Sentada en el sofá de terciopelo rojo Éowyn leía con un gran libro entre
sus manos.
Sus cabellos rubios brillaban a la luz del fuego de la chimenea cercana y la plata de la luna le iluminaba la tiara de perlas de la frente. El pelo le caía despreocupado por los hombros en ondas de oro y tenía las piernas dobladas y subidas a los cojines del sofá.
Junto a los ventanales abiertos y en frente del fuego había un sillón, también de rojo y dorado terciopelo, allí sentaba Faramir.
Pensativo, el hombre miraba las llamas titilar en la blanca chimenea de mármol, entre la leña, y bajo él las cenizas incandescentes. Se tocaba con los dedos un mechón cobrizo de pelo y los ojos grises le brillaban. En su pecho el Árbol Blanco de Gondor, bordado en su camisa, apoyada sobre la pared de piedra, en un ángulo de la habitación, su espada y a un lado la respiración de Éowyn.
Desvió su mirada de las llamas y observó a la mujer mientras suavemente pasaba de vez en cuando las grandes páginas del libro de pergamino y su pelo cayendo como una cascada por su rostro. Lo que más le gustaba de ella era su pelo, suave como el terciopelo del sillón, bravo como el mar, brillante como el sol...
Faramir seguía teniendo entre sus dedos las hebras de su pelo que le caían por los ojos y sus dedos parecieron temblar: -Éowyn...- dijo volviendo a mirar el fuego arder, rojo: -Estas muy hermosa esta noche...
Un leve rubor apareció en las mejillas de los dos pero el fuego les guardó el secreto.
-Gracias...- dijo sonriendo después de levantar la mirada del libro, con el pelo aún entre sus ojos.
-Me gustaría decirte algo...- dijo el hombre volviendo a mirarla, había duda en sus ojos.
Éowyn se apartó el pelo y le miró más intensamente: -Dime.
Faramir se echó hacia delante en su sillón y apoyó sus codos en las rodillas, pensando en como decirlo, se le vio incomodo.
-¿Estas bien?- le preguntó la mujer dejando de lado el grande libro.
-Sí, sí... es sólo que...- Faramir se levantó preocupado y fue a sentarse junto a Éowyn, en el sofá de terciopelo, en frente del fuego.
Alzó los ojos por detrás de su flequillo buscando los de ella y durante largo rato la observó sin parpadear, hasta que Éowyn intimidada la apartó; los ojos de Faramir eran penetrantes y parecían atravesarle el alma.
El cabello de Éowyn había vuelto a deslizarse por su rostro y sobre sus ojos y los dedos que habían estado suavizando un mechón cobrizo se lo apartaron, hacia detrás de los hombros descubiertos. Éowyn sonrió mientras se sentía observada por los incansables ojos de Faramir, a la luz del fuego todo su cuerpo brillaba dorado y rojo, como el sofá.
Los dedos de Faramir se posaron sobre la mejilla de la mujer y navegaron por su rostro, rozando la seda de su piel, deslizándose como un barco de vela sobre el mar y el viento mas más suave y cálido que ellos. Las caricias fugitivas llegaron hasta los labios rojos y bajaron hasta la barbilla blanca haciendo que Éowyn girara la cabeza para verla más de cerca.
Los párpados bajados y tímidos de Éowyn tentaban en mirarle pero la cercanía de sus ojos de plata le hacía apartar la mirada. Sentía su respiración cálida y pausada cerca de su piel y cerrando del todo los ojos se besaron como si fuera la primera vez.
Empezaron despacio y con miedo, lento, pausado, como las olas del mar al romper en la orilla pero, al sentir la arena de la playa unirse con la espuma del agua, una tormenta de pasión se desenvainó en la costa y la marejada de agua y viento estrellaba contra los arrecifes como la luna se hunde en el horizonte en una noche sin nubes, cargada de estrellas de amor.
Los besos incontenibles sentían cada parte del cuerpo de ambos y en el sofá y con pasión desenfrenada Faramir acabó sobre Éowyn besando su cuello entre hebras de oro y suspiros de cariño.
-Éowyn...
-Faramir...
Los brazos de la mujer rodeaban el cuello del hombre y el cabello cobrizo de Faramir caía sobre la cabeza de los dos, como una cortina de seda que les separaba de la realidad. El Árbol de Gondor brillaba más que nunca en el pecho de Faramir y a lo lejos la espada les vigilaba.
Los besos del hombre prendidos en los cabellos de la mujer y en sus oídos susurraba amor eterno.
Las sombras oscuras de los dos temblando en la pared de anaranjada luz y a través de la ventana las estrellas brillar. Un búho lejano y amor infinito en la habitación.
-¿Qué querías decirme?- preguntó la mujer cuando la tormenta sobre el mar pareció calmarse poco a poco.
-Me...- después de notar el amor que sentía por ella ya no dudaba: -Me gustaría tener un hijo. Un hijo tuyo. Me gustaría ser padre y repartir mi amor sobre ti y sobre él. Os amaría tanto a los dos...- besó de nuevo a la mujer sin poder resistirse.
-Te amo...- y la mujer objetó a su proposición decidida y con un beso de princesa, en los labios de su príncipe, de su senescal.
CARMENCHU!!!
P.D. que cursi no??? me parece que tanto amor me ha afectado al cerebro... y claro, entre la locura de Gollum se ha formado un coctel molotov de cursiladas sin fin!!! Me parece a mi que lo del hijo me ha quedado muy churro... mu bonito que tengan niños y contribuyan al crecimiento de la población.... pero ya solo faltan las paredes rositas!!!! Ay que me deprimo........ decirme que no es cursi!!!!
Una cosa... Éomer tiene novia o me la tengo que inventar???
Besotes babosones!!!!
Sus cabellos rubios brillaban a la luz del fuego de la chimenea cercana y la plata de la luna le iluminaba la tiara de perlas de la frente. El pelo le caía despreocupado por los hombros en ondas de oro y tenía las piernas dobladas y subidas a los cojines del sofá.
Junto a los ventanales abiertos y en frente del fuego había un sillón, también de rojo y dorado terciopelo, allí sentaba Faramir.
Pensativo, el hombre miraba las llamas titilar en la blanca chimenea de mármol, entre la leña, y bajo él las cenizas incandescentes. Se tocaba con los dedos un mechón cobrizo de pelo y los ojos grises le brillaban. En su pecho el Árbol Blanco de Gondor, bordado en su camisa, apoyada sobre la pared de piedra, en un ángulo de la habitación, su espada y a un lado la respiración de Éowyn.
Desvió su mirada de las llamas y observó a la mujer mientras suavemente pasaba de vez en cuando las grandes páginas del libro de pergamino y su pelo cayendo como una cascada por su rostro. Lo que más le gustaba de ella era su pelo, suave como el terciopelo del sillón, bravo como el mar, brillante como el sol...
Faramir seguía teniendo entre sus dedos las hebras de su pelo que le caían por los ojos y sus dedos parecieron temblar: -Éowyn...- dijo volviendo a mirar el fuego arder, rojo: -Estas muy hermosa esta noche...
Un leve rubor apareció en las mejillas de los dos pero el fuego les guardó el secreto.
-Gracias...- dijo sonriendo después de levantar la mirada del libro, con el pelo aún entre sus ojos.
-Me gustaría decirte algo...- dijo el hombre volviendo a mirarla, había duda en sus ojos.
Éowyn se apartó el pelo y le miró más intensamente: -Dime.
Faramir se echó hacia delante en su sillón y apoyó sus codos en las rodillas, pensando en como decirlo, se le vio incomodo.
-¿Estas bien?- le preguntó la mujer dejando de lado el grande libro.
-Sí, sí... es sólo que...- Faramir se levantó preocupado y fue a sentarse junto a Éowyn, en el sofá de terciopelo, en frente del fuego.
Alzó los ojos por detrás de su flequillo buscando los de ella y durante largo rato la observó sin parpadear, hasta que Éowyn intimidada la apartó; los ojos de Faramir eran penetrantes y parecían atravesarle el alma.
El cabello de Éowyn había vuelto a deslizarse por su rostro y sobre sus ojos y los dedos que habían estado suavizando un mechón cobrizo se lo apartaron, hacia detrás de los hombros descubiertos. Éowyn sonrió mientras se sentía observada por los incansables ojos de Faramir, a la luz del fuego todo su cuerpo brillaba dorado y rojo, como el sofá.
Los dedos de Faramir se posaron sobre la mejilla de la mujer y navegaron por su rostro, rozando la seda de su piel, deslizándose como un barco de vela sobre el mar y el viento mas más suave y cálido que ellos. Las caricias fugitivas llegaron hasta los labios rojos y bajaron hasta la barbilla blanca haciendo que Éowyn girara la cabeza para verla más de cerca.
Los párpados bajados y tímidos de Éowyn tentaban en mirarle pero la cercanía de sus ojos de plata le hacía apartar la mirada. Sentía su respiración cálida y pausada cerca de su piel y cerrando del todo los ojos se besaron como si fuera la primera vez.
Empezaron despacio y con miedo, lento, pausado, como las olas del mar al romper en la orilla pero, al sentir la arena de la playa unirse con la espuma del agua, una tormenta de pasión se desenvainó en la costa y la marejada de agua y viento estrellaba contra los arrecifes como la luna se hunde en el horizonte en una noche sin nubes, cargada de estrellas de amor.
Los besos incontenibles sentían cada parte del cuerpo de ambos y en el sofá y con pasión desenfrenada Faramir acabó sobre Éowyn besando su cuello entre hebras de oro y suspiros de cariño.
-Éowyn...
-Faramir...
Los brazos de la mujer rodeaban el cuello del hombre y el cabello cobrizo de Faramir caía sobre la cabeza de los dos, como una cortina de seda que les separaba de la realidad. El Árbol de Gondor brillaba más que nunca en el pecho de Faramir y a lo lejos la espada les vigilaba.
Los besos del hombre prendidos en los cabellos de la mujer y en sus oídos susurraba amor eterno.
Las sombras oscuras de los dos temblando en la pared de anaranjada luz y a través de la ventana las estrellas brillar. Un búho lejano y amor infinito en la habitación.
-¿Qué querías decirme?- preguntó la mujer cuando la tormenta sobre el mar pareció calmarse poco a poco.
-Me...- después de notar el amor que sentía por ella ya no dudaba: -Me gustaría tener un hijo. Un hijo tuyo. Me gustaría ser padre y repartir mi amor sobre ti y sobre él. Os amaría tanto a los dos...- besó de nuevo a la mujer sin poder resistirse.
-Te amo...- y la mujer objetó a su proposición decidida y con un beso de princesa, en los labios de su príncipe, de su senescal.
CARMENCHU!!!
P.D. que cursi no??? me parece que tanto amor me ha afectado al cerebro... y claro, entre la locura de Gollum se ha formado un coctel molotov de cursiladas sin fin!!! Me parece a mi que lo del hijo me ha quedado muy churro... mu bonito que tengan niños y contribuyan al crecimiento de la población.... pero ya solo faltan las paredes rositas!!!! Ay que me deprimo........ decirme que no es cursi!!!!
Una cosa... Éomer tiene novia o me la tengo que inventar???
Besotes babosones!!!!
