GARY OAK _____________________

(Punto de vista de Gary Oak)

Bueno... Él se ha ido.

El cuerpo inerte de Ash Ketchum, mi rival de toda la vida, iba a ser enterrado a varios metros bajo tierra.

Noté que la gente me miraba... Ahora yo era el Nuevo Lider del Alto Mando, ahora que Ash se había ido...

Me miraban con odio. Deberían creer que yo me sentiría feliz por lo que había ocurrido... El ver aquellos fríos ojos llenos de lágrimas de Misty, atravesándome con la mirada, me destrozó por dentro...

Los perdonaré... Ellos no podrían imaginarse que yo también echaría de menos a Ash... Incluso más de lo que ellos podrían imaginar.

La gente siempre me ha considerado como un creído arrogante y, a veces, un maldito presumido con un corazón de piedra... Lo segundo es posible, ya que esa era mi manera de ser...

Pero, ¿yo, creído? ¡Por favor! Yo sabía que yo no era el mejor, y sabía que necesitaba mejorar... En realidad, Ash era el mejor.

Sí. Ya sé que la gente también dice que yo soy mejor entrenador que él. Y es posible...

Pero Ash... No sé... Parecía tener algo de lo que muy poca gente podría presumir: buena suerte y una gran conexión con sus Pokémon...

Con esto no quiero decir que yo no me preocupara de los míos. Por supuesto que lo hacía...

Mi Umbreon acabó siendo uno de los Pokémon más temidos del mundo, por supuesto... Pero siempre encontraba algo de tiempo para divertirme con él a lo largo de mis viajes... Aunque os cueste creerlo, no todo en mi vida era entrenar, entrenar, y entrenar...

Bueno. He de reconocer que la existencia de Ash me ayudó bastante en mi objetivo, ya que mi obsesión por humillarlo (ya sé que suena un poco fuerte, pero así es, o era, mi manera de actuar frente a él) me obligaba a entrenarme muy duramente...

Sin embargo, ahora que él se ha ido, ya no tengo rival en el mundo que pueda plantarme cara... Por desgracia...

*********

"¡Ja, ja! ¡No puedes darme! ¡Gary, eres penoso!"

"¿Cómo te atreves a decirme eso, Ash Ketchum? ¡Ya verás cuando te atrape!"

"Querrás decir cuando "nosotros" te atrapemos a tí, ¿verdad, Ash?"

"¡NOOOOOOOOOOOOOOO! ¡Eso no vale! ¡Dos contra uno!"

Se puede decir que este es uno de los mejores recuerdos de la infancia que me quedan de Ash... Mi hermana May, Ash y yo jugábamos juntos, en el campo...

En esos momentos yo tendría 7 años, y Ash y May 5. Mi abuelo, el profesor Oak, y mis padres nos observaban desde la distancia. Parecían estar divirtiéndose mucho viéndonos a los tres allí, retozando entre la hierba como tres chiquillos que éramos.

Aunque mis padres, mi hermana y yo vivíamos en Ciudad Verde por aquel entonces, siempre solíamos venir a visitar a nuestro abuelo todas las tardes... Y siempre nos encontrábamos con aquel chico tan tonto y alegre que era Ash... A May creo que le cayó muy bien... para mi desgracia... ^^U

Estábamos jugando, usando unas pequeñas pistolas de agua... La "traidora" de mi hermana se había unido a Ash para empaparme por completo... Mi posterior venganza sería "terrible"... ¡JAJAJAJAJAJAJAJA!

Bueno, vamos a olvidad estos hechos tan vergonzosos de mi infancia... Se puede decir que salí perdiendo en aquella batalla... Vencido por el "perdedor" y la "traidora" de mi hermana... ¡Qué buenos momentos fueron aquellos!

Supongo que esta tan buena relación que antes tenía con Ash pueda resultar extraña para todos aquellos que no me conocieran en esa tierna época. Seguramente os preguntaréis por qué esa amistad pareció romperse.

Quiero dejar una cosa bien clara: jamás en mi vida odié a Ash Ketchum. Repito: jamás llegué a odiarlo más que a una sana rivalidad...

Sin embargo, yo sí llegué a odiar a alguien... al que no creí que llegara a odiar nunca... Fue a los 9 años...

*******

Toda mi familia vivía en Ciudad Verde, a unos 10 kilómetros de Pueblo Paleta... La economía de nuestro padre era bastante buena, ya que trabajaba de funcionario en la prestigiosa empresa de Silph Corporation... Una empresa dedicada a estudiar la mecánica de los Pokéball y que en esos momentos estaban embarcados en un muy interesante proyecto: la Master Ball.

Sin duda, todo nos iba estupendo hasta que, un día... Nunca había sentido la tristeza en mi vida hasta que llegó ese maldito día... Mi padre había sido despedido de Silph Corporation...

Las razones de su despido: se había presentado en la oficina completamente borracho y se había puesto a insultar a todo el mundo...

No pudimos comprenderlo... Mi padre nunca había tenido problemas con el alcohol antes. Es más, casi podría decirse que hasta lo repudiaba... Al menos así era hasta que, por desgracia, las cosas comenzaron a ir mal en casa entre él y mi madre...

Mis padres discutían muy a menudo... Demasiado, he de reconocer. Nunca habían llegado más allá de una simple discusión... Creo que a mi padre estas discusiones le afectaron bastante psicológicamente... Y comenzó a beber... compulsivamente...

Tras unos cuantos días de terribles discusiones por lo sucedido en Silph, la fatídica palabra fue escuchada por mi hermana y yo: DIVORCIO. Mi madre le había pedido el divorcio...

Mi padre, en un ataque de furia provocado por el exceso de alcohol, la dió una tremenda bofetada en su rostro... mientras yo contemplaba la escena, en una esquina, abrazando a May, que lloraba, terriblemente asustada...

Vi a mi madre caer al suelo, muy dolorida... Yo no quitaba mis ojos de mi padre, cegado por el alcohol... Había perdido la cabeza... Ví como se dirigió hacia nosotros... Quería llevarse a mi hermana...

No iba a permitirlo... Yo quería a May más que nada en este mundo... No quería que aquel borracho violento que una vez fue mi padre la hiciera daño a mi querida hermanita. Recibí dos bofetadas de mi padre... Dijo que todo esto había sido por nuestra culpa...

Jamás supe por qué dijo eso... y ya no creo que lo sepa...

Segundos después ví como una botella de cristal estallaba sobre la cabeza de mi borracho padre. Cayó inconsciente al suelo, mientras mi asustada madre sostenía aún el cuello de la botella, rota entre sus manos... Un torrente de lágrimas descendía por sus mejillas, aún salpicadas de sangre...

Mi madre tuvo mucha suerte... Si aquel golpe no hubiera dejado inconsciente a mi padre, no sé que habría sido de nosotros...

Tras estos terribles acontecimientos que sucedieron en mi casa, mi abuelo Samuel, al que todo el mundo conoce como el Profesor Oak, vino al telefonearle mi madre (es decir, la hija del profesor Oak: Teressa Oak), junto a una patrulla de policía, que se llevó a mi padre inconsciente... Desde entonces jamás volvimos a verle...

Sin embargo, todo aquello había hecho mucho mal en la pobre salud de mi madre. El shock que le produjo todo aquello fue tan grande que dejó de hablar durante varios meses... Tuvo que ser tratada en un hospital psiquiátrico, dejándonos a mí y a mi hermana al cuidado de nuestro abuelo Samuel Oak.

Fue entonces cuando yo y mi hermana tuvimos que mudarnos definitivamente a Pueblo Paleta... A partir de ahora viviríamos en casa del abuelo Samuel, mientras nuestra madre era tratada en un centro psiquiátrico...

Y ya de paso añado que si queréis saber algo más acerca de mi madre y mi abuelo Samuel, lo mejor que podéis hacer es hablar con la madre de Ash, Deliah Ketchum... Creo que ella los conoce de mucho más tiempo que yo...

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Afortunadamente el dinero no sería un problema, ya que Samuel Oak es... perdón... "era"... uno de los más grandes científicos e investigadores Pokémon que jamás hubiera existido.

De hecho, la gente que contrataba los servicios del abuelo llegaba a pagarle "inmensas" cantidades de dinero por tan sólo tenerle a cargo de una investigación, un trabajo de campo, o incluso por tan sólo hacer una lectura en público...

Supongo que nuestro abuelo era toda una mina de oro... y también tenía un gran corazón...

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Después de esta pequeña introducción a mi vida, comenzaré por lo que ya algunos conoceréis...

Había llegado mi décimo cumpleaños, y después de todo lo que había pasado en estos últimos meses, se puede decir que yo no estaba muy animado como para que me regalaran nada... Y de hecho, lo único que realmente me interesaba en esos momentos era seguir los pasos del único miembro verdadero de la familia en el que aún podía realmente fijarme: mi querido abuelo, Samuel Oak..

Se supone que a la edad de diez años uno puede comenzar su viaje para convertirse en entrenador Pokémon... Yo, en realidad, comencé mi viaje dos años después de lo que me tocaba por derecho... Pero, mentalmente, mi viaje ya había comenzado...

Comencé a estudiar Pokemonología a partir de los 10 años, con mi abuelo ayudándome en cada momento... Sí, se puede decir que eso es tomar ventaja de la situación... No todos los entrenadores Pokémon tienen al más famoso científico e investigador Pokémon como abuelo...

Antes de que me quiteis méritos he de deciros que mi abuelo era bastante más exigente de lo que muchos profesores Pokémon pueden llegar a ser nunca. Él era el mejor en su campo, así que yo también tenía que ser el mejor.

Recuerdo que un mes antes de mi decimosegundo cumpleaños mi hermana había venido con muy buenas noticias. ¡May había sido aceptada en el Instituto Técnico Pokémon! Yo nunca me hubiera llegado a imaginar que ella también hubiera estado estudiando a mis espaldas, pero supongo que al verme a mí seguir los pasos de nuestro abuelo en ella también había nacido el sentimiento de seguir los míos propios.

Esto quería decir que no volvería a ver a mi hermana otra vez en mucho tiempo...

A pesar de todo, una de las cosas que la vida me había entregado era orgullo. Gary Oak no se iba a dejar asustar por nada, y nada le iba a impedir lograr su objetivo. Y May también debería de saber eso bastante bien.

Desgraciadamente, aquel orgullo que me impulsaba a mejorar se fue convirtiendo, con el paso del tiempo, en arrogancia. Ash os contaría mejor todo esto si ahora estuviera entre nosotros...

Mi amistad con Ash había sido aniquilada bruscamente desde el incidente que ocurrió con mis padres. Me había convertido en un Pokemaníaco... Era incapaz de salir del cascarón que se había comenzado a formar en mi cabeza. Lo único que tenía en la cabeza era Pokémon, Pokémon y más Pokémon. Ganar, ganar y sólo ganar. No había nada más en mi cabeza.

Mientras Ash y May estaban fuera jugando, divirtiéndose como los niños que aún eran, yo me quedaba en casa estudiando. Mientras la madre de Ash se los llevaba para prepararles algo de helado, yo me quedaba en casa, intentando comprender la complicada mecánica de los Pokéballs.

Literalmente, se puede decir que había encerrado mi vida...

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A pesar de todo, mi viaje Pokémon había comenzado bien. Mi primer Pokémon fue Squirtle, no Eevee, como algunos rumores parecían decir sobre mí. De hecho, el generoso de mi abuelo me lo entregó personalmente, siendo éste el primer Pokémon que tendría en mi equipo.

Y os puedo asegurar que ese era, para mí, el mejor de los Pokémon que mi abuelo podría haberme entregado aquel día.

***********

Ese mismo día, cuando yo estaba a punto de comenzar mi viaje Pokémon, siendo admirado por la gran mayoría de habitantes de Pueblo Paleta (en plan de peloteo hacia mi abuelo, más que otra cosa), me volví a encontrar de nuevo con Ash... Desde el día del incidente de mi padre, no había vuelto a verlo de nuevo... Apenas pudo reconocerme... Habían pasado casi tres años desde la última vez que nos vimos...

Eran las cuatro de la tarde, y el muy memo aún tenía puesto el pijama... Casi me dieron ganas de reir al verle en semejante facha...

"Este Ash nunca cambiará... ¡Tan idiota como siempre!" -pensé para mis adentros.

Aquel día fue cuando comenzó definitivamente a rasgarse el velo de nuestra cada vez más débil amistad... Gary Oak había llegado al mundo Pokémon, y nadie podría detenerle... Ni tan siquiera un ex-amigo.

Tanta confianza llegué a tener en mis posibilidades, que ya había conseguido formarme mi propio club de fans (creo que estaban más atraídas por el dinero del abuelo que de mí mismo, pero en fín...). Y me fui, junto a mis "fans", en el coche de una de ellas... Había llegado el día de comenzar mi viaje Pokémon.

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No me apetece ahora ponerme a contar todos mis viajes, victorias de Gimnasio y demás anécdotas de todas mis correrías porque acabaría escribiendo un libro completo con todo ello. Lo único que os puedo contar es que desde que comencé con mi entrenamiento atrapé una gran cantidad de Pokémon, a los cuales los fui probando una y otra vez hasta que conseguí formarme mi equipo invencible...

Este equipo estaba formado principalmente por Nidoqueen (o Nidoking, dependiendo de como yo me sintiera), Arcanine, Kingler (o Gyarados), Blastoise, Dodrio y mi fórnido Rhydon. También me había preparado, por si acaso, algunos reservas, entre los que se encontraban un Exeggcutor, Fearow y Seadra... ¡Tenía las esperanzas tan altas con este equipo, que pensé equivocadamente que la Liga Pokémon sería un paseo para mí!

Mi inesperada eliminación en las primeras rondas hizo que me replanteara muchas cosas...

Tanto como me molesta decir esto, el bobo de Ash tuvo una mejor actuación que yo en la Liga Pokémon. Y lo curioso fue que no ganó por sabiduría e inteligencia: ganó simplemente por puro corazón y decisión, arriesgando al límite.

A mis conocidos les sorprendió mi eliminación... No podían explicarse como yo, siendo nieto del Profesor Oak, y habiendo tenido tan buenos resultados en mi viaje por Kanto, hubiera sido eliminado tan precipitadamente...

Yo, cómo no, aún cegado por mi arrogancia, dije que sólo fue mala suerte... Que había bajado la guardia... Que no hay contrincante pequeño... Y todas esas excusas que la gente se inventa cuando pierde...

Yo sabía, dentro de mi corazón, que yo perdí por no haber sido fuerte... Así como lo digo...

Yo podría tener toda la sabiduría e inteligencia que los genes de la familia Oak me habían transmitido... Podría tener toda la experiencia y saber hacer de mi abuelo...

Pero todo eso no tiene importancia si la conexión con tus Pokémon es nula... Mis Pokémon no eran amigos... Eran datos y estadísticas de combate... Eran tipos... Eran fuertes o débiles... Cobardes o valientes... Lentos o rápidos... Eran ganadores o perdedores...

Pero no eran compañeros...

Creo que esa fue la principal razón por la que Ash llegó más lejos que yo en ese nuestro primer Campeonato...

Esta revelación me vino a la cabeza poco después de dejar el estadio, cuando le ví preocupado viniendo hacia mí. Ash no podía creerse que yo hubiera sido eliminado tan pronto...

A pesar de lo mal que lo traté durante este primer año de entrenador Pokémon, el chico me seguía teniendo respeto...

Cuando regresé a Pueblo Paleta, con las lloronas de mis fans dándome la tabarra, había llegado el momento de tomar algunas decisiones...

*************

Yo necesitaba ser yo mismo, y ser por mí mismo... Así que, aunque me pesara, decidí deshacerme del club de fans que siempre me había acompañado durante mis viajes...

Aunque alguna de ellas no parecía muy satisfecha con mi decisión, la verdad es que la decepción que las produjo mi derrota en la Liga Pokémon aceleró el proceso de ruptura.

Ellas volvieron a sus antiguas vidas, para bien o para mal, y yo decidí comenzar un nuevo viaje Pokémon...

Un nuevo viaje que me serviría para descubrirme a mí mismo...

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Fue en ese año cuando Ash y sus amigos habían ido de viaje a recorrer las Islas Naranja, así que no les encontré por el camino durante bastante tiempo... Y en ese tiempo fue cuando me encontré, al fín, con el que acabaría siendo el mejor Pokémon que jamás habré tenido... Mi querido Eevee...

No fue un encuentro agradable, ya que la situación en la que me lo encontré fue un poco... dramática.

Yo iba de camino hacia Ciudad Verde cuando, de pronto, oí una voz...

"Arggggg... ¡Vuelve aquí! ¿Es que no te das cuenta de que si no evolucionas no sirves para nada?" -dijo alguien, con un marcado tono enfadado.

Al poco rato vi aparecer corriendo delante mío a un asustado Eevee, el cual parecía huir de un tipo con una Piedra Trueno en su mano. Aquel tipo parecía tener la misma edad que uno de los compañeros de Ash (Brock, creo que se llamaba)...

Aunque creo que aquello parecía bastante obvio, el tipo quería hacer evolucionar a Eevee, aunque al propio Eevee no le gustase la idea.

Yo cometí ese mismo error con mis propios Pokémon, cuando hice evolucionar a mi Growlithe y a mis Nidorans mediante piedras de evolución, aún a pesar de que a ellos no les gustaba la idea...

Muchos sabrán lo peligroso que resulta este tipo de evolución... La evolución mediante piedras de evolución significa, en la mayoría de los casos, todo un trauma para el Pokémon que se ve obligado a ello... Muchos de los Pokémon a los que se les ha evolucionado mediante este método han desarrollado conductas muy diferentes a las que tenían antes de evolucionar... Incluso he llegado a oir casos de Pokémon atacando a sus propios entrenadores...

¡Gulp! Menos mal que esto último no pasó con Arcanine, Nidoqueen o Nidoking... Pero si noté que, aunque se hicieron considerablemente más fuertes tras su evolución, su conducta hacia mí era bastante más... desganada... de lo habitual...

La buena relación que tenía con ellos al principio se había roto literalmente...

Y precisamente es lo que quería conseguir en este nuevo viaje: empezar de nuevo. Así que, reuniendo todo el orgullo que aún corría por mis venas, dí un paso al frente y me dispuse a desafiar a aquel tipo.

"¡Hey! ¡Deja a ese Pokémon en paz!" -dije yo, sin pensar en las posibles consecuencias.

Ví como el Eevee oyó mi voz y rápidamente se escondió tras de mí... Esto provocó que el tipo se acercara hacia mí con el ceño fruncido...

Ahora que lo miraba más de cerca, ese tipo me era conocido. Él también había participado en la Liga Pokémon, pero fue eliminado en la primera ronda... Creo que su nombre era Damian Whitehills...

Aunque poco importa como se llamara... Ese tipo seguía siendo un cretino... Ya oí unos rumores de que este tipo ya tuvo sus diferencias con Ash y compañía en el pasado...

"¡Hey, tú, chaval!" -me dijo, en un tono incluso más molesto que el mío algunas veces - "¡Ten mucho cuidado con lo que dices, mocoso! ¡Este Eevee es mío, y yo haré con él lo que me plazca! ¡Así que apártate!"

El Eevee comenzó a temblar de miedo detrás mío... Era obvio que su entrenador no era precisamente muy bueno con él.

"Mira, no sé quién te creerás que eres, pero no creo que sea apropiado evolucionar a este Pokémon si él no quiere..." -dije, instintivamente.

Sí... Yo ya había aprendido la lección... Sabía lo que decía...

"A mí no me importa si él quiere o no..." -me dijo, bastante molesto- "Lo que tiene que entender ese Pokémon es que si no evoluciona jamás podrá ser lo suficientemente fuerte para poder barrer a mis rivales..."

Se parecía tanto a mi anterior conducta, que ya comenzaba a darme miedo...

"Si esas son tus razones, jamás dejaré que te acerques a este Eevee..." -dije yo, desafiante.

Creo que aquello acabó por enfurecer por completo a Damian... Ví como agarraba un Pokéball de su cinturón y comenzaba a balancearlo entre sus manos...

"Veo que no sabes con quién estás tratando, mequetrefe... Si no te quieres quitar por las buenas, lo harás por las malas... ¡Adelante, Victreebel!"

Damian lanzó su Pokéball al suelo y de él salió la enorme planta carnívora conocida como Victreebel... Pero este Victreebel, al contrario que la mayoría con los que me he encontrado, realmente daba pena verlo... No parecía estar muy sano... Casi parecía marchito...

Yo saqué a mi Nidoking, mucho más saludable que ese aparentemente débil Victreebel... Creo que este combate va a durar menos de lo que me imaginaba...

Fue un combate muy corto... Victreebel usó un penoso intento con un débil ataque Paralizador, que nada pudo hacer contra mi Nidoking, ya que la dosis de Paralizador era demasiado pequeña como para que le afectara... A mi Nidoking solo le bastó una simple Cornada para mandar a la pobre planta volando hacia su entrenador... 1 a 0.

Damian, aún sin creérselo, y viendo que Nidoking era de tipo Tierra, hizo un semi-inteligente movimiento y sacó un Gyarados, Pokémon de agua...

Ya me pregunto yo que conseguirá hacer un Gyarados en tierra firme, sin agua en la que nadar... El enorme cuerpo de Gyarados cayó torpemente sobre el duro suelo, incapaz de moverse hacia ninguna parte... El "Demonio de los Mares", comportándose como un triste Magikarp...

Damian tenía que haberse pensado dos veces lo que hacía antes de sacar a Gyarados... ¡Los Gyarados no tienen patas para andar sobre el suelo, idiota!

"Nidoking, acaba con esa patética cosa con un Trueno, antes de que me dé algo..." -dije yo, avergonzado ante semejante inutilidad.

No me extraña que lo eliminaran en la primera ronda de la Liga Pokémon. Este combate no era un combate... Era un número de circo, en el que Damian era el payaso...

Lo siento por el pobre Gyarados, pero la electricidad no es buena para su salud... 2 a 0.

Ví como Eevee, poco a poco, fue saliendo de su escondite, viendo como se iba desarrollando el combate...

"¡ESTO NO PUEDE ESTAR PASANDO! ¡MALDITO SEAS, MOCOSO! ¡TE VAS A ENTERAR!" -gritó Damian, completamente fuera de sí.

El chalado cogió entre sus manos tres Pokéball, dispuesto a lanzarlas contra mi Nidoking, en lo que sería un combate injusto...

Pero, antes de que yo hiciera nada, Eevee actuó.

Comenzó a correr hacia su entrenador y lanzó un potente ataque Cabezazo contra su estómago... Damian, al sentir que se quedaba sin aire, soltó sus Pokéballs y se agarró el estómago... Con los ojos llorosos por el dolor, se quedó mirando a su Eevee, que vió como le había comenzado a enseñar los colmillos, dispuesto a morderlo.

"¡Maldito Eevee! ¿Así es como me pagas el haber sido tu entrenador? ¡Vas a pagar por esto!" -dijo, mientras comenzaba a levantar el brazo, para azotarlo...

Pero antes de que pudiera hacer nada, vió como algo comenzaba a dirigirse a gran velocidad hacia él...

"¿EH?" -dijo, aterrorizado.

Segundos después, Damian se convirtió en el primer hombre que había conseguido volar sin alas (con permiso de Jessie y James, claro). ¡Veo que el ataque Cola Férrea de mi Nidoking sigue siendo efectivo, después de todo!

Tras ver a Damian surcando armoniosamente los cielos ^_^U, me giré hacia Eevee. Me estaba mirando, con aquellos grandes ojos que él tenía... Y lo sentí...

Sentí, al fín, que era lo que Ash tenía y yo carecía... Al fín lo supe...

Compasión. Sentimiento... Corazón...

La expresión de alegría de esos ojos mirándome, alegrándose por mí, me despertó de mi letargo... Aquella mirada había conseguido mostrarme lo que me había perdido en mi primer año como Entrenador Pokémon...

Por fín pude saber por qué mis fuertes Pokémon no lo hicieron tan bien en la Liga como lo hicieron los supuestamente débiles de Ash...

Supongo que el corazón de un entrenador es tan importante, o más, como lo es un duro entrenamiento...

Un sentimiento había nacido en mí, un sentimiento que lo tenía apagado en mi frío corazón. Suavemente acerqué la mano hacia Eevee, que como Pokémon precavido que es, comenzó a olisquearla. Al poco rato, Eevee emitió un alegre "¡Uiiiiiiiii!", y se lanzó a mis brazos...

Yo abracé a aquella pequeña cosa peluda, mientras las lágrimas que yo normalmente mantenía escondidas salieron, ante la emoción...

Sinceramente, el descubrirme a mí mismo, aquella vez, fue una de las experiencias más maravillosas de mi vida...

Ash, a pesar de su aparente torpeza, sabía hacer las cosas bien... Yo, sin embargo, creo que en el campo de los verdaderos sentimientos seguía siendo un novato...

************

A partir de ese día el verdadero y nuevo entrenador Gary Oak comenzó a dar sus primeros pasos... Estuve durante meses viajando a través de Kanto, entrenando a mis Pokémon y, además, haciendo algo que no había hecho hasta ahora: conocerlos como compañeros y amigos, no como luchadores...

Y todo se lo debo a mi pequeño Eevee, que había conseguido al fín abrir mi corazón... Ahora Eevee era para mí lo que Pikachu era para Ash: un compañero inseparable, un gran amigo y el mejor de mis aliados...

Y, al igual que el Pikachu de Ash, mi Eevee no debía ser subestimado.

Entrené a mi Eevee de manera que sus ataques físicos fueran lo suficientemente fuertes como para noquar al más duro de los Pokémon... Combatimos duro, contra temibles Pokémon salvajes, en las condiciones más adversas... Desafiamos a docenas de entrenadores... Y, tras todo este entrenamiento, nos divertíamos jugueteando por el campo y descansando en los Centros Pokémon.

Mi Eevee era féliz... Yo era féliz...

Eevee no necesitaba evolucionar... Era perfecto tal y como era.

*************

Ahora que sabía cuan poderoso era mi Eevee, una cierta nostalgia comenzó a atormentar mi cabeza... Quería desafiar de nuevo a cierto entrenador bobo de Pueblo Paleta, para demostrarle todo lo que había mejorado en estos seis meses de meditación. Quería volver a encontrarme con Ash Ketchum...

Así que, un día, encontrándome en Pueblo Lavanda, visitando a un honorable anciano conocido como el señor Fuji, decidí volver... Había un largo camino que recorrer... Había que volver a Pueblo Paleta...

"Eevee... Ha llegado el momento de volver a casa, compañero... Tengo algunas cosas que hacer..." -dije, mientras mi Eevee me miraba curioso.

Y así, tras saludar con la mano al señor Fuji, Eevee y yo iniciamos nuestro largo camino de vuelta... Estos largos meses de viaje habían merecido la pena... Esperaba que a mi regreso Ash ya hubiera regresado de su periplo por el Archipiélago Naranja...

Y, de hecho, así fue...

**********

Algunos seguramente os preguntaréis de donde saqué yo esa extraña capa que tenía el día que regresé a Pueblo Paleta... Para empezar diré que esa capa la compré en unos grandes almacenes que estaban de rebajas, así que aproveché que tenía unos ahorros para comprarla...

Ahora que había comenzado a ver las cosas de otro modo, pensé que no estaría mal darme una nueva personalidad: el Entrenador Misterioso y su Eevee Justiciero... ^^U

No sé qué es lo que me tomaría el día que tomé esa decisión. XD

Pero en fín... Mi nueva condición de Entrenador Misterioso me había dado muy buenos resultados... Normalmente nadie se atrevía a retar al Gran Gary Oak, dada la "mala" reputación que yo tenía... (no es fácil que la gente te rete a un combate cuando eres nieto del Profesor Oak: no querrán arriesgarse a perder demasiado pronto).

Así, que de un modo u otro, el haberme convertido por un tiempo en el Entrenador Misterioso me ayudó bastante para entrenar a mi Eevee... Y os aseguro que realmente dió resultado...

Así que esta "transformación" fue como una especie de nuevo ritual para mí... No sólo permitía que la gente no lo pensara dos veces antes de desafiarme, sino que me hacía olvidar mi anterior lado de la personalidad: el Gary Oak arrogante y desconsiderado con los demás tenía que borrarse de mi memoria...

*********

Y, así, un día, llegué a Pueblo Paleta, vestido con aqueña capa y capucha que ocultaba mi rostro... Había venido para desafiar a Ash Ketchum, para mostrarle todo cuanto había mejorado y enseñarle quién era el mejor...

Pero el ambiente que reinaba en el lugar no me gustaba mucho... Algo raro estaba pasando en el Laboratorio del abuelo... Así que lancé el Pokéball de Nidoqueen al suelo...

Lo que pasó a continuación creo que ya lo sabréis vosotros bastante bien: el Team Rocket haciendo un nuevo intento de ganarse Pokémon gratis... Y ya puestos, llevarse también la GS Ball.

Creo que entre mi Nidoqueen y los Pokémon de Ash conseguimos darles una nueva paliza y librarnos de ellos por un tiempo...

Pero en fín... Había venido a librar un combate con Ash... Y eso fué lo que hice...

No sé si recordaréis ese interesante combate entre mi Eevee y Pikachu, el cual gané yo, con bastante esfuerzo, he de reconocer. Pude comprobar que el cretino de Ash había mejorado bastante, para mi sorpresa... Pero aún le quedaba mucho que hacer para llegar a mi nivel...

Aunque ya llevaba bastante camino recorrido...

Si algún día, en el futuro, me le encontrara en el Campeonato Pokémon, apuesto que sería un combate muy duro...

Y de hecho eso pasó, como ya os contaré...

*********

Tras demostrar a Ash mis habilidades, y habiéndome reencontrado de nuevo conmigo mismo, había llegado la hora de tomar nuevos rumbos...

Había llegado la hora de dirigir mis pasos hacia el comienzo de una competición más dura que la Liga Pokémon de Kanto... Era el momento de ir a Johto, tierra de grandes combates y aún más duros rivales...

Inicié mi viaje hacia Johto antes que Ash y compañía, que siempre hacían las cosas tarde, gracias a la "estupenda" orientación que "cierto criador de Ciudad Plateada con una desproporcionada cantidad de hormonas masculinas" (veáse Brock) tenía... Ese tipo creo que se perdería hasta en su propia casa...

No me extraña que siempre los llevara tanta ventaja en Kanto... He oído que siempre se perdían cuando los guiaba el "pelo-pincho"... XD

Pero volvamos al tema...

Así que, para comenzar con mi aventura por la región de Johto, lo primero que hice fue dirigirme hacia el laboratorio de uno de los mejores alumnos de mi abuelo: el rimbombante y charlatán Profesor Elm, que a sus 28 años ya se creía el no va más en su estudio de los Pokémon...

Cuando le dije que yo era el nieto del Profesor Oak el tal Elm me soltó un discurso de hora y media sobre lo mucho que admiraba al Profesor Oak y blablablablablablablabla.

No me dormí por respeto... ¡El tío realmente era una cotorra! ¡No se callaba ni aunque una avalancha de nieve comenzara a caerle encima!

Menos mal que tenía otras cosas que hacer que hablar con aquel hombre... Así que fui al Centro Pokémon y conseguí inscribirme para participar en la Liga Johto...

¡Había llegado el momento de volar hacia la Liga Johto!

*********

Y bien que lo hice en mi primer combate de gimnasio contra Falkner... Ese combate no fue muy duro para mí, a pesar de que él usara a sus Pokémon más fuertes: Dodrio y Pidgeot...

Con mi Nidoking armado de Trueno y con mi durísimo Rhydon, por mucha experiencia que Falkner tuviera con los Pokémon pájaros difícilmente podría vencer a estos dos....

Sin embargo, a pesar de mi enorme facilidad para vencer a sus Pokémon, le estreché la mano felicitándole por el combate... Jamás había hecho eso nunca en un combate de Gimnasio... Normalmente solía reirme ante ellos por su incopetencia y lo inútiles que sus Pokémon eran ante los míos... Siempre solía arrasar en los combates con mis poderosos Pokémon...

En el Gimnasio de Erika las chicas de allí casi se pelean con mis antiguas animadoras, por motivos que no creo que sea adecuado ahora mencionar...

Pero bueno... Prefiero olvidar ese pasado... Ahora me había convertido en mejor entrenador, así que no pienso volver a estropear mi reputación con mis "numeritos".

Así que a partir de ahora nunca más el antiguo Gary Oak volverá a aparecer... O al menos lo intentaré...

************

Sí... Todo había cambiado para mí... Ahora ya no iba a los Centros Pokémon sólo a curar a mis Pokémon y reirme de los debiluchos Pokémon del resto de la gente.... Ahora, mientras curaban a mis Pokémon, gastaba algo de tiempo en conversar con la gente, hablar sobre sus Pokémon, sus problemas, sus inquietudes...

Aquello comenzó a rellenar mis enormes lagunas en el corazón... Había muchas cosas que valía la pena escuchar de la gente, por muy malos entrenadores que ellos fueran... Algunos tenían tantas ganas de superarse que era digno de elogio...

Y pensar que yo antes me reía de ellos... -_-

¿En dónde habría yo estado metido todo este tiempo? El maldito encierro al que estuve sometido en mi infancia por culpa de mi obsesión con estudiar y estudiar sobre los Pokémon creo que hizo mucho mal en mí... Me había perdido el mundo...

Menos mal que todo eso ya pasó...

*************

Mientras mi aún pequeño Eevee crecía y se hacía más fuerte por cada combate que realizaba, nos tocó llegar al gimnasio de Bugsy, que al igual que el de Falkner, no supuso tampoco ningún problema con las Llamaradas de mi Arcanine... A pesar de todo, su Scyther me puso un poco las cosas difíciles con su gran velocidad, pero acabó por caer... Por muy fuerte que pueda ser un Scyther, Arcanine siempre tendrá mucha ventaja sobre él...

Pero la verdadera piedra en el camino llegó en Ciudad Trigal... Teníamos que enfrentarnos a la temible Whitney, temida por muchos novatos y admirada por sus allegados al mismo tiempo...

Cuando fui a combatir contra ella, para comprobar el por qué de esa reputación, pude asistir a uno de los primeros combates más duros de mi vida (sin mencionar aquel combate contra aquel extraño Pokémon que me encontré en el Gimnasio de Ciudad Verde)...

Whitney mandó luchar a su pequeña Clefairy contra mi Arcanine... Pensé que aquello iba a ser una fácil victoria...

Pero aquella pequeña Clefairy comenzó a mover sus brazos para hacer un ataque Metrónomo y, antes de que mi Arcanine atacara, la Clefairy comenzó a moverse a gran velocidad...

"¡Maldita sea! ¡Ha hecho un ataque Agilidad!" -dije yo, sorprendido.

"Lo siento, chico. Hoy la suerte está de lado de mi Clefairy... -dijo ella, sonriente.

Cuando Clefairy se detuvo al fín, comenzó a mover los brazos de nuevo...

"Esta vez no me sorprenderás... ¡Arcanine, ataque Velocidad Extrema!" -grité yo.

Arcanine comenzó a correr a gran velocidad hacia Clefairy, que saltó hacia un lado ágilmente...

"¡Maldita sea!" -dije, no creyéndome lo que veía.

"Hoy lo estás haciendo muy bien, Clefairy... ¡Sigue así!" -dijo de nuevo Whitney.

Arcanine, completamente confundido, observó como Clefairy había terminado de mover los dedos y comenzaba a abrir su pequeña boca...

"¡No puede ser!" -dije, asustado.

Exacto... Mi sorpresa vino al observar como un potente ataque Hidro Bomba proveniente de la boca de Clefairy había golpeado de lleno a Arcanine, que cayó al suelo duramente... Afortunadamente para mí, pudo soportar el ataque, aunque ya tenía muy pocas fuerzas...

Mientras tanto, veía como Whitney estaba ahí saltando de alegría...

"Muy bien, Clefairy... Nunca te había visto hacerlo tan bién... Puede que esta sea tu primera victoria seria desde que estás aquí..." -dijo ella, sonriente...

Estupendo... Encima eso...

"Y ahora, acaba con él con otro Metrónomo" -dije ella, desafiante.

Y el pequeño Pokémon volvió a mover sus brazos, para desesperación de Arcanine. Al poco rato comenzó a brillar con una luz muy intensa...

Pude ver como en el rostro de Whitney comenzaba a dibujarse una mueca de horror...

"¡NO! ¡Otra vez no!" -dijo ella, asustada...

Yo, tras "gotear" por unos instantes, pude comprobar que Clefairy iba a hacer un ataque... ¡EXPLOSIÓN!

¡Gulp!

"¡Arcanine! ¡Escóndete donde puedas!" -dije, desesperado.

Pero, antes de que Arcanine pudiera hacer un movimiento, lo que tuvo que pasar pasó...

¡CATAPUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUM!

........... .......... ..........

Resultado: Arcanine carbonizado, Clefairy incrustada en el techo ^^U, y Whitney llorando al otro lado del campo... En el medio, un gran agujero...

Yo, por mi parte, había salido despedido contra la puerta... (no os riáis, que para mí no ha tenido ninguna gracia).

***********

"¡Siempre te pasa lo mismo, Clefairy! ¡Siempre acabas haciendo un ataque Salpicadura en el peor momento o acabas explotando cuando llevamos ventaja! ¡Es que no puede ser contigo!" -dijo Whitney, llorando cómicamente.

Mientras Whitney intentaba hacer volver a su Clefairy debilitada e incrustada en el techo, yo me acerqué hacia mi Arcanine, completamente debilitado... No tuve más remedio que hacerle volver a su Pokéball.

Whitney, aún con lágrimas, consiguió al fín hacer volver a su Clefairy, y una sonrisa se dibujó en su rostro...

"¡No importa! Antes sólo solía usar a un Pokémon en mis combates de Gimnasio, en vez de los dos habituales... Clefairy sólo es un "sparring" para tí... ¡Ahora viene mi verdadero Pokémon! ¡Adelante, Miltank!" -dijo ella, enjugándose las lágrimas...

¡Por la Gran Vaca Sagrada! ¡Miltank!

¿Quién me iba a decir a mí que una vaca Pokémon pudiera producirme tantas pesadillas? Yo, aún ignorando su verdadera fuerza, saqué a Rhydon, conociendo que los Pokémon Roca tienen una gran ventaja contra los Normales...

Cuán equivocado estaba... ¡Fue un horror de combate!

"¡Adelante, Rhydon! -dije yo, lanzando un Pokéball.

"Miltank... Comienza con un Rizo Defensa" -dijo ella.

Ví, para mi extrañeza, como el Miltank se había hecho una especie de bola con su rollizo cuerpo... Sin prestarle mucha atención, ordené a Rhydon atacar.

"¡Ataque Mega Puño!" -grité.

Y Rhydon, obediente, corrió hacia el Miltank y le propinó un tremendo Mega Puño... El Miltank apenas se inmutó, aún hecho una bola...

"¡Ese Miltank es durísimo!" -dije yo, sorprendido.

"¿Y tú qué te creías? ¡Estás combatiendo en un Gimnasio, chaval! ¡Adelante, Miltank! ¡Acabemos esto como tú ya sabes!" -gritó ella.

El ataque Desenrollar del Miltank de Whitney... Una de las mayores pesadillas que un entrenador pasará durante su vida...

El ver aquella inmensa mole rodar a tal velocidad hacia tu Pokémon realmente asustaría incluso al entrenador más valiente... Rhydon, aún sorprendido, recibió un potentísimo golpe contra su cabeza que casi lo hace perder el equilibrio...

"¡Rhydon! ¡Estate atento!" -dije...

Pero el odioso Miltank era demasiado rápido para él... Otro potentísimo y rápido golpe en su espalda lo hizo caer contra el suelo...

"¡Rhydon! ¡Levántate!" -dije.

Ví como el Miltank, aún en forma de bola, se había elevado en el aire, dispuesto a caer duramente sobre la espalda de Rhydon... Whitney, mientras tanto, seguía observando el combate, satisfecha, sin dar ninguna nueva orden...

Estaba bastante claro que Whitney no era muy buena en estrategia, ya que por lo que a mí me parecía siempre usaba los mismos ataques en sus Pokémon: Metrónomo en Clefairy y Desenrollar en Miltank... Pero eso sí, su falta de estrategia la solventaba magistralmente con la enorme fuerza bruta de Miltank y la continua sorpresa que causaban los ataques aleatorios del Metrónomo de Clefairy... Sin duda, una combinación letal...

Rhydon, al ver venir a Miltank desde arriba, consiguió esquivar el golpe a tiempo... El duro cuerpo de Miltank golpeó el suelo, pero continuó rodando descontrolado.

¡Ese Miltank era toda una pesadilla!

No sólo no se cansaba, sino que sus golpes eran cada vez más fuertes... Si no llega a ser por el aún más duro cuerpo de Rhydon seguramente ya habría perdido el combate...

"¡Vaya! ¡Lo esquivó! ¡No te preocupes, Miltank! ¡Tú sigue con lo mismo!" -dijo ella, ya un poco nerviosa...

Y otra vez la maldita vaca loca atacando de nuevo a mi lento Rhydon... Era como el cuento de nunca acabar...

Otro golpe se llevó Rhydon, que ya se mantenía de pie a duras penas... A este paso creo que perdería el combate...

Pero no me rendí... Había que detener a ese Miltank rodante de una vez por todas...

"¡Rhydon! ¡Sé que estás cansado, pero hay que detener esto cuanto antes!" -dije, mientras veía como Miltank comenzaba a acercarse a gran velocidad hacia él con su infinito ataque Desenrollar.

Rhydon, tras soltar un gruñido lastimero, se colocó en posición, dispuesto a encontrarse de nuevo con Miltank, que ya se dirigía de nuevo a gran velocidad hacia él.

"¡Agárralo, Rhydon! ¡Aguanta!" -le grité.

Así que Rhydon abrió sus brazos, mientras Miltank chocaba fuertemente contra su pecho... Con una mueca de dolor, Rhydon consiguió agarrar el cuerpo de Miltank, que a pesar del agarre seguía girando violentamente... Rhydon comenzó a retroceder lentamente por la fuerza de Miltank, mientras gran cantidad de polvo y chispas se desprendían del suelo ante el girar de Miltank...

Parecía estar dando resultado, mientras veía como Whitney comenzaba a parecer preocupada...

Y al fín, Rhydon, con un último esfuerzo, comenzó a levantar del suelo al rodante Miltank... El frotamiento del cuerpo giratorio de Miltank con las manos rocosas de Rhydon hacía que comenzaran a salir chispas de sus brazos... Nunca había visto nada más impresionante en mi vida...

Miltank estaba realmente furiosa... No quería darse por vencida y seguía girando sin parar aún en los brazos de Rhydon, que ya parecía estar sufriendo mucho ante semejante furia. Había que terminar esto cuánto antes...

¡Rhydon! ¡Lanza a Miltank, antes de que sea demasiado tarde! -grité yo.

Y así hizo Rhydon... Con las últimas fuerzas que le quedaban lanzó a Miltank a través del Gimnasio... Una asustada Whitney tuvo que apartarse para no ser golpeada, mientras veía impotente como su poderoso Miltank chocaba violentamente contra una pared... A pesar del golpe, Miltank volvió rodando, aunque visiblemente muy dolorida...

"¡Miltank!" -dijo Whitney, una vez recuperada del susto.

Había que aprovechar este momento... Si Miltank recuperaba fuerzas y volvía a rodar de nuevo podría ser el fín de Rhydon... Así que había que acabar ya...

"¡Rhydon! ¡Ataque Golpe Cuerpo! ¡Rápido!" -grité de nuevo...

Y así, antes de que Miltank pudiera recuperarse del anterior golpe, los 340 kilos de pura roca de mi Rhydon cayeron sobre la temible Miltank, que soltó un lastimero mugido antes de desmayarse definitivamente... ¡Habíamos ganado al fín!

************

Tras el impresionante combate contra Whitney, y tras felicitarnos mutuamente por el combate, había llegado la hora de ir al Centro Pokémon a curar a mi Rhydon y a mi Arcanine. Ya era muy de noche, así que seguramente también pasaría la noche allí...

Por alguna extraña razón, quise llamar a mi abuelo... No quería que pensara que no me acordaba de él, así que lo llamé...

Tras hablarle algo sobre mi hazaña en Ciudad Trigal, pude ver por el videoteléfono una foto que hacía tiempo que no veía...

La foto de May y yo de pequeños, sonriendo y abrazados a nuestra madre...

"Adiós, abuelo... Hasta otro día..." -dije, a punto de llorar.

"Perdona, Gary.... ¿Te pasa algo?" -dijo él, al otro lado del teléfono...

Y colgué... No quería que mi abuelo me viera llorando...

"May..." -dije, apesadumbrado...

La echaba mucho de menos...

Tenía que intentar ponerme en contacto con ella... Tenía que hacer una llamada al Instituto Técnico Pokémon...

**************

No había vuelto a ver mi hermana desde que comencé mi entrenamiento Pokémon, y de eso han pasado ya 3 años... May en esos momentos había alcanzado ya los 13 años, y en mí ya se empezaban a notar los primeros signos de madurez, con mis ya recién cumplidos 15 años...

He de reconocer que estaba muy nervioso... Tras todo este tiempo sin verla temía que no llegáramos a reconocernos... y eso no habría sido bueno.

Tras marcar el número de teléfono del Instituto Técnico, me coloqué el auricular del videoteléfono en mi oído y miré con impaciencia la pequeña pantalla. Tras unos segundos de espera oi la voz de una señorita...

"Hola... Usted ha llamado al Instituto Técnico Pokémon... Soy la recepcionista Dana... ¿En qué puedo ayudarle?"

En la pantalla no se veía nada, así que seguramente el teléfono del Instituto no tendría ese servicio disponible, pero proseguí hablando.

"Er... Hola, buenas tardes... Quería preguntar que si, por casualidad... ¿Sigue estando en el Instituto una chica llamada May Oak? Necesito hablar con ella..." -dije, nervioso.

"¿Es usted algún amigo o familíar?" -respondió la señorita.

"Soy su hermano, Gary Oak" - proseguí.

Hubo una pequeña pausa...

"Ummmm... Bueno... No estoy segura de si debiera dejarte hablar con ella. Considerando que son las 8 de la noche y ella y su compañera de habitación ya están en su dormitorio, quizá sería "muy adecuado" interrumpirlas, ¿no crees?" -dijo, en tono burlón.

Aquella señorita parecía estar burlándose de mí... Seguramente no serían normales ese tipo de llamadas para ella, pero creo que esta vez debería de hacer una excepción...

"Por favor, señorita... Hace mucho tiempo que no he hablado con ella... Ni tan siquiera he podido verla ni una sóla vez desde hace tres años..." -dije, un poco desesperado.

Creo que esto ya terminó con la broma de la recepcionista...

"Oh, perdóneme, caballero. No lo sabía... No se preocupe... Si espera unos segundos, le pondré en contacto con el videoteléfono de la habitación de su hermana... ¿Desea servicio de "Sólo Voz" o "Con Imagen"?" -dijo ella.

"Con imagen, por favor" -dije, tras un suspiro.

"De acuerdo... Ha sido un placer ayudarle" -dijo la señorita por última vez.

Pasaron varios segundos, y la pantalla del videoteléfono se volvió blanca... En la pantalla se podía ver un letrero parpadeante con las letras de "ESPERE, POR FAVOR" en él.

Aquellos interminables segundos eran lo único que me separaba de poder volver a ver a mi hermana. Nunca me había sentido tan nervioso en mi vida...

Pero el maldito letrero seguía allí... May no iba a coger el teléfono: seguramente estaría estudiando o a punto de irse a la cama... Seguramente habría sido una mala idea llamar... Pero...

Justo cuando ya estaba a punto de colgar, el monitor parpadeó una última vez y se vió el somnoliento rostro de una jovencita de 13 años, restregándose los ojos aún semi-cerrados por el sueño... Tenía puesto un pijama de color rojo...

"Ho... Hola.. Aquí May Oak hablando..." - eso fue lo que la oí decir, y por el tono de su voz seguramente estaría muy cansada...

Me quedé de piedra... Había crecido mucho... Ya no era la dulce niñita que era cuando la ví por última vez...

Había cambiado...

"Hola... hermanita". -dije, intentando parecer tranquilo.

Por la pantalla del videoteléfono pude ver como May abría bruscamente los ojos, no creyendo lo que había oído.

"G... G... ¿Gary? ¿Eres tú? ¿¿DE VERDAD QUE ERES TÚ?? - dijo, con los ojos llenos de lágrimas, obviamente muy emocionada...

Bueno, al menos había comenzado bien... Yo pensé que ella me odiaría por no haberme puesto en contacto con ella antes...

"Sí... May... Soy yo... Me alegra verte de nuevo..." -dije, mientras comencé a notar como dos pequeñas lágrimas furtivas intentaban abandonar mis ojos...

"Gary.... tú... tú... tú..." -comenzó a decir, mientras una pequeña mueca de enfado comenzaba a vislumbrarse en su rostro.

¡Oh, oh! Me parece que alguién está muy enfadada conmigo...

"Tú... ¡eres el hermano más maravilloso del mundo! ¡No puedo creerlo! ¡Creía que ya no volvería a volver a verte en mi vida! ¡Eres un bobo! ¡No me vuelvas a hacer esto!" -dijo, con la cara llena de lágrimas y un gesto entre enfadada y feliz...

Pero había algo que era obvio... Me había echado mucho de menos... Y os puedo asegurar que yo también a ella...

"May, siento no haber podido hablar contigo antes, pero ya he vuelto... Ya he recuperado la humanidad que había perdido... No te preocupes, May... Ya estoy aquí de nuevo..." -dije, a punto de estallar en lágrimas.

"Oh, Gary... ¡Eres un tonto!" -dijo ella, llorando de alegría.

Pero, tras estos momentos tan sentimentales, una voz extraña me hizo volver a la realidad.

"Hey, May... ¿Se puede saber con quién demonios estás hablando?" -una voz femenina se escuchó al otro lado del auricular... Debería ser su compañera de habitación.

"¡Ah, Giselle! Es mi hermano Gary... No sabía nada de él desde hacía tres años..." - dijo May, mientras se secaba las lágrimas de sus ojos.

"Muy buen detalle por su parte... Supongo" -dijo la tal Giselle, con un molesto tono en su voz.

No pude ver la cara de esa chica en el videoteléfono, pero por primera vez pude oir su voz...

"¿Se puede saber qué pasa con ella?" -dije, molesto.

"No hables tan alto... O te puede oir... Es que ella es un poco... así... No la hagas caso..." -respondió May.

"Está bien, May... Te he echado mucho de menos..." -dije, sonriendo.

"Yo también, hermanito." -dijo ella, también con una sonrisa iluminando su cara...

Estuvimos hablando durante casi una hora... Ya ni me importaba lo que me costara la llamada... Unas monedas más o menos no me iba a impedir disfrutar de este pequeño momento que me había estado perdiendo durante todo este tiempo...

"¿Qué tal te van los estudios, May? ¿Todo bien?" -dije yo, curioso.

"Muy bien, hermanito... Mira, incluso ya tengo mis propios Pokémon." -dijo ella, mientras sacaba dos de sus Pokéballs.

En la pantalla pude ver las caras de un sonriente Clefable y un rudo Electabuzz, mientras May los abrazaba cariñosamente...

"¿Qué te parecen? ¿A que son adorables?" -me dijo, sonriendo.

"Parecen muy sanos, May... ¡Seguramente serías toda una rival para mí!" -le dije.

May, tras sonreirme una vez más, hizo volver a sus Pokémon y se puso a mirar fijamente a la pantalla, seria...

"Gary..." -me dijo ella, un poco triste.

"¿Sí? - respondí, extrañado.

"¿Cómo está mamá? ¿Sigue metida en ese lugar?" -me dijo, triste.

No supe que responder... Me gustaría darle alguna alegría a mi hermana, pero nuestra madre aún no había podido recuperarse... Ni creo que consiguiera recuperarse en algún tiempo... Estaba bastante mal aún...

"Lo siento, May... Pero aún no está recuperada..." -respondí al fín.

"Entiendo... Bueno, no importa. Al menos sé que puedo seguir contando contigo... ¿Puedo pedirte un favor?" -dijo ella, intentando sonreir.

"Tus peticiones me dan miedo, pero lo intentaré..." -dije, sonriéndole.

May, al oirme decir aquello, sonrió cálidamente y se acercó aún más a la pantalla.

"¿Te importaría algún día venir a visitarme al Instituto? ¡Tengo ganas de darle un gran abrazote a mi bobo hermanito! ¡Porfa, ven! -me dijo, poniendo una carita a la que sería imposible decir que no...

Esta era mi hermana de siempre... ^^U

"Por supuesto, May... Te haré una visita lo más pronto posible... Yo también quiero darle un gran abrazo a mi hermanita predilecta... - la sonreí.

Ví como mi hermana se apartó bruscamente de la pantalla y comenzó a dar saltos de alegría por la habitación... La pobre chica realmente quería verme...

"Bueno, May... Siento tener que despedirme, pero como siga hablando me voy a arruinar..." -dije yo.

"Está bien, hermanito... Siempre fuiste un tacaño... Buenas noches... " -dije ella, un tanto enfadada.

Y me colgó... La pantalla se volvió negra y la imagen de mi hermana desapareció...

"Esta es mi hermana de siempre... No ha cambiado nada..." -dije, sonriendo.

Colgué... Sabía que debería cumplir la promesa o cierta linda hermanita se vengaría de su tacaño hermano (mirad lo que me ha obligado a decir) ^^U.

Pero en fín... Tras un suspiro, salí al exterior, acompañado de mi siempre fiel Eevee. Ahora me encontraba de maravilla después de haber vuelto a ver a mi hermana...

En el exterior el fulgor de la luna llena iluminaba el cielo nocturno... Era una noche hermosa, completamente llena de estrellas y sin ninguna nube que tapara la visión... Me sentía feliz...

"¿Has visto, Eevee? Hacía tiempo que no veía ni oía a mi hermana... Y la echaba mucho de menos..." -le dije a mi Eevee, que no sabía si entendería lo que decía.

"¿Ui? -murmuró extrañado Eevee.

"Nunca creí que volver a hablar con ella me fuera a hacer tan féliz... Creo que ya empiezo a encontrar el camino que me lleva a la felicidad, Eevee... Creo que ya lo empiezo a encontrar, amigo..." -dije, emocionado...

Pude ver como de uno de los ojos de Eevee una lágrima había comenzado a descender... Tras mirarme unos segundos fijamente, miró a la luna...

"¿Eevee?" -pregunté yo, extrañado.

Lo que pude ver a continuación me dejó alucinado... El cuerpo de Eevee había comenzado a brillar con una luz blanca muy intensa y había comenzado a crecer...

Eevee estaba evolucionando...

Una vez apagada la intensa luz, lo que quedó fue un Pokémon que una vez fue un Eevee. Un Pokémon negro como la noche...

Umbreon...

**************

Bueno... Ahora que ya conocéis el origen de Umbreon, continuaré con la historia...

Ya sé que una promesa es una promesa... Sé que mi hermana sería capaz de golpearme MUY fuerte como se me ocurriera romper una promesa...

Yo sabía que quería verla, y que DEBÍA verla... Pero...

"Lo siento, chico, pero el Magnetotren ha sufrido unos ligerillos problemas técnicos y estará inactivo durante algún tiempo." - me dijo un operario de la Estación de Ferrocarril de Ciudad Trigal.

"¿Cómo que estará inactivo? ¿Cuánto tiempo? - dije, un tanto decepcionado.

"Mmmm... Digamos que... Unos tres meses..."

...

...

¡¡¡¡TRES MESES!!!!

(No, si lo mío es suerte...)

Pues aquí está el panorama... Me encuentro en Ciudad Trigal, dispuesto a coger el Magnetotren con destino a Ciudad Azafrán, para luego dirigirme al Instituto Técnico en taxi...

Y me encuentro con esto...

"¿Me está diciendo que voy a tener que esperar TRES meses para que el Magnetotren vuelva a estar en funcionamiento y pueda ir a visitar a mi hermana que hace tres años que no me ve? ¿ME ESTÁ DICIENDO USTED ESO?" -dije, bastante enfadado.

"Siento mucho todo eso, pero yo no puedo hacer nada... Así que lo único que puedes hacer es esperar a que se acabe el problema y..." -me intentó decir el hombre.

Me giré, sin ni tan siquiera despedirme del hombre... Cada segundo que pasara hablando con él sería un valioso tiempo perdido... Para cuando hubieran acabado seguramente yo ya habría llegado andando...

Así que, aunque me pesara, debería esperar tres largos meses para poder ver en persona a mi hermana de nuevo... Al menos intentaría mantener el contacto con ella por teléfono...

No había más remedio...

***************

Al menos esos tres meses esperando me sirvieron para encontrarme varias veces con el bobo de Ash y sus dos compañeros: su "novia" Misty y don Pervertido (también llamado Brock).

Por alguna razón, mis habituales insultos hacia Ash no salieron de mi boca... Ya no me sentía con ánimos de insultarlo... Yo había cambiado...

Aquella vez que Ash y yo ayudamos a evitar una catástrofe en una Central de Energía fue el día en el que al fín pude volver a notar el resurgimiento de, al menos, algún tipo de compañerismo entre él y yo...

No lo llaméis amistad... No es fácil pasar de una vida de desprecio hacia una persona a intentar formar de nuevo alguna amistad...

No es nada fácil...

Pero al menos aquel desprecio había madurado y se había convertido en respeto... Algo es algo...

"Hasta otra, Ash Ketchum..." -le dije, friamente, tras estrecharle la mano...

Me marché, mientras Umbreon me acompañaba... Silenciosamente...

************

Tras los casi tres meses de espera, al fín el Magnetotren estaba listo para volver a funcionar... Así que, tras comprar el billete y meter a Umbreon en su Pokéball (no admitían Pokémon sueltos en el tren), me dispuse a ir en dirección hacia Ciudad Azafrán...

Iba a ser un largo día de viaje...

El viaje lo pasé poniendo en orden mis pensamientos, intentando hacerme a la idea de lo que todo esto significaba... Iba a volver a ver a mi hermana, ya echa toda una jovencita... ¿Cómo debería tratarla? ¿Cómo me trataría ella? ¿Qué debería contarla? ¿Qué...?

Nunca me había llegado a plantear tantas cosas... Volver a ver a mi hermana... Sonaba extraño, y maravilloso al mismo tiempo... Me sentía raro...

Y pasaban las horas...

***************

"Señores pasajeros, les informamos que la siguente parada del Magnetotren es Ciudad Azafrán... Esperemos que hayan disfrutado del viaje... Muchas gracias" -dijo una voz robotizada.

¡Al fín!

Me dispuse a bajar del tren a toda prisa... Eran las 8 de la mañana, y si me apresuraba seguramente conseguiría llegar al Instituto Técnico Pokémon en el momento en el que estuvieran en el descanso de la mañana...

Así que salí corriendo, en busca de un taxi... Afortunadamente para mí, a esas horas de la mañana ya había muchos taxis preparados a la salida de la estación... Así que comencé a correr hacia el primer taxi que ví...

"Buenos días, muchacho... ¿Por qué tantas prisas?" - me preguntó el conductor, extrañado.

"Buenos días, señor... Necesito que me lleve al Instituto Técnico, por favor..." -dije, recuperando el aliento.

El hombre, aún un tanto somnoliento, me miró de arriba abajo... Hizo una extraña mueca, y me invitó a entrar...

"Está bien... Se encuentra a una hora de aquí... Me pilla un poco lejos de mis límites, pero hoy estoy de buen humor... ¡Sube, muchacho!" - me dijo, amablemente.

Bien... Me había tocado un taxista amable... Me senté en el asiento trasero del coche, y suspiré aliviado...

"¿Estudiante nuevo?" -me preguntó el hombre.

"No... Sólo iba a hacer una visita a un familiar..." -contesté.

"Ya veo... Bueno, ¡pues nos vamos, chico!"

Y al fín el taxi arrancó, en dirección hacia el Instituto...

Había oído muchas cosas interesantes de ese Instituto... Se rumorea que en aquel lugar algunos de los mejores entrenadores Pokémon de la actualidad habían dado sus primeros pasos... Era un lugar de ensueño para todos aquellos aspirantes a entredarores: campos de batalla personalizados, simuladores de combate, clases especializadas para cada tipo de Pokémon... También tenía incluso una avanzada incubadora en la que cada entrenador podía elegir el huevo que más le gustase, el cual sería su primer Pokémon...

Cualquier entrenador Pokémon sería feliz allí... creo...

¿Sería May feliz allí?

Pronto lo averiguaría...

*****************

Durante el viaje me entretuve mirando por la ventanilla del coche, viendo todos aquellos lugares que una vez recorrí en solitario, acompañado de mis leales Pokémon... Aquellos caminos que siempre te animaban a seguir caminando, preguntándose qué es lo que vendrá a continuación...

Buscando nuevas experiencias y rivales con los que combatir... y aprender un poquito más...

Muchos dicen que buscando se encuentra... Y seguramente algunas veces puedan tener razón...

"Chico, ya hemos llegado". - dijo el conductor.

¿Llegado? ¿A dónde?

Habíamos llegado a un lugar en donde lo único que se veía era niebla por todas partes... Una espesa niebla en la que apenas se podía ver nada...

"Chico, son 1000 yens." -dijo el taxista, extendiendo la mano.

"¿Está seguro de que no me ha traído al lugar equivocado? -dije, confuso.

El conductor, impaciente, me miró bastante molesto...

"¿Por quién me has tomado, muchacho? Encima que me he tomado la molestia de traerte aquí no me vengas con desconfianzas... ¡Y ahora suelta la pasta, que tengo que irme!" -me dijo de mala manera.

Le extendí un par de billetes, que el hombre cogió con codicia... Tras volverme a examinar de arriba abajo, mostró una sonrisa...

"Vamos, chaval... No pongas esa cara... Se nota que no has venido nunca a este lugar... Dentro de un rato lo comprenderás todo..." -dijo, con una cara bastante más amigable que antes.

"Ya... Entiendo... Pues gracias... Señor". -dije, estrañado.

Salí del taxi, y comencé a mirar a mis alrededores... Sólo se veía un pequeño camino apenas apreciable entre la niebla... Oí el rugido de un motor, que seguramente sería el taxi arrancando y alejándose del lugar... ¿Dónde estaba?

Saqué un Pokéball, e hice salir a mi Umbreon... Seguramente ya estaría cansado de estar en el Pokéball...

"Umbreon" -gritó Umbreon, mientras estiraba las patas...

"¿Estás bien, amigo?" -le pregunté.

"¿Umb?"

Al ver que estaba bien, me giré hacia el camino... Intenté distinguir algo en la lejanía... Aquel camino parecía llevar a algún gran edificio...

"Sigo sin entender nada, pero en fín... ¡Ven, Umbreon!"

Ambos nos fuimos adentrando cada vez más, hasta que pudimos ver más claramente el edificio... Aquel lugar parecía bastante... Siniestro...

"¿Seguro que será éste el famoso Instituto Técnico del que tanto he oído hablar?" -dije extrañado.

Y, de repente, oí una estruendosa sirena... La espesa niebla que cubría todo el lugar había comenzado a disiparse, y una voz por megafonía había comenzado a escucharse...

"La clase especial de prácticas en la niebla ha concluido... Así que, alumnos, pueden tomarse una hora de descanso... Os recordamos que mañana, a esta misma hora, se efectuará otra clase especial, esta vez en la nieve..." -se escuchó.

Me quedé unos momentos sin poder hablar... Veía como la niebla desaparecía bruscamente por algun extraño mecanismo de gran tecnología. Ví a un gran número de alumnos y alumnas desfilando en perfecta sincronía hacia el interior del edificio... Todos iban muy bien uniformados...

Sin duda, aquel instituto era un instituto de lujo... No me extraña que fuera tan caro... Menos mal que mi abuelo era millonario... Si no, no sé cómo habríamos podido pagarlo...

"Vaya... Siempre me lo había imaginado como un lugar impresionante, pero esto ha superado mis expectativas..." -dije, con los brazos cruzados...

Mi Umbreon estaba a mi lado, sentado en el suelo, observando atentamente todo cuanto lo rodeaba...

"No te preocupes, Umbreon... Es un lugar seguro... Ahora, tenemos que buscar a May..." -dije.

Y así, acompañado de Umbreon, nos dispusimos a entrar al edificio...

**************

Lo primero que ví al entrar fue un amplio pasillo por el cual decenas de alumnos caminaban, conversaban, reían... Intenté buscar a mi hermana, mirando a cada chica que pasaba, intentando encontrar a aquella chica que veía todos los días en el videoteléfono... Una tarea bastante complicada... Así que decidí hacer lo más sensato...

Dirigirme a Secretaría...

Así que dirigí mis pasos hacia allá... Por el camino oí algunos cuchicheos... Algunos de los alumnos parecían reconocerme...

"¿Ese chico no participó en la Liga Pokémon hace unos años?" "Sí... Creo que fue eliminado en la cuarta ronda..." "Sí... Era uno de esos tontos entrenadores que se creen que lo saben todo, y luego mira lo que hacen." "¿De qué sirve saber entrenar, si luego se es un zoquete en la realidad? ¡Menos mal que aquí nos enseñan bien!" "Y, además... ¿Has visto que pintas tiene? ¿De dónde ha sacado esa ropa? ¿De un estercolero?"

Sí... "Parecían" reconocerme... Me aguanté las ganas de decir nada... Sólo eran unos estúpidos arrogantes y...

Como yo antes era.... Mejor cállate, Gary...

Oí como los dos mismos sujetos se reían, mientras yo me dirigía a Secretaría, esquivando a cuánto alumno se me pusiera por delante...

Umbreon seguía mis pasos, mientras algunos alumnos lo miraban maravillados...

"¿Qué es ese Pokémon?" "No lo había visto en mi vida." "Eso es un Umbreon, bobo... Hoy mismo lo he aprendido en la clase de Pokémon Siniestros... ¡Esa clase es realmente interesante!"

Jeje... Al menos veo que algunos saben reconocer un buen Pokémon cuando lo ven... Pero, como no quería llamar más la atención, hice volver a Umbreon a su Pokéball...

"Lo siento, Umbreon, pero será mejor que te quedes aquí dentro... Es por tu bien."

Y así hice, por supuesto.

******

Estaba llegando a Secretaría, cuando algo me hizo desviar la mirada...

Ví a una chica bajando por unas escaleras... Me estaba mirando fijamente... Como no creyéndose lo que veía... Se había quedado de piedra...

Y yo no podía dejar de mirarla...

"¿Gary?" -dijo la chica, como un susurro apenas imperceptible perdido entre las voces de los alumnos...

Me quedé sin palabras... Era ella...

"May..." -dije, con un hilo de voz...

De repente, aquella chica de negro pelo corto comenzó a bajar las escaleras, llorando de alegría... Sí, era ella...

"¡HERMANITO" -dijo ella, emocionada, y corriendo hacia mí...

¡Madre mía! ¡May había crecido mucho! ¡Ya no era aquella mocosilla que ella era cuando nos tuvimos que separar! ¡Ahora era toda una...!

¡CATACROC!

Por alguna extraña fuerza de la gravedad, mi hermana y yo acabamos en el suelo... La pobre chica se había lanzado tan fuerte a mis brazos, que ambos dimos con nuestros huesos en el duro suelo... Sí, mi hermana había crecido... ¡DEMASIADO!

Pero, a pesar de todo, el sentir a mi hermana abrazándome de nuevo, con aquel cariño que siempre ella sentía hacia mí, me hizo olvidar el dolor que me había provocado el golpe...

"Te he echado mucho de menos, hermanito." -dijo, feliz.

Todo el mundo se nos había quedado mirándonos... ^^U

"Vale, May... Es estupendo el volver a verte y todo eso, pero... ¿Podrías al menos dejarme respirar, por favor? ¡Que ya no eres una niña pequeña!" -dije, un tanto avergonzado por lo ocurrido.

May, una vez satisfecha de abrazar a su querido "osito de peluche" (véase "Yo mismo"), se levantó de encima mío, mientras me ayudaba a levantarme... Ví como se secaba una lágrima de sus ojos...

"¡Tú siempre tan aburrido, Gary!" -dijo, un poco molesta...

Pero incluso molesta, su voz angelical era música para mis oidos...

"¡Y tú tan encantadora como siempre, May! Es estupendo volver a estar juntos después de todo este tiempo, ¿verdad? Tenemos tantas cosas de las que hablar..." - dije, sonriente.

"Deseaba verte, Gary... Y has venido en buen momento, ya que a los de mi clase hoy les toca descanso, y tenemos toda la mañana libre... Había quedado con mi compañera de habitación en la cafetería... Pero apareciste tú... ¿Vienes conmigo y hablamos allí?" -dijo ella, agarrándome del brazo.

"¿Tu compañera de habitación? ¿La chica esa que..." -dije, un tanto nervioso...

"No es mala persona, Gary... Ya verás como te cae bien cuando la conozcas..." -dijo ella, sonriente - "Además, ella me dijo que tenía muchas ganas de conocerte..."

"¿Ella?" -dije, sorprendido...

Todo esto comenzaba a ser muy... "extraño"...

"Sí... Ella me dijo, y yo lo puedo confirmar, lo siguiente: ·Me gustaría conocer a ese chico tan encantador que no se ha dignado a hablar con su hermana durante TRES años... para así poder "maltratarlo" un poco...·" -dijo ella, siniestramente. - "Bueno, creo que esas fueron más o menos sus palabras... ¿A que es muy simpática? ¿Deseando conocerla?"

Un gota de sudor comenzó a descender tras mi cabeza...

"Cl... Claro, May... Será un placer..." -dije, sin creerme lo que estaba diciendo.

"Estupendo, entonces... Espérame aquí, que voy a conseguirte un pase de visitante... Así podrás pasar a la cafetería con nosotras" -dijo ella, sonriente, como siempre...

Sí, sí... Sonriente...

¿Quién me iba a decir a mí que mi querida linda hermanita tenía tan "peculiar" sentido del humor? ¡Yo no he venido a aquí a que me "maltraten" en persona! ¡¡¡SÓLO QUERÍA VER A MI HERMANITAAAAAAAAAAAA!!!

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Y así, una vez May apareció con el pase, me llevó del brazo a la cafetería (como si yo fuera una especie de trofeo ^^).

"Bueno, Gary... Ahora pediremos algo para almorzar y luego hablamos, ¿de acuerdo, hermano? -dijo ella, sonriente, mientras me llevaba a la cafetería.

"Claro, May." -dije, confiado.

Mi hermana frunció el ceño...

"¿Sabes, Gary? Nunca te había visto tan "amable" conmigo desde hacía bastante tiempo... No sé qué es lo que te habrá pasado, pero ojalá esto se convierta en un hábito antes de lo que yo esperaba... ¿Seguro que eres mi hermano de siempre?"

"Que sí, May... ¿Por qué dudas de mi palabra? Ya no seré más ese hermano aburrido que tú dices que era..." -dije, a mi pesar...

"Je... Será mejor que ahorres saliva, porque nos vas a contar muchas cosas a mi amiga y a mí, ¿verdad, hermanito?" -me dijo, echándome una "preocupante" mirada felina...

Tierra, trágame...

Decidí no seguir hablando, o las cosas iban a ponerse "peor"...

Y llegamos a la cafetería... Muchos alumnos y alumnas estaban allí, algunos desayunando, otros simplemente conversando... En una de las esquinas vi a un grupo de chicos que miraban de una manera "ofensiva" a May, lo cual no me gustó mucho... Eran aquellos malditos chicos que antes se habían reído de mí mientras buscaba a mi hermana... Y no me gustaba nada como la miraban...

"May, ¿quiénes son e....?" -intenté decir, sin perder de vista a esos chicos...

"Mira, Gary... Te presento a mi compañera de habitación, y también amiga, Giselle Dexter."

Tuve que girar la mirada... Seguía preocupado por los chicos, pero...

¡VAYA!

Aquí fue dónde comenzó todo...

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Mis ojos quedaron clavados en aquella chica de largos cabellos morenos, bellos ojos de cristal, esbelta figura.... Su uniforme del Pokémon Tech (nombre técnico por el que además se conocía el Instituto) resaltaba aún más sus cualidades... Era como una pequeña princesa que se hubiera escapado de un cuento de hadas...

No podía dejar de mirarla... Dios Santo, os juro que me quedé mirándola como un idiota... y nunca me había llegado a sentir así jamás... Era como una muñeca de porcelana que te daría miedo tocarla por miedo a que se rompiera en pedazos...

La chica era bellísima... Giselle Dexter... Ese nombre sería muy dificil de olvidar para mí desde aquel momento...

Pero... tras recordar lo que May me había contado sobre ella... creo que bajé un poco de la nube de algodón en la que me había quedado atorado...

"Ho... Hola.." -dije, estúpidamente.

Ella me miró curiosa, con aquellos ojos de gata clavándoseme en los míos...

"Giselle, te presento a Gary, mi hermano mayor." -dijo May, sonriente.

Giselle, tras unos segundos, también sonrió y se levantó del asiento... Y me extendió la mano...

"Encantada de conocerte, Gary... Por tu nerviosismo puedo deducir que tu hermanita ya te ha dado MI mensaje... Así que te recomiendo que te portes bien, si es que no quieres ver ese lado de mí demasiado pronto... Gary." -dijo ella, maliciosamente.

Sonreí, y la estreché la mano... Suspiré aliviado al ver que su amenaza no era tal como May la había descrito...

May, tras ver la escena, decidió hacer su trabajo de hermana "mala"...

"Bueno, veo que ya nos conocemos todos... Ahora, vamos a ver cuantos secretos inconfesables podemos sacar de mi querido hermanito... ¿Estás de acuerdo, Gary? -dijo, sonriéndo.

Las dos chicas comenzaron a reirse tímidamente, mientras yo intentaba no ponerme colorado... Así que comenzamos nuestra conversación...

Durante lo que duró la conversación se pudieron averiguar varias cosas:

a) May era la "protegida" de Giselle: Giselle ya era una alumna de clase avanzada, así que estaba a mucho más nivel que el resto de los alumnos... Los alumnos avanzados tenían como "obligación" (no hasta ese extremo) ayudar a sus otros compañeros más novatos... Y eso fue lo que pareció unir a Giselle y May...

b) Pude averiguar que Giselle, aunque no lo aparentara debido a su angelical cara, era de la misma edad que yo... Lo cual me hizo pensar que para May Giselle debía de haber tomado el papel de hermana mayor, ya que yo no estaba...

c) May, gracias a la ayuda de Giselle, estaba consiguiendo muy buenas notas, y seguramente pronto podría sacarse la Licencia Tech... Tal vez dentro de un año, si las cosas salían bien. (para los que no sepan en qué consiste esa Licencia, aquellos alumnos que la posean son catalogados en la Liga Pokémon de la misma manera que si hubieran ganado las 8 medallas oficiales de cualquiera de las ligas disponibles).

d) Giselle abandonaría el Instituto este mismo año, ya que sólo le quedaban unos meses para licenciarse... La preocupaba un poco dejar a May sola frente al mundo del Instituto, pero sabía que podría arreglárselas bien...

Bueno, ya os contará más detalles Giselle en su propia versión de la historia, así que mejor sigo yo con la mía...

Habíamos llegado a un punto de la conversación en la que yo conté que quería convertirme en un Maestro Pokémon... Ambas me miraron sorprendidas... May no tenía ni idea de eso y Giselle no parecía muy convencida de lo que estaba diciendo...

"¿Tú, Maestro Pokémon? ¡No me hagas reir!" -dijo ella, socarronamente.

Fue entonces cuando decidí que Umbreon hiciera su aparición... Fue sacarlo a la vista y Giselle y mi hermana soltad un ¡Awwwww! que hizo interrumpir la conversación durante breves instantes...

"¡Nunca había visto a un Eevee evolucionado sin necesidad de usar una Piedra de Evolución! ¡Es tan mono y misterioso!" -dijo May, acariciando la cabeza de Umbreon.

"¡Vaya! Nunca había visto un Umbreon tan de cerca... He leído que conseguir un Umbreon es una tarea muy complicada.... Tú debes de ser un gran entrenador para conseguir eso..." -ella dijo, con un extraño brillo en su mirada...

"Parece que os ha sorprendido, ¿verdad? Seguro que vosotras dos no tenéis un Pokémon tan sano e impresionante como éste..."

¿Quién me mandaría abrir la bocota?

Pude ver como las dos chicas, no sé si ofendidas por mi comentario, o queriendo seguirme el juego, sacaron un Pokéball cada una... El adorable Clefable de mi hermana, de muy sana apariencia, y el Marowak de Giselle, su Pokémon favorito, fueron los dos Pokémon que aparecieron... Este último Pokémon despertó en mí una cierta curiosidad... Su musculatura era fuerte, y su mirada penetrante... Parecía bastante bien entrenado...

"Me parece que tu hermano no sabe muy bien con quién está tratando, ¿verdad?" -dijo Giselle, malévola.

"No... Mi pobre hermanito nunca ha sabido que algunas veces es mejor ser humilde... ya que de lo contrario puede atenerse a las consecuencias... " -comenzó a reir mi hermana.

¡Glup! Será mejor que cambiara de tema... No tenía ganas de entablar un combate con nadie en esta situación.

"En fín... Olvidemos el "incidente"... Tengo más cosas que decir..." -dije, con tono serio.

Las dos chicas decidieron escucharme... Tuve que llenarme de valor para contarle a mi hermana todo lo que me había pasado en su ausencia...

Tuve que contarles todo sobre aquel triste primer año en el que yo, Gary Oak, me había convertido en un ser despreciable... Aquel año en el que trataba a la gente como seres inferiores... Aquellos tiempos en el que me empeñaba en ridiculizar al que una vez fue uno de mis mejores amigos, y ahora sólo era un rival más al que vencer... Aquellos tiempos en el que Gary Oak sólo era un engreído entrenador victorioso, pero no respetable...

Mis rivales me temían al principio del combate... Pero, al final, acababan odiándome, mientras yo me reía en su cara...

Mi hermana, al oir toda la historia, se quedó... muda... Me dió un beso en la mejilla, y me agarró la mano...

"No te preocupes, Gary... Ya he notado que has cambiado... El Gary que yo antes conocía no se habría dignado nunca a visitar a su hermana... Me alegro por tí." -dijo ella.

Me sorprendió que ella no empezara a decir cosas sobre las odiosas cosas que llegué a decir sobre Ash en el pasado... Desde muy pequeña, ella y él se habían llevado muy bien, hasta el punto de ella casi considerarlo más que un amigo. Esa sensación había madurado en ella con el paso de los años, obviamente, así que ahora no iba a comenzar con su "Pobre Ash. Eres muy malo con él, Gary" típico de ella cuando tenía 9 años...

Ella aún seguía teniéndole aprecio, al menos en su mente.

Pero bueno... Esta fue la reacción de May ante la historia que les conté, pero Giselle seguía manteniendo esa postura de... "poderío"... que ella tenía... No parecía haberle impresionado mucho la historia...

Pero bueno... Ahora que hablo de Giselle, al menos se había dignado escucharme con mucha atención durante todo este tiempo... Parecía que entre ella y yo hubiera nacido una especie de "conexión" invisible... Y yo jamás había conseguido entablar tan buena conversación con alguien más allá de nuestra familia... Esto era nuevo para mí... Y muy satisfactorio...

Giselle en el Pokémon Tech tenía la reputación de ser MUY dura con los entrenadores novatos... Y aún más dura con la gente que la ofendía de algún modo... Menos mal que yo entraba en otra categoría distinta a esas dos...

En un principio ella desconfiaba de mí porque pensaba que una persona que no había visto a su hermana desde tantísimo tiempo como llevaba sin verla no se merecía ningún tipo de respeto o piedad. La estrategia de Giselle era bastante aterradora, ya que primero parecía mostrarse simpática con la "víctima" para después "descuartizarla" salvajemente a base de dobles sentidos, insultos escondidos y ataques "donde más duele".

Afortunadamente para mí, May la contó todo lo que había pasado con nuestra familia... Giselle, siendo como ella es, era bastante excéptica con respecto a esto, pero acabó por aceptarme... Lo cual fue un bonito detalle por su parte.

Desgraciadamente, el tiempo libre de mi hermana se había agotado... La conversación tuvo que terminar...

"Lo siento, Gary... Me temo que tengo que irme a clase... Tengo que acudir a una lectura al auditorio... "Como combatir a un Pokémon de Acero"... Debo irme... Espero volver a verte algún día." -dijo ella, aún triste.

"¡Hey! ¡Tranquila, May! Aún me quedaré algunos días por aquí... En el pueblo, en algún hotel... No te preocupes..." - la sonreí...

Ví como su triste rostro volvió a ser iluminado por una sonrisa.

"Ah... Estupendo... ¡Entonces hasta luego, hermanito!" -me dijo, mientras comenzaba a marcharse...

Suspiré... Me había quedado sólo... Así qué...

"Bueno, Giselle... Encantado de haberte conocido, pero..."

"No tan raudo, Gary" -me interrumpió Giselle.

Sentí su blanca mano agarrándome del brazo.

"A mí aún me queda una hora de descanso... Y me estaba preguntando que si al señor Gary Oak le interesaría tener un pequeño combate con 'moì' en uno de los campos de batalla que tenemos aquí... Puede ser una experiencia interesante: una experta estudiante combatiendo contra un... bueno, no sé si decir "experto" entrenador, ya que no creo que llegues a tanto..." -me dijo ella.

"¡OYE!" - dije, molesto, mientras oía una pequeña risa proveniente de May.

Sí, May aún estaba por allí, viendo la escena.

"¿PERO TÚ NO TENÍAS QUE IRTE A ALGUNA PARTE, MAY?" -dije yo, aún molesto con la "demasiada" complicidad que tenían entre las dos.

Pero en fín... Tras relajarme un poco, y mirar aquellos bellos ojos de Giselle que me miraban fijamente, pensé que sería una interesante experiencia para mí.

"Claro... ¿Y por qué no, Giselle? ¡Ahora te voy a demostrar todo lo que he aprendido sin necesidad de venir a un sitio como éste!" -dije, desafiante.

"¡Umbre!" -asintió Umbreon.

Giselle, sin embargo, no parecía impresionada.

"Veo, Gary, que hablar, lo que es hablar, sí que sabes... Pero me temo que cuando es la hora de luchar, las cosas pueden verse de otra manera... Lo siento May... Te aprecio mucho, pero me temo que voy a tener que humillar a tu hermano." - dijo, mientras miraba a mi hermana, escuchando a varios metros de nosotros...

Su Marowak también aprovechó su momento para intentar intimidar a mi Umbreon, echándole una mirada amenazante...

"¡Maro!" -gruñó Marowak.

Estupendo...

Todo esto es estupendo...

Así que, tras todo este tiempo intentando volver a ver a mi hermana, ha tenido que ocurrir lo "normal" en estos casos...

Que se desarrolle un combate Pokémon contra una bella desconocida...

Quién me iba a decir a mí que la vida pudiera llegar a ser tan extraña.. XD

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(sin terminar)