido como el viento, se puso una túnica de color verde esmeralda, fina y ligera, y cogió su Saeta de Fuego para dirigirse al campo de quidditch. Pero antes de salir cogió unas cuantas "chucherías" de la cajita y se las puso en el bolsillo.
- ¡Estoy tan emocionado! ¡No había subido en una escoba en todo el verano!- gritó mientras salía de la habitación dando un salto.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
- ¡Qué bien!- James saltaba de alegría, tirando su escoba al aire- ¡Hoy toca entrenamiento de quidditch!
- Pero hombre, Cornamenta- Remus alcanzó la escoba del chico- Terminarás sacándole el ojo a alguien, estate quieto.
- ¡Estoy tan emocionado! ¡No había subido en una escoba en todo el verano!- gritó dando un salto como el que, momentos antes, había dado Harry en el castillo.
- Creo que no te escucha mucho- dijo Peter- Se le ha ido la olla de sitio.
- Fijaos bien como se hace para que te haga caso- Sirius, haciéndose el importante, se puso al lado de James y lo cogió por el cuello, mientras que le revolvía el pelo y le sacaba las gafas (me suena de cierta foto… :P).
- ¡Eh, eh, Sirius! ¡Devuélveme mis gafas! ¡No veo un burro a tres pasos sin ellas!- batalló contra su amigo hasta poder quitárselas (fotocopia exacta de la foto de antes :D).
- Toma- sonrió- ¿Lo veis? Ahora sí que nos hará caso. ¿Verdad James?- dijo su nombre como imitando a Lily, pero James ni le miraba- ¡Eh, Cornamenta!- fue a empujarlo, pero el otro se giró de golpe y Sirius se pegó un buen mamporro en el suelo.- ¡¡Ayyy au auch!!
- ¿No tienes más palabras?- dijo Peter dándole la mano para ayudarle a subir.
- ¡Ou ui ei iaa!
- Ja, ja, ja, qué gracia- sarcásticamente, Peter le dejó ir de la mano y Sirius volvió a caer.
- ¡¿Pero qué haces, hombre?!
- Vaya, ya no tenías más palabras- se rió.
- Mira qué simpático. Y tú Cornamenta- se levantó- ¿se puede saber qué haces?- entonces vio que su amigo miraba a alguien con cara de malas pulgas. Los demás también miraron.
- Hola- Harry, sonriendo, se acercaba a ellos con su escoba en la mano- ¿Estás bien, Sirius?- por lo visto había visto (:D menuda frase) toda la escena.
- Sí, yo soy muy fuerte. ^O^- vaciló, poniendo las manos en las caderas.
- ¿Qué estás haciendo aquí?- preguntó James no de muy buenas maneras, precisamente.
- Vengo a volar un poco- levantó su escoba para que vieran que decía la verdad.
- Me parece que ahora no puedes- dijo Remus- a nosotros nos toca entrenamiento de quidditch.
- ^^ Ya lo sé- sonrió mientras los demás lo miraban como si fuera un loco recién fugado de un hospital psiquiátrico- Hasta ahora- se alejó sin decir palabra y aguantando la risa ante la cara de anonadados que ponían los demás. Ninguno sabía qué decir ante lo que había pasado.
- ¡Eh, vosotros!- una chica de su clase les llamó- ¡Os están esperando!
- Esto… sí, ya vamos- Lily, después de sacar del trance a sus amigos, los logró arrastrar hasta entrar en el campo.
- ¡Vamos, vamos!- la Sra. Hooch les llamaba- ¡No tenemos todo el día!- esperó a que todos estuvieran en sus sitios- Bien, ahora que ya no falta nadie más, tengo que daros una noticia: durante una temporada no podré subirme a la escoba por culpa de un desagradable accidente que sufrí este verano… así que tendréis otro profesor que os enseñará técnicas de juego de quidditch.
- ¿Otro profesor?- exclamaron muchos con asombro y curiosidad.
- Genial, este año es el de los profes- exclamó Sirius con rencor.
- Bien, les presento al que será mi ayudante y vuestro profesor de prácticas. Seguro que ya lo conocen- señaló hacia el centro del campo.
- ¿Cómo?- preguntó James, mirando hacia el sitio indicado- ¿Lo conocemos?
Justo al terminar de decir la frase vio a alguien montado en una escoba que volaba casi rozando el suelo y lentamente. En cuanto le vieron de cerca, toda la clase se sorprendió.
- ¡¡Profesor Patter!!- exclamaron todos al unísono.
- Buenos días, Gryffindors- saludó con la mano y con una sonrisa de oreja a oreja, parándose delante de la clase- ¿Listos para la clase?
- ¡¡Wau, qué bien, también le tendremos en la clases de vuelo!!- exclamaron la mayoría. Después de hacerle probar a Snape aquella poción el día anterior, a todos les había caído bien el nuevo profesor.
- Bah, seguro que no es muy bueno al quidditch- dijo Sirius.
- Te doy la razón Canuto - dijo James- No parece haber practicado nunca el quidditch. Escuchad, si es capaz de ganarme con la snitch… prometo incluso no gastarle ninguna broma.
- A ver, atentos- dijo Harry levantando una mano- como es el primer día que volamos después de las vacaciones… sí, yo tampoco he volado este verano…- dijo ante los murmullos- Haremos un pequeño calentamiento. Coged las escobas y dad 10 vueltas al campo.
- ¡Al sonido del silbato!- dijo Hooch- ¡Tres, dos, uno!- el silbato resonó en todo el campo.
- ^^UUU "¿siempre tiene que hacerlo sonar?"- pensó Harry.
- ¡¿Siempre tiene que hacerlo sonar?!- exclamó James mientras se subía en su escoba.
- ¡Ja, ja, ja!- Harry se echó a reír- Es… es exactamente lo que pensaba… ¡Ja, ja, ja, ja!
- ¬¬- James lo miró furioso y despegó con un fuerte golpe en el suelo con el pié.
Harry no se lo pensó dos veces y despegó igual que su padre. James, que estaba orgulloso de ser el más rápido elevándose, casi se cae ante el remolino de viento que pasó a su lado. Al recobrar el equilibrio en su escoba, vio que a unos 10 metros de él estaba Harry, observando un poco el campo.
- ¿Cómo… cómo es posible?- James no le quitó la vista de encima a Harry, que empezó a volar algo despacio por el campo- ¡Ah, qué susto! ¡Creí que ese remolino había sido él pasando por mi lado!
- Es que ha sido él pasando por tu lado- le dijo Lily llegando a su lado, acompañada de los otros Merodeadores.
- ¡¿Qué?! ¡Eso es imposible!
- Es cierto, Cornamenta- dijo Peter- Nosotros estábamos mirando al profesor (recordad que a él no le dijo nada de llamarse de tú porque no estaba) cuando éste ha salido como una bala.
- ¡Maldita sea!- James estaba realmente furioso, echaba humo por las orejas.
Después de que todos dieran las vueltas al campo, Harry los hizo descender y ponerse en fila de uno. James no le había sacado los ojos de encima y en ningún momento le vio ir "muy" deprisa, así que pensó que seguramente sus amigos se habían equivocado, dejando el tema de lado.
- Bien- Harry se paseaba de un lado a otro mirando a los alumnos- Lo que quiero que hagáis ahora es muy sencillo. Uno por uno, despegaréis desde esta línea blanca que la Sra. Hooch ha dibujado con su varita en el suelo, y os elevaréis lo más deprisa posible hasta llegar donde yo esté. Os cronometraré a ver cuánto tardáis. ¿Sí, señorita Miller?- Harry miró a una chica rubia de ojos miel que levantaba la mano.
- Profesor… por favor…- dijo avergonzada la chica, una de las casi todas las chicas que se habían quedado coladitas por su profesor- ¿Podría mostrarnos cómo lo hace usted?
- Bueno, está bien- sonrió, haciendo que la chica bajara un poco la cabeza apartando la vista, y se puso delante de la raya blanca- Sra. Hooch, por favor… cuando quiera.
- ¡Al sonido del silbato!- dijo ella- ¡Tres, dos, uno!- el silbato resonó en todo el campo, otra vez (se me ha quedado en la mente por culpa del juego de la Play Station… ¡qué rallada! .).
Casi no pudieron verlo. Subió a tal velocidad que en poco más de un segundo ya estaba a 150 metros del suelo. Todos se quedaron perplejos.
- Bueno, atentos todos- dijo la Sra. Hooch- en cuanto el profesor Patter levante la mano que se prepare al que le toque, y salgan únicamente cuando oigan el silbato.
Se oyeron muchos silbatos resonar por el campo de quidditch, hasta que todos los gryffindors estuvieron al lado de Harry, que al subir el último chico, les hizo repetir los mismo pero bajando en lugar de subiendo.
- Prestad atención por favor- Harry tenía una gota en la nuca… todos murmuraban sobre lo rápido que era él- "Sabía yo que no debía coger a la Saeta de Fuego…"
- Disculpe, profesor- un chico pelirrojo muy parecido a Ron se acercó un poco a Harry.
- ¿Sí, señor Weasley?- sonrió.
- Perdone por la pregunta… ¿pero qué escoba es esa?- tanto él como el resto de la clase miraban a la Saeta de Fuego con chispas en los ojos.
- ¿Esta? ^^U "¿Y ahora qué les digo? ¿Qué fue lo que pensé el otro día por si me lo preguntaban?" Bueno… es un… un prototipo- se acordó de repente.
- ¿Un prototipo?- exclamaron.
- Sí, esta escoba la creé con unos amigos de mi escuela. Todavía es un prototipo que estamos probando. Si funciona bien, pronto la comercializaremos.
- *-* ¡Es rapidísima!- la gran mayoría soñaría esa noche en poder comprarla.
- La verdad es que sí, lo es bastante. "^^U Si supieran que la Saeta de Fuego 2 aún es más rápida que ésta… aunque sólo sea un prototipo que probamos en los mundiales escolares de quidditch. Je, pero yo quise ir con la mía y terminé ganando aunque la escoba fuera más lenta ^_^".
- ¿Y qué nombre tiene ese prototipo?- James no pudo resistir la tentación de admirarla, le encantaba demasiado el quidditch como para no hacerlo.
- ^^ Saeta de Fuego.
- ¡Wooooo!- exclamaron los "admiradores" de la escoba.
- ¡Qué potente!- exclamaron unos.
- ¡La hace realmente imponente!- exclamaron otros.
- ¡Increíble!
Harry no sabía qué hacer, sin darse cuenta había alborotado a toda la clase. Incluso los Merodeadores, de los cuales se había dado cuenta de que no les caía muy bien, estaban emocionados. Por mucho que intentara hacerlo callar y que le prestaran atención, ellos sólo tenían ojos para la escoba. De pronto, un silbato les penetró en los oídos y todos se callaron de golpe.
- ¡Esto no es un desfile de escobas!- la Sra. Hooch, que se había quedado en las gradas observando las habilidades de Harry (aún no lo había visto montado en una escoba), ahora estaba delante de los alumnos. Estaba más que claro que aunque Harry fuera un profesional como jugador, aún era un novel como profesor- Hagan el favor de volver a prestar atención a la clase de hoy. Y usted, Sr. Patter- le miró poniendo las manos en la cadera- Aún le queda mucho para saber dominar a los alumnos.
- Bueno, qué quiere que le diga… sólo he dado tres clases de pociones- dijo él con carita de niño bueno, cosa que su padrino le enseñó a hacer perfectamente.
- Bueno no se preocupe, la experiencia siempre es algo que se ha de adquirir. Ahora siga con la clase- dio media vuelta y volvió a las gradas. Harry miró a los Merodeadores un segundo y guiñó un ojo a Sirius y a James.
- Eh, esa técnica es nuestra- dijeron a la vez los dos chicos, aún sorprendidos.
- Bien chicos, ahora estad atentos. Hoy vamos a aprender a hacer el Amago de Wronski. ¿Alguien conoce ésta técnica?
- ¡Nosotrooooos!- exclamaron James y Sirius a la vez, levantando el brazo y empujándose porque los dos querían decirlo primero.
- A ver, a ver, calma chicos. Dime, Potter.
- ¡Ja!- miró a Sirius triunfante- El Amago de Wronski es una técnica que usa el buscador para despistar al contrincante. Se trata de girar en el último momento durante una caída o cerca de un poste, así el otro choca y se cae.
- Exacto, 5 puntos más por esa explicación. Pero tenéis que saber que el Amago de Wronski es muy peligroso, porque podemos tener serias lesiones al no calcular bien. ¿Cómo sabe de esta técnica?
- La vimos en los mundiales de quidditch- Sirius se hizo el importante, había pocos magos que pudieran haber ido a ver los últimos mundiales.
- ¿Y sabe hacerla, Sr. Black?- Harry sonrió con malicia.
- Pu… pues… no- se agachó un poquito, por una vez no podía presumir de ser el mejor, el más listo, el más inteligente y el número uno.
- ¿Y usted, Potter?- vio como su padre negaba con la cabeza.
- Nunca he tenido ocasión de intentarlo.
- Bueno, pues ahora la tendrá.- sonrió- Que nadie se mueva de aquí, vuelvo en un segundo- se elevó con su escoba, algo incómodo porque todos le miraban (bueno, a la escoba ^^U), y le vieron alejarse del campo.
- ¿A dónde irá?- James miraba hacia donde Harry había desaparecido.
- Oye Cornamenta…- Sirius le miraba con malicia.
- ¿Qué?- levantó una ceja… esa mirada siempre tenía algo escondido.
- Parece que Harry ya no te cae tan mal como hace unos minutos, ¿verdad?
- -__- ¡Cállate, Canuto!
- A él…- dijo Remus- cualquier cosa que tenga que ver con el quidditch hace que se olvide de todo.
- ¡Ja, ja, ja! ¡Cierto!- exclamaron los otros a la vez, junto con Lily.
- ¬.¬ Bueno ¿y qué si no me cae mal? Se merece una oportunidad antes de ser juzgado, ¿no?
- ^^ Lo que tú digas- dijeron a coro.
Aproximadamente 10 minutos después, vieron entrar en el campo a la profesora McGonagall. Los Merodeadores se asustaron, ¿qué habían hecho esta vez? Ambos se miraron con la pregunta latente en sus ojos, pero ambos se encogieron de hombros. Si ellos no habían hecho nada, ¿qué hacía allá la jefa de la casa Gryffindor?
- Buenos días- dijo con su típica cara de seria.
- Profesora McGonagall…- James la miró- ¿Qué hemos hecho esta vez?- lo mejor era ir directo al grano, lo sabía por experiencia.
- Nada Potter, por una vez no tengo que ser llamada para castigaros… ¿Dónde está el profesor Patter?
- No lo sabemos, hace un rato que se fue por allí- señaló la parte del cielo donde antes vieron desaparecer a Harry, justo en el momento en que el joven profesor volvía a aparecer- ¡Mírelo!
- Hola- sonrió aterrizando suavemente delante de McGonagall y los chicos.
- Venga Harry, que no tengo todo el tiempo del mundo- dijo McGonagall.
- ^^U Sólo un momento- volvió a montar su escoba y sobrevoló el campo de quidditch, observándolo. Después de dar un par de vueltas volvió donde estaban los demás y miró a McGonagall- Sí, creo que con medio campo bastará.
- Muy bien- la profesora sacó su varita apuntando al campo- ¡Gelatinum elásticus!- un leve destello de luz inundó medio campo y, cuando ésta desapareció, el campo estaba… como antes, o eso parecía- Atento, Harry- dijo mirando al chico y guardando su varita- El efecto sólo durará una hora, así que asegúrate de ir mirando el reloj continuamente.
- Entendido.
- Que tengan buenos días- volvió con su pose serio y empezó a andar hacia el castillo.
- Vamos, no hay tiempo que perder- dijo Harry al mirar su reloj- Os quiero a todos por parejas del mismo sexo. ¡Deprisa!
- Oh, qué lástima Cornamentita…- Sirius se puso al lado de James, agudizando la voz en tono de burla- No puedes ir con tu queridísima novia…
- ¡Cállate!- le dio un puñetazo en el brazo, con las mejillas levemente enrojecidas.
- Vamos hombre, no te pongas así. Al fin y al cabo irás conmigo. ^O^
- Sí, no notarías la diferencia- dijo Remus poniéndose al lado de James- ¡Es como ir con una chica de lo presumido que es!- todos se echaron a reír. Harry se elevó rápidamente con su escoba para que no le oyeran reírse.
- ¡No tiene gracia!- Sirius enrojeció de rabia, no soportaba que se metieran con él y sus "galanterías"- No es para reírse.
- ¡No, es para partirse!- exclamó James entre risas.
- Bu…bueno vale- a Harry se le escapaba la risa- Dejaos de tonterías y poneos por parejas- Sirius y James se pusieron juntos (aunque Sirius con cierto rencor), Remus se juntó con Peter y Lily hizo pareja con Molly- "Vaya pareja, la Sra. Weasley y mamá"- sonrió y se dirigió a la clase- Primero de todo, colocaré este avisador en el suelo- sacó una cosa que parecía una pelota con un muelle de unos 10 centímetros rodeados de goma- lo que tenéis que hacer es bajar tan deprisa como podáis, tocar la bola con la punta de la escoba y elevaros de nuevo mientras que vuestro compañero intentará bloquearos.
- ¡Pero chocaremos contra el suelo!- exclamó un chico- ¡Eso no se consigue a la primera!
- Sí que chocaréis, pero por eso vino la profesora McGonagall- se elevó y se lanzó hacia el suelo a toda prisa. Todos temieron lo peor, pero en cuanto Harry chocó contra el suelo, éste se hundió como si fuera elástico y lo "escupió" de nuevo a la superficie. Harry dio un par de volteretas antes de equilibrarse y, después de recuperar sus gafas que habían salido volando, volvió a descender- ¿Lo veis? Ahora el suelo de medio campo es completamente de goma, podéis ir sin miedo. ¡Vamos! ¡Venid todos conmigo!- se elevó y los chicos le siguieron hasta estar a unos 200 metros del suelo- Formad una fila. Para bloquear podéis empujar a vuestro compañero para desviarlo, pero tened cuidado y controlaros, ¿de acuerdo? Cuando levante la mano, empezáis- le dijo a la primera pareja, que resultaron ser James y Sirius- ¿Preparados? ¡Ya!
Sirius empezó por barrarle el paso a James que tenía que dar giros bruscos para poder ir hacia el avisador. Los dos eran muy buenos, pero pronto James fue más rápido y ágil que Sirius y le despistó. Bajó en picado hasta tocar el avisador, que dio un fuerte grito para "avisar" que lo habían tocado correctamente, pero cuando levantó la escoba con las manos no lo hizo con suficiente exactitud y chocó contra el suelo, que hizo exactamente lo mismo que con Harry.
- ¡Ah, no me ha salido!- se quejó el chico elevándose para volver con los demás- ¡Qué rabia, no me ha salido! T_T
- No es tan fácil- sonrió Harry- Hay que tener mucha precisión, y la mejor manera de conseguirlo es practicando.
Y así pasaron las 3 horas de entrenamiento de quidditch. Harry vio que James y Sirius eran muy buenos jugadores, tenían casi el mismo nivel, pero James era más rápido y ágil. Lily también era muy buena jugadora, la mejor de las chicas (se notaba que James le había enseñado). Remus parecía temer un poco coger velocidad, pero también era muy ágil con la escoba. Fue el único que lo logró a la primera. El más patoso de todos era Peter, iba muy despacio y casi no sabía volar encima de la escoba, sino debajo (:D ¡ja, ja, ja!). A Remus le bastaba pasar por su lado algo deprisa para que el chico se cayera solo del miedo.
Una vez terminada la hora del encantamiento del campo, siguieron practicando, más despacio y con más cuidado, en el aire pequeños giros. Cuando terminaron el entrenamiento todos habían podido hacer el ejercicio del avisador menos Peter y otro chico. A Harry les hizo recordar a Neville, los dos eran tan torpes como él.
En cuanto sonó el timbre a lo lejos todos los alumnos se marcharon felices y hablando sobre la clase. Realmente el nuevo profesor era admirado por todos: era joven, lo que hacía que se sintieran más a gusto en clase, y daba las clases más interesantes y divertidas que habían recibido nunca. Incluso los Merodeadores opinaban lo mismo después de esta clase.
- Es buen chico al fin y al cabo- dijo James.
- Sí, no nos riñe cuando soltamos algo sobre los Slytherins- afirmó Sirius.
- Tampoco nos ha dicho nada cuando hemos empezado un partidillo de quidditch de golpe… incluso se nos ha unido- dijo Remus muy contento.
- Sí, señor, este profesor me inspira confianza- dijo James- ¿Y habéis visto lo bien que vuela y lo rápida que es su escoba? *_*
- ^^ Ya os dije que Harry es buen chico- dijo Lily.
- Otra vez no dudaremos tanto de ti- dijo James rodeándole en cuello con su brazo.
- ¿Qué ocurre conmigo?- vieron que Harry estaba encima de ellos con su escoba.
- Nada- dijo James- Sólo comentábamos la clase.
- ¿Os ha gustado?- bajó hasta tocar el suelo.
- ¡Muchísimo!- exclamaron Sirius y James a la vez.
- Me alegra- sonrió- Quería empezar con buen pié al igual que en pociones… je, je, je, por mucho que me diga el jefe de los Slytherins no me arrepentiré de esa clase- se rió un poco.
- ¿El jefe de los Slytherins?- preguntó James- ¿Qué te ha dicho?
- Corna… James no tengas tantas confianzas- le dijo Peter por lo bajo. Delante de un profesor nunca se llamaban por sus sobrenombres.
- ¡No pasa nada, Peter, él mismo nos dijo que le llamáramos de tú!- dijo Sirius.
- Sí, es cierto- le lanzó una mirada algo… fría pese a sus intentos de no hacer notar su desagrado… ¿cómo lograrlo sabiendo que prácticamente era el asesino de sus padres?- Yo mismo lo pedí… me hace sentir mayor… no hace ni tres meses yo también tenía que hacer eso de "disculpe profesor… pero no entiendo"- parodió la frase con una voz más aguda y levantando la mano, y los otros se rieron- En cuanto a los de Slytherins… ese tal Snape se quejó a su jefe y me vino a echar bronca…
- Ese pelo grasiento de Snape…- James se enfadó.
- No pasó nada… suerte que el profesor Dumbledore estuvo de mi parte… incluso se rió de lo lindo en cuanto se lo expliqué una vez pasado el lío- les guiñó un ojo- Así que quiero vengarme de él con ciertas "bromillas".
- ¿Una venganza contra ese idiota?- a James se le iluminaron los ojos- ¿Cómo?
- Tengo ciertas gominolas que han hecho unos amigos míos…- sonrió- En cuanto terminaron la escuela montaron una tienda de artilugios de broma… y siempre me envían cosas. ¿Queréis ver las que me han traído esta vez?
- ¡Sí!- exclamaron a la vez.
- Mirad- sacó de su bolsillo unas "chucherías" muy suculentas a simple vista.
- ¿Eso son artículos de broma?- preguntó Peter.
- ¿Quieres probar alguna?- se las ofreció- Son buenas… "Aunque no lo sé, ni loco pruebo yo lo que me envían Fred y George" y sus efectos duran poco. Estas rojas con forma de dragoncitos se llaman "Dragominolas"; estas son "Sapos de chocolate", como las ranas de chocolate pero en sapo; estas cajitas de plástico contienen "Coca cola burra"… y estas galletas que tienen la forma de la cara de un gato son "Galletas Gatunas".
- Me inclino por las galletas- Peter, con cierto temor, cogió una- ¿Son seguras?
- Claro que sí. Son bromas, no maldiciones.
- Lo que pasa es que es un cobardica- dijo Sirius- Tiene miedo de todo.
- No es verdad…- le echó una de esas miradas que asesinan y volvió a mirar la galleta- ¿Y qué es lo que hacen éstas?
- Pruébalas sin miedo.
Peter se lo pensó un poco antes de ponerse la galletita en la boca y comérsela. Tenía el mismo sabor que cualquier otra galleta. De repente, todos vieron como las orejas del muchacho crecían y adquirían la misma forma que las de un gato. La nariz se le ensanchó de manera que parecía la de un gato y aparecieron unos largos bigotes grises. Las pupilas se pusieron rectas y una cola de color marrón apareció en la parte de atrás del chico. Peter se tocó la cara y las orejas asustado mientras que los demás se reían. En cuanto vio que tenía cola se horrorizó.
- ¿Qué es lo que meeeeeuuu pasa?- miró a su profesor.
- Estas galletas te medio transforman en gato. "Un pequeño honor a Zarpa y la poción Multijugos"- Harry intentaba parecer serio pero le dominó el recuerdo- ¡Ja, ja, ja! ¡Realmente sembramos el colegio de ellas! ¡Ese sucio Draco ni siquiera se daba cuenta!
- ¿Quién?- preguntó James, aún riéndose de Peter, al cual le estaban desapareciendo los efectos.
- Un chico despreciable. Somos enemigos desde nuestro primer día. Siempre se ha metido con mis amigos y conmigo desde que no acepté ir con él, compró su entrada al equipo de quidditch con unas escobas último modelo para ganarme con sus trampas, se chivó unas cuantas veces a nuestra jefa de la casa de que estábamos fuera del castillo por las noches…- empezó a reflexionar contando con los dedos- Sería una segunda versión de James con Snape.
- ¿Cómo sabes eso?
- Porque se te nota muchísimo- le guiñó un ojo- Lo vi desde el primer momento que no os caíais muy bien.
- ¡Oye estas galletas son geniales!- Peter, que ahora volvía a ser del todo humano, se había echado a reír.
- ¡Sí, son perfectas para Snape!- Sirius, aún riendo, miraba las otras gominolas de la mano de Harry- ¿Qué hacen las demás?
- Vayamos a almorzar, y Snape podrá probar un poco de lo que tengo aquí- empezaron a andar- A ver… ¿qué le daremos?- se fijó en las cajitas de plástico- Creo que ya sé…
- ¡Atención! Misión numero uno: venganza con broma- dijo James como si estuvieran en una guerra.
- Objetivo: el pelo grasiento de Severus Snape, Slytherin- le siguió Sirius.
- Arma a emplear: coca cola burra- dijo Harry parándose y girándose hacia los demás- ¡Atención soldados! Necesito un voluntario para esta misión.
- ¡me ofrezco voluntario, señor!- James se adelantó un paso poniendo la mano en la frente.
- ¡Bien, soldado James! Su misión será echar la coca cola burra en el vaso del objetivo- Harry le dio la cajita de plástico e hizo el mismo gesto con la mano- ¡Buena suerte!
Todos se echaron a reír y empezaron a andar hacia el Gran Comedor. Harry ya se había ganado a los Merodeadores.
Mientras andaban hacia allá, no se dieron cuenta que cerca de ellos, entre los árboles del bosque, unos ojos azules les espiaban.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
El Gran Comedor estaba rebosante. Los chicos hablaban un poco de todo: de sus clases, de lo que habían hecho en verano, de lo que iban a ser… Harry les miraba sonriendo, echaba de menos estar ahí hablando como ellos… Se acordó de esas tardes jugando al ajedrez mágico con Ron, o charlando con Sirius y Remus cerca del fuego, y las charlas de Hermione sobre los deberes o posibles contraataques contra el-que-no-debe-ser-nombrado que le hacía estudiar…
- Ayy…- suspiró después de tragar un trozo de carne.
- Te ves triste, Harry- Dumbledore, que estaba a su lado, le sonrió- ¿Echas de menos a los tuyos?
- La verdad es que sí… con todo lo que me ha pasado con Voldemort ahora me doy cuenta de que nunca aproveché como es debido mis años escolares.
- Bueno, nunca es tarde para dar alguna que otra bromita- sonrió- He visto que ya te has hecho amigo de los chicos- echó un vistazo a la mesa de los Merodeadores, donde James se estaba sentando chocando las manos con los chicos. Acababa de venir de "completar la misión".
- Sí, en la clase de vuelo- sonrió.
- Ah, por cierto… Hooch me ha comentado que eres realmente muy bueno montado en la escoba. Ha quedado muy impresionada- sonrió- Supongo que te viene de familia… James Potter ya ha conseguido la copa de la casa 3 veces consecutivas.
- Je, je, je- sonrió.
Harry fijó su vista en el pequeño Snape (:DD lo siento pero cuesta imaginarlo… y escribirlo). Ahora solo era cuestión de que bebiera un poco para que la coca cola burra hiciera su efecto, cosa que no tardó. Snape, sin llegar a imaginarse nunca lo que había en su bebida, se la tomó acompañando un trozo de pan. Ahora sólo faltaba que hablase. Parecía que estaba de suerte puesto que Snape, en el momento de tomar su bebida, estaba conversando con Malfoy sobre el "odioso" profesor nuevo. Aunque Lucius Malfoy parecía satisfecho de esa clase, le seguiría la broma a Snape siempre para que no se enfadara con él, y además le encantaba criticar a quién fuera… en eso Draco tenía a quién parecerse.
A Snape le pareció que la bebida era un poco más fría que antes, qué tontería…se la bebió tranquilamente y se dispuso a seguir su charla con Malfoy sobre lo raro que era ese profesor, tan parecido a su enemigo Potter, cuando un estrepitoso rebuzno inundó el Gran Comedor. Todos se giraron a ver de donde salía el supuesto burro, mientras que los Slytherins miraban a Snape con la boca abierta. Snape se había tapado la boca con las manos.
- Severus…- Lucius, pálido, le miraba fijamente- Dime que no has sido tú… dime que no has podido ser tú.
- ¡HIIIIIIIII AHHHHHHHH!- intentó responder. Ahora sí, todo el mundo le miró. El pobre estaba muerto de vergüenza. ¿Qué diablos le pasaba? Intentó pedirles ayuda a sus compañeros, que le ayudaran, pero sólo podía rebuznar. Por otro lado, los miembros de las demás casas al ver quién era el que emitía semejante ruido empezaron a reírse a carcajada limpia, mientras que los Slytherins se morían de vergüenza. Snape, que siempre les hacía quedar bien, ahora les estaba abochornando. Aunque no todos los Slytherins se preocupaban por eso, estaban demasiado ocupados en reírse.
- ¿Qué ocurre?- McGonagall se levantó y quiso ir a ver lo que pasaba por allá, pero Dumbledore la paró.
- Tranquila Minerva. Todo parece ser una broma, no hay porqué asustarse.
- Debe ser una broma inofensiva- dijo Harry medio riendo y aguantando las ganas de hacerlo a carcajadas, y tan buen punto terminó la frase Snape dejó de rebuznar.
- ¿Qué…? Puedo… ¡¡puedo volver a hablar!!- exclamó con una sonrisa, que se borró del mapa en cuanto miró a los Merodeadores, que desde su mesa se reían junto a sus compañeros.
El resto del día pasó sin incidentes, aunque algunos chicos al ver a Snape le soltaban alguna cosa entre risas, lo cual hacía que se enfureciera pero a la vez se contuviera puesto que cada vez que veía a los Merodeadores estaba Harry con ellos. Lo que le faltaba, que arrastraran a ese profesor idiota y novato con ellos.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
- ¡Te digo que es verdad Hagrid, ayer vimos una pantera en el bosque!- exclamó Sirius. Habían ido, al anochecer, a ver a Hagrid para contarle lo de la pantera. Al fin y al cabo, él era quién mejor conocía el bosque.
- ¿Pero te das cuenta de lo que dices, Sirius?- Hagrid le miró y luego miró a Remus y Lily, que se encogieron de hombros como un claro gesto de querer decir "no hay manera de hacerles entender"- eso es claramente imposible. En este bosque no puede haber más que criaturas mágicas. ¿Qué no veis que no durarían ni un día ahí dentro? Y a todo esto, ¡¿cómo se os ocurre salir ya el primer día?! ¡Tenéis suerte de que no os haya pasado nada! ¡La de criaturas que rondan en los primeros días a ver si algún alumno se extravía, realmente a veces parecéis tener muy poca cabeza!- empezó a echarle la bronca.
- No nos regañes ahora…- exclamó James- ¡Eso no viene al caso!
- ¿Cómo que no? Además de romper normas el primer día de escuela, os inventáis tal men…
- ¡Decimos la verdad!- gritaron a coro los tres Merodeadores.
- ¡Era enorme!- dijo Peter- ¡Casi me come! ¡Tenía unos colmillos grandísimos, y unas garras que parecían de metal!
- ¡Tenía unas marcas blancas en forma de gafas como Cornamenta!- dijo Sirius- ¡Y unas cicatrices plateadas, una en el brazo izquierdo y otra en forma de rayo en la cabeza!
- ¡Y era más negro que la noche!- dijo James.
- Hum…- Lily se quedó pensativa.
- Ahora que lo pienso…- dijo Hagrid echando un vistazo por la ventana- Anoche vi algo muy oscuro pasar cerca de la cabaña. Algo con una brillante raya plateada…
- ¡Era esa especie de cicatriz que tiene en el brazo!- exclamó Sirius. Hagrid le miró no muy convencido.
- ¡Tengo una idea!- James se levantó de su silla- ¡Vayamos a cazarlo!
- ¡Sí, buena idea!- Sirius se emocionó- ¡Nuestra primera aventura en el segundo día! ¡Todo un récord!
- ¿Aún tienes esa red del año pasado, Hagrid?- James le miró.
- Escuchad, no creo que sea buena idea que…
- ¡Oh, vamos Hagrid!- exclamaron a la vez Sirius y James.
- ¡Te demostraremos que esa pantera existe!- dijo James.
- ¡Si la cazamos tal vez nos premien y todo!- Sirius se ilusionó- Tal vez sea la primera pantera mágica del mundo… ¡saldremos en El Profeta!
- -__-U- todos- No tiene remedio.
- Aunque poco puedo hacer como humano- dijo Remus- Os ayudaré. A ver qué encontramos…
- Yo también echaré un vistazo- dijo Lily.
- Está bien- dijo un Hagrid abatido- Iré con vosotros a investigar.
- ¡Ah no! ¡Conmigo no contéis!- dijo Peter asustado- ¡Ayer ya tuve suficiente!- todos le miraron.
- Peter…- dijo James en tono dulzón- Nosotros te protegeremos, no temas… pero necesitamos un anzuelo.
- ¡No Cornamenta no! ¡A mí no me utilicéis con esa finalidad!
- De acuerdo, está bien. Pero al menos ven y ayúdanos a buscar.
- U.U Vaaaleeee…- dijo abatido- ¡Pero prometedme que podré ir acompañado!
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Harry llegó a la entrada del bosque mirando el mapa del Merodeador Rastreador. Vio que todos, incluso Lily, estaban en la cabaña de Hagrid. Bien, así no le verían. Sacó la varita, tocó el mapa susurrando "travesura realizada, misión completada" y lo escondió entre las raíces de un tronco junto a su capa invisible. Transformado otra vez en pantera, se adentró en el bosque.
Estuvo un buen rato investigando el lugar con su visión nocturna. Vio a bastantes animales, algún unicornio y un centauro que no reconoció. Tal vez fuera Ronan o Blane de más joven. Más tarde vio a una pequeña manada de unicornios con unas crías preciosas. Se preguntó si alguno de esos, años más tarde, sería víctima de Voldemort cuando estuviera obligado a beber su sangre. ¿Incluso estando en ese lugar tenía que recordar a su peor enemigo? A este paso parecía que le tenía manía persecutoria… Intentó olvidarse y disfrutar de esos momentos. Un poco más lejos, vio a una lechuza volando, que al verle se acercó y se detuvo en una rama delante suyo. Era una lechuza algo rara, parda y de plumas rojizas. A Harry le recordó las plumas de Ron, rojizas por culpa de su condición de ser pelirrojo. Lo que más le llamó la atención fue que tenía unos ojos idénticos a los suyos, verdes y fluorescentes como linternas. Es lechuza parecía ser… imposible, nadie le había mencionado nunca nada… ¿Podría serlo de verdad? Decidió arriesgarse a transformarse y averiguarlo…
Por otro lado, la lechuza también le miraba con una expresión parecida. Tenía sus ojos clavados en su cara. Pareció decidirse y bajó de la rama hasta posarse delante de Harry. Los dos, a la misma vez, volvieron a sus formas humanas.
- ¡¡AHH!!- se asustaron- ¡Lily / Harry!- exclamaron al unísono- ¡Eres animago!- se miraron fijamente, los dos con los mismos ojos de sorpresa, y se echaron a reír- ¡Sí, lo soy!
- ¡Vaya, así que tú eres la famosa pantera que trae de cabeza a los chicos!- sonrió Lily.
- Nunca imaginé que tú eras… que tú…- estaba sorprendido.
- ^-^ Ya ves que sí. Bueno, yo también estoy muy sorprendida…
- ¿Pero estás registrada?
- Bueno, verás, yo…- se puso nerviosa.
- ¿Sabes? Yo tampoco- sonrió igual que lo solía hacer James y ella le devolvió la sonrisa- ¿Por qué no lo estás? Nunca pensé que serías capaz de ser tan… traviesa- volvió a sonreír.
- Bueno… es culpa de los chicos… "¡Ay pero no lo puedo decir! ¿Por qué no sabes mantener la boquita cerrada, Lily?"- se quedó callada.
- Hum… quizás tiene cierta relación con cierto trío de animales que encontré ayer… una rata, un perro y un ciervo- le guiñó un ojo.
- ¿Cómo… cómo…?
- Bueno, tú misma has dicho no hace nada que les traía de cabeza… y son los únicos que encontré. Además es algo raro que tres animales tan diferentes estuvieran juntos.
- -_-U Realmente a veces parezco algo tonta.
- No digas eso- volvió a sonreír (no podía evitarlo… ¡era su madre!)- No pienso decir nada… secreto con secreto.
- Gracias- le dedicó la mejor de sus sonrisas.
- ¡Lily!- a lo lejos, oyeron la voz de James que se acercaba.
- Es James…
- ¿Harry por qué no hablas con ellos? No sé… a lo mejor puedes formar el quinteto de los chicos. Nos hacemos llamar "Los Merodeadores".
- ¿Crees que puedo unirme a vosotros?- la miró asombrado y a la vez ilusionado- ¿En serio lo crees?
- ¡Claro!- sonrió- Eres un bromista, te pareces mucho a James, nos caes muy bien y encima… ¡eres animago como nosotros!
- ¡Lily!- oyeron a James, Sirius, Remus, Peter y Hagrid llamándola, cada vez más cerca.
- ¡Es Hagrid!- exclamó Harry asustado- ¡Él no puede saber nada, Dumbledore se enteraría y me pediría explicaciones que no puedo dar!
- ¡No hombre, te equivocas! Hagrid sabe muy bien como guardar un secreto…
- No estés tan segura…- recordó como le sacaron lo de la piedra filosofal y lo de Fluffy sin darse ni cuenta- No puedo arriesgarme.
Se transformó en pantera y dio media vuelta justo cuando los chicos y Hagrid aparecían. Empezó a correr para alejarse de ellos pero no se dio ni cuenta de que cierto ciervo y cierto perro negro le barraban el paso y chocó contra ellos, cayéndose de espaldas. No le dio tiempo ni a levantarse, en cuanto abrió los ojos le tiraron una red plateada que lo atrapó. Utilizó dientes y uñas para rasgarla, asustado, pero no podía cortarla, era durísima.
- ¡La tenemos, la tenemos!- exclamó Sirius volviendo a su forma humana.
- Es realmente un animal extraño- Hagrid tiró de la red hasta que tuvo a Harry a unos centímetros y lo observó. Harry sólo mordisqueaba la red.
- ¿Nos crees ahora?- dijo James en un tono algo sarcástico- ¿O crees que es de broma?
- Vale chicos, os debo una disculpa.
- Yo también- Remus se acercó y contempló al animal- ¿Resistirá la red, Hagrid? Está bien dotado de dientes y garras.
- ¡Pues claro que resistirá!- dijo orgulloso- Está hecha de pelos de unicornio, es imposible romperla.
- ¿Qué haremos con ella?- dijo James, mirando al animal junto a Peter y Sirius.
- La llevaremos a mi cabaña y mañana por la mañana se la enseñaré a Dumbledore y llamaremos al Departamento de Regulación de Criaturas Mágicas… no todos los días se encuentra un animal como este. Vamos- empezó a andar levantando la red de manera que no tocase el suelo. Harry no sabía qué hacer. Si se descubría tendría que explicarle a Dumbledore por qué es animago, se lo tendría que explicar a la misma persona que le había advertido que por nada del mundo se dejara descubrir si no quería problemas en ese tiempo y en el suyo. Recordó lo que le dijo Hermione: "un pequeño desliz y nuestro tiempo podría tener consecuencias fatales".
- Buen trabajo, Uñas, has encontrado a la pantera- Harry miró a James y vio que en su brazo estaba Lily, convertida en lechuza, que le miraba como pidiéndole que se dejara descubrir.
- "Así que su sobrenombre es Uñas, vaya…"- él negó con la cabeza y ella miró entonces a James.
- Tú también me debes una disculpa, señorita- James miró con una sonrisa burlona a la lechuza, que le apretujó el brazo con sus uñas- ¡Ayyyy! ¡No hace falta que te disculpes más!- ella dejó de apretar- Menudos "lo siento" que das, qué bestia que eres.
- Chicas…- suspiró Sirius- Siempre están arañando- y en un segundo era él el que se quejaba de los apretujones de Uñas- ¡Que era broma! ¿Hace daño, sabes?- dijo mirando a la lechuza que se posó en el hombro de Remus con claro gesto de ofendida.
- "Siempre arañando…"- a Harry le hizo gracia- "Eso mismo dijo cuando Zarpa le arañó a Orgullo en la cara por reírse del animal que era… la verdad es que tiene razón, las chicas animagos arañan lo suyo… además que sus sobrenombres significan lo mismo… ¡Ja, ja! ¡Suerte que yo al final no me llamé Garras!"- miró sus garras y volvió a clavarlas en la red mientras que intentaba morderla.
- ¡Deja ya de morder! No harás nada- dijo James mirándolo- Esta red no se puede cortar- a lo que Harry se quedó quieto, mirándolo, y le hizo unos rugiditos claramente sarcásticos.
- "Claro, como no eres tú el que está atrapado…"
- ¡Oye, a saber qué es lo que te ha dicho!- se rió Sirius- ¡Ha sonado muy sarcástico!
- "Quién lo fue a decir…"- dijo mirando a Sirius, aunque claro, lo único que le salió fueron bufidos y rugiditos.
- Creo que también ha dicho algo sarcástico para ti- James se tapó la boca para que no se le escapara la risa tonta.
Una vez llegaron a la cabaña de Hagrid, ataron la red con Harry dentro a un tronco que sobresalía del techo, quedando así a un metro del suelo. Querían atarle una cuerda mágica al cuello y dejarlo en un poste, pero claro, a ver quién era el valiente que se le acercaba después de ver las garras y los colmillos del animal.
- Pero chicos…- Lily, que se había transformado de nuevo al llegar al final del bosque, miraba a Harry preocupada- ¿No habéis pensado en que pueda ser… un animago?
- ¡Eh!- exclamó Harry de forma felina.- "Que no le hagan caso, por favor…"
- ¿Por qué dices eso?- dijo Peter- ¡Un animago no hubiera intentado matarme!
- "No estés tan seguro, rata traidora"- Harry no pudo evitar mirarle mal- "Si lo hubiera sabido de buen principio ahora no estarías tan fresco".
- Me… me está mirando muy mal- el chico se alejó.
- Vamos Peter, no seas cobarde- dijo Sirius empujándolo hacia la pantera- Ahora no puede hacerte nada.
- "Como se me acerque lo suficiente verás si puedo o no".
- Hombre, sinceramente opino igual que Lily- Remus miró a Harry de cerca- Fijaos, tiene unas marcas como las de James en forma de gafas… y esa mancha en forma de rayo… me recuerda… me recuerda…
- "Como me descubran, estoy perdido".
- Ya sé como hacerlo- Sirius, con una sonrisa que decía claramente que iba a hacer una de las suyas, se acercó y se puso delante de Harry- Oye tú, si realmente eres un animago, ¡vuelve a tu forma humana antes de que nos enfademos!
- Ô.ó "Pues vaya amenaza…"
- ¡Ja, ja, ja! Ahora en serio- James se puso al lado de Sirius- Más te vale volver a tu forma humana si eres animago o tendrás problemas con el Ministerio de Magia… sabemos que no estás registrado.
- ¿Lo sabemos?- preguntó Peter.
- Ayy…- se cayó de lado- Cuando buscábamos información sobre animagos encontramos una lista en la biblioteca… ¿te acuerdas, cabeza hueca? Había tan pocas personas registradas como animago que es fácil recordar que no había ninguna pantera.
- Sí… espera… recuerdo esa lista… ¬¬ Y no me llames cabeza hueca… ¿pero cómo sabes que no se ha registrado este verano?
- Hum… oye pues tienes razón…
- "Tampoco me hubieras visto…"- pensó Harry irónicamente.
- Igualmente…- dijo Sirius- Si es animago se meterá en problemas por andar por el bosque prohibido de los terrenos de Hogwarts sin permiso alguno.
- -_- "Realmente papá y Canuto son muy listos"- miró a Lily suplicando con la mirada, a lo que la chica se encogió de hombros.
- Si es animago debería hacerse saber- dijo ella.
- ¬¬ "Si salgo de esta debo tener una pequeña charla con los antiguos Merodeadores… ¡¿Por qué no me dijeron que mi madre es tan… mala?! Esta me la paga, aunque sea mi propia madre, me la paga".
- Exacto, Lily tiene toda la razón- Remus quedó cara a cara con Harry- Si eres animago te damos 5 segundos para que te transformes. 5… 4… 3… 2…
En ese momento un grito rompió el silencio de la noche. Del cielo vieron descender a una enorme águila de cabeza blanca (nota: en el primer capítulo dije Imperial y no lo es, es tal y como acabo de decir) y plumas algo rojizas. El enorme animal descendió en picado haciendo que todos los presentes se agacharan en el momento que pasaba por encima de sus cabezas. Harry se quedó helado al verle. Ese plumaje rojizo, esos ojos azules, esos puntitos rojos que siempre quedaban tapados por las plumas al final del pico y que sólo él y Hermione los habían visto… ¡No podía ser!
- ¿Qué es eso?- dijo Peter levantándose junto a los demás y mirando a el águila, que se estaba posando, con penas y esfuerzos puesto que era pequeño, en el tronco donde estaba atada la red que sostenía a Harry.
- "¡Ron!"- exclamó Harry en un rugido, sonriendo.
- "¡Hola!"- exclamó su compañero en un grito.
- ¡Es una águila de cabeza blanca!- exclamó Lily- ¿Cómo es posible? ¡Estas águilas no viven en Inglaterra!
- ¿Y a nosotros qué nos explicas?- dijo Sirius- ¿Pero qué está haciendo?- Ron había empezado a tirar de la cuerda con su pico y rasgando con sus garras.
- ¡Va a desatar la cuerda!- gritó Hagrid yendo hacia los animales, pero Ron le gritó amenazante con el pico abierto y desplegando las alas, haciendo que el hombre reculara un poco- Oye, tranquilo…- mientras decía eso, el animal volvió a tirar de la cuerda con su pico, haciendo que se desatara y Harry cayera al suelo.
- ¡Aauuu! "Menudo golpe…"- sacudió la cabeza y salió de entre la red al mismo tiempo que Hagrid iba a impedirlo, lo que hizo que el chico mostrara sus dientes.
- O… oye chico, calma… calma… no voy a hacerte daño…- dio un par de pasos hacia él mientras que los Merodeadores le decían que se alejara. Entonces, Ron gritó desplegando sus alas y alzando el vuelo. Dio un par de vueltas encima de los chicos y Hagrid, y Harry dio media vuelta empezando a correr. Ron dejó de dar vueltas y lo siguió, volando justo encima de su cabeza mientras que Harry daba saltos como queriendo atraparle y los dos hablaban en su idioma, si bien no se entendían al menos exclamaban alegría.
- ¿Lo… lo habéis visto… ¡habéis visto eso?!- Hagrid contemplaba maravillado el lugar donde los dos animales habían desaparecido, mientras que los demás estaban con la boca abierta ante lo que acababan de ver- ¡Qué animales más espléndidos!- exclamó con los ojos iluminados.
- Hagrid…- dijeron a la vez con una gota, realmente el semi-gigante no tenía remedio con los animales.
*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*
Notas de la autora:
¡¡¡Por fin lo he terminado!!! O.o Jo qué largo me ha
quedado creía que nunca terminaría… Siento mucho haber tardado tanto, el
bachillerato me absorbe mucho tiempo y como no estoy acostumbrada ni a los
apuntes directamente en limpio, ni a los exámenes acumulativos ni a ir tan
deprisa… Es un cambio muy grande ^^U
Bueno, ¿qué? Harry es un hermoso animal, ¿verdad? ^O^ Jo, jo, jo… ¿Y qué tal
Ron y James? Je, je, je… me encantan estos animales son mi perdición. ^.^
Bueno, a ver… un pequeño avance del cap. 5… Los Merodeadores no se están quietecitos e intentan averiguar quienes son la pantera y Ron… además, Ron le trae a Harry los regalos de su cumpleaños… y hay uno muy especial. ^-^ Seguirán las clases, y Ron meterá en problemas a Harry en una de ellas (sobre la maldición Imperio) Si queréis saber, a leer :D
De nuevo gracias por leer el fic y por los reviews, me animan mucho a seguir
adelante.
Kina ^_^ (Kina-san @-----)
