He aquí el siguiente capítulo, espero que lo disfruten. Decidí cambiarle el título al fic por que pues como verán, la trama cambió un poco de rumbos, es decir, en un principio quería que fuera un R/ I  solamente, pero ahora hay algo mas en Ismene..... Espero que lo disfruten!!!

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Capítulo IV "La profecía"

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La oscuridad de la mazmorra provocaba que ambos chico tuvieran escalofríos de miedo, ya que las sombras provocadas por los objetos que estaban ahí hacían que pareciera como su hubiera alguien mas en la habitación, pero Remus sabía que no era así, Remus sabía que ellos dos eran las únicas personas en ese momento. La miró directamente a los ojos, sus ojos violeta que lo habían cautivado desde el primer momento que la vio, que lo hipnotizaban y le daban una belleza espectacular, que la chica no creía. Desde el principio se hicieron amigos, aún cuando ella había tocado en Slytherin, después de todo, ¿quién no podría ser amigo de la hermana menor de Sirius?. Estaban de castigo. James, Sirius y él habían provocado que el caldero de Rokewood se derritiera, y el profesor lo había culpado a él, pero ella se había culpado también. Habían estado limpiando toda la mazmorra 5, hasta que terminaron y se sentaron frente a frente en el suelo, para descansar un poco.

-¿Por qué lo hiciste?- preguntó Remus, en la quietud de la noche, con un susurro. Ella lo miró con sus ojos violeta, para después agachar la cabeza, y fijar la mirada en el suelo.

-Quería estar contigo- murmuró ella, con la mirada aún en el suelo. A Remus esta declaración le atravesó el corazón. Sonrió para si mismo.

-¿De verdad?- preguntó el, levantándole el rostro delicadamente con la mano, mientras hacía que ella lo mirara a los ojos.

-De verdad- contestó ella. Remus volvió a sonreír.

-Ismene... ¿Me quieres?- preguntó el. Ismene abrió mas sus ojos.

-Claro que te quiero, te quiero mas que a nadie en el mundo- contestó ella.

-¿Querrías ser mi novia?- preguntó Remus, mientras le colocaba una pulsera de rosas en la mano derecha.

-Claro que sí- contestó Ismene, abrazándolo repentinamente, y provocando que ambos casi cayeran. Ambos chicos rieron por el incidente, y se levantaron, para quedar sus sombras recortadas en la ventana, mientras que se miraban fijamente. Se estaban acercando, podían sentir al otro con facilidad, mientras que sus labios se unían en un tierno beso. Se quedaron así un buen rato, hasta que Remus despertó repentinamente a la realidad.

-Nos pueden descubrir aquí-

-¿Y que? Mas detención para los dos- contestó Ismene, volviendo a besar a Remus en los labios.

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-Remus, tienes un aspecto deplorable- dijo Sirius por la mañana, mientras Remus se levantaba con unas ojeras horribles.  –Y la luna llena es dentro de poco, creo que no deberías permitir que tus sentimientos te afecten-. Remus se limitó a no responder.

-Vamos, se que te afecta, y mientras no quieras sacarlo, no podré ayudarte- dijo Sirius, sentándose a su lado en la cama, mientras pasaba un brazo alrededor de él.

-Sirius, realmente no creo que .....- empezó a decir Remus, pero Sirius lo interrumpió.

-Mira, podrás entretenerte dando clases todo este tiempo, y cuando sea luna llena podrás encogerte aquí en tu despacho, mientras yo te hago compañía como en los viejos tiempo- dijo Sirius. Remus lo miró agradecido, pero no dijo nada, y salió de la habitación.

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Harry, Ron y Hermione caminaban por los largos pasillos de Hogwarts, tratando de llegar a su primera clase del día : Pociones doble. No sabían que podían esperar de la nueva maestra, ya que era su primera clase en la semana, pero por lo visto, tenía pinta agradable, aunque para recelo de Harry, era Jefa de la Casa de Slytherin. Entraron al salón y ocuparon lo últimos bancos, mirando a la maestra que se encontraba leyendo un libro de pociones. No les prestó atención. Harry, Ron y Hermione se miraron y se encogieron de hombros.

Los otros chicos empezaron a llegar a la clase. Malfoy entró pavoneándose como siempre, junto con Crabbe y Goyle, los cuales entraron tras él, con aspecto de ser verdaderos guardaespaldas, excepto por el hecho de ser tontos.

-Buenos días profesora- dijo Malfoy arrastrando las palabras, en un tono de niño bien portado. La profesora levantó su mirada del libro.

-Buenos días Draco- contestó con una sonrisa, y volvió a su lectura. Draco sonrió de forma condesciende hacia en donde estaban Harry, Ron y Hermione, los cuales se cuidaron de ignorarlo totalmente.

-Espero que esta profesora no sea como el tonto de Snape- dijo Ron de malos modos. Hermione lo miró ceñuda, pero no dijo nada, para alivio de Harry. En ese momento empezó la clase, la maestra dejó su lectura y se levantó.

-Bien chicos, me llamo Ismene Gregovich, seré su maestra de Pociones por mientras el profesor Snape no esté dispuesto, pidió al profesor Dumbledore faltar por un tiempo para hacer unas cosas que tenía pendientes. Este es su séptimo año en Hogwarts, por tanto, se verá lo último y lo más importante, no será muy difícil si les gusta la materia, pero si no les agrada entonces tendrán que irse con cuidado. Debo decir que no concedo puntos extras por zalamería y por portarse bien, aquí en mi clase los puntos se ganan trabajando, así que por lo pronto empezaremos haciendo una poción de antídoto a la poción de la muerte en sueño, la quiero terminada antes de la clase, y para los que no la hicieron bien, ni se preocupen en traerme su muestra, que tienen cero desde un principio, ¿qué están esperando?- dijo la profesora rápidamente. Los alumnos sacaron inmediatamente sus libros y empezaron a ver los ingredientes en él.

La maestra se paseaba entre los calderos, revisando que hasta la mínima porción de los ingredientes estuviera correcta.

-Señor Malfoy, está agregando menos polvo de escarabajo de la que se necesita, hágalo bien o le pongo el cero desde ya- dijo Ismene, mirando el caldero de Malfoy. Ron no pudo evitar una risita, que se apresuró a esconder tras un acceso de tos, pero no le sirvió de nada, ya que Ismene lo había escuchado.

-Señor Weasley, no es correcto reírse de los errores de sus compañeros, por muy tontos que sean, 5 puntos menos para Gryffindor- dijo Ismene, mirando fijamente  a Ron, que se encontraba totalmente rojo.

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-Muy bien, esas son las únicas defensas mágicas existentes en contra de un Hombre Lobo, pero créanme que hay otras formas no mágicas- dijo Lupin sonriendo a su clase, mientras guardaban sus libro en las mochilas, junto con sus varitas. –Harry, necesito que me hagas un favor-

-Claro- dijo Harry, levantándose de su asiento y caminando hacia el profesor Lupin, el cual le entregó un mapa lunar y una caja de cartón.

-Necesito que lleves esto a la profesora Trelawney, son objetos para su clase- contestó y Harry asintió, saliendo del aula.

Caminó por los largos corredores de Hogwarts, hasta llegar a la trampilla, la cual estaba abierta. Subió y se encontró con su antigua aula de transformaciones, la cual no había cambiado mucho, de hecho nada, y a Harry le trajo recuerdos de sus años antes del quinto curso. Caminó entre el denso humo de la sala, para llegar a una puerta decorada extrañamente con muchos signos raros. Tocó, y salió la maestra de adivinación, con su mirada de saber mas cosas que él.

-¡Ah! Potter, sabía que eras tu, por eso no pregunté quien era, así que vienes a preguntarme algo- dijo Sybill, sonriendo abiertamente.

-Er... No, en realidad vengo a traer unas cosas que le mandó el profesor Lupin para su clase- dijo Harry, depositando los objetos

-¡Oh! Si, muchas gracias- murmuró la profesora Trelawney, mirando algo decepcionada a Harry, pero este no se quedó a averiguar mas, se dio la media vuelta e hizo ademán para irse, pero en ese instante escuchó una voz ronca detrás del él y se dio la vuelta para encontrarse con una maestra en trance.

-Después de tantos años dormido, el poder del dragón púrpura aparecerá de nuevo, como hizo ataño, en espera de una víctima mas, estará destinado aquel a quien el corazón elija, la muerte o la vida le espera, según la decisión del dragón.- Era la maestra Trelawney, en un trance. Harry bajó corriendo las escaleras para dirigirse al despacho de Lupin, en donde los encontró a él y a cierto animago riéndose. 

-¿Entonces no había sido Snapy el de la broma?- preguntaba Sirius, mientras Remus reía a carcajada a abierta, pero ambos se detuvieron al ver el rostro de Harry.

-Harry, ¿pasa algo?- preguntó Remus.

-La maestra.... adivinación- decía Harry entre jadeos. –Una... profecía...-

-¿Qué? – preguntó Sirius, levantándose de golpe.

-¿Es eso posible? ¿Otra profecía?- preguntó Lupin, mirando a Harry fijamente.

-¿Recuerdas de que hablaba?- preguntó Sirius.

-No se de que hablaba, pero decía que un dragón púrpura volverá a despertar, y que decidirá quien muera y quien viva, o algo así- contestó Harry, encogiéndose de hombros, pero para su sorpresa Remus y Sirius se levantaron apresuradamente.

-Vamos con el profesor Dumbledore, no le digas a nadie de esto- y ambos salieron de la habitación.

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*¿Le subirán el sueldo a Sybill por tener una profecía mas?

*¿se estará ampliando el don de Sybill?

*¿Quién o que es ese dragón púrpura?

*¿Por qué Remus y Sirius se asustaron al escuchar de él?

*¿Por qué tanto misterio?

*¿Ismene será igual de cruel que Snape?

Bien, espero que lo hayan disfrutado, y muchas gracias por sus RR, y si quieren que le continúe por favor sigan dejando mas!!! De verdad que animan mucho!!!