"Mistrust"
Scene 2 – Issues

Después de una noche soportando al menor de los Uesugi, a Shuuichi no le quedaron ganas de una segunda vez.
Quizá todo hubiera sido más agradable si Tatsuha no se la hubiera pasado abrazado al chico murmurando en sueños cosas compremetedoras involucrando a cierto integrante de Nittle Grasper.
Shuuichi dio una última mirada a la habitación y tomó su celular del buró, dispuesto a salir al trabajo, pero una mano que surgió de entre las sábanas aferrándolo fuertemente le impidió irse.
-¿A dónde crees que vas?-
-A... a trabajar...-respondió, algo nervioso.
La voz continuaba saliendo de debajo de la montaña de mantas. –A NG Records...-
-Ha—hai...-
-La compañía discográfica de Grasper...-
-A—aja...- tragó saliva, aterrado.

_______________

Tatsuha-san, de verdad, ¡no puedo hacer esto!-
-Claro que puedes, además ya estamos adentro.-
El pobre vocalista de Bad Luck venía sudando frío y pensando qué excusa iba a inventar para explicar la presencia de su cuñado en el trabajo.
-La li ho- dijo sin muchos ánimos al abrir la puerta del estudio de grabación.
-Ohayou Shindou-san.- respondió la voz suave de Suguru, que como de costumbre, llevaba rato ya practicando.
Shuuichi revisó visualmente la sala y segundos después de meter a Tatsuha cerró la puerta con todo tipo de candados y aislantes.
-¡¡QUIERO SALIR!! ¡¡QUIERO VER A MI DIOS!! ¡¡ESTO ES UNA INJUSTICIA!!- golpeaba desesperadamente la puerta mientras Shuuichi trataba de contenerlo.
Fujisaki, que no entendía nada, puso en práctica lo que mejor sabía hacer desde su entrada a Bad Luck. -¡Shindou-san! ¡¿De qué se trata todo esto?!-
Risita nerviosa y una gota inmensa sobre la cabeza. –Bueno pues... Tatsuha-san...-
-MY DARLING RYUUICHIIIIII!!-
Tatsuha se le colgó a la primer figura que apareció detrás de la puerta.
-Excuse me?- K', bastante sorprendido, miraba al ser humano que había resistido la granada que había usado con la puerta, y que ahora mismo estaba colgándose de él.
Shuuichi, a pesar de estar medio frito, llegó a la conclusión de que lo mejor sería esperar a que llegaran los demás para explicar la situación.

_______________

Y me dijo que si no lo traía conmigo, le daría a Yuki todas las cartas que no me atrevo a entregarle y que están escondidas debajo del colchón.-
K' estaba fascinado, Suguru molesto, Sakano en crisis y Hiro no parecía enterarse de nada.
-Ne, Hiro, ¿todo bien?- le pasó la mano frente a los ojos.
El castaño, se limitaba a responder a todo con suspiros y la cara de idiota no se le borraba con nada.
-Hiroooooo...-
-Oye, Shuuichi, pregúntame si algo bueno me ha sucedido...-
Fue entonces que Shuuichi recordó todo. –Ah, ¿entonces ya viste a Ayaka-chan?- sonrió.
-¡¡PREGÚNTAME SI ALGO BUENO ME HA SUCEDIDO!!- lo sacudía frenéticamente.
-¿Te... te ha sucedido algo bueno...?- repitió las palabras como pudo, ya que estaba completamente mareado.
-Es un se-cre-to.- dijo, sonriendo, mientras lo dejaba caer al suelo. –Ahora dime "No seas así, anda, ¡dime!"-
-Deja vu.- fue lo único que salió de los labios de Shuuichi, en el piso.
-¡¡DÍLO!!-
-No seas así, anda, ¡dime!- temblando de miedo.
-No te voy a decir.-
-¡¡SUFICIENTE!! ¡¡YA SÉ QUE AYAKA-CHAN ESTÁ EN TOKYO!!-
-¿Uh?- parpadeó Hiro, por fin volviendo a la realidad. -¿Cómo lo sabes?-
Shuuichi volvió a caer al suelo. -¿No escuchaste nada de lo que acabo de decir verdad?- dijo, sollozando.
Hiro negó.
-¿Y entonces por qué crees que Tatsuha-san está aquí?-
-¿Tatsuha-san está aquí?- preguntó, aún más asombrado.
El chico del suelo, se limitó a señalar a Tatsuha, que estaba forcejeando para liberarse de la mordaza y las cuerdas con las que lo habían atado a la silla.

_______________

Mientras tanto, de vuelta en la casa del escritor estrella, nuestro artista en cuestión se encontraba tratando de adelantar lo más posible a su obra. Con ambas fangirls ocupadas y la casa en silencio era todo completamente distinto.
Se acomodó los lentes sobre la nariz mientras hizo una pequeña pausa para releer lo que había escrito. Borró unas palabras y volvió a teclear pero seguía sin estar satisfecho.
Era raro que Yuki padeciera de "bloqueo de escritor", pero ahora le estaba sucediendo.
Lo que le inquietaba más de todo el asunto, era que eso sólo le pasaba cuando tenía algún pendiente o algo que lo perturbara (si, precisamente por eso casi nunca le ocurría), pero ahora no había nada en su vida que pudiera causarle algún tipo de nerviosismo.
Era más como una especie de presentimiento.
Ni caso, ya pensaría en eso después cuando su hermano y su adorable cosita hiperactiva regresaran a casa y volvieran a romper la paz.
-Adorable cosita hiperactiva...- repitió en voz alta y luego sonrió. Ese, uno de los tantos apodos cariñosos que tenía para Shuuichi y que desde luego, jamás usaría.
Jamás.
Sacudió la cabeza y encendió un cigarrillo. –Concentración Eiri, concentración...- y sin darle más vueltas al asunto retomó su novela.

_______________

Ah, Tatsuha-san, no sabía que estuvieras de visita.-
-Mnnfmmhhf.-
-¿Vas a quedarte mucho tiempo?-
-Mnff hmnff ahmfff mmphh nnf.-
-Ya veo...-
El resto de los presentes (léase Bad Luck, manager y productor) observaban estupefactos cómo el presidente Seguchi lograba mantener una conversación con Mr. Imposibilitado.
-Se—Seguchi-san...- dio un paso al frente, algo nervioso.
-Dime Shindou-san.-
-Lo... lo siento... sé que no debí traer a Tatsuha-san y...-
Tohma sonrió ampliamente. –No te preocupes, estaba pensando que quizá hasta pudiera hacer algo en la película.-
Todos abrieron mucho los ojos, sorprendidos, mientras Tatsuha lloraba a mares y se hincaba frente a Tohma alabándolo.
-Tatsuha-san, calma...-
Fujisaki, que para estas alturas ya se había hartado del maníaco de turno, se acercó y se lo llevó arrastrando de nuevo, junto a Shuuichi.
-Shachou, estaba pensando, quizá no sea buena idea...-
-¿Si?-
Sakano se arregló la corbata y siguió hablando. –Que Uesugi-san... este aquí... cuando...-
-Ohayou na no daaaaaa~!!- Un joven de cabello verdoso entró a la sala, seguido por la tecladista de cabellera violeta.
K' ya se había camuflajeado detrás de una maceta para evitar el "ataque" de Ryuuichi, Sakano estaba mudo.
-Sa—Sakuma-san...- rió Shuuichi, nervioso.
-¡¡Shuuichi!! ¡¡Deténlo!!- grití Hiro desesperado, refiriéndose, cómo no, a Tatsuha que al más puro estilo Copperfield se había soltado cuerdas y mordaza en segundos.
-Oiyo? ¿Detener a quién?- El vocalista de Nittle Grasper parpadeó extrañado y luego volteó a ver al conejo rosado que cargaba entre los brazos, como esperando una respuesta de su parte.
Pero era muy tarde, cuando Shuuichi extendió el brazo para sostener a su cuñado, este ya no estaba ahí.
-Ohayou!- dijo alegremente Noriko al joven de cabello oscuro que estaba frente a ella y Ryuuichi.
-Oye, Noriko-chan, ¿tú sabes quién es él no da?- señaló a Tatsuha.
-Sa...- susurró, casi sin voz.
El niño mental de treinta y un años parpadeó.
Nadie se atrevía a moverse en la sala.
-...kuma...-
-Kuma?- Ryuuichi puso cara de que no entendía mientras le doblaba las orejas a Kumagorou para que pareciera un oso y se lo mostraba a Tatsuha.
-Ryuu...-
Volvió a estirar las orejas del conejo de peluche y las juntó al tiempo que hacía rugidos de dragón y ponía a "volar" al animal alrededor.
-...ichi...-
Levantó el dedo índice, imitando un número uno. –Na no daaaa~!!-
Pasaron milésimas de segundo antes de que Tatsuha estuviera inconsciente en el suelo.

_______________

Y como sigas comportándote así, te vas al primer hotel que encuentres.-
-¿Qué tipo de hermano eres?-
-El tipo de hermano que preferirías definitivamente no tener.-
-Amargado.-
Yuki tomó el teléfono y comenzó a digitar.
-¿Qué haces?-
-Si, ¿buenas noches? Si, gracias, quisiera hacer una llamada a Kyoto.-
Los ojos de Tatsuha se abrieron como platos al escuchar esa última palabra. –No... no pretenderás...-
-¿Pretender? Oh, no, yo sólo voy a llamarle a los Usami para informarle qué gran trabajo de guardaespaldas estás realizando.-
-¡¡NO!!- se tiró sobre él, tratando de arrebatarle el auricular.
-¡Tatsuha!-
Una gota gigantesca apareció sobre la cabeza de Shuuichi que desde la cocina, alcanzaba a escuchar toda la pelea entre los hermanos.
Levantó el cuaderno que tenía frente a él y revisó el grosor una vez más. Rápidamete hojeó hasta llegar a la última página.
–Setecientas cuarenta y dos...-
Emitió un último gemido de angustia antes de dejar caer pesadamente su cabeza sobre la mesa.
-¿Y ahora tú qué tienes?- la voz familiar del escritor se hizo presente y Shuuichi sintió como le revolvían el cabello afectuosamente.
–Mmmnnggh...-
Yuki arqueó una ceja mientras se sentaba a su lado. -¿Perdón?-
Y una mano, similar a un tentáculo se arrastró sobre la superficie, extendiéndole el conjunto de páginas. El escritor parpadeó un par de veces más antes de tomarlo y empezar a hojear.
-¿Cuánto tiempo tienes para memorizarlo?-
-Dos semanas... a más tardar tres...- Shuuichi miraba las páginas pasar, al nivel que estaba su cabeza.
Eiri asintió sin decir más.
Shuuichi suspiró con tedio una vez más mientras se ponía de pie y empezaba a sacar cosas. Puso un par de tazas y cucharas sobre la mesa, la jarra con café, el azucarera y un plato con galletas.
–Gracias- dijo el rubio, aún examinando el libreto.
–De nada...- se dejó caer de nuevo sobre la silla y empezó a preparar los cafés. -¿Una y media?-
-Mmhm...- asintió, mientras Shuuichi procedía a vaciar una cucharada y media de azúcar en el café de Yuki.
-¿Y ya lo leíste todo?-
-¡Noooo! ¡Me lo acaban de entregar hoy!- Una, dos, cuatro... cinco cucharadas de azúcar en la taza de Shuuichi. El escritor se contuvo para no hacer un comentario sobre la diabetes juvenil.
–Pero te lo tienes que memorizar para dentro de dos semanas, ¿no?-
El chico de cabellos rosados asintió mientras mordía una galleta. –Conforme lo vaya memorizando, lo leo.-
-¿Estás seguro de que podrás?-
Shuuichi le dirigió una mirada herida. –Tengo que...-
Yuki asintió y dio un sorbo a su café.
Pasaron unos minutos sin dirigirse la palabra. Sólo se escuchaba el tictac del reloj de la cocina y los mordiscos que daba Shuuichi a sus galletas.
-¿Quién es él?-
-¿Uh?-
-Tu coestrella- señaló el papel -¿quién es?-
Shuuichi se asomó sobre el hombro de Yuki con una galleta en la boca para enterarse bien de lo que estaba hablando.
–Ikeda Kenji-
-Gracias, yo sé leer, pero ¿quién es?-
El vocalista entrecerró los ojos como tratando de hacer memoria, sabía que el presidente Seguchi había mencionado algo al respecto, pero entretenido como estaba con Tatsuha, Hiro y la emoción del momento, seguramente se le había pasado escucharlo.
–No sé.- dijo al final, encogiéndose de hombros.
Súbitamente, Yuki empezó a sentir unas incontrolables ganas de golpear algo... o a alguien. Respiró hondo, contó hasta treinta y cinco e hizo un nuevo intento.
–A ver... es tu coestrella... ¿y no tienes la menor idea de quien es?-
Shuuichi negó sonriente. –No me suena de ningún lado.-
-No tienes remedio.- fue entonces que decidió, que era mejor autodosificarse algo de nicotina antes de cometer algún acto del que luego pudiera arrepentirse.
-¡Descuida! Tarde o temprano voy a tener que conocerlo.- la sonrisa no desapareció ni un momento de su rostro.
–Si... tarde o temprano...- soltó una bocanada de humo y una vez más pensó, que su amante era un caso perdido.

_______________

Y bueno, necesito encontrar inspiración que no sea sólo los martes en clase de computación (precisamente ahora mismo ^^U) o no voy a terminar nunca. Algo lento el capítulo, pero no se aflijan que los que vienen van a estar más interesantes (espero o.o;;).
Pues eso, ni Ryu-chan ni Kumagorou ni nadie me pertenecen, son todos de Murakami Maki-sensei.
Donativos, amenazas de muerte, propuestas indecorosas y plushies de Ryuuichi serán bien recibidos en kyuuketsuki@iespana.es o en la hoja de reviews ^^ *señala* arigatou na no daaaaaa~ ^o^!!