Los personajes de esta historia no me pertenecen. Son propiedad de TSR o/y R.A Salvatore, gran parte del argumento pertenece ademas a Minami Ozaki.
No obtengo beneficio alguno por escribir esto salvo mi propio entretenimiento.
AVISO: Este fanfic es YAOI (y slash) y este se da entre los personajes de Drizzt y Artemis, si este género no te interesa o te resulta desagradable no lo leas, comprendo perfectamente esa postura.
ATENCIÓN: Este capítulo en concreto es slash, contiene así pues una extensa descripción de un acto sexual bastante explicito. Así que ojo con quien lo lee, quien avisa no es traidor.
Capítulo15: Ceder al sentimiento
Al día siguiente Entreri se despertó y comprobó que Drizzt había empaquetado sus cosas. El elfo estaba en ese momento recogiendo su macuto.
- ¿Vuelves a Mithril Hall?
- No... no voy a volver allí nunca mas. He pensado que sería mejor que volviesemos a la cabaña, los dos. Es mejor que este lugar.
Entreri no discutió, el trabajo que había aceptado en la ciudad muy bien podía dejarlo correr, no necesitaba dinero, solo había intentado mantenerse ocupado. Se levantó y comenzó a hacer su propio macuto. No volvieron a hablar mientras salían de la ciudad.
Drizzt miró a Entreri, se le veía preocupado y pensativo. Ambos andaban por el camino hacia la cabaña, levemente cabizbajos.
- No has dicho nada en todo el viaje... ¿Acaso te he molestado?
- ¿En serio no vas a volver con tus amigos?
- Si.
- ¿Por qué? ¿Qué será de ellos? Te esperan y se preocuparán si no regresas... No digas que haces eso por mi.
La mirada de Drizzt era serena, como si todas sus ideas se hubieran ordenado y no albergara duda alguna de ahora en adelante.
- No necesito a nadie mientras te tenga a ti, de modo que lo hago por mí.
El vigilante le tomó de la mano mientras caminaban, Entreri se sintió extraño por el gesto pero no lo rechazó, en realidad no quería soltar aquella mano.
La cabaña, el lugar que tanto representaba desde que había encontrado a Drizzt en el rio, estuvo a la vista al anochecer. Cenaron repantingados en los sofas, saboreando el silencio hasta que Entreri decidió romperlo.
- Tengo una hermana... durante mucho tiempo pensé que yo era la única persona que podía protegerla. Pero poco a poco mi presencia se convirtió en un peligro para ella, yo ya no podía protegerla porque el peligro era yo mismo.
No sabía porque se lo contaba a Drizzt, pero de algún modo deseaba compartir aquello con el drow, quizá así este comprendería ciertas cosas.
- Para protegerla... me alejé de ella, no la he vuelto a ver en casi veinte años. Ya debe ser toda una mujer.
- No sigas.
Drizzt se levantó del extremo del sofa y se situó junto a Entreri, mirándole de cerca con aquellos brillantes ojos de espliego.
- Quiero hacerte feliz. Ansio el día en que confies en mi para lo que sea, quiero... Me haré tan fuerte como sea necesario para protegerte.
Entreri sintió que se le encendía el rostro.
- Soy fuerte, no necesito que nadie me proteja.
Drizzt le acalló a besos.
Entreri se dejó besar, colaboró en el beso. Ya nada importaba, no sabía nada del amor, pero sabía que en aquel momento deseaba tocar a Drizzt, esta vez no quería ser simplemente un amante pasivo, queria ceder por completo a aquel sentimiento que ardía en su pecho y hormigueaba en su ingle. Sin dejar de besarle, Entreri arrastró a Drizzt hasta el dormitorio.
El humano se tumbó sobre la cama, se ofreció por completo.
- ¿D`ourden? - preguntó, volviéndose hacia Drizzt. El drow sólo lo observó un momento más, antes de inclinarse sobre él para besar sus labios, tomando el rostro de Entreri entre sus manos.
Se encontró de rodillas sobre la cama, su cuerpo a milímetros del de Entreri, sintiendo su respiración acelerarse, y cómo súbitamente todo su cuerpo se ponía en tensión. Saboreó sus labios un poco, acariciando con lentitud, disfrutando de la respiración del guerrero contra su rostro.
Sintió la mano de Entreri rozando su mejilla, para ir a apoyarse en su nuca y atraerlo más hacia sí, obligándolo a ahondar el beso, a entreabrir más sus labios, a introducir despacio su lengua...
El beso se volvió desesperado. El primero en que realmente se entregaban.
Entreri llevó su mano libre al pecho de Drizzt, ni siquiera fue necesario mirarlo. Los botones de la camisa cedieron al mismo tiempo que Drizzt deslizaba su brazo bajo las sábanas.
Dejó que Entreri se sentara, acercándose a él, explorando su cuerpo. Era tan diferente, Entreri tocándolo en todos aquellos lugares que la penumbra no le permitía ver, deslizando sus dedos de forma algo errática la primera vez, para luego parecer saber exactamente lo que quería, enviando placenteras sensaciones por la espalda de Drizzt.
Mientras él retiraba los pantalones y camisa de Entreri, hasta dejarlo totalmente desnudo, medio cubierto por las sábanas, Drizzt sintió cómo el guerrero lamía suavemente sus tetillas, haciendo que su cuerpo reaccionara y los pezones se endurecieran. Sonrió levemente ante la gentileza con que se movía Entreri. ¿Acaso creía que él era frágil?
Dejó que Entreri continuara, pero tomó una de sus muñecas, obligándolo a bajar su mano hasta su entrepierna. Entreri comprendió, soltando el botón del pantalón de Do´urden, inclinando su cuerpo hacia allá, sus labios entreabiertos esperando sentir aquella erecta calidez...
Drizzt cerró los ojos lentamente, disfrutando de lo que Entreri hacía, mientras él mismo tomaba la excitación del guerrero Artemis en su mano, sintiendo brotar la humedad.
Entreri sabía lo que debía hacer. Acariciaba con su lengua y sus labios, estremeciéndolo con su respiración, con sus gemidos ahogados, había aprendido bien de él.
Drizzt obligó a Entreri a levantarse, empujándolo suavemente hacia atrás, mirando su rostro. Sus ojos abiertos estaban húmedos, y parecía algo confundido. Lo acarició con cariño, indicándole que todo estaba bien, limpiando con sus dedos la humedad que había quedado impregnada en sus labios.
Dejó que Entreri lamiera, curioso, todo su dedo. Drizzt sonrió.
- Lo haces bien, Artemis - dijo en voz baja y vio, en la penumbra, que las mejillas de Entreri tomaban un poco más de color.
El drow hizo un súbito movimiento, lanzando a Entreri de espaldas contra el colchón, con las piernas levantadas y entreabiertas. Se dirigió a donde había estado acariciando todo ese tiempo, para humedecerlo completamente, lamiendo, haciendo que Entreri gimiera a medida que él comenzaba a bajar.
- Do´urden... - murmuró Entreri, sabía lo que Drizzt hacía, pero no podía dejar de alarmarse. Sentía la húmeda calided de la lengua, resbalando entre sus piernas y su íntimidad, mojándolo, enviándole una sensación que lo hacía desear más, más intensidad, a Drizzt pronto dentro de él.
- Tranquilo - dijo Drizzt con una sonrisa, apartándose, limpiándose los labios con el dorso de su mano.
Se inclinó hacia Entreri, una mano acariciando su excitación, la otra buscando un camino para entrar. El guerrero estaba respirando agitadamente, entre gemidos.
- ¿Estas listo?.- Preguntó Drizzt al ver su temor.
No esperó una respuesta, introdujo sus dedos en Entreri, arrancándole un grito ante el repentino movimiento. Cuando empezó a empujar suavemente, entrando más, Entreri jadeó, aferrándose a las sábanas, echando su cabeza hacia atrás.
El drow exploró el pasaje, acariciando y ampliando, humedeciendo, deleitándose en los gemidos de quien ahora era su amante. Sintió que la erección de Entreri se endurecía aun más, y continuó unos segundos, para obligar a Entreri a llegar a lo más cercano al clímax... y de pronto retirarse. Entreri suspiró profundamente, pero Drizzt no le dio más tiempo. Lo obligó a abrir más las piernas, y casi se puso sobre él, entre aquellos largos y firmes muslos, rozando con su propia erección aquel lugar estrecho, invitante.
Su rostro estaba casi sobre el de Entreri, sus brazos extendidos, sus manos apoyadas en el colchón. Miraba la expresión de Entreri, deseosa y temerosa a la vez. Entró.
Entreri gimió, arqueando la espalda ligeramente, y Drizzt aprovechó para deslizar su mano bajo él, para alzarlo y atraerlo contra sí, haciendo presión, penetrándolo aun más. Comenzó a moverse despacio, sintiendo que el más ligero movimiento suyo hacía que Entreri gimiera y se estremeciera, tenía poder sobre él, sobre sus sensaciones. Era tan estrecho y cálido, que él mismo se sintió próximo a alcanzar el clímax.
Aceleró un poco más sus movimientos, acompasándose y conteniéndose, para esperar a que Entreri estuviera próximo también. Sabía que debía dolerle, por eso intentaba ser más gentil, pero tener el cuerpo de Entreri contra el suyo, sentir su calor, su aroma, su sudor, hacían que él deseara poseerlo con violencia.
Entreri gimió al sentir el orgasmo, su miembro pulsante en la mano de Drizzt, derramándose entre aquellos dedos de ébano, y al momento siguiente, Drizzt llegó dentro de él, abrazándolo con más fuerza, dejando escapar un gemido apagado.
En aquel momento nada existía, salvo el drow en él, su cuerpo, tan fuerte, tan cerca. Su aliento en su cuello, su aroma, la calidez de su piel cuando lentamente Drizzt se apoyó en él...
Lentamente Drizzt se acercó a Entreri, cubriéndolo con las sábanas; acariciando su rostro y sus mejillas sonrojadas, antes de besarlo en los labios, sintiendo su aliento agitado.
- Con eso, eres totalmente mío - murmuró Drizzt. No podía evitar pronunciar esas palabras con satisfacción, pese a la situación. Había querido decir otras palabras, algo menos arrogante, pero era incapaz. ¿Amor? ¿Cómo reaccionaría Entreri al escucharlo utilizando esa palabra de nuevo? ¿Y si se enojaba de nuevo?
Drizzt despertó con la sensación de estar acunado, la verdad es que la situación era bastante similar. Entreri estaba sentado sobre la cama con la cabeza de Drizzt en su regazo mientras acariciaba su melena con aire distraido.
