Holas!! Aunque no se si este buena, se me ocurrió esta historia. Espero que
al menos alguien la lea porque me esforcé mucho T-T Bueno, ya dejo el
drama, pero lean!! Y después me juzgan, espero que les guste!^^ Ah! Es
verdad, estoy loca por el YohxAnna, así que voy a tratar de escribir mucho
de él *-----* Pero no me sale escribir lemon T-T Bueno ya, ya me callo!^^U
Ah! Y el titulo no se si va a tener algo que ver con la historia, pero me
gustó, así que no pregunten¬¬ Ahora si! ^O^
*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*
El amor es más fuerte
1-Encuentros
Habían pasado ya cuatro años desde que el torneo de shamanes fue pospuesto gracias a Hao y desde entonces nadie había recibido noticias de los apaches al respecto, así es como hasta el momento no había Shaman King. Eso significa que un despreocupado shaman seguiría entrenando duro, o al menos debería...
-YOH ASAKURA!!!!!!- gritó una chica rubia, de unos 17 años -Se supone que estabas entrenando!!-
El chico de cabello castaño un año mayor a quien le estaba gritando la miró nervioso. Había estado escuchando música debajo de un árbol luego del entrenamiento.
-Pero Annita, estaba descansando un ratito...- Respondió con una gota en su cabeza.
-Nada de peros! Y no me digas Annita, ahora a entrenar!!- Anna tenía una venita en su frente- Quiero que corras 300 km más!-
-Pero Annita...- repitió, recibiendo una gélida mirada por parte de su prometida.- Anna, ya esta anocheciendo...
-Dije que nada de peros!- y entro a la casa.
Mientras que Yoh...-Por que.............- saliendo a su largo entrenamiento. -"Anna siempre será Anna...Por eso me gusta..."- Pensó el shaman sonriente mientras se alejaba de la pensión.
Yoh había crecido muy guapo. Seguía teniendo su pelo castaño igual de corto y sus audífonos siempre con él, pero ahora era más alto y tenía un cuerpo bien formado y musculoso gracias al arduo entrenamiento al que se enfrentó y seguirá enfrentando cada día. Y aunque su personalidad no había cambiado mucho, ya que seguía con esa tranquilidad y bondad infaltables en él, se notaba, por lo menos para los que en realidad lo conocían, que había madurado.
Su prometida, la temible y respetada itako, tampoco había cambiado mucho su personalidad aunque de vez en cuando soltaba una que otra sonrisita que hacían que el corazón del shaman saltara. Por otra parte Anna se había vuelto una adolescente muy bella, con su pelo rubio solo un poco más largo que antes y un cuerpo bien formado que, según su prometido, haría a cualquier hombre babear, algo raro al pensar que se la había pasado los últimos años sentada en el piso mirando tele.
Al cumplir ambos 17 o más años de edad, la escuela había terminado ya y la familia de Yoh, había dado órdenes explícitas de que ambos asistieran a la universidad. Pero no era una universidad común, sino una de esas en donde no solo vas a estudiar, sino que es necesario que te quedes todo el año a vivir allí, solo volviendo en las vacaciones, y por si fuera poco, no solo gente normal asiste a ella, sino que también toda clase de shamanes de todo el mundo.
Claro que a Yoh eso no le agradaba nada, significaba que no vería a sus amigos por un interminable año, ni tampoco podría tener tantas libertades, aunque con el riguroso entrenamiento y teniendo que cocinar y limpiar la casa ya no las tenía. Pero eso no venía al caso.
-Ay, ya no puedo correr más!!- Yoh seguía corriendo con las pesas de todos los días en sus brazos y piernas -Se me salen las piernas...
Pero de pronto...
-AHHHHHHHHHHHHH!!!!!!!- Yoh recibió un grito a todo pulmón en la cara, (mejor dicho en las piernas, porque la persona que había gritado media solo un poco mas que sus rodillas) haciendo que el desprevenido shaman cayera al piso de la sorpresa y el dolor en sus oídos, abriendo los ojos solo para ver a su mejor amigo con la expresión en su cara...asustada?
-Manta?- pregunto Yoh a su enano amigo.
-Yoh, amigo!!- respondió el pequeño -Me asustaste! Pensé que era un fantasma, o Anna!
Al escuchar el nombre de su prometida el corazón de Yoh dio un salto. Siempre la había querido y sentido algo especial por ella, pero últimamente ese cariño se había vuelto más intenso, tanto que a veces le asustaba lo que podía llegar a hacer...
-Jijijijiji- Yoh soltó una de sus usuales risitas -Cómo es que sigues teniéndole miedo a los espíritus? Ya viste bastantes, peque.
-No lo se amigo...- se estremeció el pequeño de 18 años.
Manta no había cambiado mucho. Aunque ya habían pasado cuatro años, seguía con la misma altura de antes, o un poquito más alto, si se considera a un milímetro o dos un poquito...
-Y por qué tanto miedo a Anna?- soltó el shaman con una expresión de reproche que el pequeño no noto.
-Es que si me ve puede que termine haciendo la cena o limpiando el baño, poniendo la mesa, yendo de compras y no se que más...Y tengo una vida también, sabes?- dijo Manta afligido soltando un gran suspiro.
Yoh no pudo evitar reír al imaginarse la expresión de su prometida y el golpe que se ganaría Manta si ella estuviese ahí en ese momento.
-Amigo...
Si, definitivamente su Anna se enojaría si escuchase la protesta de Manta.
-YOH!!- gritó el enano, sacando al shaman de su mundo.
-Ah! Que pasa Manta- dijo ya con ganas de regresar a la pensión.
Manta puso su cara pensativa -Mmmm...Yoh, no estarás enamorado?- soltó con una sonrisita pícara, al ver la cara del shaman al escuchar semejante pregunta de repente. -......Bueno........la verdad es q-que.- tartamudeo con un leve rubor en las mejillas.
-BASON!!!!!!!- gritó una vos familiar y como siempre tan irónica como enojada haciendo que la confesión de Yoh quedara pospuesta automáticamente.
-Pero que te pasa!! Ya te dije que era por este lugar!- gritó otra voz que sonaba molesta también.
-Ya tenemos 5 horas caminando! Y eso que la estación de trenes estaba cerca de la pensión!!- respondió la primera voz calmándose un poco.
-Que te crees Rentado! Tu fuiste quien me pidió que te guiara!!
-Como me dijiste Hoto-Hoto!!
-Dije RENTADO!!- soltó Horo con ironía -Oye!! KORORO!!!- un pequeño y lindo Kropokle se metió en su tabla.
-Ah, si? BASON!!- gritó el shaman chino realmente enfadado. Y un gran y fuerte espíritu apareció a su lado.
-"Oh oh, mejor intervengo.."- Pensó Yoh que había estado observando el espectáculo junto a su amigo -Ren, Horo!!- gritó con su usual sonrisa.
-YOH!!!- los dos gritaron al unísimo.
Ren se calmó, dejando que su espíritu acompañante volviera a su estado normal. Sus labios se curvaron un poco, aliviado de no estar perdido ya y de ver de nuevo a su amigo. Ren Tao, el poderoso shaman chino de temible carácter había crecido bastante. Aunque si se comparaba con los demás que también lo habían hecho, seguía medio bajito para su edad. Claro que con su torso musculoso y lo espectacularmente formado que estaba su cuerpo lo disimulaban bastante, combinado con sus brillantes ojos dorados. Además de su aleta que también lo ayudaba...
Horo, en cambio, sintió tanta felicidad que corrió hacia Yoh abrazándolo, con lágrimas de felicidad en su cara.
-Desnutrido..*sob*..no sabes cuanto me alegra verte!!- dijo para luego mirar a Ren desafiantemente -Te dije que era por aquí Rentarado!
-Ya cállate Horotonto..- se cruzó de brazos y desvió la mirada.
-Jijijijiji..Ustedes nunca cambiarán- dijo Yoh notablemente divertido.
-Oigan...- Manta que aún seguía ahí si haber sido notado tenía una sonrisa nerviosa en su carita.
-Oye chiquitín, no te había visto!!- Horo se acerco a Manta y puso una mano en su cabeza. -Como has estado?- pregunto Horo con su cálida sonrisa. Horo era el que más había cambiado. Aunque seguramente el cambio se debía a que ya no tenía su usual bandita. Era increíble como esta le cambiaba la expresión. Era como otro Horo, pero a la vez el mismo de siempre. Algo difícil de explicar pero que le quedaba mejor así no se podía negar. Además estaba mucho más alto, cambio que era fácilmente explicado por una palabra: la comida.
-Bien, gracias Horo!- pero su cara parecía preocupada- pero lo que quería decir es que...Yoh, Anna va a matarte...son más de las nueve- Al escuchar sus palabras el despreocupado shaman salió corriendo rumbo a la pensión, seguido por sus amigos.
-Adiós mundo cruel...- murmuraba Yoh mientras divisaba la pensión iluminada.
-Yoh!! Espéranos!!- Manta y los demás corrían tras él tratando de alcanzarlo. Pero era inútil.
-Pero como corre ese flacucho!- Horo gritó antes de que una bolsa se le plantara en la cara -Pero QUE!!!? KORORO!!
Al fin llegaron como medio minuto después que Yoh, pero llegaron, dejando a una pobre bolsa congelada en el camino.
A pesar de que ya era tarde, Yoh los había esperado en la puerta. Eso demostraba su gran amistad...o el gran miedo que tenía.
-Ah!.....cre...i...que...no..lle...ga..ria!- el pobre de Manta y sus pequeñas piernitas con suerte habían aguantado hasta la casa.
---------------------------------------------------------------------------- ----------------------------------
Media hora había pasado ya. Tres shamanes y un pequeño contemplaban el suelo.
-Yoh...- el pequeño llamó a uno de los shamanes.
-............- el shaman observaba a una pequeña hormiga tratando de levantar una hoja.
-Grrrrrr......- Ren protestó.
-.......................- pero lo único que hizo el shaman fue levantar la hojita y colocarla encima de la hormiga con una gran sonrisa.
-YA ME CANSASTE!!- si había algo que Ren odiaba, era ser ignorado. Aunque sabía que su amigo acostumbraba a portarse así, pero simplemente no podía evitar enojarse -BASON!!
De repente la pequeña hormiga fue tapada de la vista del shaman por una lanza y al escuchar decir al dueño de esta "Entra" con tanta impaciencia no pudo más que hacer caso y entrar a enfrentar su destino...
-"Anna debe de estar hambrienta.........Oh dios...."- pensó Yoh.
Pero no pudo hacerlo mucho más porque una rosada chica dos años menor que el se abalanzó a la puerta con una gran y tímida sonrisa en su rostro.
-Joven Yoh!!!- la chica pronunció ansiosa y toda roja al mismo tiempo.
-T-Tamao! Que haces aquí? Me asustaste!- dijo el shaman aliviado mientras hacía pasar a sus invitados, y trataba de encontrar con la mirada a su prometida sin éxito.
-La señora Kino me pidió que viniera, no me dijo la razón, pero supongo que pronto lo hará- respondió con una dulce sonrisa, que enrojeció las mejillas del shaman del norte.
-Jijijijii, bienvenida entonces!- le sonrió el shaman, haciendo enrojecer más a Tamao, si es que era posible.
-Donde se encuentra Anna?- preguntó Yoh. Quien no pudo evitar preocuparse al no verla, ni sentir golpe alguno.
El rostro de la dulce joven cambió al escuchar tal preocupación en su voz. Sabia que él sentía algo por su prometida y viceversa, y lo aceptaba. Anna se había vuelto una de sus mejores amigas, porque aunque no hablase mucho, siempre había existido un vínculo entre ellas, y no solo el amor que ambas sentían por el shaman, sino que se entendían una a la otra. Además, quería lo mejor para Yoh, y al lado de Anna, eso era lo que tendría. Pero el corazón humano no es perfecto, y no podía evitar sentir un gran dolor al darse cuenta de la realidad.
-Eh...b-bueno, la se-señorita Anna esta.....- respondió tartamudeando y cambiando rápidamente su expresión. Apuntó el dedo índice hacia la cocina.
Yoh se preocupó doblemente al escuchar el tono de voz de su amiga y corrió lo más rápido que pudo a la cocina dándose un fuerte golpe en la con una mesita en la rodilla derecha, pero no le importó. Su prometida era lo único que ocupaba su mente en ese momento.
Al llegar a su destino, abrió fuertemente la puerta solo para encontrarse......
Continuará.....
*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*
Bueno, que tal? Ya es muy obvio lo que va a pasar y todo eso, pero es todo lo que mi cabeza alcanza a hacer por ahora.T-T Se viene la universidad!! ^O^ Yo quisiera ir a una de esas universidades en las que te quedas a dormir, o colegio, como en Harry Potter!*O* Pero bueno, mejor dejo de escribir cosas que no tienen nada que ver!^^
Nos vemos!!!
AnNiTa n_n
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El amor es más fuerte
1-Encuentros
Habían pasado ya cuatro años desde que el torneo de shamanes fue pospuesto gracias a Hao y desde entonces nadie había recibido noticias de los apaches al respecto, así es como hasta el momento no había Shaman King. Eso significa que un despreocupado shaman seguiría entrenando duro, o al menos debería...
-YOH ASAKURA!!!!!!- gritó una chica rubia, de unos 17 años -Se supone que estabas entrenando!!-
El chico de cabello castaño un año mayor a quien le estaba gritando la miró nervioso. Había estado escuchando música debajo de un árbol luego del entrenamiento.
-Pero Annita, estaba descansando un ratito...- Respondió con una gota en su cabeza.
-Nada de peros! Y no me digas Annita, ahora a entrenar!!- Anna tenía una venita en su frente- Quiero que corras 300 km más!-
-Pero Annita...- repitió, recibiendo una gélida mirada por parte de su prometida.- Anna, ya esta anocheciendo...
-Dije que nada de peros!- y entro a la casa.
Mientras que Yoh...-Por que.............- saliendo a su largo entrenamiento. -"Anna siempre será Anna...Por eso me gusta..."- Pensó el shaman sonriente mientras se alejaba de la pensión.
Yoh había crecido muy guapo. Seguía teniendo su pelo castaño igual de corto y sus audífonos siempre con él, pero ahora era más alto y tenía un cuerpo bien formado y musculoso gracias al arduo entrenamiento al que se enfrentó y seguirá enfrentando cada día. Y aunque su personalidad no había cambiado mucho, ya que seguía con esa tranquilidad y bondad infaltables en él, se notaba, por lo menos para los que en realidad lo conocían, que había madurado.
Su prometida, la temible y respetada itako, tampoco había cambiado mucho su personalidad aunque de vez en cuando soltaba una que otra sonrisita que hacían que el corazón del shaman saltara. Por otra parte Anna se había vuelto una adolescente muy bella, con su pelo rubio solo un poco más largo que antes y un cuerpo bien formado que, según su prometido, haría a cualquier hombre babear, algo raro al pensar que se la había pasado los últimos años sentada en el piso mirando tele.
Al cumplir ambos 17 o más años de edad, la escuela había terminado ya y la familia de Yoh, había dado órdenes explícitas de que ambos asistieran a la universidad. Pero no era una universidad común, sino una de esas en donde no solo vas a estudiar, sino que es necesario que te quedes todo el año a vivir allí, solo volviendo en las vacaciones, y por si fuera poco, no solo gente normal asiste a ella, sino que también toda clase de shamanes de todo el mundo.
Claro que a Yoh eso no le agradaba nada, significaba que no vería a sus amigos por un interminable año, ni tampoco podría tener tantas libertades, aunque con el riguroso entrenamiento y teniendo que cocinar y limpiar la casa ya no las tenía. Pero eso no venía al caso.
-Ay, ya no puedo correr más!!- Yoh seguía corriendo con las pesas de todos los días en sus brazos y piernas -Se me salen las piernas...
Pero de pronto...
-AHHHHHHHHHHHHH!!!!!!!- Yoh recibió un grito a todo pulmón en la cara, (mejor dicho en las piernas, porque la persona que había gritado media solo un poco mas que sus rodillas) haciendo que el desprevenido shaman cayera al piso de la sorpresa y el dolor en sus oídos, abriendo los ojos solo para ver a su mejor amigo con la expresión en su cara...asustada?
-Manta?- pregunto Yoh a su enano amigo.
-Yoh, amigo!!- respondió el pequeño -Me asustaste! Pensé que era un fantasma, o Anna!
Al escuchar el nombre de su prometida el corazón de Yoh dio un salto. Siempre la había querido y sentido algo especial por ella, pero últimamente ese cariño se había vuelto más intenso, tanto que a veces le asustaba lo que podía llegar a hacer...
-Jijijijiji- Yoh soltó una de sus usuales risitas -Cómo es que sigues teniéndole miedo a los espíritus? Ya viste bastantes, peque.
-No lo se amigo...- se estremeció el pequeño de 18 años.
Manta no había cambiado mucho. Aunque ya habían pasado cuatro años, seguía con la misma altura de antes, o un poquito más alto, si se considera a un milímetro o dos un poquito...
-Y por qué tanto miedo a Anna?- soltó el shaman con una expresión de reproche que el pequeño no noto.
-Es que si me ve puede que termine haciendo la cena o limpiando el baño, poniendo la mesa, yendo de compras y no se que más...Y tengo una vida también, sabes?- dijo Manta afligido soltando un gran suspiro.
Yoh no pudo evitar reír al imaginarse la expresión de su prometida y el golpe que se ganaría Manta si ella estuviese ahí en ese momento.
-Amigo...
Si, definitivamente su Anna se enojaría si escuchase la protesta de Manta.
-YOH!!- gritó el enano, sacando al shaman de su mundo.
-Ah! Que pasa Manta- dijo ya con ganas de regresar a la pensión.
Manta puso su cara pensativa -Mmmm...Yoh, no estarás enamorado?- soltó con una sonrisita pícara, al ver la cara del shaman al escuchar semejante pregunta de repente. -......Bueno........la verdad es q-que.- tartamudeo con un leve rubor en las mejillas.
-BASON!!!!!!!- gritó una vos familiar y como siempre tan irónica como enojada haciendo que la confesión de Yoh quedara pospuesta automáticamente.
-Pero que te pasa!! Ya te dije que era por este lugar!- gritó otra voz que sonaba molesta también.
-Ya tenemos 5 horas caminando! Y eso que la estación de trenes estaba cerca de la pensión!!- respondió la primera voz calmándose un poco.
-Que te crees Rentado! Tu fuiste quien me pidió que te guiara!!
-Como me dijiste Hoto-Hoto!!
-Dije RENTADO!!- soltó Horo con ironía -Oye!! KORORO!!!- un pequeño y lindo Kropokle se metió en su tabla.
-Ah, si? BASON!!- gritó el shaman chino realmente enfadado. Y un gran y fuerte espíritu apareció a su lado.
-"Oh oh, mejor intervengo.."- Pensó Yoh que había estado observando el espectáculo junto a su amigo -Ren, Horo!!- gritó con su usual sonrisa.
-YOH!!!- los dos gritaron al unísimo.
Ren se calmó, dejando que su espíritu acompañante volviera a su estado normal. Sus labios se curvaron un poco, aliviado de no estar perdido ya y de ver de nuevo a su amigo. Ren Tao, el poderoso shaman chino de temible carácter había crecido bastante. Aunque si se comparaba con los demás que también lo habían hecho, seguía medio bajito para su edad. Claro que con su torso musculoso y lo espectacularmente formado que estaba su cuerpo lo disimulaban bastante, combinado con sus brillantes ojos dorados. Además de su aleta que también lo ayudaba...
Horo, en cambio, sintió tanta felicidad que corrió hacia Yoh abrazándolo, con lágrimas de felicidad en su cara.
-Desnutrido..*sob*..no sabes cuanto me alegra verte!!- dijo para luego mirar a Ren desafiantemente -Te dije que era por aquí Rentarado!
-Ya cállate Horotonto..- se cruzó de brazos y desvió la mirada.
-Jijijijiji..Ustedes nunca cambiarán- dijo Yoh notablemente divertido.
-Oigan...- Manta que aún seguía ahí si haber sido notado tenía una sonrisa nerviosa en su carita.
-Oye chiquitín, no te había visto!!- Horo se acerco a Manta y puso una mano en su cabeza. -Como has estado?- pregunto Horo con su cálida sonrisa. Horo era el que más había cambiado. Aunque seguramente el cambio se debía a que ya no tenía su usual bandita. Era increíble como esta le cambiaba la expresión. Era como otro Horo, pero a la vez el mismo de siempre. Algo difícil de explicar pero que le quedaba mejor así no se podía negar. Además estaba mucho más alto, cambio que era fácilmente explicado por una palabra: la comida.
-Bien, gracias Horo!- pero su cara parecía preocupada- pero lo que quería decir es que...Yoh, Anna va a matarte...son más de las nueve- Al escuchar sus palabras el despreocupado shaman salió corriendo rumbo a la pensión, seguido por sus amigos.
-Adiós mundo cruel...- murmuraba Yoh mientras divisaba la pensión iluminada.
-Yoh!! Espéranos!!- Manta y los demás corrían tras él tratando de alcanzarlo. Pero era inútil.
-Pero como corre ese flacucho!- Horo gritó antes de que una bolsa se le plantara en la cara -Pero QUE!!!? KORORO!!
Al fin llegaron como medio minuto después que Yoh, pero llegaron, dejando a una pobre bolsa congelada en el camino.
A pesar de que ya era tarde, Yoh los había esperado en la puerta. Eso demostraba su gran amistad...o el gran miedo que tenía.
-Ah!.....cre...i...que...no..lle...ga..ria!- el pobre de Manta y sus pequeñas piernitas con suerte habían aguantado hasta la casa.
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Media hora había pasado ya. Tres shamanes y un pequeño contemplaban el suelo.
-Yoh...- el pequeño llamó a uno de los shamanes.
-............- el shaman observaba a una pequeña hormiga tratando de levantar una hoja.
-Grrrrrr......- Ren protestó.
-.......................- pero lo único que hizo el shaman fue levantar la hojita y colocarla encima de la hormiga con una gran sonrisa.
-YA ME CANSASTE!!- si había algo que Ren odiaba, era ser ignorado. Aunque sabía que su amigo acostumbraba a portarse así, pero simplemente no podía evitar enojarse -BASON!!
De repente la pequeña hormiga fue tapada de la vista del shaman por una lanza y al escuchar decir al dueño de esta "Entra" con tanta impaciencia no pudo más que hacer caso y entrar a enfrentar su destino...
-"Anna debe de estar hambrienta.........Oh dios...."- pensó Yoh.
Pero no pudo hacerlo mucho más porque una rosada chica dos años menor que el se abalanzó a la puerta con una gran y tímida sonrisa en su rostro.
-Joven Yoh!!!- la chica pronunció ansiosa y toda roja al mismo tiempo.
-T-Tamao! Que haces aquí? Me asustaste!- dijo el shaman aliviado mientras hacía pasar a sus invitados, y trataba de encontrar con la mirada a su prometida sin éxito.
-La señora Kino me pidió que viniera, no me dijo la razón, pero supongo que pronto lo hará- respondió con una dulce sonrisa, que enrojeció las mejillas del shaman del norte.
-Jijijijii, bienvenida entonces!- le sonrió el shaman, haciendo enrojecer más a Tamao, si es que era posible.
-Donde se encuentra Anna?- preguntó Yoh. Quien no pudo evitar preocuparse al no verla, ni sentir golpe alguno.
El rostro de la dulce joven cambió al escuchar tal preocupación en su voz. Sabia que él sentía algo por su prometida y viceversa, y lo aceptaba. Anna se había vuelto una de sus mejores amigas, porque aunque no hablase mucho, siempre había existido un vínculo entre ellas, y no solo el amor que ambas sentían por el shaman, sino que se entendían una a la otra. Además, quería lo mejor para Yoh, y al lado de Anna, eso era lo que tendría. Pero el corazón humano no es perfecto, y no podía evitar sentir un gran dolor al darse cuenta de la realidad.
-Eh...b-bueno, la se-señorita Anna esta.....- respondió tartamudeando y cambiando rápidamente su expresión. Apuntó el dedo índice hacia la cocina.
Yoh se preocupó doblemente al escuchar el tono de voz de su amiga y corrió lo más rápido que pudo a la cocina dándose un fuerte golpe en la con una mesita en la rodilla derecha, pero no le importó. Su prometida era lo único que ocupaba su mente en ese momento.
Al llegar a su destino, abrió fuertemente la puerta solo para encontrarse......
Continuará.....
*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*
Bueno, que tal? Ya es muy obvio lo que va a pasar y todo eso, pero es todo lo que mi cabeza alcanza a hacer por ahora.T-T Se viene la universidad!! ^O^ Yo quisiera ir a una de esas universidades en las que te quedas a dormir, o colegio, como en Harry Potter!*O* Pero bueno, mejor dejo de escribir cosas que no tienen nada que ver!^^
Nos vemos!!!
AnNiTa n_n
