Capitulo 7

Recuerdos de dolor

Hubbard y Rose entraron al área de control militar después de haber hablado con Ann.

-¿Y la coronel Iwakura?-preguntó un oficial.

-Esta ocupada, por un momento yo quedo al mando.-informó Rose.-Por favor, continúen con el transporte de Mobile Suits.

-Entendido.-respondieron.

-Ann necesita tiempo para pensar, ¿verdad?-preguntó Rose.

-Así es.-contestó Hubbard.

Ann meditaba en el cuarto mientras observaba a las unidades, las cuales tenían de fondo a la hermosa Tierra. Comenzó a recordar como había ocurrido todo esto (N/A: a partir de aquí vemos desde el punto de vista de Ann ^_~ )

"Ja, recuerdo como todo esto comenzó...

Mi madre se enamoró de Heero Yuy, el cuál fue el gran líder de las colonias. Tuvieron una relación en secreto para evitar ser acosados y mi madre deseaba tener una vida normal...

De esa relación nacimos mi hermano y yo...Mi hermano era tres años mayor que yo...Heero...pero no me refiero al piloto del Wing Zero...

Mi padre nunca tuvo tiempo para nosotros...porque fue asesinado cuando yo estaba recién nacida...Fue el peor golpe para mi madre pero pudo salir adelante por nosotros..."

Fue cuando los seis mejores científicos fueron llamados por Dekim Barton para formar los fundamentos de la Operación Meteoro.

-La idea central de la Operación Meteoro es vengar la muerte de Heero Yuy.- exclamó Dekim.- ¿Pero quien gobernará a la Tierra y las colonias?

-Yo creo que los herederos de Heero Yuy: Ann y Heero.-exclamó el Doctor J.

-¿Qué los hijos de la doctora Iwakura gobiernen la Tierra y las colonias?- repitió Dekim como si la idea fuera absurda.

-Que Heero gobierne la Tierra, ese niño le tiene un gran amor al planeta verde.-dijo el Doctor J.- Y que Ann gobierne las colonias.

-Me parece buena idea.-replicaron algunos profesores.

-Pero...-Dekim parecía querer argumentar algo.

-Pero...creo que Ann y Heero son aún muy pequeños para eso.-dijo la doctora Karen Iwakura.

-Está bien hija, tardaremos tiempo en crear a los gundams y todos los fundamentos, yo creo que aproximadamente unos cinco años. Además hay que buscar a los pilotos y darles un entrenamiento extremo.-explicó el doctor J.

Dekim miraba con odio a Karen cosa que ella pudo notar. Después de esta reunión comenzaron a elaborar los planos para los Gundams, en el caso de la doctora Karen, el de Némesis.

-Hija, veo que le pones mucho empeño ha esto.-comentó el doctor J.

-Así es, vengaré la muerte del padre de mis hijos.

En ese momento entró una joven que cargaba a un bulto que lloraba.

-Disculpe Doctora Iwakura, pero Ann despertó y creo que tiene hambre.-dijo la chica.

-Oh, sí. Esta bien, ¿dónde está Heero?

-Sigue dormido.

-Bien, papá por favor encargarte de algunos detalles, en seguida vuelvo.

-No te preocupes, cuida de Ann. -dijo el doctor con una sonrisa.

En una habitación oscura, la doctora Karen da pecho a la pequeña Ann. Esa pequeña de cabello café con cierto tono chocolate como el de su padre.

-Todo estará bien Ann.-le decía.-Ustedes serán los que traerán la paz a la Tierra y las colonias.

-...mamá....-dijo una vocecilla.

-¡Heero!-dijo sorprendida.-¿Te despertaste y viniste a buscarme?

El pequeño niño asintió.

-Ven, siéntate aquí a mi lado.-dijo sonriendo.

El niño corrió y se sentó al lado de su madre, recargándose en ella.

-Heero...-dijo con dulzura.

La madre se quedó en silencio mientras los miraba, aquel destino cruel que le esperaba: entregar a sus dos tesoros a la guerra. Tenían ya un futuro predicho y no disfrutarían de su vida como niños normales.

La idea de que murieran no le gustaba, sería lo peor que le pudiera pasar...Primero perdió al hombre a quien amó como nadie y luego perder los frutos de ese amor.

En ese momento que pensó en ese cruel futuro la idea surgió. Después de encargar a la niñera a ambos niños, fue a trabajar en la operación Meteoro.

-Karen, regresaste pronto.-dijo el doctor J mientras examinaba algunos datos.

-¿Qué pasará si perdemos la batalla y no somos capaces de obtener la paz?- preguntó seriamente.

-Karen, ¿qué te hace pensar eso?

-No lo sé, no deseo verlos morir.

-Yo tampoco los quiero ver morir, pero es un riesgo que debemos correr.

-Lo sé.-dijo sin contener las lagrimas.

Se levantó secándose las lágrimas.

-¿Sigues trabajando en eso?-preguntó el doctor J.

-Será necesario para los mobile suits controlados por computadora.

-Ese sistema es un arma de dos filos.-finalizó el doctor J.

Se levantó y se retiró a otra sala de computación. Karen se sentó y comenzó a trabajar arduamente con un nuevo tipo de software.

"Sé que es peligroso...pero les ayudará" pensó.

-Está listo.-dijo.-Ahora hay que probarlo en el sistema de cabina.

Alguien tocó a la puerta, el doctor J se acercó y preguntó quien era.

-Soy yo: Karen.-dijo y el doctor le abrió la puerta.

Karen entró y colocó algunos discos duros de computadora en al mesa.

-El sistema Zero.-dijo mientras los miraba.

-Sabes que has creado una monstruosidad.-comentó el doctor J.

-Quiero que lo instalemos en el sistema de Wing Zero y Némesis.-dijo.

-Si esa es tu voluntad no podemos dar marcha atrás.-comentó el doctor.-Lo pondré en sus diseños, bueno, seguiré con el diseño de Wing 01.

Dos años después, el doctor se había ido a otra colonia después de una revuelta en las colonias en las cuales se prohibieron las comunicaciones entre colonias. Heero ya tenía 4 años y Ann dos. La doctora Iwakura aún seguía ocupada con los diseños de Némesis y Wing Zero.

-¿No es demasiado trabajo para usted crear dos diferentes gundams?-preguntó un ingeniero. -Incluso tiene dos hijos pequeños.

-Es por ellos que puedo resistir todo esto.-dijo solemnemente.

Heero y Ann se llevaban bien en cierta forma. Heero era un tanto serio pero siempre cuidaba de Ann, quien era un poco más alegre.

A pesar de todo el trabajo que tenía la doctora con los gundams, siempre se dio un tiempo para sacar a pasear a los pequeños, ella nunca había revelado quien era su padre por miedo a que Oz quisiera eliminarlos.

Fue un día cuando salieron de paseo donde se dio una tragedia que marcaría parte de la venganza de Ann...

Se escuchó la explosión de una bomba.

Luego algunas detonaciones que siguieron...

Era un ataque....un ataque en la colonia...un ataque tanto a civiles como a militares.

Dentro de la colonia había una lluvia de fuego en contra de todo lo que se moviera por rumores de esa colonia era una base de rebeldes. Después de ocultar muy bien el proyecto Némesis y Wing Zero, tanto trabajadores como civiles empezaron a buscar un lugar donde ocultarse y salvar sus vidas.

Algunos edificios habían sido atacados y destruidos. En un edificio abandonado por la gente una madre con sus dos hijos intentan sobrevivir al feroz ataque. Ante el miedo, la pequeña Ann no puede evitar llorar.

-No llores Ann, todo estará bien.-decía su madre de forma consoladora mientras sujetaba con fuerza la mano de Heero.-No me vayas a soltar, cariño.

El niño se limitó a decir un tímido: "si". Heero probablemente sabía lo que estaba pasando, el pequeño mostraba una miraba seria por la situación.

Iwakura había decidido esconderlos debajo de las escaleras del edificio mientras el fuego se detenía pero el lugar no sería seguro y ella lo sabía.

-Nos quedaremos aquí, ¿me entendieron?-decía mientras bajaba a Ann de sus brazos y la sentaba en le lugar.-Pronto nos iremos, lo prometo.

Iwakura deseaba buscar una salida pero a la vez no. Si salían serían atacados pero no estarían seguros ahí. Tenía que arriesgarse.

-Heero, escúchame bien.-dijo mientras tomaba los hombros del niño.-Voy a salir pero quiero que ustedes se queden aquí, no importa si me escuchan gritar o algo: no salgan y ...

Las lágrimas no pudieron evitar salir cuando pensó en lo que iba a decir:

-Heero, si no regreso cuida de tu hermana y vayan con su abuelo, ¿lo harás?

De nuevo el niño asintió seriamente y tomo la mano de su hermanita.

Iwakura se puso de pie, tal vez se sentía tan triste que no escuchó aquel tanque que se acercaba.

-¡Mami!-gritó la pequeña soltando la mano de su hermano.

-¡Ann! ¡No, quédate allá!-gritó y en ese momento ocurrió.

La niña corrió rápidamente y alcanzó a cruzar el pasillo, su hermano la seguía pero cuando alcanzó a su madre y Heero venía atrás, el tanque disparó al pasillo donde se encontraba el niño.

Hubo una gran explosión, el humo llenaba el lugar y algunos escombros comenzaban a caer. La explosión lanzó a madre e hija lejos.

-¡HEERO!-gritó con todas sus fuerzas en busca de una respuesta del niño.

Después del ataque, se escuchó un horrible silencio en toda el área. Sólo quedaban escombros y cenizas. Cuerpos sin vida y mobile suits destruidos.

Karen y Ann salieron del edificio casi destruido. Ann tenía algunas heridas al igual que su madre, pero su madre tenía la peor herida en el corazón: había perdido uno de los motivos de su existencia.

-Mami...¿dode ta Hiro?-preguntó la niña.

La madre no pudo evitar llorar.

-Heero se ha ido a un lugar hermoso en el cielo, Ann, desde allá te estará cuidando.-dijo con fortaleza.

-¿No va veir?-preguntó.

-No, no volverá.-dijo con tristeza.

-¿Quién anda ahí?-preguntó una voz masculina.

Iwakura rápidamente levantó a su hija y la protegió.

-¿Qué desea? ¿Quién es usted?-preguntó ella inmediatamente.

-Vaya pero si es una mujer y una niña.-dijo burlonamente.-Mi nombre es Odin Lowe.

-¿Odin Lowe? ¿Qué desea?-volvió a preguntar.

-Nada, sólo admirar mi trabajo.-dijo mientras miraba alrededor.

-¿Usted....?-dijo sin encontrar palabras.

-Sí, la verdad lo hice muy bien.

-¿Tiene idea de cuantas personas han perdido la vida?-preguntó enojada.

-No y no me importa.-dijo tajantemente.-Pero me sorprende com sobrevivieron.

-Si supiera a quien acabo de perder...-dijo llorando.

-¿A su esposo? Ja ja ja ja -rió burlonamente.-Bueno, pensaba en matarte pero esa pequeña me hizo cambiar de opinión.

Ann lloraba ante la situación y dolor de sus heridas.

-Bueno, me retiro, alguien me esta esperando.-dijo mientras hacía una seña de despedida y se retiraba.

-Maldito seas...Odin Lowe...-murmuró con odio.

Iwakura cayó de rodillas y comenzó a llorar llena de odio, tristeza e impotencia. Tal vez la pequeña Ann no comprendía lo que había pasado pero una cosa era segura: no volvería a ver a su hermano.

Luego que las comunicaciones se reactivaran y la colonia volviera a la normalidad, la doctora Iwakura detuvo la producción de del modelo del Wing Zero. Muchos de los que trabajaban en el proyecto preguntaron el por qué de esto, y ella solo se limitaba a responder que habían perdido al piloto, no deseaba recordar aquello.

Pasaron 9 largos años, Ann tenía 11 años y ya tenía tres años practicando con el sistema Zero y entrenando para la Operación Meteoro. Incluso viajaba a la Tierra como polizonte en las naves de la alianza para atacar puntos específicos en la Tierra.

Rusia. En la tierra cerca del polo Norte se encontraba una base militar de la Alianza. Al parecer hay mucho escándalo pues alguien se ha infiltrado en la base: una niña. Un camión de municiones esta fuera de control o eso parece.

-¡DETENGASE!-gritaban los oficiales disparando.

-No me voy a detener.-murmuraba la niña pasando a los oficiales.-¡FUERA DE MI CAMINO!

El camión se dirige a un área con mobile suits de reserva.

-Bien, aquí acaba el viaje.-dijo Ann abriendo la puerta del camión y saltando a la nieve.- ¡Uh!

Gracias a la suavidad de la nieve, tuvo un buen aterrizaje y no tuvo heridas de consideración, solo algún golpe. El camión se estrella en la base causando grandes explosiones y destruyendo a los mobile suits.

La niña comienza a caminar hacía otra dirección mientras los soldados se reúnen en el lugar. Bajo la nieve que caía se retira.

-Misión completa.-dijo con una sonrisa.

En una trinchera en al nieve, Ann entra y usa una frecuencia para comunicarse a las colonias. Dentro algunos rebeldes la esperaban.

-Bien hecho, pequeña.-dijo uno.

-Gracias.-dijo sonriendo.

-Ya esta lista la frecuencia, Ann.-dijo un joven mientras se la pasaba.

-Aquí habla Ann, utilizando la frecuencia de Némesis.-decía.

-Aquí la colonia L3, la línea es segura. Adelante.-dijo la voz de una mujer.

-¡Mamá! La misión fue un éxito, pienso abordar el próximo vuelo a la colonia.

-Bien hecho, te estaré esperando.-dijo su madre con alegría de volverla a ver.-Ten mucho cuidado, Ann.

-Sí, cambio y fuera.-dijo.

Termino la comunicación y los rebeldes la miraron. Debían estar preocupados porque una niña como ella tuviera que hacer tan peligrosas misiones. El mayor de todos se acerco a la pequeña niña de tan solo de 10 años.

-Ann, si deseas puedes quedarte un poco más.-dijo.

-Lo siento, pero debo ir a practicar con mi sistema, falta poco para que Némesis este terminado.-dijo.

-Lo entiendo, buena suerte.-dijo.

-¡Adiós!-gritó mientras se dirigía a una base.

-Es una niña fuerte...lástima que tenga que vivir en una época de guerra.- dijo el hombre a los demás.

Después de un largo viaje como polizonte en una nave espacial, llegó a la colonia L3, obviamente cansada y con deseos de ver, aquel objeto que consideraba a su amigo: Némesis.

Debido a la fuerte presencia militar en la colonia, se las arreglo para poder llegar al laboratorio donde se construía a Némesis. Llegó pero en vez de ser recibida con alegría, lo único que pudo escuchar fue una acalorada discusión entre su madre y Dekim.

-¿Lanzar las colonias contra la Tierra? ¿Qué tipo de locura es esa?- preguntó muy enojada Karen.

-Es el nuevo objetivo de la operación Meteoro.-contestaba Dekim.

-El objetivo de la operación Meteoro es vengar la muerte de Heero Yuy.- replicó.

-Te equivocas.-dijo apuntando a la mujer con una pistola.-El nuevo objetivo de la operación Meteoro será lanzar las colonias contra la Tierra cuando su sistema de rotación se destruya en el punto Lagranss (N/A: quien sabe si se escribe así =P) y los gundams irán a colonizar los distintos territorios.

-Pero... ¡demasiada gente morirá!-replicó enojada.

-Cerca de 25 millones de personas para ser más exactos.-dijo Dekim con una sonrisa.

La mujer quedó en silencio ante la imposibilidad de decir algo contra un arma en su frente. Dekim guardó su arma y salió rápidamente escoltado por unos hombres.

Ann no sabía si entrar en ese momento, pero su madre la vio y le sonrió, Ann sintió confianza y entró a la habitación.

-Hola Ann, que bueno que llegaste.-dijo con alegría.

-Hola mamá.-dijo sonriendo.

-Ann...-parecía querer decir algo pero le costaba. Se decidió.-Deseo consultar algo contigo.

-¿Qué?

-La operación Imperial.-dijo con seriedad.

-¿Operación Imperial?-preguntó Ann.-¿Qué operación?

-En Rusia se esta construyendo un cañón de gran poder que debemos destruir.- explicó.-Pero...necesitamos un gran poder...

-¡Con Némesis lo lograré!-dijo con decisión.

-Incluso con los 6 gundams no lo destruirían.-dijo mostrando imágenes del satélite.-Por eso he puesto un autodetonador diez veces más fuerte que lo normal. Al autodetonar a Némesis provocará una enorme explosión que provocará un gran desastre natural en la Tierra lo que afectará a todo el mundo.

-Pero...

-Fue una orden de Dekim...pero...te pido que nunca lo hagas.

-Pero si disparan el cañón, ¡Las colonias pueden ser destruidas!-replicó.

-Prefiero que todo el mundo sea destruido a guiarte a tu propia muerte.- dijo poniendo sus manos en sus hombros. Ann se quedó callada.

-Bueno, es hora de que practiques con el sistema Zero.-dijo tomándola de la mano.-Yo iré a hablar con tu abuelo.

Año 195 a.c. Pronto se ejecutará la operación Meteoro. Una noche antes de ejecutarla, Karen dio las últimas indicaciones sobre la Operación Meteoro a Ann, quien se sentía muy nerviosa.

Esa noche, Ann no podía dormir, faltaba poco para que amaneciera para ejecutar la operación Meteoro, así que fue a donde estaba Némesis para estar con él, hablarle pues lo consideraba alguien muy cercano a ella. Subió hasta quedar sentada cerca de la cabina del piloto.

-Némesis... ¿seremos capaces de obtener la paz?-se preguntó.

El silencio reinaba el lugar y le daba tranquilidad a Ann quien estaba nerviosa por lo de la operación.

-Operación imperial...-musitó así misma.

-¿Quién anda ahí?-exclamó una mujer apuntando con un arma.

-¡Mamá! Soy yo, Ann.

Karen bajo el arema al ver que se trataba de su tesoro más preciado en el mundo. Caminó lentamente hacía Némesis.

-Ann, ¿qué haces ya levantada?-preguntó.

-Estoy nerviosa, no pude dormir.-dijo mirando a Némesis.

-Ya veo...

-Mamá...-dijo de repente.-¿Podremos traer la paz?

-¿Por qué me preguntas eso?-dijo como si no entendiera la pregunta.

-No sé...-dijo como incapaz de decir lo que sentía.

-Ann, sólo confía en tu corazón y haz lo que tus creas conveniente.-dijo sonriéndole.- Actúa como tu quieras y verás que obtendremos la paz, ignora la operación Meteoro.

-Sí.-dijo con una sonrisa.

La hora al fin llegó. Ann se preparaba para ir a la Tierra y comenzar con el proyecto que tenía años esperando ejecutarse. Los técnicos trabajan en los últimos detalles antes de que Ann saliera.

-Cuando llegues a la Tierra, me comunicaré contigo para darte las primera misiones, ¿entendido?-le dijo mientras Ann se ponía el traje espacial.

-Buena suerte.-le dijeron todos.

-¿Quiénes son ustedes? ¡Uhggggg!-se escuchó en la puerta principal.

Una racha de balas comenzó a disparar a todo lo que se movía.

-¡¿Soldados de la Alianza?!-preguntó Karen.

-Tenemos las órdenes de eliminar a todos.-ordenó un hombre. Era Quinze.

Karen lanzó a Ann debajo de un escritorio para protegerse.

-Quinze...-musitó Karen llena de furia.-Supongo que Dekim se enteró.

-¿Eh?-Ann no entendía lo que pasaba.

-Escucha Ann, te llevaré hasta la cápsula espacial, despega y ve a la Tierra, no importa lo que me pase, reúnete con los otros pilotos, ¿entendido?

-Pero...

-¡Vamos, yo te cubriré!-dijo mientras la lanzaba la frente para que corriera de la masacre hacia la cápsula.

-¡Karen Iwakura!-gritó Quinze a todo el lugar.- ¡Jamás debiste cambiar los fundamentos de la operación Meteoro! ¡Pagarás caro!

Ann y su madre corrían a la escalera para lanzar la cápsula pero uno de los hombres la vio.

-¡Allá! ¡Disparen!

La ráfaga de fue disparada contra ellas.

-¡No!-gritó empujando a Ann al suelo recibiendo los disparos.

"No quiero perderte Ann...no quiero sufrir de nuevo" pensó mientras sentía el dolor de los impactos y gruesas lágrimas brotaban de sus ojos.

Ann cayó debajo de su madre y la niña pudo sentir la cálida sangre de su madre en su cuerpo.

-No te muevas...piensa que estas dormida...Todo estará bien...-dijo débilmente.

-Bien, hemos eliminado a todos los de este lugar.-dijo Quinze caminando hacía donde yacía el cuerpo de Karen Iwakura.-Jamás debieron interferir en el reinado de Mariemeia Barton.-dijo y se retiró.

-¿Señor que haremos con el gundam?-preguntó un hombre.

-Nada, déjalo aquí...también a los cuerpos, nadie se enterará de esto...Quiero que quemen este edificio.

-¡Entendido!-exclamó el hombre.

Varias horas después, Ann levantó el cuerpo inerte de su madre. Miró a su alrededor y vio todos los cuerpos de aquellas personas con quien había estado trabajando todo este tiempo.

No sabía si ir a la Tierra, pues en ese momento no tenía humor para ir a matar a más gente. Levantó el cuerpo de su madre y los puso a un lado de ella.

En segundos, algunas detonaciones se comenzaron a escuchar y el fuego comenzó a extenderse por el lugar. Con las fuerzas que le quedaban, Ann fue hacia la grúa que sujetaba a la cápsula y la coloco en el sótano para protegerlo. Ann estaba a punto de bajar para ocultarse, miró el cuerpo de su madre y le nació un impulso de ir por él. Pero, los soldados de la Alianza se acercaban y si veían al Gundam, se armaría un gran desastre. Lo miró por última vez y bajó.

Al día siguiente, se dio a conocer lo ocurrido, Ann pudo notar que a ella la habían dado por muerta, ya que su nombre aparecía en la lista de los muertos en el incidente. Se hicieron tumbas para todos y Ann iba de vez en cuando a dejar una ofrenda de flores.

Por medio de las noticias podía enterarse de todo lo que ocurría con los Gundams y como iba la operación Meteoro, realmente no deseaba participar debido a lo que había ocurrido.

Después de la caída de la revolución de Mariemeia, parecía que la paz había regresado a la Tierra y a las colonias, fue cuando se encontró con una persona que sería clave para la decisión de su futuro.

Era una mujer joven de cabello ondulado y de tono claro. Venia vestida formalmente frente a Ann, quien vestía una ropa sencilla. Ann puso un rostro de astucia mientras la mujer sonrió al verla, lo que desconcertó a Ann.

-No sabía que los muertos pudieran caminar.-dijo con una sonrisa.

-¿Qué?

-La gente no sospecha nada debido a que viviste en una época de guerra donde había huérfanos, ¿verdad?

-¿Qué desea?-exclamó Ann perdiendo al paciencia.

-Tu tienes algo que necesitamos, cuyo nombre es Némesis.-dijo en voz baja acercándose a ella.

-¿Quién le dijo...?-preguntó sorprendida y poniéndose a la defensiva.

-Si nos ayudas prometemos decirte algo muy importante que tiene que ver con tu fallecido hermano.-dijo sutilmente.

-¿Con Heero?-preguntó sorprendida y asustada.

-Nosotros te podemos decir quien fue uno de las dos personas que provocaron ese incidente donde tu hermano murió.-comentó.-Y si nos ayudas con Némesis, tendrás la oportunidad de cobrar venganza, ¿aceptas?

Ann se quedó callada por un momento meditando la interesante propuesta que probablemente era lo que su madre más quería: vengar la muerte de Heero.

-Acepto.

Ann abrió los ojos después de haber pensado en todo lo que había ocurrido desde ese día, después de haber llegado a la colonia X18999 se enteró que el piloto del Wing Zero, aquél chico que había salvado a la Tierra de Libra había participado en el ataque a la colonia.

Ann seguí contemplando a la Tierra, en la cual se podía ver al MO-V. Se podían divisar las colonias. Su corazón le gritaba que quería la venganza.

-Debo seguir el camino que escogí, no tengo vocación de pacifista...-musitó así misma.

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Notas de la autora: ^^ que tal??? Les gusto??? Espero que si, si no me doy de un tiro x_x Este capitulo estuvo más largo de lo normal debido a la gran cantidad de material que se vino a la cabeza ^^' pero bueno, ya esta aquí y esto responderá a dudas (como murió el hermano de Ann? Operación Imperial? Y otras n_n) Jejeje así que ya expliqué gran parte del argumento.

Gracias por los reviews a:

*Anna Kyouyama: Bueno pues aquí ya sabes porque Ann quiere matar a Heero por la relación que tuvo este con Odin Lowe. No se preocupen, Heero vivirá...si es que no le cambio el final =P ( ya esta escrito!) Saludos!

*Kathy: Muchas gracias por tu review y que bueno que te gustó la historia ;_; me alegra saber que a alguien le gusta. Con respecto a tus preguntas, Ann tiene 15 años y con respecto a lo de Hubbard, cheka que cuando tomaron la colonia, el ni estaba y como pudo ir a la colonia X18999 cuando estaba bajo Neo Oz? Además le sirvió de disfraz ser pacifista. Con respecto a lo del Yaoi.... ¿sabes? siempre he opinado que el único YAOI que existen GW es el 3x4, así que tal vez ponga algo muy ligerito sin profundizar mucho O_o (sólo necesito fuerzas para hacerlo...porque odio a Quatre _) "La lela"....bueno, solo espera sorpresas porque esta tipa sigue con las andadas de "ayudar" pero descubrirán un secreto importante así que se lleva el crédito =( Bueno, gracias y cuídate.

En el siguiente capitulooooooooooooooooooo!!!!!!!!

Trowa y Wufei llegan a la colonia L2 listos para pilotear a Nataku y a Heavyarms, y tendrán los 4 la oportunidad de luchar contra Némesis (podrán??? Quien sabe... O.o) Mariemeia recuerda algo importante que le cuenta a Lady Une...¿Qué más?...Ah! Zechs ha ideado un plan a elaborar para destruir a Némesis (pero qué?! No la debe matar!! )...Ò_Ó ah! Pero Hubbard tiene otro!!! Ejem... a petición de Kathy habrá un ligerito YAOI (3x4 obviamente) pero muy ligerito así que no esperen algo muy profundo ^^!!! Sally llega al MO-V con la info de Lady y junto con Noin deciden seguir a Relena (matéenla de paso... ^_~). Heero sigue en coma ;_; y a ver que se me ocurre... ^^