CAPITULO DOS.

NEEDING

2: 20 AM.

Llego a su apartamento. Chloe cocinando. La cita no debió ir bien, pensó ausentemente. Papeles en su mesa, seguramente su articulo. Resistió el impulso de golpear la pared. El no merecía que nadie golpeara la pared. Merecía otra cosa. En el salón contiguo con una sonrisa en sus labios, Chloe jugo a cerrar los ojos. Toda una vida. Toda. Y solo dejo que la venciera. Chloe solía tener fe, solía pensar en los tiempos en que parecía tener alguna oportunidad de entregar. Tiempos en que estudiaba en Francia, y salía con hombres morenos. Tiempos en que su hombro era el único buscado, y su lealtad apreciada mas allá de un asentimiento de cabeza a modo de saludo. Tiempos en que el hombre que amaba, no prostituia su alma. Al menos, no usualmente.

Mientras se quitaba la ropa en el baño su cabeza siguió cantando la misma cancioncita. En el salón contiguo con una sonrisa en sus labios.

En el salón contiguo con una sonrisa en sus labios

Ojos ennegrecidos.

No puedes ganar, Clark. Esta en todos lados. En todos lados.

Se sentó unos segundos tratando de mantener el equilibrio. Reconociendo que algo mas lo estaba partiendo en dos, mas de lo usual. Salió y se puso el pantalón. Cuando iba a levantarse, el dolor de las imágenes lo cegaron y cayo al suelo, sin notar el ruido que causaba su respiración. Chloe corrió a la habitación. Estaba acostumbrada.

- ¿Clark?, ¿Clark?- lo meció suavemente. - las imágenes -Ven. Ven conmigo. Recuéstate, respira hondo. Eso es… ¿qué es?, dime…

- No.. No sé… ¿un pájaro?, ¿Un avión?- bromeo. Otra oleada de dolor lo asedio. Se pondría peor.

Y era ira.

O quizá solo eran esas malditas imágenes consumiendo su alma cada noche. Pasado. Presente. Dolor ajeno. Golpeándolo. Y Lex lo había sabido. Lo había usado. Destruyéndolo. Y dejando que con los años, ese dolor lo traspasara. Literalmente. Y no había nada de decepción en eso. No, nada de eso señoras y señores. Lo que había ahí, era su último y grandioso don. Y a veces, como ahora, Chloe se le quedaba viendo. Largo tiempo, mientras él se afirmaba contra algo que no era ella, sentando en la cama, tratando de respirar.

- Clark…

-

- Clark… - suave.

- ¿Ha?.- Chloe se acerca y lo abraza mientras él llora en silencio.

- No dejes que haga esto… Clark… no estas roto… no estas perdido… estoy contigo…

- … No… - su voz, igual a cuando era pequeño. Exactamente igual. - solo son las visiones…Solo…

Pero no era cierto. Chloe lo sabía. Ya no luchaba, nunca lo había hecho, no realmente. No eran las visiones la que lo estaban matando. Era la visión, era él. Chloe deseo poder detener el tiempo, y poder incrustar una tras una, las balas en ese maldito pecho que no debería moverse, porque no era lógico que allí hubiera algo que semejara remotamente a un corazón.

Entonces tomo un respiro. Doloroso. Tanto que le pareció parirlo. Y Chloe se trago las lágrimas, intentando detenerlo. Clark se deshizo gentilmente de la mano y Chloe sintió la perdida de lo que nunca tuvo. Gentileza. No te ame, nunca lo hice. Gentileza.

Se ducho. Puso su ropa y.

Chloe, llena de energía. Chloe esperando en el aeropuerto. Chloe consolándolo después de esa noche. Chloe y su oasis. Tan lleno de mierda.

- ¡No detendrás nada con esto!. Solo harás que se revuelque en tu alma, como siempre. Clark, ¡¡¿No entiendes que esto es lo que él quiere?!!.

- No voy a huir…. No voy a huir.

- ¡Clark, es solo otro juego!!. ¡¡SOLO OTRO JUEGO!!. ¡¡Cómo en Bagdad, cuando te envió esas flores después que te soltaron, o la insignia de Alejandro Magno en tu cumpleaños, o Bach!!.

- Solo quiero que me deje en paz.

- ¡¡No lo hará!!. ¡¡¡Tú eres su razón!!!. - solo un segundo después de decirlo. Chloe lo entendió todo. Absolutamente todo. Y se le quedo viendo… - Pero tu sabes eso, ¿no es así?... como puedes... Dios, Clark.

- Yo lo creé Chloe- susurro.

- No Clark.- No amor. Mi amor. No te pierdas en él. No de nuevo. no me dejes- Él no es mas que su propia invención…

- ¿Dime que mi vida tiene significado mas allá de ese momento?.

- Estas sobre reaccionando y lo sabes. Él sabe que no puedes pensar con claridad a su alrededor. Sabe que en lo que a él concierne, puede hacer lo que desee contigo. Porque eres el estúpido que lo deja. ¡¡Porque no paras de desearlo!!,-amor. Y no a mí. Nunca a mí- ¡¡y estoy harta de limpiar tus lágrimas y sus desastres!!- y de que no me desees, que no me necesites. Nunca.

- ¡¡Entonces deja de hacerlo!!.

- ¡¡No puedo!!.

- ¿Por qué?- pregunto erróneamente.

- Porque te amo, maldita sea.- susurro.

- Chloe…- un sollozo seco se le escapo. Dios, Dios, que he hecho contigo.

- Y nunca te he pedido mas que tengas algo de dignidad en lo que a él concierne… Clark… no sabes lo que eres, lo que vales…

- Soy un alienígena.

- Eres el estúpido más grande del mundo, y la persona más hermosa que he conocido. Y estas loco de remate, pero te... y no puedo…- pequeña voz quebrada- no puedo creer que solo porque él estire la mano, mande a circular un rumor sobre redenciones y segundas oportunidades, sin mencionar el revolcón gratis, tu, después de todo lo que te ha hecho. Tu, vayas como perrito faldero a verlo.

- No lo deseo Chloe…

-

- Lo necesito…- susurro. Sonrío con desolación ante su estupidez.

- … Lo sé… de la misma manera en que él lo hace… no es sano Clark.

- Dímelo a mí.

- Clark. Si te vas. Nunca regresaras.

-

- Vas perderte. Te he visto, resquebrajado, todos estos años, mutilándote, porque lo heriste. Lana murió. Todos mueren, nadie puede crear su paraíso y no esperar que algo lo destruya.

- Esa es una manera masoquista de ver el mundo.

- También es real. Sabes lo que él hizo. Creo todo ese cuento de realidades y destinos. Y te llevaba de paseo, arrendaba observatorios y te desnudaba con la vista, mientras le pedía matrimonio a una chica de dieciséis años que por muy hermosa y muy decente que fuera, no tenía idea donde estaba parada, y al mismo tiempo te devoraba el cuerpo y el alma. ¿Crees que es tu culpa?, ¿Crees que eres el único cobarde?. ¿Crees que él no lo sabía?. ¿Crees que no tenía idea de lo que te hacía?, ¿De lo que despertaba en ti?. Eso no lo detuvo, ¿Crees que lo detendrá ahora?. Te arrancara el alma.

-

- ¡Clark!… Si vas allá, ya sabes lo que pasara.

- ¿Y que sería eso?.- pregunto cansado.

- Se mataran a golpes, verbales o no. Y luego, porque ¡Oh, gracia del señor!, No habrá gente ahí que los detenga, terminaran en la alfombra, o en cualquier lugar, y ambos sabemos que la palabra ramera vendrá a tu cabeza después y la palabra triunfo ira a la suya.

-

- Clark… toda esa perorata del desfalco de Luthor, todo es para llamar tu atención.

- Lo sé.

- Entonces deja de ser parte del melodrama del día.

- No.

- ¡¿Por qué?!.

- … Porque a veces… a veces podría jurar- dijo ausentemente- que la potencia de su odio equipara a mi amor

- …Clark- suplico en vano.

- … Pero no es así. Tal vez remedie eso. Tal vez… pueda terminar con todo de una vez-  oscuro. Cerro la puerta tras de sí, y Chloe se sentó a esperar.

3: 31 AM.

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Las labores del héroe. Visiones de muerte sobre una mujer y su hijo. Dolor y placer. Víctima y victimario encajados en su cabeza. Treinta minutos después, estado ahí, hecho eso. Salvado a la mujer, rescatado al bebe y desarmado al hombre. Estado ahí. Hecho eso. Lo huelo en la piel.

Estado ahí. Hecho eso: Huir por mas de nueve años, pararse en medio de campos llenos de muerte, entendiendo que no podía salvarlos a todos. Castigándose con ese conocimiento. Renegándose la redención.

Estado ahí. Hecho eso: soñando cada noche con un par de ojos azul grisáceos, que no importan cuanto rogara, simplemente seguían mirándolo desde arriba.

De rodillas. El sol por detrás.

Descansando en la culpa, negándose a vaciar el dolor, negándose al descanso, negándose el derecho a parar, porque parar significaba reconocer su impotencia, parar, significaba despertar en las noches, con la mente perdida en una mirada llena de promesas, que él, como inocente estúpido, no había podido obviar. Significaba regresar. Significaba la muerte de su padre. Significaba interponerse entre Lex Luthor y una bala. Significaba no haber visto la bala que atravesó el corazón del hombre que le dio su apellido, su amor y toda una vida. Significaba una chica muerta y llantos. Significaba una vida, toda una vida recordando la mirada de su padre preguntándole el porque.

Significaba el perdón de su madre.

Significaba el sacrificio de Chloe.

Significaba la perdida de la inocencia.

Significaba la perdida de la cordura.

Fuera de sí. Loco de culpa. Perdido en medio del ruego. De rodillas. Y el perdón puede ser tan indignante.

Significaba la torre en metrópolis y él perdiendo lo último que le quedaba. Deshonrando a su padre. Interponiéndose de nuevo en el camino de una bala que como siempre, llevaba su nombre. Porque el loco de turno se había hartado de Clark Kent, el héroe del pequeño pueblo. Pero ese proyectil contra su alma. Significaba la perdida de razón.

Se alejo por la calle. Cansado. Tan cansado. Cerro los ojos, y acelero el paso hasta llegar a las afueras de la mansión.

4: 23 AM.

CONTINUARA