CAPITULO DIEZ
ENCIRCLE
DIEZ DÍAS DESPUÉS.
Debería haber una razón. Seriamente, debía haber algo, en su sangre. Algún indicio, alguna idea. Algo genético, si, eso era, algo en su procedencia alienígena, alguna cosa. Pero cuanto más pensaba en esas cosas, mas se daba cuenta de que no había nada mas que su usual estupidez.
Cena en el Teatro de Metrópolis. Propiedad de … en fin. Luisa en una Escada, Pedro con alcalde reelecto. Él bebiendo con el teniente Vansen. Un metro noventa, irasciblemente heterosexual. Y ahí estaba, devorándolo con la mirada cuando pensaba que él no lo estaba mirando. ¿Qué hacer?: Flirtear claro esta. Saludo a Vanessa Geller. Viejos tiempos. Sip, ahí estaba él. Escuchando las veladas y poco creativas provocaciones del teniente, sonriéndole con desgano, insultándolo de vuelta con su desinterés. Ahí estaba, observando a Michael Benedict deslizarse entre la gente. Cincuenta años, proveniente de familia adinerada. Dinero viejo. Preferencias… inusuales, según decían sus contactos. Nada realmente probado. Y el objeto de su investigación. Ocho niños muertos, entre Metrópolis y Nueva York, pruebas contundentes del asentamiento de una nueva red de trata de blancas y niños. Solo que para Clark no era nueva.
Bebió, mientras ignoraba con tranquilidad, la poco elegante ofensa por parte de uno de los senadores. Llevaba media hora siendo insultado por tres senadores y dos congresistas. Ha, las maravillas de la bisexualidad y la libertad de prensa. El teniente solo estaba para aprender.
- Así que, señor Kent. ¿Algo nuevo en el frente?- sutil. Sonrisas.
- No, no realmente. Pero siempre estoy abierto a nuevas propuestas senador Whitaker- satín.
- Es lo que se dice. Todo en el nombre de la libertad… de prensa, ¿No es así?.
- Soy un hombre dedicado a su profesión- bebió, porque ¡Hey!, ¡Fiesta!. Yay.
- Una profesión que nunca paga lo suficiente- Oh, eso es tan vulgar senador. Decepcionante. Arqueo una ceja.
- No todo el mundo puede estar en la política. Me temo que no poseo los… talentos requeridos.
- Kent, creo que se subestima. Hay muchos que usarían sus talentos.- sonrisas.
- ¿Es esa una propuesta senador?.
- Oh, no, solo un comentario.
- Sabías palabras dirigidas a la Polis.
- Aja. Ha, ¿me permite felicitarle por el reportaje en Guinea?.
- Claro, las joyas son opcionales.
- Rumores, rumores, señor Kent, todo hombre es inocente hasta que se prueba lo contrario. Pensé que era mas serio que eso.
- Nunca se sabe, a veces me gusta tontear, pero usted ya sabe eso. Es lo malo de hoy,- suspiro exageradamente atrayendo la mirada del teniente- las secretarias no son lo que parecen- sonrisas. Clark levanto el vaso en burlón saludo. Vansen dio un paso en su dirección. ¿Volviéndonos más valientes?. Miro de nuevo a Benedict.
- Noto cierta propensión hacia algunos de los invitados, señor Kent.
- Curiosa elección de palabras teniente- sonrío levemente. Vansen saludo con la cabeza a una morena.
- … No hay nada que lo relacione. Pero si lo hubiera, o alguien supiera, sería su deber de ciudadano, el comunicarlo a las autoridades pertinentes…- Clark sonrió detrás de su vaso de vodka.
- No sabe cuan buen ciudadano puedo ser- no pudo evitarlo, realmente no pudo. Lo sintió en el aire, pero no volteo. El teniente arqueo una ceja. Clark inhalo profundo y lamió los restos del vodka de sus labios ausentemente por unos segundos, observando al millonario de edad madura. Cuando volvió en si, Vansen lo observaba con voracidad. El hombre lo miró intensamente, pero Clark solo… sonrío. Evito otro insulto solapado usando esa misma sonrisa.
- No lo dudo.
- Entonces es un hecho. Si sé algo, como niño bueno, haré lo necesario.
- Que es ir al departamento de policía correspondiente.
- Vaya teniente,- dijo una voz profunda atrás de Clark. Que… apropiado.- eso sonó sospechosamente a una cita.
- Señor Luthor- dijo Vansen con poco contenido desdén.
- Teniente … Vansen- replico Lex arrastrando las palabras. Ronco. Profundo. Oscuro. Tan sexy. Aplastándolo con su apellido, pedigrí y … Clark solo suspiro y miro con simpatía al otro hombre, él cual si era posible, lo miro con aun más odio. Sonrisa brillante en respuesta. Ramírez lo saludo desde lejos alzando el vaso. Disculpándose.
- Lex- puso una mano en el bolsillo asintiendo mientras movía el vaso en burlón saludo.
- Clark- sonrío tranquilo- interesante verte por aquí. Estepario, es una palabra que suelen aplicarte. Incongruente por cierto.- se puso frente a Clark, semi bloqueando a propósito al teniente, los otros hombres que estaban en el círculo de Clark, miraban a Lex con la típica mezcla de fascinación y repulsión. Piernas semi abierta. Breve rastro de una lengua sobre una cicatriz. Pavlov.
- Celebro la victoria de un amigo.
- Curioso, también yo.
- Hmm. Imagina eso. ¿Cómo esta Japón?, ¿Aun libre?.
- Así es. Aburrido, aburrido.- lo miro de arriba abajo y Clark sonrío de oreja a oreja. El humor olvidado. Una mirada de fría indiferencia quitó todo amago de interferencia por parte de un congresista.
- Hmm, esa no es una buena frase para las Relaciones Publicas. Estas volviéndote descuidado en los últimos años de tu vida.
- Me hieres, Clark- su voz arrullándolo. Lex herido… Lex débil.. Lex atado…. Wow. Hey pubertad, tanto tiempo sin verte. Los otros hombres los miraban con atención. Aunque se destacaran por sus excentricidades, ninguno de los dos hombres lo hacia por despliegues de… elocuencia. Primera vez para todo.
- Por suerte tenemos al teniente Vansen aquí. Si algo sale mal, sé a donde ir- Haha. Lex sonrío felino. Rodeando a la presa sin mover mas que los músculos de su boca… Hmm, he ahí algo en que…
- Así es. Pobre de mí, desamparado ante la ley- ronroneo.
- Bueno, puedes hacer lo de siempre.
- ¿Lo cual sería… ?- fingió pensar pasando la lengua por la cicatriz sobre el labio. Un segundo. Los pantalones de Clark, estupendamente anchos. Pero no tanto.
- Comprar al juez.
- O al teniente.
- O al teniente.- repitió Clark serenamente. Algo histérico. Nada nuevo. Lex lo noto y sonrisa se volvió divertida por un segundo. Luego regresó a la habitual. Sucia.
- Congresistas y senadores. Hmm, - ponderando- eso podría ser agotador, - deslizo la palabra por su lengua con sibarita insolencia. Clark prácticamente salivo en respuesta pero se escondió atrás de su trago- ¿no creen caballeros?, Un azote a la castidad de la clase política. Por suerte siempre puedo contar con el reportero de turno.
- Ha, siempre asegurando las buenas relaciones publicas. Y si, los políticos pueden hacer desfallecer al mas duro contrincante. Comentábamos algo similar con el congresista Whitaker. Bueno, no exactamente, pero algo sobre el uso de talentos.
- Wow, como pude perderme algo como eso, Clark- maldito hombre y sus ronroneos- No soy mas que un incomprendido.
- No es lo que dicen los diarios.- interrumpió una voz algo aguda.
- Senador Warren. Usted lo sabe como son los periodistas. Hacen lo que sea por una exclusiva. A propósito, la jovencita, ¿cuál era su nombre?. Ha, Rachel, catorce años.- le comento a Clark, todo coloquial, quien asintió de vuelta, todo interés y concentración- ¿Esta siendo bien atendida?. Odiaría pensar en alguna falta de etiqueta en la clínica Luthor. Por si acaso, echare un vistazo en mi próxima visita. Linda chica, familia pobre. La caridad es un defecto redituable para muchos- lo miro fijamente, todo sonrisas y Clark movió la cabeza. Ni siquiera se molesto en molestarse.
- Las buenas maneras hacen maravillas con la heroína y el ectasy- añadió Clark.
- Nada como el sushi para pasar la abstinencia- replico Lex.
- Creo que entendí el mensaje Luthor- Warren lo miro con odio.
- Espero que los jueces lo entiendan Charles.- el hombre casi dio un paso hacia atrás ante la mirada del millonario. A veces, solo a veces, algunos olvidaban a quien tenían enfrente. Pero con los años, había ido decreciendo en contraposición a la cuenta bancaria; además, Lex nunca había sido tomado por el típico billonario.
- Caballeros, caballeros, por favor- Ramírez se acerco sonriendo- los invito a las mesas. Clark, amigo, que bueno verte por aquí.
- Felicitaciones Carlos. - lo abrazo- Gran premio. Lo mereces.
- Teniendo las habilidades mínimas, todo se logra, ¿no es cierto congresista Lyman?.
- Eso es vulgar Lex- respondió el hombre recientemente acusado de incompetencia entre otras cosas.
- Hmm. Es lo malo de ser tan mimado y malgastado. Además, mi madre murió y solo fui un pobre niño rico con niñeras francesas al cual le falto amor y una guía por el buen camino.
- Debe haber mas de alguna historia sobre esas niñeras- añadió Carlos sonriendo.
- U otra servidumbre- dijo Clark sin pensar y Lex sonrío suciamente con las manos en los bolsillos de su perfecto esmoquin. Oliendo a vodka naranja. Balanceándose levemente. Salivando.
- De cualquier manera. Felicidades Ramírez, y no les des ideas a nuestro reportero favorito.
- Gracias Lex. Caballeros. - los guío a la sala contigua reteniendo a Clark por unos segundos- Lo siento hombre, no pude desembarazarme del gobernador.
- No hay problema.
- En todo caso, parecías estar recibiendo ayuda.
- Hmm, mas bien diría que solo atestiguaba la maldad pura.
- Estando en ese grupo, no lo dudo.
- Ha, sí, el hombre limpio.
- Hey, - lo tomo del brazo- mientras no sepan sobre nuestros encuentros y el disfraz de Rapunzel, todo irá bien-eso es tan estúpido, Carlos. Pero había sido su mentor. Suspiro.
- Nada como Ann Rice, para convertir al cordero- rieron.
- Falta un invitado- observó Carlos. Su esposa se acerco con el hombre. Clark observo como Lex sonreía inocente y entrecerró los ojos. Miro al hombre. A Lex. Al hombre. De vuelta a Lex. Lex hizo de nuevo esa cosa con la lengua y Clark aspiro profundo.
- Me tome la libertad de invitar a un amigo. Lamentablemente su esposa no pudo unírsenos, pero mientras tanto, este es Daniel Von Mühlenbrock.
- ¿Los Mühlenbrock de Seattle?- pregunto un congresista.
- ¿Hay otros?.- replico con burlona condescendencia Daniel, y Clark solo entrecerró los ojos, notando la beligerancia en el hombre, él cual si bien recordaba, era conocido por su actitud relajada... o algo por el estilo. Actitud que parecía no ser la usual. Observo la nariz del hombre y obtuvo la respuesta, leves rastros blancos. Examino a Lex, quien le sonrió de vuelta, limpio de rastros aunque nunca se podía estar seguro con él, y de pronto le llegó todo. Daniel Von Mühlenbrock. Rumores. Daniel Von Mühlenbrock, heredero de Carl Von Mühlenbrock. Carl Von Mühlenbrock, enemigo declarado de El Planeta, luego del reportaje de Luisa. Daniel Von Mühlenbrock. Ojos verdes. Cabello negro algo desordenado. Alto … entrecerró los ojos y arqueo una ceja con desdén.- ¿Señor Kent?,- Clark asintió- supe de su trabajo en Guinea. - figúrate- Interesante.- Clark noto como Lex cerraba el círculo de conversación entre Daniel, Clark y Carlos. Este último solo por la deferencia del cargo. Solo con voltear levemente su cabeza. Maldito.
- Sip- beligerante. Clark noto un odio inaudito. No tenía nada que ver con el polvo en la nariz.
- Ha, un héroe entre nosotros- dijo Daniel, ojos perdidos en Lex, y Clark sonrío. Mil voltios. Lex, Lex.
- ¿Defraudado?- replico Carlos.
- No realmente. Ya tenía conocimiento de los aspectos… pintorescos del reportero del año.
- Compórtate Daniel, no queremos que Clark sienta menospreciado su trabajo.-
Clark sonrío dulcemente, sin dignarse a contestar, y empezó a comer. Carlos, agradecido de tener a alguien con cordura a su lado (Ja), se dedico a comentar sobre la campaña, las impertinencias de Lex y Daniel una gran música de acompañamiento. Una cosa era que hubiera apoyado a Luisa, durante ese reportaje sobre apuestas y el padre de Daniel estuviera mencionado. Otra eran las peleas territoriales sobre algo en lo cual no estaba interesado en poseer… o algo así. En cualquier caso, no estaba ahí para que Lex se divirtiera burlándose tanto de él como del otro hombre. Era ya increíble que el otro se prestara a semejante estupidez. Lo que Clark no sabía, era que Daniel llevaba mas de seis años...
- ... Oportunidades. Todos las tenemos, es la bandera de la democracia. Es tan inexcusable.
- ¿Elitista, Daniel?. Que decepcionante- Lex ni se molesto en prestarle atención.
- Solo creo que todo tiene un lugar, Lex. ¿No esta de acuerdo señor Kent?- ahora, eso, no puede ser culpa de la cocaína. La mediocridad rara vez lo es.
- … Supongo… A propósito, ¿su esposa sigue en recuperación?.
- Así es. Una lastima. Estos automóviles de hoy en día.
- Cierto. Sería una lastima que no se recobrara completamente. Fue un serio accidente.
- Me siento tocado por su interés.
- Una mujer tan hermosa. Debe sentirse tan radiante con su elección. - prosiguió sin prestar atención. Como ponderando. Voz suave, delicadamente dulce, lo suficientemente fuerte para que el resto de los comensales lo oyeran. Lex aspiro profundo detrás del vaso de agua- Rubia si más no recuerdo. Tan… diferentes. Positivo y negativo. - miro a Lex- Hacen una buena pareja. Claro y oscuro. Un Dios terreno y una Diosa de pedigrí. Es la maravilla de la elección, ¡Sus hijos serán unos titanes de purasangre,!. ¿Me alcanzas la ensalada Juliana?-Lex. Lujuria. Pura y densa. Sorpresa y Odio. Y definitivamente, no era uno de sus mejores momentos. Siguió bebiendo.
- Claro- la mujer a su lado sonrió con orgullosa complicidad (¿?), Pasándole la ensalada, cual común paisana. Clark adoraba a Juliana.
- .... Ahora, eso si es profundo, Clark. Carlos, aparte de cerrar mis plantas, ¿qué otros planes tienes para este régimen?.
- Luthor, Luthor. Cualquiera pensaría, que el mundo gira en torno a ti.
- Jamás presumiría de tal cosa. Si fuera así, Clark habría ido a visitarme hace un largo tiempo. Todo en nombre de la amistad. Seguramente se olvido de mi invitación.
- Me siento tan avergonzado.
- Deberías. - por alguna razón, Clark no era capaz de dejar de oler la esencia desprendida por ese hombre. Densa. Opresiva. Puramente masculina. Sexo.
- En serio.
- ¿Culpa quizá?.
- ¿Y eso porque?.
- Esperando solo en una casa tan grande y fría- arrastro las palabras. Denso. Húmedo. Tan poderosamente sexy que algunas mujeres, sin mencionar hombres, voltearon con curiosidad. Mirada descaradamente sosegada. Lo irritante es que en realidad, esa voz siempre era así. Labios levemente mojados por el agua.
- Prende la calefacción.
- Hmm, - voz ronca. Con chocolate derritiéndose en el paladar. Sonrío a una mujer. Aunque Luthor era conocido por sus contradicciones, para muchos solo excentricidades de un bastardo arrogante, una de ellas era ser la frialdad personificada y al minuto siguiente desbordantemente seductor; Mesura y exceso. No muchos habían estado expuestos a una dosis consistente. Bastardos con suerte. Eran observados por rostros curiosos. - ese postre se ve delicioso. ¿De que es?.
- Whisky y chocolate- rezongo Clark.
- Excelente combinación. ¿El chef Mukada?.
- Las bondades de la política- dijo Carlos divertido. Clark quiso dar el primer bocado. Y entonces...
El periodista observo hipnotizado como Lex abría la boca. Esa boca. Creando con aquel simple gesto, un efecto tan increíblemente erótico, que Clark creyó que podría pasarle algo juvenil. Como correrse en los pantalones. Hasta Juliana se quedo pegada en ese gesto. Lex lo miro con suavidad, y se paso la lengua por los labios, deteniéndose por un segundo en la pequeña cicatriz y Clark pudo jurar que cada mujer en esa mesa abrió levemente la boca en respuesta. La osadía del maldito. Daniel tragó saliva, mezcla de ira y excitación.
- Una cucharada no es suficiente, ¿puedo tomar un poco mas?- Vista fija en su boca. Clark la cerró y simplemente, no pudo más.
- Puedes tomarlo todo- le entrego la copa, mientras su mirada se perdía entre la multitud reconociendo a una figura… ¿No era esa Victoria Hardwick?. Se encogió de hombros sin darse cuenta. Run Clark.
- ¿Puedo?.- niñito travieso. Tomo la copa y se dirigió a Clark, todo conversación- Quizá deba ofrecerte alguna de las especialidades de mi chef, para tener el placer de tu compañía.
- La mejor forma de llegar al corazón de un hombre…- dijo Juliana y Clark la miro con odio.
- Con tu reputación, tal vez corra el riesgo de envenenamiento- agrego Carlos.
- Me gustaría pensar que no necesito crear maléficos planes, para disfrutar de su compañía.- sonrío como la hiena que era- Y para mi satisfacción, me siento obligado a señalar que soy el primero en atestiguar el cumplimiento de sus promesas, pero debo decirte Carlos, me ofende tu percepción de mi persona como una maléfica mente maestra.
- Imagina eso- susurro Clark.
Oleadas. Dolor agudo en las sienes. Acarreándolo lejos de todo. Clark cerro los ojos un segundo y se fue. No de la fiesta, ni de la mesa. Solo se fue. ¿Puedes deletrear Mecanismo de Defensa?. Desafortunadamente ni siquiera pudo entrar en toda la actitud de niñito amurrado. Oleadas del pasado enterrándose en su alma. Cerro los ojos un segundo. Las malditas…
- ¿Clark?- oyó la voz de Lex desde lejos. Diversión, y algo más.
- ¿Ha?.
- Te preguntaba si estabas de acuerdo con la aseveración de Carlos…- Clark sonrío.
- Aja, - Juliana lo acuso con el dedo- ya sabía yo, que se iría de un momento a otro, y no, no me hagas pucheros con esa boquita. Nunca han resultado conmigo. Parece que ni las frases celebres pueden mantenerte con nosotros los mortales.
- Depende de la calidad de ellas-refunfuño como el mocoso que era. Y realmente él no podía evitar el puchero, realmente no podía. Adorable. Lex saboreo el último bocado del postre y Clark cerro la boca. Por Dios santo Clark. Lex entrecerró los ojos, notando la leve palidez del hombre frente a él.
- Me decepcionas Clark- ¿cuál es el problema de Lex?, ¿Acaso debe pronunciar mi nombre en cada jodida frase?.
- ¿Y cuál era la frase?.
- "El servicio más noble viene de manos desconocidas, y el mejor sirviente es el que hace su trabajo sin ser visto".
- ¿Manual Luthor?.
- Oliver…- dijo Daniel de pronto. Cansancio en sus facciones.
- Wendell Holmes- finalizo Clark.
- Me gusta pensar que soy un poco menos predecible que eso.
- Me reservo opiniones hasta entrevistar a tu servidumbre- dijo sin pensar.
- Ha, es una cita entonces. Lo siento teniente.- Carlos se río, Daniel rezongo y Clark tuvo el horrible presentimiento de estarse sonrojando. Mas de lo acostumbrado. Y de que todo esto no había sido mas que una complicada maniobra Luthor para obtener una cita. Maldición, tanto por el frío y sofisticado chic bisexual.
- ¿Con tu mayordomo?. Debo decirte Lex, no soy tan fácil.- hizo una mueca, Juliana sonrió- En todo caso, no me sorprendería encontrar que la frase "Mas de un hombre ha sido excepcional para el mundo, pero su esposa y mayordomo no han visto nada notable en él", fuera mencionada mas de una vez.
- Eso duele Clark. ¿Ofreciéndote para algo en particular?- Haha, otra vez.
- No realmente.
- Es una lastima, pero que puedo decir, soy un snob declarado. Aunque al menos por ahora, no habrá esposas que me traicionen. Solo amigos.
- Solo amigos.- suspiro. La nausea lo invadió de nuevo, y por un segundo, tenues imágenes llenaron su cabeza. Él lo sabía, solo era el comienzo. Luego vendría el dolor. Lex solo lo observo. Excusas. Solo excusas. Solo un paso más.
2 AM. Lex se excuso para hacer una llamada. Daniel fue despachado unos minutos después. Estado ahí. Hecho eso. Al ver el rostro de Lex, Daniel se trago cualquier perorata que hubiera preparado. Lex era un hombre altamente emocional, aun cuando no lo mostraba. Una mirada, y Daniel supo que su trabajo estaba completo. Divertimiento.
DIEZ MINUTOS ANTES
Marco el número y antes del segundo retoque... Lo supo antes de que le dijeran nada.
- Señor Luthor.
- ¿Qué sucedió?.
- Ellos… entraron y... - la mujer se quebró.
- ¿Esta bien?.
- Lo siento, señor.
- ¡¿Esta bien?!.
- Sí, Señor, yo…
- Pásame a Roberts.
- Señor…
- Ahora- rugió y el jefe de seguridad contesto con voz apagada.
- Todo esta bajo control. No alcanzaron ha ver nada. Iban por la combinación de la bóveda.
- Idiota, ellos saben, - lo sabe. Lo sabe. Lo sabe.- intervinieron el sistema.- voz calmada.
- Estamos revisando todo.
- Salgo para allá en cuanto pueda. Si algo sucedió… - inhalo- ellos lo intentaran de nuevo. Un rasguño Roberts, solo uno, y…
- Sí señor.- corto.
Se sentó una vez que despacho a Daniel, después de todo ya había conseguido todo lo que había pretendido. Estaba en la oficina principal. Solo. Ya no podía seguir retardando esto. No podía detenerse. No podía. Solo hubiera deseado que su padre hubiera tardado más. Maldito bastardo. Debió haberlo bañado en ácido cuando tuvo la oportunidad. Su corazón sobresaltado. Lo sabe. Lo sabe. Lo sabe.
Paso una mano por el cráneo. Ya había puesto todo en el ruedo. El o yo. El o yo. Madre, Oh, madre. Suspiro. Aunque al menos por ahora, no habrá esposas que me traicionen. Solo amigos.
¿Qué hago?. Ahora, en este momento. Preocupándome de un buen pedazo de culo en vez de… ha si, Alexander, porque Clark es solo eso. Risa seca. La puerta se abrió y suspiro cansado.
Tan cansado. Tan malditamente cansado. De ir cada día sonriendo, demostrando, recitando las mismas cosas que antes significaban algo, pero que ahora notaba, nunca habían importado una mierda. "No quiero hacer buenas obras, quiero hacer grandiosas obras". Maldito estúpido arrogante. Maldito estúpido auto indulgente, auto … tan lleno de miseria, pobre niño rico buscando misterios y juguetes nuevos a los cuales abrazar porque no su padre no lo había hecho. Si lo pierdo… si lo pierdo. Madre. No puedo… y él, atrás de un pedazo de carne que no lo abandonaría, ¿qué no lo traicionaría?... de nuevo. Su cáliz personal.
Excelente elección Alexander.
Excelente momento para escurrirte entre los pantalones.
Mentiras. Mentiras. Mentiras. Mentiras. Mentiras.
Maldito. Maldito. Maldito. Maldito estúpido, débil. Tan enfocado en sí mismo que no lo había visto venir, no lo había visto. Y ahora, en ese preciso instante, notaba otro error mas, otro maldito error. Otro. No fallare. No fallare. No fallare. Nunca más.
No era solo que no lo hubiera visto venir. Era que aunque lo hubiera hecho, no habría podido detenerlo. No quería detenerlo. Años hablándole. Años. En su cabeza. Oh, Clark. Voz suave. Labios pornográficos. Voz suave. Lealtad. Creando vida donde supuestamente no debía haberla. Clark. Estoy tan solo. ¿No lo ves?. No lo ves.
- Fuera - ordeno seco. Porque no era él, no lo era. Porque podía olerlo a distancias inconmensurables. Porque conocía sus pasos. Porque conocía cada rictus de ese rostro. En ese momento. Ese momento en que notaba el vacío y la visión lejana de la plenitud, odio mas que nunca a Clark Kent.
- No, no, Lex. - una voz inglesa respondió- Esa no es forma de tratar a tu prometida.
- ~ "Pero… yo te amo.
- Lo sé.
- ¿Y eso esta bien?". ~
CONTINUARA
