Nota de la autora: Este fic se sitúa tras los hechos ocurridos en el 5
libro de Harry Potter. Si no lo has leído aun es posible que te cueste
entender lo que ocurre en esta historia.
Fic de Harry Potter
Capitulo 1:
Harry abrió los ojos sobresaltado. Había vuelto a sufrir otra pesadilla, como cada noche desde su regreso desde Hogwarts. Desde que terminó el curso, Harry había vuelto a vivir con los Dursley y Dumbledore le había pedido que no abandonara la casa y que saliera lo menos posible. De ese modo, sus habituales paseos por el Londres Muggle, tan habituales el año anterior, habían desaparecido al no atreverse a desobedecer una orden directa de su director. Dumbledore, Ron, Hermione. Se preguntó si estarían bien. No había recibido noticias de nadie del mundo mágico desde que lo dejaran en el andén al terminar el curso y los echaba de menos. Añoraba la escuela. Aunque volver a ella implicaría volver a aguantar a Snape, su profesor mas odiado, y desde luego soportar aquellas interminables sesiones de estudio con Hermione en la biblioteca, Hogwarts era su único y verdadero hogar. Aunque su vida con los Dursley había mejorado notablemente desde su regreso, Harry sabia de sobra que el nunca podría pertenecer al mundo de sus parientes Muggles. De hecho, nadie necesitaba explicarle que la única razón por la cual Tío Vernon no lo había enviado junto con Hedwig lo mas lejos posible de allí (preferentemente a un lugar sin magia), era por miedo a que la mitad de los miembros de la Orden se presentara en su casa de improviso pidiéndole explicaciones. El y sus amigos lo habían pasado bomba viendo como estos (incluyendo a los Weasley, Moody, Tonks y el profesor Lupin) ponían en su sitio (mas bien aterrorizaban de lo lindo) a los irascibles Dursley, amenazándolos con convertirlos en algo horrible si maltrataban a Harry. Y de hecho había funcionado. La mera idea de tenerse que enfrentar con una horda de magos furiosos y armados con sus varitas bastaba para que Tío Vernon dejara de meterse con Harry y encontrar defectos a todo lo que hacía (bueno aún seguía haciéndolo, pero muy muy bajito no fueran a oírle) y bastaba con la mención de cierto Howler para que Tía Petunia se volviera como la seda (a Harry le importaban un carajo sus miradas asesinas), en cuanto a Dudley, había tenido suficientes malas pasadas con el mundo mágico (incluyendo un ataque de Dementores un año atrás) como para tomar la prudente decisión de dejar a su primo en paz. Al principio, este estaba encantado de librarse de aquellos Muggles que siempre lo habían atormentado. Escribía a sus amigos cada tres días para asegurar que todo iba bien, como había acordado con Moody, y disfrutaba viendo a Dudley esconderse tras su madre cada vez que el gritaba BUH por detrás y lo apuntaba con una varita imaginaria. Por primera vez en su vida, esas travesuras no iban seguidas de un castigo de por vida, ni siquiera de malas miradas pues mucho se temían los Dursley que hubiera alguien vigilándolos (de hecho Harry temía lo mismo pero por distintas razones) y no se atrevían siquiera a reñir a Harry de viva voz. Pero tras más de un mes de aquello empezaba a aburrirse. Los Dursley nunca le habían tratado bien, pero mientras tuviese que permanecer en aquella casa encerrado eran las únicas personas con las que podía tratar. No había recibido ninguna carta de Ron ni de Hermione en todo el verano y el hecho de que sus tíos lo miraran de reojo como si fueran a salirle colmillos o a escupir fuego por la boca de repente no mejoraba precisamente su humor. Le recordaba aquella desagradable etapa en segundo en que los alumnos tenían miedo de el porque hablaba parsel y temían que los atacara por ser el heredero de Slytherin. Aquella había sido una de las peores temporadas de Harry en el colegio, pero Ron y Hermione siempre habían estado a su lado, apoyándolo. El chico suspiró. Echaba tanto de menos a sus compañeros, la sola idea de que les hubiera ocurrido algo aquel verano y por eso no contestaran a sus cartas bastaba para darle escalofríos y hacerle llorar. Para empeorar las cosas, aunque desde el comienzo de aquel aburrido verano no había habido noticias de Voldemort ni de sus mortífagos, las pesadillas de Harry con respecto a este eran cada vez peores. Se había leído cuantos periódicos mágicos y Muggles habían caído en sus manos en busca de asesinatos misteriosos y también veía el telediario siempre que sus tíos no estaban en casa (no se hubiesen atrevido a prohibírselo como el año pasado pero lo ultimo que quería es que estos averiguaran algo sobre Voldemort). Pero el momentáneo alivio que sentía al saber que de momento no había habido nuevas victimas duraba poco. De inmediato, lo reemplazaba la preocupación de no saber que estarían tramando los partidarios del mago tenebroso. Resultaba sospechoso que no hubiese habido indicios de actividad mortífaga desde aquel ataque al Ministerio de Magia. Quizás Voldemort se había descubierto a si mismo demasiado pronto y aun no estaba listo, quizás no volvería a atacar ahora que el mundo mágico era consciente de su resurgimiento al poder y esperaría a mejor ocasión. Harry quería creer que así era. Pero justo cuando acababa de tranquilizarse con semejantes razonamientos, una nueva pesadilla lo despertaba empapado de sudor y aterrado, imaginando que clase de fechorías estaría cometiendo su peor enemigo para provocarle aquel dolor en su cicatriz, que llevaba molestándole todo el verano.
Una voz lo sacó de sus reflexiones.
-¡HARRY! ¡EL DESAYUNO YA ESTÁ!- La voz de tía Petunia sonaba insistente, normalmente, ella jamás se hubiera molestado en avisarle para desayunar sino que EL hubiera tenido que hacer el desayuno. Desde su regreso nadie le había vuelto a exigir que se hiciera cargo de ninguna tarea domestica y de hecho Harry dudaba mucho de que sus tíos se atreviesen a comer nada preparado por el por miedo a sufrir envenenamiento repentino. Aun sumido en sus cavilaciones tomo sus gafas y bajó a la cocina. Su tío miraba el telediario de la mañana mientras devoraba una tostada, Dudley engullía sus cereales mientras tía Petunia le servia el desayuno a Harry.
-Hola- murmuró a Dudley mientras se sentaba a su lado. El chico le lanzo una mirada aterrada y corrió su silla lo mas lejos posible de el. Harry lanzó un suspiro y empezó a comer. De pronto llegó un sonido del comedor, como si alguien hubiera dejado caer una sandia al suelo. Temiendo problemas, Harry se levantó al oír el grito agudo de su tía y la voz furiosa de Tío Vernon.
-HARRY POTTER!!! ¡¡¡VEN AQUÍ AHORA MISMO!!!
Aquello sonaba como en los viejos tiempos siempre que se metía en un lío, pensando en que podía haber hecho para merecer semejante tono Harry corrió al comedor donde su Tío tenía la tele encendida. La escena era cuando menos sorprendente. Tío Vernon tirado en el suelo como si fuera a darle un ataque, tía Petunia recostada en el sofá mordiéndose los labios para contener sus gritos y Dudley en el umbral de la puerta, deseoso de que echaran la bronca a Harry pero sin atreverse a cruzar. Todo parecía normal hasta que se dio cuenta de que lo que su tía intentaba contener no eran gritos, sino sollozos. El chico miró a su tío inquisitivamente, este se limito a señalar el televisor como si aun no pudiera creer lo que pasaba. Harry ahogó un grito de espanto ante lo que el aparato le mostraba, aquello parecía un campo de batalla, varios casas estaban totalmente derruidas y otras en llamas. Centenares de personas gritaban y corrían de un lado a otro, unas tratando de ayudar, otras queriendo sencillamente huir de aquel infierno. Algunas sencillamente aguardaban en un inmóvil silencio, tal vez no tenían fuerzas para gritar ni para huir.
-¡REPENTINO ATAQUE EN UNO DE LOS BARRIOS A LAS AFUERAS DE LONDRES! ¡VARIOS MUERTOS Y CENTENARES DE HERIDOS EN LO QUE PARECE HABER SIDO UNA EXPLOSION DE CAUSAS DESCONOCIDAS! LAS AUTORIDADES NO DESCARTAN QUE EL SINIESTRO HAYA PODIDO SER PROVOCADO Y SE EVACUARA DE INMEDIATO A LOS HABITANTES DE LA ZONA, POR EL MOMENTO SE PIDE CALMA A LA POBLACION...- decía en ese momento la voz del locutor. El corazón de Harry dio un vuelco. Volvió a mirar a tío Vernon sin aceptar a comprender porque parecía tan afectado. El era uno de esos que disfrutaba viendo las desgracias ajenas en la tele, y echando la culpa de ellas a los políticos.
-MA...MAR...MARGE.- balbuceaba este. Harry comprendió. La tía Marge, la hermana de tío Vernon vivía en el campo a las afueras de Londres. Aunque nunca se había molestado en preguntar donde, supuso que se trataba precisamente del barrio accidentado. NO- se corrigió Harry, aquellos no podía ser un accidente era demasiada casualidad. Más bien atacado. Al mirar por segunda vez la pantalla, comprobó que no se había equivocado. Instintivamente se llevó las manos a la cicatriz, al tiempo que clavaba sus ojos en la pequeña pantalla. Una enorme calavera flotaba por encima de las casas arrasadas. Su color verde brillante arrojaba una siniestra luz sobre los heridos y los bomberos que trataban de huir del lugar, pero lo mas extraño de ella no era su color, sino la enorme lengua en forma de serpiente que salía de su boca.
-LA POLICIA INVESTIGA EL ORIGEN DE LA CURIOSA MARCA APARECIDA EN EL LUGAR DE LOS HECHOS SE TEME QUE PUEDA SER PRODUCTO DE UNA BROMA DE MAL GUSTO O LA FIRMA DE LOS AUTORES DE LA CATASTROFE ASUMIENDO QUE FUESE PROVOCADA SE BUSCA ACTIVAMENTE UNA EXPLICACION Y.
Harry apagó el televisor de golpe. El no necesitaba una explicación del porque de esa marca en el cielo. Sabía perfectamente a que se debía. Se trataba de.
-La Marca Tenebrosa- susurró tía Petunia aterrada.
El miedo de Harry dio paso al asombro.
-¿Como sab.?- iba a preguntar, pero su tía lo hizo callar de un ademán, sus siguientes palabras brotaron dificultosamente como si de pronto le costase hablar.
-Dime la verdad- pidió mirando a Harry como si lo viera por primera vez- ¿EL.? ¿Ese hombre. ha vuelto?- De repente parecía mucho mas pequeña y frágil y su piel se había vuelto pálida como la tiza. Su sobrino la miró casi con lastima, de repente se sentía obligado a abrazarla. No tuvo que preguntar a quien se refería. Por un momento pensó en mentir, pero no serviría de nada. La verdad era la verdad y de nada serviría negarla. Ahora todos estaban en peligro.
-Si- contestó con voz queda- Ha vuelto.
Fic de Harry Potter
Capitulo 1:
Harry abrió los ojos sobresaltado. Había vuelto a sufrir otra pesadilla, como cada noche desde su regreso desde Hogwarts. Desde que terminó el curso, Harry había vuelto a vivir con los Dursley y Dumbledore le había pedido que no abandonara la casa y que saliera lo menos posible. De ese modo, sus habituales paseos por el Londres Muggle, tan habituales el año anterior, habían desaparecido al no atreverse a desobedecer una orden directa de su director. Dumbledore, Ron, Hermione. Se preguntó si estarían bien. No había recibido noticias de nadie del mundo mágico desde que lo dejaran en el andén al terminar el curso y los echaba de menos. Añoraba la escuela. Aunque volver a ella implicaría volver a aguantar a Snape, su profesor mas odiado, y desde luego soportar aquellas interminables sesiones de estudio con Hermione en la biblioteca, Hogwarts era su único y verdadero hogar. Aunque su vida con los Dursley había mejorado notablemente desde su regreso, Harry sabia de sobra que el nunca podría pertenecer al mundo de sus parientes Muggles. De hecho, nadie necesitaba explicarle que la única razón por la cual Tío Vernon no lo había enviado junto con Hedwig lo mas lejos posible de allí (preferentemente a un lugar sin magia), era por miedo a que la mitad de los miembros de la Orden se presentara en su casa de improviso pidiéndole explicaciones. El y sus amigos lo habían pasado bomba viendo como estos (incluyendo a los Weasley, Moody, Tonks y el profesor Lupin) ponían en su sitio (mas bien aterrorizaban de lo lindo) a los irascibles Dursley, amenazándolos con convertirlos en algo horrible si maltrataban a Harry. Y de hecho había funcionado. La mera idea de tenerse que enfrentar con una horda de magos furiosos y armados con sus varitas bastaba para que Tío Vernon dejara de meterse con Harry y encontrar defectos a todo lo que hacía (bueno aún seguía haciéndolo, pero muy muy bajito no fueran a oírle) y bastaba con la mención de cierto Howler para que Tía Petunia se volviera como la seda (a Harry le importaban un carajo sus miradas asesinas), en cuanto a Dudley, había tenido suficientes malas pasadas con el mundo mágico (incluyendo un ataque de Dementores un año atrás) como para tomar la prudente decisión de dejar a su primo en paz. Al principio, este estaba encantado de librarse de aquellos Muggles que siempre lo habían atormentado. Escribía a sus amigos cada tres días para asegurar que todo iba bien, como había acordado con Moody, y disfrutaba viendo a Dudley esconderse tras su madre cada vez que el gritaba BUH por detrás y lo apuntaba con una varita imaginaria. Por primera vez en su vida, esas travesuras no iban seguidas de un castigo de por vida, ni siquiera de malas miradas pues mucho se temían los Dursley que hubiera alguien vigilándolos (de hecho Harry temía lo mismo pero por distintas razones) y no se atrevían siquiera a reñir a Harry de viva voz. Pero tras más de un mes de aquello empezaba a aburrirse. Los Dursley nunca le habían tratado bien, pero mientras tuviese que permanecer en aquella casa encerrado eran las únicas personas con las que podía tratar. No había recibido ninguna carta de Ron ni de Hermione en todo el verano y el hecho de que sus tíos lo miraran de reojo como si fueran a salirle colmillos o a escupir fuego por la boca de repente no mejoraba precisamente su humor. Le recordaba aquella desagradable etapa en segundo en que los alumnos tenían miedo de el porque hablaba parsel y temían que los atacara por ser el heredero de Slytherin. Aquella había sido una de las peores temporadas de Harry en el colegio, pero Ron y Hermione siempre habían estado a su lado, apoyándolo. El chico suspiró. Echaba tanto de menos a sus compañeros, la sola idea de que les hubiera ocurrido algo aquel verano y por eso no contestaran a sus cartas bastaba para darle escalofríos y hacerle llorar. Para empeorar las cosas, aunque desde el comienzo de aquel aburrido verano no había habido noticias de Voldemort ni de sus mortífagos, las pesadillas de Harry con respecto a este eran cada vez peores. Se había leído cuantos periódicos mágicos y Muggles habían caído en sus manos en busca de asesinatos misteriosos y también veía el telediario siempre que sus tíos no estaban en casa (no se hubiesen atrevido a prohibírselo como el año pasado pero lo ultimo que quería es que estos averiguaran algo sobre Voldemort). Pero el momentáneo alivio que sentía al saber que de momento no había habido nuevas victimas duraba poco. De inmediato, lo reemplazaba la preocupación de no saber que estarían tramando los partidarios del mago tenebroso. Resultaba sospechoso que no hubiese habido indicios de actividad mortífaga desde aquel ataque al Ministerio de Magia. Quizás Voldemort se había descubierto a si mismo demasiado pronto y aun no estaba listo, quizás no volvería a atacar ahora que el mundo mágico era consciente de su resurgimiento al poder y esperaría a mejor ocasión. Harry quería creer que así era. Pero justo cuando acababa de tranquilizarse con semejantes razonamientos, una nueva pesadilla lo despertaba empapado de sudor y aterrado, imaginando que clase de fechorías estaría cometiendo su peor enemigo para provocarle aquel dolor en su cicatriz, que llevaba molestándole todo el verano.
Una voz lo sacó de sus reflexiones.
-¡HARRY! ¡EL DESAYUNO YA ESTÁ!- La voz de tía Petunia sonaba insistente, normalmente, ella jamás se hubiera molestado en avisarle para desayunar sino que EL hubiera tenido que hacer el desayuno. Desde su regreso nadie le había vuelto a exigir que se hiciera cargo de ninguna tarea domestica y de hecho Harry dudaba mucho de que sus tíos se atreviesen a comer nada preparado por el por miedo a sufrir envenenamiento repentino. Aun sumido en sus cavilaciones tomo sus gafas y bajó a la cocina. Su tío miraba el telediario de la mañana mientras devoraba una tostada, Dudley engullía sus cereales mientras tía Petunia le servia el desayuno a Harry.
-Hola- murmuró a Dudley mientras se sentaba a su lado. El chico le lanzo una mirada aterrada y corrió su silla lo mas lejos posible de el. Harry lanzó un suspiro y empezó a comer. De pronto llegó un sonido del comedor, como si alguien hubiera dejado caer una sandia al suelo. Temiendo problemas, Harry se levantó al oír el grito agudo de su tía y la voz furiosa de Tío Vernon.
-HARRY POTTER!!! ¡¡¡VEN AQUÍ AHORA MISMO!!!
Aquello sonaba como en los viejos tiempos siempre que se metía en un lío, pensando en que podía haber hecho para merecer semejante tono Harry corrió al comedor donde su Tío tenía la tele encendida. La escena era cuando menos sorprendente. Tío Vernon tirado en el suelo como si fuera a darle un ataque, tía Petunia recostada en el sofá mordiéndose los labios para contener sus gritos y Dudley en el umbral de la puerta, deseoso de que echaran la bronca a Harry pero sin atreverse a cruzar. Todo parecía normal hasta que se dio cuenta de que lo que su tía intentaba contener no eran gritos, sino sollozos. El chico miró a su tío inquisitivamente, este se limito a señalar el televisor como si aun no pudiera creer lo que pasaba. Harry ahogó un grito de espanto ante lo que el aparato le mostraba, aquello parecía un campo de batalla, varios casas estaban totalmente derruidas y otras en llamas. Centenares de personas gritaban y corrían de un lado a otro, unas tratando de ayudar, otras queriendo sencillamente huir de aquel infierno. Algunas sencillamente aguardaban en un inmóvil silencio, tal vez no tenían fuerzas para gritar ni para huir.
-¡REPENTINO ATAQUE EN UNO DE LOS BARRIOS A LAS AFUERAS DE LONDRES! ¡VARIOS MUERTOS Y CENTENARES DE HERIDOS EN LO QUE PARECE HABER SIDO UNA EXPLOSION DE CAUSAS DESCONOCIDAS! LAS AUTORIDADES NO DESCARTAN QUE EL SINIESTRO HAYA PODIDO SER PROVOCADO Y SE EVACUARA DE INMEDIATO A LOS HABITANTES DE LA ZONA, POR EL MOMENTO SE PIDE CALMA A LA POBLACION...- decía en ese momento la voz del locutor. El corazón de Harry dio un vuelco. Volvió a mirar a tío Vernon sin aceptar a comprender porque parecía tan afectado. El era uno de esos que disfrutaba viendo las desgracias ajenas en la tele, y echando la culpa de ellas a los políticos.
-MA...MAR...MARGE.- balbuceaba este. Harry comprendió. La tía Marge, la hermana de tío Vernon vivía en el campo a las afueras de Londres. Aunque nunca se había molestado en preguntar donde, supuso que se trataba precisamente del barrio accidentado. NO- se corrigió Harry, aquellos no podía ser un accidente era demasiada casualidad. Más bien atacado. Al mirar por segunda vez la pantalla, comprobó que no se había equivocado. Instintivamente se llevó las manos a la cicatriz, al tiempo que clavaba sus ojos en la pequeña pantalla. Una enorme calavera flotaba por encima de las casas arrasadas. Su color verde brillante arrojaba una siniestra luz sobre los heridos y los bomberos que trataban de huir del lugar, pero lo mas extraño de ella no era su color, sino la enorme lengua en forma de serpiente que salía de su boca.
-LA POLICIA INVESTIGA EL ORIGEN DE LA CURIOSA MARCA APARECIDA EN EL LUGAR DE LOS HECHOS SE TEME QUE PUEDA SER PRODUCTO DE UNA BROMA DE MAL GUSTO O LA FIRMA DE LOS AUTORES DE LA CATASTROFE ASUMIENDO QUE FUESE PROVOCADA SE BUSCA ACTIVAMENTE UNA EXPLICACION Y.
Harry apagó el televisor de golpe. El no necesitaba una explicación del porque de esa marca en el cielo. Sabía perfectamente a que se debía. Se trataba de.
-La Marca Tenebrosa- susurró tía Petunia aterrada.
El miedo de Harry dio paso al asombro.
-¿Como sab.?- iba a preguntar, pero su tía lo hizo callar de un ademán, sus siguientes palabras brotaron dificultosamente como si de pronto le costase hablar.
-Dime la verdad- pidió mirando a Harry como si lo viera por primera vez- ¿EL.? ¿Ese hombre. ha vuelto?- De repente parecía mucho mas pequeña y frágil y su piel se había vuelto pálida como la tiza. Su sobrino la miró casi con lastima, de repente se sentía obligado a abrazarla. No tuvo que preguntar a quien se refería. Por un momento pensó en mentir, pero no serviría de nada. La verdad era la verdad y de nada serviría negarla. Ahora todos estaban en peligro.
-Si- contestó con voz queda- Ha vuelto.
