Oliver

Como cada día, Oliver se preguntaba si Connor se dignaría a hablarle, habían pasado cinco años y tres meses desde que se habían visto, Connor le había dicho que siguiera con su vida, que era el fin para ellos, Oliver obviamente no lo veía así.

Había pasado cada día de la condena de su amado esperándole, escribiendo cartas que Connor se negó a recibir, intentando verle y llamarle, pero fue rechazado, paso días llorando, días sin salir, sin dormir, pero al fin siguió, con la pena pesando sobre su corazón, Oliver siguió.

Se habría mudado de ciudad, pero no quería alejarse de Connor si este decidía responder positivamente a sus intentos de buscarle, había conseguido un trabajo aburrido pero seguro y se había mudado a un mejor lugar, había adoptado un perrito también.

Sin embargo, nada bastaba sin su amado Connor.

Connor que se había negado a hablarle por años y al salir se había negado a contestarle o recibirle.

Oliver vivía una vida medianamente solitaria, tenía un amigo en el trabajo y eso era todo, solo un amigo que estaba felizmente casado, si se lo preguntaban, como él, se dijo, pero su esposo no quería verle y eso le deprimía.

-Hey Oli – dijo una voz masculina entrando en su cubículo, Oliver no tenía que separar los ojos de la pantalla para saber quién era, había pasado tres años trabajando con Benjamin Miller. - ¿Podrías prestarme atención? – dijo en tono amable, Oliver que no prestaba atención a la pantalla miro aquel rostro amable y atractivo, Benjamin era un chico alto y delgado, cerca de los 30, cabello ondulado oscuro y ojos de un gris claro. – Gracias.

-Lo siento – dijo sin poder excusarse, Benjamin no pareció molesto.

-Kitty y yo saldremos esta noche, nos preguntábamos si querías venir, cena y cine. – sonrió aun amable, Oliver conocía a Kitty, Katrina Bell, ahora Miller, era la esposa de Benjamín, era una mujer dulce y amable, según creía, los había visto pasar de amigos a novios y hace seis meses, esposo.

-Ben, aunque me encantaría no quiero estorbar en tu cita esta noche – dijo sonriéndole con fingida diversión, Oliver ya había pensado en derrumbarse en la cama luego de oír el rechazo de aquella mañana de Connor quien siempre colgaba su llamada al oír su voz o evitaba contestar.

Benjamín se rio con algo de diversión y tamborileo los dedos en su mesa.

-Vamos, Oli, por favor – rogó inclinándose sobre el cubículo con ojos de corderito – Kitty me pidió que te llevase para acompañarnos…porque no serás el único – Oliver observo al chico un poco nervioso aclararse la garganta antes de explicar – Hay un colega nuevo en la firma de Katrina, no sé su nombre, pero se llevan bien, es nuevo aquí, creo y le ha invitado a salir porque parece realmente deprimido, en serio me ayudaría que vinieses, no sé que haré por horas junto a dos abogados.

Oliver sintió piedad, o algo similar, además de una punzada en el pecho, abogados, todo le recordaba a Connor.

-Iré – afirmo sonriendo y le dio una palmadita en el hombro – Ahora déjame trabajar.

Connor

Llevaba dos meses trabajando allí, era una firma importante, pero él estaba en lo más bajo de la cadena, o eso creía, no había socializado, no quería hacerlo, había estado realmente ocupado con salir de aquella cárcel y poder seguir con su vida.

Durante su estadía en prisión solo había pensado en Oliver, cada cosa de él, cada lunar, cada tontería, cada beso, Connor no se sentía digno de las cartas, las llamadas. Había querido que Oliver siguiese su vida, pero seguía buscándole y eso le gustaba, le preocupaba.

¿Y si Oliver en realidad siguió su vida y le hablaba porque siempre había sido buena persona?

¿Y si la vida de Oliver ahora era peor por su culpa?

¿Y si él no lo merecía y no tenía nada que ofrecer?

Connor se hacía miles de preguntas, estaba exhausto y su cabello y barba habían comenzado a crecer sin que se diese cuenta.

Quince días antes le habían puesto a trabajar con una chica, llevaba más tiempo que él allí, tenía demasiado buena fama y los socios la veían como el futuro.

Connor quiso odiarla, pero no pudo, era demasiado buena en lo que hacía, tenía su propia oficina y aunque sabía de su pasado no había hecho o dicho nada que le incomodase.

Katrina era rubia, con una mirada feroz y una sonrisa dulce, siempre elegante, sus palabras acertadas.

-Connor – le llamo la chica con los brazos cruzados, Connor miraba el computador sin prestar atención, ella parecía saberlo – Ven conmigo.

La vio caminar a su oficina, él la siguió.

-Lo siento, señora Miller, le prometo que…

-¿Estas deprimido? – pregunto con obviedad interrumpiéndole, la vio sentarse y ofrecerle asiento, Connor lo tomó y abrió los labios para disculparse pero ella le interrumpió. – Escucha, sé que ha sido difícil, pero estoy harta de verte desanimado, Connor, tienes que buscar ayuda… - le dio una sonrisa y le tomo de la muñeca – Mañana, ven conmigo, Ben y yo iremos a cenar algo y ver una película con amigos, ¿está bien?

Connor bajo la mirada un momento.

-No lo sé, señora Miller, Kat, necesito trabajar y ser mejor…

-Connor, ya eres muy bueno – respondió con una sonrisa la rubia, Connor la miro culpable.

-No soy bueno para quien quiero… - suspiro negando – No debería contarte esto, desde que salí lo he evadido, pero quiero ser mejor por él.

-Ya lo eres – insistió la rubia, dándole una sonrisa que pretendía animarle - Solo cree un poco más en ti.

Oliver

Oliver había pasado las últimas tres horas en casa, se había duchado, le había dado algo de alimento a su perro y luego se había acostado a ver un show mientras comía cereales. Aunque lo había prometido, Oliver dudaba aun sobre ir a aquella reunión, y sin embargo a la hora establecida se había levantado para alistarse.

Llevaba una camisa gris y una chaqueta azul oscura junto a jeans, se aplicó algo de esa loción que Katrina le había dado en su cumpleaños y salió de la casa no sin enredarse varias veces con el beagle que tenia de mascota.

-No Harry, hoy no te llevare al parque, lo siento - le dijo acariciando su cabecita antes de irse.

Condujo con sumo cuidado al restaurante que le había nombrado Benjamín, había llegado a tiempo y sin embargo no era el primero en el lugar, al buscar la mesa en la que se hallaba su amigo algo llamó su atención, el aire parecía huir de sus pulmones y Oliver no podía ver y oír nada más.

-¡Oli! ¡Estamos aquí! – llamaba Benjamin desde su mesa extendiendo el brazo para que le viese, pero Oliver no le escuchaba, no le veía, solo podía ver a Connor sentando en la mesa, con el rostro pálido mostrando sorpresa y confusión.

Oliver no se sentía bien, las piernas le temblaban y sentía que caería, sus ojos se llenaban de lágrimas, aunque no deseaba llorar.

-¡Oli! ¡¿Oliver?! – decía Benjamín aunque se oía lejano, su amigo se levantó caminando hacia él y le puso una mano en el hombro y la otra en el rostro preocupado – Estas helado ¿Qué ocurre? Te ves mal…

-Yo… no … no puedo respirar … - negó llevándose las manos al rostro, Benjamín le abrazo un segundo y luego le haló a la mesa.

-Será mejor que te sientes, te daremos algo de agua…

Connor

Connor no había querido ir realmente pero estaba harto de todo, de compadecerse, de vivir en un aparta estudio excesivamente pequeño, estaba harto de ignorar a Oliver.

Se había puesto una camiseta blanca y una chaqueta de cuero negra, pantalones oscuros y pegados, se había apenas recordado un poco la barba para darle forma y había salido para evitar quedar mal con Katrina, además, tal vez esa noche tomara el valor de llamar a Oliver.

Para cuando llegó los Miller ya estaban allí tomando algo y conversando, Katrina los presento y le hizo sentarse a su lado, la escucho hablar por un largo rato sobre el chico que iría, un amigo de su esposo, había bufado y rodado los ojos.

¿Una cita a ciegas? Él no quería eso, él quería a Oliver.

Connor se dijo que, si bien había caído en la trampa, luego podía excusarse e ir a buscar al único chico que deseaba ver, entonces Benjamín, el esposo de su colega dijo algo que llamó su atención a medias.

-Oh, llegó Oliver

Su corazón se aceleró y se giró pensando que era casualidad, luego que era demasiado bueno para ser real, Oliver estaba allí, parecía confundido, Benjamín le llamaba con familiaridad y algo dentro de Connor enfureció un poco, ¿celos?.

Oliver no parecía dar señales de vida, Connor no podía dejar de mirarlo con los ojos muy abiertos y sin poder respirar, sus ojos picaban y sus manos sudaban, no podía creerlo, era Oliver, su Oliver.

Todo parecía una película, todo parecía irreal, sintió un poco de rabia cuando Benjamín abrazo a Oliver y le llevo a la mesa.

-Connor ¿estás bien? – la voz de Katrina sonaba lejana, su mano en su brazo le quemaba, Connor quiso asentir pero no pudo – Estas muy pálido.

-¿Está todo bien señores? – pregunto un mesero acercándose.

-Tráiganos algo de agua, por favor. – dijo Benjamín

-Oliver… - susurro Connor extendiendo una mano hacia él

Oliver

-¡No! – exclamo jadeando Oliver cuando la mano del castaño le tocó, se echó hacia atrás negando, Katrina y Benjamín le miraron con extrañeza, Oliver pidió al mesero algo más fuerte, este miro a Benjamín quien asintió pero pidió el agua de todos modos.

-Oli… - la voz de Connor se le hacía irreal, embotellada, su rostro le dolía, sus ojos preocupados y húmedos como los suyos propios, Oliver sintió ira, sintió dolor y frustración, negó de nuevo sentándose frente a él con las manos en puño en la mesa.

-Connor, ¿Qué haces aquí? – dijo con voz tensa, este abrió y cerró la boca varias veces.

-Yo…bueno… - empezó a decir

-¿Ustedes se conocen? – preguntó Katrina, Oliver controlaba su respiración y asintió apenas mirándola un segundo.

-Nosotros… estuvimos casados – dijo Connor bajando la mirada y pasándose una mano por el cabello, Oliver sintió una puñalada en el pecho.

-¿Estuvimos casados? ¿En serio? – sus palabras estaban cargadas de rabia, intento no gritar – No puede ser.

-Bueno… es verdad…

-¡Seguimos casados Connor! – grito Oliver dándole una palmada a la mesa, su voz se rompió y le miro herido - ¡Me ignoraste por cinco años! ¡Me ignoras ahora!

Connor

Bajo la cabeza un segundo sintiéndose culpable, asintió. Oliver lucía hermoso, incluso enojado, su pecho se oprimía, las cosas que Connor haría por aquel chico.

-Te dije que siguieras con tu vida – dijo alzándose de hombros sin mirarle, Oliver hizo un sonido de frustración, Connor le miro con temor a lo que vería, sus ganas de derrumbarse aumentaron al ver al hombre que tanto amaba. – Estaba en la cárcel. ¿Qué esperabas? ¿Cartas diarias? ¿Picnics los domingos? Oli, no podía darte eso.

El rostro de Oliver enrojeció, parecía más molesto y negaba, Connor apretó los labios.

-Eres un imbécil – escupió levantándose, algo dentro de Connor se rompió y estuvo a punto de levantarse para detenerle de irse, pero Oliver se giró acercándose a él y le señalo – Te dije que no lo haría, que haríamos que funcionara – dijo molesto – Te esperaba, cada día, que aceptaras una carta, una llamada, una visita, pero tú solo me abandonaste ¿Cómo piensas que fue para mí?

Connor arrugó la frente y se llevó una mano a los ojos intentando contener las lágrimas, pero un par escaparon, miro a su esposo de nuevo quien parecía contrariado.

-¿En serio crees que fue tan fácil para mí? – dijo el castaño con voz contenida - ¿Crees que fue fácil estar encerrado temiendo arruinarte? Quería que fueras feliz, que siguieras sin mí y temía que encontraras a alguien mejor, creí…creí que si me alejaba sería mejor, pero yo… solo podía sobrevivir por ti… - dijo con voz rota – Pero tú solo seguiste enviándome cartas y me sentía culpable por no ser lo suficiente para ti, jamás quise abandonarte.

El rostro de Oliver tenía una mueca de decepción y negó, Connor le vio dar un giro sobre sí mismo con desespero.

Oliver

-Entonces porque… ¿Por qué no me buscaste al salir? – Oliver lo intentaba, intentaba no llorar, intentaba no hacer una escena, pero era obvio que todo mundo los miraba y a él le empezaba a dejar de importar, solo quería saberlo ahora, si Connor había estado tan preocupado por él, si aún le quería como parecía ¿Por qué seguir una vida sin él?

Connor le miraba con dolor y le vio alzarse ligeramente de hombros con desesperación y lágrimas en los ojos, Oliver no podía soportar eso.

-No soy digno, quería…quería ser alguien mejor…lo siento

El alma se le cayó a los pies, Connor enterró su rostro en sus manos apoyándose en la mesa, Oliver no podía más y se agacho frente a él tomándolo de los hombros, Connor le miro con su rostro lloroso antes de que le abrazase.

-Connor, escúchame – dijo con voz llorosa contra su oído acariciando el cabello de este, sus brazos temblaban tanto como el cuerpo de su esposo quien se aferraba a él, ¿sería acaso un sueño? - Eres suficiente y eres digno, no tienes que demostrarme nada

-Lo siento mucho – sollozo el castaño, Oliver tomo su rostro en sus manos y lo miro con la mirada humedecida por el llanto.

-Está bien, está bien. – susurro

-Señores, disculpen, pero están incomodando a los demás clientes, sería mejor si se marchasen – dijo el mesero regresando, Oliver le miro con algo de molestia.

Sin embargo, fue Katrina quien se levantó primero.

-Lo sentimos, no queríamos incomodar, pero no hemos hecho absolutamente nada malo, sin embargo, nos marcharemos. – dijo con tono frio y serio, profesional. – Denos un momento.

El mesero asintió retirándose.

Benjamín se levantó acercándose a Oliver, ayudándole a levantarse, Katrina hizo lo mismo con Connor, ambos lucían terribles.

-Lo siento - se disculpó Oliver, Katrina negó sacando pañitos húmedos de su bolso.

-Está bien, Oliver, no ha pasado nada malo, no es tu culpa, ni de Connor… tal vez esto fue lo mejor para ambos. – dijo entregándole un par de pañitos a Oliver y otro par a Connor, abrazo a este último con delicadeza guiándolo a la salida.

Oliver se limpió el rostro con los pañitos, aunque seguía rojo por el llanto.

El brazo de Benjamín le rodeo de forma fraternal.

-¿Estás bien? – susurro su amigo mirándole, Oliver doblaba los pañitos asintiendo.

-Sí…solo… es demasiado – admitió mirando a su amigo, Benjamin lucía preocupado, su mirada era amable como de costumbre – Lamento si hice una escena.

-No, Oli, está bien, sabes que Kitty tiene razón, esto tal vez tenía que suceder…

Oliver asintió y le miro, Benjamin se había detenido en medio de la calle fuera del restaurante, a unos metros podía ver a Connor decirle algo a Katrina, lucía igual de descompuesto que él.

-Es el hombre que amo – dijo tomando aire y miro a su amigo – Todos estos años intente que funcionara, que hablara, lo amé, lo espere y él… solo… - negó llevándose las manos a la cara y suspiro mirando a Benjamín de vuelta – Aparece ahora frente a mí… ¿Es muy estúpido no querer dejarlo ir?

-No, Oliver, lo amas y creo que él te ama – le dijo con suavidad su amigo acariciando sus hombros como consuelo – Solo es complicado, creo que si quieres deberías intentarlo, Kitty lo estima y creía que él necesitaba amigos, pero tal vez solo te quería a ti.

Oliver cerro los ojos un momento, eran demasiadas emociones para un día, y sin embargo no quería que acabara, no quería dejar a Connor y que mañana desapareciese.

-Oliver – la voz que tanto soñaba le hablo y Oliver sintió algo de eléctrico en ello, abrió los ojos y miro primero a Benjamín y luego a Connor quien le miraba con temor, detrás suyo, a unos metros Katrina les miraba. – Sé que fue muy repentino, son muchas cosas que procesar, pero me preguntaba… - le vio humedecerse los labios y pasar saliva nervioso antes de seguir, Oliver sintió nerviosismo también – Bueno, Kat y su esposo iban a tener una cita… y…la arruiné… - le vio bajar la mirada un segundo antes de mirarle de nuevo – Tal vez tú aceptarías ir conmigo a algún lado, a comer, y aclarar esto… ¿te parece?

Oliver había dejado de respirar, así que lo hizo de nuevo mirándole con sorpresa.

-¿Quieres que los dejemos y vayamos a comer solos los dos? – repitió

-Entiendo si no es lo que querías – asintió apenado Connor.

Oliver sonrió negando.

-¿Qué? No, por supuesto que quiero.

Connor

Intentó controlarse, necesitaba hacerlo por Oliver, no podía dejarlo irse, era su oportunidad de ir por él y aclarar todo. Pero estaba molesto porque les habían sacado y además lloraba sin control.

-Hey, tranquilo – decía Katrina con calma – todo estará bien

-No entiendes, lo abandone… - dijo casi en un sollozo.

-Concéntrate en tu respiración – casi ordeno la rubia, Connor hizo lo que pedía calmándose así.

-No lo busque, aunque quise, no me sentía merecedor – dijo con tristeza a la rubia – Y ahora temo que se marche, no puedo volver a perderlo…

-No lo hagas – Katrina le miro a los ojos y le acomodo el cabello desarreglado – Oliver es un buen chico, no ha salido con nadie, siempre me dio la impresión que seguía enamorado de alguien…creo que de ti, Ben y yo iremos al cine, comeremos de camino, tú ve con Oliver y aclara las cosas.

Connor asintió, se acercó a Oliver, se sentía un poco celoso de estas personas que habían pasado tiempo con Oliver, el tiempo preciado que él deseaba.

Temía que Oliver le rechazara, tal vez cambiase de opinión y decidiera ahora tener una vida con alguien más.

Pero por su expresión, Oliver también estaba deseando hablar con él.

-Bien, eso es todo, Ben y yo iremos a comer sushi cerca de aquí – dijo Katrina al escuchar la afirmación de Oliver – Nos vemos, Connor.

Connor asintió abrazando a su amiga.

-Hasta luego – la despidió. Oliver se despidió de ellos de forma afectuosa, deseándoles una feliz noche.

Cuando se marcharon tanto Oliver como Connor se quedaron allí, de pie y en silencio unos segundos.

No sabía como iniciar, ¿Qué debería decir?

-¿Quieres pizza? – preguntó Oliver, Connor le miro al notar que había estado mirando el suelo de nuevo – A unas cuadras hay una pizzería, aunque deberíamos ir en mi auto.

-Sí, claro – asintió mirando a su alrededor, Oliver le dio un toque en el hombro y comenzó a caminar, le siguió de inmediato, el contrario le abrió el auto y espero a que subiera, Connor se sintió extraño, pero no dijo nada.

El auto olía bien, olía a Oliver y eso le hacía sentir demasiadas cosas, podría llorar de felicidad y comenzar a rogar por su perdón. Oliver se subió al auto y condujo.

El viaje fue corto y silencioso pero no incomodo, Connor se sintió nervioso, debía decir algo, debía disculparse.

-Oli…

-Llegamos – dijo interrumpiendo cuando el auto se detuvo, Connor le miro con el rostro aun culpable – Venden una pizza muy rica.

-¿Podemos comer aquí? – dijo mirándole y trago el nudo de su garganta – No quiero… quiero estar contigo a solas…

-Está bien – respondió Oliver colocando una emisora que ponía su música favorita, Connor le miro agradecido – Volveré con la pizza y unas cervezas.

Connor asintió y tomo aire, Oliver se marchó y le dio tiempo para respirar, tranquilizarse, Oliver regreso diez minutos despues y acomodo la pizza entre los dos.

Tomo un trago de su cerveza y luego mordió la pizza, gimió de satisfacción.

-Es muy buena

-Lo sé es nueva – sonrió Oliver antes de tomar un trago de su cerveza – la pusieron hace unos meses… supuse que te gustaría

-Me encanta – dijo sin poder evitar hacer un gesto de placer al comer. Oliver le sonrió y comió en silencio durante un momento. - ¿Y que has hecho durante estos años?

Connor se sento de lado mirándolo, Oliver se relamio los labiosy le miro con algo de incomodidad.

-Bueno… yo… - tomo aire y suspiro – esperar, me mudé, encontré un buen trabajo, adopté un perro… - le vio sonreír ligeramente triste – Pero siempre estuve… esperando…bueno…

Connor bajo el tercer trozo de pizza y le miro preocupado.

-Oli lamento si… - empezó a decir dejando la botella en el porta vasos y llevo su mano al brazo del contrario, este no lo detuvo

-No, está bien, Connor – se apresuró a decir Oliver dejando su bebida de lado y llevando una mano al rostro del castaño, Connor se sonrojo un poco por el tacto, sintiendo sus emociones bullir. – Yo quería una vida tranquila luego de lo que pasó y la tuve, si te espere es porque mis sentimientos jamás cambiaron, te aseguro que jamás cambiaran. – se aclaró la garganta y Connor sintió aquella mano calida recorrer su cabello, cerró los ojos suspirando.

-Lo siento, creí que era lo correcto y luego…no pude, no me creía digno de volver a ti – admitió Connor abriendo los ojos, un poco humedecidos, subió por el brazo de Oliver acariciándolo hasta su hombro – Estoy trabajando en una firma de abogados, desde cero y en lo único que he pensado es en ti.

Vio sonreír a Oliver y pensó que era la sonrisa más bonita que había visto jamás.

-Tal vez…si pudieras darme una nueva oportunidad, Oli, podemos iniciar desde sero

-Connor, no tenemos que iniciar de cero – respondió acariciando la nuca del aludido. – Pero si lo quieres podemos ir lento.

-Si, mereces lo mejor – Connor le miraba, acarició la mejila de Oliver con dulzura, su corazón estaba acelerado y sus nervios de punta, sin embargo estaba feliz, podía estar con aquel chico que amaba, que merecía todo.

-Tú también – le respondió Oliver de vuelta dándole una caricia a su cuello antes de soltarle, Connor se sintió vacío y abandonado al verle tomar las cosas y abrir la puerta del auto – Será mejor que me deshaga de la basura primero, no quiero que se llene de animales… - Oliver se inclinó a mirarle – Piensa que quieres hacer, te acepto otra bebida.

Connor le miro desconcertado, creyó que tenían un momento, le vio dar vuelta por el auto e ir en dirección a un callejón con los restos. Negó, miro el auto, las llaves pegadas y las quito, se bajó del auto cerrándolo y camino hacia Oliver, justo cuando este se daba vuelta para regresar al auto.

-¿Qué pas..?

Oliver intento hablar, pero no le dio tiempo, Connor le empujo contra la pared al interior del callejón y le besó, no fue suave, fue rudo, dominante, posesivo, necesitado y sensual, se pegó contra Oliver acariciando su mejilla y cintura, agradeció que el moreno no le rechazara, sino todo lo contrario, Oliver le había recibido entre sus brazos siguiendo el ritmo del beso, jadeando para tomar aire, Connor sintió su pecho arder de emoción y un tirón en la entrepierna, las manos del contrario acariciaban su cuello y cabello, Connor subió su mano por el torso del contrario sintiendo como este también le palpaba.

-Oli… - susurro tomando aire, sus labios tocándose – Estas… ¿has hecho ejercicio? – pregunto al sentir sus músculos firmes, le vio asentir sonrojado y jadeando en busca de aire.

-Sí… todos los días – respondió nervioso, acariciando sus mejillas para mirarle a los ojos mejor – Connor…¿Qué haces? – pregunto pasando saliva y se relamió los labios, acaricio los hombros del castaño – Creí que…querías ir lento o algo así

Connor roso sus labios de nuevo, introdujo sus manos con temor a ser rechazado bajo la camisa de Oliver, sintió a este temblar con su toque.

-Te quiero a ti – susurro Connor contra sus labios y los beso, las manos de Oliver bajaron por su espalda haciéndole estremecer – Te amo – susurro pegándose más a él, meciendo su pelvis contra la contraria – Te deseo – beso el cuello del contrario, Oliver alzo el mentón para darle espacio soltando un ruido de placer ante la expectativa, con el pecho lleno de sentimientos sin resolver, con el cuerpo lleno de sensaciones, Connor bajo sus caricias a los glúteos de su esposo apretándolos -¿Quieres que pare?

Oliver

No había querido que fuera incomodo, aunque sintiera ira y frustración, también amaba a Connor, había aceptado la disculpa con demasiada facilidad porque era su punto débil, Connor era su talón de Aquiles.

La idea de la pizza fue genial, sin embargo seguía siendo extraño, y aunque en algún momento le deseo besar se dijo que necesitaban tiempo.

Idea que se desvaneció al verle fuera del auto, temió que se fuera, entonces le empujo y le beso y Oliver perdió la cordura, ahora solo deseaba abrazar a su esposo y besarle por horas. Y es que Connor siempre le hacia sentir tan bien.

Sus manos se clavaron en la espalda de Connor arañándole, le miro extrañado y negó, ¿estaba loco acaso?

-No, Connor… no pares – respondió tomándole del mentón acercándole para besarle – Por favor – susurro mordisqueando su labio inferior, le sintió apretar sus glúteos de nuevo correspondiendo el beso, Oliver acaricio el torso del contrario alzando su camisa para tocarle también, beso su cuello mordiéndole con deseo de vez en cuando, su pelvis y la del contrario rosándose con desespero, las manos del castaño se introdujeron en su pantalón y Oliver hizo lo mismo, el gemido de ambos se hizo oír cuando lo que tanto anhelaban comenzó a pasar.

-Oliver, te extrañe tanto – susurro con voz ronca Connor acariciando el miembro del contrario mientras abría su pantalón.

-Shht estamos en medio de la calle – recordó entonces Oliver y el castaño le miro, Oliver abrió el pantalón sacando el miembro de Connor y lo tomo junto al suyo comenzando a masturbarlos – También te extrañe.

Admitió besando aquellos labios sin dejar de acariciar de la base a la punta hasta sacar suaves gemidos de su castaño, beso su cuello de nuevo y tomo los testículos de Connor acariciándolos, sus labios bajaron a las caderas de Connor entonces.

-Oli – jadeó el castaño - ¿Qué haces? ¿No dijiste que estábamos en la calle?

Oliver le sonrió con un toque de lujuria arrodillándose frente a él, beso su pelvis masturbándole con una mano mientras se masturbaba a si mismo con la otra, sus labios recorrieron el rededor del pene del castaño y pronto tomo sus testículos en sus labios.

-Oli – gimió el castaño

Siguió besando el falo antes de lamerlo, Connor se estremeció moviendo sus caderas contra él, Oliver lo tomo en sus labios introduciéndolo en su boca y chupando, sintió las mano de su esposo en su cabello halarle mientras controlaba sus gemidos, intentando que no fuesen sonoros.

-Oliver por favor – le gimió, Connor le tomo del mentón llevándolo de vuelta a él, Oliver se vio envuelto en aquellos besos dulces de Connor y se derritió, Connor le tomo en una mano acariciando ambos falos al tiempo, moviendo sus caderas contra él – Te deseo… pero aquí no…

Oliver asintió entendiendo, acaricio las caderas del contrario y sus glúteos, le deseaba también, extrañaba tanto aquel olor, aquella sensación que el castaño dejaba en él.

-Ven a mi casa – pidió Connor – Ven conmigo esta noche…

-Sí… lo que quieras – susurro besándole y recorriendo apretándole los glúteos de nuevo para empujarle contra él con necesidad. Oliver gimió inconforme cuando Connor se separó y le ayudo a acomodarse la ropa. Abrazo al castaño de la cintura para salir así del callejón, Connor bajo su mano a los glúteos de Oliver acariciándolos, Oliver se sonrojo sonriendo.

Abrió el auto para ambos y entro, Connor hizo lo mismo colocando una mano en su pierna y acariciándola, Oliver le miro con deseo

-¿Dónde vives? – preguntó en voz baja, Connor se inclinó a besarle susurrando la dirección entre besos, pero Oliver no escuchaba, las manos del castaño le recorrían la espalda bajo la camisa y abrían el pantalón de nuevo, Oliver gimió. – Vivimos a diez minutos… - dijo por fin mirándole con deseo, acaricio la barba del castaño besándole, Connor tomo una vez más el pene de su esposo.

-¿Sí? – pregunto mirándole con lujuria antes de inclinarse y tomarlo en sus labios, Oliver jadeo y gimió un "sí".

-Pero la mía está… más cerca – dijo sonrojado, encendió el auto y condujo, intentando concentrarse, las lamidas y los chupones del castaño casi le hacían imposible conducir.

-Vamos allá – propuso Connor besando el abdomen de Oliver sin dejar de masturbarle, Oliver gimió – Si quieres.

-Connor, si – gimió Oliver acariciando el cabello del hombre unos segundos, miro la carretera, estaba brisando - ¿Puedes estar quieto?

-No – respondió a su oído mordisqueándolo, Oliver tomo aire y mantuvo la cordura, a pesar de sentir aquellos labios en su cuello y aquellas manos en su cuerpo.

Condujo hasta casa donde detuvo el auto, un trueno sonó haciendo que algo en casa sonara mientras parqueaba.

-Harry – Oliver observo a su casa preocupado, su perro solía espantarse con los truenos.

-¿Quién? – Connor se separó mirándole de aquella forma extraña y celosa que a Oliver siempre le hacía gracia - ¿Vives con alguien?

-Solo con mi perro – le atrajo tomándole del cuello y le beso, se acomodó una vez más el pantalón para salir – Ven a casa, Connor.

Bajo del auto al tiempo que Connor, le llevo a casa abriendo la puerta y el Beagle salio a su encuentro.

-Hey muchacho – saludo Oliver acariciando la cabeza de su perro – Mira, este es Connor – Oliver miro a Connor – Este es Harry.

-Es tierno – admitió, Oliver asintió y cerró la puerta detrás de Connor quien le seguía, casi igual que Harry. Dejo algo de agua y comida a su perro y luego tomo la mano del castaño llevándolo a su cuarto.

-Oli.. – Connor empezó a hablar, quería decirle que su casa era muy bonita y que había notado que conservaba sus fotos, pero Oliver había cerrado la habitación con ellos dentro.

-Connor, bienvenido a casa – susurro contra los labios del castaño deshaciéndose de la chaqueta y la camisa húmedas por la lluvia, dejo un beso en sus labios – Déjame secarte… y hacer que entres en calor.

Connor le beso de vuelta, tomo ejemplo del contrario y le desvistió, dejando caer las prendas al suelo, ambos exploraban el cuerpo contrario, trazando líneas invisibles y dejando besos, Connor se inclinó a besar la ingle contraria haciendo que Oliver se estremeciera, retiro el pantalón de este para luego deshacerse del suyo, Oliver le empujo entre besos en dirección a la cama pero el castaño le tomó en brazos y lo llevo a esta.

Acaricio la espalda de Connor una vez más, descendiendo a sus glúteos para deshacerse de sus boxers, las manos del castaño halaron los suyos quitándolos del camino con desespero, Oliver le rodeo las caderas con las piernas removiéndose contra Connor con deseo.

-Connor – siseo abrazándole, Connor correspondió el abraza y le besó.

Connor

Esa mañana se había levantado muerto, ahora estaba que no cabía en sí, estaba con Oliver, se habían disculpado y se habían besado, y ahora, Connor estaba en su cuarto, habían pasado la ultima hora entre besos y caricias, por ultimo sexo, primero demasiado apurado, desesperado, rudo, necesitado, pero más tarde lo habían repetido con suavidad, dulzura, despacio, recorriendo cada centímetro.

Había esperado por Oliver tanto como Oliver por él y ahora estaban allí, abrazados en la cama, medio dormidos, Connor hacia suaves cosquillas en los brazos de su amado.

-Oli – susurro medio dormido

-Humm

-¿Quieres casarte conmigo?

-Connor – Oliver se recostó en su pecho mirándole – Ya estamos casados

-Pero de nuevo, quiero vivir de nuevo contigo… - afirmo recorriendo su espalda – Y llevarte de luna de miel

Oliver le besó.

-Está bien, lo haremos. Te amo

-Te amo, Oli

FIN