"Perdonarme, en el anterior capítulo no os dije nada pero quiero deciros que os agradezco mucho vuestros reviews" Bueno ahora contesto y espero que no se me olvide otra vez." L Lo siento.
Noel: Como ves si que se han pasado, pero menos mal que todo ha salido más o menos bien.
Ana: Gracias me has dado ideas
Soycomosoy: Lo siento mucho, no pensé que mi hechizo funcionara vía email ¿te gustó el apagón? Jajaja, gracias.
Velia: Aquí tienes tu respuesta en la relación, espero que te guste y sobre todo la personalidad que le he puesto a Snape. Simplemente inesperado.
Kitiara: ¡Tachan! Y aquí tienes a la voz ¿era quien te imaginabas? Siiii, está muy cantao
Andie: Tan rojo y tan pálido a la vez
Sybill: Por cierto te interesaría un trabajito de representante o presentadora, la verdad es que lo has hecho muy bien con mi historia, jajaja. Gracias. J
-¡No te muevas!-dijo una voz
-¿Qué? ¿Quién es?- Lisa solo podía distinguir una figura borrosa.
-Cállate y tómate esto.
-Pero qué..es..
La figura le levantó suavemente la cabeza para que pudiera tomárselo mejor, sintió como un líquido ardiente que le pasaba por la garganta, sabía a demonios pero la reconfortaba.
-Sigue tumbada. -le indicó la voz.- Voy a ver si puedo curarte esas heridas...uf! tiene mal aspecto... espero que esto...
Lisa sintió que la pierna le escocía horrores y era como si después se la estuvieran quemando a lo vivo. No pudo aguantar mucho el dolor y soltó un gemido.
-Tranquila, pronto pasara..., vuelve a tomar esto.
Lisa bebió de nuevo aquel brebaje y cuando miró para ver quién era la voz...
-¡Snape! ¡¿Pero qué!?-Lisa estaba entre sorprendida y asustada.
-Por un momento, cállate, sé que te costará pero, cállate. Isaac y Bregor vinieron a verme y me contaron todo lo sucedido. No podía dejarte...
-¿Pero por qué no me has descubierto? me hubieran expulsado y todo eso...
-Por lo que veo tu gran problema es que nunca escuchas, te he dicho miles de veces que todos los actos tienen consecuencias. –Se agarraba el brazo como recordando algo. -Pues bien, esta es la consecuencia de que yo no me tragara mi orgullo, no me mires así..., estaba resentido por lo del año pasado y creo, que nunca debí mostrar ese resentimiento delante de ningún alumno, por muy adulto que sea. Esto es lo que ha provocado que Isaac y Bregor cometieran esta estupidez para satisfacerme... pero casi...-Su voz se apagó.
-Creo que Dumbledore debería dedicarse a la videncia, vio esto mucho antes de que sucediera. -dijo Lisa con una sonrisa.
Los dos se miraron y sonrieron pero Lisa volvió a soltar otro gemido, la costilla la estaba matando.
-Espera, deja que te vea. –Snape le levantó la camisa suavemente y pudo ver un gran moratón en su lado izquierdo, tenía mal aspecto, chasqueó la lengua y se dispuso a mirar en un maletín donde había traído todas sus cosas. -Bien creo que por aquí tengo algo para esa costilla...-
Lisa le miraba como si hubiera descubierto a otra persona que ni mucho menos era el Snape que ella conocía, tenía cara de preocupación, estaba concentrado en la costilla de Lisa, sus facciones eran duras pero a la vez suaves, no sabía como describir al hombre que tenía en esos momentos delante. Después de aplicarle el gel suavemente por su costado se dispuso a buscar de nuevo en su maletín.
-¡Aquí está! Tómate esto, te aliviará y a la vez recompondrá la costilla rota. Tómatelo despacio, así es. –La cara de Lisa era de asco, aquello sabía peor que lo anterior. –Ya sé que no es nada agradable pero debes tomártelo y ahora esto otro, ayudará a que tu cuerpo produzca toda la sangre que has perdido, es más lento que una transfusión pero igual de efectivo. –Snape le acercaba otro bote a los labios de Lisa y le hizo beberlo entero.
-Cada vez te superas más, esto está aun peor. –dijo Lisa apunto de vomitar. –¿No será una de tus bromas, no?
-No, te lo puedo asegurar, no creo que esto sea de chiste. –La cara de Snape volvió a ser la que Lisa conocía y se arrepintió de haber hecho ese comentario.
Snape volvió a mirar su costado y comprobó que aquello se estaba poniendo de un color negro muy feo, así que volvió a aplicarle de nuevo el gel.
-Creo que este verano no vas a poderte poner bikini, este moratón tardará varios meses en desaparecer.-dijo con una medio sonrisa Snape.
Lisa se inclinó un poco para mirárselo aunque se arrepintió de haberlo hecho al sentir una punzada en su costado.
-Se me hace raro verte sonreír, casi da hasta miedo. -le dijo Lisa. -Creo que tu cara no está acostumbrada- Y Lisa le sonrió.
-Bueno, es hora de irnos, ya son las 4:00 de la madrugada. -dijo Snape, apartando los ojos de los de Lisa.
Ayudó a Lisa a ponerse de pié y con un movimiento de varita limpió toda el aula de sangre. Lisa seguía débil pero estaba mucho mejor y con ayuda de Snape se dirigieron a la torre Gryffindor.
-¿Estuviste en mi casa? -preguntó Lisa mientras caminaban. -Por lo menos es lo que me indicó tu nota...
-¿Estuviste tú en mi habitación? -respondió Snape.
Lisa no pudo evitar sonreír.
-Estabas muy gracioso, vestido así..., aunque reconozco que me pasé...
-Ya estamos llegando, ése es el pasillo que lleva a tu casa...
-Veo que no quieres hablar de eso...aunque tú también te pasas, no se como lo haces pero consigues enfadarme y claro acabo enfrentándome a ti...-dijo Lisa en un susurro.
-Yo hago mi trabajo Lisa...fuiste tú la que empezó con todo...aunque mi culpa fue seguirte.-Snape no apartaba su mirada de ella-
-Yo no empecé nada! Aquí ya estaban las cosas así! Ahora solo falta que también me quites puntos por empezar al....-Lisa no pudo continuar Snape le había tapado la boca.
En esos momentos Snape la apoyó suavemente contra la pared, se acercó a su oído y le dijo con un susurro.
-El temperamento que tienes y tu valentía para enfrentarte a mí, es lo que hace que me gustes tanto, nunca nadie me lo puso tan difícil...- y la beso, ese beso fue cálido y reconfortaba cualquier dolor que podía sentir uno. Lisa no sabía ni qué decir, ni qué hacer, estaba como atontada.
-Buenas noches pequeña galleta.- Y Snape se alejó de allí.
Lisa se dirigió al cuadro sin saber bien lo que había sucedido, no entendi...
-¡¡¡Contraseña!!! -gritó por 5 vez la Señora Gorda.
-¿Eh? Ah! Sí! esto... Cuantiqus!
-Por fin, pensaba que me quedaría afónica....-Y el cuadro se abrió para dejar paso a una Lisa sonámbula.
A las pocas horas Lisa se levantó como si no hubiera dormido en 5 días, la cara blanquecina de Sandra y el chillido ahogado de Hermione, indicaron a Lisa que no tenía muy buen aspecto.
-¿Qué se supone que te ha pasado? Creo que has estado de excursión y no nos has contado nada, así que ya puedes....
-¡Espera Sandra! Creo que le deberíamos dejar por ahora, no creo que tenga muchas ganas de hablar en estos momentos. -interrumpió Hermione
Lisa agradeció el gesto de Hermione con una sonrisa y fue a darse una ducha. Las cicatrices de la pierna tenían un color marrón oscuro, Snape le dijo que le desaparecerían en 3 o 4 semanas. El costado negro, le dolía un poco pero podía respirar bien.
Después de una larga ducha, se vistió y se dirigió al espejo, la verdad es que su reflejo no le presentaba un buen aspecto, le había salido un pequeño moratón debajo del ojo, sería uno de los muchos golpes que se había dado a la noche, también tenía un pequeño corte en el labio. Lisa pasó sus dedos por sus labios, el corte le escocía bastante pero no recordaba que le escociera cuando Snape la beso. Sonrió, le había gustado ese beso e incluso le había parecido corto. ¿Cómo le podía gustar ahora Snape? ¿No lo odiaba? Decidió que dejaría eso para más adelante y se dispuso a bajar para desayunar.
Cuando se dirigía hacia el gran comedor, alguien la llamó, por casi no lo oye ya que era como un susurro.
-Hola Isaac, Bregor.., gracias por...
-Nada, olvídate ¿estás bien?
-Sí, solo un poco cansada.
-Bien, me alegro, bueno ahora nos vamos antes de que alguien nos vea.-dijo Isaac.
Se alejaron a toda prisa hacia el comedor, Lisa los siguió, estaba muerta de hambre. Snape no se encontraba en la mesa de los profesores. Lisa se sentó con sus amigos y pronto todos empezaron a hacerle un montón de preguntas.
-Chicos, chicos, lo siento, por ahora no puedo decir nada y creo que es mejor así.
-¿Cómo, has estado por ahí de juerga y no nos has dicho nada? –le decía Sam atónito.
-Sabías que teníamos ganas de vengarnos de esos imbéciles, podríamos..
-¡Escuchad, no me he vengado de nadie! ¡Ni de estos ni de nadie! Dejadlo como un simple accidente... –Lisa sin poder evitarlo dirigió sus ojos hacia el asiento vacío de Snape, ninguno se dio cuenta menos claro está, Sandra y Hermione, que se miraron una a la otra buscando una explicación.
Al día siguiente Lisa se encontraba nerviosa, a última hora tendrían Pociones, dos horas nada menos. ¿Sería verdad lo que le dijo en el pasillo? ¿Estaría jugando con ella y ahora se reiría delante de todos? ¿Por qué la besó, si en realidad la odia? -¡Dios, Lisa, cállate!- se dijo para sí misma.- Es que te aburres a ti misma, lo que tenga que ser, será.
Snape se había levantado agotado, la excursión de anoche le había cansado más de lo que se imaginaba. No se podía creer que por casi tres de sus alumnos mueren esa noche y todo por una estúpida broma. El más que nadie se sentía culpable, odiaba a Black por lo que le hizo a él y sin embargo él había hecho lo mismo.
No quiso bajar a desayunar y mandó a un elfo que le trajera el desayuno, hasta el día siguiente no vería a Lisa y eso le daba tiempo para pensar, pensar en cómo divertirse, le hacía gracia cuando Lisa se enfadaba y empezaba a chillar de esa manera. Volvería a la carga pero asegurándose de que no sucediese nada parecido con lo de la noche anterior.
-"Esto no ha acabado entre nosotros pequeña galleta" –pensó Snape y sonrió recordando las caras de Lisa. –
Las horas de pociones se acercaban más rápido de lo que Lisa imaginaba, McGonagall ya estaba dando sus últimas anotaciones cuando el timbre sonó. A Lisa por un segundo se le paró el corazón y cuando Sandra le cogió del brazo pegó un brinco tan grande que toda la clase se la quedó mirando.
-Querida, se encuentra bien. –preguntó ceñuda McGonagall.
-Sí, sí es, es que estaba, Ja! Estaba pensando no sé en qué, ¿curioso no? –Lisa tenía cara como de que se hubiera vuelto una demente.
-Si le digo la verdad no me extraña en absoluto que no sepa ni en qué está pensando. –McGonagall hizo un gesto con la cabeza para que el resto de la clase saliera, cuando se cerro la puerta la miró intensamente a los ojos. -¡Se puede saber qué te pasa! Anteayer apareces en el comedor como una muerta, con un moratón en el ojo y cada vez que oyes un ruido o alguien te toca pegas un brinco. Creo que me ocultas algo y no vas a salir de aquí hasta que me lo cuentes...
-Mira, Profesora..., digo Minerva, sé que estado un poco ausente y por ahora no puedo contarte nada, solo quiero decirte que confíes en mí como hasta ahora. No puedo decirte más.
McGonagall suspiró, la miró a los ojos y vio que le estaba diciendo la verdad aunque eso no haría que a partir de ahora la vigilaría más de cerca.
-Está bien, espero que con esto del baile te relajes un poco más...
-¿baile? ¿qué baile?
-¡Niña! ¿pero es que no has escuchado esta mañana al director? Mañana es 14 de Febrero y se le ha ocurrido la gran idea de hacer una fiesta de disfraces, hoy después de las clases iréis a Hosmeade para comprarlos. ¿Tan ausente estás? Déjalo, no intentes explicarme nada y vete a tu próxima clase, ya llegas 5 minutos tarde.
-¿Qué? ¡Me toca Pociones!
-Pues corre, aunque no te vaya a servir de nada, ya tendrás 20 puntos menos...
Lisa corrió hacia las mazmorras todo lo que pudo, ya que el costado se le resentía, cuando llegó la puerta estaba abierta, con la velocidad que llevaba al intentar frenar se resbaló y cayó al suelo.
-¡Mierda! ¡Lo que me faltaba! ¡Dios, qué daño!–chillo Lisa desde el suelo.
-Gracias Señorita Thomas por su actuación, nos hemos divertido mucho pero eso no hará que le quite puntos por su retraso, 20 puntos menos para Gryffindor. –La cara de Snape ni había cambiado de expresión.
-No, lo que pasa es que la profesora McGonagall me pidió que me quedara para hablar y por eso llego tarde. –Lisa jadeaba y se agarraba el costado, se había hecho daño al caer.-
-Pues 20 puntos menos por correr.
-Pero si no corría hubiera llegado aun más...
-30 puntos menos...
-tarde, pero si no...
-35 puntos menos
-¡Está bien, me callo!
-¡40 puntos menos y cállese! Ahora tome asiento e intente permanecer lo más quieta posible para que parezca que no existe.
"¿Pero qué le pasa ha este?" –pensó Lisa.
-Bien dentro de pocos meses se acaba el curso, por suerte para mí. Me han mandado que os explique algunas de las pociones más importantes ya que para muchos, este es su último curso, un alivio dicho sea de paso, así que aquí las tenéis, están todas apuntadas en la pizarra, tomar nota y buscaros la vida. No pienso perder más el tiempo con ustedes. Bien y para el resto de los alumnos, aconsejo que haga lo mismo...
Lisa en esos momentos se puso tensa como para protestar, pero se acordó en el último momento de lo que le había dicho Snape.
-No te voy a dar el gusto. -pensó Lisa
Snape la miró, parecía como si hubiera leído los pensamientos de Lisa, así que solamente sonrió maliciosamente y se paseó por la clase mientras todos escribían.
Eran un montón de pociones, algunas tenían unos nombres tan raros que tenían que mirar varias veces a la pizarra para comprobar que estaba bien escrito.
En uno de sus paseos, Snape se acercó tanto a la mesa de Lisa que sin que nadie se diera cuenta, le acarició la mano con su dedo.
Lisa pego un brinco e intentó disimular ante la mirada atónita de Sandra.
-Este hombre me va a volver loca, de remate, loca de remate...-pensó Lisa.-Primero ataca, luego es un cielo... loca, si ya no lo estoy...
Las pociones que les había dado Snape eran muy difíciles de encontrar, tenían que buscar en libros de lo más extraños, de la pequeña biblioteca de la mazmorra. Con una de las pociones Lisa se quedó blanca, no sabía si era casualidad o intencionado, porque esa poción necesitaba uno de los venenos más potentes conocidos. Se mezclaba con otros ingredientes y resultaba que hacía el efecto contrario. Una poción altamente curativa, y que por eso era muy necesario para todos los medimagos. Se sacaba del abdomen de una criatura, no especificaban nada de la criatura, ya que era una criatura protegida por el Ministerio para que no se pudiera comercializar con su veneno.
-Por eso está en el bosque...-pensó Lisa- necesitan su veneno para hacer pociones curativas para la enfermería... ¿pero por qué no simplemente compran el veneno?
No quiso darle más vueltas al asunto, cuanto menos supiera mejor, además su excursión al bosque no había pasado inadvertida, Dumbledore lanzó varias indirectas en una cena, y McGonagall estaba con la mosca detrás de la oreja.
Ya solo quedaba un cuarto de hora para que se acabara la clase y fueran a Hosmeade, cuando un alumno apareció por la puerta para decirle a Snape que McGonagall quería que fuera un momento donde ella para darle los turnos de los profesores en la salida de esa tarde.
-Ahora vuelvo, espero veros tal y como estáis ahora. ¿Entendido? –Snape les miró amenazantes y luego se marchó.
Pronto se empezaron a oír murmullos, casi todos estaban hablando de la fiesta de disfraces.
-¿De qué te vas a disfrazar Lisa? ¿De elfina o de galleta? –dijo Draco provocando risas a los de su casa.
-No le sigas el juego Lisa. –Le decía Sandra. –Siempre va a ser culpa tuya y no de él, está en su terreno.
-Bueno yo creo que tu mejor disfraz sería de elfina, te pega mucho más ese papel...
Lisa intentaba concentrarse en las pociones, no quería saltar pero ya le estaba hirviendo la sangre.
-Sí, yo también creo que le pega más ese papel. –dijo Bregor (tenía que seguirle el juego, sino sería muy sospechoso)
-Sí por que tu familia viene de elfos domésticos ¿no? –continuó Isaac.
-¡Ah, sí su abuela era elfina! –dijo de pronto Draco.
Esa fue la palabra clave para que Lisa se levantara y cogiera a Draco por el cuello levantándolo unos centímetros, parecía que no pero Lisa tenía bastante fuerza, sobre todo si se enfadaba.
-¡Mira maldito niño mal criado! ¡Yo por lo menos me puedo disfrazar, no como tú que con que solo te cambies la goma de la careta que tienes como cara ya estás con un nuevo disfraz! ¡Y como vuelvas a nombrar a mi abuela te doy la mayor paliza que hayas podido imaginar! ¿entendido?
Le soltó del cuello y cuando se dio la vuelta para ir a su sitio tenía justamente delante al profesor Snape. Eso era demasiado para Lisa ¿por qué siempre le veía a ella? ¿por qué siempre a ella? De pura desesperación simplemente apoyo su cabeza frete a su pecho y empezó a lloriquear.
-¿por qué siempre a mí? ¿por qué...
-Váyanse, creo que tengo un castigo por aquí. –dijo Snape con una sonrisa maliciosa.
Salieron de la clase sin antes ver lo graciosa que estaba Lisa apoyando su frente en el pecho de Snape como extrema desesperación.
Los amigos de Lisa estaban fuera con cara de preocupación, dentro de pocos minutos tendrían que ir a Hosmeade y sabían que Lisa no podría ir si estaba castigada.
-¿Por qué siempre tiene tan mala suerte? –Le decía Sandra a Hermione
-O buena... –dijo pícara Hermione
-¿Tú crees? –Y se empezaron a reír ante la mirada atónita de los chicos que como siempre no pillaban una.
Dentro de la mazmorra...
-¡Déjese de tonterías y vuelva a su sitio!
Lisa se sentó con cara de cordero degollado y esperó paciente el castigo
-Bien ¿ha copiado bien todas las pociones? – Lisa asentía con la cabeza. –Pues ahora lo que va hacer es buscarme aquellas que se descubrieron entre 1890 y 1900.
-¿Qué? –Lisa no se podía creer lo que estaba oyendo.
-Además de que se quedará...
-Sin ir a Hosmeade –dijo Lisa con tristeza.
-Como siempre adelantándose a los acontecimientos. ¡Pues no! Se quedará aquí conmigo hasta que tenga que ir al pueblo. Soy el último, para comprobar que nadie se ha quedado rezagado y tú vendrás conmigo. Tranquila tendrás tiempo de comprarte un estúpido disfraz.
-¡Gracias, es usted muy amable! ¡Qué suerte tengo!
-¿Ha terminado con las fechas?
-No
-¡Pues déjese de sarcasmos y termine de una vez! ¡Ya!
Lisa se levantó y se dirigió a la pequeña biblioteca que había en la clase para buscar las dichosas fechas de las pociones. Estuvo un buen rato y no encontraba nada, empezaba a desesperar.
Snape la observaba y no podía evitar sonreír aunque sin que ella se enterase, su cara, sus gestos, su enfado palpable, simplemente era divertida y más cuando se enfadaba.
Faltaba solo una hora para que ellos se tuvieran que marchar a Hosmeade y Lisa seguía sin encontrar nada. De vez en cuando miraba a Snape para ver si éste le indicaba algo o si por lo menos le daba una pista, ya llevaba más de media hora buscando sin éxito. Pronto sus miradas se encontraron.
-¿Tiene ya las respuestas? –dijo maliciosamente Snape
-No aquí no viene nada, tal vez si voy a la biblioteca....
-Ni lo sueñe, ahí tiene todas las respuestas.
Al poco rato Lisa encontró un libro pequeño, marrón que se titulaba "Viejas pociones", quizás ahí.... Su cara fue cambiando de tonalidad cuando empezó a leer el libro, ahí estaban todas las pociones que él había mandado pero eran tan antiguas que no se sabía cuando fueron descubiertas. Por eso en los demás libros hablaban de ellas pero no decían nada de fechas.
-¡Tú lo sabias! ¿¡No es cierto?! –chilló Lisa moviendo el libro delante de Snape.
-¿Tú qué crees?
-¿Y por qué me has hecho buscar más de media hora fechas que ni si quiera existen?
-Para divertirme.
-¿¡Para qué!?
-Oh! vamos Lisa, estamos en guerra ¿recuerdas? –Snape se levantó de su asiento y se dirigió hacia ella.
-Me tomas el pelo ¿no es cierto?
-No –Snape se le acercó y la tomó por la cintura.
-¿Qué haces?
- Besarte. –Posó sus labios en los de ella, le dio un cálido beso. Cuando se apartó le dio una palmadita en el culo. –Vamos, tenemos que ir al pueblo. –Y se dirigió hacia la puerta.
-Pero ¿cómo puedes cambiar tanto de un momento a otro? –le dijo Lisa alucinada.
-Ya te lo dije, es mi trabajo –le guiñó un ojo pero cuando abrió la puerta para salir, su cara se transformó. –Quiere salir de una vez por todas, señorita Thomas, o es que le tengo que hacer un dibujo para que lo entienda. ¡Muévase y rápido!
Lisa salió de la mazmorra mirando todo el tiempo a Snape como si todavía le costara entender a qué jugaba Snape.
Fueron juntos hasta la salida del colegio y casi todos miraban esta procesión de ellos dos con horror, parecía que por la cara del profesor, estaba muy enfadado y que ella sería la diana de todas sus iras, pero estaban muy equivocados, solo Lisa sabía la verdad.
