Disclaimer: Como ya saben, Sirius Black, el portal misterioso, el ministerio de magia con todo y miembros y cualquier otro personaje reconocible, pertenecen a la fantástica J. Rowling, yo sólo los estoy tomando prestados para mi propio entretenimiento. El resto pertenecen a la cultura popular o a mi.

AVISO!!!! Este fic está basado en uno de los hechos más importantes del libro 5, así que si no lo han leído y no quieren enterarse de lo que sucede, les recomiendo que salgan de aquí y mejor lean otro fic (aunque realmente me gustaría que leyeran el mío ^_^). Si deciden arriesgarse a continuar, bienvenidos!! Por favor, sean buenitos y déjenme sus comentarios.

Están seguros de que quieren seguir leyendo el spoiler???

Seguros, seguros??

De veras están completamente seguros?

Esta es su última oportunidad....

Bueno, ahí va!  ^_^

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"It seemed to take Sirius an age to fall. His body curved in a graceful arc as he sank backward through the ragged veil hanging from the arch…  And Harry saw the look of mingled fear and surprise on his godfather´s wasted, once-handsome face as he fell through the ancient doorway and disappeared behind the veil, which fluttered for a moment as though in a high wind and then fell back into place".

Harry Potter and The Order of The Phoenix.

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A TRAVÉS DEL VELO

¿Dónde estoy?

Esa fue la primera pregunta que vino a la mente de Sirius Black, al encontrarse de pronto, de espaldas en el suelo, en un lugar desconocido y silencioso.

Mientras se ponía de pie observó con aprehensión a su alrededor. Se encontraba en un lugar blanco, lleno de luz. No parecía haber paredes, ni techo, ni suelo... ni si quiera nubes...  nada excepto una luz blanca que no tenía fuente ni reflejo. Estaba sólo.

Sirius sabía que había cruzado el portal cubierto por el velo, que estaba en el departamento de misterios del Ministerio de Magia. Sabía que nunca nadie había salido de ahí, puesto que entrar significaba la muerte, de la que no hay vuelta atrás. – Pero yo no estoy muerto ¿o sí? – se dijo a sí mismo.  De alguna forma siempre se había imaginado a la muerte como un sueño, como una negrura infinita dentro de la cual no sentiría nada, no pensaría ni recordaría nada... Sin embargo, su mente aun estaba perfectamente lúcida, exactamente igual que como había estado segundos antes de caer ahí. Tenía sensaciones en su cuerpo, podía sentir el roce de su ropa contra su piel, los cabellos en la cara y el cuello, podía tocar su rostro con las manos y sentir su calidez... Pero aun más importante que esto era el hecho de que podía sentir y escuchar el rápido latir de su corazón... - ¿Cómo puedo estar muerto, y sentirme tan vivo? – se preguntó.

Después de la sorpresa inicial repasó en su mente el acontecimiento que lo había llevado hasta ahí. Todo había sido un desafortunado accidente. Estaba enzarzado en un duelo con... – ¡esa maldita mujer! – y al recibir de lleno el impacto de una maldición había caído hacia atrás, justo a donde estaba el arco. - No tenía por qué haber pasado, no lo comprendo. – pensó, y conforme más lo pensaba, más absurdo le parecía. - ¿Cómo es posible que haya caído dentro de esta maldita cosa, sea lo que sea? ¡Debo regresar!

Frente a él, en mitad de la nada blanca, el arco resaltaba como algo totalmente fuera de lugar y el velo ondeaba, como si estuviera movido por una delicada brisa. Ahí estaba, esperándolo, con la apariencia más inocente del mundo. Sirius sintió una oleada de furia al verlo. – ¡No me quedaré aquí! Fui capaz de salir de Azkaban, de donde nunca antes había salido nadie, y saldré de aquí también – se aseguró a sí mismo. - ¡No dejaré a Harry sólo nunca más! ¡Lo juro! ¡Nada ni nadie me detendrá, ni siquiera un estúpido e inútil arco del departamento de misterios!.

Sin dudar, Sirius se lanzó hacia el arco, dispuesto a atravesar el velo y regresar al departamento de misterios a como diera lugar. En el ultimo segundo cerró los ojos, pero no detuvo su carrera, y sólo sintió un leve cosquilleo en el rostro, producido por el roce del velo al pasar. Se detuvo rápidamente y por un momento dejó los ojos cerrados, mientras escuchaba los fuertes y acelerados latidos de su corazón. Finalmente abrió los ojos y descubrió que efectivamente, se encontraba al otro lado del velo... pero en el mismo lugar blanco y solitario.

¡Qué demonios! – exclamó en voz alta, al ver que se encontraba en el mismo lugar extraño. Tomando aire, se preparó para intentarlo de nuevo, ahora desde ese lado. Alejándose tomó impulso y se lanzó hacia delante, cerrando los ojos otra vez, como si temiera estrellarse contra un muro. De nuevo sintió velo en su cara y en sus manos, y esta vez tardó un poco más abrir los ojos al llegar del otro lado, por temor a descubrir que estaba donde mismo.

Desolado, vió que aun seguía ahí, pero el no estaba dispuesto a darse por vencido tan fácilmente. – Tiene que haber una forma de salir de aquí – pensó. – Si sólo descubriera cómo. ¿Por qué razón alguien habría inventado algo para entrar a un lugar del que no se puede salir? No tiene sentido. Tal vez... si intentara salir de la misma forma que entré...

Sirius se paró cerca del arco, de espaldas y mas o menos en la posición en la que el creía haber estado antes de caer, mientras luchaba con Bellatrix Lestragne. Incluso hizo el ademán de haber sido tocado por el rayo de magia y se lanzó hacia atrás.

Nada...

¡Por Merlín! – exclamó Sirius, sintiendo aumentar su ira a cada segundo que pasaba. – ¡Juró que me las vas a pagar Bellatrix! ¡Te haré pagar por hacerme caer en este maldito lugar!

Todavía lo intentó varias veces más. Desde todos los ángulos, a diferentes velocidades, pero no tuvo éxito. Agotado, al fin dejó de cruzar el portal, pero ahora, lleno de frustración y enojo, comenzó a golpear la dura piedra labrada del portal, hasta que sus manos quedaron llenas de llagas y sangre y no pudo soportar más el dolor.

¡Harry, te falle otra vez! – exclamó sollozando, cuando al fin calló rendido, recostado contra la piedra. – James, Lily, les he fallado. Deben odiarme, deben estar avergonzados de mi... ¿Qué clase de padrino soy? Ustedes me confiaron el cuidado de lo más preciado que tenían, de su hijo... y lo único que he hecho es abandonarlo dos veces... ¡Por favor perdónenme! ¡Harry, perdóname!

Sollozando se llevó las manos al rostro, y se quedó así, por tiempo indefinido, hasta que se quedó dormido.

Harry... Harry no vayas... ¡Es una trampa! ¡Harry, nooooo!

Sirius sintió una mano que lo sacudía levemente su hombro y despertó de la pesadilla. Al abrir los ojos la claridad lo cegó y se cubrió con las manos para protegerse. Cuando el dolor cedió, se arriesgó a abrirlos de nuevo, lentamente esta vez, y cuando pudo acostumbrarse a la luz, lo primero que vio entre sus dedos magullados, fue un par de ojos grises que lo observaban con expresión preocupada.

¿Te encuentras bien, hijo? – escuchó a una voz preguntar.

¿Dónde estoy? ¿Quién es usted? – preguntó con voz debil a los ojos, mientras se esforzaba por enfocar  correctamente al otro hombre.

Mi nombre es Marcus Minglet – contestó el hombre, al tiempo que ayudaba a Sirius a ponerse de pie. – Y por desgracia, te encuentras del otro lado del Portal del Destino.

Sirius miró a su alrededor y recordó lo que había sucedido, sus vanos intentos por regresar al Ministerio de Magia y los repetidos golpes al arco de piedra. Luego vio al hombre, ya entrado en años, que estaba parado frente a él. No lo conocía pero su apellido le resultaba vagamente conocido.

¿Cómo salgo de aquí? – preguntó Sirius, con la urgencia reflejada en su voz.

El hombre hizo un gesto de negación antes de responder. – Sólo hay una forma de salir de aquí, pero me temo que no es la que tu esperas.

No comprendo – dijo Sirius. – Yo debo regresar. ¡Debe haber alguna forma!

No la hay...

Sirius volteó al escuchar la nueva voz a sus espaldas. Esta vez se encontró con una joven, que probablemente apenas había alcanzado la mayoría de edad. La acompañaba un muchacho, un poco mayor que ella. Sin embargo había algo diferente en ellos dos, que el no lograba identificar.

¿Qué es este lugar? – preguntó Sirius, cada vez más extrañado y ansioso por salir de ahí.

Lo llaman de muchas formas – contestó la muchacha. – Algunos le dicen "El lugar de descanzo", "La luz del destino", "La sala del juicio", "El purgatorio"... Yo simplemente le digo, "La sala de espera".

Aquí es a donde llegan las almas a esperar su último destino – continuó el joven. – Y es lo que nosotros estamos haciendo.

¿Almas?¿Destino? – pensó Sirius, sin comprender.

Significa que ellos están muertos – dijo Marcus Minglet, al ver la expresión de incomprensión en el rostro de Sirius. – Están esperando su jucio, para que les indiquen cual será su última morada.

Sirius miró con más atención a los dos jóvenes y descubrió que era lo que veía de diferente en ellos, aparte de que ambos parecían ser orientales. – ¡Son como fantasmas! – se dijo a si mismo, sorprendido, y en cierto sentido, era verdad, porque sus cuerpos no parecían tener la misma solidez que el suyo, sino que se veían ligeramente traslúcidos, aunque no como los fantasmas que él conocía, que eran bastante transparente. – Por eso no lo noté antes... – pensó.

En ese momento un murmullo comenzó a escucharse, y al voltear, Sirius descubrió que ahora había más personas, que parecían ser de todas las edades y nacionalidades. Y a cada momento aparecían y desaparecían más.

¿Ustedes de verdad están muertos? – preguntó Sirius a los jóvenes. - ¿Cómo murieron? ¿Entraron a través del portal?

No sabemos de que portal hablas – dijo ella. – Nosotros morimos hace algunas horas, en un accidente de auto...

¡Son muggles! – pensó Sirius. – Y están muertos... ¡Pero yo no estoy muerto! No lo comprendo.

¿Qué se siente morir? – les preguntó, lleno de curiosidad y de extrañeza ante el hecho de que ellos no parecieran estar asustados o tristes por el hecho de haber muerto, sino que parecían tomarlo con total naturalidad.

Es...  es difícil de describir – dijo la chica. – Al principio desperté en un lugar oscuro y sentí miedo, luego descubrí que Lee estaba a mi lado – dijo señalando al joven. – Entonces vimos un túnel y al final una luz.

Cuando vimos la luz – continuó él muchacho – ya no sentimos miedo. Sentimos que debíamos avanzar hacia ella.... Mientras caminábamos por el túnel escuchamos voces de personas que nos animaban a avanzar y al final llegamos aquí. Luego nos explicaron lo que era este lugar y nos dijeron que no tendríamos que esperar mucho.

En ese momento un punto de luz comenzó a surgir cerca de ellos, más clara y más brillante que el blanco inmaculado de todo el lugar. Entonces, los jóvenes sonrieron y alzaron las manos para despedirse... finalmente se desvanecieron junto con la luz.

¿A dónde fueron? – preguntó Sirius a Marcus.

Han sido juzgados y ahora van hacia su último destino – respondió el hombre con una sonrisa melancólica. – Me pregunto cuando me tocará a mi también partir...

¿Cuánto tiempo has estado aquí? – quiso saber Sirius.

Muchos años. Tantos, que he dejado de contarlos – respondió.

¿Por qué tardan tanto en hacer tu jucio?

Supongo que porque aun no es mi tiempo de morir – dijo el hombre. – Por que al igual que tu, estoy vivo y yo también entré por ese portal...

A Sirius se le cayó el alma a los pies. - ¿Significa que yo también estaré aquí años y años, hasta que llegue la hora de mi muerte? – preguntó.

Posiblemente – dijo el hombre. – Hace tiempo conocí a una bruja que entró por el portal, pero ella sólo duró unos cuantos años antes de que la luz se la llevara. También he visto a otros magos, ya muertos... viejos amigos míos que se han sorprendido al encontrarme aquí. De ellos he recibido algunas noticias del mundo exterior, pero no muchas: la derrota de Grindelwald, el surgimiento de Voldemort, las hazañas del joven Harry Potter...

Al oír el nombre de su ahijado, el corazón de Sirius dio un vuelco y de nuevo recordó su necesidad de salir de ahí.

Debe haber alguna forma de volver – le dijo a Marcus. – Por favor, tienes que ayudarme.

Lo siento, hijo. No tengo forma de ayudarte. Creeme, yo también lo intenté...

¡No me daré por vencido! – exclamó Sirius, apretando los puños con determinación.

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NA: Bueno chicas y chicos que se hayan atrevido a leer ^_^   Espero que les agrade hasta aquí. Muy pronto subiré el próximo (y espero que último capítulo) de este fic. Realmente es una historia corta.  Porfas, déjenme saber sus opiniones!!