De la alianza de los Hombres:
Pasado algunos años luego de la llegada del medio elfo y el pueblo del bosque negro al Sirineldion; Una corte de la ciudad, compuesta por Vilendil, Aradhel y Eladan además de algunos elfos, hicieron una visita a los caballeros de Rohan en Edoras, y luego al rey de Gondor con motivo de presentarse como gente amiga y celebrar consejo con ellos.
El descendiente de Eomer, le aceptó con agrado, ya que conocía a Vilendil y en tiempos pasados había sido huésped en aquellas estancias al igual que en Gondor, debido a su conocida descendencia Dunedain además de su ayuda en tiempos pasados en el sitiado de Mordor y más. Después de varios días disfrutando de la hospitalidad del lugar, partieron hacia Gondor con igual misión: presentar la mano de colaboración y ayuda ante el rey además de recibir su apoyo y bendición.
A su llegada, ya era conocido por el rey el propósito de su visita, fue así como fueron llevados directamente ante el rey sin muchas preguntas. Vilendil y la compañía hablaron ante el rey por algunas horas y abriéndole su corazón, le comento acerca de la encomienda de Manwë y la construcción de la ciudad sobre el río, que ya para ese entonces estaba siendo edificada. Ya el soberano tenia conocimiento de ello, y sus sospechas fueron confirmadas por las palabras del medio elfo; había visto hacia algún tiempo, imágenes acerca del arribo de Vilendil a las tierras lejanas de Este, del éxodo, y de las obras de Meluvenor, a través del Palantir, heredad de su reino, una vez que lo logro manejar.
Así fue como consiguió apoyo y la labor fue vista con complacencia y tomada en alta estima. Sin embargo, tanto el rey de Rohan como el rey de Gondor, guardaron el secreto de su existencia hasta que al fin se levantó la cerca de niebla que ocultaba la construcción, pasados casi 12 años después de esa visita.
En esa misma ocasión, Atanvardo en compañía de Aradhel y Eladan, conocieron a Haeré Lintesereg, un noble guerrero conocido por sus grandes meritos, muy querido por su pueblo, que servia al rey regente; aun cuando se rumoraba que el mismo era descendiente de los reyes de antaño, y decían pues que era la razón de su porte real, de su valor y el coraje que corría por sus venas y demostraba en las luchas y guerras, otros comentaban que era huérfano y que el rey lo había adoptado como hijo propio, pero eran solo rumores.
Siendo caro al corazón de rey, estuvo presente mientras se hablaba de Olostion y su cometido. Al saber de tan grandes hechos estaban tomando lugar, pidió le fuera concedido permiso para asistir y participar de forma directa en el levantamiento de los muros de la ciudad, como representante del rey, aunando también sus fuerzas con la de ellos, uniendo de alguna forma los dones de tres casas: Elfos, Enanos y ahora los Hombres; con el único fin del bienestar de los pueblos de la tierra media. En la sala había una doncella de cautivadora belleza, pero silenciosa y cubierta de misterio, que llego ha escuchar todo lo hablado por los presentes, pero se retiro antes de que Vilendil percatara su ausencia... (Arwen???)
El rey no puso impedimento alguno y Atanvardo le acepto la propuesta también. De esta forma se realizaría la segunda forja del Reino Unificado; Haeré, gran líder de Hombres sé unía a las filas de los que se llamarían luego los Sirineldrim; todos contra la sombra.
Pasado algunos años luego de la llegada del medio elfo y el pueblo del bosque negro al Sirineldion; Una corte de la ciudad, compuesta por Vilendil, Aradhel y Eladan además de algunos elfos, hicieron una visita a los caballeros de Rohan en Edoras, y luego al rey de Gondor con motivo de presentarse como gente amiga y celebrar consejo con ellos.
El descendiente de Eomer, le aceptó con agrado, ya que conocía a Vilendil y en tiempos pasados había sido huésped en aquellas estancias al igual que en Gondor, debido a su conocida descendencia Dunedain además de su ayuda en tiempos pasados en el sitiado de Mordor y más. Después de varios días disfrutando de la hospitalidad del lugar, partieron hacia Gondor con igual misión: presentar la mano de colaboración y ayuda ante el rey además de recibir su apoyo y bendición.
A su llegada, ya era conocido por el rey el propósito de su visita, fue así como fueron llevados directamente ante el rey sin muchas preguntas. Vilendil y la compañía hablaron ante el rey por algunas horas y abriéndole su corazón, le comento acerca de la encomienda de Manwë y la construcción de la ciudad sobre el río, que ya para ese entonces estaba siendo edificada. Ya el soberano tenia conocimiento de ello, y sus sospechas fueron confirmadas por las palabras del medio elfo; había visto hacia algún tiempo, imágenes acerca del arribo de Vilendil a las tierras lejanas de Este, del éxodo, y de las obras de Meluvenor, a través del Palantir, heredad de su reino, una vez que lo logro manejar.
Así fue como consiguió apoyo y la labor fue vista con complacencia y tomada en alta estima. Sin embargo, tanto el rey de Rohan como el rey de Gondor, guardaron el secreto de su existencia hasta que al fin se levantó la cerca de niebla que ocultaba la construcción, pasados casi 12 años después de esa visita.
En esa misma ocasión, Atanvardo en compañía de Aradhel y Eladan, conocieron a Haeré Lintesereg, un noble guerrero conocido por sus grandes meritos, muy querido por su pueblo, que servia al rey regente; aun cuando se rumoraba que el mismo era descendiente de los reyes de antaño, y decían pues que era la razón de su porte real, de su valor y el coraje que corría por sus venas y demostraba en las luchas y guerras, otros comentaban que era huérfano y que el rey lo había adoptado como hijo propio, pero eran solo rumores.
Siendo caro al corazón de rey, estuvo presente mientras se hablaba de Olostion y su cometido. Al saber de tan grandes hechos estaban tomando lugar, pidió le fuera concedido permiso para asistir y participar de forma directa en el levantamiento de los muros de la ciudad, como representante del rey, aunando también sus fuerzas con la de ellos, uniendo de alguna forma los dones de tres casas: Elfos, Enanos y ahora los Hombres; con el único fin del bienestar de los pueblos de la tierra media. En la sala había una doncella de cautivadora belleza, pero silenciosa y cubierta de misterio, que llego ha escuchar todo lo hablado por los presentes, pero se retiro antes de que Vilendil percatara su ausencia... (Arwen???)
El rey no puso impedimento alguno y Atanvardo le acepto la propuesta también. De esta forma se realizaría la segunda forja del Reino Unificado; Haeré, gran líder de Hombres sé unía a las filas de los que se llamarían luego los Sirineldrim; todos contra la sombra.
