Harry no sabía qué hacer, Draco prontamente encontraría alguien que estuviera dispuesto a casarse con él.

No podía permitir que pasara. Él podía hacer lo que Draco quería pero ni siquiera estaba contemplado entre los candidatos. Que pasaba, él era Harry Potter, el elegido, salvó al mundo mágico. Si Draco quería recuperar su posición económica y de poder, él era la mejor opción. Harry Potter fue quien derrotó a Voldemort. No Zabini, no Nott, no Pucey y mucho menos Parkinson.

Él era la opción ideal. Así que ¿porqué Draco no lo intentaba con él?

Harry se sentía molesto, tal vez, más enojado que molesto. Draco ni siquiera lo dejaría hablar, decirle que él estaba dispuesto a casarse con él, que lo quería, que no sería solo una aventura. Estaba descalificado sin siquiera haber participado.

Al principió, Harry no quiso ser codicioso, había decidido qué serían novios primero y después de unos años de noviazgo le pediría que se casaran. En su mente, Draco jamás lo habría rechazado y estaría encantado con él. ¡Vaya suerte que había tenido en realidad!

Al principio, Draco había sido muy cortes y hasta empatizó con su rechazo, lo hizo amablemente. Eso, en lugar de hacer que Harry desistiera, lo animo aún más, ¿Como podría dejarlo ir?

De pronto, recordó las palabras de Parkinson y terminó pensando en ellas. Cuanta razón había tenido. Era mejor preocuparse por sus propios intereses.

Harry había pasado demasiado tiempo siendo noble y preocupándose por el futuro de los demás antes que el propio. ¡Él se había sacrificado por todos, Merlin!

Harry, empezó a idear un plan. Y estrujó su cabeza hasta que se le ocurrió la mejor idea del mundo, una idea tan genial que no sabía cómo se había presentado a él y no a Hermione.

Lo que debía hacer para empezar era preparar el terreno, ciertamente debía hacer que sus amigos y familia aceptaran a Draco.

Así que a través de cartas y por red flú, le contaba a sus amigo sus avances con Draco, cómo se había enterado de la enfermedad de Harry y comenzó a escribirle y enviarle pociones que él mismo preparaba para él.

Al finalizar su encierro en Grimauld Place, comenzó a hablar con sus amigos de sus citas con Draco, y cómo eran él uno para el otro. Cómo habían hecho oficial su noviazgo y eran tan felices.

Una vez establecida su relación con Draco, Harry comenzó a hablar de lo muy enamorados que estaban y que cada vez era más difícil fingir que no eran algo más que conocidos apenas corteses entre sí.

Ciertamente, fue difícil llegar a ese punto, porque sus amigos e incluso Molly siempre querían hablar y convivir con Draco. Le costó convencerlos, y al final tuvo que decir que Draco y él habían acordado no contarlo y que Harry había roto el acuerdo, tan emocionado como estaba, alegando que no quería que Draco supiese que había roto el acuerdo, siendo que él lo había mantenido con sus amigos. Tal vez fue su mejor cara de perro pateado lo que hizo que la insistencia cesara.

Lo siguiente que vendría sería tan solo un poco más difícil, investigó a los Slytherin que podrían ser candidatos para Draco, y movió sus influencias para apartarlos. Zabini fue regresado a Italia de urgencia por un mes para atender asuntos relacionados a su casa, Nott recibió una tentadora oferta de negocios en América que por supuesto no rechazó, a Pucey lo mandó de gira por Europa junto a su equipo de Quidditch, hubo algunos más de los que se deciso solo por si acaso, y también tuvo que lidiar con algunos sangre pura extranjeros sobre los que Draco posó su mirada, nada tan desgastante. Y, para asegurarse que Draco no pudiera visitarlos por su cuenta hizo que su carga laboral aumentara considerablemente, por no decir que evitó toda comunicación externa para él. Obviamente, y solo porque lo amaba tanto dejó que conservara a Parkinson, siendo que no la veía como amenaza, incluso llegó a liberarla de algunas obligaciones solo para que fuese a su oficina a acompañarlo en los días más ocupados. Eso de ser el niño que vivió, tenía sus ventajas.

Habiendo convencido a sus amigos y sacándose de encima a la competencia, venía el siguiente paso, soltarles que habían decidido casarse. A pesar del las conversaciones sobre lo apresurado que era todo y pasando las lágrimas de felicidad de Molly, lo había dejado ser y había recibido felicitaciones.

Luego comenzó a planear la boda con ayuda de Hermione, convenciéndola de que Draco se sentía inferior y poco merecedor de una gran celebración por su pasado mortifago, como había querido ir a una tienda de bodas en el callejón diagon y no le habían permitido la entrada. Así con su ayuda la boda estaba organizándose exitosamente. Y siendo Hermione tan meticulosa, y deteniéndose en cada detalle, seguro su boda sería espectacular, Justo lo que Draco merecía.

Ahora, ahora lo único que faltaba era darle a Draco la noticia de su boda y llevarlo al altar.

Todo el tiempo que había durado su supuesta enfermedad y luego el noviazgo y los planes de boda, había espaciado los regalos a Draco, aunque jamás habían parado de llegar. Lo había seguido visitando con la capa y últimamente estaba irritado debido a la carga laboral, seguramente si le dijera en ese momento lo mandaría a volar no sin antes haberlo hechizado.

Entonces, Harry había pensado ¿Como debería abordar la noticia? ¿Debería ser directo? ¿Debería engañarlo? ¿Debería decirle antes?

Al final, Harry decidió que no le daría tiempo de huir o algo más, simplemente se aparecería con él el día de la boda, aunque realmente no pensaba que Draco se dejaría arrastrar por él a ningún lugar y mucho menos Narcisa Malfoy...

"¡Claro! ¡Como no lo ví! ¡Narcisa Malfoy!" Harry sonrió contento, se le acababa de ocurrir que podría usar a su suegra para llegar a su prometido. Seguramente era ruin pero no era lo peor que había hecho hasta ahora.

Con todo resuelto en su cabeza, Harry estuvo más tranquilo y de mejor humor.