Epílogo
Como si nada hubiese pasado, el mundo siguió igual, era 31 por la noche y todos los que desconocían los hechos festejaban dichosos, más jóvenes por la calle, más bocinas de coche sonaban, todos preparando el gran momento, incluso Tails corría de un lado a otro mirando que no fallase nada, preparando su gran sorpresa, que nadie se atrevió a preguntar qué era, por el momento se conformaron en coger cada uno su cucurucho con uvas.
-Lástima que ahora seamos pocos...- Dijo Amy.
Había muchos amigos en la fiesta, pero las grandes ausencias se hacían notar, pues en la Isla Flotante, Rouge y Knuckles, sentados sobre la Master Emerald, entrelazaban sus brazos bebiendo cava; en el Eggman HQ sentados a una mesa discutían Eggman y Nagai, al parecer no se odiaban tanto como para matarse el uno al otro, pero sí lo suficiente como para pasarse la velada discutiendo; un poco más apartado estaba Shadow, comiendo tranquilamente los típicos tallarines en bote preparados; desde su nuevo hogar, con su nueva identidad, Vlad miraba la televisión con todo preparado ya, se limpió las gafas ansioso de que el presentador terminase de explicar que las uvas no se comen en los cuartos, algo que cada año alguien pasaba por alto y en cuanto sonaban empezaba a engullir uvas entre los gritos de la compañía; aquel tal Spike Mellow llegó a su casa ese mismo día, su mujer le había recibido emocionada, pero a la vez enfadada.
-¿Dónde habías estado? Te fuiste sin decirme nada...- Preguntó la mujer de ojos azules.
-Tenía que arreglar algunas cosas de mi pasado, pero no te preocupes, no volveré a irme.
Spike sonrió, puso su mano en el vientre embarazado de su mujer, notó dento aquel ser vivo y sonrió.
-¿Cómo ha estado mi pequeñín?- Tonteó Spike.
-Jaja, estate quieto.- Rió su mujer. -El niño está bien, no se ha movido de ahí.
-Ya tengo un nombre para él... Elliot.- Dijo Spike susurrando el nombre de su hermano.
-¿Elliot? No conozco a ninguno... servirá.- Su mujer sonrió dulcemente.
Spike Mellow también sonrió, se abrazó a ella y se besaron.
-¡Prepararooos!- Gritó Tails a pleno pulmón.
Todos en aquella fiesta se juntaron, murmurando por lo bajo algunos, siguiendo por la gran pantalla los cuartos, hasta llegar a las campanadas, comiendo una uva por campanada, algunos más rápido que otros, hasta llegar a la doceava campanada, allí todos aplaudieron y gritaron jubilosos, besuquearon todas las mejillas y estrecharon todas las manos, Amy buscó ansiosa a Sonic, que estaba riendo con un comentario de un compañero, hasta que se fijó en ella, sonrió dulcemente al verla cruzarse con todos para ir hasta él.
-Feliz año nuevo, Emi...- Dijo tiernamente el erizo azul.
Ella se detuvo ante él, con el corazón acelerado.
-Feliz año nuevo... Sonikku...- Le dedicó la mejor de sus sonrisas.
Le besó en la mejilla, él hizo lo mismo, tomando su cara con las manos, recordando aquello que venía en los archivos que le pasó Rouge, informes que indicaban que genéticamente Sonic y Amy no eran hermanos, a Sonic sólo le había quedado la apariencia física exterior de su antiguo yo, parecido a Cristian como dos gotas de agua, pero de todas formas habían dejado de tener los mismos genes, cosa que les alegró mucho, y no era que lo hubiesen hablado mucho, Sonic no le había contado nada sobre sus sentimientos, no era del tipo de chico sentimental que lo explicaba todo poéticamente, más bien dejaba que sus gestos hablasen por él, sus miradas cruzadas, sus sonrisas, el que hubiesen llegado a la fiesta cogidos de la mano había dicho mucho, con ese gesto en mente se sintió bien, y eso fue lo que hizo que no se separase mucho de ella al darle el beso en la mejilla, como atraído por un fuerte imán, se volvió a acercar a ella, cerrando ambos los ojos mientras ladeaban sus cabezas, en ese momento un estruendo les separó, Sonic miró a todos lados asustado, luego se echó a reír viendo a todo el mundo mirando hacia arriba y aplaudiendo.
-¡Así que esa era la sorpresa!- Gritó intentando cesar su risa.
Cogió a Amy de la mano y velozmente subieron al tejado, solos, mirando al cielo, la rodeó con el brazo, en el cielo se veían fuegos artificiales de muchos colores, haciendo estrellas brillantes, simulando palmeras, bolas giratorias, y en letras ponían "Feliz año nuevo, familia" un mensaje que era válido para todos los que miraban, teniendo todos algún que otro familiar de sangre o no en el que pensar.
-¿Se puede saber qué haces?- Preguntó Eggman.
-¿No lo ves? Como tallarines...- Respondió Shadow acabando el bote.
-No sé en qué pensaba Gerald cuando creó "eso"...- Dijo Nagai a sus espaldas señalando a Shadow con el dedo.
-Vuélveme a llamar "eso" y te quedarás sin dedos con los que señalar...- Su mirada roja despedía un brillo despectivo.
-¡Anda!- Se oyó.
-¿Qué pasa, Metal?- Dijo Shadow acercándose al robot reconstruido.
-Mira allí...
Leyeron el mensaje en el cielo.
-Familia...- Murmuró Shadow, luego por lo bajo. -Feliz año nuevo, Maria.
Metal Sonic se le quedó mirando un rato, él que estaba con los codos apoyados en el marco, se fijó en cómo Shadow no dejaba su pose altiva, solemne, rió en su interior recordando a Sonic quejarse de que últimamente el robot se parecía más a Shadow, pero él mismo pensó en su interior "estoy en la misma onda que Sonic..." por el fondo oyeron discutir de nuevo a Eggman y Nagai.
-Oh, cállate ya, viejo.- Le discutió Eggman.
-¿Viejo?- Se enfadó Nagai.
-Es verdad, viejo no, ¡Decrépito! Cuando nació mi abuelo ya eras viejo.
-¡Eres un exagerado! Es verdad que yo estuve durante el proyecto Shadow, pero entonces era joven... lo que pasa que hago mucho Tai-chi, no como tú, que estás viejo, estropeado, gordo...
Y así estuvieron un rato más...
-Mira, eso es obra de Tails, seguro.- Dijo el equidna. -¿Me oyes? ¿se puede saber qué haces ahora?
-Le saco brillo a la esmeralda maestra...- Dijo Rouge sonriendo.
-Oh, vamos, deja eso un poco...- La convenció Knuckles con su sonrisa.
Ella dejó su tarea y se volvió a sentar a su lado, ahora en la escalera, mirando los reflejos de colores en el cielo, apoyó su cabeza en el hombro de él, que la rodeó con el brazo acariciándole la espalda hasta llegar a su cintura.
-¿No quieres ponerte más cómoda?- Insinuó el equidna.
-Vaya, vaya, el guardián va a dejar su trabajo por un momento...- Se burló Rouge sentándose sobre Knuckles.
-Si tú puedes dejar de sacarle brillo a las joyas un momento, pues yo puedo tomarme un descanso...
Tras aquello e intercambiar varias miradas pícaras y sonrisas maliciosas, se besaron apasionadamente, Rouge volvió a rodearle con sus negras alas, dejando de banda sonora el sonido de los fuegos artificiales en el cielo mientras se procesaban su amor.
Vlad también miraba por la ventana, pero no a los fuegos artificiales, veía a los vecinos en la terraza con sus tres hijos, dos niños y una niña pequeña, los tres jugando, felices, sonrió, por un momento les recordó a Elliot, Cristian y Amy cuando aún eran inocentes, sin poder corromper, y suspiró por la nostalgia que le traían los recuerdos de los tres pequeños erizos jugando en el laboratorio antes de los experimentos.
-Quizás sea hora de rehacer mi vida, dejar de pensar en el pasado y formar mi propia familia.- Pensó el científico en voz alta.
Entre un fuego artificial y otro se besaban Spike y su mujer, se separó de ella para tocar el vientre de su mujer de nuevo, le encantaba aquella sensación, a pesar de lo que pasó de niño, el que el padre de la que ahora era su mujer le recogiese y le enseñase todo lo que ahora sabía le había ayudado mucho, sin odios ni venganzas, de verdad que habría querido que su hermano Elliot hubiese reaccionado antes, pero ya había pasado todo y deseó paz para el espíritu de su hermano.
Amy apoyó tímidamente la cabeza sobre el hombro de Sonic, que aún la rodeaba con el brazo, él la miró.
-Estás muy guapa...- Dijo Sonic.
Ella se ruborizó, llevaba unos pantalones de salir finos y azules, una blusa de cuello sin mangas amarillita, una pulsera de perlas, unos pendientes de adornos dorados, los labios pintados, ligero maquillaje en la cara, y su querido colgante con la foto de Sonic dentro, Tails se lo devolvió, lo había recogido de al lado del cuerpo de Speed.
-Gracias...- Medio susurró Amy.
Sonic la abrazó, haciendo que se ruborizase más, ella murmuró "mi ensueño de navidad..." él ocultó su risa, haciendo como si no la hubiese oído, se separó ligeramente de ella, esta vez ya sin que nadie pudiese interrumpirles, improvisado como si lo hubiesen planeado, se besaron, rozaron sus labios suavemente, de una forma muy natural, algo que ambos deseaban desde hacía ya tiempo, y con el eco de los fuegos artificiales y el jolgorio de fondo, continuaron hasta la madrugada.
FIN
Como si nada hubiese pasado, el mundo siguió igual, era 31 por la noche y todos los que desconocían los hechos festejaban dichosos, más jóvenes por la calle, más bocinas de coche sonaban, todos preparando el gran momento, incluso Tails corría de un lado a otro mirando que no fallase nada, preparando su gran sorpresa, que nadie se atrevió a preguntar qué era, por el momento se conformaron en coger cada uno su cucurucho con uvas.
-Lástima que ahora seamos pocos...- Dijo Amy.
Había muchos amigos en la fiesta, pero las grandes ausencias se hacían notar, pues en la Isla Flotante, Rouge y Knuckles, sentados sobre la Master Emerald, entrelazaban sus brazos bebiendo cava; en el Eggman HQ sentados a una mesa discutían Eggman y Nagai, al parecer no se odiaban tanto como para matarse el uno al otro, pero sí lo suficiente como para pasarse la velada discutiendo; un poco más apartado estaba Shadow, comiendo tranquilamente los típicos tallarines en bote preparados; desde su nuevo hogar, con su nueva identidad, Vlad miraba la televisión con todo preparado ya, se limpió las gafas ansioso de que el presentador terminase de explicar que las uvas no se comen en los cuartos, algo que cada año alguien pasaba por alto y en cuanto sonaban empezaba a engullir uvas entre los gritos de la compañía; aquel tal Spike Mellow llegó a su casa ese mismo día, su mujer le había recibido emocionada, pero a la vez enfadada.
-¿Dónde habías estado? Te fuiste sin decirme nada...- Preguntó la mujer de ojos azules.
-Tenía que arreglar algunas cosas de mi pasado, pero no te preocupes, no volveré a irme.
Spike sonrió, puso su mano en el vientre embarazado de su mujer, notó dento aquel ser vivo y sonrió.
-¿Cómo ha estado mi pequeñín?- Tonteó Spike.
-Jaja, estate quieto.- Rió su mujer. -El niño está bien, no se ha movido de ahí.
-Ya tengo un nombre para él... Elliot.- Dijo Spike susurrando el nombre de su hermano.
-¿Elliot? No conozco a ninguno... servirá.- Su mujer sonrió dulcemente.
Spike Mellow también sonrió, se abrazó a ella y se besaron.
-¡Prepararooos!- Gritó Tails a pleno pulmón.
Todos en aquella fiesta se juntaron, murmurando por lo bajo algunos, siguiendo por la gran pantalla los cuartos, hasta llegar a las campanadas, comiendo una uva por campanada, algunos más rápido que otros, hasta llegar a la doceava campanada, allí todos aplaudieron y gritaron jubilosos, besuquearon todas las mejillas y estrecharon todas las manos, Amy buscó ansiosa a Sonic, que estaba riendo con un comentario de un compañero, hasta que se fijó en ella, sonrió dulcemente al verla cruzarse con todos para ir hasta él.
-Feliz año nuevo, Emi...- Dijo tiernamente el erizo azul.
Ella se detuvo ante él, con el corazón acelerado.
-Feliz año nuevo... Sonikku...- Le dedicó la mejor de sus sonrisas.
Le besó en la mejilla, él hizo lo mismo, tomando su cara con las manos, recordando aquello que venía en los archivos que le pasó Rouge, informes que indicaban que genéticamente Sonic y Amy no eran hermanos, a Sonic sólo le había quedado la apariencia física exterior de su antiguo yo, parecido a Cristian como dos gotas de agua, pero de todas formas habían dejado de tener los mismos genes, cosa que les alegró mucho, y no era que lo hubiesen hablado mucho, Sonic no le había contado nada sobre sus sentimientos, no era del tipo de chico sentimental que lo explicaba todo poéticamente, más bien dejaba que sus gestos hablasen por él, sus miradas cruzadas, sus sonrisas, el que hubiesen llegado a la fiesta cogidos de la mano había dicho mucho, con ese gesto en mente se sintió bien, y eso fue lo que hizo que no se separase mucho de ella al darle el beso en la mejilla, como atraído por un fuerte imán, se volvió a acercar a ella, cerrando ambos los ojos mientras ladeaban sus cabezas, en ese momento un estruendo les separó, Sonic miró a todos lados asustado, luego se echó a reír viendo a todo el mundo mirando hacia arriba y aplaudiendo.
-¡Así que esa era la sorpresa!- Gritó intentando cesar su risa.
Cogió a Amy de la mano y velozmente subieron al tejado, solos, mirando al cielo, la rodeó con el brazo, en el cielo se veían fuegos artificiales de muchos colores, haciendo estrellas brillantes, simulando palmeras, bolas giratorias, y en letras ponían "Feliz año nuevo, familia" un mensaje que era válido para todos los que miraban, teniendo todos algún que otro familiar de sangre o no en el que pensar.
-¿Se puede saber qué haces?- Preguntó Eggman.
-¿No lo ves? Como tallarines...- Respondió Shadow acabando el bote.
-No sé en qué pensaba Gerald cuando creó "eso"...- Dijo Nagai a sus espaldas señalando a Shadow con el dedo.
-Vuélveme a llamar "eso" y te quedarás sin dedos con los que señalar...- Su mirada roja despedía un brillo despectivo.
-¡Anda!- Se oyó.
-¿Qué pasa, Metal?- Dijo Shadow acercándose al robot reconstruido.
-Mira allí...
Leyeron el mensaje en el cielo.
-Familia...- Murmuró Shadow, luego por lo bajo. -Feliz año nuevo, Maria.
Metal Sonic se le quedó mirando un rato, él que estaba con los codos apoyados en el marco, se fijó en cómo Shadow no dejaba su pose altiva, solemne, rió en su interior recordando a Sonic quejarse de que últimamente el robot se parecía más a Shadow, pero él mismo pensó en su interior "estoy en la misma onda que Sonic..." por el fondo oyeron discutir de nuevo a Eggman y Nagai.
-Oh, cállate ya, viejo.- Le discutió Eggman.
-¿Viejo?- Se enfadó Nagai.
-Es verdad, viejo no, ¡Decrépito! Cuando nació mi abuelo ya eras viejo.
-¡Eres un exagerado! Es verdad que yo estuve durante el proyecto Shadow, pero entonces era joven... lo que pasa que hago mucho Tai-chi, no como tú, que estás viejo, estropeado, gordo...
Y así estuvieron un rato más...
-Mira, eso es obra de Tails, seguro.- Dijo el equidna. -¿Me oyes? ¿se puede saber qué haces ahora?
-Le saco brillo a la esmeralda maestra...- Dijo Rouge sonriendo.
-Oh, vamos, deja eso un poco...- La convenció Knuckles con su sonrisa.
Ella dejó su tarea y se volvió a sentar a su lado, ahora en la escalera, mirando los reflejos de colores en el cielo, apoyó su cabeza en el hombro de él, que la rodeó con el brazo acariciándole la espalda hasta llegar a su cintura.
-¿No quieres ponerte más cómoda?- Insinuó el equidna.
-Vaya, vaya, el guardián va a dejar su trabajo por un momento...- Se burló Rouge sentándose sobre Knuckles.
-Si tú puedes dejar de sacarle brillo a las joyas un momento, pues yo puedo tomarme un descanso...
Tras aquello e intercambiar varias miradas pícaras y sonrisas maliciosas, se besaron apasionadamente, Rouge volvió a rodearle con sus negras alas, dejando de banda sonora el sonido de los fuegos artificiales en el cielo mientras se procesaban su amor.
Vlad también miraba por la ventana, pero no a los fuegos artificiales, veía a los vecinos en la terraza con sus tres hijos, dos niños y una niña pequeña, los tres jugando, felices, sonrió, por un momento les recordó a Elliot, Cristian y Amy cuando aún eran inocentes, sin poder corromper, y suspiró por la nostalgia que le traían los recuerdos de los tres pequeños erizos jugando en el laboratorio antes de los experimentos.
-Quizás sea hora de rehacer mi vida, dejar de pensar en el pasado y formar mi propia familia.- Pensó el científico en voz alta.
Entre un fuego artificial y otro se besaban Spike y su mujer, se separó de ella para tocar el vientre de su mujer de nuevo, le encantaba aquella sensación, a pesar de lo que pasó de niño, el que el padre de la que ahora era su mujer le recogiese y le enseñase todo lo que ahora sabía le había ayudado mucho, sin odios ni venganzas, de verdad que habría querido que su hermano Elliot hubiese reaccionado antes, pero ya había pasado todo y deseó paz para el espíritu de su hermano.
Amy apoyó tímidamente la cabeza sobre el hombro de Sonic, que aún la rodeaba con el brazo, él la miró.
-Estás muy guapa...- Dijo Sonic.
Ella se ruborizó, llevaba unos pantalones de salir finos y azules, una blusa de cuello sin mangas amarillita, una pulsera de perlas, unos pendientes de adornos dorados, los labios pintados, ligero maquillaje en la cara, y su querido colgante con la foto de Sonic dentro, Tails se lo devolvió, lo había recogido de al lado del cuerpo de Speed.
-Gracias...- Medio susurró Amy.
Sonic la abrazó, haciendo que se ruborizase más, ella murmuró "mi ensueño de navidad..." él ocultó su risa, haciendo como si no la hubiese oído, se separó ligeramente de ella, esta vez ya sin que nadie pudiese interrumpirles, improvisado como si lo hubiesen planeado, se besaron, rozaron sus labios suavemente, de una forma muy natural, algo que ambos deseaban desde hacía ya tiempo, y con el eco de los fuegos artificiales y el jolgorio de fondo, continuaron hasta la madrugada.
FIN
