Cap6
Ya era media mañana, ¿dónde se había metido Sonic? La chica rosa miraba y miraba por la ventana, en dirección al árbol de la noche anterior, dijo que la llevaría a ver a alguien, pero no aparecía, a lo mejor había tenido problemas como había dicho Knuckles, el guardián notaba las energías negativas y tenía que estar en lo cierto, miró hacia él, en la sala hablando con Tails, sólo ese despiste fue suficiente para que Sonic llegase y llamase a la puerta, ni le había visto llegar, ella abrió sonriendo.
-Hola, ¿qué hacías?- Preguntó despreocupada.
-Ejercicio.- Respondió Sonic sonriendo también.
Entró hasta la cocina, se preparó un desayuno rápido y se dirigió hacia Amy.
-¿Estás lista? ¿nos vamos ya?
Amy dudó un momento, pero sin dejar que los demás lo notasen, asintió, dejó que la mirada de Knuckles la incomodase a ella y a Sonic, como si quisiese recordarles el sermón, aclararles las ideas, de todas formas, Amy se puso al lado de Sonic y dejó que éste la cogiese en brazos. Tails les miró fijamente, sin poder decir nada, esforzándose, les veía salir por la puerta y tuvo el presentimiento de que Sonic no volvería, ese sentimiento de cuando estás muy unido a alguien y crees que vas a perderle, aunque creía firmemente en la palabra de Sonic y si él había dicho que nada iba a cambiar, si de verdad iban a seguir siendo hermanos, tenía que confiar en él.
-¡Eh, Sonic!- Le llamó la atención el zorro al fin, Sonic giró la cabeza hacia él. -Recuerda que esta noche es noche de cine...
-Claro,- Sonrió Sonic tiernamente. -yo traigo la película, nos lo pasaremos bien, ¿a que sí, Knux?
Knuckles asintió con la cabeza más relajado, ya había participado en aquellas sesiones amistosas, videojuegos, pizza, video y a dormir en el suelo en sacos, para ellos cada día era fiesta. Amy les miró con cierta envidia, aunque no dijo nada, siguió en brazos de Sonic, se dejó llevar cuando éste corrió a toda velocidad por un camino que le era desconocido, sin llegar a mirarle directamente, fijando su vista en su propia mano apoyada en el hombro de Sonic, aferrada fuertemente a él, sin importarle la dirección que tomaba aquel camino. El erizo azul le echaba cortas miradas a medida que avanzaban, vigilándola, la notaba distinta, dudaba si Knuckles había hablado con ella también, pensaba en si las cosas iban a cambiar o no, si su trato ahora debía ser distinto, en todo lo que había luchado, lo que había intentado olvidar, en sus sentimientos, en por qué antes de saber quién era se empeñaban en que Amy y él tenían que ser novios, ¿no podían ser sólo amigos? Sólo porque ella le quisiese no tenía que significar a la fuerza que él sintiese lo mismo, pero entonces ¿por qué se sentía tan mal ahora que de verdad sabía que no iban a estar juntos nunca más? Mirando al frente dio un resoplido, esto llamó la atención de Amy, él sin mirarla dijo:
-Una cosa... ¿a ti te importa realmente que seamos hermanos?
Amy se revolvió hasta que Sonic dejó de correr y la dejó en el suelo.
-¿A qué viene esa pregunta?- Parecía indignada.
-Es que parece que todos tienen algo que decir al respecto, Tails quiere que todo siga igual, Knuckles que las cosas ahora tienen que cambiar, como si no hubiesen cambiado lo suficiente, y ahora hasta tú me tratas de forma distinta, como si te costase estar conmigo, ya no sé cómo tratarte.- Soltó Sonic casi sin respirar.
-No estoy enfadada, ya te lo dije...yo tampoco sé cómo tratarte ahora, Sonikku... Cristian.- Amy bajó la cabeza. -Knuckles tiene razón, por mucho que queramos no vamos a poder negar lo que somos...
-¿No podemos seguir siendo simplemente amigos?- Le cortó Sonic con las mismas palabras que le dijo cuando Amy se le declaró por primera vez.
-...- Amy le miró sorprendida. -¡Sí!- Sonrió animada saltando a su cuello.
Sonic la abrazó fuerte, acariciando su cabeza suavemente, susurró "te protegeré siempre", recordando una y otra vez las veces que había dicho eso, cuando se lo prometió a su padre, cuando discutía con sus hermanos, cuando cayó del árbol, se prometió a sí mismo que no volvería a caer de ningún otro árbol, pero algo turbó la paz que había logrado, un sonido, un presentimiento "no hagas ruido" susurró, Amy se quedó muy quieta, casi sin respirar, también lo oyó, unas matas, unos sonidos, no parecían animales del bosque, se le pasó por la cabeza que fuese alguno del grupo espiándoles, pero entonces ya habría salido al saber que había sido pillado, sin embargo alentó sus movimientos intentando hacerlos inaudibles, notó a Sonic agarrarla fuerte y moverse muy rápido, no podía ver qué pasaba, era algo o alguien también muy rápido, una sacudida, luego rodó por el suelo y por último vio a Sonic caer también, saltando y volver a ponerse en pie, la miró un momento comprobando que estuviese bien, un leve vistazo que le corroboró que Amy se podía poner en pie por sí misma, luego desapareció velozmente, se oían choques, golpes, y por fin Amy divisó algo, los colores, el haz azul de Sonic cruzándose en el camino de uno rojizo, ¿Knuckles? No, el equidna no era tan rápido, y al parecer incluso el propio Sonic tenía problemas para seguir a su atacante, le vio caer un par de veces más con algún que otro golpe en la cara, nada grave, pero al otro luchador no era capaz de distinguirle entre tanta velocidad, hasta que un golpe fue lo suficientemente fuerte como hacer chocar al erizo azul de espaldas al suelo, golpeándose el brazo, intentó levantarse, pero a duras penas se mantenía consciente, la visión le temblaba, fija en un punto en específico.
-¡Cristian!- Gritó el nuevo nombre de Sonic queriendo correr a su lado.
-¡Quédate ahí!- Sonic miró hacia ella, una mirada muy decidida, no era el momento para explicaciones, se agarró el brazo que le dolía y miró al frente.
Pronto la figura rojiza se detuvo ante Sonic, un erizo poco más alto que él, rojo intenso en su cuerpo, mechas amarillas en sus púas, como si de una auténtica bola de fuego andante se tratase, las púas a su espalda recordaban a las de Sonic, aunque dos en su parte delantera caían a sus laterales, recordando vagamente a la imagen de Mike Rose, Amy parpadeó un par de veces, poniendo su mano en su propio flequillo, igual al del agresor, que muy serio, con sus ojos vacíos, avanzaba en la dirección del caído Sonic, ahora de forma más lenta, con aires de grandeza, se detuvo ante el erizo azul.
-Han pasado tantos años...- Su voz era suave, tranquila, como si realmente no pasase nada.
Sonic observó la "SF" que llevaba de insignia en sus guantes y sus botas.
-S...¿Speed Fighter?- El nombre que dijo Metal Sonic la noche anterior salió de los labios de Sonic.
El erizo rojo se detuvo, sonrió con malicia y asintió con la cabeza, Amy corrió al lado de Sonic a pesar de las advertencias de éste.
-¿Elliot? ¿eres Elliot? Tú también estás bien, entonces...- Amy se puso de pie intentando acercarse al erizo rojo, reconociéndole vagamente.
Elliot ni se movió, estaba serio de nuevo, con la cabeza baja, los ojos cerrados, una extraña aura oscura engullía sus alrededores, algo que Sonic notaba muy bien, al igual que él mismo, Elliot no era el mismo que años atrás, vio alzar sus brazos, y aunque a Sonic le parecían ir a cámara lenta, atontado aún por el golpe, fue realmente algo muy rápido, reaccionó tan deprisa como su brazo se lo permitió, cogiendo a Amy y apartándola de él justo cuando el agarre del llamado Speed Fighter estaba a punto de cerrar sus garras alrededor de Amy, ella se quedó sentada de espaldas a Sonic, que aún la rodeaba con un brazo, respirando agitado, la apretó más contra él.
-Dámela.- Sonó la voz autoritaria de Speed.
-¡No!- Sonic rodeó a Amy con su otro brazo también. -¡Siempre la protegeré!
De nuevo aquellas palabras que Speed ya conocía, le miró por encima del hombro con sus ojos vacíos, con un rápido movimiento estuvo a punto de echárseles encima, pero algo le detuvo, más veloz que cuando atacó, esquivó un disparo láser, seguido de otro y otro, le hicieron retroceder unos pasos, Sonic miró detrás suya, había una máquina extraña con forma de comecocos que lanzaba disparos láser por los ojos, cuando Speed estuvo lo suficientemente lejos, el comecocos se acercó a Sonic y Amy, ella gritó al ver que la maquina gigante abría sus fauces y los engullía a ambos, puso sus manos en sus ojos, encogiendo su cuerpo oculto en el abrazo de Sonic, como la noche anterior en el árbol, y ahora fue ella la que dio una cabezada consciente a su pasado, le pareció abrir los ojos en una pequeña habitación, se levantó, se sentía torpe, adormecida, y por muchos pasos que daba parecía que no llegaba a la puerta, la veía demasiado alta, consiguió abrirla y caminar por el pasillo hasta una sala blanca, muy blanca, demasiado iluminada, le dolían los ojos de mirar en su interior, reconoció las voces de alguien hablando, pudo enfocar y ver dos niños erizo y un humano joven, de unos 20 años por ahí, la mirada de uno de los erizos se fijó en ella, sus ojos esmeralda la miraron de arriba a abajo, ella se miró a sí misma, llevaba un traje blanco, jersey apretado de mangas largas sin cuello y pantalones ajustados, no llevaba zapatillas y eso le permitía ver sus calcetines, también blancos, el reflejo de una baldosa blanca en la pared le dio de lleno, era ella, pero más niña, 5 años.
-¿Te hemos despertado?- Dijo el erizo azul.
-Cristian...- Comenzó ella. -¿Qué pasa?
-Nada... tranquila...
El otro erizo también la miró, y el humano, les veía mover los labios, hablar, ahora veía con más claridad, los dos erizos llevaban trajes idénticos a los de ella, blancos, cubriéndoles todo el cuerpo, y el humano de cabellos negros, flequillo vicioso y bata blanca sonreía ocultando sus ojos tras sus gafas. Se esforzó en escuchar lo que decían, pero no oía nada, eran como susurros, ecos, sus rostros no podían ocultar cierta preocupación, y eso le hizo cerrar los ojos fuerte, muy fuerte, queriendo desaparecer.
-Tranquila...- Volvió a oír Amy.
Abrió los ojos, estaba en brazos de Sonic, sentados en el suelo de lo que parecía el interior del comecocos, una maquinota que le recordaba a las de Eggman, pero Sonic estaba demasiado tranquilo y eso la puso histérica, se levantó de golpe mirando a todos lados.
-Tranquila.- Repitió Sonic mirándola sereno.
Se puso en pie a su lado, con su brazo malo encogido, la cogió de la mano sin decir nada más y caminó por el interior de aquel ser mecánico hasta llegar a lo que debía ser la sala de control, más maquinaria, esta vez sin parecido a las de Eggman, Sonic soltó la mano de Amy al ver al humano que comandaba aquel robot.
-¡Vlad!- Gritó entusiasmado Sonic.
El humano se dio la vuelta, se puso en pie y corrió con Sonic, dándole un fuerte abrazo, Amy interpretó aquello como que realmente se alegraba de verle, se fijó bien, un humano, pelo negro, la misma apariencia del humano de su sueño, pero con unos años más, el pelo más recortado y ropa más de calle, el brillo que veía a través de sus gafas parecía una lágrima sin terminar de salir.
-Eres lo que no hay... has tardado mucho en ponerte en contacto conmigo.- Al fin se separó.
-Oh, claro, ni preguntas cómo estoy ni cómo me va la vida...- Replicó Sonic cruzándose de brazos.
-Como si hiciese falta... sales en las noticias cada dos por tres, estás hasta en la sopa, incluso han sacado videojuegos de ti...- Rió el tal Vlad.
-Mira...- Sonic se dio la vuelta y estiró una mano en dirección a Amy, ofreciéndole unirse a ellos, Amy le miró y aceptó su mano poniéndose a su lado. -La encontré, te lo dije...
-Lo sé.- Vlad sonrió.
Un buen rato de charla por el camino mientras le curaba el brazo a Sonic fue suficiente para poner al día a Amy, le contó la historia de un erizo violeta, un ladrón de guante blanco que robó el objeto de codicia e investigación de los científicos de aquella época, Mike Rose, que intentó por todos los medios que aquel objeto no cayese en malas manos, al igual que muchos otros, las Chaos Emeralds, las Time Stones... guardándolas lejos de los ojos codiciosos que nada entendían de leyendas, esto no hizo gracia al gobierno, que tras descubrir su identidad secreta le persiguió hasta dar con él, sin estar satisfecho con atraparle, los altos mandos encargados de la misión trazaron un plan para continuar con un proyecto prácticamente olvidado ya.
-¡¿Proyect Shadow?!- Repitió Amy dando un bote.
-Pero como vieron que el descendiente de Gerald no quiso participar, aún habiendo sido él el propulsor, contrataron a otro científico.- Continuó Sonic.
-Mi maestro, el Dr. Nagai, yo era su ayudante entonces, era un viejo entonces y ahora está peor... no sé qué edad debe tener, pero se dice que incluso estuvo presente cuando el Dr. Robotnik le dio vida a Shadow...- Refiriéndose a Gerald como Robotnik.
El resto a Amy ya le sonaba, el asalto a su casa, la muerte de su madre y su hermano mayor, la captura de Cristian y Elliot, y sus últimos recuerdos de su padre... aquellas palabras... "maldito doctor... no temas cariño, todo saldrá bien", por eso decía que Cristian murió al entrar allí, habían cambiado a Elliot, retocado su ADN, y Cristian le estaban haciendo lo mismo, si el Dr. Vlad Dniéster no le hubiese ayudado ahora sería como Speed Fighter.
-Ya era tarde para ayudar a Elliot... pero a ti aún te podía salvar.- Dijo dulcemente el doctor poniendo su mano sobre el hombro de Sonic.
El erizo azul no estaba muy convencido, él habría querido ayudar también a su hermano, y su mirada llamó la atención de Amy, poniendo su mano en el otro hombro.
-Todo saldrá bien.- Las palabras salieron de su boca casi sin decirlas.
Tras esto se sentó un poco alejada de ellos, observándoles, intentando descifrar su pasado, la historia concordaba, aunque no entendía por qué ahora empezaba ella también a recordar, por qué no antes, las lagunas eran enormes, más grandes que las que había encontrado en aquella historia, ella recordaba el laboratorio y los trajes...
-Shadow me aclaró muchas cosas.- Dijo Sonic a Vlad.
-Ahhh, la próxima vez tráele, quiero conocerle...
-Tengo una pregunta.- Les interrumpió Amy. -Yo tampoco me salvé, ¿verdad?
continuará...
Ya era media mañana, ¿dónde se había metido Sonic? La chica rosa miraba y miraba por la ventana, en dirección al árbol de la noche anterior, dijo que la llevaría a ver a alguien, pero no aparecía, a lo mejor había tenido problemas como había dicho Knuckles, el guardián notaba las energías negativas y tenía que estar en lo cierto, miró hacia él, en la sala hablando con Tails, sólo ese despiste fue suficiente para que Sonic llegase y llamase a la puerta, ni le había visto llegar, ella abrió sonriendo.
-Hola, ¿qué hacías?- Preguntó despreocupada.
-Ejercicio.- Respondió Sonic sonriendo también.
Entró hasta la cocina, se preparó un desayuno rápido y se dirigió hacia Amy.
-¿Estás lista? ¿nos vamos ya?
Amy dudó un momento, pero sin dejar que los demás lo notasen, asintió, dejó que la mirada de Knuckles la incomodase a ella y a Sonic, como si quisiese recordarles el sermón, aclararles las ideas, de todas formas, Amy se puso al lado de Sonic y dejó que éste la cogiese en brazos. Tails les miró fijamente, sin poder decir nada, esforzándose, les veía salir por la puerta y tuvo el presentimiento de que Sonic no volvería, ese sentimiento de cuando estás muy unido a alguien y crees que vas a perderle, aunque creía firmemente en la palabra de Sonic y si él había dicho que nada iba a cambiar, si de verdad iban a seguir siendo hermanos, tenía que confiar en él.
-¡Eh, Sonic!- Le llamó la atención el zorro al fin, Sonic giró la cabeza hacia él. -Recuerda que esta noche es noche de cine...
-Claro,- Sonrió Sonic tiernamente. -yo traigo la película, nos lo pasaremos bien, ¿a que sí, Knux?
Knuckles asintió con la cabeza más relajado, ya había participado en aquellas sesiones amistosas, videojuegos, pizza, video y a dormir en el suelo en sacos, para ellos cada día era fiesta. Amy les miró con cierta envidia, aunque no dijo nada, siguió en brazos de Sonic, se dejó llevar cuando éste corrió a toda velocidad por un camino que le era desconocido, sin llegar a mirarle directamente, fijando su vista en su propia mano apoyada en el hombro de Sonic, aferrada fuertemente a él, sin importarle la dirección que tomaba aquel camino. El erizo azul le echaba cortas miradas a medida que avanzaban, vigilándola, la notaba distinta, dudaba si Knuckles había hablado con ella también, pensaba en si las cosas iban a cambiar o no, si su trato ahora debía ser distinto, en todo lo que había luchado, lo que había intentado olvidar, en sus sentimientos, en por qué antes de saber quién era se empeñaban en que Amy y él tenían que ser novios, ¿no podían ser sólo amigos? Sólo porque ella le quisiese no tenía que significar a la fuerza que él sintiese lo mismo, pero entonces ¿por qué se sentía tan mal ahora que de verdad sabía que no iban a estar juntos nunca más? Mirando al frente dio un resoplido, esto llamó la atención de Amy, él sin mirarla dijo:
-Una cosa... ¿a ti te importa realmente que seamos hermanos?
Amy se revolvió hasta que Sonic dejó de correr y la dejó en el suelo.
-¿A qué viene esa pregunta?- Parecía indignada.
-Es que parece que todos tienen algo que decir al respecto, Tails quiere que todo siga igual, Knuckles que las cosas ahora tienen que cambiar, como si no hubiesen cambiado lo suficiente, y ahora hasta tú me tratas de forma distinta, como si te costase estar conmigo, ya no sé cómo tratarte.- Soltó Sonic casi sin respirar.
-No estoy enfadada, ya te lo dije...yo tampoco sé cómo tratarte ahora, Sonikku... Cristian.- Amy bajó la cabeza. -Knuckles tiene razón, por mucho que queramos no vamos a poder negar lo que somos...
-¿No podemos seguir siendo simplemente amigos?- Le cortó Sonic con las mismas palabras que le dijo cuando Amy se le declaró por primera vez.
-...- Amy le miró sorprendida. -¡Sí!- Sonrió animada saltando a su cuello.
Sonic la abrazó fuerte, acariciando su cabeza suavemente, susurró "te protegeré siempre", recordando una y otra vez las veces que había dicho eso, cuando se lo prometió a su padre, cuando discutía con sus hermanos, cuando cayó del árbol, se prometió a sí mismo que no volvería a caer de ningún otro árbol, pero algo turbó la paz que había logrado, un sonido, un presentimiento "no hagas ruido" susurró, Amy se quedó muy quieta, casi sin respirar, también lo oyó, unas matas, unos sonidos, no parecían animales del bosque, se le pasó por la cabeza que fuese alguno del grupo espiándoles, pero entonces ya habría salido al saber que había sido pillado, sin embargo alentó sus movimientos intentando hacerlos inaudibles, notó a Sonic agarrarla fuerte y moverse muy rápido, no podía ver qué pasaba, era algo o alguien también muy rápido, una sacudida, luego rodó por el suelo y por último vio a Sonic caer también, saltando y volver a ponerse en pie, la miró un momento comprobando que estuviese bien, un leve vistazo que le corroboró que Amy se podía poner en pie por sí misma, luego desapareció velozmente, se oían choques, golpes, y por fin Amy divisó algo, los colores, el haz azul de Sonic cruzándose en el camino de uno rojizo, ¿Knuckles? No, el equidna no era tan rápido, y al parecer incluso el propio Sonic tenía problemas para seguir a su atacante, le vio caer un par de veces más con algún que otro golpe en la cara, nada grave, pero al otro luchador no era capaz de distinguirle entre tanta velocidad, hasta que un golpe fue lo suficientemente fuerte como hacer chocar al erizo azul de espaldas al suelo, golpeándose el brazo, intentó levantarse, pero a duras penas se mantenía consciente, la visión le temblaba, fija en un punto en específico.
-¡Cristian!- Gritó el nuevo nombre de Sonic queriendo correr a su lado.
-¡Quédate ahí!- Sonic miró hacia ella, una mirada muy decidida, no era el momento para explicaciones, se agarró el brazo que le dolía y miró al frente.
Pronto la figura rojiza se detuvo ante Sonic, un erizo poco más alto que él, rojo intenso en su cuerpo, mechas amarillas en sus púas, como si de una auténtica bola de fuego andante se tratase, las púas a su espalda recordaban a las de Sonic, aunque dos en su parte delantera caían a sus laterales, recordando vagamente a la imagen de Mike Rose, Amy parpadeó un par de veces, poniendo su mano en su propio flequillo, igual al del agresor, que muy serio, con sus ojos vacíos, avanzaba en la dirección del caído Sonic, ahora de forma más lenta, con aires de grandeza, se detuvo ante el erizo azul.
-Han pasado tantos años...- Su voz era suave, tranquila, como si realmente no pasase nada.
Sonic observó la "SF" que llevaba de insignia en sus guantes y sus botas.
-S...¿Speed Fighter?- El nombre que dijo Metal Sonic la noche anterior salió de los labios de Sonic.
El erizo rojo se detuvo, sonrió con malicia y asintió con la cabeza, Amy corrió al lado de Sonic a pesar de las advertencias de éste.
-¿Elliot? ¿eres Elliot? Tú también estás bien, entonces...- Amy se puso de pie intentando acercarse al erizo rojo, reconociéndole vagamente.
Elliot ni se movió, estaba serio de nuevo, con la cabeza baja, los ojos cerrados, una extraña aura oscura engullía sus alrededores, algo que Sonic notaba muy bien, al igual que él mismo, Elliot no era el mismo que años atrás, vio alzar sus brazos, y aunque a Sonic le parecían ir a cámara lenta, atontado aún por el golpe, fue realmente algo muy rápido, reaccionó tan deprisa como su brazo se lo permitió, cogiendo a Amy y apartándola de él justo cuando el agarre del llamado Speed Fighter estaba a punto de cerrar sus garras alrededor de Amy, ella se quedó sentada de espaldas a Sonic, que aún la rodeaba con un brazo, respirando agitado, la apretó más contra él.
-Dámela.- Sonó la voz autoritaria de Speed.
-¡No!- Sonic rodeó a Amy con su otro brazo también. -¡Siempre la protegeré!
De nuevo aquellas palabras que Speed ya conocía, le miró por encima del hombro con sus ojos vacíos, con un rápido movimiento estuvo a punto de echárseles encima, pero algo le detuvo, más veloz que cuando atacó, esquivó un disparo láser, seguido de otro y otro, le hicieron retroceder unos pasos, Sonic miró detrás suya, había una máquina extraña con forma de comecocos que lanzaba disparos láser por los ojos, cuando Speed estuvo lo suficientemente lejos, el comecocos se acercó a Sonic y Amy, ella gritó al ver que la maquina gigante abría sus fauces y los engullía a ambos, puso sus manos en sus ojos, encogiendo su cuerpo oculto en el abrazo de Sonic, como la noche anterior en el árbol, y ahora fue ella la que dio una cabezada consciente a su pasado, le pareció abrir los ojos en una pequeña habitación, se levantó, se sentía torpe, adormecida, y por muchos pasos que daba parecía que no llegaba a la puerta, la veía demasiado alta, consiguió abrirla y caminar por el pasillo hasta una sala blanca, muy blanca, demasiado iluminada, le dolían los ojos de mirar en su interior, reconoció las voces de alguien hablando, pudo enfocar y ver dos niños erizo y un humano joven, de unos 20 años por ahí, la mirada de uno de los erizos se fijó en ella, sus ojos esmeralda la miraron de arriba a abajo, ella se miró a sí misma, llevaba un traje blanco, jersey apretado de mangas largas sin cuello y pantalones ajustados, no llevaba zapatillas y eso le permitía ver sus calcetines, también blancos, el reflejo de una baldosa blanca en la pared le dio de lleno, era ella, pero más niña, 5 años.
-¿Te hemos despertado?- Dijo el erizo azul.
-Cristian...- Comenzó ella. -¿Qué pasa?
-Nada... tranquila...
El otro erizo también la miró, y el humano, les veía mover los labios, hablar, ahora veía con más claridad, los dos erizos llevaban trajes idénticos a los de ella, blancos, cubriéndoles todo el cuerpo, y el humano de cabellos negros, flequillo vicioso y bata blanca sonreía ocultando sus ojos tras sus gafas. Se esforzó en escuchar lo que decían, pero no oía nada, eran como susurros, ecos, sus rostros no podían ocultar cierta preocupación, y eso le hizo cerrar los ojos fuerte, muy fuerte, queriendo desaparecer.
-Tranquila...- Volvió a oír Amy.
Abrió los ojos, estaba en brazos de Sonic, sentados en el suelo de lo que parecía el interior del comecocos, una maquinota que le recordaba a las de Eggman, pero Sonic estaba demasiado tranquilo y eso la puso histérica, se levantó de golpe mirando a todos lados.
-Tranquila.- Repitió Sonic mirándola sereno.
Se puso en pie a su lado, con su brazo malo encogido, la cogió de la mano sin decir nada más y caminó por el interior de aquel ser mecánico hasta llegar a lo que debía ser la sala de control, más maquinaria, esta vez sin parecido a las de Eggman, Sonic soltó la mano de Amy al ver al humano que comandaba aquel robot.
-¡Vlad!- Gritó entusiasmado Sonic.
El humano se dio la vuelta, se puso en pie y corrió con Sonic, dándole un fuerte abrazo, Amy interpretó aquello como que realmente se alegraba de verle, se fijó bien, un humano, pelo negro, la misma apariencia del humano de su sueño, pero con unos años más, el pelo más recortado y ropa más de calle, el brillo que veía a través de sus gafas parecía una lágrima sin terminar de salir.
-Eres lo que no hay... has tardado mucho en ponerte en contacto conmigo.- Al fin se separó.
-Oh, claro, ni preguntas cómo estoy ni cómo me va la vida...- Replicó Sonic cruzándose de brazos.
-Como si hiciese falta... sales en las noticias cada dos por tres, estás hasta en la sopa, incluso han sacado videojuegos de ti...- Rió el tal Vlad.
-Mira...- Sonic se dio la vuelta y estiró una mano en dirección a Amy, ofreciéndole unirse a ellos, Amy le miró y aceptó su mano poniéndose a su lado. -La encontré, te lo dije...
-Lo sé.- Vlad sonrió.
Un buen rato de charla por el camino mientras le curaba el brazo a Sonic fue suficiente para poner al día a Amy, le contó la historia de un erizo violeta, un ladrón de guante blanco que robó el objeto de codicia e investigación de los científicos de aquella época, Mike Rose, que intentó por todos los medios que aquel objeto no cayese en malas manos, al igual que muchos otros, las Chaos Emeralds, las Time Stones... guardándolas lejos de los ojos codiciosos que nada entendían de leyendas, esto no hizo gracia al gobierno, que tras descubrir su identidad secreta le persiguió hasta dar con él, sin estar satisfecho con atraparle, los altos mandos encargados de la misión trazaron un plan para continuar con un proyecto prácticamente olvidado ya.
-¡¿Proyect Shadow?!- Repitió Amy dando un bote.
-Pero como vieron que el descendiente de Gerald no quiso participar, aún habiendo sido él el propulsor, contrataron a otro científico.- Continuó Sonic.
-Mi maestro, el Dr. Nagai, yo era su ayudante entonces, era un viejo entonces y ahora está peor... no sé qué edad debe tener, pero se dice que incluso estuvo presente cuando el Dr. Robotnik le dio vida a Shadow...- Refiriéndose a Gerald como Robotnik.
El resto a Amy ya le sonaba, el asalto a su casa, la muerte de su madre y su hermano mayor, la captura de Cristian y Elliot, y sus últimos recuerdos de su padre... aquellas palabras... "maldito doctor... no temas cariño, todo saldrá bien", por eso decía que Cristian murió al entrar allí, habían cambiado a Elliot, retocado su ADN, y Cristian le estaban haciendo lo mismo, si el Dr. Vlad Dniéster no le hubiese ayudado ahora sería como Speed Fighter.
-Ya era tarde para ayudar a Elliot... pero a ti aún te podía salvar.- Dijo dulcemente el doctor poniendo su mano sobre el hombro de Sonic.
El erizo azul no estaba muy convencido, él habría querido ayudar también a su hermano, y su mirada llamó la atención de Amy, poniendo su mano en el otro hombro.
-Todo saldrá bien.- Las palabras salieron de su boca casi sin decirlas.
Tras esto se sentó un poco alejada de ellos, observándoles, intentando descifrar su pasado, la historia concordaba, aunque no entendía por qué ahora empezaba ella también a recordar, por qué no antes, las lagunas eran enormes, más grandes que las que había encontrado en aquella historia, ella recordaba el laboratorio y los trajes...
-Shadow me aclaró muchas cosas.- Dijo Sonic a Vlad.
-Ahhh, la próxima vez tráele, quiero conocerle...
-Tengo una pregunta.- Les interrumpió Amy. -Yo tampoco me salvé, ¿verdad?
continuará...
