CAPITULO SIETE
DOWN
El deseo mueve, impulsa, crea. Destruye. El deseo hace que te levantes en la noche y veas el cielo, esperando el momento en que puedas alzar tu mano y poseerlo. El deseo, no es mas que la extensión de la mano. Y es la extensión, la que diferencia al hombre de otro ser. O un líder de un seguidor.
Hay diferentes clases de deseo. Lex se pregunto alguna vez cuáles valían la pena y cuáles no. Él era tan joven entonces… camino en medio de la sala. Japoneses a un lado, americanos por el otro, prostitutas por el frente, jovencitos por detrás. Sonrío a nadie en especial y dos se le acercaron. 5 AM.
Se pregunto que hora sería en otro lugar en el mundo. Nada que hacer hasta que se termine la fiesta. Se pregunto si habría otro receso, de los verdaderos claro esta, mas delante. Hacia mucho tiempo, que había dejado de disfrutar estos momentos, en realidad, nunca lo había hecho. Sonrío de nuevo, no, no realmente…. Pero no supo si se refería a… no quiso pensar. Debía enfocarse. Ser un niño bueno… o al menos aplicado. Le ofrecieron una bandeja pero declino la oferta. Ni siquiera había tenido la necesidad de aprender esa lección. Un joven lo saco de sus pensamientos.
- ¿Disfrutando la fiesta?- debía ser nuevo. Lex decidió ser amable. Rubio ojos azules, del tipo surfista. Llevaba mas de media hora observándolo. Supuso que estaba buscando cierta extra a su labor. Un orgasmo casi verdadero… para levantarse la moral. Sonrió como el chico rico malcriado que era y el joven sonrió de vuelta. Casi sincero. Hasta ahora. Eso podría mejorarse.
- Hago mi mejor intento- buenos modales. Herencia de su madre.
- He leído acerca de su trabajo- esta vez si que Lex sonrío divertido y el joven siguió mal interpretando la señal. Definitivamente era nuevo en esto.
- Lo imagino…
- Tal vez…
- ¿Cuál es tu nombre?.
- Chad.
- Chad…- el joven tardo un segundo en procesarlo.- Chad. Créeme, no estoy interesado por ahora…pero créeme, cuando lo este. Te tendré entre mis opciones. - miro la sala observando a las mujeres y hombres, todos sonriendo y todos alejados de él. Haciéndole notar a Chad, que cuando él quería algo, simplemente lo buscaba y no al revés.
- Lo siento señor Luthor…- lo miro. Mitad desolación, mitad ira ante la arrogancia del hombre.
- Lo imagino. Ahora Chad, ambos sabemos que no volverás a entrar a este lugar, así que busca a algún anciano, y trata de no hacerte notar mucho- con su rechazo, dudaba que otro hombre de negocios se el acercara.
- Maricon de mierda- murmuro tomándolo del brazo y Lex noto lo drogado que estaba. Por un segundo la sala quedó en silencio.
- No, no. Esa conducta no te llevara a nada- le susurro y con una mirada Chad dio un paso atrás. Una mujer, profesional como siempre, se acerco hasta a ellos y desactivo la bomba llevándose Chad.
- Lamentamos eso señor Luthor.
- No hay problema.- en la oportunidad yace la ganancia, pensó. Vio al director de la compañía tragando saliva por una milésima de segundo. Sonrío desganadamente.
- Es difícil encontrar un servicio adecuado en estos días- se acerco el director con calma. Lex lo miro con detenimiento y luego soltó un suspiro de contenida y falsa modestia. El otro hombre se pudo en guardia.
- Plenamente de acuerdo señor Makyo. Ahora- una chica de al menos dieciocho años, se reconforto con sarcasmo, se acerco hasta ellos con una copa- ya que estamos en esto, hay cierta propuesta que me gustaría discutir.
- Lo menos que puedo hacer después de este impasse. Pero, ¿nunca descansa señor Luthor?.
- Dios lo prohíba. Podría volverme heterosexual- lo miro intensamente pero conservando su actitud de divertido aburrimiento. Makyo se dio por vencido con una sonrisa.
- Tendré en cuenta eso… la indefinición es el camino hacia la conversión.
- Claramente.. Y además rima- sonrío y fueron a sentarse frente a la ventana. Lex sonrío brevemente una hora después. Triunfante. Los orientales y sus sentido de la vergüenza.
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A sus once AM. Como tenía planeado, se realizo el verdadero receso. Una decisión y ya. Solo eso bastaba. Todos estaban nerviosos. Todo se veía calmo desde la nueva torre de LexCorp.… Y pronto serían dos. La verdad, muchos encontraban la arrogancia en ese gesto, y pocos el humor. Alguien lo haría. Eventualmente. Lex era un hombre positivo. Pequeñas voces del pasado, guiando, enseñando, destruyendo, creando:
El deseo guía, mata, controla. El deseo crea, destruye, impulsa. El deseo cambia, y muestra la verdadera naturaleza del hombre. El deseo define.
METRÓPOLIS. 4 AM. TELÉFONO SONANDO MAS DE DIEZ MINUTOS.
- Aló- gruño.
- Creo en la bondad humana.- cuatro segundos y dos inspiraciones profundas después, Lex Luthor obtuvo la respuesta que llevaba esperando todo el día. Mas que los 100.000.000 de dólares... Bueno… Casi… algo así.
- … Aja…
- Y en defender a los desposeídos.
- … Aja.
- La Navidad y los cachorros perdidos.
- Aja... eso rima... es perturbador… ¿Cachorros perdidos?.
- Y la santidad de la comida familiar.- insanamente tranquilo.
- …Ok…
- Seriamente Clark. Soy un hombre de principios.
- Haha
- ¿Hay alguna sílaba distinta que quieras compartir conmigo?.
- … - sonrío y se paso una mano por el cabello y los ojos mirando el reloj despertador - ¿Sabes que hora es Lex?.- calma. Calma. Solo otro capitulo en Clark Kent 90210. Sé cubrió con la sabana gruñendo cansada y quedamente. Hacia un calor de los mil demonios, pero aun así, ya estaba helando. Lex sonrío..
- Hmm. 11 AM en Hong Kong…
- Ha, sí. Claramente estaba refiriéndome a tu huso horario.
- No podría ser de otra manera.- se paseo ausentemente por su oficina frente al amplio ventanal. No se sentó porque si lo hacia, probablemente se quedase dormido. Y no, no había llamado por eso a Clark… bueno sí, en parte. La otra era simplemente por el hecho de... Paso una mano por su cabeza, gesto de impaciencia, o cansancio o excitación (generalmente no de la que le gustaría), que le acompañaba desde que había perdido el cabello. De hecho, desde antes, si se ponía a pensarlo. No vayas ahí Lex, ya es suficiente con los buenos recuerdos diarios.
- 4 AM Lex. SON LAS CUATRO. AM.
- Estaba aburrido. - Todo esta en la motivación adecuada.
- …
- …¿Clark?- dos minutos después.
- Hmm.- rezongo.
- ¿No estarás dormido o sí?. Ten consideración con mis sentimientos.
- Huhu.
- Haha- suspiro exagerado- Y yo que iba a compartir mis pensamientos más profundos contigo.
- Aja.
- En serio Clark.
- … Tengo que trabajar Lex. La profundidad de tu alma puede esperar- puedes meterte la profundidad de tu alma por…
- No es así. Estas en vacaciones.- Interrumpió sus agradables pensamientos.
- ¿Desde cuando?.
- Desde ahora.
- ¿Y según quien… ha- suspiro. Definitivamente no era una persona de mañana.
- Es bueno ser el jefe- dijo sugestivo.
- Es bueno poder dormir de vez en cuando sin que tu jefe te acose por teléfono.
- ¿Prefieres que lo haga en persona?. Ya sabes, todo el cortejo, flores, lubricantes, cenas en Le Cirque… o desayunos.
- No me gustan las flores.
- No es cierto.
- No es el punto. El punto es que son mis 4 AM. Y necesito dormir un poco e ir a trabajar.
- Ok. Has eso- ya lo veía. La sonrisa soñadora.
- Deja eso.
- Disfrutas que te condescienda.
- Hay una primera vez para todo.- se mofo- Creo muy plausible, mi teoría de que alguien debió con anterioridad, haber mandado a la mierda a Lex Luthor por teléfono.
- Haha, Clark- suspiro exageradamente- cualquiera diría que no me quieres…- Ok… silencio de cuatro minutos. Todo un éxito de Silencio Inconfortable.- Nada cambia… Clark, puedes callar todo lo que desees, no me importa, los Luthor escribimos un libro sobre el silencio inconfortable.
- Dios Lex, eres tan ingenioso- ronroneo y Lex golpeo la cabeza contra el ventanal… Dios santo, Lex…- linda vista- logro decir. Definitivamente Clark sabía donde pegar.
- … ¿Dónde estas?.
- Estoy herido Clark, no me prestas atención.
- Lugar exacto.
- En la torre principal.
- ¿Cuál es el asunto de los Luthor y sus referencias fálicas?.
- Ahora que lo mencionas…
- No, no, por favor. Siéntete libre de obviar mi curiosidad.- lo corto.
- Un buen periodista nunca obvia su curiosidad.
- Aja.- un minuto.
- … Clark.
- ¿Qué?.
- … Es una linda vista- dijo finalmente. Cansado. Voz casi... honesta. Clark se esforzó un poco para que eso no lo distrajera.
- Seguro que lo es- respondió cansado. Ácido.
- No mates al mensajero.
- … No, supongo que no. ¿Algún otro mensaje antes de que te corte el teléfono?.
- Regreso pasado mañana.
- Bien por ti.
- La diferencia que un día hace.
- … Buenas noches Lex.- dijo después de unos minutos.
- … Buenas noches Clark.
Corto el teléfono, y se pregunto desde cuando se había convertido en una niña de trece años persiguiendo a… ¿a quien Lex?. Buena pregunta. Sintió abrirse la puerta, pero no tuvo interés alguno en moverse de su posición. Manos en los bolsillos del pantalón. Sintió los pasos, y un segundo después, el hombre estaba a su lado admirando la vista. Perseguir a quien… el que, cuando, quien y porque, no en ese orden, lo estaba matando. Y lo hacían sentirse más vivo que nunca… sonrío y la persona a su lado podría haber jurado nunca haber visto esa sonrisa, pero tan pronto como llego, se fue y no alcanzo a catalogarla. No hubiera podido creerlo de todos modos.
- Hola Lex.
- Daniel.
- No culpes a tu secretaria. Aun cree que tengo paso libre.
- Imagina eso- sonrío y volteo para encontrarse con el hombre que había sido lo más cercano a su amante oficial en ocho años.
CONTINUARA
