"Mistrust"
Scene 12 - Back Home

Pudo haber muerto al escuchar la voz suave y adormilada de Shuuichi, que trataba de calmar a sus padres y su mejor amigo.
-Estoy bien, en serio...-
-Dios Shuuichi, nos tuviste tan preocupados... a todos...-
-Pero ya está todo bien, ne?-rió, con aquel tono dulce y despreocupado de siempre.
-¿Estás consciente de lo que es haber estado en coma?-reprendió Maiko.
Shuuichi pensó por un momento. -Eh... ¿es algo malo?-
Todos se fueron de boca al piso ante tal respuesta, pero pronto estaban riendo y llenando de abrazos al joven vocalista. Lo que importaba era que estaba de vuelta.
Y él no tenía el valor para darle la cara, de nuevo.
-¿No vas a entrar?-Tohma se acercó al escritor, que estaba de pie en la puerta, escuchando todo.
Yuki negó. -No ahora...-
La mirada del productor se vio desviada al escuchar a su esposa llamándolo. Mika con ayuda de otra enfermera, estaba ayudando a un muy maltrecho Kenji mientras un doctor se acercaba a toda prisa para atenderlo.
-¿Qué dem...?-miró a Yuki.
El de ojos ámbar no pudo más que encogerse de hombros y esbozar una breve sonrisa cínica.
-Eiri-san...-sacudió la cabeza, con un suspiro.
-Él se lo buscó.-
Tohma sonrió levemente, asintió. -Quizá, pero entonces yo te recomendaría que te enfrentaras a los asuntos que tienes pendientes.-y se marchó con los otros, antes de lanzar una última mirada a la habitación de Shuuichi.
Yuki suspiró. Lo haría, claro que sí, se lo debía.
Pero...
No ahora.

______________

No era su culpa, en serio. Él había tratado, pero la gente no dejó de entrar y salir del cuarto de Shuuichi en todo el día. Estaban todos tan apurados que nadie se había percatado de que él seguía ahí de pie en un rincón esperando su turno para entrar a verlo.
-Eres un imbécil...-murmuró para si mismo al tiempo que soltaba una bocanada de humo.
-Y en lugar de estar haciendo lo que tenías que haber hecho hace unas semanas, estás aquí como idiota mirando a una pantalla, sin poder escribir más de dos palabras.-
Rió y salvó el poco progreso que había logrado. Miró el reloj, maldición, pasaba de la una de la madrugada.
Suspiró y se quedó mirando a la nada por un largo rato. Fue el timbre de su teléfono celular el que lo trajo de vuelta a la realidad.
-¿Qué?-
-¿¡No piensas venir!?-
Pudo escuchar algunas enfermeras silenciando a Hiro.
-¿De dónde sacaste mi teléfono?-
-Del de Shuuichi desde luego y no me cambies el tema.-
Yuki emitió un gruñido de frustración.
-¿Qué diablos estás esperando? ¿Que intente suicidarse?-
-¡No juegues con eso!-
-No juegues TÚ con esto Yuki-san-su voz era firme. -Parece que no, pero él sigue destrozado. Estuvo prácticamente al borde de la muerte y ni siquiera con eso logró llamar tu atención. ¿Cómo crees que se siente?-
-¡Eso no es cierto!-
-¡Pues demuéstraselo maldición, deja de huir, las disculpas no matan!-
Yuki se preguntó ausentemente por qué el tema de la muerte lo perseguía tanto mientras escuchaba a Hiroshi ser callado de nuevo.
-Mira, no estoy de humor como para desperdiciar mi crédito en esto y la verdad ya estoy enfermo de que no hagas más que lastimar a las personas que se preocupan por ti. Si vas a venir, que sea pronto y para algo serio, Shuuichi no puede seguir así.
~Click~
Estúpido pelirrojo, ¿quién se creía?
El celular comenzó a sonar y vibrar de nuevo.
-¡Si voy, va a ser cuando A MI se me dé la gana!-
-Ah... anou~ ¿Yuki sensei?-
-¿Mizuki-san?- Oh genial, justo a quien necesitaba ahora, a su editora.
-Pe--perdón por molestarlo a esta hora, planeaba dejarle un mensaje en la contestadora, si...-
Otro suspiro de tedio. -No, no te preocupes, ¿qué sucede?-
-Es bueno... sobre el libro...-
-Ya sé.-
Una pausa. -Es que no he podido localizarlo últimamente, ¿es cierto lo que sucedió con Shindou-san?-
-¿Qué si lo es?-
Silencio.
-Lo siento Mizuki-san, no ha sido mi semana...-
-Ha--hai...-
-Voy a tener el escrito a tiempo, no te preocupes.-
-No, no, si no es que me preocupe, usted siempre ha sido muy puntual sensei, pero recuerde que la fecha de publicación está muy cerca ya y...-
-Mizuki-san-
-¿Si?-
-Yo te llamo cuando lo tenga.-
Y esta vez fue el quien cortó la llamada, para acto seguido apagar el aparato y lanzarlo lejos, muy lejos de donde estaba.

______________

Se revolvió una vez más en la cama. No alcanzaba a comprender cómo había pasado los últimos días ahí sin volverse loco.
Ah, porque no estaba consciente, verdad.
Tenía frío, lo molestaban los ruidos de todos los artefactos que tenía conectados, tenía hambre, estaba entumido, las sábanas olían raro y se sentía espantosamente solo.
Y nadie le había dado razón alguna de Kenji aún, todos evadían el tema.
Maiko y Hiro le habían explicado todo lo que había pasado y lo que había causado su coma. Parecieron creerle cuando él les explicó que no tenía la menor idea de que lo que tomaba Kenji fuera droga.
Y es que él de verdad no sabía. De haberlo sabido, jamás le hubiera permitido que siguiera consumiendo las anfetaminas.
¿Y qué tal si alguien había denunciado a Kenji? ¿Qué tal si ahora estaba en la cárcel y todo por su culpa? Porque si él no hubiera causado tanto problema, nunca habrían sabido que las tomaba y...
Se encogió aún más en la cama y metió la cabeza debajo de las sábanas. Sería lo último que le faltaría para completar su tragedia.
¿Y de él...?
Sonrió tristemente mientras sentía las lágrimas bañarle las mejillas. No había llorado en mucho tiempo y ahora no tenía ninguna medicina que le ayudara a olvidarse de aquello.
¿Sabía él todo lo que había pasado? ¿Le importaba acaso?
Probablemente no.
Tuvo que ahogar un sollozo al momento que escuchó la puerta de su habitación abrirse. ¿Cómo podían dormir los enfermos con tantas rondas nocturnas de las enfermeras?
La puerta se cerró. Se mordió los labios para no seguir llorando y se quedó quieto, haciéndose el dormido. Y claramente sintió la cama hundirse bajo el peso de alguien que se había sentado en ella, justo del lado al que él estaba dando la espalda.
¿Qué quería Hiro ahora? Le había pedido a Ayaka que se lo llevara porque el pobre no tenía por qué pasar todo el día en el hospital.
Aunque conociéndolo, seguramente ahora que era de madrugada, se había escapado para verlo de nuevo. Su mejor amigo era quizá más testarudo que él mismo.
Una mano se apoyó muy ligeramente sobre su hombro y por alguna razón no pudo evitar estremecerse.
-Shuuichi...-la voz susurró, muy quedo.
No iba a hacerle caso. ¿Para qué? ¿Para que lo viera todo lleno de lágrimas y empezara a preguntarle lo que pasaba? ¿Para que terminara llorando todavía más? No...
-Shuuichi...-suspiró, y apoyó la mano con un poco más de confianza. -¿Estás despierto? Necesito hablarte...-
Tuvo que resistir las ganas de soltarse a reír. ¿Hablar? ¿A las tres y tantas de la madrugada? Siguió sin dar respuesta alguna.
-Por favor...-suplicó, su voz era... un tanto distinta. -Discúlpame... no sabes cuanto lo siento...-
¿Disculpas? ¿Disculpas por...?
Cuando sus neuronas por fin consiguieron la sinapsis, ya se encontraba mirando fijamente a ese par de ojos dorados que tanto amaba.
Yuki parecía estar tanto o más sorprendido que él.
-Shu--Shuuichi...-seguía siendo un susurro. Y su rostro se veía tan diferente a siempre, tan lleno de emociones.
El de ojos violeta quiso decir algo, pero de sus labios no salió nada. Estaba temblando, si hubiera podido, habría salido corriendo ese mismo instante de ahí.
Y Yuki seguía con la mirada húmeda y angustiada.
Pasaron así un momento que pareció infinito y por fin Shuuichi rompió el silencio.
-¿Qué haces aquí...?-
Había imaginado todas y cada una de las cosas que el de cabellos rosados le diría, pero esa, en ningún momento se había cruzado por su mente.
El mismo Shuuichi estaba asombrado de sus palabras.
-¿Qué...?-si, sabía que no había sido buena idea. -Yo...-todo por tratar de lavar su conciencia, era obvio que a él ya no le importaba.
Pero ¿qué podía perder ya?
-Vine a verte-dijo, en un tono completamente hueco. -¿No es obvio?-
Esta vez fue Shuuichi quien se quedo sin palabras.
-Estuve aquí todo el día, pero...-se encogió de hombros. -La gente no dejaba de entrar y salir, no quería molestar.- Su mirada estaba claramente fija en la mesita de noche donde había un vaso de agua.
-Yuki...-
Maldición. No recordaba lo hermoso que era escucharlo decir su nombre.
Bueno, "su nombre".
-Y... pues eso...-
Otro largo rato de silencio.
-¿Por qué estabas disculpándote?-la voz de Shindou también se había hecho diminuta y temerosa.
-Por...-oh genial, había estado escuchándolo entonces. Respiró hondo. -Por todo lo que pasó, por lo que dije... no me hagas repetirlo.-
Shuuichi asintió débilmente, evitándole la mirada también.
La tensión que había en el ambiente era para cortarse con cuchillo.
-Bueno entonces... no se supone que yo debería estar aquí...-se levantó de la cama. -La enfermera no tarda en venir a hacer su ronda y...-
Eiri quedó mudo cuando sintió la mano de Shuuichi aferrarse a su saco. Y sin embargo, no se atrevía a mirarlo todavía.
-¿Qué pasa?-trató de que sonara en un tono casual.
-No te vayas...-
-¿Qué...?-
-¡Que no te vayas! ¡Por favor!-
Todos los aparatos que pudieron estar conectados a sus brazos y cabeza, se desprendieron cuando se arrodilló en la cama para abrazar al escritor por la espalda.
-Te necesito... no me dejes...-su voz estaba quebrada por el llanto.
Yuki respiró hondo y cerró los ojos al tiempo que dejaba sus manos descansar sobre las del chico. -Shuuichi...-
-Lo siento... no debí... no debí hacer todo eso... irme de casa y...-sollozó suavemente. -y llevarme tus medicamentos... y...-
-Shhh...-Yuki acarició suavemente el dorso de aquellas delicadas manos. -Yo soy quien debería pedir disculpas...-
-Ya lo hiciste... y las acepto...-su llanto era ahogado por la tela del saco en el que Shuuichi tenía la cabeza hundida.
Yuki no podía creerlo.
Es decir, con qué facilidad le perdonaba TODO lo que había hecho, las cosas que le había gritado...
-Sólo... sólo no te vayas...-
Con mucho cuidado apartó las manos de Shuuichi de su pecho y este último sintió como lo volvía a perder todo.
-No me iré...-Susurró suavemente en su oído al tiempo que lo estrechaba fuertemente contra sí. -Nunca, nunca más...-

_______________

Bien, bien, ahora todos conmigo, vamos "¡¡Awwwww!!" XDDD
Y bueno, luego de tres (o algo así o.o) capítulos saturados de angst, ya tocaba algo de fluff. Planeaba que este capítulo fuera más largo, pero quedaba muy bonito terminarlo ahí ^^U.
Y así pues minna, acá termina el cuento. El epílogo y no más Mistrust (para fortuna de muchos de ustedes XD), no creo tardar mucho con el epílogo así que no sufran (lo escribiría mañana, pero me voy a un concierto de Nightwiiiiii~sh *baila*).
En fin, lo de siempre. Gravitation es de Murakami Maki, Kenji es mío (aunque no haya estado casi nada en este capítulo XD) y las reviews son suyas y se las agradezco con toda mi alma, que por cierto está perdida en algún lugar del mundo, agradecería mucho que si alguien la ve me la devuelva XD. Y pos bueno, ahí está la miel para quienes la pedían y ahh. Bishoujo Hentai-san, lo de Kenji no lo dije hasta el capítulo 11, pero fui soltando las pistas de antes X3.
Ya saben minna, lo que gusten en una review o a kyuuketsuki@iespana.es arigatou ne ^^!!