CAPITULO DOS

AWAKE

Yesterday i felt so cold, i felt like i could die

A veces podía dormir. Un buen, honesto sueño. Dormir.

Otras no.

Dejo que la nausea lo invadiera, ya no la combatía, sabía mejor que eso. Se entretuvo contando las tablas del techo. Tendría que arreglarlo, el agua caía directo en su cama. Tanto por parecer humano con miedo a las gripes, tanto por parecer algo.

- ~ "¿Por qué estas aquí?.

- … Te extrañe…" ~

Se levantó bruscamente de su cama - silla - sofá, y se quedó otro minuto pegado en el espacio. A veces le parecía que había estado años así, fijado en el mismo lugar. Lex tenía razón, nunca había podido salir de esa oficina. Nunca había dejado de sentir el sol saliendo tras él.

Took the needles from my arms and put them to the sky

De todas las cosas, todos los planes, todas las ideas, de todo lo bajo que había caído, aun no podía creer lo que había hecho. No podía creer que se hubiera dejado besar, que había besado en retorno. Voraz. Imposiblemente voraz. Bajo.

Al menos una ramera habría cobrado. Wow. Sting en stereo sonando en su cabeza... o quizás Cher. Realmente necesitaba dormir.

Después de todo, de todo lo que había pasado, de todo lo que había hecho, de todo lo que él le … Como una maldita prostituta, la más barata de la calle. Lex tenía razón. Golpeó la pared con tanta fuerza que los cimientos de su apartamento sonaron. Eso lo trajo de vuelta. Vio sus nudillos. Enrojecidos. Curioso de que a veces olvidara que aun siendo más fuerte, y más rápido, la suficiente fuerza, los suficientes golpes terminaban demoliéndolo de igual manera. Lex nunca lo había olvidado.

Watched the cold come take me pull me down like i did know
I saw it gone

Apresándolo contra la cocina, haciéndole sentir a través del traje negro Armani, todo lo que había luchado por olvidar, todo lo que había luchado por defender. Todo. Y él había abierto las piernas, Dios, las había abierto, y dejado que se moviera contra él y a su vez...

Tomo una ducha tan rápido como pudo. Ya era suficiente con no caer mas bajo de lo que había hecho, pero si había algo de lo que se podía jactar, era de su capacidad de caer mas y más. Caer de la gracia divina. Eso le hizo sonreír. Y cortar la retórica púber a la cual se estaba sometiendo.

Hold myself up til tomorrow holds me down again

Se puso unos pantalones negros, kakis, levemente amplios, un suéter azul marino algo ajustado y su chaqueta favorita. Se miró al espejo. Corresponsal in situ: atlético, ropa gastada y mirada sufrida por los avatares del mundo cruel. Y pensar que su madre consideraba que tal vez esa no había sido la profesión apropiada. Bueno, tal vez tuviera que ver con el hecho de que cada vez que volvía, otro pedazo de él se quedaba en esas guerras. Tanto por ser el hombre de la casa y no mostrar debilidad. A quien engañaba. No era mas que un idiota sentimental, humano o no.

Feel the darkness coming over see how it begins

Camino por la calle con un café y una dona. No tenía hambre en realidad, así que se lo zampo de un viaje, porque a veces la voz de su madre era demasiado y eso seguramente era el chiste preferido de algunos homófobos. Él conoció varios. Íntimamente. Sonrió. Volteó hacia la entrada de El Planeta sacudiéndose la imagen mental, mientras botaba los restos en un basurero. Un segundo después, casi devolvió todo lo que había comido. Lex.

No. Lex, afuera de su auto. Lex afuera de su auto Mercedes Benz. Lex afuera de su auto Mercedes Benz con un diario doblado bajo el brazo y un traje negro, camisa Púrpura, corbata negra. Lex. Lex afuera de su auto Mercedes Benz con un diario doblado bajo el brazo y un traje negro, camisa púrpura, corbata negra y conversando con una rubia despampanante, la cual reconoció como la editora de modas. Lex parado…, Ok, Ok consideró dar vuelta y caminar lo más rápido posible, hasta China, preferentemente. Pero claro, eso que diría sobre su orgullo masculino… descontando la parte gay. O más bien bisexual… Aspirar. Exhalar. Solía ser tan fácil Clark.

Feel the darkness coming over see how it begins

Todo solía serlo. Esconderse bajo las sabanas, no recordar, no ver, no escuchar. Ir a clubes en la madrugada y obtener algún orgasmo vacío de vez en cuando. Probar si esa roca verde podía matarlo, quedarse a su lado por días hasta que tu madre te encontraba y lloraba junto a ti. Ver con desinterés como tus venas resaltaban sobre tu piel. Y aburrirte hasta que los cuchillos comenzaran a penetrar la piel. Esa misma piel que aunque no era inmune a cortes o balas o golpes, tardaba horas en mallugarse, en sentir, pero cuando lo hacia, ¡OH!, Cuando lo hacia, casi podías sentirte humano. Años de eso. Años de facilidad.

Seguro debía haber una fuerte tradición de dramatismo en su familia alienígena. Si no, porque se quedaba viendo las estrellas y no se daba cuenta de que pasaban tres días hasta que Chloe golpeaba su puerta, traía comida, lo insultaba y luego solo lo abrazaba por horas. Chloe. Si solo hubiera sido ella. Si solo hubiera podido amarla. Si pudiera hacerlo como sabía, ella lo hacia.

Era seguro.

Come with me into the willow garden out tonight
Feel the darkness come my moon will touch you with its light

~&~&~@~&~&~

Salió del Mercedes Benz, tomo aire y observo el cielo entre medio de sus edificios. Sonrío. Tanto por la humildad. Tanto por la coherencia mental. Un día tan hermoso. Un Luthor no respira. Voz nocturna agitándose a lo lejos. Lex le sonrió.

El diario bajo el brazo, cual ordinario ciudadano. Sonrío cuando, más que vio, sintió bajo la piel su presencia. Después de todo, llevaba años sintiéndola. Iba a comenzar a caminar cuando la mujer se acercó. Claramente, él recordaba su nombre, su vestido negro de hace dos meses atrás, su invitación. Después de todo, la información es poder Clark, nunca hay nada que sea demasiada información.

Vestido negro. Gucci. Perfecto. Tanto como su acento levemente francés. Perfectamente fingido. Sonrió encantador.

          A lo lejos, vio a Clark encogerse levemente de hombros y reanudar su paso con distraído cansancio.

~ - ¿Por qué estas aquí?- repitió.

   - … ¿Por qué te extrañé?…- sonrisa juguetona- ¿no?, ¿No sirve?, Oh, bueno…. ~

Tanto tiempo sin ejercitarlo.

Tanto que parte de él se asustaba con el ansia. Pero no era cierto. No era el ansia.

Era la estupidez. En fin. Nada nuevo para él.

Había pasado años aburridos.

Exiliado en destinos insulsos.

Acechando la vida por evidencias de ilusión, evidencias de fe, evidencias de absolución de latidos que eran su creación, que eran su deserción, y que no paraban. Simplemente no.

Había pasado años buscando.

Había pasado años consciente de la levedad corriendo por su flujo sanguíneo.

Siempre buscando.

Siempre anhelando.

Siempre.

Siempre alzando las manos a las estrellas. Antes que todos. Antes que su padre. Madre en el cielo, espiando culpas por un hijo que jamás llegaría. Y sabiendo que no había vuelta, su debilidad impedía que viera la inercia de su vida con los ojos de un Luthor. Desnuda. Desapacible.

Había pasado años sangrando.

Había pasado años luchando, solo para aceptar a regañadientes que hasta ahora, ninguna recompensa valía la caza. Un Luthor no espera. No solicita, no mendiga, no asedia.

¿Crees que has ganado hijo?.

Había pasado años buscando.

Había pasado años exiliado.

Había pasado años aburrido.

Divertimiento.

Había pasado años, solo.

Vida gastada, ¿puedes ver?. Buscando, siempre buscando.

~&~&~@~&~&~

Clark subió las escaleras esforzándose en no apurarse. De dos en dos. Se sobresaltó exageradamente ante la voz, aunque no lo demostró. No mucho. Oscura. Profunda. Culta. Sensual. Hijo de puta.

- Hola Clark.

- … - Inspirar. Exhalar. Maldita sonrisa- ¿Qué haces aquí?.

- ¿Qué haces tu aquí?- sonrío como si hubiera hecho la pregunta más inteligente del planeta. Y lo más probable, es que cualquiera que lo viera y oyera, pensaría igual. Esa sonrisa. Mierda.

- … Trabajo aquí.- respondió con paciencia, notando como algunos se les quedaban mirando con atención. Se encogió de hombros mentalmente, Luthor era el dueño de toda Metrópolis, sin mencionar otras partes del mundo, otras muchas partes. Seguro les era curioso verlo en medio de la calle, cual ciudadano, con el diario bajo el brazo. Lo miró y supo que esa era la broma del día. Lex le devolvió la mirada con otra sonrisa de cocodrilo. Sexy sonrisa de cocodrilo. Enfócate Kent. Ten algo de dignidad… sin comentarios. Esta vez él sonrió, mas una mueca que otra cosa. Repitió la pregunta- ¿Qué haces aquí?.

- … - solo se encogió de hombros elegantemente.

- Ok- se paro en seco y lo enfrento. Manos en los bolsillos, elevado en toda su estatura. Ni una señal de interés por parte de Luthor.- ¿cuál es el fin de todo esto?.

- ¿No hubo suerte en la ducha?- sonrió y Clark tomo una gran bocanada de aire, mirando la pared, mirando a Lex. Haciendo cálculos sobre costillas y pulmones. Lex le regalo otra sonrisa.

-

- Pasaba por aquí- un Luthor no miente.

- … A las nueve de la mañana...-  Aspirar. Exhalar.

- Cierto.

- … ¿Y?.

- Entiendo que no te alegra verme- Lex se paró delante de él, retándolo con la mirada. Elegante como solo él podía serlo. Algunos se los quedaron mirando de nuevo, solo entonces notó los seis guardaespaldas apostados a diferentes distancias, ¿era ese un helicóptero?. En fin, Clark suspiro exasperado. Suave. Lex levantó una ceja y una sonrisa inocente cubrió por un segundo sus facciones aristocráticas. Cuando alguien como Lex Luthor tenía una mirada inocente había que empezar a preocuparse.

- No todo el mundo me ama Clark.

- Hmm- respondió sin ganas- tú pasas mucho por diferentes lugares.

- Definitivamente no estás feliz de verme.

- ¿Qué quieres?- divertimiento.

- ¿Qué harás ahora?.

- ¿Podrías alguna vez responder alguna jodida pregunta?- subió la voz y observo a sus guardaespaldas prestando atención. Lex sonrío inocente de nuevo. Dios, ¿Cuál es tu problema conmigo?.

- Oblígame- leve balanceo sobre sus Gucci. Adelante ya atrás, adelante y atrás, adelante y …juvenil.

- … No creo que sea necesario.

- ¡Ha!- fingió decepción.

- Siento terminar esta interesante charla. Pero algunos tenemos que trabajar- Volteó con intención de entrar al edificio.

- Insignificante yo, al intentar evitar que un hombre haga su trabajo...

- No iré a ningún lado contigo Lex.

- Veremos.

- Hablo en serio.- parado. Pies levemente separados. Fijo. Levantó levemente la voz y sus guardaespaldas se lo quedaron mirando, mas cerca ahora, mucho más cerca- ¡Oh, por favor!- les dijo. Volteó hacia la puerta nuevamente y Lex se le adelantó, abriéndose paso entre la gente, Oh, solicitud, solicitud.. Y seis guardaespaldas. Hombres y mujeres viéndolo. Apreciativamente alguno de ellos… y ellas. Clark se encogió de hombros de nuevo. - ¿Recuerdas alguna vez con quien estas hablando?.- dijo estúpidamente.

- No hay día en que lo olvide- sin expresión. Estúpido. Estúpido. Estúpido, se dijo desganado. Tanto por fingir acerca de las neuronas. Optó por recordar a su mocoso interior de cinco años.

- En serio, ¿qué haces aquí?.

- Siempre con las preguntas molestas, me pregunto como te las arreglas en la profesión.

- Muy bien gracias.

- Cierto. Descontemos los secuestros, rebeliones y los cuatro países que no te quieren de vuelta- subieron al ascensor. Cuatro guardaespaldas con ellos.

- Siete.- Piso seis. Piso diez. Piso veinte. Piso veintidós.

- ¿En serio?.

- En serio… - arqueo una ceja invitándolo a confesar. Piso treinta. Piso cuarenta.

- … Vengo a trabajar.

- Que coincidencia.

- Sip- lo miró un segundo y Clark reconoció la mirada... sin comentarios.

- ¿A trabajar en que?.

- Hmm… veamos… ¿qué es lo que hago Clark?.

- ¿Extorsionar y despojar a otras personas, usura, estafa, tomas de poder,  malversación de fondos?. Todo legal, claramente.

- Exacto… Clark, cualquiera diría que no apruebas mi forma de hacer dinero- sonrisa encantadoramente sucia.

- Sin comentarios.

- Soy un duro y dedicado trabajador.

- Aja.

- Y checo mi nueva inversión- el ascensor creyéndolo o no llegó a su destino. Un Luthor no solicita.

- ¿Cuál…- Puertas abriéndose. Oh. Dios. Querido.

Los empleados alineados. Hasta Pedro estaba alineado. Chloe también. Oh. Dios…

- … Esto es bajo Lex, hasta para ti.

- No tienes idea. Míralo de esta forma. Mi ciudad, mis reglas, mi diario, mis periodistas… y bajo, es solo un termino relativo- ronroneo. Lex le envío una mirada apreciativa sin vergüenza alguna. Y luego a la periodista de modas, y a la editora, mientras las saludaba. Y al editor. Todos como algodón.

- ¿Qué quieres Lex?- le pregunto mientras los demás se acercaban a escuchar a su nuevo jefe. Lex saludando al grupo de personas entre cáustico y encantador, mientras él dio un paso atrás, cual esposa de político. Lex le sonrío un poco mas y de pronto la sonrisa se borro dando paso a esa mirada. La misma mirada. Esa mirada de años atrás, conversando en El Talón, o en cualquier otra cafetería. Instantes en que él podría haber jurado, que Lex iba a empujarlo contra la mesa y hacer que se corriera hasta que la gente se rindiera en el intento de apartarlos. Luego su mirada retomó su frialdad normal y antes de voltear a dar su pequeño discurso, le susurro:

- A ti.

~ ¿Sabes lo que eres? ~

CONTINUARA