Capítulo 2
Harry ya se encontraba en su habitación respirando entrecortadamente, ya que correr tan de prisa y subirse por la ventana apresuradamente lo había dejado sin aliento. Se sentó bruscamente en la silla y comenzó a escribir una carta para Lupin.
-"Tiene que ser en clave"-murmuró, ya que si interceptaban la carta sería peligroso para la Orden.
Querido amigo:
Tanto tiempo sin saber de vos! ¿Cómo te encuentras? ¿y el resto de la banda? Espero todos estén bien...¿Has pasado por casa últimamente? Si no es así, deberías, pues te extraño mucho.
Cariños,
Harry.
Harry releyó la carta varias veces, esperaba que Lupin entendiera lo que le quería decir. Dejó la carta en el escritorio y bajó a desayunar.
Sus tíos ya se encontraban sentados en la mesa; Harry, con la mirada perdida, se sentó sin hacer mucho ruido Tío Vernon, que en ése momento leía un diario sensacionalista, su favorito, lo miró con reproche.
-"Te piensas que porque ahora tienes ésos engendros como amigos puedes hacer lo que te da la gana?"-la cara huesuda de tía Petunia hizo un gesto de desagrado.
-" No, pienso que por mis amigos TU no puedes hacer lo que te da la gana," contestó Harry mientras observaba como la cara su tío se ponía de color rojo y comenzaba a hincharse como un globo.
-"Espero que esté contento, Duddley ya no es el mismo de antes."
-"Mejor" contestó Harry.
-"No te atrevas a hablar de mi Dud de ésa manera!" dijo tía Petunia agarrando el sartén.
-"Yo no saqué el tema" contestó Harry, comiéndose lo que parecía ser una salchicha.
-"Y a todo esto, Petunia, ¿dónde está Duddley?" preguntó tío Vernon.
-"Hace rato que lo desperté, debe estar por bajar."
Harry bajó la cabeza implorando no tener la desagradable desgracia de encontrárselo, aunque luego de lo sucedido con los Dementores, Duddley lo miraba de reojo temiendo que Harry lo atacase.
Después de desayunar, escuchando a su tío maldecir por su media hora de retraso en el trabajo, como si los taladros no pudieran esperar, Harry subió las escaleras y se dirigió a su habitación. Grande fue su estupor cuando vio que Duddley se encontraba leyendo la carta.
-"¿Qué demonios haces aquí?!, te dije que no tocaras mis cosas!" dijo Harry con desagrado.
-"¡Niégame que no les escribes a tus amigos para que te ayuden a matarme!" dijo Duddley con odio en sus ojillos de cerdito.
-"Yo solo podría" contestó Harry, con cierta ironía en su voz.
-"Ya sabía, ya sabía que eres un maldito asesino como tu padrino!" Harry sintió como la ira iba creciendo dentro de él, mientras Duddley pronunciaba ésas palabras.
-"TÚ NO SABES NADA! NO TE METAS CON SIRIUS!" contestó Harry, no pudiendo contenerse. Inconscientemente miró hacia el baúl buscando algo.
-" Esto es lo que quieres, Houddini" dijo Duddley mientras lo apuntaba con la varita mágica.
-"No la necesito" contestó Harry mientras se lanzaba contra él con todas sus fuerzas. Duddley cayó al piso soltando la varita, tratando de apartar a Harry de encima suyo. En ése instante, apareció tía Petunia que los separaba, tirando a Harry hacia un lado.
-"¿Qué ocurre aquí?!, ¿qué haces con mi Dud?!"
-"TÚ Dud estaba en MI habitación."
-"¡Ésta es SU casa!" respondió tía Petunia mientras observaba la varita en el piso. "¿Qué te he dicho acerca de ésa cosa en mi casa en presencia de mi Dud?"
Harry sintió tanta rabia que no se dignó a contestar.
-"¡Vete afuera, no quiero verte!"
-"Yo tampoco" respondió Harry, mientras bajaba por las escaleras a toda prisa.
Harry ya se encontraba en su habitación respirando entrecortadamente, ya que correr tan de prisa y subirse por la ventana apresuradamente lo había dejado sin aliento. Se sentó bruscamente en la silla y comenzó a escribir una carta para Lupin.
-"Tiene que ser en clave"-murmuró, ya que si interceptaban la carta sería peligroso para la Orden.
Querido amigo:
Tanto tiempo sin saber de vos! ¿Cómo te encuentras? ¿y el resto de la banda? Espero todos estén bien...¿Has pasado por casa últimamente? Si no es así, deberías, pues te extraño mucho.
Cariños,
Harry.
Harry releyó la carta varias veces, esperaba que Lupin entendiera lo que le quería decir. Dejó la carta en el escritorio y bajó a desayunar.
Sus tíos ya se encontraban sentados en la mesa; Harry, con la mirada perdida, se sentó sin hacer mucho ruido Tío Vernon, que en ése momento leía un diario sensacionalista, su favorito, lo miró con reproche.
-"Te piensas que porque ahora tienes ésos engendros como amigos puedes hacer lo que te da la gana?"-la cara huesuda de tía Petunia hizo un gesto de desagrado.
-" No, pienso que por mis amigos TU no puedes hacer lo que te da la gana," contestó Harry mientras observaba como la cara su tío se ponía de color rojo y comenzaba a hincharse como un globo.
-"Espero que esté contento, Duddley ya no es el mismo de antes."
-"Mejor" contestó Harry.
-"No te atrevas a hablar de mi Dud de ésa manera!" dijo tía Petunia agarrando el sartén.
-"Yo no saqué el tema" contestó Harry, comiéndose lo que parecía ser una salchicha.
-"Y a todo esto, Petunia, ¿dónde está Duddley?" preguntó tío Vernon.
-"Hace rato que lo desperté, debe estar por bajar."
Harry bajó la cabeza implorando no tener la desagradable desgracia de encontrárselo, aunque luego de lo sucedido con los Dementores, Duddley lo miraba de reojo temiendo que Harry lo atacase.
Después de desayunar, escuchando a su tío maldecir por su media hora de retraso en el trabajo, como si los taladros no pudieran esperar, Harry subió las escaleras y se dirigió a su habitación. Grande fue su estupor cuando vio que Duddley se encontraba leyendo la carta.
-"¿Qué demonios haces aquí?!, te dije que no tocaras mis cosas!" dijo Harry con desagrado.
-"¡Niégame que no les escribes a tus amigos para que te ayuden a matarme!" dijo Duddley con odio en sus ojillos de cerdito.
-"Yo solo podría" contestó Harry, con cierta ironía en su voz.
-"Ya sabía, ya sabía que eres un maldito asesino como tu padrino!" Harry sintió como la ira iba creciendo dentro de él, mientras Duddley pronunciaba ésas palabras.
-"TÚ NO SABES NADA! NO TE METAS CON SIRIUS!" contestó Harry, no pudiendo contenerse. Inconscientemente miró hacia el baúl buscando algo.
-" Esto es lo que quieres, Houddini" dijo Duddley mientras lo apuntaba con la varita mágica.
-"No la necesito" contestó Harry mientras se lanzaba contra él con todas sus fuerzas. Duddley cayó al piso soltando la varita, tratando de apartar a Harry de encima suyo. En ése instante, apareció tía Petunia que los separaba, tirando a Harry hacia un lado.
-"¿Qué ocurre aquí?!, ¿qué haces con mi Dud?!"
-"TÚ Dud estaba en MI habitación."
-"¡Ésta es SU casa!" respondió tía Petunia mientras observaba la varita en el piso. "¿Qué te he dicho acerca de ésa cosa en mi casa en presencia de mi Dud?"
Harry sintió tanta rabia que no se dignó a contestar.
-"¡Vete afuera, no quiero verte!"
-"Yo tampoco" respondió Harry, mientras bajaba por las escaleras a toda prisa.
