La sombra del ayer

Capítulo Décimo Cuarto Ambivalencia

Digimon 3 fanfiction by Argus Engel

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"¿Dónde estoy?" dijo el guerrero en un lugar desconocido hasta para los seres que viviesen en él, un mundo absurdo que desafiaba las leyes del mundo, cerca de aquel hombre desconocido por los vivos

"Estas en tu mundo" Oyó decir a su corazón "Aquí estas solo, no hay dolor, no hay angustias, no hay penas, no hay batallas que ganar, ¿acaso no te gusta este mundo?" la voz le acuso al ver su rostro

"Es verdad que este mundo no tiene cosas malas." dijo para sí mismo tratando de digerir lo que acababa de descubrir

"Es cierto, ¿no te gustaría quedarte aquí en este mundo de nada?, solos tú y yo, disfrutando la tranquilidad, de la paz que nunca tuvimos cuando estuvimos en el mundo de lo material" el hombre pareció pensarlo y luego frunció el ceño para después sonreír "Parece que has tomado una decisión." dijo la voz confiada

"Dices que no hay dolor ni penas, no hay angustia ni batallas que pelear, suena muy bien para mí." dijo mientras sentía como la voz de su interior sonreía creyendo la batalla ganada "Pero." dijo tentándolo a abandonar su confianza "No me gustaría un mundo sin placer, sin alegrías, sin flores, sin un hermoso cielo azul que me bendiga con sus rayos, sin un lago donde pueda bañarme desnudo solo por diversión, sin una mujer e hijos que me amen, y sin amar a nadie. lo siento pero no me parece buena idea" dijo sonriendo de nuevo sintiendo las emociones de la voz, que ahora estaba furiosa

"¡¿Te ofrezco el paraíso y lo rechazas?!" Le reprendió la voz

"Tú no me ofreces un paraíso, me ofreces ser tu compañía en este lugar inhóspito y horrible, tu eres un alma que quedo atrapada aquí, tu no eres mi "amigo interior", quisiste quedarte aquí, paga por tu error" dijo Eladamri desvaneciéndose del Limbo y regresando la mundo de los malditos

"¡Maldito seas Eladamri!" gritó la voz materializándose en un viejo conocido del hombre "Maldito seas." fue lo que murmuró el capitán del primer ejército que había derrotado el guerrero de las alas, como llamaban a Eladamri "Maldito seas" dijo por tercera vez antes de desaparecer por siempre en la soledad de la nada.

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Ruki se encontraba flotando en un lugar gris, sin piso, sin cielo, solo gris, sus grandes y hermosos ojos no divisaban más allá de tres metros, ya que una niebla devoraba el lugar -¿Dónde estoy?- preguntó a nadie en especial

-Estas en mi reino- contestó una voz a lo lejos haciendo

-¿Quién eres?- gritó Ruki tratando de encontrar la fuente de la voz, solo para darse cuenta que estaba desnuda, su prejuicio social llamado pudor la ataco en esos momento, gritó y trató de cubrir su piel expuesta a los ojos de aquel ser, pero su cuerpo no respondía, estaba inmóvil flotando en la inmensidad de un lugar donde no existía una sola cosa

-Deberías dejar tu pena atrás, no siento ningún tipo de sentimiento al verte desnuda, soy un digimon y no me interesa tu cuerpo.- dijo al fin saliendo de entre la niebla solo para mostrar la cara de un ángel hermoso de ocho alas blancas -Y bien, ¿te gusta este lugar pequeña?- le preguntó como si tuviera diez años

-¡Claro que no!- gritó Ruki su cara ahora roja no por vergüenza sino por furia -¡Déjame ir!- le gritó de nuevo la chica pelirroja

-Pero por qué no te gusta este hermosos lugar, aquí no tienes una madre que te diga lo que tienes que hacer ni vestir, y no tienes un padre que te haga sufrir ni que te abandonará de nuevo.- eso tocó un nervio en Ruki quién cambió totalmente su rostro

-¿No habrá nadie que me lastime?- le preguntó Ruki mientras sus ojos se llenaban de lágrimas

-Lo que tu desees se hará, te daré una madre que te quiera y te dé cariño, y tendrás a tu padre quien jugara contigo, y serás de nuevo una niña.- le dijo Lustmon mientras acariciaba su cara tiernamente -Dime que vendrás conmigo y serás feliz para toda la eternidad en este hermoso lugar.- y al chasquido de los dedos de aquél ángel todo el entorno cambió, el piso se formó, se abrió un pozo en medio de el, y broto agua, y un lago había sido creado, y de la tierra nacieron árboles frutales y flores que adornaron el paisaje con color arco iris, y su madre y su padre estaban debajo de un árbol de cerezo, entrelazados en un abrazo, mientras que su padre la llamaba extendiéndole la mano invitándola a ir con ellos -Ve con ellos.- le dijo Lustmon sonriendo

-Puedo ir con ellos- dijo Ruki mientras en su rostro se reflejaba una sonrisa de auténtica felicidad, ella daba pasos pequeños, aún dudando de lo que veía, sería real a una cruel ilusión -Mamá.- dijo dando unos pasos más, su cuerpo ahora de una niña -Papá.- dijo corriendo hacia ellos con un hermoso vestido blanco y un sombrero con un hermoso gorro adornado con un moño rosa

-¿Quieres quedarte en este mundo?- le preguntó el digimon una vez más -No hay nadie en tu antiguo mundo que te ofrezca lo que yo. un mundo hermoso, una familia, y el amor que nunca tuviste cuando eras una infante- agregó

Ruki paro en seco, y en un abrir y cerrar de ojos todo a su alrededor se volvió oscuro -¿Nadie?- dijo mientras la tristeza la invadía -Recuerdo.-

-¡¿Te regalo la felicidad y aún dudas?!- le preguntó Lustmon un tanto molesto

-¡No!- gritó Ruki mientras lo miraba con odio -¡Tratas de utilizarme como todos los demás!- le acusó -¡Quieres que sea tu esclava!-

-Te ofrezco tu felicidad, la felicidad que nunca tuviste ni tendrás si regresas- le dijo el digimon amenazándola, un grave error para alguien que trata con Ruki Makino

-¿Así que puedo regresar?- le preguntó Ruki mientras en su rostro se dibujaba su clásica sonrisa, aquella que le conocían sus amigos de niña

-¿Y regresarás aún sabiendo que serás infeliz?- le preguntó Lustmon con una sonrisa que emulaba a la de Ruki -¿Quién te puede ofrecer más que yo?- le preguntó Lustmon confiado en que sus dudas se acabarían, pero vio que la chica movía los labios diciendo algo no entendible -¿Qué dices niña?- le preguntó Lustmon con una gran sonrisa

-Takato.- murmuró ella mientras recordaba a aquella persona que le daba la única felicidad que necesitaba -Takato- dijo más firme que antes recordando sus besos, sus caricias, los momentos juntos -¡Takato!- gritó Ruki desapareciendo todo el mundo alrededor suyo -¡Takato!- gritó de nuevo como llamándolo

Takato escucho cada palabra de Ruki, pero no podía encontrarla, pero al escuchar que ella la llamaba se materializó frente a él -¡Ruki!- le gritó aproximándose poco a poco hacia donde estaba ella, no le importaba si su ropa había sido desvanecida, no le importaba si su mundo desaparecía ahora, lo único que importaba ahora era esa mujer, que le había marcado su alma, él corrió y corrió hacia Ruki, sus ansias de tocarla y besarla se apoderaron de él, y corría más y más para alcanzarla -¡Ruki!- le gritó al fin llamándole la atención

Ruki detuvo sus gritos al escuchar la voz de Takato, y tan pronto como vio su cara se vio envuelta en un abrazo de aquel chico que emanaba la felicidad que ella tanto necesitaba -Takato.- dijo mientras hundía su cabeza en el hombro del chico y lloraba lágrimas de alegría

Takato estaba perdido en el sentimiento que su cuerpo desnudo abrazado a Ruki le proporcionaba, se sentía seguro, se sentía feliz, ese era el lugar a dónde el pertenecía, su casa sería donde ella estuviera, y el estuviera con ella, de pronto una sombra cálida los envolvió y una esfera de cristal apareció alrededor de ellos -¡Guillmon Biomerge digievolvs a YueGallantmon!- gritó Takato mientras se fusionaba con Guillmon

-¡Renamon Biomerge digievolvs a Sakuyamon!- Ruki hizo lo suyo por su parte, pero entonces algo mágico sucedió, Sakuyamon y Yuegallantmon aún estaban abrazados, El caballero digimon fue el primero en hablar, ahora su armadura negra con los detalles de la digientelequía en su pecho

-Ruki.- fue lo último que pudo siquiera murmura para luego encontrar los labios del digimon sacerdotisa sobre él

El emblema del Yin yang los cubrió y ambos digievolucionaron juntos

-¡Yuegallantmon!- gritó el caballero

-¡Sakuyamon!- gritó la sacerdotisa

-¡DNA Digievolvs a!.- gritaron ambos mientras la luz y la sombra se mezclaban dando origen a un nuevo ser -¡Yinyangduelmon!- dijo el nuevo digimon, un ángel sin alas, pero dos turbinas en su espalda, su armadura, negro metal contrastando el blanco de su malla, mientras en su mano derecha una lanza que mantenía aros a su alrededor resplandecía, en la mano izquierda un escudo con el símbolo de la digientelequía era visto en todo su esplendor, y en su capa gris y larga de seda digital, el símbolo del Yin Yang resplandecía con toda su fuerza, indicando que acabaría con todo aquél que quisiera destruir el balance celestial del universo

Ruki, quién estaba hincada dentro del digimon con sus manos al pecho era abrazada por Takato que se encontraba sentado detrás de ella, con una gran sonrisa en su cara

-¡Muere lustmon!- gritó Yinyangduelmon abalanzandose sobré el digimon ángel, dando paso a la última batalla

Fin del capítulo Catorceavo

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El penúltimo está terminado, el siguiente es el final, y después un gran epílogo, todo lo que quieran a argorytmo@hotmail.com o dejen un read and review