BROCK SLATE
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(Punto de vista de Brock)
Esta no fue la primera vez...
Yo estoy aquí, sobre el ataúd de Ash Ketchum... Para mí era casi como mi hermano y mi hijo, las dos cosas al mismo tiempo.
La multitud, las nubes, la lluvia, las lágrimas... La gente me rodeaba... Todos conocían a Ash... Pero muy pocos le conocían como yo lo conocí...
¿Por qué siempre tiene que pasarle esto a la gente que yo más quiero? Parece ser que estás maldito si perteneces a la familia Slate... Ya sea por nacimiento o por amistad... en mi caso, creo que es por amor...
Mi amada esposa, Suzanne, estaba agarrada a mí, buscando algo de consuelo, en un momento como este... Pero, en realidad, yo soy de todo menos seguro...
Es extraño... Todos estos años siempre he estado flirteando con cada mujer que me encontraba, intentado encontrar la perfección que yo siempre había buscado... Recuerdo que una vez Misty me dijo que yo era como el doctor Jekyll y Mr. Hyde de carne y hueso... Una mitad era casi como un monje budista, y la otra un gigoló de Streptease... Sí, a veces Misty era un poco "aguda" con sus comentarios...
Bueno... Supongo que la oscuridad de mi corazón y mi alma fue maquillada bastante bien...
(Flashback)
Cuando me encontré por primera vez con Ash, fue un momento tenso. Sí, tú podrás decir que es costumbre que todos los líderes de Gimnasio intenten atemorizar a sus contrincantes la primera vez que ellos acuden a él...
Bueno, en mi caso, sólo fue cuestión de ganarme el respeto. Yo era el primer bache de muchos entrenadores en su viaje, y era costumbre que los entrenadores novatos, creyéndose muy buenos, se rieran de mí nada más llegar al gimnasio, ya que algunos entrenadores más experimentados les decían a los novatos que una manera fácil de vencerme era usando Pokémon de agua... Así que tuve que elegir una aptitud más amenazadora para que me tuvieran respeto.
Pero Ash era diferente. Él veía que su estrategia fallaba una y otra vez, pero seguía insistiendo. Puede que se equivocara, pero jamás se rendía... Y acabó venciéndome... Tuvo suerte, he de reconocerlo... Pero...
Una de las razones por las que yo me fui con él fue porque yo sabía que mi vida cambiaría para mejor, no sólo en mi afición por la crianza. También por la vida, en general.
El día que abandoné a Ash, para quedarme en Isla Valencia, fue feliz y triste al mismo tiempo. Feliz, porque yo sabía, y él sabía, que al fin podría ver cumplido mi sueño de poder desarrollar mis habilidades para la crianza con la profesora Ivy. Triste, porque tras un año y medio de viajar con los dos mejores amigos que yo había tenido en mi vida, decidí dejarles...
(Flashback)
"Brock... ¿Cómo es este Butterfre? ¿Macho o hembra?"
Era Thrush, una de las trillizas ayudantes de la profesora Ivy. Como es obvio, a pesar de mi tal vez "excesivo" magnetismo que sentía hacia el sexo femenino, las trillizas no me interesaban. De hecho, ni las viejas, ni las demasiado jóvenes, ni las malvadas (ejemplo: Jessie) ni las simplemente "poco o nada atractivas" son alcanzadas por mi radar. Y, sintiéndolo mucho por las trillizas, ellas estaban en el último grupo...
Pero esto era un trabajo, y al mismo tiempo una familia. Aunque a veces yo creía que me aprovechaba de la situación demasiadas veces. Las trillizas me tenían casi como a un dios...
Bueno... Al menos me quedaba Ivy...
"¡Es genial! He leído que esas bayas mezcladas con la comida han ayudado a curar la picadura de los Beedrill durante generaciones." dije yo, una vez... "Hmmmm... Creo que los Beedrill vinieron desde una de las islas vecinas."- respondió una profunda y armoniosa voz, según yo la recuerdo...
Felina Ivy. ¡Dios Santo! ¡Ella era lo que había soñado! Una profesora tan joven, que no sólo era preciosa, sino que también era un modelo a seguir: bella e inteligente. ¡Todo un lujazo para mí! Y al menos ella no tenía esa aureola de imposibilidad que tenían las otras muchas perfecciones que había visto en todos mis viajes anteriores...
O al menos eso es lo que yo pensaba en ese momento de mi vida.
"El ambiente de Isla Valencia es bueno para que los Beedrill puedan desarrollarse, pero yo creo que este veneno es más común en los Beedrill provenientes de Isla Mandarina... Incluso de Isla Rosada... Todos ellos son muy diferentes de la especie de Beedrill que tenemos aquí." - dijo Ivy, leyendo sus apuntes.
Sentí como me ponía colorado, pero decidí no exteriorizarlo. Tenía que demostrar que era un profesional. El trabajo es el trabajo y el flirteo es el flirteo.
"Profesora Ivy, no se preocupe. Una baya exprimida tal cual también puede funcionar bastante bien." dije, mientras mi Zubat se posaba en mi hombro y yo le ofrecía algo de comida.
Ahora mis Pokémon estaban fuera de sus Pokéballs la mayoría del tiempo... bueno, menos Onix, por razones obvias...
También había otros momentos interesantes...
"¡Muy bien, Brock!" Ivy sonrió. Olió algo. "¿Ya está lista la comida?"
"Sí, profesora Ivy. Ya está lista." dije yo, pensando para mis adentros cuán maravillosa podría ser esa comida... junto a Ivy, y solitos...
"Como siempre, Brock, jamás podré agradecerte tanto lo que estás haciendo por nosotras." dijo mi encantadora Ivy.
Lo que vino a continuación pensé que sería el momento más recordado y querido de toda mi existencia. La palabra clave es "pensé", pero...
"... Para recompensarte por todo el trabajo que has hecho durante estos meses... ¿Te importaría que te invitara a una cena, digamos, el próximo viernes?" ella me dijo.
Mi boca dijo un tímido "sí", pero mi mente estaba diciendo "¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya!". En realidad inicialmente no dije nada, pero poco a poco acabé por decir la palabrita...
Ivy sonrió. Pero las trillizas tuvieron que aparecer...
"Oh. Eso quiere decir..." fue Thrush la que inició.
"... que tendremos que valernos..." fue Maple la que continuó.
"... por nosotras mismas." fue Clover la que concluyó.
Ivy asintió y sonrió. "Sólo será por una noche." dijo su melodiosa voz.
En mi cabeza yo me decía "Es sólo una noche lo que yo necesito para que Ivy se derrita por mis huesos. ¡Es la ocasión perfecta!"
Desgraciadamente, no pude imaginarme lo equivocado que estaba...
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La noche comenzó como yo esperaba... La ofrecí unas flores, en un gesto que jamás volveré a hacer otra vez hasta que yo no encontrara a una chica realmente especial, la cual acabaría siendo mi actual esposa: Suzie.
Pero, volviendo al tema... El restaurante que Ivy había escogido era uno de los sitios "in" (de interesantes) de toda Isla Valencia... Y como Ivy era una de las más respetadas figuras en cuanto a conocimientos de fisiología de los Pokémon se refiere, no fue un problema conseguir una reserva.
Pronto nosotros tuvimos una tranquila conversación. Descubrimos cosas uno del otro que no tuvimos tiempo de averiguar durante estos dos meses de trabajo. En esa conversación fue donde descubrí cual era su nombre, Felina, nombre muy apropiado para ella, dadas su astucia y sus garras, como yo pronto averiguaría. Yo hablaba acerca de mi viaje, de Ash y Misty...
... y entonces, por alguna razón, yo comencé a hablarla de mi amistad con Suzie.
Lo crean o no, en esos momentos yo siempre hablaba con Suzie vía E-mail, siempre que pudiera usar el ordenador de Ivy en mis ratos libres. Sabía que debería estar en contacto con ella la mayor cantidad de veces posible, para no perder el "feeling"... Sin embargo, considerando la enorme cantidad de trabajo que tenía, era una tarea poco menos que... imposible. Incluso durante la gran tormenta que azotó estas islas durante varios días, en la que no pudimos trabajar, Ivy y el "inoportuno" profesor Oak tuvieron que estar charlando durante largas horas preguntándose el motivo de la tormenta...
Yo no me enteré, hasta varios años después, que fue Ash el que ayudó a detener esa tormenta...
Volviendo al tema que planteaba... Una vez mencioné el nombre de Suzie, Ivy pareció cambiar. A pesar de mis super-cariñosas maneras (y como Misty una vez me dijo, mi no tan super-buena vista... ella siempre tan "aguda"), yo notaba cuando algo no iba bien en la persona que tenía delante. Y, por el extraño gesto que Ivy hizo, sospeché que algo pasaba.
"Ivy, ¿qué es lo que pasa?" dije yo, en mi inocencia.
"¿Eh? Oh, nada... Brock. Nada." respondió ella.
¿Nada? ¡Y yo soy un Jynx macho! Era bastante obvio que había una especie de rivalidad entre ellas, la cual yo no descubrí hasta que ocho años más tarde me casé con Suzie. Yo supuse que era algo de rivalidad, pero ese comentario acerca de mi ídolo no hizo más que comenzar mi calvario.
Después de la cena, (y mayoritariamente agradable conversación) los dos volvimos al laboratorio de Ivy. Sin embargo, ella tenía algo que decirme...
"No vuelvas a mencionar el nombre de "esa" en mi presencia, ¿de acuerdo?" y entró al laboratorio sin decir ni una palabra más.
Yo no me atreví a preguntar a que "esa" se refería, ya que estaba bastante claro. Pero, de todas maneras: ¿por qué se comportaba así?
A partir de entonces la relación entre Ivy y yo cambió radicalmente. Por fuera, ella mostraba su lado tierno y afectuoso, especialmente con las tres hermanas. Sin embargo, yo sabía que por dentro me estaba vigilando, esperando a que yo diera un paso equivocado...
Ya no sólo era que ella se comportara como un radar conmigo, sino que también parecía que poco a poco me iba aumentado la cantidad de trabajo que debería realizar al día. Ahora bien, para un experimentado criador como yo eso no supondría ningún problema, pero el hecho es que las trillizas, al contrario que yo, cada día hacían menos y menos, y yo hacía más y más. Y cada vez que yo me tomaba un pequeño descansito, ella se enfadaba. Entiendo que una profesora de su prestigio exija perfección en el trabajo, pero sabiendo que yo no era ni la mitad de experimentada que ella y que yo estaba haciendo la mayoría del trabajo debería tenerlo en consideración. Sinceramente, en esos momentos comencé a odiar a mi antes amada profesora Ivy...
Echaba mucho de menos a mi familia, pero el ordenador jamás volvió a estar a mi disposición de nuevo. Y tampoco podía escribir a mi familia... ni a Ash o Misty.
Finalmente, una noche, exploté...
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Yo estaba fuera, sólo, alimentando a unos Vileplume... pero eso fue después de ser mordido por un Raticate, pisoteado por Onix y Vulpix gracias a que un chistoso Marrill pensó que sería muy divertido surfear cerca de la orilla, golpeado en la cabeza por un Pineco cayendo (especie que más tarde acabaría siendo uno de mis Pokémon) y desriñonado gracias a un Eevee con muy malas pulgas. Es cierto, yo no estaba de buen humor aquel día, y además ya era casi medianoche. Y la profesora Ivy me llamó, supongo que para que me fuera a descansar.
O al menos eso pensaba. En realidad, Ivy tenía otros planes para mí.
"Brock... ¡Ah, estás ahí! Escucha, Brock. Ya sé que es tarde, pero tú eres fuerte y capaz. Sube a ese lado de la colina... He visto caer a un Spearow dañado hará ya unos diez minutos. Debe de tener un ala rota. ¿Podrías tú...?"
Yo le mostré al Spearow que tenía entre mis manos. Tenía el ala vendada.
Ivy estaba impresionada. "¿Cómo has...?"
"He hecho que Onix investigara el territorio en busca de Pokémon heridos... O, cómo en este caso..."
Y aquí estaba mi primer triunfo.
"...un Pokémon al que tu dejaste allí intencionadamente para obligarme a trabajar más."
La pata del Spearow tenía una anilla, la que la enfermera Joy ponía a todos los pacientes que Ivy la llevaba al Centro Pokémon. Siempre ponía una anilla a aquellos Pokémon que aún necesitaban de sus cuidados, pero que no podía atender por falta de tiempo... Algo olía a podrido en todo aquello...
Como dato curioso, con Ivy alrededor, mis sentimientos por las Joys eran inexistentes. Sin embargo, este descubrimiento hizo que cambiara completamente mi manera de ver a la profesora Ivy. Ya no era la saludable e inteligente profesora Ivy que yo creía conocer, sino que vi a una mujer que usaba sus dotes seductoras para intentar esclavizarme.
"¿Por qué, Ivy? ¿Te crees que soy tan idiota que soy incapaz de darme cuenta de lo que me rodea? ¿Crees que mi trabajo debe ser triplicado sólo porque yo tenga una amistad con alguien con la que, al parecer, tienes una especie de rivalidad? Yo pensé que me gustaba ser un esclavo... Acepté que me cargaras de trabajos porque me recordaba a mi familia... ¡Y por si faltara poco, no he podido saber absolutamente nada de mi familia desde que estoy aquí!"
La cara de Ivy mostraba desconcierto. Apuesto a que ella no se esperaba que actuara de esa manera...
"Brock..." ella comenzó a hablar, pero yo la interrumpí.
"Como ya sabrás, Ivy, estoy intentando convertirme en el mejor criador Pokémon del mundo, y todo lo que he hecho aquí me ha ayudado mucho para conseguir ese objetivo."
Tras decir esto último, la di la espalda. Pero quise dejarla claro que estas podrían ser las últimas palabras que escuchara de mí...
"Pero yo no quiero que se aprovechen de mí... Lo he hecho todo con el máximo cariño posible y no se me ha sido recompensado de ninguna manera... Creo que hoy he aprendido algo... de la manera más dura posible."
Me di de nuevo la vuelta y caminé hacia el laboratorio, a paso rápido, mientras aquella decepción de mujer me miraba, derrotada.
"Esta noche yo haré mi equipaje y me largaré en el primer barco que lleve al continente. Desde allí, me iré a Pueblo Paleta, mi segundo hogar, ya que, gracias a ti, puede que no pueda a volver a mi casa ahora."
Con una última mirada hacia ella, y con una lágrima descendiendo por mi mejilla, terminé mi monólogo...
"¡Hasta nunca, Ivy!"
Tras esto, el primer capítulo de mi vida había sido completado...
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Todos los intentos de Ivy por hacerme cambiar de opinión fueron en vano. Casi todos intentaron saber que me había sucedido durante mi estancia en Isla Valencia, pero nadie, ni Samuel Oak, Deliah Ketchum, Tracey, Misty o Ash consiguieron sacarme palabra alguna.
De hecho, nadie supo nada hasta que yo, borracho, le conté lo ocurrido a Ash. Fue hace ya varios años, y la razón por la que bebí esa noche fue para olvidar la muerte de mi primera esposa... Willamena... Supongo que ahora es buen momento para hablar sobre el segundo triste capítulo de mi vida.
Yo conocí a Willamena durante el transcurso de nuestro viaje Pokémon a través de la región de Johto. Nosotros nos encontramos con una Marill perdida... Pero, por supuesto, antes de que yo me diera cuenta del Pokémon, noté la presencia de un ángel que estaba a unos pasos de mí... Sí, ya sé, podéis reíros todo lo que queráis... Ya sabéis, es el instinto... "mi" instinto.
Lo sorprendente fue, cuando me presenté a ella con la que Misty llamaba mi "patética rutina" (a veces me crispa los nervios demasiado), ella no me miró con la cara de sorpresa con la que me miraban todas las demás cuando hacía mi numerito... Es más, ella parecía sentirse bastante cómoda junto a mí... Vamos, si incluso Ash notó algo raro... ¿Puede haber algo más obvio que eso?
Cuando Misty la devolvió su Marill, algo más tarde, Willamena nos invitó a su casa de campo para pasar la noche y, a pesar de que yo quería ir con todo mi corazón, Ash (pobre idiota), pensó que sería mejor no causarla molestias... Me dieron ganas de estrangularlo... Pero, ¿qué iba a saber él?
Pensé que jamás volvería a verla. Creía que cualquier posibilidad de que ella y yo... Pero, un día, volví a verla...
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(Flashback)
Yo había regresado a Ciudad Plateada, varios años después. Por esas fechas, Ash amablemente me ofreció (y no prestó, como todas las demás compañías a las que fui a pedir un préstamo) una cantidad importante de dinero para poder financiar la construcción de mi propio centro de crianza. Las ganancias que consiguió de las victorias en las Ligas Johto y Kanto, además del salario que conseguía por ser el sustituto de Lance como líder del Alto Mando, habían convertido a Ash en un hombre joven con una buena economía. La mayoría del dinero se lo gastaba en Misty (estas mujeres), pero su generosidad, o tal vez su gran estupidez, quien sabe, decidió darme aquel dinero como agradecimiento por alimentarle todos estos años en sus viajes... ¡Pero si eso yo lo hacía encantado! ¡Pobre Ash! Qué ingenuo era...
Como Ciudad Plateada era un lugar bastante accesible, y además era una parada obligatoria para todos los entrenadores Pokémon, yo conseguí que mi negocio funcionara a las mil maravillas. Incluso mi familia me ayudaba...
Mi familia... Fue estupendo volver a verlos... Algunos de mis hermanos se habían marchado a convertirse en entrenadores Pokémon, otros se habían marchado, siguiendo mis pasos... Estaba emocionado... Incluso mi padre se había ocupado de dirigir el gimnasio por mí...
Como iba diciendo, mi familia me ayudaba. También recibí el apoyo de algunos de mis amigos: A.J., Lara Laramie (que, por cierto, me resultó sorprendente averiguar que se habian casado) y, cómo no, mi querida Suzie... Sí, el negocio había comenzado estupendamente...
Había tenido éxito en Ciudad Plateada, pero mi ambición me decía que debía mejorar, que debía expandirme... Fue entonces cuando la volví a ver...
Yo estaba en mi despacho, intentando pensar de qué manera podría extender mi negocio a otros lugares. Tras varias llamadas a algunas empresas, la suerte quiso que una de las mayores empresas del país se me ofreciera. ¡Aquello era estupendo! Pero todo se esfumó al ver la cantidad que me pedían... Ni en un millón de años podría pagar todo aquello...
Para poder competir con el Clan Laramie, y sobre todo con el Centro de Crianza Su-Zane, yo tenía que expandirme. Yo mismo estaba consiguiendo una buena reputación, pero, con mis "amigos", mucho más experimentados que yo, en la competencia, tendría que dar lo mejor de mí mismo para conseguir algo.
Finalmente, cuando me llamaron de la compañía Industrias Rustate para hablar de negocios conmigo, no me lo pude creer. Dijeron que me iban a enviar a un representante para ver las instalaciones.
"Brock, alguien de Rustate quiere verte." - me dijo mi hermano Timmy, mientras cuidaba de mi Forretress (por alguna extraña razón, nunca explotaba en brazos de otras personas: sólo cuando lo cogía yo... curioso).
"Gracias, Timmy. Dile al señor representante que pase." dije yo, mientras me colocaba la corbata...
"Esto, hermano... Es una mujer joven..." dijo Timmy. Pude oír como se reía tras decir esto.
Sí, toda mi familia estaba ya al corriente de mi "ligera" debilidad por las mujeres, principalmente gracias a cierta pelirroja que tuvo que abrir la boca más de lo debido... Sí, incluso la enfermera Joy de Ciudad Plateada parecía asustarse cada vez que yo iba al Centro Pokémon a pedir algunas medicinas... Me temo que Misty tiene "demasiados" contactos (¡y una lengua muy larga!)...
Al saber que el representante pertenecía al sexo femenino, me peiné con las manos mi rebelde cabello, me aclaré la voz, y me eché mi spray contra el mal aliento... Sabía que debía controlarme, pero sabía que siempre que venía alguna mujer a verme no podría evitar sonrojarme. Y, por el bien de mi negocio, será mejor que dejara de actuar de la manera que solía actuar frente a ellas, o espantaría a mis clientes...
Pero, cuando ella entró a mi despacho, acompañada por un Azumarill, me quedé alucinado. Y lo más curioso es que ella también hizo lo mismo al verme...
"¿Will... a... men... na?" tartamudeé, sin poder apartar la vista de ella. Aquel elegante traje de trabajo que llevaba puesto, sin duda, realzaba su belleza de una manera que jamás pude imaginarme.
Ella también estaba sorprendida. Jamás se habría podido imaginar que fuera yo el que dirigía el Centro de Crianza...
"Brock... ¿eres tú? ¡Oh, vaya! ¡No puedo creerlo! ¡Cuánto tiempo!" dijo ella, con una feliz expresión en su maravillosamente bello rostro.
Sonreí de oreja a oreja.
"¡Lo mismo digo! ¡No me lo puedo creer!" me levanté y la estreché la mano. "¿Eres tú la representante de Rustate?" dije, genuinamente sorprendido.
Ella asintió. "Sí. Es el negocio de mi familia. Yo mantengo la tradición familiar. ¡Eh, Azumarill! ¿Recuerdas a Brock?"
"¡Zuuuu!" la forma evolucionada de Marill exclamó.
"Bueno... Esto... Menuda sorpresa... Pero, ¿no íbamos a hablar de negocios?" dije, nervioso. Pero, como yo dije antes, tenía un trabajo que llevar a cabo. Así que... ¡nada de flirteos!
"Claro, Brock. Pero, ahora que te veo, me preguntaba qué es lo que has estado haciendo durante todos estos años, desde la última vez que te vi..." ella me dijo, con una cierta ternura en su mirada.
"Claro. Willamena. Yo también me preguntaba lo mismo" dije, como en las nubes.
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Las siguientes dos horas fueron muy agradables. Al principio nosotros tuvimos una conversación seria acerca de la expansión de mi Centro de Crianza, ya que yo quería que llegaran a tener casi la misma fama que los ya famosos Centros Pokémon. El precio, sin embargo, seguía siendo demasiado alto, pero Willamena me sugirió que su familia podría ofrecerle un descuento, sólo por ser yo... Lo cual, sinceramente, me sorprendió... Sin embargo, había una condición...
No, nada que tuviera que ver con los intereses o los préstamos... Simplemente quería que yo la invitara a cenar esa noche para tener, según ella decía, una cena de negocios...
Ahora sí que eso me puso nervioso.
Así que, para prepararme para esa noche, yo tenía que buscar a alguien que supiera como conectar con las mujeres, como actuar de forma madura y calmada bajo estas situaciones... Desgraciadamente, lo más cercano que pude encontrar fue... Ash.
Ash, por aquel entonces, y a sus 16 años, ya se había atrevido a confesarle a Misty lo que sentía por ella. Aún recuerdo la cara que puso Misty en esos momentos. Nunca la había visto llorar tanto como lloró aquel día...
Ash podría ser bobo a veces, pero después de haberse atrevido a dar semejante paso, pude notar que su relación con Misty podría llegar a ser muy fuerte, incluso más fuerte de lo que algunas personas de treinta años serían capaces de presumir. ¿Razones? No sé qué razones pueden ser... Simplemente era verlos a ambos...
Así que, a pesar de todo, pedirle consejo a él no era la idea más descabellada del planeta...
"¿Que tú vas a salir con Willamena? ¡Vaya! ¡Pero si tú no la has visto en años!" Ash me dijo.
"Ya lo sé... es sólo que, desde entonces... Bien, no quería admitirlo, pero... ¡Estoy muy nervioso! ¿Qué la digo? Ella puede ser tan sólo mi compañera de trabajo, pero... ¿de qué más podría hablarle?"
"¡Relájate, Brocko!" Ash me dijo, usando ese horrible apodo. Pero, comparado a los apodos que Misty llegó a ponerle a Ash alguna vez, supongo que el de Brocko era mejor que nada. "Es simple. Sólo sé tú mismo. Estate tranquilo, respira cuando tu cuerpo te pida aire, mantén tu mente ligeramente más despierta de lo normal y, hagas lo que hagas, asegúrate de pasar el mejor rato posible con ella esta noche... Y sé que lo pasarás estupendamente." dijo, con una sabiduría en sus palabras poco común en él.
Su inseparable Pikachu asintió con la cabeza, mientras estaba subido sobre el hombro de Ash... Sonreí...
"Je... Yo tomando lecciones sobre las mujeres de parte de Ash... Creía que la cosa debería ser al revés, pero en fin..." dije, con una sonrisa.
Vi a Ash sonrojarse... "Bueno... Supongo que Misty ha tenido bastante influencia en mí durante estos dos meses de relación." argumentó él.
"Pero tienes razón, Ash. Ahora, yo mejor me iré a casa y me prepararé física y emocionalmente." dije yo, antes de despedidme.
Cogí mi casco y me subí en mi motocicleta (la cual, tristemente, tenía que ser aquella en la que más tarde Ash...), para ponerme en dirección a Ciudad Plateada.
"Saluda a Misty de mi parte... ¡Y también dile que su novio ha resultado ser más inteligente de lo que yo me esperaba!" dije yo, socarronamente.
"¡BROCK!" él dijo, ligeramente enfadado. Pero después sonrió... Con esto último, yo me dirigí a Ciudad Plateada, para prepararme para mi primera noche en el paraíso...
*********
Mi "cita" con Willamena, aunque en realidad se tratara de una cena de negocios, resultó ser una agradable velada. Aunque nuestra conversación sobre descuentos y expansiones era bastante enriquecedora para mi trabajo, encontré los detalles sobre su vida, su familia y sus alrededores mucho más... interesantes.
"Willamena... ¿Lo hiciste ya?" dije yo, mientras observaba los restos de la pequeña porción de ensalada que ella se había terminado de comer antes que yo, ya que no tenía apetito. Me había quedado durante la cena mirándola embobado... Llevaba un elegante vestido chino que a ella le quedaba especialmente bien... Mi boca, completamente inanimada, formaba una "O" perfecta. Al verme, ella rió ante la cara de estúpido que tenía...
"Sí... No te preocupes." ella me dijo.
La vi sonreírme. La noche estaba llegando a su fin, pero por la sugerente sonrisa que me mostraba parecía querer darme a entender que la cita aún no había terminado.
"¿Llamaste a la compañía y les dijiste que te ibas a quedar aquí durante algo más de tiempo?" pregunté.
"Sí. He intentado buscar un hotel donde pasar la noche, antes de que yo pueda dibujar los planos de la expansión... con descuento, claro." Ella me dijo... Luego, me guiñó un ojo.
¿Me guiñó un ojo? Oh, cielos. Esto se estaba poniendo demasiado interesante...
"Um..." intenté decir.
"¿Sí?" ella dijo, dulcemente.
"Um... ¿n-no s-sería m-mejor q-que p-pasaras l-la n-noche e-en m-mi c-casa? Quiero decir, como una manera de darte las gracias... Quiero decir, por aquí no existen buenos hoteles... Quiero decir, tu Azumarill está en el Centro Pokémon al lado de mi casa... Quiero decir..."
Ella interrumpió mi estúpido tartamudeo, poniéndome su dedo índice sobre mis labios...
"Shh" ella susurró.
Si puedes ser paralizado por el tacto de una mujer de la manera que ella lo hizo, os aseguro que a partir de entonces estáis completamente perdidos...
"Claro que iré. Eso sería estupendo. Muchas gracias, Brock". Con eso último, ella se inclinó y me dio un beso en la mejilla...
Intenté con todas mis fuerzas no sonrojarme, pero no pude. Willamena lo notó, y esbozó una maravillosa sonrisa. Ella me ofreció la mano y, a pesar de los temblores que me habían empezado a entrar por todo el cuerpo, agarré su mano... Salimos del restaurante como si fuéramos una pareja de recién casados, a pesar de que sólo hacía unas horas que nos habíamos "re- conocido" (entiéndase el doble sentido de la frase).
Fuimos a mi casa cogidos de la mano... Pude notar, incluso con mi momentáneamente "ausente" cerebro, que Willamena parecía estar pensando en algo...
"Brock... Desde el día que te conocí te he echado muchísimo de menos. Para mí eres como el galán perfecto... Tenía tanta confianza en que te volvería a ver que yo le conté a mi familia que quería volver a verte..." ella dijo, con tristeza en sus ojos.
"¿Y qué es lo que está mal?" la pregunté.
Ella suspiró. "Mi familia es rica, pero también muy anticuada. Ellos aún siguen creyendo en esa estúpida creencia de que los ricos no pueden manchar su nombre mezclándose con gente de más baja condición que ellos. De hecho, quieren que cuando me case mi marido también sea de una clase alta... Alta y refinada.."
Esta historia me recordó un poco a la vida de James... Y me comencé a imaginar a dónde llegaría todo esto...
"Ellos ya han intentado casarme varias veces, pero me negué porque yo sólo quería casarme con el hombre que yo amara. Mis padres, semana tras semana, seguían trayéndome pretendientes, que normalmente siempre tenían alguna relación con algunos de los clientes de su compañía... Incluso considerando que yo formo parte de su trabajo, también formo parte de su trabajo en "otros" sentidos..." narró Willamena.
Mi corazón me estaba empezando a ahogar. Quería contarle mis sentimientos... Pero me mordí la lengua.
"El día que yo te encontré descubrí mi lado salvaje, pensando en el buen sentido." ella continuó. "Fue cómo una vía de escape... A pesar de que fue mi Marill perdido el que ocasionara que nos encontráramos... he de reconocer que me gustó mucho más ese estilo de vida, cansado pero libre, que tú y tus amigos llevabais, que el mío... bien asentada económicamente, pero recluida literalmente en la casa de mi familia... Por eso quise que vosotros fuerais a mi casa, para mostrarle a mis padres que en la vida no sólo importa el dinero y el poder..." ella dijo, tristemente.
"¿Y...?" comencé a decir pero, al ver sus lágrimas, la dejé continuar.
"Brock... entonces, te eché de menos... Y ahora, tres años más tarde, te he vuelto a encontrar... Y, Brock..." se quedó pensativa durante unos instantes... "¿Piensas tú lo mismo que yo...? Responde..." me dijo, casi como una súplica.
Me di cuenta de que estábamos ya delante de mi casa. Miré a sus ojos color canela, llorosos, que irradiaban una belleza que me dejó sin palabras... Supongo que, para mí, la respuesta a su pregunta no era demasiado difícil de responder...
Y, así, sin previo aviso, y actuando por instinto, la di un rápido beso en los labios...
Recuerdo que ella se apartó inmediatamente... Su rostro mostraba sorpresa, no sé si por el beso o por el hecho de que sintiera yo lo mismo que ella... Pero aquella expresión sólo duró unos segundos...
"Brock..." dijo ella, mientras se acercaba y... m-e b-e-s-a-b-a...
Esto me hizo abrir los ojos (me imagino la cara que habría puesto Misty si me hubiera visto) pero, tras unos segundos, me dejé llevar por el beso y la besé mas profundamente. Yo la rodeé con mis brazos, no demasiado fuerte, para no hacerla daño. El contacto de su cuerpo con el mío me había llenado de tanto calor que ya no quería separarme de ella...
Una vez terminó aquel maravilloso beso (un momento que recordaré siempre como uno de los mejores de mi vida), no pude soportar la tentación de hablar...
"Willamena... Cuando yo me encontré contigo, tú fuiste la primera chica (aparte de "alguna" otra más) por la que realmente había sentido algo especial en mi vida... Y ahora, tras todo este tiempo sin volver a verte, yo veo a una magnífica mujer de negocios con un oscuro pasado... Sin embargo, ha llegado la hora de que toda esa oscuridad sea borrada de tu memoria. Willamena... te... quiero... Y no me importa lo que pueda ocurrir con tu familia. Yo siempre te querré, pase lo que pase." dije, sin dejar de sonrojarme.
Ella sonrió, emocionada. "Brock... Yo también te quiero... Te quiero desde el día que te conocí... Yo.." ella se lanzó a mis brazos, y comenzó a llorar, de alegría...
Sinceramente, en esos momentos creí que estaba en el paraíso... Sonreí y la besé las lágrimas de su cara, para después llevármela al interior de la casa... Pero, como yo era un caballero, le dije que ella podría dormir en mi cama, mientras yo sacaba del armario mi saco de dormir...
Ella, sin embargo, insistió en que yo me fuera a dormir antes que ella, dándome un beso de buenas noches en los labios y marchándose al baño, a cambiarse...
Yo recé al cielo que esto no fuera un sueño...
A la mañana siguiente, cuando desperté, yo sentí una cálida sensación en mi mano... La suave sensación de la mano de Willamena, apretando la mía...
Era oficial... No había sido un sueño...
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A mi familia le sorprendió muchísimo que una chica a la que yo no había visto en tres años se hubiera convertido oficialmente en mi pareja tan sólo varias horas después de haberla vuelto a ver por segunda vez...
De todas maneras, aceptaron aquella unión que yo, un criador, y ella, una mujer de negocios, habíamos formado...
La otra cara de la moneda era que los padres de Willamena no tenían ni idea de que esta relación existía... Viéndolo desde el lado positivo, Willamena era oficialmente mi compañera en mi expansión del Centro de Crianza y mi compañera en la vida, a partir de ahora... Además, gracias a la ayuda de Ash, Misty y mi familia, nosotros comenzamos a desarrollarnos más. La ampliación del Centro de Crianza se estaba convirtiendo en una realidad...
Yo ya era un miembro oficial en el negocio de Industrias Rustate, y, visto de otro modo, también un miembro más de la familia Rustate, a pesar de que sus padres no podían ni tan siquiera sospechar del por qué a su hija podría resultarle más interesante aquel pequeño negocio que era el Centro de Crianza, que otros proyectos mucho más interesantes... No parecía que les entrara en la cabeza.
Willamena y yo ocultamos nuestra relación a sus padres durante 6 meses. Esos también fueron los meses que tardó el nuevo y más grande Centro de Crianza en ser terminado...
La gente que conocía algo de nuestro romance era gente en la que siempre podíamos confiar de que guardarían el secreto... y Ash y Misty. Vale, no es que ellos fueran malos, pero como ellos ya llevaban mucho más tiempo juntos, nos hacíamos bromas al respecto los unos con los otros... Lo mismo pasaba con el Team Rocket...
Ahora que he mencionado al Team Rocket... Poco después de comenzar las finales de la liga Johto, su líder, Giovanni, planeó lo que podría haber sido el robo más grande de todos los tiempos: el asalto al Estadio Pokémon...
Liderados por esos dos odiosos Rockets, Butch y Cassidy, un gran número de oficiales Rockets vestidos de paisano mantuvieron en vilo a todo el estadio. Pretendían llevarse a todos los Pokémon participantes en el Campeonato...
Pero, cuando todo parecía perdido, Jessie y James, no sé si por error o por, quien sabe, ayudar, provocaron que Weezing formara una espesa capa de humo, cegando por completo a los miembros del Team Rocket. Aquello facilitó que Ash, junto a Gary y muchos otros entrenadores, aprovecharan la distracción para vencer a todos aquellos malnacidos...
A partir de entonces, Jessie y James fueron proclamados héroes... Se les perdonó que hubieran pertenecido al Team Rocket, y ahora eran consideradas personas muy valiosas... Poco después se fueron a vivir a Pueblo Paleta... Ironías de la vida, ¿verdad? Aquellos que habían perseguido a Ash durante todos estos años, ahora vivían a apenas varias calles de su casa...
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Ash... Debo darle las gracias, en cierta medida. Gracias a él, ahora Willamena y yo pudimos casarnos...
Os contaré la historia... Como yo dije, habían pasado 6 meses desde que nuestro pequeño romance nació. Teníamos muchísimo en común, y nuestro amor era genuino y maravilloso... Jamás esperé que esto pudiera llegar a ser el amor, tras tanto tiempo persiguiéndolo... De hecho, incluso considerando que ella había querido hacer "cosas raras" conmigo aquella primera noche, yo le propuse que yo no quería hacer nada hasta después del matrimonio...
Ella, al oír aquello, se quedó con la boca abierta... Había dicho la palabra "mágica" demasiado pronto. En aquel momento quería cambiar lo que dije pero, ya daba igual. Eso es lo que quería hacer y, de hecho, eso es lo que haría...
¡Vamos a ver si me explico en condiciones! ¡Sí! ¡Quería casarme con Willamena con toda mi alma! Pero había dos pequeños problemas: Brian y Linna Rustate, los padres de Willamena. Ellos jamás aceptarían el matrimonio a no ser que mi Centro de Crianza fuera lo suficientemente importante (que aún no lo era) o yo tuviera una verdadera fortuna en mi poder (que tampoco tenía). Pero yo no me detuve... Había que tomar una decisión...
No. Nosotros no somos estúpidos. Willamena no iba a ir a hablar con sus padres y decirles: "¡Hola, mamá! ¡Hola, papá! ¡Qué bonito día! ¡Ah, quería presentaros a mi futuro marido, Brock! ¡Nos vamos a casar muy pronto! ¡Y ahora, padres, mi amorcito y yo nos vamos! ¡Hasta la vista!"
Si se nos ocurriera hacer semejante estupidez seríamos perseguidos hasta los confines de la Tierra.
Es más... Teníamos otros planes...
Yo invité a los padres de Willamena a la ceremonia de inauguración del "Brock Bonanza", el Mega Centro de Crianza de Ciudad Plateada. Al principio ellos no quisieron venir, ya que menospreciaban mi trabajo, y siempre alegaban la excusa de que tenían mejores cosas que hacer (una manera más "dulce" de decir: "No nos molestes").
Sin embargo, Willamena los llamó más tarde, insistiendo mucho en que ellos deberían ir a la ceremonia, ya que había algo muy importante que Brock tenía que decirles... Algo que les interesaría a ellos y, al mismo tiempo, la interesaba a ella... Creo que aquello les intrigó tanto que les indujo a mover sus viejos traseros y aceptar la invitación...
Ah, sí. La ceremonia de inauguración... Recuerdo que aquel día vi a Suzie, junto con ese ladrón de Zane. No es que le tenga rencor, ya que habían pasado tres años desde la última vez que le vi, pero... En fin, el caso es que Suzie llevaba un anillo de compromiso en su dedo anular, con lo que aquello significaba... Pero ya no me importaba: yo había madurado y tenía a la más hermosa (para mí todas son hermosas) de todas las mujeres a mi lado... Willamena.
"Estoy muy nervioso, Willa." Le dije a mi compañera, con aquel apodo cariñoso que la puse.
"Lo sé, dulzura. Mis padres pueden ser terroríficos a veces, pero esta vez no pienso dejar que hagan lo que ellos quieran. Tú eres el hombre al que yo más quiero, y no me importa el dinero. Lo único que me importa eres tú." dijo ella, para luego darme un dulce beso en los labios.
Willamena y yo teníamos 21 años en esos momentos. Estábamos en la cúspide de nuestro desarrollo físico y yo medía la nada desdeñable estatura de un metro y ochenta centímetros. Pero, a pesar de mi imponente aspecto, y la más bien pequeña estatura de los padres de Willamena, se podría decir que me sentía mucho más pequeño hacía aquellas dos amenazadoras figuras: Brian y Linna Rustate.
Nervioso, me acerqué al micrófono, para decir unas palabras. La gente me aplaudía. Vi a mi familia, y a Suzie y Zane. Vi a los cuatro miembros del Alto Mando (por estas fechas lo componían Will (o Mento) y Karen, ya bastante maduros, y A.J. y Richie, siendo Ash el Líder del Alto Mando). También estaban, por supuesto, Ash y Misty. Y, a su lado... ¡Un momento! ¿Esa chica tan preciosa es Casey? ¿Junto a Richie? ¡Guau! Ella era una chica preciosa en esos momentos, y Richie parecía ponerse bastante nervioso a su lado...
Ver a todos mis amigos allí reunidos me llenó de alegría... Vi llegar poco después a mi amiga, y ahora también rival, Lara Laramie. Vino cabalgando a lomos de su Rapidash, toda majestuosa... Recuerdo haber visto como AJ la miraba embobado, como pocas veces le había podido llegar a ver...
También estaba la prensa. Pude reconocer a Todd entre todos aquellos fotógrafos, pero eso a mí ya poco me importaba...
Allí estaban todos... Una multitud de más de mil personas había acudido a la inauguración, y lo curioso es que a pesar de toda la gente que había, las únicas personas que me inspiraban un especial temor eran dos pequeños personajes que me miraban con aquellos fríos e inexpresivos ojos: Brian y Linna Rustate.
Brian era el típico caballero aristócrata: pelo impecable, con un bigotito negro, traje elegante. Parecía tener poco más de 40 años. Y Linna tenía el mismo color de pelo de Jessie, una nariz afilada y una mirada que parecía decirte "Yo soy mejor que tú, mendigo."
Yo tanteé el micrófono, para ver si funcionaba. Oía los aplausos y gritos de ánimo de la multitud. ¡Me encantaba ser el centro de atención! ¡Y yo me había convertido en una especie de héroe para Ciudad Plateada! ¿Por qué no iba a poder disfrutar del momento?
"Un, dos... Un dos... Probando... Bien. Gracias a todos, familia, amigos, ciudadanos... y futuros rivales, es decir... vosotros." dije, señalando a Suzie y Zane, mientras todos se reían. "Y tú..." dije mientras señalaba a Lara Laramie.
Todos aplaudieron. Eran personas muy respetadas por todos, y amigos míos por supuesto. Además, nunca estaba de más un nuevo Centro de Crianza (aunque fueran en tres territorios distintos). Pude ver como Ash levantaba el pulgar hacia arriba, dándome su apoyo. Él sabía lo que yo estaba planeando...
"Así que yo, y a partir de hoy, declaro inaugurado el Mega Centro de Crianza de Ciudad Plateada... ¡El "Brock Bonanza"!" dije, mientras cortaba la cinta, mientras escuchaba los aplausos de la gente.
Pero, a pesar de la alegría del momento, aún no había terminado: tenía un anuncio más importante que hacer. Miré hacia Ash y Misty, luego hacia Brian y Linna, y luego hacia mi Willamena, que me observaba impaciente. Tomé aire...
Había llegado la hora.
"Pero antes de comenzar con el trabajo, tengo un anuncio importante que hacer. Es algo que concierne a dos ciertas personas de aquí, y a su hija... Pero era algo tan importante que no creo que fuera ético decirlo por teléfono..."
Vi a los dos ogros mirándome confusos, perplejos. Seguramente estuvieron a punto de orinarse encima de la impresión.
"Verán... En los últimos 6 meses estas dos personas, Brian y Linna, han sido los creadores de dos grandes cosas en mi vida. La primera fue la reconstrucción de este gran Centro de Crianza, con el que yo espero que en Kanto, Johto, las Islas Naranja y Houen puedan ser conocedores de mi magia y experiencia en el campo de la crianza Pokémon. Sin embargo, además de haberme ayudado profesionalmente, otro producto de su trabajo me ha llenado de gran alegría..." dije, triunfante.
Las palabras salieron desde mi cabeza, y desde lo más profundo de mi corazón.
"Brian y Linna Rustate... Durante los últimos 6 meses, su hija y yo..." me detuve, para ver como reaccionaban. Ellos ya se imaginaban como podía acabar esto, dadas las inflamadas venas que se les empezaron a formar en la frente, pero yo proseguí. "...hemos estado muy enamorados, y hoy es la primera vez que me atrevo a decírselo en la cara, les guste o no."
Vi como el público me miraba asombrado. Ash miraba de reojo a los padres, que parecían furiosos...
"Y hoy he de anunciar mis intenciones de casarme con esta brillante, hermosa, maravillosa, preciosísima... señorita llamada Willamena Rustate. Así que, Willa... ¿Puedes dirigirles tú unas palabras, probando que lo que acabo de decir es cierto?"
Dicha chica preciosa dio un paso al frente, con un elegante vestido rosa muy parecido al que llevaba el día que la conocí. Cogió el micrófono, mientras mantenía un ojo en sus padres y otro en mí, mientras me mostraba aquella encantadora sonrisa.
Sonrisa que, por otra parte, no se reflejaba en sus padres. Ellos, simplemente, parecían dos Houndoom furiosos. Comenzaron a acercarse rápidamente hacia donde Willamena y yo estábamos, seguramente para intentar desmentir algo que difícilmente podrían desmentir.
"Escúchame, hijo." dijo Brian, en tono despreciativo. "Nosotros somos sus padres, ¿y tú dices que has tenido un romance con NUESTRA hija durante 6 meses? ¡Eso es completamente falso! ¡Willamena es una jovencita con clase, y es imposible que pueda estar con un vulgar criador desaliñado como tú!"
"¿Y entonces cómo puedes explicarme la cantidad de veces que ha venido a verme?" dije yo, en un vano intento de defenderme. Supongo que todo este tiempo alrededor de las dos personas más propensas a la discusión que existen (Ash y Misty) me ha hecho aprender a saber como seguir una discusión, cuando comenzarla y, sobre todo, cuando pararla.
"Ella nos dijo que iba a observar como iban las obras..." dijo Linna por primera vez. "¿Y tú dices que era porque sentía algo por ti? ¡No te inventes fantasías, zopenco!"
"Madre..." dijo, triste, Willamena.
"¿Sí, hija? ¿Vas a desmentir todo lo que ese chalado ha dicho? ¿Pero cómo se atreve ese paleto a decir semejantes mentiras?" dijo Brian.
"Puedes llamarlo mentiras, si quieres. Pero Brock y yo hemos estado enamorados durante mucho tiempo... incluso más de lo que vosotros pensáis..." respondió ella, refiriéndose al día en la que nos conocimos por primera vez.
"A-Zuuuuuuumarill" dijo su Azumarill, asintiendo con la cabeza.
Brian y Linna obviamente no se esperaban aquello. Pero Brian era un hombre de negocios que sólo tenía cerebro para los negocios, así que era incapaz de comprender todo lo que allí pasaba.
"¿Y qué es lo que este desaliñado puede ofrecerte? ¿Y qué pasa con ese apuesto inglés que te presenté la otra noche, Damián? De buena familia, gran poder económico, y un gran entrenador Pokémon..." dijo Brian, exaltado.
Creo que Ash había comenzado a reírse para sus adentros al oír el nombre de aquel odioso tipo. O al menos eso me pareció...
"Es posible que aún no pueda ofrecerla nada... -comencé a decir- Pero hay algo que se os debería de meter en la cabeza... ¡ELLA ME QUIERE! Ella no es parte de vuestro negocio... Ella es una persona amable, cariñosa, y no se merece que la tratéis como la habéis estado tratando. Ella debe estar con la persona a la que ella quiera... ¡Ella no es una moneda de cambio para vuestro propio beneficio!
Creo que aquello que dije no fue muy acertado... Jamás llegué a pensar que sus padres lo fueran a tomar por el lado equivocado...
"Tú... tú... ¡NOS HAS ENGAÑADO! ¿CÓMO TE ATREVES A HACEDNOS ESTO? ¿PRIMERO NOS PIDES QUE TE AYUDEMOS ECONOMICAMENTE PARA CREAR ESTE ESTÚPIDO CENTRO DE CRIANZA Y AHORA PRETENDES ROBARNOS A NUESTRA HIJA, BASTARDO? ¿SABES QUE YO PODRÍA HACER DE TU VIDA UN INFIERNO, DESGRACIADO?" -rugió Brian, con fuego en los ojos.
Debo admitir que comencé a tener miedo... Brian era una persona demasiado poderosa... Sus influencias podrían acabar con todos mis sueños... Comencé a temer por mi matrimonio... Pero la luz vino en la forma del que una vez fue un rematadamente torpe entrenador Pokémon...
"Esto ya es suficiente". -se oyó una voz.
Ash, el líder del Alto Mando, con Misty a su lado, se levantó. Tras él también se levantaron A.J. y Richie... Y más lejos aún se pudo ver las intimidatorias figuras de Lt. Surge, Bruno y Koga, que a pesar de sus ya avanzados cuarenta años seguían causando un profundo respeto.
Brian, al ver aquello, comenzó a ponerse un poco nervioso. Conocía la gran fama de Ash, al igual que la de su también conocidísima pareja, actual Líder del Gimnasio Celeste... que al mismo tiempo se había convertido en uno de los Gimnasios Pokémon con más prestigio y, al mismo tiempo, un gran lugar destinado a espectáculos acuáticos. Pero Brian, a pesar de todo, seguía teniendo demasiado poder...
"Ash Ketchum... Escucha, hijo... Puede que tú seas una gran figura en el mundo del entrenamiento Pokémon... Pero en el campo de los negocios, lamentablemente, estás en mi territorio... Así que te sugiero que no te metas en los asuntos que a ti no te interesan..."
Si Ash estaba asustado por las palabras de Brian, él no parecía exteriorizarlo...
"Brian... Para empezar, me gustaría decirle tres cosas que cambiarían su vida para siempre si no deja que Brock y su hija estén juntos... Una es que no podrá ser amigo mío..." -dijo Ash, desafiando al mismo demonio.
"Oh... ¿Y qué vas a hacer? ¿Golpeadme con tus pañales?"- él ironizó, sonriéndole a su esposa Linna, creyéndose victoriosos.
¡Pobres ingenuos! Si llegaran a saber lo listo que se había vuelto Ash desde hace unos años (gracias a las influencias de cierta chica pelirroja).
"Para empezar he de decirles que mi buen amigo Todd tiene una cámara digital conectada vía satélite... En cualquier momento puede enviar imágenes de todo esto que ustedes dos están causando aquí... Y no creo que eso sea una buena publicidad por su parte, ¿verdad?"- dijo Ash.
Una mirada de terror se vislumbraba en los arrugados rostros de Brian y Linna, mientras observaban a Todd apuntándoles con la cámara. Ash había tenido una buena idea, a pesar de todo.
"Punto número dos. A pesar de que ustedes puedan ser dos personas clave en el mundo de los negocios, Brock también es una persona clave para mucha gente en esta región del mundo. Supongo que algunas de las personas aquí presentes pueden usar sus propias influencias para hacer que su compañía se gane una mala reputación... Aunque también podría usar esto y llamar a unos cuántos más, ¿verdad?" -dijo Ash, mostrando un teléfono móvil.
Para mis adentros pensé que Ash se estaba tirando un farol, pero teniendo al Alto Mando, a dos importantes compañías de crianza, y una gran cantidad de simpatizantes y amigos de su parte, y algún que otro número de teléfono importante, todo eso bastaba para hacer muy incómodo el futuro de la compañía Rustate.
"Y como punto final, y no por ello menos importante... y que seguramente les sorprenderá, es..." -continuó Ash.
Los Rustate se temían lo peor.
"¡ELLOS ESTÁN ENAMORADOS! ¡VIVAN CON ELLO! ÉL LA HACE FELIZ, Y USTEDES DEBERÍAN ESTAR FELICES POR ELLO. ¿ES QUE NO LO COMPRENDEN?" -exclamó Ash, mostrándose visiblemente enfadado.
La gran ovación procedente del público ante las palabras de Ash daba a entender quien tenía cogida la sartén por el mango... Desgraciadamente, Brian y Linna no parecían querer dar su brazo a torcer...
"Hmmmm.... Chico, todas esas tonterías que estás diciendo puede que nos hayan asustado un poco, pero si Willamena realmente quiere casarse con ese zoquete, que así sea... Dejemos que destroce su vida... Pero que sepa que no recibirá ninguna herencia y retiraremos todo el dinero que tiene en su cuenta... a partir de ahora mismo..." -amenazó Brian.
Pero Ash continuó, con una sonrisa...
"Ah, gracias por recordármelo... Brock sabía que esto podría pasar, así que yo pedí a tres grandes amigos que "hackearan" en su cuenta y traspasaran todo el dinero que Willamena se ha ganado por su trabajo durante todos estos años... Yo no os lo estoy robando, ya que el dinero es de ella... Ahora el dinero se encuentra a salvo en una cuenta secreta que ellos han creado para ella..." -dijo victorioso Ash, mientras dos personas y... ¿un gato? se levantaban orgullosos al fondo de la sala.
Jessie, James y Meowth... ¿Quién iba a decir que todos estos años de tramposos fuera a ser tan útil alguna vez?
Brian y Linna ya no pudieron soportarlo más... Explotaron literalmente y se dirigieron furiosamente hacia mí. Pero gracias al Azumarill de mi querida Willamena fueron detenidos mediante un Pistola de Agua.
"Maldito Pokémon. Jamás deberíamos haberte regalado a esa decepción de hija" dijo Brian, furioso.
Pero esta vez mi Onix les detuvo definitivamente, atrapándolos con su cuerpo. Nosotros esperamos a que Misty terminara de venir con la agente Jenny para que pudiéramos dar un veredicto a todo esto. No creo que Brian y Linna fueran a ser encarcelados, pero seguramente el juez los sancionaría de alguna manera por abuso de autoridad sobre su hija, y por desheredarla sin ninguna razón de peso...
Ash... Gracias por haber solucionado el día y mi vida amorosa... Gracias...
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"Ahora yo os declaro marido y mujer."
6 meses después del incidente, y tras alguna que otra complicación, Willamena y yo nos casamos. No había nada que pudiera impedir esa boda, ya que las leyes no son tan anticuadas como Brian y Linna pensaban. Tampoco podían decir nada sobre el dinero "hackeado", ya que aunque esa acción se consideraba ilegal, los que hicieron toda la operación fueron lo suficientemente hábiles para no dejar pistas de quién lo había hecho. Además, el dinero estaba bajo el nombre de Willamena Rustate, y ese dinero le correspondía legítimamente. No había prueba alguna, y, al no haber pruebas, no hay acusación. Por lo tanto, caso cerrado. ¡Gracias por hacer las cosas bien por una vez, Team Rocket!
Esta boda fue una gran alegría para mí, como se puede suponer. Gracias a todo el incidente que provocó todo aquello, y al hecho de que la mayoría de los periódicos publicaron la noticia (gracias en exclusiva a Todd), mi popularidad había alcanzado cotas inimaginables. La gente se preguntaba que si yo sería capaz de poner tanto corazón en la crianza Pokémon como en el romance.
De hecho, en 6 meses había conseguido ganar 125.000 $, lo cual creo que fue un gran principio para el negocio. Esto aceleró los preparativos para la boda.
Ash y Misty, por supuesto, estuvieron presentes. Yo ya estaba esperando el día en que ellos decidieran pasar por nuestra misma situación... Se los veía muy felices juntos...
Jessie y James también estuvieron allí. Me sorprendió no ver a Meowth por ninguna parte... Como bien ellos me contaron después, Meowth los había dejado hace dos meses... Al parecer, quería volver con su antigua pandilla de Meowths callejeros. Su querida Meowsie la echaba de menos, a pesar de todo... Y desde entonces ya no volvieron a saber de él...
...
Volviendo a mi historia, he de confesar que Willamena y yo estuvimos pensando bastante tiempo sobre los hijos. Al final decidimos que aún no había llegado el momento... Willamena seguía siendo una chica con gran visión para los negocios, como sus padres, pero no quería llegar a convertirse en alguien como ellos: ella sabía hasta donde debía de llegar. Ella manejaba los hilos, las influencias, los beneficios y pérdidas, y yo usaba mis conocimientos en medicina y cuidados de los Pokémon. Gracias a nuestro cada vez más famoso Centro de Crianza "Brock Bonanza", Ciudad Plateada pudo construir un monorraíl, se construyeron varios hoteles y se mejoraron las comunicaciones con la ciudad. Todo gracias a la fama que habíamos conseguido dar a Ciudad Plateada con el sudor de nuestra frente.
La boda fue tal y como ya la había deseado... Se puede decir que la celebramos a lo grande... Tras la opípara cena, yo la besé, la tomé en brazos y corrí emocionado hacia la limusina que nos estaba esperando... Íbamos a pasar una maravillosa luna de miel de tres días en el hotel Maravilloso de Isla Canela... Al principio nos planteamos ir hacia las Islas Naranja... pero, debido a ciertos recuerdos tempestuosos, decidí que no sería apropiado que yo volviera a poner mis pies por aquellos lugares...
El segundo capítulo de mi vida había comenzado... Lamentablemente, este capítulo terminará demasiado pronto para mí...
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Seguramente tu desearías que esta historia tuviera los típicos finales de Walt Disney, ¿verdad? Olvidad la ironía.... Habría sido así si no fuera por mi triste destino... Y jamás había sentido ese destino tan cerca...
Habían pasado 4 años desde que me casé, y desde entonces nuestro negocio había crecido tanto que había llegado a ser como una especie de referencia mundial para el mundo de la Crianza Pokémon. De hecho, últimamente estaba teniendo muy buenas relaciones con mis dos rivales más directos: Lara Laramie y Suzie. Por algún tiempo Willamena se puso un poco celosa, y se pasaba tardes enteras hablando con Misty... de algunas cosas relacionadas conmigo y "esas dos"... Bromitas aparte... Amaba su belleza, su amabilidad, su determinación y su espíritu. Jamás habría podido enamorarme de nadie más mientras ella siguiera conmigo. Nuestra buena posición económica no podía competir con nuestra felicidad...
Lamentablemente, un día, todo eso cambió...
**************
El teléfono de casa sonó. Me resultó extraño, ya que la mayoría de la gente que me llamaba al teléfono del Centro de Crianza, no directamente a mi casa... Pensé que serían Ash o Misty... o alguien...
Descolgué el teléfono y oí un chasquido... Algo me decía que lo que iba a oír a continuación cambiaría mi vida para siempre... ¿Habría pasado algo con las pruebas que Willamena había ido a hacerse al hospital? ¿Sería esa la razón de la llamada?
Escuché atentamente... No, no parecía ser ella...
"¿Diga?"- pregunté, nervioso.
"¿Estoy hablando con la residencia Slate, en la calle Avenida de la Piedra, número 42? ¿Es usted Brock Slate, propietario del "Brock Bonanza" de Ciudad Plateada?" - se oyó una triste voz femenina al otro lado del teléfono.
"Sí." -dije, sabiendo que las noticias que me iban a dar eran importantes, dado el tono de la llamada.
"¿Es usted el marido de Willamena Rustate?"
Esta conversación comenzaba a no gustarme...
"Sí... ¿Qué es lo que ha pasado?" -pregunté, nervioso.
"¿Podría venir al hospital central de Ciudad Fucsia? Es urgente."- contestó la voz al otro lado del teléfono.
Colgué. No hice más preguntas. Rápidamente corrí hacia mi coche y salí disparado en dirección hacia Ciudad Fucsia. Una parte de mi cabeza me decía que no debía preocuparme, que seguramente no haya pasado nada grave. Pero la otra parte me decía que algo terrible había sucedido...
Una vez en el hospital, entré al interior. Una de las enfermeras Joy que allí se encontraban me reconoció y se aproximó a mí.
"¿Eres Brock Slate, verdad? Debes dirigirte a la habitación 486... Tu esposa está en situación crítica..."
SITUACIÓN CRÍTICA...
Mis peores pesadillas se habían vuelto realidad... Lo comprobé al entrar a la habitación 486...
El Dr. Proctor estaba allí... Me sonrió, intentando animarme... No le presté atención... Sólo quería verla... Y la vi...
Estaba tumbada en la cama, con una débil sonrisa en sus labios... Seguramente estaba aguantándose el dolor para no hacerme sufrir.
"Hola, Brock." -ella dijo, suavemente.
Me acerqué a ella y la agarré la mano... Mis lágrimas estaban a punto de salir de mis ojos.
"Willa... ¿Qué es lo que ha pasado?"- dije, destrozado.
Willamena hizo su mejor intento para calmarme.
"Sssh... Mi dulce Brock... Nada podías tú hacer... Esto acabaría pasando algún día de estos..." dijo débilmente.
No tenía ni idea de qué estaba hablando, pero yo ya no podía hablar. Afortunadamente (o desafortunadamente), el Dr. Proctor me lo contó...
"A Willamena Rustate se le a diagnosticado cáncer de médula ósea, lo que significa que sus huesos se encuentran en una situación muy delicada... Y, desgraciadamente, nosotros no tenemos ningún tipo de cura o tratamiento para esa enfermedad... Lo único que podemos hacer es que no sufra demasiado... Lo siento..."
Mi mundo se derrumbó... Vagamente escuché las disculpas del médico, mientras él abandonaba la habitación. Seguramente el médico pensó que sería mejor dejadnos solos.
Solo. Una palabra que creía que jamás volvería a pronunciar. Agarré las suaves manos de Willamena, mientras un río de lágrimas descendía por mis mejillas.
"¿W-Willa? ¿Mi d-dulce Willa? ¿Por qué... por qué ha pasado esto?" - Mi voz apenas podía oírse, y estaba entrecortada. Pero Willamena, mi ángel en la tierra, me había escuchado.
"Calla, Brock... Lo siento. Ya me diagnosticaron esta enfermedad cuando yo sólo tenía 13 años. De hecho, tuve que donar algo de mi sangre para poder alargar la vida algunas semanas de mi ahora difunto hermano pequeño..." dijo, sin apenas fuerzas.
Jamás había oído hablar de ese hermano pequeño de Willamena, pero conociendo la decepción que me produjo el haber conocido a sus padres, parecía razonable que a Willamena no le gustara mucho hablar de su familia.
"Durante la transfusión, algo salió mal. Cogí un virus de quirófano, que pasó a través de mi sangre. Al principio el daño fue mínimo... Pero con el paso de los años el mal acabó extendiéndose por todo mi cuerpo..."- continuó ella.
Ella tosió y me asusté al ver salir sangre de sus labios. Mis manos estaban temblando, agarrando las suyas.
"... Supongo que la vida ha decidido que pasara esto... Mi padres sabían que me pasaba esto... Pero una vez vieron lo que me pasó a mí por donar sangre a mi hermano, no quisieron arriesgarse a coger la enfermedad también..." -suspiró Willamena.
"¿Ellos lo sabían?" -continué, comenzando a enfurecerme.
"Sí... Además... Mi hermano acabó muriendo, a pesar de mi donación... ¿Para qué iban a molestarse, Brock? Supongo que ahora me a tocado el turno a mí..."-
Willamena tosió de nuevo. Yo me aproximé a ella. Intenté enjugar mis lágrimas... No pude...
"Willamena... No me hagas esto..."- dije, entre lágrimas.
"He estado escondiendo todo esto de ti porque no quería preocuparte. No podrías haber hecho nada. Sé que voy a morir, así que tengo que decirte que he amado cada día de todo este tiempo que he estado contigo. Estos cuatro años juntos me han hecho olvidarme de mi enfermedad y he disfrutado de mi vida como nunca había disfrutado antes. Y no te preocupes... la "diversión" que tuvimos anoche no ha sido la causante de empeorar mi estado..."
Aquello último fue un intento de poner algo de humor al momento, pero difícilmente podría animar la situación.
"Brock, te quiero. Siempre te he querido y te seguiré queriendo incluso después de la muerte... Como último deseo sólo pido una cosa... Quédate conmigo..."
No necesité que me lo pidiera dos veces.
************
Aquel terrible sábado sentí la frialdad de las suaves manos de mi ángel, inundé mis ojos con lágrimas, se rompió mi corazón, pero acabé besándola una vez más antes de que ella se quedara dormida... Observé el ritmo de su respiración durante toda la noche.
Ella entró al hospital el sábado, y murió el martes. Durante esos días no me había apartado ni un sólo instante de su lado... Los médicos me dijeron que me marchara, pero me negué. Los últimos deseos de Willamena antes de abandonar este mundo deberían ser cumplidos... Y bien que los cumplí...
Aún recuerdo con gran pena en mi corazón sus últimas palabras...
"No olvides que tú eres Brock Slate..."
Esas simples palabras fueron más bellas que cualquier triste poema o frase destrozacorazones que se le hubiera podido ocurrir en ese momento.
Ella era ella, y yo era yo. Yo soy quien soy, y ella sabía que lo era.
Yo sabía que tenía que ser fuerte... Mi vida se había partido en dos... Pero este no es el capítulo final...
Yo regresaría...
************
El funeral de Willamena ocasionó dos cosas para mí: mi primer contacto con la cárcel, y mi reencuentro con la que sería mi segunda esposa. Willamena quería que yo rehiciera mi vida, pero el primer amor siempre queda grabado profundamente en el corazón, y de eso Suzie puede dar fe de ello.
El funeral, como podría suponerse, fue demasiado duro para mí. Aún me recuerdo leyendo mis palabras, que difícilmente podrían expresar en su totalidad lo maravillosa que Willamena fue para mí.
Recuerdo lo que pasó mientras estaba en el atril, hablando. Una blanca limusina se presentó a las puertas del cementerio... Vi a dos personas salir de ella...
Y los maldije...
Brian y Linna Rustate... No pude creerme que ellos fueran a aparecer allí... Pero algo me decía que no habían venido precisamente a dar un último adiós a su difunta hija...
Más bien a lanzar su furia contra mí...
Bruno, mi mentor y también gran amigo mío, notó que bajaba los papeles y dejaba de hablar. Ash y Misty, también presentes en el funeral, lo notaron también... Vieron a Brian y Linna dirigirse hacia mí... Linna me abofeteó en la cara.
Esto sería un funeral a campo abierto, pero Dios seguía presente allí. El sacerdote intentó que finalizara aquello cuanto antes, pero Brian y Linna no parecían dispuestos a respetar el funeral.
"¡Tú has matado a nuestra hija!" -lloró Linna- "¡Tú nos la robaste, y desde entonces esa pequeña peste ha ido aumentando en ella! ¡Y debido a esto ahora está muerta! ¡Si no hubiera sido por tu culpa nosotros habríamos podido salvarla! ¡Pero TÚ la mataste! ¡ERES UN MALDITO BASTARDO!"
Como Ash y Misty podrían testificar, yo suelo ser una persona muy tranquila y pacífica durante la mayoría del tiempo, a no ser que dos cosas ocurrieran: 1ª) Que una chica preciosa se me pusiera a la vista (cosa que dejó de suceder una vez me casé con Willamena) y 2ª) Si se maltrataba a un Pokémon en mi presencia.
Sin embargo, una tercera causa había sido añadida. Desde que mi vida había cambiado por culpa de la muerte de la persona a la que yo amaba, la visión de los malnacidos padres de Willamena hacía que me encendiera de rabia.
A pesar de los inútiles intentos del sacerdote por detener aquello, Linna siguió insultándome... Y me abofeteó de nuevo.
"¡Usted cállese!"- dijo Brian al sacerdote.
Agaché la cabeza, para que los Rustate no pudieran ver la mirada de odio que había comenzado a formarse en mi cara. Apreté mis puños con fuerza...
Bruno sintió mis nervios, así que intentó detener aquella desafortunada discusión de una vez por todas. A pesar de sus ya 45 años, aún seguía teniendo un tipo imponente...
Pero los intentos de Bruno por calmar la discusión fueron en vano... La furia en mí seguía creciendo por momentos... Brian, delante de mí, echando su hediondo aliento a la cara, seguía vociferando como un maldito loco. Su infinita arrogancia no le dejaba ver que mi cabeza estaba a punto de explotar por todo aquello...
En el funeral de mi primer amor y también esposa, delante de mi familia y amigos, delante de mi mentor, y delante de Dios, exploté como nunca antes había explotado...
Brian, con toda aquella arrogancia cultivada a lo largo de los años, no podría esperarse lo que yo que a punto de hacer. Seguramente él debería pensar que caería de rodillas, suplicándole perdón. Pensaría que me escondería como un cobarde... Cuando mis manos le cogieron de la camisa y lo arrastraron hacia un árbol cercano, levantándole en vilo literalmente, pude oír como un grito de sorpresa se escuchó proveniente de todos los presentes... Linna gritó de puro pánico, al ver aquella inesperada reacción de furia... Noté que Brian estaba literalmente orinándose encima...
"¡Tú eres en realidad el bastardo! -dije, ciego de rabia- ¡Tú tratabas a tu hija como una vulgar moneda de cambio, como una vulgar sierva de tu negocio! ¡Viste a su hermano morir... a vuestro otro hijo morir y no hicisteis nada por evitarlo! ¡¡Y TÚ ME LLAMAS A MÍ DESGRACIADO!! Willamena, perdóname... Pero lo que le voy a dar a tu padre no es precisamente un abrazo..."
Los ojos de Brian mostraban horror... Mi primer puñetazo fue derecho a su estómago...
Estaba tan ensimismado en mi venganza que no pude oír los gritos de Ash y Misty, diciéndome que me detuviera... Olvidé que la agente Jenny también estaba en el funeral.
Estaba furioso... Completamente loco... Un segundo puñetazo impactó en la sebosa cara de Brian, provocando que la cabeza de Brian golpeara el árbol... Cayó al suelo, quedando inconsciente...
En ese momento sentí como la bruja de su esposa me tiraba del pelo, histérica. En un arrebato, la agarré del cuello y la lancé contra el suelo... Sentí dos fuertes brazos rodeándome... Era Bruno... Si no me hubiera sujetado en ese momento habría acabado por matarlos... Pero el mal ya estaba hecho...
Una sorprendida agente Jenny me miró, no sin cierta tristeza en su mirada... Se dirigió hacia mí, y me colocó unas esposas... Sean cuales fueran las razones que yo tuviera para hacer eso, ella tenía un trabajo que cumplir...
"Brock Slate... Queda arrestado por perturbar la paz de este santo lugar y por agresión premeditada con excesiva violencia...Tiene derecho a guardar silencio. Cualquier cosa que diga puede ser usado en su contra... ¿Entendido? -dijo la agente, con cara triste...
La agente Jenny y yo nos dirigimos hacia el coche de policía... Recuerdo como Ash subió en la motocicleta que le vendí hace varios meses y nos siguió, abandonando el lugar del funeral... Aquella, desgraciadamente, no será la última vez que las palabras Ash, funeral y motocicleta se vean juntas en una misma frase...
****************
Me esperaba lo peor en mi fría celda. El primer problema fue que yo había cometido la estupidez de atacar en público a dos personas de gran importancia... Y, por si fuera poco, delante de la policía... Este tipo de cosas, en los tiempos que corren, se considera un caso cerrado incluso antes de ni tan siquiera celebrar un juicio. Lo segundo era que Brian y Linna podrían pedir daños y perjuicios... Si a ellos se les antojara, podría perder hasta mi querido Centro de Crianza. Ellos lo construyeron y lo financiaron, así que legítimamente algo les pertenecía. Finalmente, aquella violencia física, y mi más bien penosos abogados del estado, mi destino no parecía del todo esperanzador...
Mi única esperanza para el juicio es que la propia agente Jenny testificara en mi favor aludiendo un trastorno mental provocado por la triste muerte de mi esposa Willamena. Desgraciadamente, esto podría provocar que me encerraran en un manicomio (es irónico pensar la de veces que Misty me dijo que acabaría en un sitio como ése algún día de estos). Y, de hecho, eso fue lo que pasaría...
Sentado en mi fría celda pensaba sobre todo lo que había hecho durante mi vida: aquellos días con Ash y Misty; aquellos meses en Isla Valencia; el incidente con Ivy; todas las chicas con las que me encontré; Willamena, la chica que cautivó mi fogoso corazón... y las secuelas que me dejaron su muerte...
Ahora, en el cielo, ella debe pensar que soy la mayor cantidad de mierda que habita sobre la Tierra. Te he decepcionado, Willa.
El juicio se celebró... Como era lógico, no salí bien parado... A pesar de la testificación de Ash, Misty, Bruno y mis demás amigos, la sentencia parecía clara... Intento de asesinato...
La agente Jenny, como esperaba, intentó aliviar la sentencia aludiendo a mi actual estado mental... Fue en vano... Culpable...
Me sorprendió que el juez no me mandara a la cárcel... Peor... Fui destinado al Manicomio General de Ciudad Azafrán, para tratarme mi supuesto trastorno mental y la terrible depresión que había provocado todo aquello...
Pero no. Aquí no acababa mi tragedia. Como no podía pagar la elevada indemnización que los Rustate me exigían, mi Centro de Crianza quedaba completamente bajo la propiedad de Industrias Rustate, como compensación a los daños recibidos... Aquello no era una compensación lo que me estaban quitando.. Aquello era el producto de toda una vida dedicada a la crianza Pokémon... ¡Malditos malnacidos! ¡Ellos habían sido detestables, y encima ganaron! ¡Habían conseguido destrozarme la vida! Como Brian me dijo...
Aquella sentencia me destrozó por completo... Esposado, sentí la cálida mano de Misty sobre mi hombro, sentada detrás de mí... Intentaba, sin conseguirlo, consolar aquellas lágrimas de rabia...
Una hora después fui metido en una ambulancia, en dirección al manicomio... Yo no estaba demente, yo no estaba loco... ¡Y NO NECESITABA AYUDA! ¡YO NO NECESITABA AYUDA! ¡NO LA NECESITABA, MALDITA SEA!
Un sólo momento de locura, provocada por el amor de mi Willamena, acabó con todos mis sueños... Fui un imbécil...
****************
Estuve en ese horrendo manicomio durante tres larguísimos meses. Mi depresión no me había abandonado, pero sí mis esperanzas. La vida era horrible, sobre todo si eres alguien como yo... Nadie de mi familia tenía permitido verme, seguramente gracias a las condiciones que esos dos malditos bastardos pusieron para mi estancia en el manicomio... Deberían creer que sería capaz de escaparme de aquí, como un vulgar criminal... Eso es lo que les hubiese gustado a ellos... Malditos.
Así, con aquella camisa de fuerza limitando mis movimientos, pasé mis días en el manicomio. He de reconocer que durante varios días pensé en suicidarme, pero sabía que debía de ser fuerte... No podía decepcionar una vez más a Willamena... Tenía que seguir viviendo, pasara lo que pasara... Eso es lo que ella habría deseado que hiciera...
Pero las malas noticias siguieron llegando... Un día me enviaron a mi celda la revista mensual que les encargué a los del manicomio: "Mensual del Criador". Estaba afiliado a esa revista desde que comencé con mi sueño, y mi estancia en el manicomio no iba a impedir que siguiera llegándome... Aquel mes, sin embargo, la revista traía en su portada una noticia que terminó destruyéndome por completo...
"EL LEGENDARIO CENTRO DE CRIANZA "BROCK BONANZA" HA SIDO DEMOLIDO ESTA MAÑANA PARA DEJAR SITIO A OTRO DE LOS NEGOCIOS DE LA PODEROSA "INDUSTRIAS RUSTATE"
El final. Habían terminado definitivamente con mis sueños. Todo estos años de trabajo ahora significaban nada... Todos mis esfuerzos por desarrollar mi vida ahora no servían de nada... Todos mis sueños tirados a la basura... definitivamente.
Según iba leyendo el artículo, mi furia aumentó...
"...tras su fácil victoria en el juicio contra el propietario del "Brock Bonanza", Brock Slate, el legado del joven criador ha sido derribado para dejar paso al futuro de los Rustate. Mucha gente se negó a esta idea debido a la gran popularidad que don Slate había dado a Ciudad Plateada, gracias a su Centro de Crianza. De nada sirvieron sus protestas... Como muchos sabrán, los Rustate son los padres de la fallecida esposa de..."
No quise seguir leyendo... Tenía el corazón destrozado... Dirigí mi mirada hacia uno de los muros de la habitación... Corrí hacia él con todas mis fuerzas y estrellé mi cabeza contra el duro cemento...
La última cosa que recuerdo de aquello fue la sensación que corría por mi mente antes de arrojarme al muro: furia.
**************
Me desperté con un horrible dolor de cabeza, en una cama de hospital. Vi una sonriente cara familiar observándome.
"Misty..." -suspiré.
"Hola, Brock." -ella me dijo.
Pude comprobar que el tiempo hacía que Misty cada vez fuera más bella. Ash era una persona muy afortunada, sin duda... En aquel momento no pude comprender por qué ella estaba aquí. Que yo sepa, no tenía permitido recibir visitas en el manic...
"Estás en el hospital, Brock. El Hospital Central... - ella me dijo.
Mirando a mi alrededor pude comprobar que Misty tenía razón. Estaba en un lugar muy diferente al manicomio. Además, también Ash estaba por allí.
"¿En cual hospital? - pregunté.
Ash me miró, con expresión triste, mientras sostenía en su mano una taza de café.
"Estamos en Ciudad Cerezo." -dijo.
"¿Ciudad Cerezo? ¿Y por qué estoy yo aquí? - dije, extrañado.
" Has sido traído aquí porque creíamos que sería una buena oportunidad para que le dieras un último adiós a alguien" - dijo, también triste, Misty.
"¿Un último adiós? ¿A quién?"
"Al profesor Oak." -respondió Ash- "Está también aquí. Se está muriendo... Después de que Misty y yo fuéramos avisados de tu accidente en el manicomio, pensamos que sería buena idea traerte aquí a curarte la herida. Tuvimos que convencerlos para que nos dejaran traerte, así que dijimos que un gran amigo nuestro estaba muriéndose. Y nos dejaron llevarte aquí, a Ciudad Cerezo."
Oak. Una de las más respetadas autoridades en el mundo Pokémon, muriéndose. Todo se estaba volviendo demasiado negro...
"¿Brock? Y tú, ¿cómo estás?" -me dijo Misty, en unas de las más tiernas y suaves palabras que yo jamás habría oído de ella dirigiéndose hacia mí.
"Bien... Salvo por este terrible dolor de cabeza. Chicos, mi vida es un infierno... Ya me he enterado de lo que ha pasado con mi negocio..." dije, mientras me tocaba mi dolorida cabeza.
"Brock. Te prometemos que te sacaremos del manicomio lo más rápido que nos sea posible. Te lo prometo." - Misty dijo, apretando mi mano.
Ella vio a los dos guardias que habían venido a vigilar mi estancia en el hospital... Ahora que yo había recuperado la conciencia, seguramente estarían listos para llevarme cuanto antes de nuevo al manicomio... Malditos desgraciados insensibles...
Vi a Ash y a Misty abandonar la habitación... Por unos momentos me pareció ver a Deliah Ketchum, la madre de Ash... Estaba bastante apenada por la situación de Oak... Noté también a una jovencita adorable, de unos 15 años, a su lado... Por mi intuición deduje que podría ser Molly Hale, pero.. ¿qué hacía allí ella?
Ya no pude ver nada más, ya que los guardias me anestesiaron y me dormí más rápidamente de lo que yo esperaba...
"Misty... No... ol.. vi... des.... Tú... p-r-o-m-e-s-a... No... - dije, con mis últimas fuerzas, antes de que todo se volviera negro...
************
Pasé otros tres largos meses allá encerrado, acompañado sólo por mi terrible soledad y depresión. Seguía pensando en Willa, y en todas mis desgracias... No había una luz que iluminara aquel oscuro túnel en el que se había convertido mi vida... En el manicomio ya no era considerado un loco violento y peligroso. Había conseguido calmar mi furia, a pesar de todo... Lo único que podría volverme a desquiciar de nuevo sería el volver a ver a los Rustate... No quería volver a saber de ellos en toda mi vida...
Y, entonces, ocurrió un milagro.
La puerta de mi celda acolchada se abrió, y entró un guardia. Yo pensé que vendría a echarme un vistazo, como venía haciendo durante todos estos 180 días de cautiverio... Siempre a la misma hora... Siempre con las mismas miradas de menosprecio...
Sin embargo, lo que aquel guardia me dijo fue bien distinto a lo que me esperaba...
"¿Slate? Según los últimos análisis que los psiquiatras han realizado sobre tu caso, se ha decidido que ya estás listo para abandonar el sanatorio. Sin embargo, como podrás suponer, no podemos permitir que vuelvas a Ciudad Plateada hasta que no estés completamente recuperado... El contemplar con tus propios ojos los últimos acontecimientos que ocurrieron allí con respecto a ya sabes qué podría hacerte recaer de nuevo... " -dijo el guardia.
No pude creer la noticia... Aquello me sorprendió gratamente... Al fin podría salir de allí... La idea de no poder volver a Ciudad Plateada no era precisamente lo que más me preocupara... Ahora, al fin, era libre...
·"Hemos encontrado a una persona que nos dijo que le gustaría hacerse cargo de ti, hasta que te recuperes por completo... Creo que se llamaba..." - el guardia sacó una pequeña nota de su bolsillo - "Suzanne Cowers."
¿Suzanne Cowers? ¡Santo Dios!
Mantuve la calma, para no dar a entender al guardia que conocía el nombre de aquella mujer. Creo que el guardia tenía entendido que yo había perdido la memoria, por lo que él no sospechó nada. Puede que mi actuación no sea de la calidad de las actuaciones de Duplica, pero fue suficiente para engañar al guardia.
Un momento... Si Suzie había venido a verme, eso quería decir... ¡que Zane también había venido! Aquello me provocó una extraña sensación.
Sin embargo, cuando el guardia me quitó la camisa de fuerza y me invitó a salir de la celda, pude ver como mi sueño se volvía realidad.
Suzie, a pesar de estar ya muy próxima a los 30 años, era una auténtica belleza. Su figura de supermodelo, además de su infinita belleza, la hacía poco menos que inalcanzable para mí... Pero esta vez lo que me llamó la atención fue ver sus ojos llenos de lágrimas... Me acerqué hacia ella, notando que el guardia no apartaba la vista de mí. Sin mediar palabra, ella me acompañó hacia su coche, como si ella no me conociera de nada...
Me metí en el coche, y ella arrancó. Tenía una expresión muy triste en su cara...
Cuando perdimos de vista el manicomio, ella paró el coche y me abrazó. Sus lágrimas salían descontroladas...
"¡Brock! " - dijo ella, entre lágrimas.
" ¿Qué haces, Suzie? - dije yo, sorprendido.
Yo la echaba de menos, pero no me esperaba esa reacción de ella. Tampoco pude comprender por qué había venido ella a buscarme...
Me di cuenta de que Zane no estaba allí. Seguramente se habría quedado en su Centro de Cri...
¡Oh, no! ¡Ahora lo recuerdo!
Aún recuerdo el último articulo del "Mensual del Criador" de este mes... Casi se me había olvidado...
"UN FAMOSO CRIADOR POKÉMON HA SIDO ENCONTRADO MUERTO EN MEDIO DEL BOSQUE VERDE"
Recuerdo que yo no leí mucho aquella noticia, pero por lo que yo recuerdo hablaba de que un legendario criador Pokémon había sido encontrado muerto... Al parecer, había marchado al Bosque Verde para ir a buscar hierbas para hacer medicinas para los Pokémon, pero tuvo la desgracia de pisar un cepo de un cazador furtivo. El criador cometió el error de quitarse el cepo enseguida... Había estado desangrándose hasta morir, mientras veía que nadie venía a ayudarle... Fue encontrado al día siguiente, después de que su esposa denunciara la desaparición... Jamás pude imaginarme...
"¿Y Zane? ¿Era él el que...? - dije, temblando.
Suzie asintió, y una vez más lloró sobre mí. Yo la abracé fuerte, sin saber qué decir. Aquellos seis meses en el manicomio habían reducido mi capacidad para dar consejo y consuelo, pero, para Suzie, mi ídolo, lo mejor que podía hacer era guardar silencio.
Ella me había salvado... Y ahora ella necesitaba compañía. Algo de apoyo. Un hombro en el que llorar
Y, en aquel momento, yo era todo aquello.
Cuando ella dejó de llorar, yo seguí con mi silencio. Nos dirigíamos hacia su casa, listos para comenzar un viaje para el cual jamás pensé que estaría preparado...
***************
Mis primera dos semanas con Suzie las pasé intentando recuperar lo que pudiera llamarse una vida normal. Ojalá Willamena pudiera ver como yo rehacía mi vida de nuevo...
Vi a Vulpix de nuevo, después de todos estos años. Me emocioné al ver que aún me recordaba...
Llamé a Ash y a Misty, para decirles que su viejo amigo Brock al fin había vuelto. Oí, al otro lado del auricular, sus gritos de alegría. Les dije que pronto iría a visitarlos... o, que si ellos querían, podían venir a visitarme a mí...
Pero el verdadero problema de todo esto era Suzie... Después de todo lo que había pasado, Suzie se encontraba sumida en una profunda depresión. Y, a pesar de mi compañía en su Centro de Crianza, se puede decir que ella no había sido designada a preocuparse por mí, como a mí me hubiera gustado. La muerte de Zane había sido seguramente tan terrorífica como la de mi querida Willamena, aunque seguramente la de él había sido mucho más rápida y horrible... Él murió sólo y abandonado... Willa murió mientras dormía, con la persona que ella más quería a su lado.
Durante algún tiempo, el Centro de Crianza de Suzie había comenzado a entrar en la bancarrota. Gracias a sus amigos y familia aún seguía funcionando. La falta de Zane había hecho mucho daño en los ánimos de Suzie... Había perdido su estrella...
Sin embargo, decidí que la tristeza de Suzie tenía que acabar. No iba a permitir que ella pasara por la misma desgracia por la que yo había pasado. Yo había conseguido resurgir de mis cenizas, así que ella también debía de hacerlo... Mi corazón me obligaba a ayudarla... No podía evitarlo...
La ayudaba en lo posible... Pero ella ya no trabajaba como antes. Parecía que todo lo hacía sin ganas... Una vez recuerdo que gritó a una cliente, por motivos que no creo que deba comentar en estos momentos...
Recuerdo que la veía llorar, creyendo que yo no la miraba. La pobre preciosidad debería de estar destrozada...
Había llegado la hora de ayudarla un poquito más.
*****
Una noche, sobre las 23 horas, vi que Suzie se había encerrado en su habitación. La estaba preparando la cena... Llevaba allí encerrada tres horas y debería de tener hambre: nunca había trabajado hasta tan tarde.
Una vez terminé la cena, la llevé sobre una bandeja y llamé a la puerta.
"¿Brock? - ella me dijo, desde el otro lado.
"Sí, soy yo. ¿Puedo entrar? - pregunté.
"Claro, Brock. Entra." - respondió ella.
Entré dentro, y la vi, con sus ropas sucias y arrugadas, su pelo revuelto, y una tonelada de papeles delante de ella.
"Suzie... No te estarás todo el día y toda la noche trabajando, ¿verdad? - dije.
"Tengo mucho trabajo últimamente" - dijo ella, fríamente.
"Te he traído algo de comida." - la dije, intentando que desviara su atención.
"Gracias, Brock. Déjala por ahí. Ya me la comeré más tarde. - dijo ella, sin ni tan siquiera mirarme a la cara.
Aquella fría manera de hablarme me recordó mucho al de Ivy. Por primera vez desde mi llegada aquí, quise hablar claro.
"Suzie... No me gusta nada todo esto. Por favor, Suzie... No te arrojes tú misma al abismo."
Ella, al oírme decir aquello, me echó una mirada asesina. Al principio me extrañó, ya que las palabras "Suzie" y "mirada asesina" no parecían ir bien juntas... "Misty" y "mirada asesina" es posible... "Jessie" y "mirada asesina" es DEFINITIVAMENTE posible... "Suzie" y "mirada asesina", NUNCA deberían relacionarse... Salvo aquella vez.
"Brock... He estado a punto de irme a la bancarrota por abandonar el trabajo. Ahora he de recuperar el tiempo perdido... Yo tengo que..." - dijo, con aquella mirada enfurecida. Noté que mientras decía esto, la mano que escribía en aquellos papeles temblaba, presa del cansancio y agotamiento.
"No, Suzie. NO. No quiero que cometas los mismos fallos que cometí yo... No lo permitiré. Tú me salvaste, así que ahora yo te salvaré a ti..."
La agarré la mano, e intenté quitarle el bolígrafo. Ella, no queriendo abandonar el trabajo, forcejeó conmigo.
"¡Estate quieto, Brock! ¡LO QUE YO HAGA NO ES ASUNTO TUYO! ¡ESTATE QUIETO!" - ella me gritó, furiosa.
La reacción posterior jamás me la habría imaginado de ella: me abofeteó.
Con la mano en mi dolorida mejilla, la miré. Vi las lágrimas salir de sus ojos...
"Oh, Brock. Lo siento... Perdona..." - dijo ella, temblando.
Vi el pánico en sus ojos... Ella aún recordaba la terrible escena que protagonicé en el funeral de mi querida Willa.
Acerqué mi mano hacia su rostro de la manera que ella menos se esperaba: una suave caricia... Ningún tipo de violencia iba a volver a salir de mí... Y mucho menos hacia ella.
Otra cosa que ella jamás se imaginaría era que yo me inclinara hacia ella y la besara.
Y la última cosa que YO jamás me habría esperado era que ella me devolviera el beso y me rodeara el cuello con sus brazos.
¿Había vuelto el amor de nuevo a mí? ¿Habría vuelto el amor también para ella? La respuesta a esas dos preguntas eran sí. Supongo que Willa y Zane estarían muy contentos al darse cuenta de que nosotros dos habíamos conseguido rehacer nuestras vidas, a pesar de las dificultades.
Como la dije aquella noche a Suzie, sólo había habido dos chicas por las que realmente había llegado a sentir algo de verdad. Una era Willa... La otra, era Suzie...
Mis sueños se hicieron de nuevo realidad aquella noche.
************
Durante los siguientes tres años, Suzie y yo difícilmente nos separábamos. Teníamos como una especie de miedo hacia el resto de la gente, salvo algunas raras excepciones. Queríamos ser libres de una vez, y querernos.
En el día en que yo la pedí matrimonio, ella me contó que era lo que había tras la historia de Ivy. Averigüé que Suzie resultó ser la sobrina de Ivy, y a ella no le hacía ninguna gracia que Suzie la superara en su terreno. De hecho, la reputación de Suzie en Kanto era muchísima mayor que la que Ivy tenía en las Islas Naranja. Además, mi amistad con el Profesor Oak y con Suzie parecía que a Ivy no le hizo mucha gracia. Por eso, en mi opinión, intentó "sobornarme" de alguna manera para que yo pudiera cambiar de bando... Sin embargo, yo pude ver lo que se proponía antes de que fuera demasiado tarde... Y, ahora, era verdaderamente feliz... Con mi "nuevo" amor...
Suzie y yo nos casamos en una boda privada, acompañado sólo por algunos familiares y amigos... Por supuesto, Ash y Misty estaban entre los invitados.
Ash. Aquel honorable hombre que siempre estaba cuando yo lo necesitaba... El que rompió mis maldiciones, mis demonios, el que me ayudó en mi vida amorosa, el que me ayudó a cumplir mis sueños...
El Centro de Crianza Su-Zane comenzó a funcionar a pleno rendimiento de nuevo. Aquello, junto con las "maravillosas" noticias que me habían llegado, se puede decir que mi vida funcionaba de nuevo. Por si tenéis curiosidad, las maravillosas noticias que me llegaron era que a la familia Rustate les habían descubierto una gran cantidad de dinero negro que tenían escondido en un banco de Ciudad Trigal... ¡Iros al infierno, desgraciados!
Dejando mis sarcasmos para otra ocasión, he de terminar con mi historia... La última vez que vi a Ash vivo fue cuando él, entre bromas, me sugirió que mi próximo intento podría ser crear una especie de fusión entre un Centro Pokémon y un Centro de Crianza... Así podría tener a mis servicios a todas las enfermeras Joys que quisiera... Los dos nos estuvimos riendo durante varios minutos...
Desgraciadamente, ya no me quedan ganas de reír...
***************
Cuando yo oí en las noticias "Ashton Ketchum, líder del Alto Mando, ha muerto en un lamentable accidente de motocicleta", mi vida casi se puede decir que había llegado a su final...
Llegué incluso a plantearme el suicidio... ¿Cuántas tragedias más debería sufrir en mi vida? ¿Cuántas?
Sin embargo, una esposa preciosa, muchos amigos, y una enfurecida pelirroja llamada Misty detuvieron esos pensamientos. Misty, de todos los presentes, era la que más afectada estaba ante aquella tragedia, y me salvó de mi propia destrucción. Así que aquí estoy... En el funeral... Agarrando la mano de Suzie, y protegiéndola de la fina lluvia que había comenzado a caer con un paraguas... Sentía que todo aquello había sido por mi culpa... Jamás debería haberle vendido aquella motocicleta a Ash... Jamás me lo perdonaría...
De nuevo una gran compañía, Silph S.A., había acabado con la vida de otra persona querida... Que gran ironía del destino... Mis ojos no pudieron soportarlo más y rompieron a llorar...
"Ash..." -lloré.- "Las palabras no pueden expresar cuan importante has sido para mí. Eras como un hijo para mí, como un hermano... Eras la persona que me ayudó a cumplir mis sueños y a recuperar mi vida. El único que en los tiempos de mi destrucción siempre estuvo conmigo. Me ayudaste con mi primer amor verdadero, por irónico que parezca... pero no sólo a mí, Ash. Tu generosidad y bondad ha hecho a muchas personas felices, pero ahora... nos amargas la vida... ¿Por qué?"
Yo metí una pequeña roca en su ataúd, con una Medalla Roca pegada a ella.
"Esto es todo lo que yo puedo ofrecerte, aunque sé que no la aceptarás. Como la última vez, sí te la mereces. No por vencerme en un combate Pokémon, sino por una victoria en la vida. Superaste todos tus obstáculos, a todos tus adversarios... Y, además, te preocupabas al mismo tiempo de ellos como de ti mismo..."
Recordé las últimas palabras que Willamena me dedicó... Creo que será apropiado dedicarle las mismas palabras a Ash.
"Tú eres Ash Ketchum... El único y sólo único. Jamás habrá otro igual... Adiós... mi amigo..."
Caí sobre mis rodillas. Vulpix y el Ninetales de Zane me rodearon cálidamente con su piel a pesar de la lluvia que caía en esos momentos. Suzie me abrazó también, intentando consolarme... Al final terminamos llorando todos juntos...
"Ash... Te has ido demasiado pronto. Alguien con tanto futuro por delante, que había hecho tanto, ¿por qué tiene que irse?"
"Ash... Por favor... Nunca te olvides de mí... Yo nunca lo haré de ti..."
"Hasta siempre... Ash"
FIN DE "BROCK SLATE"
(Punto de vista de Brock)
Esta no fue la primera vez...
Yo estoy aquí, sobre el ataúd de Ash Ketchum... Para mí era casi como mi hermano y mi hijo, las dos cosas al mismo tiempo.
La multitud, las nubes, la lluvia, las lágrimas... La gente me rodeaba... Todos conocían a Ash... Pero muy pocos le conocían como yo lo conocí...
¿Por qué siempre tiene que pasarle esto a la gente que yo más quiero? Parece ser que estás maldito si perteneces a la familia Slate... Ya sea por nacimiento o por amistad... en mi caso, creo que es por amor...
Mi amada esposa, Suzanne, estaba agarrada a mí, buscando algo de consuelo, en un momento como este... Pero, en realidad, yo soy de todo menos seguro...
Es extraño... Todos estos años siempre he estado flirteando con cada mujer que me encontraba, intentado encontrar la perfección que yo siempre había buscado... Recuerdo que una vez Misty me dijo que yo era como el doctor Jekyll y Mr. Hyde de carne y hueso... Una mitad era casi como un monje budista, y la otra un gigoló de Streptease... Sí, a veces Misty era un poco "aguda" con sus comentarios...
Bueno... Supongo que la oscuridad de mi corazón y mi alma fue maquillada bastante bien...
(Flashback)
Cuando me encontré por primera vez con Ash, fue un momento tenso. Sí, tú podrás decir que es costumbre que todos los líderes de Gimnasio intenten atemorizar a sus contrincantes la primera vez que ellos acuden a él...
Bueno, en mi caso, sólo fue cuestión de ganarme el respeto. Yo era el primer bache de muchos entrenadores en su viaje, y era costumbre que los entrenadores novatos, creyéndose muy buenos, se rieran de mí nada más llegar al gimnasio, ya que algunos entrenadores más experimentados les decían a los novatos que una manera fácil de vencerme era usando Pokémon de agua... Así que tuve que elegir una aptitud más amenazadora para que me tuvieran respeto.
Pero Ash era diferente. Él veía que su estrategia fallaba una y otra vez, pero seguía insistiendo. Puede que se equivocara, pero jamás se rendía... Y acabó venciéndome... Tuvo suerte, he de reconocerlo... Pero...
Una de las razones por las que yo me fui con él fue porque yo sabía que mi vida cambiaría para mejor, no sólo en mi afición por la crianza. También por la vida, en general.
El día que abandoné a Ash, para quedarme en Isla Valencia, fue feliz y triste al mismo tiempo. Feliz, porque yo sabía, y él sabía, que al fin podría ver cumplido mi sueño de poder desarrollar mis habilidades para la crianza con la profesora Ivy. Triste, porque tras un año y medio de viajar con los dos mejores amigos que yo había tenido en mi vida, decidí dejarles...
(Flashback)
"Brock... ¿Cómo es este Butterfre? ¿Macho o hembra?"
Era Thrush, una de las trillizas ayudantes de la profesora Ivy. Como es obvio, a pesar de mi tal vez "excesivo" magnetismo que sentía hacia el sexo femenino, las trillizas no me interesaban. De hecho, ni las viejas, ni las demasiado jóvenes, ni las malvadas (ejemplo: Jessie) ni las simplemente "poco o nada atractivas" son alcanzadas por mi radar. Y, sintiéndolo mucho por las trillizas, ellas estaban en el último grupo...
Pero esto era un trabajo, y al mismo tiempo una familia. Aunque a veces yo creía que me aprovechaba de la situación demasiadas veces. Las trillizas me tenían casi como a un dios...
Bueno... Al menos me quedaba Ivy...
"¡Es genial! He leído que esas bayas mezcladas con la comida han ayudado a curar la picadura de los Beedrill durante generaciones." dije yo, una vez... "Hmmmm... Creo que los Beedrill vinieron desde una de las islas vecinas."- respondió una profunda y armoniosa voz, según yo la recuerdo...
Felina Ivy. ¡Dios Santo! ¡Ella era lo que había soñado! Una profesora tan joven, que no sólo era preciosa, sino que también era un modelo a seguir: bella e inteligente. ¡Todo un lujazo para mí! Y al menos ella no tenía esa aureola de imposibilidad que tenían las otras muchas perfecciones que había visto en todos mis viajes anteriores...
O al menos eso es lo que yo pensaba en ese momento de mi vida.
"El ambiente de Isla Valencia es bueno para que los Beedrill puedan desarrollarse, pero yo creo que este veneno es más común en los Beedrill provenientes de Isla Mandarina... Incluso de Isla Rosada... Todos ellos son muy diferentes de la especie de Beedrill que tenemos aquí." - dijo Ivy, leyendo sus apuntes.
Sentí como me ponía colorado, pero decidí no exteriorizarlo. Tenía que demostrar que era un profesional. El trabajo es el trabajo y el flirteo es el flirteo.
"Profesora Ivy, no se preocupe. Una baya exprimida tal cual también puede funcionar bastante bien." dije, mientras mi Zubat se posaba en mi hombro y yo le ofrecía algo de comida.
Ahora mis Pokémon estaban fuera de sus Pokéballs la mayoría del tiempo... bueno, menos Onix, por razones obvias...
También había otros momentos interesantes...
"¡Muy bien, Brock!" Ivy sonrió. Olió algo. "¿Ya está lista la comida?"
"Sí, profesora Ivy. Ya está lista." dije yo, pensando para mis adentros cuán maravillosa podría ser esa comida... junto a Ivy, y solitos...
"Como siempre, Brock, jamás podré agradecerte tanto lo que estás haciendo por nosotras." dijo mi encantadora Ivy.
Lo que vino a continuación pensé que sería el momento más recordado y querido de toda mi existencia. La palabra clave es "pensé", pero...
"... Para recompensarte por todo el trabajo que has hecho durante estos meses... ¿Te importaría que te invitara a una cena, digamos, el próximo viernes?" ella me dijo.
Mi boca dijo un tímido "sí", pero mi mente estaba diciendo "¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya!". En realidad inicialmente no dije nada, pero poco a poco acabé por decir la palabrita...
Ivy sonrió. Pero las trillizas tuvieron que aparecer...
"Oh. Eso quiere decir..." fue Thrush la que inició.
"... que tendremos que valernos..." fue Maple la que continuó.
"... por nosotras mismas." fue Clover la que concluyó.
Ivy asintió y sonrió. "Sólo será por una noche." dijo su melodiosa voz.
En mi cabeza yo me decía "Es sólo una noche lo que yo necesito para que Ivy se derrita por mis huesos. ¡Es la ocasión perfecta!"
Desgraciadamente, no pude imaginarme lo equivocado que estaba...
************
La noche comenzó como yo esperaba... La ofrecí unas flores, en un gesto que jamás volveré a hacer otra vez hasta que yo no encontrara a una chica realmente especial, la cual acabaría siendo mi actual esposa: Suzie.
Pero, volviendo al tema... El restaurante que Ivy había escogido era uno de los sitios "in" (de interesantes) de toda Isla Valencia... Y como Ivy era una de las más respetadas figuras en cuanto a conocimientos de fisiología de los Pokémon se refiere, no fue un problema conseguir una reserva.
Pronto nosotros tuvimos una tranquila conversación. Descubrimos cosas uno del otro que no tuvimos tiempo de averiguar durante estos dos meses de trabajo. En esa conversación fue donde descubrí cual era su nombre, Felina, nombre muy apropiado para ella, dadas su astucia y sus garras, como yo pronto averiguaría. Yo hablaba acerca de mi viaje, de Ash y Misty...
... y entonces, por alguna razón, yo comencé a hablarla de mi amistad con Suzie.
Lo crean o no, en esos momentos yo siempre hablaba con Suzie vía E-mail, siempre que pudiera usar el ordenador de Ivy en mis ratos libres. Sabía que debería estar en contacto con ella la mayor cantidad de veces posible, para no perder el "feeling"... Sin embargo, considerando la enorme cantidad de trabajo que tenía, era una tarea poco menos que... imposible. Incluso durante la gran tormenta que azotó estas islas durante varios días, en la que no pudimos trabajar, Ivy y el "inoportuno" profesor Oak tuvieron que estar charlando durante largas horas preguntándose el motivo de la tormenta...
Yo no me enteré, hasta varios años después, que fue Ash el que ayudó a detener esa tormenta...
Volviendo al tema que planteaba... Una vez mencioné el nombre de Suzie, Ivy pareció cambiar. A pesar de mis super-cariñosas maneras (y como Misty una vez me dijo, mi no tan super-buena vista... ella siempre tan "aguda"), yo notaba cuando algo no iba bien en la persona que tenía delante. Y, por el extraño gesto que Ivy hizo, sospeché que algo pasaba.
"Ivy, ¿qué es lo que pasa?" dije yo, en mi inocencia.
"¿Eh? Oh, nada... Brock. Nada." respondió ella.
¿Nada? ¡Y yo soy un Jynx macho! Era bastante obvio que había una especie de rivalidad entre ellas, la cual yo no descubrí hasta que ocho años más tarde me casé con Suzie. Yo supuse que era algo de rivalidad, pero ese comentario acerca de mi ídolo no hizo más que comenzar mi calvario.
Después de la cena, (y mayoritariamente agradable conversación) los dos volvimos al laboratorio de Ivy. Sin embargo, ella tenía algo que decirme...
"No vuelvas a mencionar el nombre de "esa" en mi presencia, ¿de acuerdo?" y entró al laboratorio sin decir ni una palabra más.
Yo no me atreví a preguntar a que "esa" se refería, ya que estaba bastante claro. Pero, de todas maneras: ¿por qué se comportaba así?
A partir de entonces la relación entre Ivy y yo cambió radicalmente. Por fuera, ella mostraba su lado tierno y afectuoso, especialmente con las tres hermanas. Sin embargo, yo sabía que por dentro me estaba vigilando, esperando a que yo diera un paso equivocado...
Ya no sólo era que ella se comportara como un radar conmigo, sino que también parecía que poco a poco me iba aumentado la cantidad de trabajo que debería realizar al día. Ahora bien, para un experimentado criador como yo eso no supondría ningún problema, pero el hecho es que las trillizas, al contrario que yo, cada día hacían menos y menos, y yo hacía más y más. Y cada vez que yo me tomaba un pequeño descansito, ella se enfadaba. Entiendo que una profesora de su prestigio exija perfección en el trabajo, pero sabiendo que yo no era ni la mitad de experimentada que ella y que yo estaba haciendo la mayoría del trabajo debería tenerlo en consideración. Sinceramente, en esos momentos comencé a odiar a mi antes amada profesora Ivy...
Echaba mucho de menos a mi familia, pero el ordenador jamás volvió a estar a mi disposición de nuevo. Y tampoco podía escribir a mi familia... ni a Ash o Misty.
Finalmente, una noche, exploté...
************
Yo estaba fuera, sólo, alimentando a unos Vileplume... pero eso fue después de ser mordido por un Raticate, pisoteado por Onix y Vulpix gracias a que un chistoso Marrill pensó que sería muy divertido surfear cerca de la orilla, golpeado en la cabeza por un Pineco cayendo (especie que más tarde acabaría siendo uno de mis Pokémon) y desriñonado gracias a un Eevee con muy malas pulgas. Es cierto, yo no estaba de buen humor aquel día, y además ya era casi medianoche. Y la profesora Ivy me llamó, supongo que para que me fuera a descansar.
O al menos eso pensaba. En realidad, Ivy tenía otros planes para mí.
"Brock... ¡Ah, estás ahí! Escucha, Brock. Ya sé que es tarde, pero tú eres fuerte y capaz. Sube a ese lado de la colina... He visto caer a un Spearow dañado hará ya unos diez minutos. Debe de tener un ala rota. ¿Podrías tú...?"
Yo le mostré al Spearow que tenía entre mis manos. Tenía el ala vendada.
Ivy estaba impresionada. "¿Cómo has...?"
"He hecho que Onix investigara el territorio en busca de Pokémon heridos... O, cómo en este caso..."
Y aquí estaba mi primer triunfo.
"...un Pokémon al que tu dejaste allí intencionadamente para obligarme a trabajar más."
La pata del Spearow tenía una anilla, la que la enfermera Joy ponía a todos los pacientes que Ivy la llevaba al Centro Pokémon. Siempre ponía una anilla a aquellos Pokémon que aún necesitaban de sus cuidados, pero que no podía atender por falta de tiempo... Algo olía a podrido en todo aquello...
Como dato curioso, con Ivy alrededor, mis sentimientos por las Joys eran inexistentes. Sin embargo, este descubrimiento hizo que cambiara completamente mi manera de ver a la profesora Ivy. Ya no era la saludable e inteligente profesora Ivy que yo creía conocer, sino que vi a una mujer que usaba sus dotes seductoras para intentar esclavizarme.
"¿Por qué, Ivy? ¿Te crees que soy tan idiota que soy incapaz de darme cuenta de lo que me rodea? ¿Crees que mi trabajo debe ser triplicado sólo porque yo tenga una amistad con alguien con la que, al parecer, tienes una especie de rivalidad? Yo pensé que me gustaba ser un esclavo... Acepté que me cargaras de trabajos porque me recordaba a mi familia... ¡Y por si faltara poco, no he podido saber absolutamente nada de mi familia desde que estoy aquí!"
La cara de Ivy mostraba desconcierto. Apuesto a que ella no se esperaba que actuara de esa manera...
"Brock..." ella comenzó a hablar, pero yo la interrumpí.
"Como ya sabrás, Ivy, estoy intentando convertirme en el mejor criador Pokémon del mundo, y todo lo que he hecho aquí me ha ayudado mucho para conseguir ese objetivo."
Tras decir esto último, la di la espalda. Pero quise dejarla claro que estas podrían ser las últimas palabras que escuchara de mí...
"Pero yo no quiero que se aprovechen de mí... Lo he hecho todo con el máximo cariño posible y no se me ha sido recompensado de ninguna manera... Creo que hoy he aprendido algo... de la manera más dura posible."
Me di de nuevo la vuelta y caminé hacia el laboratorio, a paso rápido, mientras aquella decepción de mujer me miraba, derrotada.
"Esta noche yo haré mi equipaje y me largaré en el primer barco que lleve al continente. Desde allí, me iré a Pueblo Paleta, mi segundo hogar, ya que, gracias a ti, puede que no pueda a volver a mi casa ahora."
Con una última mirada hacia ella, y con una lágrima descendiendo por mi mejilla, terminé mi monólogo...
"¡Hasta nunca, Ivy!"
Tras esto, el primer capítulo de mi vida había sido completado...
************
Todos los intentos de Ivy por hacerme cambiar de opinión fueron en vano. Casi todos intentaron saber que me había sucedido durante mi estancia en Isla Valencia, pero nadie, ni Samuel Oak, Deliah Ketchum, Tracey, Misty o Ash consiguieron sacarme palabra alguna.
De hecho, nadie supo nada hasta que yo, borracho, le conté lo ocurrido a Ash. Fue hace ya varios años, y la razón por la que bebí esa noche fue para olvidar la muerte de mi primera esposa... Willamena... Supongo que ahora es buen momento para hablar sobre el segundo triste capítulo de mi vida.
Yo conocí a Willamena durante el transcurso de nuestro viaje Pokémon a través de la región de Johto. Nosotros nos encontramos con una Marill perdida... Pero, por supuesto, antes de que yo me diera cuenta del Pokémon, noté la presencia de un ángel que estaba a unos pasos de mí... Sí, ya sé, podéis reíros todo lo que queráis... Ya sabéis, es el instinto... "mi" instinto.
Lo sorprendente fue, cuando me presenté a ella con la que Misty llamaba mi "patética rutina" (a veces me crispa los nervios demasiado), ella no me miró con la cara de sorpresa con la que me miraban todas las demás cuando hacía mi numerito... Es más, ella parecía sentirse bastante cómoda junto a mí... Vamos, si incluso Ash notó algo raro... ¿Puede haber algo más obvio que eso?
Cuando Misty la devolvió su Marill, algo más tarde, Willamena nos invitó a su casa de campo para pasar la noche y, a pesar de que yo quería ir con todo mi corazón, Ash (pobre idiota), pensó que sería mejor no causarla molestias... Me dieron ganas de estrangularlo... Pero, ¿qué iba a saber él?
Pensé que jamás volvería a verla. Creía que cualquier posibilidad de que ella y yo... Pero, un día, volví a verla...
**********
(Flashback)
Yo había regresado a Ciudad Plateada, varios años después. Por esas fechas, Ash amablemente me ofreció (y no prestó, como todas las demás compañías a las que fui a pedir un préstamo) una cantidad importante de dinero para poder financiar la construcción de mi propio centro de crianza. Las ganancias que consiguió de las victorias en las Ligas Johto y Kanto, además del salario que conseguía por ser el sustituto de Lance como líder del Alto Mando, habían convertido a Ash en un hombre joven con una buena economía. La mayoría del dinero se lo gastaba en Misty (estas mujeres), pero su generosidad, o tal vez su gran estupidez, quien sabe, decidió darme aquel dinero como agradecimiento por alimentarle todos estos años en sus viajes... ¡Pero si eso yo lo hacía encantado! ¡Pobre Ash! Qué ingenuo era...
Como Ciudad Plateada era un lugar bastante accesible, y además era una parada obligatoria para todos los entrenadores Pokémon, yo conseguí que mi negocio funcionara a las mil maravillas. Incluso mi familia me ayudaba...
Mi familia... Fue estupendo volver a verlos... Algunos de mis hermanos se habían marchado a convertirse en entrenadores Pokémon, otros se habían marchado, siguiendo mis pasos... Estaba emocionado... Incluso mi padre se había ocupado de dirigir el gimnasio por mí...
Como iba diciendo, mi familia me ayudaba. También recibí el apoyo de algunos de mis amigos: A.J., Lara Laramie (que, por cierto, me resultó sorprendente averiguar que se habian casado) y, cómo no, mi querida Suzie... Sí, el negocio había comenzado estupendamente...
Había tenido éxito en Ciudad Plateada, pero mi ambición me decía que debía mejorar, que debía expandirme... Fue entonces cuando la volví a ver...
Yo estaba en mi despacho, intentando pensar de qué manera podría extender mi negocio a otros lugares. Tras varias llamadas a algunas empresas, la suerte quiso que una de las mayores empresas del país se me ofreciera. ¡Aquello era estupendo! Pero todo se esfumó al ver la cantidad que me pedían... Ni en un millón de años podría pagar todo aquello...
Para poder competir con el Clan Laramie, y sobre todo con el Centro de Crianza Su-Zane, yo tenía que expandirme. Yo mismo estaba consiguiendo una buena reputación, pero, con mis "amigos", mucho más experimentados que yo, en la competencia, tendría que dar lo mejor de mí mismo para conseguir algo.
Finalmente, cuando me llamaron de la compañía Industrias Rustate para hablar de negocios conmigo, no me lo pude creer. Dijeron que me iban a enviar a un representante para ver las instalaciones.
"Brock, alguien de Rustate quiere verte." - me dijo mi hermano Timmy, mientras cuidaba de mi Forretress (por alguna extraña razón, nunca explotaba en brazos de otras personas: sólo cuando lo cogía yo... curioso).
"Gracias, Timmy. Dile al señor representante que pase." dije yo, mientras me colocaba la corbata...
"Esto, hermano... Es una mujer joven..." dijo Timmy. Pude oír como se reía tras decir esto.
Sí, toda mi familia estaba ya al corriente de mi "ligera" debilidad por las mujeres, principalmente gracias a cierta pelirroja que tuvo que abrir la boca más de lo debido... Sí, incluso la enfermera Joy de Ciudad Plateada parecía asustarse cada vez que yo iba al Centro Pokémon a pedir algunas medicinas... Me temo que Misty tiene "demasiados" contactos (¡y una lengua muy larga!)...
Al saber que el representante pertenecía al sexo femenino, me peiné con las manos mi rebelde cabello, me aclaré la voz, y me eché mi spray contra el mal aliento... Sabía que debía controlarme, pero sabía que siempre que venía alguna mujer a verme no podría evitar sonrojarme. Y, por el bien de mi negocio, será mejor que dejara de actuar de la manera que solía actuar frente a ellas, o espantaría a mis clientes...
Pero, cuando ella entró a mi despacho, acompañada por un Azumarill, me quedé alucinado. Y lo más curioso es que ella también hizo lo mismo al verme...
"¿Will... a... men... na?" tartamudeé, sin poder apartar la vista de ella. Aquel elegante traje de trabajo que llevaba puesto, sin duda, realzaba su belleza de una manera que jamás pude imaginarme.
Ella también estaba sorprendida. Jamás se habría podido imaginar que fuera yo el que dirigía el Centro de Crianza...
"Brock... ¿eres tú? ¡Oh, vaya! ¡No puedo creerlo! ¡Cuánto tiempo!" dijo ella, con una feliz expresión en su maravillosamente bello rostro.
Sonreí de oreja a oreja.
"¡Lo mismo digo! ¡No me lo puedo creer!" me levanté y la estreché la mano. "¿Eres tú la representante de Rustate?" dije, genuinamente sorprendido.
Ella asintió. "Sí. Es el negocio de mi familia. Yo mantengo la tradición familiar. ¡Eh, Azumarill! ¿Recuerdas a Brock?"
"¡Zuuuu!" la forma evolucionada de Marill exclamó.
"Bueno... Esto... Menuda sorpresa... Pero, ¿no íbamos a hablar de negocios?" dije, nervioso. Pero, como yo dije antes, tenía un trabajo que llevar a cabo. Así que... ¡nada de flirteos!
"Claro, Brock. Pero, ahora que te veo, me preguntaba qué es lo que has estado haciendo durante todos estos años, desde la última vez que te vi..." ella me dijo, con una cierta ternura en su mirada.
"Claro. Willamena. Yo también me preguntaba lo mismo" dije, como en las nubes.
***********
Las siguientes dos horas fueron muy agradables. Al principio nosotros tuvimos una conversación seria acerca de la expansión de mi Centro de Crianza, ya que yo quería que llegaran a tener casi la misma fama que los ya famosos Centros Pokémon. El precio, sin embargo, seguía siendo demasiado alto, pero Willamena me sugirió que su familia podría ofrecerle un descuento, sólo por ser yo... Lo cual, sinceramente, me sorprendió... Sin embargo, había una condición...
No, nada que tuviera que ver con los intereses o los préstamos... Simplemente quería que yo la invitara a cenar esa noche para tener, según ella decía, una cena de negocios...
Ahora sí que eso me puso nervioso.
Así que, para prepararme para esa noche, yo tenía que buscar a alguien que supiera como conectar con las mujeres, como actuar de forma madura y calmada bajo estas situaciones... Desgraciadamente, lo más cercano que pude encontrar fue... Ash.
Ash, por aquel entonces, y a sus 16 años, ya se había atrevido a confesarle a Misty lo que sentía por ella. Aún recuerdo la cara que puso Misty en esos momentos. Nunca la había visto llorar tanto como lloró aquel día...
Ash podría ser bobo a veces, pero después de haberse atrevido a dar semejante paso, pude notar que su relación con Misty podría llegar a ser muy fuerte, incluso más fuerte de lo que algunas personas de treinta años serían capaces de presumir. ¿Razones? No sé qué razones pueden ser... Simplemente era verlos a ambos...
Así que, a pesar de todo, pedirle consejo a él no era la idea más descabellada del planeta...
"¿Que tú vas a salir con Willamena? ¡Vaya! ¡Pero si tú no la has visto en años!" Ash me dijo.
"Ya lo sé... es sólo que, desde entonces... Bien, no quería admitirlo, pero... ¡Estoy muy nervioso! ¿Qué la digo? Ella puede ser tan sólo mi compañera de trabajo, pero... ¿de qué más podría hablarle?"
"¡Relájate, Brocko!" Ash me dijo, usando ese horrible apodo. Pero, comparado a los apodos que Misty llegó a ponerle a Ash alguna vez, supongo que el de Brocko era mejor que nada. "Es simple. Sólo sé tú mismo. Estate tranquilo, respira cuando tu cuerpo te pida aire, mantén tu mente ligeramente más despierta de lo normal y, hagas lo que hagas, asegúrate de pasar el mejor rato posible con ella esta noche... Y sé que lo pasarás estupendamente." dijo, con una sabiduría en sus palabras poco común en él.
Su inseparable Pikachu asintió con la cabeza, mientras estaba subido sobre el hombro de Ash... Sonreí...
"Je... Yo tomando lecciones sobre las mujeres de parte de Ash... Creía que la cosa debería ser al revés, pero en fin..." dije, con una sonrisa.
Vi a Ash sonrojarse... "Bueno... Supongo que Misty ha tenido bastante influencia en mí durante estos dos meses de relación." argumentó él.
"Pero tienes razón, Ash. Ahora, yo mejor me iré a casa y me prepararé física y emocionalmente." dije yo, antes de despedidme.
Cogí mi casco y me subí en mi motocicleta (la cual, tristemente, tenía que ser aquella en la que más tarde Ash...), para ponerme en dirección a Ciudad Plateada.
"Saluda a Misty de mi parte... ¡Y también dile que su novio ha resultado ser más inteligente de lo que yo me esperaba!" dije yo, socarronamente.
"¡BROCK!" él dijo, ligeramente enfadado. Pero después sonrió... Con esto último, yo me dirigí a Ciudad Plateada, para prepararme para mi primera noche en el paraíso...
*********
Mi "cita" con Willamena, aunque en realidad se tratara de una cena de negocios, resultó ser una agradable velada. Aunque nuestra conversación sobre descuentos y expansiones era bastante enriquecedora para mi trabajo, encontré los detalles sobre su vida, su familia y sus alrededores mucho más... interesantes.
"Willamena... ¿Lo hiciste ya?" dije yo, mientras observaba los restos de la pequeña porción de ensalada que ella se había terminado de comer antes que yo, ya que no tenía apetito. Me había quedado durante la cena mirándola embobado... Llevaba un elegante vestido chino que a ella le quedaba especialmente bien... Mi boca, completamente inanimada, formaba una "O" perfecta. Al verme, ella rió ante la cara de estúpido que tenía...
"Sí... No te preocupes." ella me dijo.
La vi sonreírme. La noche estaba llegando a su fin, pero por la sugerente sonrisa que me mostraba parecía querer darme a entender que la cita aún no había terminado.
"¿Llamaste a la compañía y les dijiste que te ibas a quedar aquí durante algo más de tiempo?" pregunté.
"Sí. He intentado buscar un hotel donde pasar la noche, antes de que yo pueda dibujar los planos de la expansión... con descuento, claro." Ella me dijo... Luego, me guiñó un ojo.
¿Me guiñó un ojo? Oh, cielos. Esto se estaba poniendo demasiado interesante...
"Um..." intenté decir.
"¿Sí?" ella dijo, dulcemente.
"Um... ¿n-no s-sería m-mejor q-que p-pasaras l-la n-noche e-en m-mi c-casa? Quiero decir, como una manera de darte las gracias... Quiero decir, por aquí no existen buenos hoteles... Quiero decir, tu Azumarill está en el Centro Pokémon al lado de mi casa... Quiero decir..."
Ella interrumpió mi estúpido tartamudeo, poniéndome su dedo índice sobre mis labios...
"Shh" ella susurró.
Si puedes ser paralizado por el tacto de una mujer de la manera que ella lo hizo, os aseguro que a partir de entonces estáis completamente perdidos...
"Claro que iré. Eso sería estupendo. Muchas gracias, Brock". Con eso último, ella se inclinó y me dio un beso en la mejilla...
Intenté con todas mis fuerzas no sonrojarme, pero no pude. Willamena lo notó, y esbozó una maravillosa sonrisa. Ella me ofreció la mano y, a pesar de los temblores que me habían empezado a entrar por todo el cuerpo, agarré su mano... Salimos del restaurante como si fuéramos una pareja de recién casados, a pesar de que sólo hacía unas horas que nos habíamos "re- conocido" (entiéndase el doble sentido de la frase).
Fuimos a mi casa cogidos de la mano... Pude notar, incluso con mi momentáneamente "ausente" cerebro, que Willamena parecía estar pensando en algo...
"Brock... Desde el día que te conocí te he echado muchísimo de menos. Para mí eres como el galán perfecto... Tenía tanta confianza en que te volvería a ver que yo le conté a mi familia que quería volver a verte..." ella dijo, con tristeza en sus ojos.
"¿Y qué es lo que está mal?" la pregunté.
Ella suspiró. "Mi familia es rica, pero también muy anticuada. Ellos aún siguen creyendo en esa estúpida creencia de que los ricos no pueden manchar su nombre mezclándose con gente de más baja condición que ellos. De hecho, quieren que cuando me case mi marido también sea de una clase alta... Alta y refinada.."
Esta historia me recordó un poco a la vida de James... Y me comencé a imaginar a dónde llegaría todo esto...
"Ellos ya han intentado casarme varias veces, pero me negué porque yo sólo quería casarme con el hombre que yo amara. Mis padres, semana tras semana, seguían trayéndome pretendientes, que normalmente siempre tenían alguna relación con algunos de los clientes de su compañía... Incluso considerando que yo formo parte de su trabajo, también formo parte de su trabajo en "otros" sentidos..." narró Willamena.
Mi corazón me estaba empezando a ahogar. Quería contarle mis sentimientos... Pero me mordí la lengua.
"El día que yo te encontré descubrí mi lado salvaje, pensando en el buen sentido." ella continuó. "Fue cómo una vía de escape... A pesar de que fue mi Marill perdido el que ocasionara que nos encontráramos... he de reconocer que me gustó mucho más ese estilo de vida, cansado pero libre, que tú y tus amigos llevabais, que el mío... bien asentada económicamente, pero recluida literalmente en la casa de mi familia... Por eso quise que vosotros fuerais a mi casa, para mostrarle a mis padres que en la vida no sólo importa el dinero y el poder..." ella dijo, tristemente.
"¿Y...?" comencé a decir pero, al ver sus lágrimas, la dejé continuar.
"Brock... entonces, te eché de menos... Y ahora, tres años más tarde, te he vuelto a encontrar... Y, Brock..." se quedó pensativa durante unos instantes... "¿Piensas tú lo mismo que yo...? Responde..." me dijo, casi como una súplica.
Me di cuenta de que estábamos ya delante de mi casa. Miré a sus ojos color canela, llorosos, que irradiaban una belleza que me dejó sin palabras... Supongo que, para mí, la respuesta a su pregunta no era demasiado difícil de responder...
Y, así, sin previo aviso, y actuando por instinto, la di un rápido beso en los labios...
Recuerdo que ella se apartó inmediatamente... Su rostro mostraba sorpresa, no sé si por el beso o por el hecho de que sintiera yo lo mismo que ella... Pero aquella expresión sólo duró unos segundos...
"Brock..." dijo ella, mientras se acercaba y... m-e b-e-s-a-b-a...
Esto me hizo abrir los ojos (me imagino la cara que habría puesto Misty si me hubiera visto) pero, tras unos segundos, me dejé llevar por el beso y la besé mas profundamente. Yo la rodeé con mis brazos, no demasiado fuerte, para no hacerla daño. El contacto de su cuerpo con el mío me había llenado de tanto calor que ya no quería separarme de ella...
Una vez terminó aquel maravilloso beso (un momento que recordaré siempre como uno de los mejores de mi vida), no pude soportar la tentación de hablar...
"Willamena... Cuando yo me encontré contigo, tú fuiste la primera chica (aparte de "alguna" otra más) por la que realmente había sentido algo especial en mi vida... Y ahora, tras todo este tiempo sin volver a verte, yo veo a una magnífica mujer de negocios con un oscuro pasado... Sin embargo, ha llegado la hora de que toda esa oscuridad sea borrada de tu memoria. Willamena... te... quiero... Y no me importa lo que pueda ocurrir con tu familia. Yo siempre te querré, pase lo que pase." dije, sin dejar de sonrojarme.
Ella sonrió, emocionada. "Brock... Yo también te quiero... Te quiero desde el día que te conocí... Yo.." ella se lanzó a mis brazos, y comenzó a llorar, de alegría...
Sinceramente, en esos momentos creí que estaba en el paraíso... Sonreí y la besé las lágrimas de su cara, para después llevármela al interior de la casa... Pero, como yo era un caballero, le dije que ella podría dormir en mi cama, mientras yo sacaba del armario mi saco de dormir...
Ella, sin embargo, insistió en que yo me fuera a dormir antes que ella, dándome un beso de buenas noches en los labios y marchándose al baño, a cambiarse...
Yo recé al cielo que esto no fuera un sueño...
A la mañana siguiente, cuando desperté, yo sentí una cálida sensación en mi mano... La suave sensación de la mano de Willamena, apretando la mía...
Era oficial... No había sido un sueño...
********
A mi familia le sorprendió muchísimo que una chica a la que yo no había visto en tres años se hubiera convertido oficialmente en mi pareja tan sólo varias horas después de haberla vuelto a ver por segunda vez...
De todas maneras, aceptaron aquella unión que yo, un criador, y ella, una mujer de negocios, habíamos formado...
La otra cara de la moneda era que los padres de Willamena no tenían ni idea de que esta relación existía... Viéndolo desde el lado positivo, Willamena era oficialmente mi compañera en mi expansión del Centro de Crianza y mi compañera en la vida, a partir de ahora... Además, gracias a la ayuda de Ash, Misty y mi familia, nosotros comenzamos a desarrollarnos más. La ampliación del Centro de Crianza se estaba convirtiendo en una realidad...
Yo ya era un miembro oficial en el negocio de Industrias Rustate, y, visto de otro modo, también un miembro más de la familia Rustate, a pesar de que sus padres no podían ni tan siquiera sospechar del por qué a su hija podría resultarle más interesante aquel pequeño negocio que era el Centro de Crianza, que otros proyectos mucho más interesantes... No parecía que les entrara en la cabeza.
Willamena y yo ocultamos nuestra relación a sus padres durante 6 meses. Esos también fueron los meses que tardó el nuevo y más grande Centro de Crianza en ser terminado...
La gente que conocía algo de nuestro romance era gente en la que siempre podíamos confiar de que guardarían el secreto... y Ash y Misty. Vale, no es que ellos fueran malos, pero como ellos ya llevaban mucho más tiempo juntos, nos hacíamos bromas al respecto los unos con los otros... Lo mismo pasaba con el Team Rocket...
Ahora que he mencionado al Team Rocket... Poco después de comenzar las finales de la liga Johto, su líder, Giovanni, planeó lo que podría haber sido el robo más grande de todos los tiempos: el asalto al Estadio Pokémon...
Liderados por esos dos odiosos Rockets, Butch y Cassidy, un gran número de oficiales Rockets vestidos de paisano mantuvieron en vilo a todo el estadio. Pretendían llevarse a todos los Pokémon participantes en el Campeonato...
Pero, cuando todo parecía perdido, Jessie y James, no sé si por error o por, quien sabe, ayudar, provocaron que Weezing formara una espesa capa de humo, cegando por completo a los miembros del Team Rocket. Aquello facilitó que Ash, junto a Gary y muchos otros entrenadores, aprovecharan la distracción para vencer a todos aquellos malnacidos...
A partir de entonces, Jessie y James fueron proclamados héroes... Se les perdonó que hubieran pertenecido al Team Rocket, y ahora eran consideradas personas muy valiosas... Poco después se fueron a vivir a Pueblo Paleta... Ironías de la vida, ¿verdad? Aquellos que habían perseguido a Ash durante todos estos años, ahora vivían a apenas varias calles de su casa...
****
Ash... Debo darle las gracias, en cierta medida. Gracias a él, ahora Willamena y yo pudimos casarnos...
Os contaré la historia... Como yo dije, habían pasado 6 meses desde que nuestro pequeño romance nació. Teníamos muchísimo en común, y nuestro amor era genuino y maravilloso... Jamás esperé que esto pudiera llegar a ser el amor, tras tanto tiempo persiguiéndolo... De hecho, incluso considerando que ella había querido hacer "cosas raras" conmigo aquella primera noche, yo le propuse que yo no quería hacer nada hasta después del matrimonio...
Ella, al oír aquello, se quedó con la boca abierta... Había dicho la palabra "mágica" demasiado pronto. En aquel momento quería cambiar lo que dije pero, ya daba igual. Eso es lo que quería hacer y, de hecho, eso es lo que haría...
¡Vamos a ver si me explico en condiciones! ¡Sí! ¡Quería casarme con Willamena con toda mi alma! Pero había dos pequeños problemas: Brian y Linna Rustate, los padres de Willamena. Ellos jamás aceptarían el matrimonio a no ser que mi Centro de Crianza fuera lo suficientemente importante (que aún no lo era) o yo tuviera una verdadera fortuna en mi poder (que tampoco tenía). Pero yo no me detuve... Había que tomar una decisión...
No. Nosotros no somos estúpidos. Willamena no iba a ir a hablar con sus padres y decirles: "¡Hola, mamá! ¡Hola, papá! ¡Qué bonito día! ¡Ah, quería presentaros a mi futuro marido, Brock! ¡Nos vamos a casar muy pronto! ¡Y ahora, padres, mi amorcito y yo nos vamos! ¡Hasta la vista!"
Si se nos ocurriera hacer semejante estupidez seríamos perseguidos hasta los confines de la Tierra.
Es más... Teníamos otros planes...
Yo invité a los padres de Willamena a la ceremonia de inauguración del "Brock Bonanza", el Mega Centro de Crianza de Ciudad Plateada. Al principio ellos no quisieron venir, ya que menospreciaban mi trabajo, y siempre alegaban la excusa de que tenían mejores cosas que hacer (una manera más "dulce" de decir: "No nos molestes").
Sin embargo, Willamena los llamó más tarde, insistiendo mucho en que ellos deberían ir a la ceremonia, ya que había algo muy importante que Brock tenía que decirles... Algo que les interesaría a ellos y, al mismo tiempo, la interesaba a ella... Creo que aquello les intrigó tanto que les indujo a mover sus viejos traseros y aceptar la invitación...
Ah, sí. La ceremonia de inauguración... Recuerdo que aquel día vi a Suzie, junto con ese ladrón de Zane. No es que le tenga rencor, ya que habían pasado tres años desde la última vez que le vi, pero... En fin, el caso es que Suzie llevaba un anillo de compromiso en su dedo anular, con lo que aquello significaba... Pero ya no me importaba: yo había madurado y tenía a la más hermosa (para mí todas son hermosas) de todas las mujeres a mi lado... Willamena.
"Estoy muy nervioso, Willa." Le dije a mi compañera, con aquel apodo cariñoso que la puse.
"Lo sé, dulzura. Mis padres pueden ser terroríficos a veces, pero esta vez no pienso dejar que hagan lo que ellos quieran. Tú eres el hombre al que yo más quiero, y no me importa el dinero. Lo único que me importa eres tú." dijo ella, para luego darme un dulce beso en los labios.
Willamena y yo teníamos 21 años en esos momentos. Estábamos en la cúspide de nuestro desarrollo físico y yo medía la nada desdeñable estatura de un metro y ochenta centímetros. Pero, a pesar de mi imponente aspecto, y la más bien pequeña estatura de los padres de Willamena, se podría decir que me sentía mucho más pequeño hacía aquellas dos amenazadoras figuras: Brian y Linna Rustate.
Nervioso, me acerqué al micrófono, para decir unas palabras. La gente me aplaudía. Vi a mi familia, y a Suzie y Zane. Vi a los cuatro miembros del Alto Mando (por estas fechas lo componían Will (o Mento) y Karen, ya bastante maduros, y A.J. y Richie, siendo Ash el Líder del Alto Mando). También estaban, por supuesto, Ash y Misty. Y, a su lado... ¡Un momento! ¿Esa chica tan preciosa es Casey? ¿Junto a Richie? ¡Guau! Ella era una chica preciosa en esos momentos, y Richie parecía ponerse bastante nervioso a su lado...
Ver a todos mis amigos allí reunidos me llenó de alegría... Vi llegar poco después a mi amiga, y ahora también rival, Lara Laramie. Vino cabalgando a lomos de su Rapidash, toda majestuosa... Recuerdo haber visto como AJ la miraba embobado, como pocas veces le había podido llegar a ver...
También estaba la prensa. Pude reconocer a Todd entre todos aquellos fotógrafos, pero eso a mí ya poco me importaba...
Allí estaban todos... Una multitud de más de mil personas había acudido a la inauguración, y lo curioso es que a pesar de toda la gente que había, las únicas personas que me inspiraban un especial temor eran dos pequeños personajes que me miraban con aquellos fríos e inexpresivos ojos: Brian y Linna Rustate.
Brian era el típico caballero aristócrata: pelo impecable, con un bigotito negro, traje elegante. Parecía tener poco más de 40 años. Y Linna tenía el mismo color de pelo de Jessie, una nariz afilada y una mirada que parecía decirte "Yo soy mejor que tú, mendigo."
Yo tanteé el micrófono, para ver si funcionaba. Oía los aplausos y gritos de ánimo de la multitud. ¡Me encantaba ser el centro de atención! ¡Y yo me había convertido en una especie de héroe para Ciudad Plateada! ¿Por qué no iba a poder disfrutar del momento?
"Un, dos... Un dos... Probando... Bien. Gracias a todos, familia, amigos, ciudadanos... y futuros rivales, es decir... vosotros." dije, señalando a Suzie y Zane, mientras todos se reían. "Y tú..." dije mientras señalaba a Lara Laramie.
Todos aplaudieron. Eran personas muy respetadas por todos, y amigos míos por supuesto. Además, nunca estaba de más un nuevo Centro de Crianza (aunque fueran en tres territorios distintos). Pude ver como Ash levantaba el pulgar hacia arriba, dándome su apoyo. Él sabía lo que yo estaba planeando...
"Así que yo, y a partir de hoy, declaro inaugurado el Mega Centro de Crianza de Ciudad Plateada... ¡El "Brock Bonanza"!" dije, mientras cortaba la cinta, mientras escuchaba los aplausos de la gente.
Pero, a pesar de la alegría del momento, aún no había terminado: tenía un anuncio más importante que hacer. Miré hacia Ash y Misty, luego hacia Brian y Linna, y luego hacia mi Willamena, que me observaba impaciente. Tomé aire...
Había llegado la hora.
"Pero antes de comenzar con el trabajo, tengo un anuncio importante que hacer. Es algo que concierne a dos ciertas personas de aquí, y a su hija... Pero era algo tan importante que no creo que fuera ético decirlo por teléfono..."
Vi a los dos ogros mirándome confusos, perplejos. Seguramente estuvieron a punto de orinarse encima de la impresión.
"Verán... En los últimos 6 meses estas dos personas, Brian y Linna, han sido los creadores de dos grandes cosas en mi vida. La primera fue la reconstrucción de este gran Centro de Crianza, con el que yo espero que en Kanto, Johto, las Islas Naranja y Houen puedan ser conocedores de mi magia y experiencia en el campo de la crianza Pokémon. Sin embargo, además de haberme ayudado profesionalmente, otro producto de su trabajo me ha llenado de gran alegría..." dije, triunfante.
Las palabras salieron desde mi cabeza, y desde lo más profundo de mi corazón.
"Brian y Linna Rustate... Durante los últimos 6 meses, su hija y yo..." me detuve, para ver como reaccionaban. Ellos ya se imaginaban como podía acabar esto, dadas las inflamadas venas que se les empezaron a formar en la frente, pero yo proseguí. "...hemos estado muy enamorados, y hoy es la primera vez que me atrevo a decírselo en la cara, les guste o no."
Vi como el público me miraba asombrado. Ash miraba de reojo a los padres, que parecían furiosos...
"Y hoy he de anunciar mis intenciones de casarme con esta brillante, hermosa, maravillosa, preciosísima... señorita llamada Willamena Rustate. Así que, Willa... ¿Puedes dirigirles tú unas palabras, probando que lo que acabo de decir es cierto?"
Dicha chica preciosa dio un paso al frente, con un elegante vestido rosa muy parecido al que llevaba el día que la conocí. Cogió el micrófono, mientras mantenía un ojo en sus padres y otro en mí, mientras me mostraba aquella encantadora sonrisa.
Sonrisa que, por otra parte, no se reflejaba en sus padres. Ellos, simplemente, parecían dos Houndoom furiosos. Comenzaron a acercarse rápidamente hacia donde Willamena y yo estábamos, seguramente para intentar desmentir algo que difícilmente podrían desmentir.
"Escúchame, hijo." dijo Brian, en tono despreciativo. "Nosotros somos sus padres, ¿y tú dices que has tenido un romance con NUESTRA hija durante 6 meses? ¡Eso es completamente falso! ¡Willamena es una jovencita con clase, y es imposible que pueda estar con un vulgar criador desaliñado como tú!"
"¿Y entonces cómo puedes explicarme la cantidad de veces que ha venido a verme?" dije yo, en un vano intento de defenderme. Supongo que todo este tiempo alrededor de las dos personas más propensas a la discusión que existen (Ash y Misty) me ha hecho aprender a saber como seguir una discusión, cuando comenzarla y, sobre todo, cuando pararla.
"Ella nos dijo que iba a observar como iban las obras..." dijo Linna por primera vez. "¿Y tú dices que era porque sentía algo por ti? ¡No te inventes fantasías, zopenco!"
"Madre..." dijo, triste, Willamena.
"¿Sí, hija? ¿Vas a desmentir todo lo que ese chalado ha dicho? ¿Pero cómo se atreve ese paleto a decir semejantes mentiras?" dijo Brian.
"Puedes llamarlo mentiras, si quieres. Pero Brock y yo hemos estado enamorados durante mucho tiempo... incluso más de lo que vosotros pensáis..." respondió ella, refiriéndose al día en la que nos conocimos por primera vez.
"A-Zuuuuuuumarill" dijo su Azumarill, asintiendo con la cabeza.
Brian y Linna obviamente no se esperaban aquello. Pero Brian era un hombre de negocios que sólo tenía cerebro para los negocios, así que era incapaz de comprender todo lo que allí pasaba.
"¿Y qué es lo que este desaliñado puede ofrecerte? ¿Y qué pasa con ese apuesto inglés que te presenté la otra noche, Damián? De buena familia, gran poder económico, y un gran entrenador Pokémon..." dijo Brian, exaltado.
Creo que Ash había comenzado a reírse para sus adentros al oír el nombre de aquel odioso tipo. O al menos eso me pareció...
"Es posible que aún no pueda ofrecerla nada... -comencé a decir- Pero hay algo que se os debería de meter en la cabeza... ¡ELLA ME QUIERE! Ella no es parte de vuestro negocio... Ella es una persona amable, cariñosa, y no se merece que la tratéis como la habéis estado tratando. Ella debe estar con la persona a la que ella quiera... ¡Ella no es una moneda de cambio para vuestro propio beneficio!
Creo que aquello que dije no fue muy acertado... Jamás llegué a pensar que sus padres lo fueran a tomar por el lado equivocado...
"Tú... tú... ¡NOS HAS ENGAÑADO! ¿CÓMO TE ATREVES A HACEDNOS ESTO? ¿PRIMERO NOS PIDES QUE TE AYUDEMOS ECONOMICAMENTE PARA CREAR ESTE ESTÚPIDO CENTRO DE CRIANZA Y AHORA PRETENDES ROBARNOS A NUESTRA HIJA, BASTARDO? ¿SABES QUE YO PODRÍA HACER DE TU VIDA UN INFIERNO, DESGRACIADO?" -rugió Brian, con fuego en los ojos.
Debo admitir que comencé a tener miedo... Brian era una persona demasiado poderosa... Sus influencias podrían acabar con todos mis sueños... Comencé a temer por mi matrimonio... Pero la luz vino en la forma del que una vez fue un rematadamente torpe entrenador Pokémon...
"Esto ya es suficiente". -se oyó una voz.
Ash, el líder del Alto Mando, con Misty a su lado, se levantó. Tras él también se levantaron A.J. y Richie... Y más lejos aún se pudo ver las intimidatorias figuras de Lt. Surge, Bruno y Koga, que a pesar de sus ya avanzados cuarenta años seguían causando un profundo respeto.
Brian, al ver aquello, comenzó a ponerse un poco nervioso. Conocía la gran fama de Ash, al igual que la de su también conocidísima pareja, actual Líder del Gimnasio Celeste... que al mismo tiempo se había convertido en uno de los Gimnasios Pokémon con más prestigio y, al mismo tiempo, un gran lugar destinado a espectáculos acuáticos. Pero Brian, a pesar de todo, seguía teniendo demasiado poder...
"Ash Ketchum... Escucha, hijo... Puede que tú seas una gran figura en el mundo del entrenamiento Pokémon... Pero en el campo de los negocios, lamentablemente, estás en mi territorio... Así que te sugiero que no te metas en los asuntos que a ti no te interesan..."
Si Ash estaba asustado por las palabras de Brian, él no parecía exteriorizarlo...
"Brian... Para empezar, me gustaría decirle tres cosas que cambiarían su vida para siempre si no deja que Brock y su hija estén juntos... Una es que no podrá ser amigo mío..." -dijo Ash, desafiando al mismo demonio.
"Oh... ¿Y qué vas a hacer? ¿Golpeadme con tus pañales?"- él ironizó, sonriéndole a su esposa Linna, creyéndose victoriosos.
¡Pobres ingenuos! Si llegaran a saber lo listo que se había vuelto Ash desde hace unos años (gracias a las influencias de cierta chica pelirroja).
"Para empezar he de decirles que mi buen amigo Todd tiene una cámara digital conectada vía satélite... En cualquier momento puede enviar imágenes de todo esto que ustedes dos están causando aquí... Y no creo que eso sea una buena publicidad por su parte, ¿verdad?"- dijo Ash.
Una mirada de terror se vislumbraba en los arrugados rostros de Brian y Linna, mientras observaban a Todd apuntándoles con la cámara. Ash había tenido una buena idea, a pesar de todo.
"Punto número dos. A pesar de que ustedes puedan ser dos personas clave en el mundo de los negocios, Brock también es una persona clave para mucha gente en esta región del mundo. Supongo que algunas de las personas aquí presentes pueden usar sus propias influencias para hacer que su compañía se gane una mala reputación... Aunque también podría usar esto y llamar a unos cuántos más, ¿verdad?" -dijo Ash, mostrando un teléfono móvil.
Para mis adentros pensé que Ash se estaba tirando un farol, pero teniendo al Alto Mando, a dos importantes compañías de crianza, y una gran cantidad de simpatizantes y amigos de su parte, y algún que otro número de teléfono importante, todo eso bastaba para hacer muy incómodo el futuro de la compañía Rustate.
"Y como punto final, y no por ello menos importante... y que seguramente les sorprenderá, es..." -continuó Ash.
Los Rustate se temían lo peor.
"¡ELLOS ESTÁN ENAMORADOS! ¡VIVAN CON ELLO! ÉL LA HACE FELIZ, Y USTEDES DEBERÍAN ESTAR FELICES POR ELLO. ¿ES QUE NO LO COMPRENDEN?" -exclamó Ash, mostrándose visiblemente enfadado.
La gran ovación procedente del público ante las palabras de Ash daba a entender quien tenía cogida la sartén por el mango... Desgraciadamente, Brian y Linna no parecían querer dar su brazo a torcer...
"Hmmmm.... Chico, todas esas tonterías que estás diciendo puede que nos hayan asustado un poco, pero si Willamena realmente quiere casarse con ese zoquete, que así sea... Dejemos que destroce su vida... Pero que sepa que no recibirá ninguna herencia y retiraremos todo el dinero que tiene en su cuenta... a partir de ahora mismo..." -amenazó Brian.
Pero Ash continuó, con una sonrisa...
"Ah, gracias por recordármelo... Brock sabía que esto podría pasar, así que yo pedí a tres grandes amigos que "hackearan" en su cuenta y traspasaran todo el dinero que Willamena se ha ganado por su trabajo durante todos estos años... Yo no os lo estoy robando, ya que el dinero es de ella... Ahora el dinero se encuentra a salvo en una cuenta secreta que ellos han creado para ella..." -dijo victorioso Ash, mientras dos personas y... ¿un gato? se levantaban orgullosos al fondo de la sala.
Jessie, James y Meowth... ¿Quién iba a decir que todos estos años de tramposos fuera a ser tan útil alguna vez?
Brian y Linna ya no pudieron soportarlo más... Explotaron literalmente y se dirigieron furiosamente hacia mí. Pero gracias al Azumarill de mi querida Willamena fueron detenidos mediante un Pistola de Agua.
"Maldito Pokémon. Jamás deberíamos haberte regalado a esa decepción de hija" dijo Brian, furioso.
Pero esta vez mi Onix les detuvo definitivamente, atrapándolos con su cuerpo. Nosotros esperamos a que Misty terminara de venir con la agente Jenny para que pudiéramos dar un veredicto a todo esto. No creo que Brian y Linna fueran a ser encarcelados, pero seguramente el juez los sancionaría de alguna manera por abuso de autoridad sobre su hija, y por desheredarla sin ninguna razón de peso...
Ash... Gracias por haber solucionado el día y mi vida amorosa... Gracias...
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"Ahora yo os declaro marido y mujer."
6 meses después del incidente, y tras alguna que otra complicación, Willamena y yo nos casamos. No había nada que pudiera impedir esa boda, ya que las leyes no son tan anticuadas como Brian y Linna pensaban. Tampoco podían decir nada sobre el dinero "hackeado", ya que aunque esa acción se consideraba ilegal, los que hicieron toda la operación fueron lo suficientemente hábiles para no dejar pistas de quién lo había hecho. Además, el dinero estaba bajo el nombre de Willamena Rustate, y ese dinero le correspondía legítimamente. No había prueba alguna, y, al no haber pruebas, no hay acusación. Por lo tanto, caso cerrado. ¡Gracias por hacer las cosas bien por una vez, Team Rocket!
Esta boda fue una gran alegría para mí, como se puede suponer. Gracias a todo el incidente que provocó todo aquello, y al hecho de que la mayoría de los periódicos publicaron la noticia (gracias en exclusiva a Todd), mi popularidad había alcanzado cotas inimaginables. La gente se preguntaba que si yo sería capaz de poner tanto corazón en la crianza Pokémon como en el romance.
De hecho, en 6 meses había conseguido ganar 125.000 $, lo cual creo que fue un gran principio para el negocio. Esto aceleró los preparativos para la boda.
Ash y Misty, por supuesto, estuvieron presentes. Yo ya estaba esperando el día en que ellos decidieran pasar por nuestra misma situación... Se los veía muy felices juntos...
Jessie y James también estuvieron allí. Me sorprendió no ver a Meowth por ninguna parte... Como bien ellos me contaron después, Meowth los había dejado hace dos meses... Al parecer, quería volver con su antigua pandilla de Meowths callejeros. Su querida Meowsie la echaba de menos, a pesar de todo... Y desde entonces ya no volvieron a saber de él...
...
Volviendo a mi historia, he de confesar que Willamena y yo estuvimos pensando bastante tiempo sobre los hijos. Al final decidimos que aún no había llegado el momento... Willamena seguía siendo una chica con gran visión para los negocios, como sus padres, pero no quería llegar a convertirse en alguien como ellos: ella sabía hasta donde debía de llegar. Ella manejaba los hilos, las influencias, los beneficios y pérdidas, y yo usaba mis conocimientos en medicina y cuidados de los Pokémon. Gracias a nuestro cada vez más famoso Centro de Crianza "Brock Bonanza", Ciudad Plateada pudo construir un monorraíl, se construyeron varios hoteles y se mejoraron las comunicaciones con la ciudad. Todo gracias a la fama que habíamos conseguido dar a Ciudad Plateada con el sudor de nuestra frente.
La boda fue tal y como ya la había deseado... Se puede decir que la celebramos a lo grande... Tras la opípara cena, yo la besé, la tomé en brazos y corrí emocionado hacia la limusina que nos estaba esperando... Íbamos a pasar una maravillosa luna de miel de tres días en el hotel Maravilloso de Isla Canela... Al principio nos planteamos ir hacia las Islas Naranja... pero, debido a ciertos recuerdos tempestuosos, decidí que no sería apropiado que yo volviera a poner mis pies por aquellos lugares...
El segundo capítulo de mi vida había comenzado... Lamentablemente, este capítulo terminará demasiado pronto para mí...
*************
Seguramente tu desearías que esta historia tuviera los típicos finales de Walt Disney, ¿verdad? Olvidad la ironía.... Habría sido así si no fuera por mi triste destino... Y jamás había sentido ese destino tan cerca...
Habían pasado 4 años desde que me casé, y desde entonces nuestro negocio había crecido tanto que había llegado a ser como una especie de referencia mundial para el mundo de la Crianza Pokémon. De hecho, últimamente estaba teniendo muy buenas relaciones con mis dos rivales más directos: Lara Laramie y Suzie. Por algún tiempo Willamena se puso un poco celosa, y se pasaba tardes enteras hablando con Misty... de algunas cosas relacionadas conmigo y "esas dos"... Bromitas aparte... Amaba su belleza, su amabilidad, su determinación y su espíritu. Jamás habría podido enamorarme de nadie más mientras ella siguiera conmigo. Nuestra buena posición económica no podía competir con nuestra felicidad...
Lamentablemente, un día, todo eso cambió...
**************
El teléfono de casa sonó. Me resultó extraño, ya que la mayoría de la gente que me llamaba al teléfono del Centro de Crianza, no directamente a mi casa... Pensé que serían Ash o Misty... o alguien...
Descolgué el teléfono y oí un chasquido... Algo me decía que lo que iba a oír a continuación cambiaría mi vida para siempre... ¿Habría pasado algo con las pruebas que Willamena había ido a hacerse al hospital? ¿Sería esa la razón de la llamada?
Escuché atentamente... No, no parecía ser ella...
"¿Diga?"- pregunté, nervioso.
"¿Estoy hablando con la residencia Slate, en la calle Avenida de la Piedra, número 42? ¿Es usted Brock Slate, propietario del "Brock Bonanza" de Ciudad Plateada?" - se oyó una triste voz femenina al otro lado del teléfono.
"Sí." -dije, sabiendo que las noticias que me iban a dar eran importantes, dado el tono de la llamada.
"¿Es usted el marido de Willamena Rustate?"
Esta conversación comenzaba a no gustarme...
"Sí... ¿Qué es lo que ha pasado?" -pregunté, nervioso.
"¿Podría venir al hospital central de Ciudad Fucsia? Es urgente."- contestó la voz al otro lado del teléfono.
Colgué. No hice más preguntas. Rápidamente corrí hacia mi coche y salí disparado en dirección hacia Ciudad Fucsia. Una parte de mi cabeza me decía que no debía preocuparme, que seguramente no haya pasado nada grave. Pero la otra parte me decía que algo terrible había sucedido...
Una vez en el hospital, entré al interior. Una de las enfermeras Joy que allí se encontraban me reconoció y se aproximó a mí.
"¿Eres Brock Slate, verdad? Debes dirigirte a la habitación 486... Tu esposa está en situación crítica..."
SITUACIÓN CRÍTICA...
Mis peores pesadillas se habían vuelto realidad... Lo comprobé al entrar a la habitación 486...
El Dr. Proctor estaba allí... Me sonrió, intentando animarme... No le presté atención... Sólo quería verla... Y la vi...
Estaba tumbada en la cama, con una débil sonrisa en sus labios... Seguramente estaba aguantándose el dolor para no hacerme sufrir.
"Hola, Brock." -ella dijo, suavemente.
Me acerqué a ella y la agarré la mano... Mis lágrimas estaban a punto de salir de mis ojos.
"Willa... ¿Qué es lo que ha pasado?"- dije, destrozado.
Willamena hizo su mejor intento para calmarme.
"Sssh... Mi dulce Brock... Nada podías tú hacer... Esto acabaría pasando algún día de estos..." dijo débilmente.
No tenía ni idea de qué estaba hablando, pero yo ya no podía hablar. Afortunadamente (o desafortunadamente), el Dr. Proctor me lo contó...
"A Willamena Rustate se le a diagnosticado cáncer de médula ósea, lo que significa que sus huesos se encuentran en una situación muy delicada... Y, desgraciadamente, nosotros no tenemos ningún tipo de cura o tratamiento para esa enfermedad... Lo único que podemos hacer es que no sufra demasiado... Lo siento..."
Mi mundo se derrumbó... Vagamente escuché las disculpas del médico, mientras él abandonaba la habitación. Seguramente el médico pensó que sería mejor dejadnos solos.
Solo. Una palabra que creía que jamás volvería a pronunciar. Agarré las suaves manos de Willamena, mientras un río de lágrimas descendía por mis mejillas.
"¿W-Willa? ¿Mi d-dulce Willa? ¿Por qué... por qué ha pasado esto?" - Mi voz apenas podía oírse, y estaba entrecortada. Pero Willamena, mi ángel en la tierra, me había escuchado.
"Calla, Brock... Lo siento. Ya me diagnosticaron esta enfermedad cuando yo sólo tenía 13 años. De hecho, tuve que donar algo de mi sangre para poder alargar la vida algunas semanas de mi ahora difunto hermano pequeño..." dijo, sin apenas fuerzas.
Jamás había oído hablar de ese hermano pequeño de Willamena, pero conociendo la decepción que me produjo el haber conocido a sus padres, parecía razonable que a Willamena no le gustara mucho hablar de su familia.
"Durante la transfusión, algo salió mal. Cogí un virus de quirófano, que pasó a través de mi sangre. Al principio el daño fue mínimo... Pero con el paso de los años el mal acabó extendiéndose por todo mi cuerpo..."- continuó ella.
Ella tosió y me asusté al ver salir sangre de sus labios. Mis manos estaban temblando, agarrando las suyas.
"... Supongo que la vida ha decidido que pasara esto... Mi padres sabían que me pasaba esto... Pero una vez vieron lo que me pasó a mí por donar sangre a mi hermano, no quisieron arriesgarse a coger la enfermedad también..." -suspiró Willamena.
"¿Ellos lo sabían?" -continué, comenzando a enfurecerme.
"Sí... Además... Mi hermano acabó muriendo, a pesar de mi donación... ¿Para qué iban a molestarse, Brock? Supongo que ahora me a tocado el turno a mí..."-
Willamena tosió de nuevo. Yo me aproximé a ella. Intenté enjugar mis lágrimas... No pude...
"Willamena... No me hagas esto..."- dije, entre lágrimas.
"He estado escondiendo todo esto de ti porque no quería preocuparte. No podrías haber hecho nada. Sé que voy a morir, así que tengo que decirte que he amado cada día de todo este tiempo que he estado contigo. Estos cuatro años juntos me han hecho olvidarme de mi enfermedad y he disfrutado de mi vida como nunca había disfrutado antes. Y no te preocupes... la "diversión" que tuvimos anoche no ha sido la causante de empeorar mi estado..."
Aquello último fue un intento de poner algo de humor al momento, pero difícilmente podría animar la situación.
"Brock, te quiero. Siempre te he querido y te seguiré queriendo incluso después de la muerte... Como último deseo sólo pido una cosa... Quédate conmigo..."
No necesité que me lo pidiera dos veces.
************
Aquel terrible sábado sentí la frialdad de las suaves manos de mi ángel, inundé mis ojos con lágrimas, se rompió mi corazón, pero acabé besándola una vez más antes de que ella se quedara dormida... Observé el ritmo de su respiración durante toda la noche.
Ella entró al hospital el sábado, y murió el martes. Durante esos días no me había apartado ni un sólo instante de su lado... Los médicos me dijeron que me marchara, pero me negué. Los últimos deseos de Willamena antes de abandonar este mundo deberían ser cumplidos... Y bien que los cumplí...
Aún recuerdo con gran pena en mi corazón sus últimas palabras...
"No olvides que tú eres Brock Slate..."
Esas simples palabras fueron más bellas que cualquier triste poema o frase destrozacorazones que se le hubiera podido ocurrir en ese momento.
Ella era ella, y yo era yo. Yo soy quien soy, y ella sabía que lo era.
Yo sabía que tenía que ser fuerte... Mi vida se había partido en dos... Pero este no es el capítulo final...
Yo regresaría...
************
El funeral de Willamena ocasionó dos cosas para mí: mi primer contacto con la cárcel, y mi reencuentro con la que sería mi segunda esposa. Willamena quería que yo rehiciera mi vida, pero el primer amor siempre queda grabado profundamente en el corazón, y de eso Suzie puede dar fe de ello.
El funeral, como podría suponerse, fue demasiado duro para mí. Aún me recuerdo leyendo mis palabras, que difícilmente podrían expresar en su totalidad lo maravillosa que Willamena fue para mí.
Recuerdo lo que pasó mientras estaba en el atril, hablando. Una blanca limusina se presentó a las puertas del cementerio... Vi a dos personas salir de ella...
Y los maldije...
Brian y Linna Rustate... No pude creerme que ellos fueran a aparecer allí... Pero algo me decía que no habían venido precisamente a dar un último adiós a su difunta hija...
Más bien a lanzar su furia contra mí...
Bruno, mi mentor y también gran amigo mío, notó que bajaba los papeles y dejaba de hablar. Ash y Misty, también presentes en el funeral, lo notaron también... Vieron a Brian y Linna dirigirse hacia mí... Linna me abofeteó en la cara.
Esto sería un funeral a campo abierto, pero Dios seguía presente allí. El sacerdote intentó que finalizara aquello cuanto antes, pero Brian y Linna no parecían dispuestos a respetar el funeral.
"¡Tú has matado a nuestra hija!" -lloró Linna- "¡Tú nos la robaste, y desde entonces esa pequeña peste ha ido aumentando en ella! ¡Y debido a esto ahora está muerta! ¡Si no hubiera sido por tu culpa nosotros habríamos podido salvarla! ¡Pero TÚ la mataste! ¡ERES UN MALDITO BASTARDO!"
Como Ash y Misty podrían testificar, yo suelo ser una persona muy tranquila y pacífica durante la mayoría del tiempo, a no ser que dos cosas ocurrieran: 1ª) Que una chica preciosa se me pusiera a la vista (cosa que dejó de suceder una vez me casé con Willamena) y 2ª) Si se maltrataba a un Pokémon en mi presencia.
Sin embargo, una tercera causa había sido añadida. Desde que mi vida había cambiado por culpa de la muerte de la persona a la que yo amaba, la visión de los malnacidos padres de Willamena hacía que me encendiera de rabia.
A pesar de los inútiles intentos del sacerdote por detener aquello, Linna siguió insultándome... Y me abofeteó de nuevo.
"¡Usted cállese!"- dijo Brian al sacerdote.
Agaché la cabeza, para que los Rustate no pudieran ver la mirada de odio que había comenzado a formarse en mi cara. Apreté mis puños con fuerza...
Bruno sintió mis nervios, así que intentó detener aquella desafortunada discusión de una vez por todas. A pesar de sus ya 45 años, aún seguía teniendo un tipo imponente...
Pero los intentos de Bruno por calmar la discusión fueron en vano... La furia en mí seguía creciendo por momentos... Brian, delante de mí, echando su hediondo aliento a la cara, seguía vociferando como un maldito loco. Su infinita arrogancia no le dejaba ver que mi cabeza estaba a punto de explotar por todo aquello...
En el funeral de mi primer amor y también esposa, delante de mi familia y amigos, delante de mi mentor, y delante de Dios, exploté como nunca antes había explotado...
Brian, con toda aquella arrogancia cultivada a lo largo de los años, no podría esperarse lo que yo que a punto de hacer. Seguramente él debería pensar que caería de rodillas, suplicándole perdón. Pensaría que me escondería como un cobarde... Cuando mis manos le cogieron de la camisa y lo arrastraron hacia un árbol cercano, levantándole en vilo literalmente, pude oír como un grito de sorpresa se escuchó proveniente de todos los presentes... Linna gritó de puro pánico, al ver aquella inesperada reacción de furia... Noté que Brian estaba literalmente orinándose encima...
"¡Tú eres en realidad el bastardo! -dije, ciego de rabia- ¡Tú tratabas a tu hija como una vulgar moneda de cambio, como una vulgar sierva de tu negocio! ¡Viste a su hermano morir... a vuestro otro hijo morir y no hicisteis nada por evitarlo! ¡¡Y TÚ ME LLAMAS A MÍ DESGRACIADO!! Willamena, perdóname... Pero lo que le voy a dar a tu padre no es precisamente un abrazo..."
Los ojos de Brian mostraban horror... Mi primer puñetazo fue derecho a su estómago...
Estaba tan ensimismado en mi venganza que no pude oír los gritos de Ash y Misty, diciéndome que me detuviera... Olvidé que la agente Jenny también estaba en el funeral.
Estaba furioso... Completamente loco... Un segundo puñetazo impactó en la sebosa cara de Brian, provocando que la cabeza de Brian golpeara el árbol... Cayó al suelo, quedando inconsciente...
En ese momento sentí como la bruja de su esposa me tiraba del pelo, histérica. En un arrebato, la agarré del cuello y la lancé contra el suelo... Sentí dos fuertes brazos rodeándome... Era Bruno... Si no me hubiera sujetado en ese momento habría acabado por matarlos... Pero el mal ya estaba hecho...
Una sorprendida agente Jenny me miró, no sin cierta tristeza en su mirada... Se dirigió hacia mí, y me colocó unas esposas... Sean cuales fueran las razones que yo tuviera para hacer eso, ella tenía un trabajo que cumplir...
"Brock Slate... Queda arrestado por perturbar la paz de este santo lugar y por agresión premeditada con excesiva violencia...Tiene derecho a guardar silencio. Cualquier cosa que diga puede ser usado en su contra... ¿Entendido? -dijo la agente, con cara triste...
La agente Jenny y yo nos dirigimos hacia el coche de policía... Recuerdo como Ash subió en la motocicleta que le vendí hace varios meses y nos siguió, abandonando el lugar del funeral... Aquella, desgraciadamente, no será la última vez que las palabras Ash, funeral y motocicleta se vean juntas en una misma frase...
****************
Me esperaba lo peor en mi fría celda. El primer problema fue que yo había cometido la estupidez de atacar en público a dos personas de gran importancia... Y, por si fuera poco, delante de la policía... Este tipo de cosas, en los tiempos que corren, se considera un caso cerrado incluso antes de ni tan siquiera celebrar un juicio. Lo segundo era que Brian y Linna podrían pedir daños y perjuicios... Si a ellos se les antojara, podría perder hasta mi querido Centro de Crianza. Ellos lo construyeron y lo financiaron, así que legítimamente algo les pertenecía. Finalmente, aquella violencia física, y mi más bien penosos abogados del estado, mi destino no parecía del todo esperanzador...
Mi única esperanza para el juicio es que la propia agente Jenny testificara en mi favor aludiendo un trastorno mental provocado por la triste muerte de mi esposa Willamena. Desgraciadamente, esto podría provocar que me encerraran en un manicomio (es irónico pensar la de veces que Misty me dijo que acabaría en un sitio como ése algún día de estos). Y, de hecho, eso fue lo que pasaría...
Sentado en mi fría celda pensaba sobre todo lo que había hecho durante mi vida: aquellos días con Ash y Misty; aquellos meses en Isla Valencia; el incidente con Ivy; todas las chicas con las que me encontré; Willamena, la chica que cautivó mi fogoso corazón... y las secuelas que me dejaron su muerte...
Ahora, en el cielo, ella debe pensar que soy la mayor cantidad de mierda que habita sobre la Tierra. Te he decepcionado, Willa.
El juicio se celebró... Como era lógico, no salí bien parado... A pesar de la testificación de Ash, Misty, Bruno y mis demás amigos, la sentencia parecía clara... Intento de asesinato...
La agente Jenny, como esperaba, intentó aliviar la sentencia aludiendo a mi actual estado mental... Fue en vano... Culpable...
Me sorprendió que el juez no me mandara a la cárcel... Peor... Fui destinado al Manicomio General de Ciudad Azafrán, para tratarme mi supuesto trastorno mental y la terrible depresión que había provocado todo aquello...
Pero no. Aquí no acababa mi tragedia. Como no podía pagar la elevada indemnización que los Rustate me exigían, mi Centro de Crianza quedaba completamente bajo la propiedad de Industrias Rustate, como compensación a los daños recibidos... Aquello no era una compensación lo que me estaban quitando.. Aquello era el producto de toda una vida dedicada a la crianza Pokémon... ¡Malditos malnacidos! ¡Ellos habían sido detestables, y encima ganaron! ¡Habían conseguido destrozarme la vida! Como Brian me dijo...
Aquella sentencia me destrozó por completo... Esposado, sentí la cálida mano de Misty sobre mi hombro, sentada detrás de mí... Intentaba, sin conseguirlo, consolar aquellas lágrimas de rabia...
Una hora después fui metido en una ambulancia, en dirección al manicomio... Yo no estaba demente, yo no estaba loco... ¡Y NO NECESITABA AYUDA! ¡YO NO NECESITABA AYUDA! ¡NO LA NECESITABA, MALDITA SEA!
Un sólo momento de locura, provocada por el amor de mi Willamena, acabó con todos mis sueños... Fui un imbécil...
****************
Estuve en ese horrendo manicomio durante tres larguísimos meses. Mi depresión no me había abandonado, pero sí mis esperanzas. La vida era horrible, sobre todo si eres alguien como yo... Nadie de mi familia tenía permitido verme, seguramente gracias a las condiciones que esos dos malditos bastardos pusieron para mi estancia en el manicomio... Deberían creer que sería capaz de escaparme de aquí, como un vulgar criminal... Eso es lo que les hubiese gustado a ellos... Malditos.
Así, con aquella camisa de fuerza limitando mis movimientos, pasé mis días en el manicomio. He de reconocer que durante varios días pensé en suicidarme, pero sabía que debía de ser fuerte... No podía decepcionar una vez más a Willamena... Tenía que seguir viviendo, pasara lo que pasara... Eso es lo que ella habría deseado que hiciera...
Pero las malas noticias siguieron llegando... Un día me enviaron a mi celda la revista mensual que les encargué a los del manicomio: "Mensual del Criador". Estaba afiliado a esa revista desde que comencé con mi sueño, y mi estancia en el manicomio no iba a impedir que siguiera llegándome... Aquel mes, sin embargo, la revista traía en su portada una noticia que terminó destruyéndome por completo...
"EL LEGENDARIO CENTRO DE CRIANZA "BROCK BONANZA" HA SIDO DEMOLIDO ESTA MAÑANA PARA DEJAR SITIO A OTRO DE LOS NEGOCIOS DE LA PODEROSA "INDUSTRIAS RUSTATE"
El final. Habían terminado definitivamente con mis sueños. Todo estos años de trabajo ahora significaban nada... Todos mis esfuerzos por desarrollar mi vida ahora no servían de nada... Todos mis sueños tirados a la basura... definitivamente.
Según iba leyendo el artículo, mi furia aumentó...
"...tras su fácil victoria en el juicio contra el propietario del "Brock Bonanza", Brock Slate, el legado del joven criador ha sido derribado para dejar paso al futuro de los Rustate. Mucha gente se negó a esta idea debido a la gran popularidad que don Slate había dado a Ciudad Plateada, gracias a su Centro de Crianza. De nada sirvieron sus protestas... Como muchos sabrán, los Rustate son los padres de la fallecida esposa de..."
No quise seguir leyendo... Tenía el corazón destrozado... Dirigí mi mirada hacia uno de los muros de la habitación... Corrí hacia él con todas mis fuerzas y estrellé mi cabeza contra el duro cemento...
La última cosa que recuerdo de aquello fue la sensación que corría por mi mente antes de arrojarme al muro: furia.
**************
Me desperté con un horrible dolor de cabeza, en una cama de hospital. Vi una sonriente cara familiar observándome.
"Misty..." -suspiré.
"Hola, Brock." -ella me dijo.
Pude comprobar que el tiempo hacía que Misty cada vez fuera más bella. Ash era una persona muy afortunada, sin duda... En aquel momento no pude comprender por qué ella estaba aquí. Que yo sepa, no tenía permitido recibir visitas en el manic...
"Estás en el hospital, Brock. El Hospital Central... - ella me dijo.
Mirando a mi alrededor pude comprobar que Misty tenía razón. Estaba en un lugar muy diferente al manicomio. Además, también Ash estaba por allí.
"¿En cual hospital? - pregunté.
Ash me miró, con expresión triste, mientras sostenía en su mano una taza de café.
"Estamos en Ciudad Cerezo." -dijo.
"¿Ciudad Cerezo? ¿Y por qué estoy yo aquí? - dije, extrañado.
" Has sido traído aquí porque creíamos que sería una buena oportunidad para que le dieras un último adiós a alguien" - dijo, también triste, Misty.
"¿Un último adiós? ¿A quién?"
"Al profesor Oak." -respondió Ash- "Está también aquí. Se está muriendo... Después de que Misty y yo fuéramos avisados de tu accidente en el manicomio, pensamos que sería buena idea traerte aquí a curarte la herida. Tuvimos que convencerlos para que nos dejaran traerte, así que dijimos que un gran amigo nuestro estaba muriéndose. Y nos dejaron llevarte aquí, a Ciudad Cerezo."
Oak. Una de las más respetadas autoridades en el mundo Pokémon, muriéndose. Todo se estaba volviendo demasiado negro...
"¿Brock? Y tú, ¿cómo estás?" -me dijo Misty, en unas de las más tiernas y suaves palabras que yo jamás habría oído de ella dirigiéndose hacia mí.
"Bien... Salvo por este terrible dolor de cabeza. Chicos, mi vida es un infierno... Ya me he enterado de lo que ha pasado con mi negocio..." dije, mientras me tocaba mi dolorida cabeza.
"Brock. Te prometemos que te sacaremos del manicomio lo más rápido que nos sea posible. Te lo prometo." - Misty dijo, apretando mi mano.
Ella vio a los dos guardias que habían venido a vigilar mi estancia en el hospital... Ahora que yo había recuperado la conciencia, seguramente estarían listos para llevarme cuanto antes de nuevo al manicomio... Malditos desgraciados insensibles...
Vi a Ash y a Misty abandonar la habitación... Por unos momentos me pareció ver a Deliah Ketchum, la madre de Ash... Estaba bastante apenada por la situación de Oak... Noté también a una jovencita adorable, de unos 15 años, a su lado... Por mi intuición deduje que podría ser Molly Hale, pero.. ¿qué hacía allí ella?
Ya no pude ver nada más, ya que los guardias me anestesiaron y me dormí más rápidamente de lo que yo esperaba...
"Misty... No... ol.. vi... des.... Tú... p-r-o-m-e-s-a... No... - dije, con mis últimas fuerzas, antes de que todo se volviera negro...
************
Pasé otros tres largos meses allá encerrado, acompañado sólo por mi terrible soledad y depresión. Seguía pensando en Willa, y en todas mis desgracias... No había una luz que iluminara aquel oscuro túnel en el que se había convertido mi vida... En el manicomio ya no era considerado un loco violento y peligroso. Había conseguido calmar mi furia, a pesar de todo... Lo único que podría volverme a desquiciar de nuevo sería el volver a ver a los Rustate... No quería volver a saber de ellos en toda mi vida...
Y, entonces, ocurrió un milagro.
La puerta de mi celda acolchada se abrió, y entró un guardia. Yo pensé que vendría a echarme un vistazo, como venía haciendo durante todos estos 180 días de cautiverio... Siempre a la misma hora... Siempre con las mismas miradas de menosprecio...
Sin embargo, lo que aquel guardia me dijo fue bien distinto a lo que me esperaba...
"¿Slate? Según los últimos análisis que los psiquiatras han realizado sobre tu caso, se ha decidido que ya estás listo para abandonar el sanatorio. Sin embargo, como podrás suponer, no podemos permitir que vuelvas a Ciudad Plateada hasta que no estés completamente recuperado... El contemplar con tus propios ojos los últimos acontecimientos que ocurrieron allí con respecto a ya sabes qué podría hacerte recaer de nuevo... " -dijo el guardia.
No pude creer la noticia... Aquello me sorprendió gratamente... Al fin podría salir de allí... La idea de no poder volver a Ciudad Plateada no era precisamente lo que más me preocupara... Ahora, al fin, era libre...
·"Hemos encontrado a una persona que nos dijo que le gustaría hacerse cargo de ti, hasta que te recuperes por completo... Creo que se llamaba..." - el guardia sacó una pequeña nota de su bolsillo - "Suzanne Cowers."
¿Suzanne Cowers? ¡Santo Dios!
Mantuve la calma, para no dar a entender al guardia que conocía el nombre de aquella mujer. Creo que el guardia tenía entendido que yo había perdido la memoria, por lo que él no sospechó nada. Puede que mi actuación no sea de la calidad de las actuaciones de Duplica, pero fue suficiente para engañar al guardia.
Un momento... Si Suzie había venido a verme, eso quería decir... ¡que Zane también había venido! Aquello me provocó una extraña sensación.
Sin embargo, cuando el guardia me quitó la camisa de fuerza y me invitó a salir de la celda, pude ver como mi sueño se volvía realidad.
Suzie, a pesar de estar ya muy próxima a los 30 años, era una auténtica belleza. Su figura de supermodelo, además de su infinita belleza, la hacía poco menos que inalcanzable para mí... Pero esta vez lo que me llamó la atención fue ver sus ojos llenos de lágrimas... Me acerqué hacia ella, notando que el guardia no apartaba la vista de mí. Sin mediar palabra, ella me acompañó hacia su coche, como si ella no me conociera de nada...
Me metí en el coche, y ella arrancó. Tenía una expresión muy triste en su cara...
Cuando perdimos de vista el manicomio, ella paró el coche y me abrazó. Sus lágrimas salían descontroladas...
"¡Brock! " - dijo ella, entre lágrimas.
" ¿Qué haces, Suzie? - dije yo, sorprendido.
Yo la echaba de menos, pero no me esperaba esa reacción de ella. Tampoco pude comprender por qué había venido ella a buscarme...
Me di cuenta de que Zane no estaba allí. Seguramente se habría quedado en su Centro de Cri...
¡Oh, no! ¡Ahora lo recuerdo!
Aún recuerdo el último articulo del "Mensual del Criador" de este mes... Casi se me había olvidado...
"UN FAMOSO CRIADOR POKÉMON HA SIDO ENCONTRADO MUERTO EN MEDIO DEL BOSQUE VERDE"
Recuerdo que yo no leí mucho aquella noticia, pero por lo que yo recuerdo hablaba de que un legendario criador Pokémon había sido encontrado muerto... Al parecer, había marchado al Bosque Verde para ir a buscar hierbas para hacer medicinas para los Pokémon, pero tuvo la desgracia de pisar un cepo de un cazador furtivo. El criador cometió el error de quitarse el cepo enseguida... Había estado desangrándose hasta morir, mientras veía que nadie venía a ayudarle... Fue encontrado al día siguiente, después de que su esposa denunciara la desaparición... Jamás pude imaginarme...
"¿Y Zane? ¿Era él el que...? - dije, temblando.
Suzie asintió, y una vez más lloró sobre mí. Yo la abracé fuerte, sin saber qué decir. Aquellos seis meses en el manicomio habían reducido mi capacidad para dar consejo y consuelo, pero, para Suzie, mi ídolo, lo mejor que podía hacer era guardar silencio.
Ella me había salvado... Y ahora ella necesitaba compañía. Algo de apoyo. Un hombro en el que llorar
Y, en aquel momento, yo era todo aquello.
Cuando ella dejó de llorar, yo seguí con mi silencio. Nos dirigíamos hacia su casa, listos para comenzar un viaje para el cual jamás pensé que estaría preparado...
***************
Mis primera dos semanas con Suzie las pasé intentando recuperar lo que pudiera llamarse una vida normal. Ojalá Willamena pudiera ver como yo rehacía mi vida de nuevo...
Vi a Vulpix de nuevo, después de todos estos años. Me emocioné al ver que aún me recordaba...
Llamé a Ash y a Misty, para decirles que su viejo amigo Brock al fin había vuelto. Oí, al otro lado del auricular, sus gritos de alegría. Les dije que pronto iría a visitarlos... o, que si ellos querían, podían venir a visitarme a mí...
Pero el verdadero problema de todo esto era Suzie... Después de todo lo que había pasado, Suzie se encontraba sumida en una profunda depresión. Y, a pesar de mi compañía en su Centro de Crianza, se puede decir que ella no había sido designada a preocuparse por mí, como a mí me hubiera gustado. La muerte de Zane había sido seguramente tan terrorífica como la de mi querida Willamena, aunque seguramente la de él había sido mucho más rápida y horrible... Él murió sólo y abandonado... Willa murió mientras dormía, con la persona que ella más quería a su lado.
Durante algún tiempo, el Centro de Crianza de Suzie había comenzado a entrar en la bancarrota. Gracias a sus amigos y familia aún seguía funcionando. La falta de Zane había hecho mucho daño en los ánimos de Suzie... Había perdido su estrella...
Sin embargo, decidí que la tristeza de Suzie tenía que acabar. No iba a permitir que ella pasara por la misma desgracia por la que yo había pasado. Yo había conseguido resurgir de mis cenizas, así que ella también debía de hacerlo... Mi corazón me obligaba a ayudarla... No podía evitarlo...
La ayudaba en lo posible... Pero ella ya no trabajaba como antes. Parecía que todo lo hacía sin ganas... Una vez recuerdo que gritó a una cliente, por motivos que no creo que deba comentar en estos momentos...
Recuerdo que la veía llorar, creyendo que yo no la miraba. La pobre preciosidad debería de estar destrozada...
Había llegado la hora de ayudarla un poquito más.
*****
Una noche, sobre las 23 horas, vi que Suzie se había encerrado en su habitación. La estaba preparando la cena... Llevaba allí encerrada tres horas y debería de tener hambre: nunca había trabajado hasta tan tarde.
Una vez terminé la cena, la llevé sobre una bandeja y llamé a la puerta.
"¿Brock? - ella me dijo, desde el otro lado.
"Sí, soy yo. ¿Puedo entrar? - pregunté.
"Claro, Brock. Entra." - respondió ella.
Entré dentro, y la vi, con sus ropas sucias y arrugadas, su pelo revuelto, y una tonelada de papeles delante de ella.
"Suzie... No te estarás todo el día y toda la noche trabajando, ¿verdad? - dije.
"Tengo mucho trabajo últimamente" - dijo ella, fríamente.
"Te he traído algo de comida." - la dije, intentando que desviara su atención.
"Gracias, Brock. Déjala por ahí. Ya me la comeré más tarde. - dijo ella, sin ni tan siquiera mirarme a la cara.
Aquella fría manera de hablarme me recordó mucho al de Ivy. Por primera vez desde mi llegada aquí, quise hablar claro.
"Suzie... No me gusta nada todo esto. Por favor, Suzie... No te arrojes tú misma al abismo."
Ella, al oírme decir aquello, me echó una mirada asesina. Al principio me extrañó, ya que las palabras "Suzie" y "mirada asesina" no parecían ir bien juntas... "Misty" y "mirada asesina" es posible... "Jessie" y "mirada asesina" es DEFINITIVAMENTE posible... "Suzie" y "mirada asesina", NUNCA deberían relacionarse... Salvo aquella vez.
"Brock... He estado a punto de irme a la bancarrota por abandonar el trabajo. Ahora he de recuperar el tiempo perdido... Yo tengo que..." - dijo, con aquella mirada enfurecida. Noté que mientras decía esto, la mano que escribía en aquellos papeles temblaba, presa del cansancio y agotamiento.
"No, Suzie. NO. No quiero que cometas los mismos fallos que cometí yo... No lo permitiré. Tú me salvaste, así que ahora yo te salvaré a ti..."
La agarré la mano, e intenté quitarle el bolígrafo. Ella, no queriendo abandonar el trabajo, forcejeó conmigo.
"¡Estate quieto, Brock! ¡LO QUE YO HAGA NO ES ASUNTO TUYO! ¡ESTATE QUIETO!" - ella me gritó, furiosa.
La reacción posterior jamás me la habría imaginado de ella: me abofeteó.
Con la mano en mi dolorida mejilla, la miré. Vi las lágrimas salir de sus ojos...
"Oh, Brock. Lo siento... Perdona..." - dijo ella, temblando.
Vi el pánico en sus ojos... Ella aún recordaba la terrible escena que protagonicé en el funeral de mi querida Willa.
Acerqué mi mano hacia su rostro de la manera que ella menos se esperaba: una suave caricia... Ningún tipo de violencia iba a volver a salir de mí... Y mucho menos hacia ella.
Otra cosa que ella jamás se imaginaría era que yo me inclinara hacia ella y la besara.
Y la última cosa que YO jamás me habría esperado era que ella me devolviera el beso y me rodeara el cuello con sus brazos.
¿Había vuelto el amor de nuevo a mí? ¿Habría vuelto el amor también para ella? La respuesta a esas dos preguntas eran sí. Supongo que Willa y Zane estarían muy contentos al darse cuenta de que nosotros dos habíamos conseguido rehacer nuestras vidas, a pesar de las dificultades.
Como la dije aquella noche a Suzie, sólo había habido dos chicas por las que realmente había llegado a sentir algo de verdad. Una era Willa... La otra, era Suzie...
Mis sueños se hicieron de nuevo realidad aquella noche.
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Durante los siguientes tres años, Suzie y yo difícilmente nos separábamos. Teníamos como una especie de miedo hacia el resto de la gente, salvo algunas raras excepciones. Queríamos ser libres de una vez, y querernos.
En el día en que yo la pedí matrimonio, ella me contó que era lo que había tras la historia de Ivy. Averigüé que Suzie resultó ser la sobrina de Ivy, y a ella no le hacía ninguna gracia que Suzie la superara en su terreno. De hecho, la reputación de Suzie en Kanto era muchísima mayor que la que Ivy tenía en las Islas Naranja. Además, mi amistad con el Profesor Oak y con Suzie parecía que a Ivy no le hizo mucha gracia. Por eso, en mi opinión, intentó "sobornarme" de alguna manera para que yo pudiera cambiar de bando... Sin embargo, yo pude ver lo que se proponía antes de que fuera demasiado tarde... Y, ahora, era verdaderamente feliz... Con mi "nuevo" amor...
Suzie y yo nos casamos en una boda privada, acompañado sólo por algunos familiares y amigos... Por supuesto, Ash y Misty estaban entre los invitados.
Ash. Aquel honorable hombre que siempre estaba cuando yo lo necesitaba... El que rompió mis maldiciones, mis demonios, el que me ayudó en mi vida amorosa, el que me ayudó a cumplir mis sueños...
El Centro de Crianza Su-Zane comenzó a funcionar a pleno rendimiento de nuevo. Aquello, junto con las "maravillosas" noticias que me habían llegado, se puede decir que mi vida funcionaba de nuevo. Por si tenéis curiosidad, las maravillosas noticias que me llegaron era que a la familia Rustate les habían descubierto una gran cantidad de dinero negro que tenían escondido en un banco de Ciudad Trigal... ¡Iros al infierno, desgraciados!
Dejando mis sarcasmos para otra ocasión, he de terminar con mi historia... La última vez que vi a Ash vivo fue cuando él, entre bromas, me sugirió que mi próximo intento podría ser crear una especie de fusión entre un Centro Pokémon y un Centro de Crianza... Así podría tener a mis servicios a todas las enfermeras Joys que quisiera... Los dos nos estuvimos riendo durante varios minutos...
Desgraciadamente, ya no me quedan ganas de reír...
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Cuando yo oí en las noticias "Ashton Ketchum, líder del Alto Mando, ha muerto en un lamentable accidente de motocicleta", mi vida casi se puede decir que había llegado a su final...
Llegué incluso a plantearme el suicidio... ¿Cuántas tragedias más debería sufrir en mi vida? ¿Cuántas?
Sin embargo, una esposa preciosa, muchos amigos, y una enfurecida pelirroja llamada Misty detuvieron esos pensamientos. Misty, de todos los presentes, era la que más afectada estaba ante aquella tragedia, y me salvó de mi propia destrucción. Así que aquí estoy... En el funeral... Agarrando la mano de Suzie, y protegiéndola de la fina lluvia que había comenzado a caer con un paraguas... Sentía que todo aquello había sido por mi culpa... Jamás debería haberle vendido aquella motocicleta a Ash... Jamás me lo perdonaría...
De nuevo una gran compañía, Silph S.A., había acabado con la vida de otra persona querida... Que gran ironía del destino... Mis ojos no pudieron soportarlo más y rompieron a llorar...
"Ash..." -lloré.- "Las palabras no pueden expresar cuan importante has sido para mí. Eras como un hijo para mí, como un hermano... Eras la persona que me ayudó a cumplir mis sueños y a recuperar mi vida. El único que en los tiempos de mi destrucción siempre estuvo conmigo. Me ayudaste con mi primer amor verdadero, por irónico que parezca... pero no sólo a mí, Ash. Tu generosidad y bondad ha hecho a muchas personas felices, pero ahora... nos amargas la vida... ¿Por qué?"
Yo metí una pequeña roca en su ataúd, con una Medalla Roca pegada a ella.
"Esto es todo lo que yo puedo ofrecerte, aunque sé que no la aceptarás. Como la última vez, sí te la mereces. No por vencerme en un combate Pokémon, sino por una victoria en la vida. Superaste todos tus obstáculos, a todos tus adversarios... Y, además, te preocupabas al mismo tiempo de ellos como de ti mismo..."
Recordé las últimas palabras que Willamena me dedicó... Creo que será apropiado dedicarle las mismas palabras a Ash.
"Tú eres Ash Ketchum... El único y sólo único. Jamás habrá otro igual... Adiós... mi amigo..."
Caí sobre mis rodillas. Vulpix y el Ninetales de Zane me rodearon cálidamente con su piel a pesar de la lluvia que caía en esos momentos. Suzie me abrazó también, intentando consolarme... Al final terminamos llorando todos juntos...
"Ash... Te has ido demasiado pronto. Alguien con tanto futuro por delante, que había hecho tanto, ¿por qué tiene que irse?"
"Ash... Por favor... Nunca te olvides de mí... Yo nunca lo haré de ti..."
"Hasta siempre... Ash"
FIN DE "BROCK SLATE"
