Llegaron al carruaje, Lisa se sentó enfrente de Snape y seguía mirándole como si estuviera frente a un fantasma.

-¿Qué mira Señorita?

-¡Nada hombre, nada! Lo que pasa es que no es muy normal lo que haces ¿no crees?

-Sin comentarios.

-No, tranquilo, no vaya a ser que te dé un mal por darme alguna explicación, no quiero yo que tenga que hacer ningún esfuerzo por explicarse...

-Cómo no empiece a callarse me veré en la obligación de quitarle puntos ¿entendido? Así  que mantenga esa boquita tan molesta cerradita. –dijo Snape con malicia.

-Pues antes esta boquita no le molestaba tanto profesor. –Lisa le miraba con burla en los ojos.

Se quedaron mirándose uno al otro, parecía que se podían matar con la mirada. Un momento después se paró el carruaje, ya habían llegado.

-¡Por fin! Yo daré una vuelta por el pueblo para ver si se ha quedado alguien y luego iré a las Tres escobas, le doy una hora.

Snape se alejó de allí dejándola sola. Lisa no entendía el comportamiento de Snape, hacía solo un momento, en clase había sido amable con ella y ahora...

-Mejor será que vaya a por mi disfraz y deje de pensar en ese estúpido.

Lisa se acercó a la tienda de disfraces y por el aspecto de la dependienta había estado muy atareada.

-Uf! Tú también vienes a por un disfraz por lo que veo, si no te importa querida cuando vuelvas al colegio, le dices a tu director que me avise cuando quiera organizar una fiesta de disfraces ¿vale?  Bien ¿sabes de qué te quieres disfrazar?

-No

La dependienta desesperada le dijo que mirara por la tienda para que buscase un disfraz y que luego le ayudaría a colocárselo para los últimos retoques, acto seguido se metió en la trastienda con un gran suspiro. Lisa buscó por todo el local, había muchos tipos de dragón, de Merlín, de Jugadores famosos, de Hadas (muy cursi para el estilo de Lisa) Lo bueno de aquellos disfraces es que cogías la personalidad del disfraz, si te disfrazabas de Hada hasta que no te quitaras el traje eras una auténtica Hada aunque no tenías los poderes de ellas sino hubiera sido un caos.

Lisa empezó a mirar por toda la tienda y no encontraba nada de su gusto pero en una de las secciones vio ropa muy extraña, era diferente y no le recordaba a ningún ser mágico que ella conocía, así que llamó a la dependienta.

-Sí querida, esta es ropa muggle.

-¿Cómo?

-Mira, los muggles son muy extraños y parece ser que según de qué grupo pertenezcan se visten de una manera u otra.

-¿Qué hay qué?

-Mira, ves esta ropa tan elegante y tan bien combinada, pues pertenece al grupo que se le conoce como "los pijos". –Lisa le miraba como perdida. –Sí quiere decir que tienen mucho dinero y encima lo están diciendo todo el rato; esta otra pertenece al grupo de los bakaletas,  quiere decir que pertenece a los que están todo el tiempo en discotecas bailando; esta a los surferos que..

-¿Y esta? –Lisa tenía en la mano un traje de pantalones de cuero negros, camiseta con símbolos extraños y una cazadora de cuero negro con ¿cadenas?

-Ese lo llevan varios, rockeros, motoristas, pasotas, el que tú elijas.

-¿Pasota?

-Es el que pasa de todo, no sé, estos muggles son muy raros.

-Quiero el de pasota. –Dijo Lisa con una gran sonrisa.

Estuvieron arreglando el traje y a Lisa le gustaba cada vez más la elección que había hecho, le encantaba tomar la personalidad de "pasota", se lo iba a pasar muy bien. Cuando salió de la tienda se dio cuenta que la hora estaba a punto de pasar  y que le quedaba menos de un minuto para llegar al carruaje, así que comenzó a correr.

Estaba cerca del carruaje y cuando fue abrir la puerta éste comenzó a moverse haciendo que Lisa tuviera que correr detrás.

-¡Profesor! ¡Que estoy aquí! ¡Quiere parar de una vez! –después de unos metros el carruaje paró y Lisa pudo montarse jadeando por el esfuerzo.

-¡Lo a hecho aposta! ¿no es cierto?

-Es posible

-¿Pero está loco?

Snape la cogió del cuello de la camisa y la trajo hacia sí –Escúcheme bien, no vuelva a insultarme en su puñetera vida. ¡Le dije que tenía una hora y usted no estaba sentada en el carruaje cuando se cumplió el tiempo! Recuerde que la próxima ver no seré tan benevolente. –Y la soltó con cara de asco.

-¿Por qué me haces esto?

-Dentro de poco llegaremos al colegio y allí podrás soltar todas tus tonterías a tus amiguitos, mientras tanto déjame tranquilo.

Pasaron unos  minutos y ninguno de los dos había abierto la boca, Lisa se sentía muy mal, sin darse cuenta la relación con Snape había llegado a ser algo más y ella como una tonta se había enamorado de su enemigo. La próxima vez no le dejaría acercarse, no le dejaría que la tratara de esa forma, le estaba haciendo daño y no quería sufrir por un egocéntrico ser que no sabía lo que era el amor ni aunque se lo dibujasen.

Llegaron al colegio y Lisa salió disparada hacia la torre, cuando llegó a su habitación dejó su traje escondido, quería que fuera una sorpresa aunque por lo que vio el resto de las chicas había hecho lo mismo.
Bajo al comedor y la gente ya empezaba a salir, había llegado tarde a cenar pero sus amigos le guardaron comida para cuando ella llegara.

-Bueno ¿y qué tal? –Le preguntó Sandra guiñándole un ojo a Hermione.

-¿Tú qué crees? –Dijo Lisa con cara de disgusto.

-¿Tan mal ha ido?

Lisa explicó el camino tan desagradable que había tenido, por supuesto omitiendo algunos detalles de la conversación con Snape, además de que casi la deja tirada en Hosmeade.

-¡Estaba a punto de abrir la puerta y el carruaje se pone en marcha, encima me dice que ha sido benevolente por dejarme subir! ¡Está loco!

Tanto Sandra como Hermione estaban asombradas de lo que les contaba Lisa, parece ser que se habían hecho una idea equivocada de la relación de ellos dos.

Al día siguiente todo el mundo estaba ansioso por que llegara la noche y mostrar sus trajes, tuvieron suerte porque encima no pusieron ni un solo galeón. Dumblendor había decidido que el colegio se encargaría de alquilar los trajes ya que había sido idea del director y había pillado a todos por sorpresa.

A la fiesta solo podían asistir los alumnos de quinto, sexto y séptimo curso para la desgracia de muchos y la explicación fue que iban a dejar que la fiesta se alargaría más de la cuenta porque al día siguiente era domingo y no querían tener problemas con los padres. También por ello a los mayores se les exigió que presentaran la confirmación de sus padres.

Esa fiesta iba a ser muy especial, por fin Gryffindor tendría su venganza, sin consecuencias y sin expulsiones, Jon y Sam lo habían planeado bien.

Aquel día después de la comida, en la sala común Gryffindor había más gente de lo habitual, Jon y Sam se habían reunido allí para los últimos retoques de su broma. La gente estaba alrededor intentando ver u oír algo para saber qué habían planeado. Poco después apareció Sandra jadeante y con cara de triunfo en la cara. Todos sabían qué sucedía, había conseguido información y no cualquier información sino algo importante para la broma.

-Bueno y qué has descubierto –preguntó Sam

-Ha sido difícil pero ya lo tengo.

-Sandra desembucha –le dijo Jon nervioso.

-Bueno, siempre hemos sabido que los de Slytherin no tienen mucha imaginación, así que me he enterado de que todos irán disfrazados igual. Pero lo que pasa es que me ha costado mucho conseguir esta información así que creo...

-¡¡¡DE QUE IRAN DISFRAZADOS!!! –dijo de pronto toda la sala.

-Vale, vale, menudo carácter, pues irán disfrazados de "DEMONIOS" con rabito y todo.

La carcajada de la sala se tuvo que oír hasta en las mazmorras, con solo imaginarse a los de Slytherin vestiditos de demonios con su rabito y sus cuernitos, vamos ridículos.

-Bien –dijo Sam quitándose las lágrimas de los ojos. –Nosotros dos y esta señorita, indicando a la caja que tenía en brazos, nos vamos a terminar el trabajo en privado.

-¡Noooooo! –dijo la sala entera.

-¡Escuchad! Esto  va a ser una sorpresa para todos, ya nos conocéis y sabéis que siempre trabajamos igual, tened paciencia.

-Lo que todavía no entiendo es cómo vais a evitar que os expulsen sí va a ser tan descarado.

-Por hoy tú te libras Lisa ya te has comido muchos castigos por nosotros, creo que nos podremos librar, todo es cuestión de suerte.

Cuando llegó la noche y después de cenar, todo el mundo corrió a sus habitaciones para ponerse los disfraces.

Lisa comenzó poniéndose los pantalones de cuero con una cadena alrededor como cinturón, luego la camiseta por fuera como le había dicho la dependienta, se puso las pesadas botas, la cazadora de cuero con cadenas y un brazalete de pinchos. Cuando fue a mirarse al espejo vio que el pelo se le había alborotado y que en sus orejas comenzaban a aparecer pendientes. Por lo que parecía cuanto más tiempo estuviera con el traje más detalles aparecían. Poco después le apareció un pendiente en la nariz que le hizo estornudar más de 15 veces hasta que se acostumbró a él. Pero lo que más le sorprendió fue lo que le apareció entre los dedos de la mano, era una cosa blanca y alargada que echaba humo y que sin ella quererlo, se lo llevaba a la boca, aspiraba por aquel tubito y sacaba el humo por la boca. Lo más sorprendente es que aquello no le sabía a nada, ni siquiera notaba que aspirara nada pero al final siempre salía humo de su boca.

Salió de los lavabos arrastrando los pies hasta su habitación ni Sandra ni Hermione estaban allí, dejó bien colocada su ropa y comenzó a bajar hacia la sala común donde ya estaban casi  todos preparados.

La gente le miraba de arriba abajo extrañados del aspecto de Lisa, muy pocos habían visto muggles vestidos así, si habían visto muggles alguna vez.

Lisa oyó enseguida una vocecita (como si alguien se hubiera tragado un litro de Helio) y que alguien le tiraba de su cazadora.

-Oye que estoy aquí.

-¿Pero que passa contigo tronca?  -Lisa se tapó la boca, hablaba como arrastrando las palabras y pronunciaba mucho la ese.

-Soy yo Sandra, soy una enanita del Bosque Negro y soy la más linda ¿no crees? Soy muy cotilla y me encanta hablar ¡este disfraz me pega a la perfección! Por que si no, no lo hubiera escogido, hubiera cogido otro pero no he cogido este porque creo que es el más adecuado para mi y...

-Fale, fale pero cállate un ratito, me estass mareando con tu voz. –Lisa le dio una calada al cigarro.

Sandra "enana" comenzó hacer pucheros y pronto estalló llorando de una forma estridente, todos se taparon los oídos y Lisa se agachó rápidamente para taparle la boca.

-Jode! No llores máss tronca, está bien, si quieres hablas pues habla, pero no llores así colega es peor que tu voz.

-Está bien –dijo Sandra gimiendo. -¿Y tú de qué vas?

-Puess egque voy de passota, es un disfraz muggle

En esos momentos apareció Hermione con una gran sonrisa, llevaba un vestido de gasas verde y blanco, que hacía que Hermione pareciera semitransparente, tenía recogido el pelo por dos tiras de flores una a cada lado del mismo color que el vestido, éste brillaba con luz propia,  igual que su pelo y que su cara, en definitiva que parecía que llevaba un foco todo el tiempo iluminándola.

-¡Hola Lisa! Me encanta tu traje, es muy original. ¿Sandra? ¿Eres tú? ¿Pero de qué vas?

-Soy enanita del Bosque negro ¿te gusta? –le dijo con una gran sonrisa. -¿Y tú?

-Yo voy de Espíritu del bosque, de las plantas, de los árboles.- Hermione comenzó a elevar los brazos como si estuviera invocando a alguien.

-¿Pero que oss passa con el bogque? Sois unass cursis

-Pues anda que tú –dijo la enana. –Eres una hortera  y deja de meterte eso en la boca, me pones nerviosa con tanto humo.

-Que quieres que haga, va con el traje, he intentado tirarlo pero vuelve aparecer.

-¿Dónde están los chicos? –dijo Hermione con voz espiritual.

-Pus no sé ¿vamos o qué? –Lisa se dirigió a la salida arrastrando los pies y dándole caladas al cigarro.

Cuando llegaron al comedor se quedaron con la boca abierta, había farolillos de colores flotando por el aire y haciendo dibujos en el suelo  de diferentes formas y  colores. De vez  en cuando caían confetis brillantes, había un  aroma como a flores y por un momento parecía que se encontraban en otro lugar pero no en el colegio.

Todos estaban disfrazados,  menos claro está los profesores, aunque estos estaban con sus mejores galas, incluso Snape tenía un traje negro mucho más elegante y su capa impresionaba mucho más que la otra.

Estuvieron mirando un buen rato todos los disfraces que había, uno les encantó, era de dragón en tamaño reducido, las escamas eran moradas y plateadas, sacaba bolas de fuego también moradas y éstas no quemaban. Daban ganas de acercarse para acariciarlo y por lo que se veía el dragón estaba harto de que lo tocaran porque empezaba a apartar a la gente con la cola. Por suerte llegó a tiempo McGonagall para poner orden.

Había otro de centauro también muy chulo, muchas hadas, gnomos, enanos, hombres lobo, vampiros, semigigantes. Este último por lo que parecía le había gustado mucho a Hagrid por fin tenía a alguien para charlar sin tener que agacharse.

Enseguida vieron a Ron y Harry, que iban disfrazados de elfos guerreros con muy malas pulgas. Eran altos, musculosos y a todo aquel que se acercaba demasiado lo agarraban para interrogarle de por qué se había acercado tanto.

-Hola... chicos. –dijo Hermione con voz de ultratumba.

-¿Por qué nos hablas así? ¿Qué crees, que te vamos a pedir algo? –dijo Ron rojo de la furia.

-Hey! Tranqui tronco, no passa na, es por su disfraz aunque creo que a toos nos passa lo mismo.

-¡¿A mí?! ¿Qué me pasa a mí? ¿Qué quieres, pelea?

-¡Ron! –le dijeron todos.

-¡Ups! Es que me dejo llevar.

-A mí me afecta el traje, pero tú te pasas –le dijo Harry. –Lo que tengo ganas es de encontrarme con Malfoy para partirle la cara en dos y machacarle hasta que tengan que recoger sus trocitos con paleta....

-¡Espera, espera, espera! –dijo Sandra dando saltitos. –No puedes hacer eso, si no estropearás la broma de Sam y Jon, entonces no podremos vengarnos y entonces no tendremos la satisfacción de ummmm.

Lisa había tapado la boca a la enana porque la cara de Harry y Ron empezaba a no gustarle nada.

-Paice mentira, pero la enana essta tiene razón. –dijo dándole una calada al cigarro.

-No os dejéis llevar por vuestra ira interior, dejad que la paz entre en vuestro corazón y vuestra alma...

-Hermi, no es por interrumpir, pero creo que esstos doss no quieren tu paz. ¡Y hablando de Sam y Jon! ¡Dónde estarán esstoss doss colegas!

Justo en esos momentos se notó que había entrado el grupo de Slytherin al completo, la gente se apartaba al verlos, la idea que tenían de verlos vestidos de demonios no era esa precisamente.

Tenían un pantalón negro ajustado y brillante que les cubría desde los pies, en la parte de arriba no llevaban nada, era el cuerpo al descubierto, musculoso de un color sangre oscuro donde se apreciaban las venas que eran bastante desagradables. Tenían cola sí, pero no hacía ninguna gracia verla, se movía como ellos querían y si alguien se acercaba lo suficiente,  producía pequeñas descargas. En su cabeza rapada sobresalía dos pequeños cuernos al principio de la frente, que junto a sus ojos amarillos con pequeños puntitos rojos y sus dientes blancos con dos colmillos bien afilados, daban aspecto de terroríficos. Sus manos eran grandes con unas uñas largas y negras, por lo que se podía apreciar también estaban bien afiladas.

Malfoy iba delante con Isaac y Bregor a cada lado, el resto iba detrás, incluso Angy daba miedo con ese aspecto e indudablemente se dirigieron hacia donde estaba Harry y Ron.

-Niñatos, nos estáis interrumpiendo el paso así que ya podéis empezar a apartaros. –Su voz sonaba como si hablaran dos a la vez  y era muy grave.

Ron y Harry se pusieron más en medio y comenzaron a subirse las mangas para comenzar la pelea, Lisa tuvo que improvisar poniéndose delante con Hermione y Sandra a cada lado.

-¡Peazo maricones que estáis hechos!

-¿Cómo dices? –Los puntitos rojos de los ojos de Malfoy comenzaron a ancharse.

-Digo que pareceisss mariconess con esas mallitas y esa colita..., cada vez soy másss tontosss.

-No te metas Lisa, esto no va contigo. –dijo de pronto Brego poniéndose frente a ella.

-Tiene razón, tú ya no eres divertida. –dijo detrás Isaac.

-Menudo chasco colegas, me acabáis de romper el corazón, con la jartá de reír que noss dimos cuando...

-Nunca nos reímos contigo. –Bregor se había acercado más aún mirándole fijamente para que no continuara. Malfoy contemplaba sorprendido la situación.

-Uf! Colega, que poca memoria tienes, estábamos los tres, cuando en el....

-Ya está causando problemas ¿señorita Thomas? No creo que nadie se pueda divertir con usted. –Snape se había dado cuenta desde donde estaba que Lisa se había enfrentado a Bregor e Isaac así que se temió lo peor, por suerte pudo cortar a tiempo la lengua viperina de Lisa.

-¡Hombre! Nuestro colega el Profe de Pociones. –dijo Lisa dándole unas caladas al cigarro. –Estaba a punto de contar a todos miss colegas lo bien que noss lo passamos en la fiesta del bo...

-¡Cállese! –Snape la agarró del brazo para llevársela a un lugar apartado.

-¿Qué sucede profesor Snape? –dijo de pronto McGonagall

-Nada profesora, solo quería recordarle a la señorita Thomas las reglas de la fiesta.

-Bien, pero recuerde lo que dijo Dumblendor, solo es una fiesta.

Snape recordaba muy bien lo que había dicho el director -"Es una fiesta, no van a ser ellos mismos, no les podremos quitar puntos, simplemente controlemos la fiesta para que no se desmadren". –Si sigue así, dejará que al final se salten todas las normas. –Pensó Snape.

Cuando McGonagall se hubo marchado, llevo a lisa a un rincón donde nadie pudiera oírles.

-¿Qué se supone que estás haciendo?

-¿Pues? –Lisa dio otra calada al cigarro.

-¡Por casi cuentas lo del bosque! ¡Estás loca o qué!

-¿Y qué esss  lo que realmente le preocupa profe? ¿Lo del bogque o lo que passó camino a mi habitación?

-¡Me jugué el puesto por ti, no me jodas con esto Lisa...

-Creo tronco que no masss oído ¿Lo del bogsque o lo otro? Te preocupa que nos saltáramos las normas o el beso.

-No voy a entrar en ese juego de chiquillos, así que no te pases ni un pelo.

-Está bien, lo cuento. –dio otra calada.

-¡Ni se te ocurra contarlo!

-¿Qué no quieres que cuente? Porque estoy echa un lío...

-¡No quiero que cuentes nada! ¿Entendido? ¡Nada! –Snape se había puesto frente a ella dejándola contra la pared, la miraba como si quisiera estrangularla en aquellos momentos.

-¡Tranqui tío! No nos pongamos nerviossssossss. No voy a contar na ¿contento?

-No vuelvas a intentar chantajearme, no creas que puedes hacer siempre lo que te salga de las narices, maldita estúpida. –Snape la miraba realmente furioso, no le gustaba nada que por esa niñata casi se viera  de patitas en la calle.

-¡Hombre! Lo que me da la gana no, pero como hoy voy disfrazada de pasota y me apetece puess esto sí puedo hacer.

Lisa agarró a Snape por la capa y lo atrajo hacia ella dándole un beso. Snape no se lo esperaba y cuando intentó liberarse, Lisa no le dejó. Snape no pudo más que dejarse llevar, nunca le habían dado un beso tan sensual como aquel, era cálido y profundo además que la iniciativa la tomara ella fue lo que más le gustó.

-¡Bueno, no ha estao mal, pero deberías mejorar, tuss besosss son bastante sosos. ¡Adiósss colega!

Nadie vio lo que había sucedido, como tampoco nadie vio la cara atónita de Snape. Estaban más pendientes de dos duendes que habían entrado en el comedor con gran barullo y haciendo cabriolas.

¿Quiénes eran esos dos? ¿Jon? ¿Sam?

"Espero que os haya gustado este capítulo, creo que es un poco más largo que los anteriores y siento mucho la tardanza. Besos"

Angie: Bueno no tan bueno como parece, más adelante lo contaré.

Soycomosoy: Pues sí es un poco raro, pero ten en cuenta que es Snape. Lo siento, no volveré a mandarte más hechizos, ok?

Velia: Tranquila creo que todavía queda bastante historia ¿y quién dice que se va a quedar solito? Nunca se sabe.