CINCO JINETES.
Capitulo 2: Mentiras a medias.
Conan y los demás pasajeros se habian ido al hotel donde habian reservado dos habitaciones: una para las mujeres y otra para los hombres, con cuatro camas y dos duchas, en cada una de las habitaciones. El hotel se llama "Barclays", y estaba a dos manzanas de Central Park.
En seguida el inspector Juuzou Megure se tuvo que reunir junto a sus compañeros del FBI, y se marchó rapidamente. Dejó el equipaje, se cambió de ropa y se marchó. Kogoro se preparó para irse a uno de los famosos "pubs" de Manhattan, pero Eri tenia todo controlado: le habia colocado unas botellas de sake caras en las maletas, y Kogoro notó el olor en seguida, y no le apeteció salir: se conformó con beber el sake. La abogada, Eri Kisaki, se marchó también, ya que conocía un famoso bufete de abogados en Manhattan, y había pedido cita para hablar con ellas, ya con bastante antelación. Las tres chicas, Sonoko Suzuki, Kazuha Toyama y Ran Mouri, se fueron a un teatro de Broadway, ya que Sonoko Suzuki conocia, gracias a su padre, a un famoso director, que llevaba una obra de teatro con cuatro años en escena, y siguiendo aun con bastante exito. Finalmente, Conan fue con Heiji Hattori a Central Park, para pasar el rato. Conan tenia que saber el motivo porque habian ido a Nueva York. Le parecía muy raro. ¿Gin, Vodka o Vermouth, o algun nuevo miembro de la organización de los hombres de negro, iba a preparar un atentado?
Conan y Heiji se sentaron en un banco. El sol ya se estaba poniendo. Les parecía raro estar allí, ya que no paraban de verse parejas.
Heiji: Kudo... ¿nos apuntamos?
Otra de las pesadas bromas de Heiji... A Shinichi no le gustaban esas bromas. Sacó su reloj, apuntando a Heiji.
Conan: Calla... Heiji: Vale, vale... Conan: Oye, Hattori... ¿sabes porque hemos venido a Nueva York? Heiji: Pues para pasarnoslo bien, ¿logico, no?
Kudo volvió a apuntarle con su reloj.
Heiji: Kudo... ¿no te has enterado? Conan: No... Heiji: Pensé que ya lo sabías. Me has defraudado, Kudo. Conan: ¿Me lo cuentas o no? Heiji: Hace un mes avisaron al inspector Megure de unos hombres del FBI. Habian descubierto que se iban a producir unos sucesos catastroficos dentro de poco, y por eso me han enviado aqui junto a Kogoro. ¿Supongo que me ayudaras?
Conan no respondió... ¿Eran los hombres de negro los que iban a causar los sucesos?
Habia anochecido, y Heiji y Conan estaban dispuestos de volver al hotel. No se veia a nadie en Central Park. Las parejas se habian ido a restaurantes cercanos a cenar. Cuando se levantaron, se produjo una explosión. Se levantó una gran polvadera.
Conan: ¡Heiji! ¡Heiji! ¿Donde estas?
Heiji no respondia.
La polvadera desapareció, y se podia ver a lo lejos una figura humana, con una capa que iluminaba con la luz de las farolas. Encima Heiji habia desaparecido.
Conan: ¿Hattori?
El joven detective de Osaka no respondia. No habia dejado ningun rastro. Pero la figura humana, con el traje blanco, se acercaba. Conan supo quien era, pero estaba asustado por la desaparición de Heiji Hattori. Huyó del que iba de blanco, pero iba hacia el con la misma ropa... ¡de color negro!
¿Los hombres de negro saben que Shinichi Kudo está en Nueva York? ¿Sería la fin del detective más famoso de finales del siglo XX?
Continuara...
Capitulo 2: Mentiras a medias.
Conan y los demás pasajeros se habian ido al hotel donde habian reservado dos habitaciones: una para las mujeres y otra para los hombres, con cuatro camas y dos duchas, en cada una de las habitaciones. El hotel se llama "Barclays", y estaba a dos manzanas de Central Park.
En seguida el inspector Juuzou Megure se tuvo que reunir junto a sus compañeros del FBI, y se marchó rapidamente. Dejó el equipaje, se cambió de ropa y se marchó. Kogoro se preparó para irse a uno de los famosos "pubs" de Manhattan, pero Eri tenia todo controlado: le habia colocado unas botellas de sake caras en las maletas, y Kogoro notó el olor en seguida, y no le apeteció salir: se conformó con beber el sake. La abogada, Eri Kisaki, se marchó también, ya que conocía un famoso bufete de abogados en Manhattan, y había pedido cita para hablar con ellas, ya con bastante antelación. Las tres chicas, Sonoko Suzuki, Kazuha Toyama y Ran Mouri, se fueron a un teatro de Broadway, ya que Sonoko Suzuki conocia, gracias a su padre, a un famoso director, que llevaba una obra de teatro con cuatro años en escena, y siguiendo aun con bastante exito. Finalmente, Conan fue con Heiji Hattori a Central Park, para pasar el rato. Conan tenia que saber el motivo porque habian ido a Nueva York. Le parecía muy raro. ¿Gin, Vodka o Vermouth, o algun nuevo miembro de la organización de los hombres de negro, iba a preparar un atentado?
Conan y Heiji se sentaron en un banco. El sol ya se estaba poniendo. Les parecía raro estar allí, ya que no paraban de verse parejas.
Heiji: Kudo... ¿nos apuntamos?
Otra de las pesadas bromas de Heiji... A Shinichi no le gustaban esas bromas. Sacó su reloj, apuntando a Heiji.
Conan: Calla... Heiji: Vale, vale... Conan: Oye, Hattori... ¿sabes porque hemos venido a Nueva York? Heiji: Pues para pasarnoslo bien, ¿logico, no?
Kudo volvió a apuntarle con su reloj.
Heiji: Kudo... ¿no te has enterado? Conan: No... Heiji: Pensé que ya lo sabías. Me has defraudado, Kudo. Conan: ¿Me lo cuentas o no? Heiji: Hace un mes avisaron al inspector Megure de unos hombres del FBI. Habian descubierto que se iban a producir unos sucesos catastroficos dentro de poco, y por eso me han enviado aqui junto a Kogoro. ¿Supongo que me ayudaras?
Conan no respondió... ¿Eran los hombres de negro los que iban a causar los sucesos?
Habia anochecido, y Heiji y Conan estaban dispuestos de volver al hotel. No se veia a nadie en Central Park. Las parejas se habian ido a restaurantes cercanos a cenar. Cuando se levantaron, se produjo una explosión. Se levantó una gran polvadera.
Conan: ¡Heiji! ¡Heiji! ¿Donde estas?
Heiji no respondia.
La polvadera desapareció, y se podia ver a lo lejos una figura humana, con una capa que iluminaba con la luz de las farolas. Encima Heiji habia desaparecido.
Conan: ¿Hattori?
El joven detective de Osaka no respondia. No habia dejado ningun rastro. Pero la figura humana, con el traje blanco, se acercaba. Conan supo quien era, pero estaba asustado por la desaparición de Heiji Hattori. Huyó del que iba de blanco, pero iba hacia el con la misma ropa... ¡de color negro!
¿Los hombres de negro saben que Shinichi Kudo está en Nueva York? ¿Sería la fin del detective más famoso de finales del siglo XX?
Continuara...
