Capitulo 2:

Tía Petunia no dijo nada. Se limitó a bajar la vista y a ahogar un sollozo. Limpiándose las lágrimas con un trozo de manga se dirigió a la cocina. Al llegar al umbral reparó en Dudley, que había observado toda la escena desconcertado y lo rodeo con sus brazos. -Vamos Dudders, ¿porque no sales un rato? Seguro que alguno de tus amigos está deseando invitarte a tomar el té - dijo con una sonrisa forzada. El niño la miró sorprendido, poco acostumbrado a esa actitud, pero se encogió de hombros y salio. Que fuese tonto no significaba que a veces no captara una indirecta.

-Estaré en casa de Piers - anuncio simplemente.

Harry miró a Petunia de soslayo, ardía en deseos de interrogarla pero captó la mirada de advertencia en los ojos de su tía. Aguardó a que Dudley hubiese cerrado la puerta tras el y siguió a su tía a un gesto de esta. La mujer lo llevo hasta la cocina y cerró la puerta tras ellos. Después se dirigió a la ventana y tras comprobar que nadie escuchaba la cerró también. Finalmente, encaró a Harry con un suspiro, todavía temblorosa.

-¿Como sabes lo de esa marca? Y lo de Vold.

_ ¡¡¡NO PRONUNCIES SU NOMBRE!!!- gritó ella y lo agarró del cuello de la camisa para zarandearlo al tiempo que hablaba- N-U-N-C-A-J-A-M-A-S-E-N-E-S- T-A-C-A-S-A-P-R-O-N-U-N-C-I-E-S-E-S-E-N-O-M-B-R-E!!!- Recalcó- ¿Entendido?- añadió algo mas tranquila.

-¡¡¡Suéltame necesito respirar!!!- Exigió Harry zafándose- ¿Como es que sabes quien es Vold. quien es el?- añadió al ver la expresión de su tía. Casi nadie en el mundo mágico osaba pronunciar el nombre de Voldemort, pero el jamás hubiese esperado tal reacción por parte de una persona no mágica, menos aun de tía Petunia que tenia un carácter de todos los diablos. Normalmente los demás le tenían miedo a Ella. En otras circunstancias, Harry casi se hubiera echado a reír, pero aquello no tenía ni puñetera gracia.

-Dímelo- pidió- Dímelo y no haré más preguntas.

Tía Petunia pareció dudar. Harry decidió arriesgarse.

-Contéstame y no volveré a pronunciar su nombre- afirmó.

Los labios de la mujer temblaron. Se retorció las manos visiblemente nerviosa. Finalmente empezó a hablar.

-E.Ella lo dijo ¡¡¡ELLA!!!- gritó entre sollozos- Solía despertarse por las noches diciendo que la perseguían y que iban a atacarla. Me pedía que por favor no la delatara que ella jamás nos traicionaría. Y un día se la llevaron esos hombres. esos. ¡¡¡COMO TU!!!- señaló con un dedo acusador.

Harry la miró sin comprender. No alcanzaba a entender los entrecortazos sollozos de su tía pero mucho se temía que tras ellos hubiera una historia horrible.

-¿Quienes son esos que son como yo?- preguntó agarrándola por los brazos.- ¿Te refieres a que eran magos?- y como su tía asintiera añadió- ¿Estas hablándome de mi madre no? ¿Ella fue la que te contó todas esas cosas?

La respuesta de su tía fue inmediata. Sin previo aviso lo alejo de un fuerte empujón y se echo a llorar histérica. Harry cayó al suelo. ¡Dioses! Jamás hubiese imaginado que su tía tenía tanta fuerza. Con una mano en su dolorido trasero, el chico se levantó y miro alrededor. Los gritos y lloros de su tía lo perturbaban. Harry no sabía lo suficiente de mujeres como para saber en que consistía un ataque de histeria. Lo más cercano que había visto era un par de veces a Cho (cuando recordaba a Cedric) y esto era aun más inquietante. Sin saber muy bien que hacer saco un viejo pañuelo que llevaba en el bolsillo y se lo ofreció a la mujer. Esta se sonó ruidosamente y siguió llorando. Desconcertado Harry pensó en buscar ayuda. Pero Dudley había salido y tío Vernon estaba ocupado en buscar en todos los hospitales el nombre de su hermana y estaría ocupado con el teléfono sabe dios hasta cuando. Ni siquiera se había dado cuenta de la charla entre Harry y Petunia y este supuso que no seria buena idea molestarlo. Por hacer algo empezó a rebuscar en los armarios y alacenas de la cocina. Tal vez si le preparaba algo de te. De pronto se topó con un frasco distinto al del té. Contenía hojas secas que despedían un olor dulzón. Tila. si mal no recordaba Snape la usaba para preparar pociones calmantes y para dormir sin soñar. aunque no tenia todos los ingredientes para preparar la poción (y de todas formas hubiera sido incapaz de recordarla no sabia como pero al llegar el verano todos sus conocimientos sobre el tema se desvanecían) tal vez pudiera usar la planta para calmar los nervios de su tía. Rápidamente puso agua a calentar y añadió un puñado de las hojas secas de la planta. Puso todo en un vaso y trato de acercar la infusión a los labios de su tía. La mujer no había dejado de llorar a gritos en todo el proceso y Harry empezaba a estar harto.

-¡BEBE!- ordenó mientras le acercaba el vaso. Sorprendentemente, su tía obedeció.

-Gracias- dijo algo mas calmada- Supongo que lo siento, ¿no es propio de mi actuar así no crees?

-¿Puedes contarme que paso? ¿Como sabes esas cosas sobre el mundo mágico? ¿Te las contó mi madre?- quiso saber el.

-tu madre?- la voz de tía Petunia sonaba distante, como si recordara hechos lejanos- Lily- por un momento Harry pensó que se echaría de nuevo a llorar, pero la fuerte infusión parecía haber hecho su efecto- Lily era mi hermana sabes?- dijo dulcemente, Harry empezaba a cansarse. Aquello era obvio y estaba harto de no tener respuesta clara a sus preguntas.

-Lo se tía- dijo procurando no sonar descortés- Por eso vine a vivir aquí cuando murió eras mi única pariente sobreviviente.

-Yo la quería mucho. Éramos muy buenas amigas aunque éramos distintas. Siempre estaba alegre por todo. Yo a veces me enfadaba y discutía pero ella siempre me hacia reír. Éramos tan felices. pero yo sabía que eso terminaría un día. Ella solía decir que se quedaría siempre conmigo, que jamás tendría que estar sola pero yo sentía que no podría ser así. Y así fue. Ocurrió el día del undécimo cumpleaños de Lily. Mis padres y yo le habíamos preparado una fiesta sorpresa. Estaba tan feliz por ella. Empezaba a irnos bien con los negocios familiares y por fin ella podría tener los regalos que merecía.- En este punto, Petunia miró a Harry con fijeza- Tu madre era muy bella- añadió- Tienes sus ojos. Podría haber sido feliz, habríamos crecido juntas, nos habríamos casado y nuestros hijos habrían crecido juntos a su vez. ¿es extraño como salen las cosas del Destino no crees sobrino? Al final es eso lo que ha pasado. Dudley y tú habéis crecido juntos aunque no de la manera que pensábamos entonces.

-¿Ella pensaba en juntarnos a Dudley y a mi?- preguntó el chico sorprendido.

-Si. Teníamos muchos planes por ese entonces. Pero aquel día todo cambio. Estábamos en mitad de la fiesta cuando un pájaro entró volando por la ventana derramando la limonada encima de nuestra madre- tía Petunia sonrió levemente ante este recuerdo, pero de inmediato volvió a ponerse seria- El pájaro era una lechuza y traía consigo una carta. No necesitas verla porque tu mismo has recibido una idéntica cada año. No obstante mira- tendió a su sobrino un arrugado trozo de pergamino- El otro día la encontré entre unos trastos. Eso me hizo pensar que quizás se avecinaran tiempos oscuros.

Harry tomo el pergamino y lo desdoblo ansiosamente. De algún modo su corazón ya sabía lo que iba a encontrar.

Señorita L. Evans, Privet Drive, 4

COLEGIO HOWGARTS DE MAGIA

Director: Albus Dumbledore (Orden de Merlín, primera clase, Gran Hechicero, Jefe de Magos, Jefe Supremo, Confederación Internacional de Magos)

Estimada señorita: Tenemos el placer de informarle de que dispone de una plaza en el colegio Hogwarts de Magia. Por favor, observe la lista del equipo y los libros necesarios. Las clases comienzan el 1 de septiembre. Esperamos su lechuza antes del 31 de Julio, Se que no entenderá gran cosa de esto pero estoy segura de que sus padres le informaran. Adjuntamos una carta explicativa dirigida a ellos.
Muy cordialmente
Minerva McGonagall
Directora adjunta.

Harry cerró el pergamino con un escalofrío. ¡Así que esa era la carta que su madre había recibido! Aquel documento había iniciado sus días como bruja. Recordando lo emocionado que se había sentido al recibir su carta comprendió lo que debió haber sentido su madre. Sin duda también ella se había sentido tan aturdida y sorprendida como el mismo al principio.

-Yo pensé que era una broma de mal gusto cuando me entere- siguió tía Petunia, al ver que Harry había terminado- Pero era cierto. Mis padres la dejaron ir a ese colegio. Aun no entiendo como pienso que debieron de lanzarles algún conjuro. No permitieron que la carta que ellos habían recibido del colegio fuese leída por nadie y tu abuela la quemo en la chimenea poco después. Nunca supe lo que les dijeron. Pero ella se marcho. Yo no quería. Sabia que me sentiría muy sola sin ella y egoístamente, no quería que se marchara. Pero ella se fue y me dejo atrás. "Serán solo hasta las vacaciones Petunia"- fue lo ultimo que me dijo en ese estúpido anden- "Volveré a casa por Navidad"- me juró- Y yo la creí. Estaba segura de que cuando hubiera pasado un tiempo se cansaría de esa gente y volvería a casa conmigo. Y volvió. Pero nunca volvió a ser la misma. En aquellos meses cambiaria mas de lo que lo hizo en toda su vida después. No tenía aun 12 años, pero parecía mayor, mas.madura. Como si poseyera un conocimiento que a nosotros nos estaba negado. Comenzó a actuar como si todo lo supiera como si nada fuera imposible para sus poderes. Mis padres estaban orgullosos de ella y la alababan cada vez que aprendía algún nuevo truco. Pero yo no acertaba a reconocer a mi hermana. Nunca volvió a contarme cosas ni a jugar conmigo. Se pasaba las horas sola leyendo esos libros de hechizos. Decía que tenía que prepararse para llegar a ser una bruja poderosa. Ese era su único objetivo. Y me consta que lo logro. Antes de que se graduara, incluso yo podía sentir el poder que emanaba.- tía Petunia parecía furiosa- ¡¡¡SI INCLUSO YO SU POBRE Y PATETICA HERMANITA SIN PODERES!!! Pero ese poder tuvo un precio- añadió mas tranquila.

-¿Cual fue ese precio tía?

-Nosotros.- respondió ella- Cada vez estaba más encerrada en si misma. Había veces en que pasaba varios días sin hablar con nadie. Cada vez paraba menos por casa. Pasaba todas las vacaciones en aquel lugar y no quería que la acompañáramos a la estación. Nuestros padres no quisieron ver la verdadera razón de esta actitud. Decían que era normal que Lily se independizara con la edad. Pero yo sabía la verdad. Algunos magos se burlaban de ella porque nosotros no teníamos poderes. Muggles nos llamaban. Por eso no quería venir a vernos. ¡¡¡Se avergonzaba de nosotros!!! ¡¡¡De su propia familia!!!- Al oír esto Harry se estremeció. Sabia de los fuertes prejuicios que existían contra los llamados Sangre Sucia, aquellos magos con padres Muggles. Entendía que su madre había tenido sin duda que sufrir por esto. Pero de ahí a dejar de lado a la familia.

-Intente hablar con ella por supuesto. Explicarle que no debía hacer caso a esos que anteponían el linaje a todo. Pero no quiso y cuando se graduó, desapareció definitivamente de nuestras vidas. No volvimos a saber de ella hasta tiempo después. Petunia interrumpió su historia. Harry sintió como si despertara de un extraño sueño. De pronto tío Vernon entro a la cocina dando voces.

-¡¡¡Petunia!!! ¡¡¡La he encontrado!!! ¡¡¡Marge esta en el London Hospital grave pero a salvo!!! Voy inmediatamente a verla tu quédate aquí con Dudders y con.- lanzó una mirada de soslayo a Harry y salio sin preocuparse mas por el.

-Tía.-empezó este.

-¡¡¡Ahora no!!!- y por un momento, su tono volvió a ser el habitual de los últimos años- Dudley volverá pronto- añadió algo mas calmada- Y no debe enterarse de nuestra pequeña charla. Continuaremos después de que sirva la cena.

Harry miró el reloj de la cocina sorprendido. ¡Casi era de noche ya! No entendía como podía haber pasado el tiempo tan rápido. Claro que tampoco podía creer que había pasado varias horas de charla con su tía. Desde que podía recordar, ella solo se había comunicado con el de dos formas, gritando o ignorándole. Impaciente fue a su cuarto a esperar la vuelta de Dudley y a que este y su tía terminaran de cenar. El se sentía demasiado extraño para tomar nada. La aparición de aquella marca en el cielo lo preocupaba. No es que le tuviera mucho cariño a tía Marge, pero de ahí a querer que Voldemort la asesinara. La información del telediario había sido incompleta, no decía número exacto de victimas, ni tampoco el nombre de estas. Habrían sido solo Muggles? O habría habido también Magos. Harry sabia que algunos de sus compañeros Vivian con familias Muggles y temía por ellos. ¿Pensó en Hermione, su mejor amiga, estarían bien ella y su familia? Y los Weasleys? Ellos no veían el telediario Muggle hasta donde el sabia. ¿Se habrían enterado? Harry decidió escribirles en cuanto hubiese hablado con su tía. Bajo rápidamente al comedor, donde Dudley estaba embobado con la tele. Ni siquiera pareció ver a Harry cuando este se metió en la cocina. Tía Petunia lo esperaba sentada a la mesa. Sonrió levemente al verlo entrar.

-Bueno Harry, supongo que debo terminar de contarte esta pequeña historia. Tal vez hace mucho que debí hacerlo. Pero cuando la oigas entenderás el porque no lo hice así. Veras cuando volvimos a saber de tu madre. habían pasado varios años. pensábamos que nunca volvería a nosotros. Pero lo hizo y no por su propio pie.

-¿Que paso?

-Una noche hace ya años, tus abuelos y yo estábamos a punto de irnos a dormir, cuando creí oír que llamaban a la puerta. Era una noche de tormenta horrible y pensé que se trataba de un trueno o algo así. ¿Quien iba a llamar a aquellas horas de la noche? Pero la llamada se repitió. Mi madre fue a abrir y dio un grito de sorpresa. Dos hombres a los que no conocíamos de nada entraron rápidamente en la casa sin darnos tiempo a reaccionar. En sus brazos uno de ellos llevaba a alguien, una mujer inconsciente.

-¿Que hicisteis con ellos?

-¿Que íbamos a hacer? Estaban empapados y agotados. Tus abuelos pensaron que habían sufrido un accidente y les ofrecieron ayuda. Pero ellos negaron con la cabeza. Estaban heridos. Recuerdo que uno de ellos sangraba por una brecha en la frente y el que no llevaba a la mujer tenia el brazo en cabestrillo.

-¿Quienes eran ellos?- preguntó Harry, aunque de alguna forma, lo imaginaba.

-Uno de ellos era James Potter- contesto Petunia- Y ya habrás imaginado que la mujer que traían era Lily. El nombre del otro no lo supe hasta después. Se llamaba. Sirius Black.

Harry sintió de repente como si le hubieran hecho un Cruciatus. La pena por la muerte de su padrino se había ido borrando con el tiempo, especialmente porque no había nadie con quien hablar de el, pero que su recuerdo surgiera de repente lo dañaba mas de lo que podía soportar. Tía Petunia no pareció darse cuenta y siguió con su historia mientras Harry contenía las lágrimas.

-Mis padres estaban felices de verla de nuevo. Y yo también para que negarlo, la había echado de menos. Cuando despertó nos contó lo de. ese mago.- tía Petunia vaciló- Voldemort- trago aire- Ella pronunciaba su nombre tranquilamente pero a mi se me oprimía el pecho con solo pensarlo. Me dijeron que era un asesino que mataba tantos a magos como a gente normal y que ahora los perseguía a ellos. En particular a ELLA. Lily nunca me dijo la razón, pero siempre sospeche que se habría metido en algún lío con esos magos. Gente peligrosa todos ellos. El caso es que tu madre había sido atacada por un grupo de servidores de Quien-te-acabo-de-decir, y había sido herida. Los dos hombres que la acompañaban la habían rescatado y la trajeron para que se recuperase. Nos dijeron que si la llevaban a una casa de magos sus perseguidores los encontrarían fácilmente. De modo que se quedo un tiempo aquí. Estuvo muy enferma. Sabe dios que le habían hecho. Paso días en cama delirando. Con frecuencia hablaba en sueños y contaba cosas de su mundo. Así fue como me entere de todo. Los magos que la habían traído se fueron y ella quedo bajo nuestro cuidado.

- ¿Y después ella se volvió a marchar no?

-Así fue. Yo pensaba que después de lo ocurrido ella entendería que no debía volver a mezclarse con magia. Mis padres también pensaban lo mismo. Pero cuando ella estuvo bien dijo que se marcharía. Le rogamos que se quedara pero no quiso escuchar. Dijo que era su deber enfrentarse a quien tú sabes. Y estaba enamorada. Me había dado cuenta hacia tiempo y odie al hombre que me había quitado a mi hermana. Cuando Potter vino a buscar a Lily casi lo mato. Pero se la llevo. Y ella se fue de buen grado con el. Tus abuelos no pudieron soportar esta nueva separación y murieron poco después.

- ¿Que les paso?

-No se sabe. - Contestó su tía tristemente- Empezaron a consumirse después de que su hija se fuera. Quizás sabían al igual que yo que nunca volverían a verla con vida y fueron a esperarla en la muerte.

-¿Volviste a verla alguna vez tía?

_ Ya te he dicho que no. Supe que se casó con tu padre por una carta. No quise ir a la boda ni saber más de ella. Por su culpa nuestros padres habían muerto y yo me había quedado sola. Por esa época tu tío Vernon me pidió en matrimonio y yo acepte. Nos quedamos a vivir aquí a pesar de que yo hubiera dado cualquier cosa por dejar esta casa. El resto ya lo sabes. Ella murió como yo temía que ocurriera y nos tuvimos que quedar contigo.

-¿Porque accedisteis a adoptarme si no querías a tu hermana?

- ¿Quien dice que no?- tía Petunia sonrió- Solo estaba resentida con ella pero no podría odiarla nunca porque llevaba mi sangre. Y tú necesitabas un hogar. Recordé la promesa que Lily y yo hicimos de educar juntos a nuestros hijos y decidí cumplirla. Pero si de verdad quieres saberlo. fue por culpa de ese hombre. el había matado a mi hermana y no iba a permitir que te pasara lo mismo a ti. Sabía que todos los magos eran gente despreciable y decidimos mantenerte apartado de ellos. Para evitar que te pasara nada. Por eso hicimos lo que hicimos incluso si piensas que fue por maltratarte. Estábamos decididos a erradicar cualquier poder que pudieras tener antes incluso de que se manifestara. Pero fallamos. Cuando cumpliste los once años y te llego aquella carta, recordé a Lily. Siempre supe que acabarías como ella. Decían que aquel mago tenebroso había desaparecido. Pero yo sabia que no era así y que tarde o temprano volvería. A destruir lo único que quedaba de Lily.

-¿Como sabes eso?- quiso saber Harry impresionado.

-¡Eso no te lo voy a decir!- dijo tía Petunia tajantemente. Se levanto y fue a salir de la cocina- Ahora vete a dormir. ah y no olvides escribir a esos amigos tuyos para decirles que aun no te hemos encerrado bajo llave. A tu tío le dará un infarto si se presentan aquí. Y a mi también. Casi se me escapa la risa la vez que le dieron aquel caramelo a Dudley.

-¿No estabas asustada?- Harry parecía incrédulo.

-¿Yo?- la mujer dio muestras de sorpresa- Lily hacia cosas peores cuando se le iba la mano con algún conjuro. Una vez convirtió a tu abuelo en lámpara para la mesita del salón. Lastima que tuviera que transformarlo de nuevo. Quedaba bastante bien.

-¿Entonces porque parecías tan aterrada cada vez que hacia magia alguien?

-¡No seas estúpido Harry! ¿Acaso no es obvio? Tu tío Vernon odia la magia y a quien la practique. Si me hubiese reído te habría echado a la calle y no te podría haber seguido protegiendo. Recuerda que casi lo hace cuando los dementores del año pasado y me costo que te dejara quedarte. Si te marchabas se rompería el hechizo de la sangre de tu madre.

-¿Entonces estas al corriente?

-De todo. Por supuesto, tu tío Vernon no sabe nada de eso. De hecho el ni siquiera sabrá que hemos tenido esta charla.

-¿Pero porque se lo ocultas? ¿A tu propio marido?

-Que quede claro Harry. Me case por una sola razón. Era lo que debía hacer. Y la única forma de tener una vida domestica apacible es fingir que no tengo nada que ver con la magia. Cuando madures te darás cuenta de que cada persona alberga sus propios secretos. y ni siquiera mediante la magia es posible conocerlos todos.- tras decir esto, salio sin mirar atrás.

Harry cada vez estaba mas convencido de que se había dado un golpe en la cabeza y estaba delirando. ¿Tía Petunia mentía a tío Vernon por el? ¿Quería a su hermana? Lo próximo que le dirían a Harry seria que Snape vestía de rosa y que Lord Voldemort trabajaba en una ONG. En fin seria mejor que se fuera a la cama y tratara de digerir todo aquello. También debería escribir a sus amigos y averiguar si sabían algo del ataque. Tío Vernon volvería pronto del hospital. Harry se apresuro a encerrarse en su cuarto. No convenía que su tío le pillara despierto a esa hora. El chico se puso el pijama y se tumbo en la cama. Descansaría un momento y luego escribiría- pensó- Preguntaría a los demás que había pasado y les contaría la conversación que había tenido con tía Petunia. Solo quería cerrar un momento los ojos y echar una cabezada. Un momento después el muchacho estaba profundamente dormido, con el pergamino que contenía la carta de su madre fuertemente apretado en una mano. Y por primera vez desde la muerte de Sirius y el resurgimiento de su peor enemigo, Harry Potter durmió sin pesadillas.