La habitación estaba rodeada de una densa neblina, el frío envolvía su
cuerpo como si fuera poseído por una fuerza invisible, y una luz
relampagueante inundó el ambiente. Harry pudo vislumbrar una figura que se
acercaba, su pelo negro le caía en la cara en sendos mechones y sus ojos
estaban vacíos de vida. Sirius se acercó y Harry pudo ver que de sus
hombros colgaba una negra cortina que lo envolvía y le cortaba la
respiración. Sirus abrió la boca y en un susurro le musitó - "DEJA QUE TE
ATRAPE, DEJA QUE TE POSEA"- estiró sus frágiles manos hacia él , no podía
escapar una fuerza lo atraía , extrañaba a su padrino , lo necesitaba.
Harry alzó la vista y los ojos de su padrino se tornaron rojos. Su cara se
comenzó a semejar a un animal que él conocía , entornó su mirada y pudo
vislumbrar el rostro de una serpiente que se acercaba, buscó en su
bolsillo mientras el reptil se acercaba mas y mas ... Harry tomó su varita
del pantalón y murmuró- "AVADA KEDAVRA"- . La figura había caído al suelo
Harry se acercó a ella , y observó a Sirius muerto, se acercó a él
sollozando - "No quise matarte, es culpa mía"- , la cortina envolvió a
Sirius haciéndolo desaparecer, Harry vio como todo se disipaba y se
encontró sentado en la cama con lágrimas en los ojos....
Capítulo 1
Harry se despertó angustiado, en su rostro se deslizaban algunas gotas de sudor, cerró los ojos y los abrió nuevamente, no podía soportar la tristeza de haber perdido a su padrino y además estaban éstos sueños que lo acechaban una y otra vez. Sus amigos no lo entendían, Hermiony le aconsejaba que en vez de torturarse pensara que Sirius no querría que se lastimase a si mismo de ésa manera, pero Sirius no estaba allí para decírselo, ése era el problema. Ron, en cambio, le sugería, que vaya a un "picólogo", ya que había leído en el libro Enfermedades Muggles Contemporáneas que ésos doctores te enseñaban cómo manejar la tristeza. Hermiony había obligado a Ron a leer ése libro para poder ayudarlo, ella misma habiéndolo leído tres veces. Pero cómo un "psicólogo", que era lo que quería decir Ron, podría socorrerlo, no lo conocían, no sabían de su relación con Sirius, no sabían de Voldemort ni del mundo mágico, de su marca y su destino: morir o vivir. Él tendría que dejar de pensar en esto, sino se volvería loco, tendría que controlar su mente, si tan sólo hubiera aprendido Occlumency, todo sería diferente, pero Snape lo arruinó todo...Snape, de tan sólo recordarlo provocaba en él un odio incontrolable, si no hubiera llamado cobarde a su padrino, si no lo hubiera herido con sus acusaciones...`Basta!´ se dijo a si mismo, alzando la vista hacia la jaula de Hedwig observó que ésta picoteaba la puerta deseando salir, se levantó de la cama, tomó la lechuza con delicadeza, mientras ésta le picoteaba suavemente la mano. Harry abrió la ventana y miró cómo la luna llena alumbraba su habitación. Los barrotes ya no estaban, su tío Vernon los había remobido luego que él lo amenazara con la visita de Ojo Loco Moody. Su tío pareció explotar por dentro, pero como Duddley estaba sustado y mucho más paranoico que antes debido a su encuentro con los Dementores en verano pasado, decidió acceder, no sin antes amenazar a Harry una y otra vez.
Hedwig se colocó en el hombro de Harry, éste bajó por la ventana saltando al césped, se sentó en la hierba y Hedwig voló en busca de una presa. El nº 4 de Privet Drive nunca se había hallado tan tranquilo y sin embargo Harry deseaba estar en Hogwarts con sus amigos, lo añoraba más que nada en el mundo, necesitaba hablar con alguien que lo escuchara (claro está) ya que los Dursleys lo ignoraban -"Es mejor tener alejado a ése chico del demonio"-decía tío Vernon, mientras que su tía Petunia, con su cara de caballo habitual besaba la cabeza de Duddley. Su primo se sentía perseguido en todo momento. Una tarde apareció diciendo que Harry enviaba mensajes a sus amigos los raros los para que los hostigasen y maldijesen; además aseguraba que los Dementores habían sido creación de su primo. Más de una vez Harry lo había encontrado en su cuarto revolviendo sus cosas y molestando a su lechuza.
Hundido en éstos pensamientos, Harry cerró los ojos y vino a su mente la imagen de su padrino. Recordó la primera vez que lo vio: un perro grande y negro que lo observaba en el callejón. Se levantó del césped y caminó de un lado hacia otro, despejándose la mente. Levantó la vista y observó una figura que se detenía en la esquina en plena oscuridad. Harry se acercó cuidadosamente y vio que no era un homre común u ordinario. La figura se detuvo al verlo y Harry pudo vislumbrar que sus ojos de transparente color estaban como en una especia de trance, notó su espeso pelaje que cubría gran parte de su cuerpo y una especie de marca parecía hacerse más evidente al pasar los segundos. "Lupin?" susurró Harry.`Es él´, pensó, el profesor de Artes Oscuras, el mismo que le había enseñado como hacer un Patronus para enfrentar a los Dementores. Lupin era su maestro y amigo. "Lupin detente!" gritó Harry, la posibilidad de acercarse a ése hombre lobo era su prioridad, no le importaba si lo atacaba, la necesidad de encontrase con alguno de sus amigos del mundo mágico era más fuerte; igualmente su varita descansaba en el bolsillo de su pantalón, ante cualquier peligro se defendería, el Ministerio lo entendería, pensó. Pero ante la sorpresa de Harry la figura corrió a toda velocidad, perdiéndose. Harry se detuvo y pensó en qué debería hacer.
Capítulo 1
Harry se despertó angustiado, en su rostro se deslizaban algunas gotas de sudor, cerró los ojos y los abrió nuevamente, no podía soportar la tristeza de haber perdido a su padrino y además estaban éstos sueños que lo acechaban una y otra vez. Sus amigos no lo entendían, Hermiony le aconsejaba que en vez de torturarse pensara que Sirius no querría que se lastimase a si mismo de ésa manera, pero Sirius no estaba allí para decírselo, ése era el problema. Ron, en cambio, le sugería, que vaya a un "picólogo", ya que había leído en el libro Enfermedades Muggles Contemporáneas que ésos doctores te enseñaban cómo manejar la tristeza. Hermiony había obligado a Ron a leer ése libro para poder ayudarlo, ella misma habiéndolo leído tres veces. Pero cómo un "psicólogo", que era lo que quería decir Ron, podría socorrerlo, no lo conocían, no sabían de su relación con Sirius, no sabían de Voldemort ni del mundo mágico, de su marca y su destino: morir o vivir. Él tendría que dejar de pensar en esto, sino se volvería loco, tendría que controlar su mente, si tan sólo hubiera aprendido Occlumency, todo sería diferente, pero Snape lo arruinó todo...Snape, de tan sólo recordarlo provocaba en él un odio incontrolable, si no hubiera llamado cobarde a su padrino, si no lo hubiera herido con sus acusaciones...`Basta!´ se dijo a si mismo, alzando la vista hacia la jaula de Hedwig observó que ésta picoteaba la puerta deseando salir, se levantó de la cama, tomó la lechuza con delicadeza, mientras ésta le picoteaba suavemente la mano. Harry abrió la ventana y miró cómo la luna llena alumbraba su habitación. Los barrotes ya no estaban, su tío Vernon los había remobido luego que él lo amenazara con la visita de Ojo Loco Moody. Su tío pareció explotar por dentro, pero como Duddley estaba sustado y mucho más paranoico que antes debido a su encuentro con los Dementores en verano pasado, decidió acceder, no sin antes amenazar a Harry una y otra vez.
Hedwig se colocó en el hombro de Harry, éste bajó por la ventana saltando al césped, se sentó en la hierba y Hedwig voló en busca de una presa. El nº 4 de Privet Drive nunca se había hallado tan tranquilo y sin embargo Harry deseaba estar en Hogwarts con sus amigos, lo añoraba más que nada en el mundo, necesitaba hablar con alguien que lo escuchara (claro está) ya que los Dursleys lo ignoraban -"Es mejor tener alejado a ése chico del demonio"-decía tío Vernon, mientras que su tía Petunia, con su cara de caballo habitual besaba la cabeza de Duddley. Su primo se sentía perseguido en todo momento. Una tarde apareció diciendo que Harry enviaba mensajes a sus amigos los raros los para que los hostigasen y maldijesen; además aseguraba que los Dementores habían sido creación de su primo. Más de una vez Harry lo había encontrado en su cuarto revolviendo sus cosas y molestando a su lechuza.
Hundido en éstos pensamientos, Harry cerró los ojos y vino a su mente la imagen de su padrino. Recordó la primera vez que lo vio: un perro grande y negro que lo observaba en el callejón. Se levantó del césped y caminó de un lado hacia otro, despejándose la mente. Levantó la vista y observó una figura que se detenía en la esquina en plena oscuridad. Harry se acercó cuidadosamente y vio que no era un homre común u ordinario. La figura se detuvo al verlo y Harry pudo vislumbrar que sus ojos de transparente color estaban como en una especia de trance, notó su espeso pelaje que cubría gran parte de su cuerpo y una especie de marca parecía hacerse más evidente al pasar los segundos. "Lupin?" susurró Harry.`Es él´, pensó, el profesor de Artes Oscuras, el mismo que le había enseñado como hacer un Patronus para enfrentar a los Dementores. Lupin era su maestro y amigo. "Lupin detente!" gritó Harry, la posibilidad de acercarse a ése hombre lobo era su prioridad, no le importaba si lo atacaba, la necesidad de encontrase con alguno de sus amigos del mundo mágico era más fuerte; igualmente su varita descansaba en el bolsillo de su pantalón, ante cualquier peligro se defendería, el Ministerio lo entendería, pensó. Pero ante la sorpresa de Harry la figura corrió a toda velocidad, perdiéndose. Harry se detuvo y pensó en qué debería hacer.
