Por: Escarlata
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Parte 5De nueva cuenta, el ahora conocido "Trío Maravilla", había arrasado con el líder de gimnasio de Ciudad Celeste. El Mareep de Makoto, el Seaking de Usagi y el recién capturado Ditto de Minako, bastaron para acabar con los tres pokemon del líder.
A pesar de ser principiantes, ya habían ganado buena fama entre los entrenadores locales por ser hábiles y fuertes en batalla; sin contar que sus pokemon eran el vivo ejemplo de la salud. Todos estaban bien nutridos, cuidados y atendidos; recibían mucho cariño de sus dueñas y eso aumentaba aún más sus habilidades naturales de batalla.
Todos los que habían batallado contra ellas, y consecutivamente perdido, decían que las tres daban la sensación de fundirse con sus pokemon y compartir sus fuerzas con ellos. Por igual comentaban que, cuando los pokemon terminaban cansados después de una batalla, ellas también parecían cansadas; pero no mentalmente, sino físicamente, como si también hubieran peleado.
En verdad que eran entrenadoras muy hábiles.
El siguiente destino del trío era Ciudad Arco iris, pero, antes, tenían planeado entrenar en las afueras de la Ciudad Celeste para aumentar el poder de sus pokemon y sus estrategias de ataque. Solían hacer los mismos ejercicios que sus pokemon, según ellas, para sentir lo que ellos sintieran y motivarlos a seguir si ellas mismas lograban resistirlos.
Una verdadera sorpresa, en especial para Usagi, fue encontrar y capturar un Mr. Mime (bautizado como Kororo) en pleno bosque. Con él ya sumaban cinco sus pokemon, al igual que los de sus amigas.
Ciudad Arco iris estaba a tres días de distancia, por lo que decidieron quedarse una semana en los bosques para entrenar y prepararse, pues sabían que en el gimnasio tenían pokemon del tipo eléctrico. Makoto tenía dos pokemon planta, inmunes a los ataques eléctricos, Minako y su Ditto harían un buen trabajo, y Usagi y su Mr. Mime podrían repeler los ataques.
Simplemente no podrían perder.
Acampaban cerca de la ciudad, por si necesitaban medicina o reabastecer sus víveres... o simplemente divertirse e ir de compras o al cine.
Como unas buenas adolescentes, ellas querían disfrutar su juventud.
Una de esas tardes, las tres entrenaban, cuando escucharon una fuerte explosión no muy lejos de ahí.
- ¿Qué sería eso? – preguntó Usagi un tanto preocupada.
- Será mejor ir a ver, podría haber heridos y tenemos que ayudar – dijo Makoto enseguida.
- ¡Vamos! – exclamó una emocionada Mina, echándose a su Ditto al hombro.
Hikari montó en la espalda de Usagi, al igual que lo hizo Chikorita sobre Makoto, y las tres corrieron al lugar del siniestro; que estaba como a cincuenta metros de distancia.
Al llegar, la sorpresa y el miedo les helaron los rostros al ver que se trataban de dos miembros del Equipo Rocket, que atacaban a un grupo de cinco entrenadores. Eran las chicas de las que ya habían escuchado antes, las de uniforme azul y rojo. Lo que no escucharon mencionar era que llevaban puestos antifaces que cubrían su identidad.
La de uniforme azul era de cabello corto y azul, de piel blanca y de estatura un poco más baja que su compañera. La de uniforme rojo era morena, de cabello largo y negro y, por lo que pudieron ver, no más alta que Makoto.
Un Golduck y un Charizard, pokemon tipo hielo – psíquico y fuego – volador respectivamente, habían derrotado a todos los pokemon de esos entrenadores. La explosión que escucharon fue provocada por el Charizard de la chica de uniforme rojo, obviamente.
Una simple técnica psíquica del Golduck bastó para levitar a los pokemon derrotados y llevarlos ante su entrenadora, la chica de uniforme azul. Ésta sacó unas pokebolas negras y encerró a los pokemon. Los entrenadores derrotados sólo pudieron mirar, aterrados, la escena.
- ¡Ahora lárguense! – les gritó la chica de cabello negro, mientras su Charizard tomaba una pose fiera y amenazante – ¡Y más vale que no vuelva a verlos por aquí!
A la orden, los cinco corrieron, perdiéndose pronto de vista.
- Listo – murmuró la chica de cabello azul, encendiendo su comunicador de pulsera – Joven Mamoru, ya tenemos más pokemon, nos encontramos en las afueras de Celeste – informó rápidamente, apagando su comunicador de inmediato.
- Descansemos un rato – dijo su compañera.
- De acuerdo.
El trío mantuvo la respiración cuando vieron que esas chicas estaban por quitarse el antifaz, pero...
- ¡¿Quién está ahí?! – exclamó de repente la chica morena y de inmediato lanzó una de sus pokebolas, rojas en su totalidad – ¡Ve, Flareon!
Veloz como saeta, el pequeño pokemon de fuego acorraló a las tres chicas que se escondían tras unos arbustos. Al ver que el Flareon amenazaba con lanzar una bocanada de llamas, ninguna se movió.
- Conque tenemos visitas – murmuró la chica de cabello largo y negro – ¿Qué dices si les damos una lección? – preguntó a su compañera.
- No es mala idea – respondió ésta, regresando al Golduck a su pokebola para sacar un igualmente azulado Vaporeon – Quizá así aprendan a no meterse donde no les llaman.
Usagi fue la primera en ponerse a la defensiva, sacando a su Mr. Mime.
- Hemos oído sobre ustedes – dijo entre seria y asustada – ¡Y no dejaremos que sigan robando a los pokemon de otros entrenadores!
Casi de inmediato, Makoto y Minako le siguieron, sacando a Machoke y a Jigglypuff respectivamente; adoptando una posición de ataque.
- Jamás perdonaremos a quienes sean del Equipo Rocket – dijo Makoto con furia, al mismo tiempo que los músculos de su Machoke incrementaban su tamaño, respondiendo a la furia de su entrenadora.
- Si creen que nos vamos a dejar pisotear por ustedes, están equivocadas – continuó Minako, mientras su pokemon se inflaba con coraje.
Ami y Rei vieron la escena con sorpresa...
Por fin, después de mucho tiempo, encontraban entrenadoras con Empatía Pokemon en nivel 2, casi entrando al nivel 3.
Ami había dividido su teoría en cuatro niveles. El primero era el que tenían todos los entrenadores en general. El segundo, sólo los pocos que entendían y resentían lo que le pasaba al pokemon. El tercero, el que ya compartía energía con su pokemon. Y el cuarto, donde el ataque del pokemon ya dependía directamente de la fuerza de su entrenador.
Ami y Rei se encontraban en el nivel 4, pero esas chicas estaban por entrar el 3.
Se miraron de reojo, sonriéndose.
Con anterioridad habían planeado lo que harían al encontrar a unas personas así.
- ¡Si quieren perder a sus pokemon, adelante! – exclamó la chica de pelo negro – ¡Flareon, usa tu lanzallamas!
- ¡Vaporeon, usa tu niebla, ahora!
La niebla impidió la visión por un buen rato, y los pokemon apenas si pudieron esquivar el lanzallamas.
- ¡Machoke, usa tu Megapuño! – ordenó Makoto al notar una silueta entre la niebla.
Pero a quien casi le da fue a Ami, quien alcanzó a agacharse, pero perdió el antifaz en el acto.
Usagi se preparaba para atacar, cuando miró el rostro de Ami, quedando muda al darse cuenta de que, por alguna razón, ya conocía a esa chica de algún otro lugar.
Continuará...
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