CAPITULO 12

Las clases terminaron a medio día, Dumbledore las había cancelado por los preparativos de la Noche de Brujas. Todas las chicas caminaban de un lado a otro entusiasmadas por la celebración y por el grupo musical que amenizaría la fiesta esa noche.

En la torre de Gryffindor una chica de cabello marrón terminaba de amarrarse el cabello a media cola con un hermoso moño blanco, permitiendo que una cascada de cabellos cubrieran sus hombros.

Hermione usaba un hermoso vestido blanco sin mangas acompañado de un antifaz de cisne. Su capa era igual de blanca haciéndole juego. Se mordió los labios impacientemente eran las 20:45 y en un momento más se encontraría con el dueño de las cartas.

Bajó hacia el gran Comedor, varios Gryffindor conocidos se encontraban platicando y sabia que sus amigos estarían ahí, muy probablemente.

Hermione miró por todos lados buscando a sus amigos en el comedor. Solo vio a Harry pero ni rastros de Ron.

Sabia que a las 9:00 en punto comenzarían las festividades de la Noche de Brujas. Dumbledore comenzaría su discurso y presentaría reconocimientos a las Profesoras y demás personal femenino del colegio. Por lo mientras todos estaban dispersos por todo el comedor platicando y riendo.

Se miraba impaciente, solo faltaban 5 minutos mas y tendría que presentarse en el lugar convenido. Era mejor irse ahora puesto que si Harry o Ron la veían seria mas difícil excusarse para irse.

Caminó siligiosamente a la puerta esperando que en el pasillo no se encontrara a nadie de sus amigos. Pero solo habían unos cuantos alumnos de Ravenclaw y Gryffindor de menor curso que platicaban amenamente huyendo un poco del bullicio de la fiesta.

Su cuerpo temblaba y mas de mil veces pensó en darse vuelta y no ir. Pero la extrema curiosidad de conocerlo era mucha. Se iba alejando más de la fiesta hasta solo escuchar sus propios pasos y se paró justo a la entrada del patio convenido. Pero no había nadie.

Aquel lugar estaba totalmente solitario, camino un poco mas para ver si había alguien más, se quitó el antifaz y permaneció alerta. Solo habían pasado unos segundos cuando sintió la necesidad de salir de ahí, ... justo cuando se dio la vuelta para retirarse una figura oscura se interpuso.

- ¿Te vas tan pronto? – le dijo en susurro aquella sombra haciendo que Hermione se estremeciera.

- N-oo! – dijo en suspiro. –Pensé...

- ¿Pensaste que no llegaría?. – le dijo en un tono serio.- Estaba justo detrás de ti.

Hermione se quedó callada solo lo observó, era más alto que ella, de cabello oscuro y piel morena y sus ojos, a pesar del negro antifaz, se veían marrones. Sus rodillas deseaban traicionarlas y el silencio era perturbador, pues él no hablaba solo la miraba.

- Pensé que no vendrías. – dijo quedamente él.

Hermione tragó saliva, lo único que los iluminaba eran las antorchas del pasillo y sintió un poco de miedo.

- No tengas miedo. – Dijo suavemente tratando de tranquilizarla.

- No tengo miedo. – Mintió Hermione.

- Estas temblando. – Sonrió a la perturbada Hermione.

Hermione al ver su sonrisa se sintió mas tranquila.

- Tus cartas.. gracias por todas ellas. – Se sonrojo.

- Solo escribo lo que siento. – Contesto en un tono bajo como queriendo no ser escuchado.

Hermione lo miró nerviosa, ante ella estaba el hombre que la había hecho estremecer con cada una de sus cartas. En un silencio abrumador él se acercó y le tomó una mano. Hermione pudo sentir la suavidad de su mano, que a su vez estaba increíblemente fría, probablemente por los nervios o por el frío que estaba haciendo.

Inexplicablemente sus brazos se enredaron en la cintura de él y colocó su cabeza cerca de su pecho. Por un momento se arrepintió de su impulso, pero desecho la idea cuando sintió que los brazos de él cubrían su pequeño cuerpo.

Podía sentir que él temblaba y que jugueteaba con sus rizos tratando de hacer más fácil la situación. El corazón de ella galopaba desenfrenadamente, quería decirle tantas cosas y simplemente su boca se negaba a decir una sola palabra.

Hermione lo soltó suavemente y lo miró, más sin embargo él no la soltó - ¿Es verdad todo eso que me escribiste?. – Pregunto.

El chico solo logró asentar con su cabeza que si, él estaba también demasiado perturbado como para responderle.

- Por favor, dime quien eres. – Le dijo en un tono suplicante.

Él respiró profundamente.

- Pero cierra los ojos... – contesto quedamente. – Por favor.

Hermione no entendía porque debía de cerrar los ojos, pero por la manera en que se lo pedio no se resistió. Cerró los ojos y sintió que él la soltaba totalmente.

Él estaba a punto de huir de ahí, pero el ver la serenidad en su rostro esperando poder abrir los ojos, se acercó a ella y busco suavemente sus labios. Hermione abrió los ojos asustada y trato de zafarse de aquellos labios, pero los dedos de él se enredaron con las dedos de ella impidiéndole irse.

Los labios de él estaban fríos, Hermione sintió una especie de corriente eléctrica en todo su cuerpo. Era una sensación de mezclar el hielo con el fuego. Pero a medida que seguían besándose los labios de él iban inyectándose de calor.

El ritmo de sus besos era lento como saboreando cada segundo, como si deseando que con ello quedara marcado un amor que iniciaría....

Él soltó sus manos y la tomó de la cintura. La besó con vehemencia, su cerebro no respondía.. lo único que deseaba era ser besado por ella. Su corazón latía desesperadamente y deseaba que ese momento nunca acabara. Lentamente separo sus labios de los de ella y hundió su rostro entre los cabellos de Hermione, quien respiraba con dificultad y nerviosa por aquel beso inesperado. Él la abrazaba deseando no soltarla nunca, era una sensación de necesidad total.

- Hermione.... –susurro tembloroso.

Ella se estremeció al escuchar su nombre. Hermione coloco sus brazos alrededor del cuello de él. – No se como... pero cada una de tus cartas han hecho que nazca un sentimiento en mi corazón. (Tomó un respiro). Pensé en no venir pero había algo más fuerte que yo que me trajo hasta aquí... siento que poco a poco me he enamorado de ti. – Le susurro ella. Y no había mentido, aquel chico había movido su ser hasta el grado de amarlo sin conocerlo.

Al escuchar esto sintió que su cabeza daba vueltas y la abrazó aun mas fuerte. Pero no podía quedarse ahí tenia que irse a como diera lugar. Suspiró profundamente para tomar valor.

- Lo siento...- Dijo en el oído de ella con voz extraña.

- ¿Sentir que? – preguntó Hermione quien se hizo hacia atrás para mirarlo.

- No puedo decirte nada de mi,... no ahora. – Dicho esto la soltó y camino hacia atrás.

- No entiendo,... – Dijo Hermione desconcertada.

- Necesitaba verte y decirte....– Se quedó un segundo mirándola. No aguantaba más... , saco su varita rápidamente y murmuro algo.

Hermione quiso avanzar pero una barrera frente a ella se lo impidió. Era una enorme pared invisible que impedía que ella lo fuera a detener. Sacó su varita para deshacer el hechizo pero aquellos segundos fueron suficientes para que él se desvaneciera.

Hermione camino aprisa tratando de alcanzarlo pero era demasiado tarde, no lo veía por ningún lado. Se quedo un momento recargada en la pared tratando de asimilar lo que acababa de suceder. Simplemente no entendía... ¿porque salió huyendo?. ¿Porque no quería dejarse ver si era claro que ella también sentía algo por él ?. Eran muchas preguntas rondando su cabeza y ninguna con respuesta.

Respiro tranquilamente tratando de recuperar la cordura y camino hacia el comedor. Sus amigos estarían buscándola.

*-*-*-

Caminaba agitadamente hacia la sala común, sus nervios estaban totalmente alterados. Temblaba de pies a cabeza cada vez que recordaba los labios de Hermione. Se paró y miró hacia todos lados, no había mas nadie. Saco de entre sus bolsillos un pequeño frasco y lo bebió rápidamente.

Increíblemente los ojos y el color de cabello cambiaron, al igual que el color de su piel. Había utilizado una poción para esconder su verdadera identidad.

Siguió caminando hasta llegar a la sala común de su casa. Afortunadamente no había nadie en la sala por lo que con seguridad se dirigió a su habitación. Se quitó el antifaz lanzándolo contra la cama, se sentó en el borde de ella y cubrió su rostro con las manos.

Aun temblaba y un sudor frió invadía su frente. Instintivamente llevo unos dedos a sus labios y cerro los ojos . ¿Cómo puedo pasar todo eso?. ¿Cómo pudo besarla de esa manera?. Su cabeza daba vueltas, aun podía sentir la pequeña cintura de ella, sus labios quemándole y la suavidad de sus manos. Era algo que lo estaba poniendo fuera de sí.

Miró al otro lado de la cama y ahí estaba otro traje, esperándolo para ser usado en la fiesta. Lo miró unos minutos, dudando si ponérselo o no. No tenía ganas de ir al Gran Comedor, no si ella estaba ahí.

Iba a ser muy difícil contenerse y no abrazarla. Su corazón se sentía desesperado. Con dificultad se quito el traje negro que llevaba y se vistió con el nuevo.

Se miró al espejo y al verse no se reconoció. Aquel ser que veía no era él... era otro totalmente distinto. Respiro pausadamente y se dirigió a la puerta para salir de la habitación. Para su deleite no había nadie mas a la vista pero...

- Me supuse que aun no habías bajado – se escucho una voz desconcertada de verlo ahí.

Malfoy lo miró fastidiosamente. -No tengo intenciones de darte una explicación de mis actos.- Dijo en tono encendido. ¿Habría visto Blaise el momento en que él llego y vestido de negro?. Al parecer no.

- No me importa lo que hagas Malfoy, solo vine porque Pansy me pidió que te viniera a ver. Tienes como 30 minutos desaparecido. – Blaise lo miraba confundido.

Sin decir nada camino hacia la puerta principal. Blaise lo siguió. La puerta de la Sala Común Slytherin se abrió. Draco se amarró firmemente la capa y se colocó su antifaz: Una serpiente.

*-*-*-

AAAHHH!! un grito en lo mas profundo de mi ser... ¡Draco era la persona que enviaba las cartas?.. jaja.. pero todavia falta ver que paso con las de Ron... no se pierdan el sig. cap.