"Siento mucho la tardanza pero ya saben, el trabajo, la nena, la casa, uff. Bueno no voy a aburriros con mi vida aquí os dejo el penúltimo capítulo"

Los exámenes finales llegaron y con ellos, los nervios, las tensiones y las noches en vela.

Esa mañana Sandra y Lisa se levantaron ojerosas pero contentas, eran los dos últimos exámenes. DCAO y Pociones.

Se dirigieron hacia el comedor con sus apuntes, repasando los últimos minutos que les quedaban. En el comedor la estampa era la misma que en días anteriores, se oía un murmullo por todo el comedor y solo se podía ver a todo el mundo enfrascado en sus apuntes sin levantar la vista ni si quiera para desayunar.

Cuando Sandra y Lisa llegaron a sus asientos saludaron como con una especie de gruñido y la mesa respondió igual.

-¿Sam?

-Umm

-¿Me podrías explicar un poco lo de estos seres?

-Umm

-Los Troulanthers

-Ummmmm

-¡¡¡Sam!!!!

-¿Qué?

-¡Que si puedes explicarme esto!

-Ah! Sí espera que marque la hoja.

Sam  comenzó ha explicar a Sandra lo más importante de esos seres. De vez en cuando se iban preguntando algunas dudas de los temas más difíciles para aclararse antes del examen.

Cuando terminó la hora del desayuno se dirigieron al aula para hacer el examen de DCAO. Duró dos horas, menos para los adultos que les dieron una hora más ya que tenían más temario.

El examen se dividía en tres secciones, en la primera parte tenían preguntas en las que tenían que explicar cual debía ser su comportamiento al enfrentarse a una serie de criaturas. En la segunda parte eran preguntas tipo test en las cuales se les ponía una situación y debían elegir entre cinco supuestos y explicar porqué. Y en la tercera y la más difícil, tenían preguntas en las que se les pedía que eligieran los conjuros que debían de utilizar al enfrentarse a un ser o a un mago. Tenían que conocer muy bien tanto las características del ser como del mago para saber cómo enfrentarse a ellos. También debían barajar la posibilidad de si realmente podrían enfrentarse a ellos pero en el caso de que tuvieran que hacerlo  debían de saber cómo.

Después del examen tenían una hora de descanso y otra más para comer, luego terminarían con el último examen, pociones.

Jon, Sam, Sandra y Lisa se dirigían hacia el lago para relajarse un poco y para seguir repasando. Iban comentando por el pasillo cómo les había ido cuando alguien tiró de la túnica de Lisa. Cuando ésta miró vio a un elfo doméstico con un sobre en la mano que se lo entregaba con una gran sonrisa.

 -¿Esto es para mí?

- Sí señorita.

Sin darle tiempo a Lisa de preguntar quién le había dado el sobre, el elfo se alejó corriendo. Lisa temía que ese sobre pudiera ser una broma de mal gusto pero la letra del sobre donde ponía "LISA" le resultó muy familiar y comenzó a abrir el sobre.

REÚNETE CONMIGO EN MI DESPACHO.

            SEVERUS SNAPE

-Esto..., chicos... -Lisa corrió hasta alcanzarlos.- Ahora vuelvo ¿vale?

-¿A dónde vas? - Preguntó Sandra.

-Me he dejado unas cosas que necesito en mi habitación  y tengo que ir a por ellos.

-Bien, te acompaño.

-¡No! –Lisa lo dijo tan alto que Sandra dio un brinco del susto.

-¿Te encuentras bien Lisa?

-Sí, tranquilos, estoy nerviosa por los exámenes, nada más. Sandra no hace falta que me acompañes ahora me reúno con vosotros.

-Como quieras pero no estoy muy convencida de que estés bien del todo, llevas una temporada muy alterada.

-No te preocupes. ¡Mirad ahí van Harry, Ron y Hermione! Reuniros con ellos y en seguida estoy con vosotros.

-Bueno, pues hasta ahora.

Lisa suspiró aliviada de que Sandra no siguiera insistiendo y comenzó su camino hacia las mazmorras. Comenzó a caminar tranquila despacio pero poco a poco comenzó a acelerar el paso hasta que acabó corriendo por las mazmorras hasta llegar al despacho de Snape. Cuando estuvo enfrente se quedó paralizada preguntándose el porqué de esa misteriosa cita y si no se trataría realmente de una broma de mal gusto.

De pronto la puerta se abrió mostrando a Snape ceñudo.

-¿Pasas o qué?

-Sí profesor, ya iba ¿qué desea? –dijo Lisa mientras Snape cerraba la puerta.

-Creo que ya nos conocemos lo suficiente para que ahora comiences a tratarme de usted en privado.

-Bien, entonces qué quieres, estaba repasando para TU examen.

-No te quitaré mucho tiempo, además no creo que el repaso de última hora solucione lo que no se ha hecho durante el curso.

-¿Qué quieres decir con eso? Yo he estado estudiando durante todo el curso y además.....

-Esta bien, cálmate, no quiero que comencemos con otra de nuestras discusiones estúpidas.

-Tú has empezado.

Snape respiró profundamente para controlarse y no comenzar otra pelea que no llevaría a ningún lado.

-Olvídate ahora de eso, quiero hablar contigo de otra cosa... –Snape no sabía cómo comenzar. –Quería hablar de lo que ha sucedido entre nosotros...

-¿Y qué ha sucedido?

Snape se sorprendió de la respuesta, esperaba muchas pero no esa.

-¿Cómo dices?

-Mira, has estado jugando conmigo durante todo el curso, he estado esperando a que me aclararas las cosas pero lo que has hecho durante todo este tiempo ha sido cogerme y dejarme cuando a ti te ha dado la gana y si te piensas que voy a aceptar una relación en la que me tenga que estar escondiendo para que nadie se entere, estás loco. Primero decide cuáles son tus prioridades y si estoy dentro de ellas estaré encantada pero si no, olvídate.

Lisa miraba fijamente a Snape que por su expresión no se esperaba lo que Lisa le acababa de decir.

Snape se dio la vuelta y apoyó sus manos en el respaldo de la silla.

-Se que tienes parte de razón pero no puedes pedirme que cambie de un día para otro ¿no lo entiendes?

-No, no lo entiendo y si te digo la verdad me das pena.

-¿Pena? Pero quién te has creido que eres tú para juzgarme. Despierta niña durmiente, despierta de una vez de esos sueños encantados en lo que todo es bonito y fácil. Despierta y mira de una vez la cruda realidad en lo que no todo es tan fácil. –Snape tenía la vena de la frente hinchada por la rabia.

-Estoy despierta. –Lisa acarició su rostro hasta que éste se suavizo. –Estoy despierta y no me gusta nada lo que veo, te preocupa lo que dirán los alumnos, lo que dirán tus compañeros, lo que dirá el mundo. Has tomado la decisión equivocada porque el mundo vivirá su vida y algún día te darás cuenta de que nadie va a venir a vivir la vida por ti. Estarás solo en tu mazmorra guardando las apariencias, nadie podrá murmurar nada sobre ti pero tú seguirás solo.

No me pidas que escoja esa vida por que yo no la quiero. Adiós profesor Snape. –Lisa le dio un beso en los labios y salió corriendo con lágrimas en los ojos.

Mientras avanzaba pudo oír un grito y algo golpeando contra la pared, había sido Snape, había tirado la silla contra la pared de la pura rabia. A Lisa se le encogió el corazón pero no podía hacer nada, él había decidido.

Cuando Lisa llegó a su habitación no hacía más que llorar de rabia, no entendía a ese hombre, era un idiota, siempre guardando las formas, siempre con sus reglas, parecía que quisiera que nadie supiera que también era un ser humano.

Se tumbó en la cama pensando en él, la verdad es que se veía estúpida en esa situación, como una quinciañera suspirando por un amor imposible. Con este pensamiento Lisa se fue quedando dormida aun llorando por Snape.

-¿Lisa? ¡Lisa, despierta! ¡Lisa!

-¿Eh? Qué sucede....¿Sandra?

-Me preocupé al ver que no venías ¿qué sucede?

-Nada, creo que me quedé dormida.

-Si eso ya lo veo pero ¿has estado llorando?

-Esto..., sí, creo que me da mucha pena que todo esto se acabe.

-Sí, a mi también, pero esto no es el final, podemos seguir viéndonos y quedar. No todo se acaba en Hogwarts.

-Tienes razón, bajemos al comedor ¿quieres?

-Buena idea, tanto estudio me ha abierto el apetito.

Se dirigieron sonrientes hacia el comedor y ahí se encontraron con el resto del grupo que las miraban extrañados por sus amplias sonrisas

-¿Dónde estabais? –preguntaron Sam y Jon.

-En la habitación. –dijeron sonrientes Sandra y Lisa.

Sam y Jon se miraron como preguntándose de qué demonios hablaban y decidieron no darle más vueltas.

-¿Me lo parece a mí o estas dos están raras? –preguntó Sam a Jon.

-No le des más vueltas, las mujeres son así, ellas y sus secretitos.

Entraron en el comedor y antes de que apareciera toda la comida, Albus Dumblendor se levantó y pidió silencio.

-Queridos Alumnos hoy es el último día de exámenes y mañana daremos las notas finales. –Todo el comedor aplaudió.-Bien, para celebrarlo y para despedir tanto a los de último curso como a los primeros alumnos adultos, haremos una fiesta de despedida, ya que este año nos hemos quedado sin copa de la casa que por lo menos nos vayamos con un buen sabor de boca. –De nuevo el comedor aplaudió.-Así que solo me queda deciros ¡buena suerte! –El comedor volvió a aplaudir y pronto apareció la comida en la mesa.

Se notaba que todo el mundo estaba nervioso con el último examen, unos tenían transformaciones, otros adivinación, otros DCAO y otros como Lisa, pociones.

Ese pensamiento hizo que Lisa levantara la vista hacia la mesa de los profesores y ahí estaba él, mirándola. Atravesándola con esos ojos negros que esta vez no eran fríos sino que estaban llorosos como suplicantes.

Lisa apartó rápidamente la mirada, le estaba haciendo sentirse mal. ¿Habría sido muy dura con él? Ella sabía que no, no podía comenzar una relación basada en la clandestinidad, no podía estar con un hombre con el que tendría que esconderse para poder amarle. Era decisión de él si quería estar con ella o no.

Snape la observaba y parecía como si estuviera leyéndole los pensamientos porque en su rostro se dibujó dolor. Sabía que ella tenía razón y no le podía reprochar nada pero era difícil cambiar la vida que le habían enseñado a vivir desde que tenía uso de razón. Ese tipo de vida le había librado de muchos problemas, había conseguido que todo el mundo le respetase. ¿Qué pasaría entonces si se descubriese la verdad? Lo verían débil y vulnerable, todo lo que había construido con tanto esfuerzo se derrumbaría en el momento. ¿Pero valdrá la pena?

-Eso tienes que decidirlo tú

Snape se sobresalto cuando miró a su derecha y descubrió dos ojos azules mirándole con preocupación.

-¿Qué decía profesor Dumblendor?

-Te decía que eres tú el que debe decidir si vale la pena o no arriesgarse. Y si esto te consuela yo haría todo lo posible por que todo fuera más fácil. –Dumblendor continuó comiendo y hablando animadamente con McGonagall.

Snape se quedó sorprendido pero no le extrañaba nada que Dumblendor tuviera poder para adivinar los pensamientos. Decidió levantarse y marcharse a su despacho. Sin decir nada a nadie desapareció por la puerta trasera del comedor. Ni siquiera vio cómo una jovencita le observaba cómo se marchaba.

Llegó la hora del examen, todos estaban nerviosos en la mazmorra esperando que apareciera el profesor Snape, su espera no fue larga. Snape entró como siempre y se puso frente a la clase.

-Bien el examen tiene solo una poción, tendréis una poción diferente cada uno para que no podáis copiaros así que ni os molestéis. Las pociones son de las más complicadas que hemos dado en todo el curso así que si alguno no se ve con fuerzas de hacerlo que me ahorre el trabajo de repartirle la hoja y se marche ahora. No tengo ganas de estar oyendo explosiones durante el examen. ¿Nadie quiere abandonar? Repartiré los exámenes boca abajo y solo le darán la vuelta cuando yo lo diga ¿entendido?

Toda la clase asintió con la cabeza y Snape comenzó a repartir los exámenes, cuando terminó, les dio la orden para que pudieran comenzar.

Todos le dieron la vuelta al examen y como bien les había dicho Snape era solo una poción pero de las más complicadas.

Eran pociones en las que tenías que calcular muy bien el tiempo para echar los ingredientes, calcular al milímetro la cantidad de los ingredientes y por su puesto echar los ingredientes correctos.

En mitad del examen sonó una explosión , cuando todos miraron vieron a Angy llena de poción y con la piel cambiando a escamas azules y con terror en los ojos. Snape se acercó a ella como una bala.

-¿Qué dije al principio del examen? ¿Es que no me estaba escuchando? No se crea que por ser de Slytherin no le iba a decir nada. ¡Lárguese, antes de que la meta en una pecera!

Angy salió del aula corriendo hacia la enfermería con lágrimas en los ojos.

Lisa y Sandra tuvieron que taparse la boca para que no se les escapara la carcajada.

-¿Les parece divertido señoritas? ¿Les divierte que a un compañero le haya fallado la poción? Pues ya pueden rezar para que no les suceda lo mismo o verán realmente lo cruel que puedo ser.

Aunque hubo otras dos explosiones nadie se atrevió ni si quiera a levantar la vista de su poción. Quedaban cinco minutos para terminar y poco a poco el aula se fue vaciando.

-Ya es la hora, si no han terminado es por que no sabían hacerla, dejen todo como está, recojan sus utensilios y lárguense.

La gente comenzó a abandonar el aula.

-¿Qué hace ahí de pie señorita?

-Estoy esperando que termine de recoger Lisa, profesor.

-Puede esperar fuera.

-Sí señor. –Sandra le hizo con una señal a Lisa de que la esperaba fuera.

-Cierre la puerta después de salir.

-Sí señor.

Lisa comenzó a recoger todo lo deprisa que pudo ya que se dio cuenta de que estaba sola.

-No te voy a comer Lisa.

-Sí, lo sé pero... –Con las prisas se le cayeron todos los apuntes al suelo.

-Déjame que te ayude.

-¡No! No hace falta, pero gracias.

-De nada.

-Bien, ya me voy. Adios.

-Adios Lisa.

Lisa salió todo lo deprisa que pudo de aquel aula, se le hacía muy incómodo quedarse a solas con él, prefería mantenerse alejada. Alcanzó a Sandra y se reunieron con el resto para festejar que ya todo había terminado.

Fueron a la casa de Gyffindor y  se sentaron en los sillones para hablar y recordar cómo habían sido sus dos años en Hogwarst. Bajaron a cenar y luego volvieron a su casa para seguir charlando sobre las bromas y todo lo que habían echo, era maravilloso todo lo que habían vivido en tan solo dos años. Siguieron hablando hasta que el sueño los venció.

Al día siguiente todos se levantaron nerviosos por las notas finales y sin perder tiempo después del desayuno fueron al tablón de anuncios para comprobar sus notas.

La alegría se dibujó en sus caras cuando descubrieron que habían aprobado todo, incluso pociones.

-Oye Lisa ¿qué has hecho para conseguir una nota tan alta en pociones?

-¿Por qué lo dices?

-No le habrás enamorado o algo así ¿no?

-¡¿Qué?! ¿Por qué dices eso? ¿Te ha dicho alguien algo?

-Tranquila Lisa solo era una broma.

-Una....una broma ¡claro! Jajajajajaja. –Lisa comenzó  a reírse como si estuviera poseída.

Los tres la miraban como si se hubiera vuelto loca o como si algo la hubiera embrujado.

-Ey! Mirad quiénes van por ahí. Son Harry, Ron y Hermione ¿vamos con ellos? –dijo Jon

-Sí veamos cómo les han ido a ellos con las notas.

Sandra apartó a Lisa de la gente

-¿Lisa? Me tienes muy preocupada, seguro que estás bien.

-Sí Sandra, por ahora no puedo decirte nada pero tranquila, vayamos con ellos ¿sí?

-Es que no entiendo cómo te pones así cuando Sam solo te ha hecho una broma sobre pocio.... ¡no! ¡No me digas que..!

¡Lo sabía, lo sabía! ¡Había algo extraño en todo esto!

-Bueno Sandra tranquilízate, no quiero que nadie más se entere.

De pronto vieron como Hermione se acercaba con paso decidido hacia ellas y con una expresión en la cara que no les gustaba un pelo.

-Sabía que había algo. –dijo de pronto Hermione.

-¿De qué hablas? –dijo Lisa.

-No te hagas la tonta, Sam me ha contado cómo reaccionaste con su broma, gracias a dios que los tíos no se enteran de nada. Entonces lo vi ¿es cierto?

-Sabía yo que con dos chismosas como vosotras esto no iba a permanecer en secreto mucho tiempo. Vamos a un sitio tranquilo y os lo cuento todo.

Se fueron las tres a un lugar apartado cerca del lago y Lisa comenzó a relatarles todo lo sucedido con Snape.

-¿Pero en qué piensa ese garrulo? –dijo al final Sandra.

-Tiene que ser difícil también para él. –le dijo Hermione.

-Sí, se que es difícil pero no puedo hacer otra cosa.

-Si cuando yo digo que te gustan las complicaciones.... –le dijo Sandra con una sonrisa.

Se quedaron sentadas observando el lago hasta la hora de comer, ninguna le reprochó nada a Lisa, ninguna le dijo que estaba loca por enamorarse de un hombre así y eso tranquilizó mucho a Lisa. Sobre todo les hizo prometer que nada de eso saldría de ellas.

Después de la comida todo el mundo fue a preparar los baúles para el día siguiente y luego se prepararon para la fiesta después de la cena.

Cuando la cena terminó todas las mesas desaparecieron y quedaron solo dos para las bebidas. El comedor se convirtió en un gran salón de baile y todo se decoró para tal ocasión.

El grupo de Harry, Ron, Hermione, Sam, Jon, Sandra y Lisa comenzó a bailar en cuanto sonó la música, dieron saltos, hicieron el tonto y Lisa no recordaba habérselo pasado tan bien en años. Descansaban de vez en cuando para tomar cerveza de mantequilla y zumo de calabaza y charlar un poco para después volver a bailar.

Snape había entrado en el salón y por lo que pudo comprobar nadie se percató de ello, buscó con su mirada hasta que la encontró, la vio como se reía, cómo disfrutaba e incluso odiaba que disfrutara tanto.

-¿Pensabas que se quedaría en su habitación llorando por ti?

-¡Qué susto me ha dado Albus! Y no se de qué me habla.

-Está bien, como tú quieras, pero recuerda que si no haces algo se te escapará.

-Gracias por sus consejos pero no se me va escapar nada.

Dumblendor chasqueó la lengua y se alejó de allí preocupado por la cabezonería de Snape.

En uno de los descansos que se tomaron para beber algo, Lisa se acercó a McGonagall que tenía los ojos llorosos.

-Pero, profesora ¿qué le sucede?

-Ahora ya puedes llamarme Minerva... y es que me da pena –y comenzó a llorar en brazos de Lisa.

-Pero Minerva sabes que puedes visitarme siempre que quieras, además tendrás galletas gratis.

-Gracias Lisa, eres un encanto, tu abuela estaría orgullosa de ti.

-Vamos, vamos Minerva –dijo de pronto Dumblendor.-No creo que la señorita Lisa quiera verla así.

-Lo sé profesor pero me da tanta pena. –Minerva se sonó suavemente con su pañuelo turquesa.

De pronto las luces se encendieron indicando que la fiesta se había terminado y todo el mundo se puso de camino para las habitaciones.

-Bueno creo que es buena hora para que un anciano como yo se retire a su habitación. Buenas noches.

-¡Buenas noches profesor!

-¡Ah! Por cierto Lisa, me plantearé lo de ser adivino. –Y guiñándole un ojo se fue a la habitación.

Lisa se quedó pálida, ¿cómo había sabido lo del bosque? ¿les habría visto a Snape y a ella cuando le curaba las heridas?

-¿Lisa? ¿Qué ha querido decir Dumblendor con eso? –Minerva la miraba extrañada.

-Nada, nada tranquila era una broma.

-Si tú lo dices. Escucha, estoy muy orgullosa de tus notas, es una pena que no entraras a tu edad.

-No te preocupes ahora por eso, por lo menos he tenido una segunda oportunidad.

-Sí, en eso tienes razón. Vamos niña, debes irte, nos hemos quedado solas. Hasta mañana Lisa.

-Hasta mañana Minerva.

Lisa le dio un fuerte abrazo y se puso de camino hacia la torre. Iba tranquila, despacio, mirando todo a su alrededor y despidiéndose a cada paso de ese gran colegio. Ya estaba cerca de su torre cuando alguien le agarró del brazo.

-Lisa, espera.

-Severus ¿qué haces?

-Solo quiero despedirme de la persona que más quebraderos de cabeza me ha producido en toda mi vida.

-No se si tomármelo como un cumplido o qué.

-Solo quiero desearte suerte.

-Gracias, también te deseo suerte.

-Por qué tanta palabrería si lo que quiero es besarte.

Entonces se acercó a ella y la besó, la besó con suavidad, cómo si estuviera almacenando cada sentimiento en su mente. Luego la abrazó y le susurró al oído.

-Adios pequeña galleta.

-Adios profesor.

Se separaron y sin mirar atrás ninguno de los dos, se dirigieron cada uno a su dormitorio.

Al día siguiente todo el mundo se levantó alterado, todos preparaban sus últimas cosas para regresar a su casa. El desayuno fue ruidoso, todo el mundo hablaba de lo que haría en verano, dónde iría de vacaciones y las cosas que querían ver.

Harry, Ron y Hermione quedaron en verano con Sandra, Sam, Jon y Lisa para tomar algo, además de que querían ver la nueva tienda de Lisa y probar sus famosas galletas.

Fueron a la habitación y fueron bajando sus baúles para ser transportados al tren, cuando Lisa colocaba su baúl, alguien la llamó.

-Chisss! Lisa!

-¿Bregor? ¿Isaac? ¿Qué quereis?

-Nada solo veníamos a despedirnos, no te creas que olvidamos tan fácilmente.

-Gracias chicos, pasarlo bien ¿vale?

-Gracias Lisa, te mandaremos alguna que otra postal.

-Bien, largaros antes de que os vea alguien, no lo ibais a pasar bien el año que viene.

-Tienes razón, adios.

Lisa se encaminó hacia el vestíbulo y antes de salir por la puerta se dio la vuelta para echar un último vistazo a su colegio. Algo la hizo fijarse en una figura que cuando salió a la luz  pudo ver que era Snape. Le levantó la mano para despedirse y ella hizo lo mismo.

-¡Lisa, sales o que!

-Sí voy, solo me estaba despidiendo.

-Vamos a perder el carruaje

-Bien, ya voy.

Snape pudo ver como Lisa desaparecía por el umbral de la puerta y no pudo evitar que dos lágrimas asomaran por sus ojos, amenazando con caer. Cogió aire antes de que sucediera y se obligó a no pensar más en ella.

-Todavía estás a tiempo Severus.

-No profesor Dumblendor, ya no.

-¿Quieres hablar? –Albus sabía que la respuesta sería que no.

-Sí, quiero hablar.

Albus más sorprendido que nunca le indicó el pasillo hacia su despacho.

Sybill: Gracias me alegro que te guste, bueno este es casi el final. Además en el capítulo final.... bueno ya lo verás.

Ana: Bueno ya ves que ha sido sincero pero muchas veces la verdad no gusta.

Soycomosoy: Bueno, ya ves que Snape se ha cuasi declarado pero..., se verá, se verá.

Laia: Me alegro que te guste, aquí tienes tu continuación.

Calis: Tienes razón el amor es así de raro.

Mi-chan: Es agradable saber que te guste, aunque ya quede poco.

Dickens: Bueno querida sobrina, qué te parece, ya me lo dirás.

Melliza: Siento haber tardado tanto con el ansia que tenías y lamento que aun no sepas lo que va a suceder......

Nariko-chan: Pues no creas que no le dieron ganas a Lisa de hacer algo así con los tres flojeras que tiene como amigos, pero creo que la clase intensiva fue más que suficiente

Soki: Los alumnos grandes son peores incluso que los más chicos como puedes comprobar, me alegra que te guste