"Ese tiempo en Howgarts, hizo que a nuestros amigos les cambiara la vida
por completo."
El espectáculo de magia para muggles de Jon mejoró muchísimo, gracias a su
inseparable amigo Sam. Los efectos especiales eran sorprendentes y Jon (con
Sam como telonero) empezó a tener mucho éxito. Se cambió el nombre por otro
más artístico, los muggles pagaban para ir a verlo, era todo un showman.
Creo que le llaman algo así como Coperfield, no sé, estos muggles son muy
extraños, pagan para ver magia y sin embargo no quieren ver ni en pintura
a los brujos y brujas del mundo mágico.
Sandra se convirtió en una de las mejores espías e informadoras, dentro del Ministerio de Magia, gracias a la capacidad que tiene de conseguir información, aun inexplicable para nosotros. Aunque siempre se le quedará una espina clavada. ¿Se acuerdan de Angy? ¿De su secreto? Pues por mucho que lo intentó, Sandra nunca pudo saber, qué fue lo que pasó en esa familia, tiene la seguridad (comprobada) de que sucedió algo pero no pudo descubrir más.
¿Y Lisa? Nuestra protagonista...Pues tiene el mejor y mayor negocio de galletas de todo el mundo mágico, Moogly es su mano derecha, ya que sin él nunca lo habría conseguido, tenía mucha estrategia para los negocios..., hoy en día hasta un elfo doméstico te puede sorprender. Lisa siguió en contacto con Isaac y Bregor, además de con sus compañeros, pese a que en un principio eran enemigos, aquella noche sucedieron cosas que les unieron, era un secreto que solo ellos sabían, además de posiblemente Dumbledore y Snape. Y respecto a Snape...bueno... Lisa pensaba mucho en Snape, no podía quitarse de la cabeza a aquel hombre. -¿Por qué alguien como él puede ser tan estúpido? -pensaba Lisa mientras se preparaba para cerrar la tienda.- Lisa sabía que el paso que Snape tenía que dar era muy difícil pero no comprendía por qué se empeñaba en vivir como un ermitaño el resto de su vida. ¿Por las apariencias? ¿por el respeto de sus alumnos? ¿qué más daba? Al fin y al cabo el que se iba a quedar solo era él. No había tenido contacto con él desde su marcha y ya había pasado un año desde entonces, pero pese al tiempo transcurrido no se lo podía quitar de la cabeza. -Uff! Dentro de unos meses entrarán nuevos alumnos al colegio, no saben la suerte que tienen.- Lisa no podía olvidar aquella sensación cuando le entregaron la carta de admisión en el colegio y sentía envidia de aquellos que fueran a entrar.
-Bueno Lisa -se decía a si misma- empieza a recoger o no te iras a casa nunca. Cuando Lisa se dispuso a cerrar la puerta, una viejecita le dio un empujón a la puerta y se coló dentro. -Esto..., perdone... pero está cerrado.- -Sí, sí, sí jovencita ya lo sé, pero es que tengo urgencia en...cof, cof, cof, disculpe tengo catarro, mira tengo urgencia por comprar cof, cof, cof, unas galletitas para mi nietecita que va a cumplir cinco años y si no le llevo las galletas se disgustará cof, cof, cof, un montón. ¿Quiere ver su foto? -No! Déjelo, acabemos con esto, llevo todo el día aquí y como comprenderá quiero irme a casa cuanto antes. ¿Qué galletas deseaba? -Lisa cerró la puerta antes de ir al mostrador para evitar cualquier otra visita y apagó la iluminación del escaparate. -¿Qué galletas deseo? Cof, cof, cof, cof. -El tosido de la señora empezaba a sonar muy mal. -Sí, me imagino que ya sabrá las galletas que le gustan a su nieta ¿no? -Lisa comenzaba a impacientarse. -No, solo me dijo que sean sabrosas ¿qué clase de galletas tiene? -¿Cómo dice? ¡Tengo más de cien tipos de galletas! -Bien, pues dígame de qué son cada una y los ingredientes por favor, es que a mi nieta hay cosas que no le gustan.
Lisa miraba anonadada a la anciana, pensando si eso no sería una broma de mal gusto, eran las nueve de la noche y aquella señora le pedía que le explicara cada tipo de galleta que tenía. ¡Estaba loca! -Mire señora, ya es muy tarde, si quiere puede volver mañana y yo le preparo esta noche una lista con las galletas que tengo y sus ingredientes ¿de acuerdo? -No, no, no, eso no es posible, no me moveré de aquí hasta no haber comprado las galletas, se lo pro.. cof, cof, cof, prometí a mi nieta esta noche y no cof, cof, cof, no me moveré de aquí sin ellas.
De pronto, Moogly salió de la trastienda al oír tanto tosido y miró a Lisa como no entendiendo nada.
-Tranquilo Moogly, no pasa nada, vete a casa, creo que voy a tener que quedarme durante "bastante" tiempo gracias a esta "simpática señora". Moggly asintió con la cabeza y se marchó.
-¡Jovencita! No me ha gustado el tono con que ha dicho cof, cof, cof, cof, eso de simpática señora, tenga más respeto. Cof, cof, cof, y no me disguste que me hace toser más. -Bueno, pues si no le gusta, váyase a otro sitio.- Lisa le sonreía de oreja a oreja con la manos apretadas imaginándose que tenía el cuello de aquella señora en sus manos. -Ya le he dicho que no me voy a ir y cuanto antes empiece a enseñarme las galletas antes terminaremos no cree? Cof, cof, cof, así que deje de hablar y trabaje un poco.
Lisa tenía los ojos inyectados en sangre, quería estrangular a aquella señora ¿qué trabaje un poco? Sabía que en parte tenía razón cuanto antes empezase antes terminaría. Cogió aire y comenzó a explicar las clases de galletas que tenía.
-Espere, antes de comenzar a explicarle nada, dígame lo que no le gusta a su nieta y así ahorraremos tiempo. -No, cof, cof, cof, eres una cotilla, no voy a decirte lo que no le gusta a mi nieta por que eso a ti no te importa, no quiero que juzgues a una niña de cinco años pensando que es tal y que es cual por que no le gustan una serie de cosas. Tú dime de qué son y yo te diré si le gustan o no. Cof, cof, cof, cof. -Pero señora, no es por juzgar a su nieta ni nada, no entiende que así iremos más rapidas? -¡Te he dicho que no! Y empieza de una vez que no tengo toda la noche. Lisa se sentía como en una pesadilla, era duro tratar con los clientes pero aquella señora se llevaba la palma. Era la peor clienta que había tenido. -Va a empezar ¿o qué? -Sí, si no me queda más remedio, creo que tendré que empezar.
Lisa comenzó a decirle las clases de galletas que tenía y sus ingredientes, tenía que decirle todo lo que contenía (menos en algunas que contenían ingredientes secretos).
-Perdona, podrías darme agua, tanto toser me seca la boca. -Sí, ahora mismo vuelvo. Lisa se dirigió hacia la trastienda refunfuñando y maldiciendo a aquella señora, ya llevaban una hora ahí metidas y la viejecita no se decidía. Lisa volvió con el agua. -Aquí tiene. -Gracias. ¿Podrías decirme de nuevo qué tenían estas galletas? Lisa miró y vio que eran de las primeras que le había explicado, eso hizo que Lisa se alegrara ya que era un rallito de esperanza de que por fín la señora se hubiera decidido. -Sí! Esas son de calabaza y chocolate blanco, extremadamente "sabrosas". -Ah! Cof, cof, cof. Lisa sonrió -Entonces no, no le van a gustar. Lisa se hundió de nuevo. -Bien, continúo estas llevan limón, naranja y azucar glaseado, con un toque mágico. Cuando te las vas a comer se convierten en animales que hacen monerías, son las que más gustan entre los niños. -No, cof, cof, cof, esas no. No quiero que se asuste, continúe. -Estas llevan licor así que no creo que... -Díga de qué son. -¿Pero si lleva licor? -Me da igual cof, cof, cof, quiero saberlo. -Llevan chocolate nego con anis, se la suelen llevar para eventos importantes. Estas otras... -Cof, cof, cof, perdona ¿puedes traerme un taburete, estoy un poco cansada..cof, cof, cof. -Pero si sigue interrumpiéndome no terminaremos nunca. -¡Me gustaría que llegarás a mi edad! ¡Ya verías, ya! ¡Estos jóvenes de hoy en día! Cof, cof, cof. -Está bien, no se disguste ahora le traigo su taburete.....maldita vieja.- Se fue murmurando todo tipo de insultos hasta la trastienda. -Aquí tiene ¿puedo continuar? -Mummm -asintió la señora con la cabeza. Lisa le miró extrañada y se dio cuenta de todo lo que sucedía cuando al acercarse a las siguientes galletas, oyó un crujido en el suelo. Estaba todo lleno de migas de galletas, la señora se las estaba comiendo.
-¡Qué narices cree que hace! ¡Usted no ha venido a comprar solo a comerse mis galletas sin pagar! ¡Márchese! ¡Ahora o le juro que llamo a la policía! ¡Me ha oído vieja bruja!¡y si no quiere salir le juro que la saco de los....! ¿Qué le sucede? La señora comenzaba a presentar un aspecto muy feo, tenía la cara roja y le lloraban los ojos. Cuando abrió la boca para intentar respirar, empezó a escupir la galletas, se había atragantado y comenzó a toser más fuerte que antes. -Cof, cof, cof, cof, cof, me a...cof, cof, cof, ahogo, cof, cof,... -Tranquila, espera, aquí tiene el agua de antes, beba. -Cof, cof, cof, cof, cof no..... no puedo respirar.... -Dios! Se está poniendo morada....., mi varita..... en la trastienda. -Lisa estaba nerviosa, la señora no presentaba muy buen aspecto y si no se daba prisa seguro que se ahogaría ahí mismo. -Oiga espere, voy a por mi varita y a por más agua. -Cof, cof, cof, rá...cof, cof rápidooo cof,cof,cof, me ahogo.... Lisa corrió hacia la trastienda buscando su varita. -Dóde está la maldita varita....-Lisa se movia de un lado para otro buscando sin éxito, se decidió por el agua. Se le cayó el baso cinco veces en el fregadero de lo nerviosa que estaba, al fin cuando lo llenó se dirigió rápidamente hacia la señora. -¿Señora? Lisa no oía nada ni veía a nadie.- ¿A que me la ha jugado? Cuando se acercó hacia la salida vio en el suelo a la señora, se había desmayado y su cara estaba morada. -¡Dios mío! ¿¡Está usted bien, me oye!? ¡Qué demon...! La cara de la señora comenzó a tener espasmos al igual que su cuerpo y volvió a comenzar a toser. Lisa miraba la escena asustada, parecía como si la señora se estuviera transformando en algo. Pronto se incorporó y siguió tosiendo y transformándose. -Cof, cof, cof, jof, ja, ja, ja, ja, ja, ja. Tendrías que verte la cara...jajajaja. -Pero...qué... -Lisa miraba atónita a la señora que cada vez se parecía más a .....SNAPE??!!!! -Hola pequeña galleta!!!! Ha sido buenísimo, tendrías que verte la cara, no me lo había pasado tan bien desde hace tiempo, menuda paciencia que has tenido no me extraña que tengas éxito....¡¡¡Plaf!!!!!-Lisa le dio una torta que le cruzó la cara -Eh? A qué ha venido eso? -¡¡¡QUE A QUÉ HA VENIDO!!! ¡¡¡PERO TÚ SABES EL SUSTO QUE ME HAS DADO!!! Pensé que se había muerto en mi propia tienda y todo por haberla chillado y pretendes que me ría contigo de tu estupenda broma??? -Debes de reconocer que ha sido buena, por fin Slytherin ha ganado. -Y para esto has necesitado un año entero, veo que lo has hecho concienzudamente. -Lisa le miraba enfadada esperando una respuesta. -Eso ha sido un golpe bajo. -Y qué pretendes que te diga, he estado un año entero sin saber de ti y te presentas gastándome esta broma "pesada" y pretendes que me sienta como si no hubiera pasado nada y te ría la gracia ¿no? -Tampoco te pido eso, solo que... -¿A qué has venido a parte de darme un susto de muerte? -Lisa comenzó a recoger como si no le interesara nada de Snape y con el corazón aún latiéndole a mil por hora del susto que se había llevado. -A proponerte una cosa, que estoy seguro no podrás rechazar. -Snape se fue acercando poco a poco. -Me parece que te lo tienes muy creído, no se qué puedes proponer tú para que yo esté encantada de aceptarlo. -Lisa procuraba alejarse de él disimuladamente, éste le ponía bastante nerviosa. -¡Vamos Lisa! Me quieres decir, que en todo este año ni siquiera has pensado ni un poco en mí. -Ahora Snape estaba cara a cara con Lisa. -¡Qué poco me conoces! ¡Qué te crees, que he estado todo el año suspirando por ti! ¡Ja, lo llevas claro! Ya te tengo más que olvidado, lo que pasó en Howgarts es cosa del pasado. -Lisa no recordaba haber dicho tantas mentiras juntas. -¿A sí? -Snape se le acercaba cada vez más. -¡Por supuesto! -Bien entonces si te hago esto no sentirás nada no? -Si me qué? De pronto Lisa sintió cómo los cálidos labios de Snape se juntaban con los suyos, fue como si la elevaran 10cm del suelo, ni siquiera puso resistencia, era como si esperara ese momento desde que vio aparecer a Snape. -¿Y bien? -Le dijo Snape con ojos juguetones. -¿Qué? No te creas...que he sentido nada. -¿Entonces por qué sigues con los ojos cerrados? -Snape vio como abría los ojos repentinamente y se ponía colorada, esto le encantó. -¡Bueno, déjate de tonterías y dime a qué has venido! -Lisa apartó a Snape con la mano para que no continuara mirándola así, le ponía demasiado nerviosa. -Para eso tenemos que hacer un pequeño viaje, ¿te apetece? -¿Un viaje? ¿A dónde? -A Howgarts, ¿vienes o qué? -¡¡¡A Howgarts!!!! ¿Pero para qué? -Mira, deja de preguntar y si quieres averiguar todo lo que te tengo que decir vente conmigo. Tú decides, yo me voy, te estaré esperando y si no apareces en diez minutos, entenderé que no quieres nada y te dejaré en paz. Adiós o hasta luego pequeña galleta. Snape se acercó y le dio un beso en la mejilla, muy, muy cerca de la comisura de la boca. Se dirigió hacia la chimenea y con polvos flú se marchó entre una llamarada verde, dejando a Lisa sin saber qué hacer ni qué decir. -Esto es estupendo ¿y qué hago ahora? ¡Está loco si se piensa que voy a correr detrás de él como una tonta! ¡Sigue igual de engreído! Lisa comenzó a recoger todo, intentando olvidar lo que acababa de suceder, hasta que se dio cuenta de que no estaba recogiendo nada y que lo único que hacía era mirar cada minuto a la chimenea. -Eres una estúpida, estás actuando como una niña pequeña con una rabieta, estás deseando de ir, además qué puedes perder? Lisa se acercó con paso decidido hacia la chimenea y cogiendo aire grito ¡Howgarts! Después de pasar unos minutos, Lisa apareció en una chimenea que daba a una habitación que no se parecía a ninguna de Howgarts. Era como si fuera un gran apartamento. Había un gran salón con varias estanterías llenas de libros, todo era de color madera, incluso el suelo. Había un sofá con dos sillones a cada lado de color verde claro y una mesa de marfil y cristal en medio. Al fondo se veía una barra americana que daba a una coqueta cocina.
-Pensé que ya no vendrías. -La voz de Snape sacó a Lisa de su visión. -¿Qué significa esto? No entiendo por qué me has traído aquí. -¿No te imaginas nada al ver esto? -No, no se a qué te refieres. -¿Por qué iba a querer yo un apartamento tan bonito dentro de Howgarts si no es para compartirlo con alguien?
Lisa temblaba de arriba abajo, lo que acababa de escuchar no podía ser cierto ¿qué le estaba proponiendo Snape? ¿¡Snape!? -¿No vas a decir nada? -No puedo. -¿Cómo que no puedes? ¿No puedes decir nada o no puedes aceptar?
Hubo un silencio que a Snape le incomodó, no quería que ella le rechazase después de todo lo que le había costado dar ese paso y planear todo a la perfección.
-No puedo hablar. -Entonces aceptas. -Snape aliviado se acercó a ella y le rodeó con los brazos. -Sí, pero y mi trabajo, y mi tienda, no puedo dejar todo así como así después de lo que me ha...-Snape la calló con la mano. -Esta chimenea está conectada con tu tienda, podrás vivir aquí e irte a trabajar tranquilamente, eso no es problema. Tu casa la puede cuidar Moogly, hasta ahora lo ha hecho muy bien y en vacaciones de verano viviremos allí. ¿Qué dices? -Que espero que esto no sea otra de tus bromas porque puedo estar mandándote maldiciones hasta que reviente mi varita.
-Ja, ja, ja, ja, juraría que si eres capaz de hacerlo, pero no, no es ninguna broma. Me di cuenta de lo estúpido que fui al rechazarte cuando te vi partir, todo este año he estado preparando todo para tu bienvenida, Dumblendor fue de gran ayuda. -Entonces eso quiere decir que... -Que te quiero Lisa y que quiero compartir el resto de mi vida contigo, si tú aceptas claro. Lisa sonreía como nunca, se lo podía haber dicho más alto pero no más claro, se le había declarado el profesor más frío de todo Howgarts y había sido la declaración más bonita que había escuchado. No pudo resistirse y le abrazó, quería comprobar que le podía sentir y que todo eso no era ningún sueño. -Bien, pero habrá que hacer algunos cambios en la decoración. -¿Qué le pasa a la decoración? -Hay demasiadas serpientes, yo soy de Gryffindor ¿recuerdas? -Lisa miró picarona a Snape y este suspiró, su pequeña galleta no había cambiado en absoluto. -¿Esta es nuestra...? -Habitación, sí. -Es preciosa. -Lisa miraba la habitación decorada al estilo japonés con una cama baja, un armario empotrado con las puertas de bambú y papel de arroz, todo era de color madera claro. La cabecera de la cama era de un color madera un poco más oscuro, era lisa y con dos grabados de una serpiente y un león. Slytherin y Gryffindor. Este detalle a Lisa le encantó y miró a Snape con una ceja levantada.
-Así no discutiremos por el lado de la cama. -Muy buena idea, profesor. Una pregunta ¿para qué queremos la cocina? ¿no están los elfos? -Bueno, sí pero por si algún día queremos que nadie nos "moleste" -Ahora era Snape el que la miraba pícaro. -Por lo que veo has aprovechado muy bien este año para prepararlo todo no es cierto? -Sí, no se me ha olvidado ningún detalle. -Snape rodeaba a Lisa con los brazos. -Ya lo veremos, algún fallo seguro que has tenido. -Lo dudo... -Snape se le acercó para besarla pero les interrumpió pequeños golpes en la puerta. -Voy a ver quién es, espera aquí ahora mismo retomamos la conversación -Le guiñó uno ojo y se dirigió hacia la puerta. Cuando Snape abrió la puerta vio la cara sonriente de Dumblendor y todo el profesorado detrás sonriéndole. -¡Qué, qué ha dicho! ¿Aceptó? -Sí, aceptó. -Dijo Snape de mala gana. -Si nos disculpa..... -¡Esto es estupendo! -Dumblendor entró en la habitación como un rayo y se dirigió hacia Lisa. -Me alegro mucho por vosotros -y con un susurro le dijo a Lisa. -Aunque si te digo la verdad me alegro más por él. ¡Esto hay que celebrarlo! ¡La cena está preparada, vamos a brindar por la nueva pareja! Lisa se cogió al brazo del Director para ir al comedor, vio que a Snape no le hacía mucha gracia todo eso y con una sonrisa se acercó a él susurrándole al oído. -Tendremos que retomar la conversación más tarde profesor. -Volvió al lado del Director y se marcharon al comedor con Snape por detrás todavía de mala gana.
Esa noche Lisa disfrutó un montón e incluso Snape disfrutó de la velada, ya que no le quedaba más remedio que ir a cenar por lo menos lo disfrutaría. Cuando acabaron de cenar todos comenzaron a retirarse hacia sus habitaciones. Dumblendor se había quedado hablando con Lisa del día que la vio por primera vez y que adivinó que traería de cabeza al profesor de pociones. El director se dio cuenta de la impaciencia en los ojos de Snape por que les dejara irse a su habitación y decidió despedirse de ellos. Cuando Lisa y Snape llevaron a su habitación, no sabían ni cómo actuar, era su primera noche juntos, sin tenerse que esconder de nadie y se encontraban nerviosos. Snape tomó la iniciativa. -Bueno, por dónde íbamos antes de que nos interrumpieran. -Creo que hablábamos de la cocina. -dijo Lisa nerviosa. -No, creo que no hablábamos.
Snape besó a Lisa y la dirigió hacia la habitación, esa noche sería especial, era su noche y no tendrían que preocuparse de nada. Al día siguiente se despertaron uno junto al otro abrazados, como si temieran que en plena noche alguno se pudiera escapar. Todavía no se lo creían. -Buenos días profesor. -le dijo Lisa dándole un beso en la frente. -Buenas noches pequeña galleta. -Snape le devolvió el beso. -No me llames así, parece que te ríes de mí. -No me río de ti, solo me gusta llamarte así. -Bueno, hay que levantarse, tengo que ir a trabajar. -Bien, al mediodía te iré a buscar y comeremos juntos ¿qué te parece? -Que no me creo que tú seas Snape.
Comenzaron a reír, hacía tiempo que Snape no se reía con tantas ganas, se prepararon para bajar a desayunar, todo el profesorado les saludó sonrientes, parecía mentira que eso le estuviera sucediendo a Snape. Lisa desayunó rápida y se despidió de Snape con un beso, no quería llegar tarde a la tienda. -Hasta el mediodía. -Hasta el mediodía, preciosa. Toda la mesa suspiró y McGonagall lloraba como una desconsolada. -Minerva, no llores por favor. -Le decía Lisa abrazándola. -Es que soy tan feliz, me gusta verte tan feliz y no puedo evitar... -Está bien, esta tarde cuando salga de la tienda charlaremos ¿vale? -Vale niña, pero vete no quiero que llegues tarde por mi culpa.
Lisa se despidió de Minerva con un beso y se dirigió hacia la chimenea sin dejar de sonreír al recordar la cara de Snape cuando Minerva comenzó a llorar. -Hay algunas cosas que nunca cambian.
Cuando llegó a la tienda comenzó a explicarle todo lo sucedido a Moogly, estaba como un niño con zapatos nuevos. Ella seguía al elfo por donde fuera para explicarle cada detalle, pero parecía que a Moggly no le interesaba en absoluto lo que le tuviera que contar.
-Perdona Moggly, ya se que no es muy emocionante mi vida pero por lo menos podrías aparentar que te interesa algo. -Moogly se encogió de hombros, cualquiera que lo viera diría que era mudo pero no Moogly hablaba poco pero hablaba. -¡Eso y ya está! ¡¿Te encoges de hombros?! -Moogly suspiró y decidió hablar para que lo dejara en paz. -Yo ya sabía, señora. Sabía todo. -¿¡Quéeee!? -Tenía que preparar todo para trasladar a su nueva casa, ¿entiende? -Eso quiere decir que Severus se pensaba que yo aceptaría sin más ¿qué se ha creido ese? Se va a enterar. Moogly se acercó a ella con cara de aburrimiento por haber oído esa frase más de mil veces. -Siempre dice lo mismo y en realidad le encanta que sea así, por qué quiere seguir martirizándose, admítalo y punto. Moogly dejó a Lisa con la boca abierta, aquel elfo le había dicho lo que ella sabía pero que no quería admitir. Le encantaba cómo era Snape y cómo llevaba las riendas de todo. -¿Tanto se me nota Moogly? -Sí señora, se le nota. -Moogly le sonrió y volvió a su trabajo. -Voy a escribir a todo el mundo contándole lo sucedido, estos no se lo van a creer. Lisa comenzó a escribir a Sandra, luego a Hermione, Sam, Jon, Harry, Ron y pensándolo bien, a Isaac y a Bregor. Pronto apareció por la tienda, había estado dos horas en la trastienda escribiendo cartas, no había mucha gente así que Moogly no tuvo problemas. Lisa llamó a Moogly con una sonrisa y con una mirada de niña mala, que incluso a Moogly no le gustó un pelo. -Tienes que ayudarme Moogly, necesito que me ayudes con unos ingredientes. -¿Nuevas galletas? -No Moogly, no, solo que este año vuelve a ganar Gryffindor.
Moogly sonrió, una nueva guerra comenzaría en Howgarts, con un pequeño cambio, los contrincantes vivían juntos.
"Muchísimas gracias a todas/os que me habéis apoyado con esta historia y habéis tenido la santa paciencia de esperar entre capítulo y capítulo" Besos.
Sandra se convirtió en una de las mejores espías e informadoras, dentro del Ministerio de Magia, gracias a la capacidad que tiene de conseguir información, aun inexplicable para nosotros. Aunque siempre se le quedará una espina clavada. ¿Se acuerdan de Angy? ¿De su secreto? Pues por mucho que lo intentó, Sandra nunca pudo saber, qué fue lo que pasó en esa familia, tiene la seguridad (comprobada) de que sucedió algo pero no pudo descubrir más.
¿Y Lisa? Nuestra protagonista...Pues tiene el mejor y mayor negocio de galletas de todo el mundo mágico, Moogly es su mano derecha, ya que sin él nunca lo habría conseguido, tenía mucha estrategia para los negocios..., hoy en día hasta un elfo doméstico te puede sorprender. Lisa siguió en contacto con Isaac y Bregor, además de con sus compañeros, pese a que en un principio eran enemigos, aquella noche sucedieron cosas que les unieron, era un secreto que solo ellos sabían, además de posiblemente Dumbledore y Snape. Y respecto a Snape...bueno... Lisa pensaba mucho en Snape, no podía quitarse de la cabeza a aquel hombre. -¿Por qué alguien como él puede ser tan estúpido? -pensaba Lisa mientras se preparaba para cerrar la tienda.- Lisa sabía que el paso que Snape tenía que dar era muy difícil pero no comprendía por qué se empeñaba en vivir como un ermitaño el resto de su vida. ¿Por las apariencias? ¿por el respeto de sus alumnos? ¿qué más daba? Al fin y al cabo el que se iba a quedar solo era él. No había tenido contacto con él desde su marcha y ya había pasado un año desde entonces, pero pese al tiempo transcurrido no se lo podía quitar de la cabeza. -Uff! Dentro de unos meses entrarán nuevos alumnos al colegio, no saben la suerte que tienen.- Lisa no podía olvidar aquella sensación cuando le entregaron la carta de admisión en el colegio y sentía envidia de aquellos que fueran a entrar.
-Bueno Lisa -se decía a si misma- empieza a recoger o no te iras a casa nunca. Cuando Lisa se dispuso a cerrar la puerta, una viejecita le dio un empujón a la puerta y se coló dentro. -Esto..., perdone... pero está cerrado.- -Sí, sí, sí jovencita ya lo sé, pero es que tengo urgencia en...cof, cof, cof, disculpe tengo catarro, mira tengo urgencia por comprar cof, cof, cof, unas galletitas para mi nietecita que va a cumplir cinco años y si no le llevo las galletas se disgustará cof, cof, cof, un montón. ¿Quiere ver su foto? -No! Déjelo, acabemos con esto, llevo todo el día aquí y como comprenderá quiero irme a casa cuanto antes. ¿Qué galletas deseaba? -Lisa cerró la puerta antes de ir al mostrador para evitar cualquier otra visita y apagó la iluminación del escaparate. -¿Qué galletas deseo? Cof, cof, cof, cof. -El tosido de la señora empezaba a sonar muy mal. -Sí, me imagino que ya sabrá las galletas que le gustan a su nieta ¿no? -Lisa comenzaba a impacientarse. -No, solo me dijo que sean sabrosas ¿qué clase de galletas tiene? -¿Cómo dice? ¡Tengo más de cien tipos de galletas! -Bien, pues dígame de qué son cada una y los ingredientes por favor, es que a mi nieta hay cosas que no le gustan.
Lisa miraba anonadada a la anciana, pensando si eso no sería una broma de mal gusto, eran las nueve de la noche y aquella señora le pedía que le explicara cada tipo de galleta que tenía. ¡Estaba loca! -Mire señora, ya es muy tarde, si quiere puede volver mañana y yo le preparo esta noche una lista con las galletas que tengo y sus ingredientes ¿de acuerdo? -No, no, no, eso no es posible, no me moveré de aquí hasta no haber comprado las galletas, se lo pro.. cof, cof, cof, prometí a mi nieta esta noche y no cof, cof, cof, no me moveré de aquí sin ellas.
De pronto, Moogly salió de la trastienda al oír tanto tosido y miró a Lisa como no entendiendo nada.
-Tranquilo Moogly, no pasa nada, vete a casa, creo que voy a tener que quedarme durante "bastante" tiempo gracias a esta "simpática señora". Moggly asintió con la cabeza y se marchó.
-¡Jovencita! No me ha gustado el tono con que ha dicho cof, cof, cof, cof, eso de simpática señora, tenga más respeto. Cof, cof, cof, y no me disguste que me hace toser más. -Bueno, pues si no le gusta, váyase a otro sitio.- Lisa le sonreía de oreja a oreja con la manos apretadas imaginándose que tenía el cuello de aquella señora en sus manos. -Ya le he dicho que no me voy a ir y cuanto antes empiece a enseñarme las galletas antes terminaremos no cree? Cof, cof, cof, así que deje de hablar y trabaje un poco.
Lisa tenía los ojos inyectados en sangre, quería estrangular a aquella señora ¿qué trabaje un poco? Sabía que en parte tenía razón cuanto antes empezase antes terminaría. Cogió aire y comenzó a explicar las clases de galletas que tenía.
-Espere, antes de comenzar a explicarle nada, dígame lo que no le gusta a su nieta y así ahorraremos tiempo. -No, cof, cof, cof, eres una cotilla, no voy a decirte lo que no le gusta a mi nieta por que eso a ti no te importa, no quiero que juzgues a una niña de cinco años pensando que es tal y que es cual por que no le gustan una serie de cosas. Tú dime de qué son y yo te diré si le gustan o no. Cof, cof, cof, cof. -Pero señora, no es por juzgar a su nieta ni nada, no entiende que así iremos más rapidas? -¡Te he dicho que no! Y empieza de una vez que no tengo toda la noche. Lisa se sentía como en una pesadilla, era duro tratar con los clientes pero aquella señora se llevaba la palma. Era la peor clienta que había tenido. -Va a empezar ¿o qué? -Sí, si no me queda más remedio, creo que tendré que empezar.
Lisa comenzó a decirle las clases de galletas que tenía y sus ingredientes, tenía que decirle todo lo que contenía (menos en algunas que contenían ingredientes secretos).
-Perdona, podrías darme agua, tanto toser me seca la boca. -Sí, ahora mismo vuelvo. Lisa se dirigió hacia la trastienda refunfuñando y maldiciendo a aquella señora, ya llevaban una hora ahí metidas y la viejecita no se decidía. Lisa volvió con el agua. -Aquí tiene. -Gracias. ¿Podrías decirme de nuevo qué tenían estas galletas? Lisa miró y vio que eran de las primeras que le había explicado, eso hizo que Lisa se alegrara ya que era un rallito de esperanza de que por fín la señora se hubiera decidido. -Sí! Esas son de calabaza y chocolate blanco, extremadamente "sabrosas". -Ah! Cof, cof, cof. Lisa sonrió -Entonces no, no le van a gustar. Lisa se hundió de nuevo. -Bien, continúo estas llevan limón, naranja y azucar glaseado, con un toque mágico. Cuando te las vas a comer se convierten en animales que hacen monerías, son las que más gustan entre los niños. -No, cof, cof, cof, esas no. No quiero que se asuste, continúe. -Estas llevan licor así que no creo que... -Díga de qué son. -¿Pero si lleva licor? -Me da igual cof, cof, cof, quiero saberlo. -Llevan chocolate nego con anis, se la suelen llevar para eventos importantes. Estas otras... -Cof, cof, cof, perdona ¿puedes traerme un taburete, estoy un poco cansada..cof, cof, cof. -Pero si sigue interrumpiéndome no terminaremos nunca. -¡Me gustaría que llegarás a mi edad! ¡Ya verías, ya! ¡Estos jóvenes de hoy en día! Cof, cof, cof. -Está bien, no se disguste ahora le traigo su taburete.....maldita vieja.- Se fue murmurando todo tipo de insultos hasta la trastienda. -Aquí tiene ¿puedo continuar? -Mummm -asintió la señora con la cabeza. Lisa le miró extrañada y se dio cuenta de todo lo que sucedía cuando al acercarse a las siguientes galletas, oyó un crujido en el suelo. Estaba todo lleno de migas de galletas, la señora se las estaba comiendo.
-¡Qué narices cree que hace! ¡Usted no ha venido a comprar solo a comerse mis galletas sin pagar! ¡Márchese! ¡Ahora o le juro que llamo a la policía! ¡Me ha oído vieja bruja!¡y si no quiere salir le juro que la saco de los....! ¿Qué le sucede? La señora comenzaba a presentar un aspecto muy feo, tenía la cara roja y le lloraban los ojos. Cuando abrió la boca para intentar respirar, empezó a escupir la galletas, se había atragantado y comenzó a toser más fuerte que antes. -Cof, cof, cof, cof, cof, me a...cof, cof, cof, ahogo, cof, cof,... -Tranquila, espera, aquí tiene el agua de antes, beba. -Cof, cof, cof, cof, cof no..... no puedo respirar.... -Dios! Se está poniendo morada....., mi varita..... en la trastienda. -Lisa estaba nerviosa, la señora no presentaba muy buen aspecto y si no se daba prisa seguro que se ahogaría ahí mismo. -Oiga espere, voy a por mi varita y a por más agua. -Cof, cof, cof, rá...cof, cof rápidooo cof,cof,cof, me ahogo.... Lisa corrió hacia la trastienda buscando su varita. -Dóde está la maldita varita....-Lisa se movia de un lado para otro buscando sin éxito, se decidió por el agua. Se le cayó el baso cinco veces en el fregadero de lo nerviosa que estaba, al fin cuando lo llenó se dirigió rápidamente hacia la señora. -¿Señora? Lisa no oía nada ni veía a nadie.- ¿A que me la ha jugado? Cuando se acercó hacia la salida vio en el suelo a la señora, se había desmayado y su cara estaba morada. -¡Dios mío! ¿¡Está usted bien, me oye!? ¡Qué demon...! La cara de la señora comenzó a tener espasmos al igual que su cuerpo y volvió a comenzar a toser. Lisa miraba la escena asustada, parecía como si la señora se estuviera transformando en algo. Pronto se incorporó y siguió tosiendo y transformándose. -Cof, cof, cof, jof, ja, ja, ja, ja, ja, ja. Tendrías que verte la cara...jajajaja. -Pero...qué... -Lisa miraba atónita a la señora que cada vez se parecía más a .....SNAPE??!!!! -Hola pequeña galleta!!!! Ha sido buenísimo, tendrías que verte la cara, no me lo había pasado tan bien desde hace tiempo, menuda paciencia que has tenido no me extraña que tengas éxito....¡¡¡Plaf!!!!!-Lisa le dio una torta que le cruzó la cara -Eh? A qué ha venido eso? -¡¡¡QUE A QUÉ HA VENIDO!!! ¡¡¡PERO TÚ SABES EL SUSTO QUE ME HAS DADO!!! Pensé que se había muerto en mi propia tienda y todo por haberla chillado y pretendes que me ría contigo de tu estupenda broma??? -Debes de reconocer que ha sido buena, por fin Slytherin ha ganado. -Y para esto has necesitado un año entero, veo que lo has hecho concienzudamente. -Lisa le miraba enfadada esperando una respuesta. -Eso ha sido un golpe bajo. -Y qué pretendes que te diga, he estado un año entero sin saber de ti y te presentas gastándome esta broma "pesada" y pretendes que me sienta como si no hubiera pasado nada y te ría la gracia ¿no? -Tampoco te pido eso, solo que... -¿A qué has venido a parte de darme un susto de muerte? -Lisa comenzó a recoger como si no le interesara nada de Snape y con el corazón aún latiéndole a mil por hora del susto que se había llevado. -A proponerte una cosa, que estoy seguro no podrás rechazar. -Snape se fue acercando poco a poco. -Me parece que te lo tienes muy creído, no se qué puedes proponer tú para que yo esté encantada de aceptarlo. -Lisa procuraba alejarse de él disimuladamente, éste le ponía bastante nerviosa. -¡Vamos Lisa! Me quieres decir, que en todo este año ni siquiera has pensado ni un poco en mí. -Ahora Snape estaba cara a cara con Lisa. -¡Qué poco me conoces! ¡Qué te crees, que he estado todo el año suspirando por ti! ¡Ja, lo llevas claro! Ya te tengo más que olvidado, lo que pasó en Howgarts es cosa del pasado. -Lisa no recordaba haber dicho tantas mentiras juntas. -¿A sí? -Snape se le acercaba cada vez más. -¡Por supuesto! -Bien entonces si te hago esto no sentirás nada no? -Si me qué? De pronto Lisa sintió cómo los cálidos labios de Snape se juntaban con los suyos, fue como si la elevaran 10cm del suelo, ni siquiera puso resistencia, era como si esperara ese momento desde que vio aparecer a Snape. -¿Y bien? -Le dijo Snape con ojos juguetones. -¿Qué? No te creas...que he sentido nada. -¿Entonces por qué sigues con los ojos cerrados? -Snape vio como abría los ojos repentinamente y se ponía colorada, esto le encantó. -¡Bueno, déjate de tonterías y dime a qué has venido! -Lisa apartó a Snape con la mano para que no continuara mirándola así, le ponía demasiado nerviosa. -Para eso tenemos que hacer un pequeño viaje, ¿te apetece? -¿Un viaje? ¿A dónde? -A Howgarts, ¿vienes o qué? -¡¡¡A Howgarts!!!! ¿Pero para qué? -Mira, deja de preguntar y si quieres averiguar todo lo que te tengo que decir vente conmigo. Tú decides, yo me voy, te estaré esperando y si no apareces en diez minutos, entenderé que no quieres nada y te dejaré en paz. Adiós o hasta luego pequeña galleta. Snape se acercó y le dio un beso en la mejilla, muy, muy cerca de la comisura de la boca. Se dirigió hacia la chimenea y con polvos flú se marchó entre una llamarada verde, dejando a Lisa sin saber qué hacer ni qué decir. -Esto es estupendo ¿y qué hago ahora? ¡Está loco si se piensa que voy a correr detrás de él como una tonta! ¡Sigue igual de engreído! Lisa comenzó a recoger todo, intentando olvidar lo que acababa de suceder, hasta que se dio cuenta de que no estaba recogiendo nada y que lo único que hacía era mirar cada minuto a la chimenea. -Eres una estúpida, estás actuando como una niña pequeña con una rabieta, estás deseando de ir, además qué puedes perder? Lisa se acercó con paso decidido hacia la chimenea y cogiendo aire grito ¡Howgarts! Después de pasar unos minutos, Lisa apareció en una chimenea que daba a una habitación que no se parecía a ninguna de Howgarts. Era como si fuera un gran apartamento. Había un gran salón con varias estanterías llenas de libros, todo era de color madera, incluso el suelo. Había un sofá con dos sillones a cada lado de color verde claro y una mesa de marfil y cristal en medio. Al fondo se veía una barra americana que daba a una coqueta cocina.
-Pensé que ya no vendrías. -La voz de Snape sacó a Lisa de su visión. -¿Qué significa esto? No entiendo por qué me has traído aquí. -¿No te imaginas nada al ver esto? -No, no se a qué te refieres. -¿Por qué iba a querer yo un apartamento tan bonito dentro de Howgarts si no es para compartirlo con alguien?
Lisa temblaba de arriba abajo, lo que acababa de escuchar no podía ser cierto ¿qué le estaba proponiendo Snape? ¿¡Snape!? -¿No vas a decir nada? -No puedo. -¿Cómo que no puedes? ¿No puedes decir nada o no puedes aceptar?
Hubo un silencio que a Snape le incomodó, no quería que ella le rechazase después de todo lo que le había costado dar ese paso y planear todo a la perfección.
-No puedo hablar. -Entonces aceptas. -Snape aliviado se acercó a ella y le rodeó con los brazos. -Sí, pero y mi trabajo, y mi tienda, no puedo dejar todo así como así después de lo que me ha...-Snape la calló con la mano. -Esta chimenea está conectada con tu tienda, podrás vivir aquí e irte a trabajar tranquilamente, eso no es problema. Tu casa la puede cuidar Moogly, hasta ahora lo ha hecho muy bien y en vacaciones de verano viviremos allí. ¿Qué dices? -Que espero que esto no sea otra de tus bromas porque puedo estar mandándote maldiciones hasta que reviente mi varita.
-Ja, ja, ja, ja, juraría que si eres capaz de hacerlo, pero no, no es ninguna broma. Me di cuenta de lo estúpido que fui al rechazarte cuando te vi partir, todo este año he estado preparando todo para tu bienvenida, Dumblendor fue de gran ayuda. -Entonces eso quiere decir que... -Que te quiero Lisa y que quiero compartir el resto de mi vida contigo, si tú aceptas claro. Lisa sonreía como nunca, se lo podía haber dicho más alto pero no más claro, se le había declarado el profesor más frío de todo Howgarts y había sido la declaración más bonita que había escuchado. No pudo resistirse y le abrazó, quería comprobar que le podía sentir y que todo eso no era ningún sueño. -Bien, pero habrá que hacer algunos cambios en la decoración. -¿Qué le pasa a la decoración? -Hay demasiadas serpientes, yo soy de Gryffindor ¿recuerdas? -Lisa miró picarona a Snape y este suspiró, su pequeña galleta no había cambiado en absoluto. -¿Esta es nuestra...? -Habitación, sí. -Es preciosa. -Lisa miraba la habitación decorada al estilo japonés con una cama baja, un armario empotrado con las puertas de bambú y papel de arroz, todo era de color madera claro. La cabecera de la cama era de un color madera un poco más oscuro, era lisa y con dos grabados de una serpiente y un león. Slytherin y Gryffindor. Este detalle a Lisa le encantó y miró a Snape con una ceja levantada.
-Así no discutiremos por el lado de la cama. -Muy buena idea, profesor. Una pregunta ¿para qué queremos la cocina? ¿no están los elfos? -Bueno, sí pero por si algún día queremos que nadie nos "moleste" -Ahora era Snape el que la miraba pícaro. -Por lo que veo has aprovechado muy bien este año para prepararlo todo no es cierto? -Sí, no se me ha olvidado ningún detalle. -Snape rodeaba a Lisa con los brazos. -Ya lo veremos, algún fallo seguro que has tenido. -Lo dudo... -Snape se le acercó para besarla pero les interrumpió pequeños golpes en la puerta. -Voy a ver quién es, espera aquí ahora mismo retomamos la conversación -Le guiñó uno ojo y se dirigió hacia la puerta. Cuando Snape abrió la puerta vio la cara sonriente de Dumblendor y todo el profesorado detrás sonriéndole. -¡Qué, qué ha dicho! ¿Aceptó? -Sí, aceptó. -Dijo Snape de mala gana. -Si nos disculpa..... -¡Esto es estupendo! -Dumblendor entró en la habitación como un rayo y se dirigió hacia Lisa. -Me alegro mucho por vosotros -y con un susurro le dijo a Lisa. -Aunque si te digo la verdad me alegro más por él. ¡Esto hay que celebrarlo! ¡La cena está preparada, vamos a brindar por la nueva pareja! Lisa se cogió al brazo del Director para ir al comedor, vio que a Snape no le hacía mucha gracia todo eso y con una sonrisa se acercó a él susurrándole al oído. -Tendremos que retomar la conversación más tarde profesor. -Volvió al lado del Director y se marcharon al comedor con Snape por detrás todavía de mala gana.
Esa noche Lisa disfrutó un montón e incluso Snape disfrutó de la velada, ya que no le quedaba más remedio que ir a cenar por lo menos lo disfrutaría. Cuando acabaron de cenar todos comenzaron a retirarse hacia sus habitaciones. Dumblendor se había quedado hablando con Lisa del día que la vio por primera vez y que adivinó que traería de cabeza al profesor de pociones. El director se dio cuenta de la impaciencia en los ojos de Snape por que les dejara irse a su habitación y decidió despedirse de ellos. Cuando Lisa y Snape llevaron a su habitación, no sabían ni cómo actuar, era su primera noche juntos, sin tenerse que esconder de nadie y se encontraban nerviosos. Snape tomó la iniciativa. -Bueno, por dónde íbamos antes de que nos interrumpieran. -Creo que hablábamos de la cocina. -dijo Lisa nerviosa. -No, creo que no hablábamos.
Snape besó a Lisa y la dirigió hacia la habitación, esa noche sería especial, era su noche y no tendrían que preocuparse de nada. Al día siguiente se despertaron uno junto al otro abrazados, como si temieran que en plena noche alguno se pudiera escapar. Todavía no se lo creían. -Buenos días profesor. -le dijo Lisa dándole un beso en la frente. -Buenas noches pequeña galleta. -Snape le devolvió el beso. -No me llames así, parece que te ríes de mí. -No me río de ti, solo me gusta llamarte así. -Bueno, hay que levantarse, tengo que ir a trabajar. -Bien, al mediodía te iré a buscar y comeremos juntos ¿qué te parece? -Que no me creo que tú seas Snape.
Comenzaron a reír, hacía tiempo que Snape no se reía con tantas ganas, se prepararon para bajar a desayunar, todo el profesorado les saludó sonrientes, parecía mentira que eso le estuviera sucediendo a Snape. Lisa desayunó rápida y se despidió de Snape con un beso, no quería llegar tarde a la tienda. -Hasta el mediodía. -Hasta el mediodía, preciosa. Toda la mesa suspiró y McGonagall lloraba como una desconsolada. -Minerva, no llores por favor. -Le decía Lisa abrazándola. -Es que soy tan feliz, me gusta verte tan feliz y no puedo evitar... -Está bien, esta tarde cuando salga de la tienda charlaremos ¿vale? -Vale niña, pero vete no quiero que llegues tarde por mi culpa.
Lisa se despidió de Minerva con un beso y se dirigió hacia la chimenea sin dejar de sonreír al recordar la cara de Snape cuando Minerva comenzó a llorar. -Hay algunas cosas que nunca cambian.
Cuando llegó a la tienda comenzó a explicarle todo lo sucedido a Moogly, estaba como un niño con zapatos nuevos. Ella seguía al elfo por donde fuera para explicarle cada detalle, pero parecía que a Moggly no le interesaba en absoluto lo que le tuviera que contar.
-Perdona Moggly, ya se que no es muy emocionante mi vida pero por lo menos podrías aparentar que te interesa algo. -Moogly se encogió de hombros, cualquiera que lo viera diría que era mudo pero no Moogly hablaba poco pero hablaba. -¡Eso y ya está! ¡¿Te encoges de hombros?! -Moogly suspiró y decidió hablar para que lo dejara en paz. -Yo ya sabía, señora. Sabía todo. -¿¡Quéeee!? -Tenía que preparar todo para trasladar a su nueva casa, ¿entiende? -Eso quiere decir que Severus se pensaba que yo aceptaría sin más ¿qué se ha creido ese? Se va a enterar. Moogly se acercó a ella con cara de aburrimiento por haber oído esa frase más de mil veces. -Siempre dice lo mismo y en realidad le encanta que sea así, por qué quiere seguir martirizándose, admítalo y punto. Moogly dejó a Lisa con la boca abierta, aquel elfo le había dicho lo que ella sabía pero que no quería admitir. Le encantaba cómo era Snape y cómo llevaba las riendas de todo. -¿Tanto se me nota Moogly? -Sí señora, se le nota. -Moogly le sonrió y volvió a su trabajo. -Voy a escribir a todo el mundo contándole lo sucedido, estos no se lo van a creer. Lisa comenzó a escribir a Sandra, luego a Hermione, Sam, Jon, Harry, Ron y pensándolo bien, a Isaac y a Bregor. Pronto apareció por la tienda, había estado dos horas en la trastienda escribiendo cartas, no había mucha gente así que Moogly no tuvo problemas. Lisa llamó a Moogly con una sonrisa y con una mirada de niña mala, que incluso a Moogly no le gustó un pelo. -Tienes que ayudarme Moogly, necesito que me ayudes con unos ingredientes. -¿Nuevas galletas? -No Moogly, no, solo que este año vuelve a ganar Gryffindor.
Moogly sonrió, una nueva guerra comenzaría en Howgarts, con un pequeño cambio, los contrincantes vivían juntos.
"Muchísimas gracias a todas/os que me habéis apoyado con esta historia y habéis tenido la santa paciencia de esperar entre capítulo y capítulo" Besos.
