Cap2

En el interior de la base metálica de Eggman, en una de las celdas, Amy estaba presa una vez más, ya como una rutina, pero ese era el peor día para secuestrarla, Amy estaba en muy baja forma, cuando Metal Sonic se la llevó con su velocidad en aquellas fechas, el aire helado y la ligera nieve que había caído, a Amy le había quedado la ropa húmeda, notaba que la respiración le era cada vez más dificultosa, pero estaba segura que todo saldría bien, eso era lo que decía siempre su padre, y aunque aún estaba algo molesta por la mentira de Sonic, sabía que su héroe la vendría a rescatar como siempre, así, entre la tos que había empezado a asomar, esbozó una sonrisa. El silencio de la celda se vio turbado por la puerta abriéndose, la figura azulada de un erizo reflejó entre los barrotes, Amy miraba sin demasiada ilusión, adivinaba que no era Sonic, los movimientos mecánicos delataban a Metal Sonic, frío como siempre traía una bandeja con comida, al parecer órdenes de Eggman, un vaso de agua y un trozo de pan, después de tantas horas ahí dentro su prisionera debía tomar algo.
-Come, órdenes del Dr. Eggman- Sonó la voz metálica del erizo.
Levantando ligeramente la cabeza, Amy le miró con los ojos entrecerrados y una media sonrisa, se puso en pie lentamente y se acercó a él, cogió la bandeja y la dejó en el suelo, a un costado suyo.
-¿Sabes algo? En este momento te envidio, ojalá pudiese como tú seguir adelante sin que mis sentimientos se interpusiesen, y eso que los que son como tú siempre me han dado pena, supongo que os compadezco.
El engendro mecánico buscó en su base de datos y no encontró nada sobre aquello que le estaba contando la muchacha rosa, envidia, compasión.
-No me constan esas palabras.- Dijo Metal Sonic.
-Es normal, Eggman no os ha dado nunca sentimientos...
Y Amy se acercó más al inmóvil Metal Sonic.
-Nunca sabrás lo que es el amor...- Continuó Amy.
-Eso es una debilidad.- Intentó "razonar" el erizo mecánico.
-Puede, pero es... placentero.- Amy puso lo que quizás fuese la sonrisa más triste del mundo, recordando la fiesta de navidad y su abrazo con Sonic.
-Placer... ¿como cuando salgo victorioso contra Sonic?
Ella le miró un momento, volviendo a la realidad, y rió por lo bajo.
-Más o menos... pero...
Amy se acercó mucho más a él y apoyó su cabeza en el hombro helado de Metal, con sus manos unidas a su propia espalda, notando alivio en su frente ardiente.
-Pero nunca sentirás el placer de un roce...- Amy separó sus manos y una acarició la mejilla metálica del falso erizo, como cuando hizo lo mismo con Sonic, sonrió al ver a Metal cerrando sus ojos. -...de una caricia...- Y se abrazó a él, sintiendo algo parecido a lo que sentía abrazando a Sonic, en verdad algo de él vivía en el interior de aquel ser metálico. -...de un abrazo, de las mariposas en el estómago, del cosquilleo de las hormigas recorriendo tu cuello y tu espalda, por eso te compadezco, es algo que deberías aprender, eso te haría sentir, y sentir mejor. Mejor que cualquier victoria...- Amy estaba segura ahora, aquello no era fraternal. -Me da igual que su nombre sea Sonic The Hedgehog o Cristian Rose, es mi héroe...
El falso Sonic fue registrando minuciosamente aquellas palabras en su base de datos, intentando asimilar todo lo que le era desconocido, metáforas que apuntó con un signo de interrogación detrás, sin poder darle explicación al tacto suave, caliente, de la muchacha que había secuestrado, explicación a aquella sensación que tenía en ese mismo momento. La experiencia le había enseñado muchas sensaciones acerca de aquel mundo del que sólo tenía datos, y siguió experimentando, rodeando a Amy con sus propios brazos de metal, notando cómo Amy temblaba y se estremecía ante su toque helado. Mientras Metal acariciaba con sus puntiagudos dedos la cabeza de Amy, notó que poco a poco la chica iba perdiendo fuerza y se apoyaba cada vez más en él, desmayándose en sus fuertes brazos, así, con ella en brazos, escuchó la alarma de "alerta de erizo", pero no se movió, siguió con Amy entre los brazos, intentando llenar su frío cuerpo con el calor del ser vivo que le compadecía y murmuraba de vez en cuando "Sonikku" con una lágrima deslizándose por su mejilla. Metal cogió bien en brazos a Amy y miró un momento al monitor del final del pasillo, allí se veía a Sonic luchando desesperadamente por entrar en aquella cárcel, sabiendo que Sonic y él eran igual de veloces, y sabiendo que Sonic no tenía su poder, sus armas ni su ejercito, y a su memoria llegaron las notas sobre las palabras de Amy.
-Te compadezco...- Dijo inexpresivamente el robot.
Y Sonic cruzó la metálica puerta para ver a Metal con Amy en brazos, parecía inerte y eso le asustó.
-¡¿Qué le has hecho?!- Sus manos temblaron apretándose hasta convertirse en puños.
-Compasión... compadecer hace sentir, sentir algo bueno...- Murmuraba en voz baja Metal Sonic.
El erizo azul no entendía qué decía aquel que era su gemelo psíquico, pero no se opuso cuando le entregó cuidadosamente a Amy y les dejó huir "sólo por esa vez", "sólo por Amy". Se quedó ahí un momento, viendo cómo desaparecían Sonic y Amy, hasta que una llamada de Eggman sonó por su trasmisor, se le requería en la sala donde estaba la perla roja, alguien intentaba llevársela. Cuando Metal llegó hasta la sala, ya se habían llevado la perla, vio a Eggman discutir con alguien que aparecía en el monitor, otro científico al parecer.
-¡Devuélveme la perla, Nagai, científico egoísta!- Gritó Eggman.
-Serás...- El otro científico parecía indignado. -Fuiste tú que me la robaste primero, yo que tan amable te había invitado a presenciar la última fase de mi experimento... ahora está incompleto por tu culpa.
-¿A presenciar? ¡me lo estabas pasando por la cara! La idea era mía, tú me la robaste primero.
Y un interminable etc sobre quién era el verdadero artífice de las investigaciones, lo único en claro que pudo sacar Metal Sonic fue que todo aquello tenía que ver con un tal Elliot Rose y otro erizo llamado... Cristian Rose, y rápidamente el erizo metálico repasó su banco de datos reciente, aquel era el nombre por el que había llamado Amy a Sonic, empezó a seguir más atentamente la conversación, así pudo captar un nuevo nombre "Speed Fighter".
Amy se sentía incómoda, dio un par de vueltas hasta que se despertó, estaba en la cama de Tails, en el taller de Mystic Ruins, tenía un paño húmedo en la frente, se encontraba mejor, no sabía cuánto rato había estado así, pero estaba mucho mejor, recordó haberse despertado en brazos de Sonic cuando la rescato, fuertemente agarrada a él, notando las manos de éste cálidas, suaves, estrechándola contra él como si quisiese fundirse con ella y no dejarla ir nunca, la muchacha esbozó una sonrisa, cerró sus ojos notándolos arder, quería gritar, llorar de nuevo, pero sus párpados ya estaban exhaustos de aliviar sus lágrimas. También recordó haberse despertado por Tails cuando éste le dio algún tipo de medicina con mal gusto, y con un gesto de asco empezó a escuchar sus alrededores, el reloj de la mesilla de noche haciendo tic-tac, el sonido del viento moviendo los arbustos de alrededor de la casa, y un poco más nítido el sonido de las voces de Sonic y Tails, en la otra sala, hablando.
-¡Sonic!- Medio gritó Tails.- ¡Has vuelto!
-Claro, ¿por qué no iba a hacerlo?
Amy supuso que tras dejarla ahí, Sonic habría salido corriendo, como de costumbre.
-Es que... Sonic...- Amy se imaginó la escena, así como los conocía en ese momento Tails debía estar mirando a Sonic fijamente. -sé que no quieres tocar el tema, pero estamos preocupados, ¿es cierto lo que dijo Rouge?
-...- Amy pensó que Sonic había asentido con la cabeza. -Pero de todas formas, Cristian murió cuando entró en aquel laboratorio, ¿qué importa entonces? Soy lo que soy y ya está.
-Em... entonces... ¿puedo seguir llamándote Sonic? ¿seguirás siendo mi hermano mayor?- La voz de Tails sonó a medias, sin fuerza.
-¡Claro que sí! Nunca dejaré de ser yo.- Por el contrario, la voz de Sonic era más optimista, como si nada pasase.
Amy sintió el silencio, lo que ella imaginaba era un abrazo, luego les oyó acercarse hasta la habitación, se dio la vuelta y se hizo la dormida.
-¿Cómo está?- Preguntó en voz baja Sonic desde la puerta, mirando por una rendija.
-Mejor, le ha bajado la fiebre, ahora le daré la medicina y ya se curará.- Respondió Tails abriendo la puerta del todo.
-Tails... ¿dijo algo de mí mientras yo no estaba?- Sonic hizo que Tails se detuviese en seco y se girase hacia él, con mirada inocente.
-Nada... de ti nada.- Tails movía las colas nerviosamente.
-Oh.- Sonic seguía sin entrar en la habitación. -Ojalá ella no lo supiera... ¿Crees que aún estará enfadada?
-No.- Le cortó Tails con la más tierna de las sonrisas.
-¿De verdad?- Repitió inseguro Sonic.
-Hazle caso, que al pobre le escuchas pero no le prestas atención.- Dijo Amy sin darse la vuelta.
Sonic se sobresaltó, se acercaron a ella y Amy se dio la vuelta, medio sentándose en la cama.
-Aunque desde luego tendría que estar muy enfadada contigo,- Amy se cruzó de brazos mirando de reojo a Sonic. -todos estos años mintiéndome, ¿te parece bonito?
Sonic y Tails se miraron entre ellos y se pusieron a reír.
-Sonic, tengo curiosidad...- Dijo Tails tras darle la medicina a Amy. -¿por qué no se lo dijiste cuando os encontrasteis en Never Lake?
-Bueno...- Sonic dudó un poco. -entonces a ella la llamaban Rossy The Rascal, no sabía que era mi hermana, además, luego pensé que sería mejor que no lo supiese, ni ella ni nadie, es lo más seguro...
-¿Rossy The Rascal?- Tails empezó a reír.
-¡Ey!- Amy le dio un capón al zorro. -Era muy pequeña, del trauma me dio por no hablar y me pusieron ese nombre...- Amy pensó un momento, el trauma, miró a Sonic. -Dime la verdad... necesito saber qué pasó.
-Sí, Sonic, cuéntalo ya.- Insistió Tails.
-Me lo pedís como si yo realmente supiese lo que pasó.- Sonic se cruzó de brazos.
-Más que yo tienes que recordar... yo sólo recuerdo a papá protegiéndome, diciéndome que todo saldría bien...- Amy desvió su mirada de ellos, ahora triste.
-Aquel día...- Comenzó Sonic sin mirarles. -papá estaba muy nervioso, iba de un lado a otro de la casa, le gritó a mamá, en todo lo que recuerdo, nunca le había visto alzarle la voz, luego todo se volvió confuso, vinieron unos humanos, discutieron con papá y mamá, les apuntaron con sus armas...
-¿Y tú no hiciste nada?- Preguntó Tails escuchando atentamente su relato.
-¡Tenía 8 años! Entonces no tenía mi velocidad y estaba asustado, papá nos había mandado a nuestro cuarto, pero yo me escondí escuchando lo que pasaba y mirando de vez en cuando entre los barrotes de la escalera...
Amy tuvo un flash de su pasado, recordaba aquella escalera, se veía a sí misma con 4 años subiéndola, agarrada a los barrotes con una mano, los escalones le parecían inmensos, recordó haberse resbalado y hacerse daño en el pie, también que uno de sus hermanos la cogió a caballito y la subió, entonces Amy miró a Sonic y murmuró "Cristian..."
-¿Y los otros? Elliot y Nico...- Preguntó Amy clavando su mirada en los ojos verdes de Sonic.
-Ellos estaban en tu habitación, Nico era el mayor, tenía 12 años, papá le dijo que tenía que cuidar de nosotros, estaba preparando la huida, tú estabas haciendo la siesta, te recuerdo que eras la más pequeña...
-Entonces ¿qué pasó?- Preguntó impaciente Tails.
-Lo que tenía que pasar...- Sonic cerró sus ojos, sentado en la cama, al lado de Amy. -le dispararon a mamá, yo grité y uno de los humanos me señaló con el dedo diciendo algo que en aquel momento no entendí y ahora ni recuerdo, sólo sé que cuando intentaron cogerme, Nico vino a toda prisa y se interpuso... uno de ellos le golpeó en la cabeza con la parte trasera de su arma... le dio tan fuerte que su cabeza rebotó en el suelo...- Sonic se levantó y quedó de espaldas a ellos. -Ya basta de flashbacks por hoy...- Salió corriendo dejando la puerta abierta.
Amy se sentó en la cama, mirando en la dirección por la que había salido Sonic, pensando que quizás todo aquello había sido demasiado para él, guardar todo aquello, olvidarse de ello, pensó que ella no tenía derecho a hacerle recordar de nuevo todo lo que sufrió, pero por otro lado necesitaba saberlo, darle nombres a las imágenes, fechas a los hechos, y por eso quiso ir tras Sonic, que le terminase de contar el relato, pero Tails la detuvo.
-Déjale.- Le dijo suavemente. -Ahora mismo necesita estar solo... para él también ha sido duro, incluso más, tú eras más pequeña y has podido olvidarlo más fácilmente, ponte en su lugar por un momento...
Amy se volvió a sentar, tenía razón, era suficiente por una noche.

Continuará...