Cap8
Como visto en tercera persona, Sonic notaba sus palabras saliendo de su boca, su corazón latiendo con normalidad, como si nada hubiese pasado, explicándole a Tails lo ocurrido, luego se sentó, Shadow se puso a su lado, examinó su brazo herido, Speed había logrado sacárselo de sitio de tanta presión, Knuckles y Tails empezaron a discutir sobre la situación, Sonic les ignoró y miró a Shadow sin decir nada, simplemente se agarró al lateral del asiento.
-Esto te va a doler...- Dijo Shadow agarrando el brazo de Sonic.
-¿No me digas? ¿va a dolerme más todavía?- Bromeó Sonic con una falsa sonrisa.
El erizo azul se quedó quieto, dejando que Shadow estirase de su brazo y se lo colocase en su sitio, el grito de Sonic hizo que Tails y Knuckles callasen un momento, luego siguieron discutiendo, Shadow miró de reojo a Sonic antes de irse, y aunque Tails le preguntó algo él no respondió, tan sólo salió por la puerta. Sonic se encogió un poco, apoyó sus codos sobre sus propias rodillas, bajando la cabeza, intentaba pensar, pero su mente estaba completamente en blanco, oía las palabras de Tails y Knuckles, pero no las entendía.
-¡No podemos entrar así como así y destrozarlo todo!- Empezó a desesperarse Tails.
-¿Por? Tengo los mapas, todas las localizaciones, sólo hemos de ir, destruir sus defensas, cargarnos al erizo rojo ese y a casa.
-No es tan fácil como eso... te olvidas que tienen una rehén.
-Sí, bueno... también la considero amiga mía, pero ahora más que nada es un obstáculo, si no nos enfrentamos ahora la van a seguir usando contra nosotros.
Sonic volvió a oír en su mente la voz de Amy llamándole, llamándole "Sonikku", las imágenes pasaron veloces por él, sus recuerdos más preciados desde hacía poco más de 3 años, todos aquellos secuestros, todos los gritos, su nombre, al rescatarla, su abrazo, al dejarla ir, de nuevo su nombre, y cayó en la cuenta, desde que había sabido la verdad, ella le había empezado a llamar "Cristian" pero ahora era distinto, había dicho "Sonikku", no llamaba a su hermano protector, llamaba a su héroe, a aquel al que amaba de verdad, parpadeó un par de veces, cerró los ojos, como la noche de la víspera de navidad, fue como revivir aquel momento, pero los volvió a abrir y allí estaba, sentado aún, con las voces de Tails y Knuckles perturbando sus recuerdos.
-Debí haberla besado entonces...- Murmuró bajito.
Se puso en pie de un salto, sus amigos se giraron hacia él, esperando que dijese algo, un plan quizás, una alternativa, que impusiese paz, pero nada, ni les miró, se dirigió a la puerta, pero antes de tocar el picaporte, Knuckles le cogió de la muñeca.
-¿Dónde crees que vas?
-A salvar a Amy.- Dijo secamente Sonic, muy decidido.
-¿Qué?- Knuckles le hizo girar para que le mirase. -¿No sirvió de nada lo que dije antes?
Sonic intentó no mirarle, sólo un poco de reojo, respiró hondo, se apoyó con la espalda en la puerta.
-Ya lo sabéis todos, es mi hermana, pero... no me importa lo que penséis, a pesar de nuestros lazos de sangre, la quiero.- Sonic hizo una pausa, sonrió levemente, elevando su cabeza, como mirando al techo. -Puede que suene absurdo, pero así ha ocurrido y es algo que ni puedo ni quiero cambiar...
Knuckles pareció confuso al principio, aunque no pudo decirle nada, Sonic ya había abierto la puerta y había salido corriendo a por ella, Tails rápidamente se dirigió al garaje a por su cyclone, Knuckles salió por la puerta donde había salido Sonic, pero no pudo avanzar mucho, tras él estaba Shadow, se había quedado apoyado en la pared de fuera del taller de Tails, esperando al equidna.
-¿Y tú que quieres ahora?- Gritó el equidna notando la mirada de Shadow clavada en él.
-El mapa.
-No sé de qué me hablas.
-El que robaste cuando Rouge y yo...
-No me importa lo que estuvieseis haciendo.- Le cortó Knuckles cruzándose de brazos.
-Así que después de todo la estabas espiando, me lo imaginaba, era imposible que llegases allí tú solo, la bola que le colaste a los demás de que "estabas siguiendo a Sonic" era demasiado falsa.
-Yo no estaba espiando, además, ¿por qué debería espiarla? ¿qué me importa? Ya he roto con ella, ¡yo he roto!
-La verdad es que a mí realmente me importa poco, tú ni me vas ni me vienes, pero Rouge es amiga mía, no es mi problema si te pones celoso, aunque sí lo es si te portas como un niñato y le haces daño...
-¿Niñato? Cállate erizo negro de mierd...
Shadow hizo un movimiento muy rápido que pilló a Knuckles desprevenido, haciéndole perder el equilibrio, mientras se levantaba escuchaba el sermón de Shadow.
-¿Te atreves a dar consejos a los demás cuando tú mismo eres un desastre en tu propia vida amorosa?- Obviamente había escuchado la conversación tras la puerta.
-Déjame en paz, no te metas donde no te llaman, tengo mis motivos para hacer lo que hice... tú no estabas allí, no la has visto "en acción"
-Sí que la he visto en otra ocasión, y yo era la víctima, pero ¿sabes qué? Es más fácil criticar los errores ajenos. Si en vez de dejarla la ayudases, ¿no crees que será mejor? Seguro que incluso Sonic se lo ha tomado mejor que tú...
Knuckles se quedó pensando un poco, realmente Sonic se sorprendió cuando le dijo que había roto con Rouge.
-No voy a cambiarla, sé que no puedo, pero tampoco puedo aceptar "eso" de ella... el amor no basta para eso...
Shadow le dio otro empujón.
-¿El amor no basta? ¿entonces qué hace falta?
-No lo sé... debe haber más cosas a parte de eso, no puedo sobreponerlo a...
-¿A qué? ¿me lo dices a mí que intenté destruir el mundo? Hay cosas por las que luchar, hay muchas, es verdad, pero por una mala experiencia no puedes tirarlo todo por la borda, creeme, tienes a alguien muy especial...
Shadow calló de golpe un momento, luego añadió antes de irse.
-Ten cuidado, porque si no la cuidas puedes perderla para siempre...
Knuckles no entendió bien, pero eso le hizo pensar mucho en aquellos sentimientos que aún tenía por ella, quizás no se había planteado nunca perderla definitivamente.
Amy abrió los ojos, ya no sabía si soñaba o aquello era real, hacía demasiado que había dejado de distinguirlo, cada día se había convertido en una nueva contradicción, lo que ayer le había parecido bien, hoy ya le parecía una decisión cuestionable, pero lo más importante ahora, sabía que Speed la había llevado hasta allí, era una especie de sala blanca, un lugar en la nada, se sentó sobre la camilla de sábanas blancas también, era el mismo lugar de su sueño, llevaba puesto un camisón blanco, se puso colorada por pensar que alguien se había atrevido a quitarle la ropa para dejarla sólo con aquello, entristeció al fijarse en que le habían arrebatado también el camafeo, su foto de Sonic, lo único que podía consolarla en esos momentos. Se convenció de que tenía que ser fuerte, tenía que salir adelante, no debía llorar, así que se armó de valor, bajó de la camilla y buscó por toda la estancia algo con lo que defenderse, era una sala verdaderamente sosa para su gusto, aunque aquella escoba oculta en lo más profundo del armario le pareció suficiente para dar un buen susto a sus enemigos. Oculta tras la puerta al oír pasos, esperó a que la puerta se abriese, pasó Speed al interior de la sala y ella le dio un fuerte golpe en la cabeza con la escoba, sin ver si quiera si le había hecho daño, Amy salió corriendo, alcanzada al momento por Speed, que le arrebató la escoba, lanzándola lejos, le cogió las manos, apresándola contra la pared, cuando dejó de revolverse, Amy subió la mirada, empezó a temblar de miedo ante aquellos ojos clavados en ella, sin saber si la miraba realmente o no.
-Tenías ganas de hacer esto desde hacía tiempo, ¿verdad?- Dijo al fin Speed, resbalando un hilillo de sangre por su cabeza.
-Yo sólo quiero irme a casa con Sonikku...- Amy se encogió de hombros, tampoco quería hacerle daño a pesar de todo.
-¿Sonikku? ¿quieres decir Cristian?- Speed sonrió con cierta malicia.
-¡No! ¡Sonikku es mi héroe, vendrá a salvarme!- De nuevo negación.
-Me dais asco, siempre juntos... me dejasteis aquí para poder huir... vosotros me convertisteis en Speed...- El erizo apretó las manos en los brazos de Amy, como si quisiese hundirla en la pared.
-¡Para, me haces daño!- Gritó en vano Amy.
-Tú no sabes lo que es el daño de verdad.- Apoyó su barbilla en el hombro de ella.
Amy notó que le soltaba los brazos, pasando una mano por su vientre y sujetándola después de la cintura, eso le hizo recordar por qué había perdido el conocimiento por el camino, había estado gritando un rato hasta que sintió un fuerte golpe en el estómago, intentó apartarle, puso sus manos en los hombros de él, que cada vez apretaba más sus manos en su cintura, si hubiese sido aquello su cuello, ya la habría ahogado, sólo el sonido del trasmisor de Speed pudo detener aquello, el Dr. Nagai le metía prisa en traerla, se separó de ella, la agarró de un brazo y comenzó a tirar. Amy sollozaba, intentando contener sus lágrimas, estaba aterrada, de nuevo pensando para sí misma que no debía llorar, que no le iba a servir de nada, se convencía de que pronto aparecería Sonic, su caballero de brillante armadura, él la rescataría, eso la tranquilizó, incluso cuando reconoció el rostro del Dr. Nagai su temor no aumentó. Speed la puso ante el doctor, que la miraba por todos lados sin dejar de decir "fascinante" ella lo relacionó a aquellos experimentos que habían realizado sobre su familia años atrás, se armó de valor hasta gritarle:
-¡¿Qué nos has hecho?!
-¿"Nos"?- El doctor rió. -Estaba esperando deseoso la llegada de este día, por fin podré acabar lo que inicié hace tanto tiempo ya... entonces tu cuerpo rechazó el experimento... pero ahora que tengo ambas perlas podré neutralizar tu conexión con las Time Stones.
Aquella explicación sorprendió a Amy, entonces ella sí se había salvado en aquel entonces, fuese por lo que fuese, ella seguía siendo la misma, pero como decía el doctor, ahora podía usarla también, como hizo con Sonic y con Speed, cambiar el ADN para adaptarlo al poder de las perlas. Speed le sacó el camisón y le dio un empujón al interior de una especie de cápsula, Amy se tapó ruborizada, aunque ni la miraron, era obvio que su cuerpo no llamaba la atención lo más mínimo en aquellos seres. La cápsula se cerró y el terror empezó a desesperar a Amy cuando un tipo de líquido comenzó a llenarla, se echó atrás, luego hacia el cristal, quiso llamar la atención de Speed.
-¡Elliot! Si conservas tus recuerdos, si sabes lo que es esto, ¡ayúdame!
-¿Elliot?- Se giró el erizo. -Elliot murió el día que entró en este laboratorio...
Una vez más aquellas palabras, las mismas de Sonic, le habría gustado de verdad saber lo que significaban, ¿acaso el cambiarles genéticamente para modificarles aceptando aquellos poderes lo consideraban "morir"? Apoyó las manos en el cristal.
-Sonikku...- Susurró cerrando los ojos.
Aguantó la respiración cuando el espacio se llenó por completo, pero al no poder más dejó ir el aire que tenía, comprobando en un momento que aquel líquido la dejaba respirar de todas formas, algo extraño que no comprendió y que seguro Tails habría estado encantado de explicarle, y así, pensando en las explicaciones de nivel superior de Tails, recordó también las clases de defensa personal de Knuckles, los consejos de belleza de Rouge sobre el maquillaje, las charlas con Shadow sobre la humanidad, incluso se le pasó por la mente el abrazo de Metal Sonic. Un gran estruendo interrumpió el tecleo del teclado del Dr. Nagai, la alarma sonó llegando hasta la chica rosa, más que asustándola, fue como un canto de sirena, que la relajaba, casi durmiéndola.
-Mis amigos...- Amy sonrió.
Speed la miró un momento, aquella sonrisa, sus ojos cerrados tiernamente, se le pasó por la mente que quizás estuviese pensando en Sonic, y de nuevo le dio repulsión todo aquello.
-Doc,- El erizo rojo apuntó en la pantalla. -parece que viene de aquí, voy a comprobarlo y a acabar el trabajo que empecé.
-Sí... de todas formas con ese erizo ya no podemos hacer nada... la chica me es más valiosa.
Pero nada más salir Speed de la sala, una nueva alarma sonó.
-¡¿Qué demonios...?!- El humano tocó algunos botones. -¡Alguien intenta llegar hasta las perlas! ¡eso sí que no!
-¡Jajaja!- Sonó una risa conocida en la nueva ventana abierta en el ordenador. -¡Vengo a por lo que es mío!
-¡Ahhh! ¡ni se te ocurra! Eres un científico loco y ladrón, ¡gordo de colesterol!- Insultó el Dr. Nagai a Eggman.
Lleno de rabia, salió por un pasaje secreto en la sala al encuentro de su rival.
continuará...
Como visto en tercera persona, Sonic notaba sus palabras saliendo de su boca, su corazón latiendo con normalidad, como si nada hubiese pasado, explicándole a Tails lo ocurrido, luego se sentó, Shadow se puso a su lado, examinó su brazo herido, Speed había logrado sacárselo de sitio de tanta presión, Knuckles y Tails empezaron a discutir sobre la situación, Sonic les ignoró y miró a Shadow sin decir nada, simplemente se agarró al lateral del asiento.
-Esto te va a doler...- Dijo Shadow agarrando el brazo de Sonic.
-¿No me digas? ¿va a dolerme más todavía?- Bromeó Sonic con una falsa sonrisa.
El erizo azul se quedó quieto, dejando que Shadow estirase de su brazo y se lo colocase en su sitio, el grito de Sonic hizo que Tails y Knuckles callasen un momento, luego siguieron discutiendo, Shadow miró de reojo a Sonic antes de irse, y aunque Tails le preguntó algo él no respondió, tan sólo salió por la puerta. Sonic se encogió un poco, apoyó sus codos sobre sus propias rodillas, bajando la cabeza, intentaba pensar, pero su mente estaba completamente en blanco, oía las palabras de Tails y Knuckles, pero no las entendía.
-¡No podemos entrar así como así y destrozarlo todo!- Empezó a desesperarse Tails.
-¿Por? Tengo los mapas, todas las localizaciones, sólo hemos de ir, destruir sus defensas, cargarnos al erizo rojo ese y a casa.
-No es tan fácil como eso... te olvidas que tienen una rehén.
-Sí, bueno... también la considero amiga mía, pero ahora más que nada es un obstáculo, si no nos enfrentamos ahora la van a seguir usando contra nosotros.
Sonic volvió a oír en su mente la voz de Amy llamándole, llamándole "Sonikku", las imágenes pasaron veloces por él, sus recuerdos más preciados desde hacía poco más de 3 años, todos aquellos secuestros, todos los gritos, su nombre, al rescatarla, su abrazo, al dejarla ir, de nuevo su nombre, y cayó en la cuenta, desde que había sabido la verdad, ella le había empezado a llamar "Cristian" pero ahora era distinto, había dicho "Sonikku", no llamaba a su hermano protector, llamaba a su héroe, a aquel al que amaba de verdad, parpadeó un par de veces, cerró los ojos, como la noche de la víspera de navidad, fue como revivir aquel momento, pero los volvió a abrir y allí estaba, sentado aún, con las voces de Tails y Knuckles perturbando sus recuerdos.
-Debí haberla besado entonces...- Murmuró bajito.
Se puso en pie de un salto, sus amigos se giraron hacia él, esperando que dijese algo, un plan quizás, una alternativa, que impusiese paz, pero nada, ni les miró, se dirigió a la puerta, pero antes de tocar el picaporte, Knuckles le cogió de la muñeca.
-¿Dónde crees que vas?
-A salvar a Amy.- Dijo secamente Sonic, muy decidido.
-¿Qué?- Knuckles le hizo girar para que le mirase. -¿No sirvió de nada lo que dije antes?
Sonic intentó no mirarle, sólo un poco de reojo, respiró hondo, se apoyó con la espalda en la puerta.
-Ya lo sabéis todos, es mi hermana, pero... no me importa lo que penséis, a pesar de nuestros lazos de sangre, la quiero.- Sonic hizo una pausa, sonrió levemente, elevando su cabeza, como mirando al techo. -Puede que suene absurdo, pero así ha ocurrido y es algo que ni puedo ni quiero cambiar...
Knuckles pareció confuso al principio, aunque no pudo decirle nada, Sonic ya había abierto la puerta y había salido corriendo a por ella, Tails rápidamente se dirigió al garaje a por su cyclone, Knuckles salió por la puerta donde había salido Sonic, pero no pudo avanzar mucho, tras él estaba Shadow, se había quedado apoyado en la pared de fuera del taller de Tails, esperando al equidna.
-¿Y tú que quieres ahora?- Gritó el equidna notando la mirada de Shadow clavada en él.
-El mapa.
-No sé de qué me hablas.
-El que robaste cuando Rouge y yo...
-No me importa lo que estuvieseis haciendo.- Le cortó Knuckles cruzándose de brazos.
-Así que después de todo la estabas espiando, me lo imaginaba, era imposible que llegases allí tú solo, la bola que le colaste a los demás de que "estabas siguiendo a Sonic" era demasiado falsa.
-Yo no estaba espiando, además, ¿por qué debería espiarla? ¿qué me importa? Ya he roto con ella, ¡yo he roto!
-La verdad es que a mí realmente me importa poco, tú ni me vas ni me vienes, pero Rouge es amiga mía, no es mi problema si te pones celoso, aunque sí lo es si te portas como un niñato y le haces daño...
-¿Niñato? Cállate erizo negro de mierd...
Shadow hizo un movimiento muy rápido que pilló a Knuckles desprevenido, haciéndole perder el equilibrio, mientras se levantaba escuchaba el sermón de Shadow.
-¿Te atreves a dar consejos a los demás cuando tú mismo eres un desastre en tu propia vida amorosa?- Obviamente había escuchado la conversación tras la puerta.
-Déjame en paz, no te metas donde no te llaman, tengo mis motivos para hacer lo que hice... tú no estabas allí, no la has visto "en acción"
-Sí que la he visto en otra ocasión, y yo era la víctima, pero ¿sabes qué? Es más fácil criticar los errores ajenos. Si en vez de dejarla la ayudases, ¿no crees que será mejor? Seguro que incluso Sonic se lo ha tomado mejor que tú...
Knuckles se quedó pensando un poco, realmente Sonic se sorprendió cuando le dijo que había roto con Rouge.
-No voy a cambiarla, sé que no puedo, pero tampoco puedo aceptar "eso" de ella... el amor no basta para eso...
Shadow le dio otro empujón.
-¿El amor no basta? ¿entonces qué hace falta?
-No lo sé... debe haber más cosas a parte de eso, no puedo sobreponerlo a...
-¿A qué? ¿me lo dices a mí que intenté destruir el mundo? Hay cosas por las que luchar, hay muchas, es verdad, pero por una mala experiencia no puedes tirarlo todo por la borda, creeme, tienes a alguien muy especial...
Shadow calló de golpe un momento, luego añadió antes de irse.
-Ten cuidado, porque si no la cuidas puedes perderla para siempre...
Knuckles no entendió bien, pero eso le hizo pensar mucho en aquellos sentimientos que aún tenía por ella, quizás no se había planteado nunca perderla definitivamente.
Amy abrió los ojos, ya no sabía si soñaba o aquello era real, hacía demasiado que había dejado de distinguirlo, cada día se había convertido en una nueva contradicción, lo que ayer le había parecido bien, hoy ya le parecía una decisión cuestionable, pero lo más importante ahora, sabía que Speed la había llevado hasta allí, era una especie de sala blanca, un lugar en la nada, se sentó sobre la camilla de sábanas blancas también, era el mismo lugar de su sueño, llevaba puesto un camisón blanco, se puso colorada por pensar que alguien se había atrevido a quitarle la ropa para dejarla sólo con aquello, entristeció al fijarse en que le habían arrebatado también el camafeo, su foto de Sonic, lo único que podía consolarla en esos momentos. Se convenció de que tenía que ser fuerte, tenía que salir adelante, no debía llorar, así que se armó de valor, bajó de la camilla y buscó por toda la estancia algo con lo que defenderse, era una sala verdaderamente sosa para su gusto, aunque aquella escoba oculta en lo más profundo del armario le pareció suficiente para dar un buen susto a sus enemigos. Oculta tras la puerta al oír pasos, esperó a que la puerta se abriese, pasó Speed al interior de la sala y ella le dio un fuerte golpe en la cabeza con la escoba, sin ver si quiera si le había hecho daño, Amy salió corriendo, alcanzada al momento por Speed, que le arrebató la escoba, lanzándola lejos, le cogió las manos, apresándola contra la pared, cuando dejó de revolverse, Amy subió la mirada, empezó a temblar de miedo ante aquellos ojos clavados en ella, sin saber si la miraba realmente o no.
-Tenías ganas de hacer esto desde hacía tiempo, ¿verdad?- Dijo al fin Speed, resbalando un hilillo de sangre por su cabeza.
-Yo sólo quiero irme a casa con Sonikku...- Amy se encogió de hombros, tampoco quería hacerle daño a pesar de todo.
-¿Sonikku? ¿quieres decir Cristian?- Speed sonrió con cierta malicia.
-¡No! ¡Sonikku es mi héroe, vendrá a salvarme!- De nuevo negación.
-Me dais asco, siempre juntos... me dejasteis aquí para poder huir... vosotros me convertisteis en Speed...- El erizo apretó las manos en los brazos de Amy, como si quisiese hundirla en la pared.
-¡Para, me haces daño!- Gritó en vano Amy.
-Tú no sabes lo que es el daño de verdad.- Apoyó su barbilla en el hombro de ella.
Amy notó que le soltaba los brazos, pasando una mano por su vientre y sujetándola después de la cintura, eso le hizo recordar por qué había perdido el conocimiento por el camino, había estado gritando un rato hasta que sintió un fuerte golpe en el estómago, intentó apartarle, puso sus manos en los hombros de él, que cada vez apretaba más sus manos en su cintura, si hubiese sido aquello su cuello, ya la habría ahogado, sólo el sonido del trasmisor de Speed pudo detener aquello, el Dr. Nagai le metía prisa en traerla, se separó de ella, la agarró de un brazo y comenzó a tirar. Amy sollozaba, intentando contener sus lágrimas, estaba aterrada, de nuevo pensando para sí misma que no debía llorar, que no le iba a servir de nada, se convencía de que pronto aparecería Sonic, su caballero de brillante armadura, él la rescataría, eso la tranquilizó, incluso cuando reconoció el rostro del Dr. Nagai su temor no aumentó. Speed la puso ante el doctor, que la miraba por todos lados sin dejar de decir "fascinante" ella lo relacionó a aquellos experimentos que habían realizado sobre su familia años atrás, se armó de valor hasta gritarle:
-¡¿Qué nos has hecho?!
-¿"Nos"?- El doctor rió. -Estaba esperando deseoso la llegada de este día, por fin podré acabar lo que inicié hace tanto tiempo ya... entonces tu cuerpo rechazó el experimento... pero ahora que tengo ambas perlas podré neutralizar tu conexión con las Time Stones.
Aquella explicación sorprendió a Amy, entonces ella sí se había salvado en aquel entonces, fuese por lo que fuese, ella seguía siendo la misma, pero como decía el doctor, ahora podía usarla también, como hizo con Sonic y con Speed, cambiar el ADN para adaptarlo al poder de las perlas. Speed le sacó el camisón y le dio un empujón al interior de una especie de cápsula, Amy se tapó ruborizada, aunque ni la miraron, era obvio que su cuerpo no llamaba la atención lo más mínimo en aquellos seres. La cápsula se cerró y el terror empezó a desesperar a Amy cuando un tipo de líquido comenzó a llenarla, se echó atrás, luego hacia el cristal, quiso llamar la atención de Speed.
-¡Elliot! Si conservas tus recuerdos, si sabes lo que es esto, ¡ayúdame!
-¿Elliot?- Se giró el erizo. -Elliot murió el día que entró en este laboratorio...
Una vez más aquellas palabras, las mismas de Sonic, le habría gustado de verdad saber lo que significaban, ¿acaso el cambiarles genéticamente para modificarles aceptando aquellos poderes lo consideraban "morir"? Apoyó las manos en el cristal.
-Sonikku...- Susurró cerrando los ojos.
Aguantó la respiración cuando el espacio se llenó por completo, pero al no poder más dejó ir el aire que tenía, comprobando en un momento que aquel líquido la dejaba respirar de todas formas, algo extraño que no comprendió y que seguro Tails habría estado encantado de explicarle, y así, pensando en las explicaciones de nivel superior de Tails, recordó también las clases de defensa personal de Knuckles, los consejos de belleza de Rouge sobre el maquillaje, las charlas con Shadow sobre la humanidad, incluso se le pasó por la mente el abrazo de Metal Sonic. Un gran estruendo interrumpió el tecleo del teclado del Dr. Nagai, la alarma sonó llegando hasta la chica rosa, más que asustándola, fue como un canto de sirena, que la relajaba, casi durmiéndola.
-Mis amigos...- Amy sonrió.
Speed la miró un momento, aquella sonrisa, sus ojos cerrados tiernamente, se le pasó por la mente que quizás estuviese pensando en Sonic, y de nuevo le dio repulsión todo aquello.
-Doc,- El erizo rojo apuntó en la pantalla. -parece que viene de aquí, voy a comprobarlo y a acabar el trabajo que empecé.
-Sí... de todas formas con ese erizo ya no podemos hacer nada... la chica me es más valiosa.
Pero nada más salir Speed de la sala, una nueva alarma sonó.
-¡¿Qué demonios...?!- El humano tocó algunos botones. -¡Alguien intenta llegar hasta las perlas! ¡eso sí que no!
-¡Jajaja!- Sonó una risa conocida en la nueva ventana abierta en el ordenador. -¡Vengo a por lo que es mío!
-¡Ahhh! ¡ni se te ocurra! Eres un científico loco y ladrón, ¡gordo de colesterol!- Insultó el Dr. Nagai a Eggman.
Lleno de rabia, salió por un pasaje secreto en la sala al encuentro de su rival.
continuará...
