CINCO JINETES.
Capitulo 4: Rehenes en la oscuridad.
Conan entró en la juguetería. Nadie le impidió la entrada, ya que nadie se fijó en él, excepto un hombre con una gabardina de color gris.
Yusaku, el padre de Shinichi, salió del taxi, para ir detrás de su hijo, pero los policias no le dejaron pasar. Pero Yusaku se fijó en el hombre de la gabardina.
Yusaku: ¡Inspector Harold!
El hombre de la gabardina grisácea se dió media vuelta, y vio a Yusaku. Éste lo conocía, ya que una vez hizo una novela donde necesitaba bastante información, y Harold, el más conocido de los inspectores de Nueva York, le ayudó.
Harold Autumn era uno de los más famosos inspectores de Nueva York. Tenía 52 años, y tenia bastante experiencia en asesinatos, robos, secuestros, etc. Siempre le gusta ir con una gabardina de color gris, y tiene una apariencia similar a la de Juuzou Megure (que está "relleno"). Le gusta aparentar menos años, y se tiñe el pelo de color castaño. No tiene ni bigote ni barba, pero tiene bastantes arrugas en la cara. En sus ratos libres le encanta fumar con su pipa. Por eso tiene una voz ronca.
Harold: ¡Vaya! ¡El escritor Yusaku Kudo! ¿Qué hace aquí?
Yusaku: Me dirigia con mi mujer y mi sobrino a nuestro hotel, y nos ha pillado un atasco por este suceso. Encima, nuestro hij..., perdón, nuestro sobrino, ha salido para saber que habia ocurrido, y se ha metido en este establecimiento. Ya no se que hacer con el travieso de mi sobrino...
Harold: Pues llevamos casi una hora con el dichoso secuestrador...
De repente, se acerca Yukiko y se entera de lo que dice Harold.
Yukiko: Buenas noches. ¿Que ha dicho de secuestrador?
Harold: Buenas noches. Una persona atracó esta jugueteria cuando las cinco dependientas hacian la caja de hoy. Tambien se encuentran en el establecimiento las tres empleadas de limpieza.
Yusaku: Esperemos que nuestro sobrino los ayude...
Harold le miró, extrañado.
Harold: ¿Está usted de broma?
Yusaku: ¿Eh? Solo he dicho que no le pase nada a nuestro sobrino.
Yukiko: Si, señor, mi marido ha dicho eso ^^U.
Mientras Harold y los señores Kudo hablaban a fuera, rodeados de unas cuantas patrullas de policía, Conan seguía dentro, en busca de lo que pasaba.
El joven detective notó que alguien le seguía. Todo estaba a oscuras. Conan se fue corriendo, hasta los vestuarios de la juguetería, donde los empleados/as se cambiaban para ponerse el uniforme. Vio a los empleados desmayados...
Conan: ¡Cloroformo!
Voz: Muy listo niño...
De pronto se encendió la luz y Conan se giró para ver quien era. Vio a un señor mayor, con una vara metálica en su mano, dispuesto a darle un golpe a Conan, pero éste vio sus intenciones y pudo esquivar el ataque del anciano.
Anciano: ¡Maldito niño! No consentiré que tu estropees mi venganza contra esta jugueteria!
El anciano seguía dando golpes con la vara de metal, intentando dar a Conan, pero éste, con su agilidad, los esquivaba.
Anciano: ¡Toda una vida aguantando un éxito abarrotado! ¡El maldito de mi hermano me robó esta juguetería! ¡Ahora ya que está muerto, puedo llevar mi plan! ¡Y tu, estupido niño, no te dejaré que te salgas con la suya!
El anciano se cansó enseguida, ya ni podia estar en pie. Conan se acercó a él.
Conan: ¿Así es el sueño de un dueño de una jugueteria? ¿Pagar su odio con los jovenes clientes?
Al anciano, que era el hijo menor del hombre que abrio esa tienda hace mas de un siglo, le sento fatal aquella frase que dijo Conan. El anciano reflexionó lo que habia hecho, y se entregó voluntariamente a la policía.
Las patrullas de policía se iban yendo, y el inspector Harold tambien se marchaba, agadeciendole a la familia Kudo que le habian ayudado.
El coche patrulla en el que se montó el inspector Harold, se marchó, mientras que Conan, Yukiko y Yusaku se quedaron esperando a un nuevo taxi.
Conan: No se, pero noto algo raro en ese hombre, el inspector Harold...
Yukiko: ¡No digas eso, hijo! Cuando atendió a Yusaku fue muy amable, ¿a que si, Yusaku?
Yusaku: ¡Si, y a parte no se como puedes decir eso de el! ¡Nos has hecho pasar en ridiculo por haberte metido en la jugueteria sin permiso!
El taxi llegó, y el matrimonio Kudo con su hijo se montó. Mientras Yukiko le decía al taxista la dirección del hotel, Conan y Yusaku seguían discutiendo.
Conan: ¡Si no hubiera sido por mí, Harold y sus hombres hubieran tardado más tiempo en que ese anciano se dejara detener! T_T
Yukiko, después de darle al taxista la dirección del hotel, miró a su marido Yusaku, para que dejaran de discutir.
Durante todo el trayecto estuvieron en silencio, hasta que finalmente llegaron al hotel. La habitación donde estaba el matrimonio era una de las mas grandes de todo el hotel, y una de las ultimas plantas.
Conan: ¡De nuevo la vida "snob"!
Cuando se abrió la puerta de la suite de los Kudo, Conan se dio cuenta de que habia alguien. De repente, se enciende la luz y estan... ¡los Detective Boys!
Ayumi, Mitsuhiko y Genta: ¡Bienvenido, Conan!
Conan se asombró.
Conan: Ehm... ¿Qué haceis todos aquí?
De pronto apareció Ai Haibara y el profesor Hiroshi Agase.
Ai: Pues estamos de vacaciones, como tu...
Agase: ¡Con la patentación de un nuevo objeto he podido pagar los viajes de ida y vuelta de los cinco!
Conan seguía asombrado. Se acercó a Agase y le dijo.
Conan: ¿Y como habeis convencido a sus padres?
Agase: ¡Tambien los he pagado el viaje!
Conan no salia de su asombro. Se iba a preparar un caos en la capital del mundo y habian venido personas inocentes...
El dia señalado se acerca...
* * *
Suena un despertador...
*8 de la mañana del domingo 30 de abril*
Suena varias veces, y hace despertar a Conan... Conan apaga el despertador, antes de que despierte a los otros Detective Boys y ni le dejaran dormir.
Conan no podia coger de nuevo el sueño: escucha bastante ruido. Abre la puerta de su habitacion y ve que sus padres se marchan. Deberían ir a desayunar.
Conan se quedó en la suite, y se encontró que habian enviado a Yusaku el diario de ese dia, el 30 de abril. Conan leyó la noticia más destacada:
"Un niño de corta edad libera a unos rehenes de un secuestrador en una famosa juguetería.
El inspector Harold Autumn, que se encontraba en el lugar de los hechos, desmintió a los medios de comunicación que el niño liberara a los rehenes. Todo lo contrario que varios testigos que estuvieron viendo el momento del secuestro. [...]"
Conan *pensando*: Ya decia yo que Harold me cae mal... Por una parte no quiero tampoco que los hombres de negro den mucha importancia.
Conan siguió leyendo y vio, a pie de la pagina de portada, un anuncio de un casting de cortometraje que se iba a hacer ese mismo dia cerca de la Estatua de la Libertad.
Dejó el diario donde lo había cogido y Conan se iba a ir al lavabo. De pronto, Yukiko apareció.
Yukiko: ¡Buenos dias, hijo! ¿Que tal has dormido?
Conan *mientras se va al lavabo*: Pues he dormido bien, pensando sobre el caso...
Conan ya habia entrado en el lavabo, cerrando la puerta del lavabo.
Yukiko: ¿El del secuestro? Suerte que apareciste, que si no...
Conan abrió la puerta del lavabo y salio a donde estaba su madre.
Conan: Madre, ... Pronto pasará aquí una catástrofe...
Yukiko se quedó sin palabras, hasta que, al final, tartamudeando de los nervios de las palabras de su hijo, dijo:
Yukiko: Hijo... ¿son... son aquellos hombres...?
Conan: Aun no se sabe. Por eso estaba ayer con Heiji. Por eso me he de reunir con Heiji e investigar para impedir una catastrofe...
Una puerta se abrió, de repente, de una manera muy fuerte. Apareció Yusaku, jadeando. Sudaba, de haber salido corriendo del despacho que habia en la suite, siguiendo con su obra nuevo, que tenia pensada estrenar el mes de octubre de aquel mismo año.
Yusaku: Shinichi... ¿lo dices en serio?
Conan asintió.
Yusaku y Yukiko se miraron, ambos con cara de preocupación.
* * *
Pasó media hora, y Conan y Yukiko iban al ascensor del hotel, para bajar a recepción.
Yusaku seguia en la suite.
Yusaku: ¿Recepción? Encargue un taxi a nombre de los Kudo, por favor. Muchas gracias.
Yusaku cerró la puerta con llave y se reunió con su mujer e hijo. Bajaron rapidamente el ascensor y salieron a recepción andando deprisa, y cogieron un taxi, enfrente de la puerta de recepción del hotel.
Por casualidad, era el mismo taxista de la otra ocasión, cuando se dieron cuenta del secuestro de la juguetería.
Taxista: ¡Vaya, los señores de ayer! ¿A donde desean ir?
Yukiko le entregó una tarjeta con la dirección donde se habian alojado Heiji, Ran y Kogoro, entre otros.
Yukiko: Vaya deprisa, por favor.
El taxi arrancó rapido, para llegar lo antes posible...
"El tiempo se acaba... Todo está en tus manos, joven detective."
CONTINUARA...
