UF, UF, TRAS ALGUNOS PROBLEMAS TÉCNICOS AJENOS A MI VOLUNTAD, AL FIN HE
PODIDO ACABAR EL CAPÍTULO. DISCULPAD EL RETRASO.
CAPÍTULO 7: El regreso de Hiei. ¿Dónde está Yukina?
Yusuke tenía a Hiei en brazos. El pequeño demonio de fuego miraba como se alejaba Kurama. Su cara se oscureció con una sombra de amargura. Kurama, la única persona en el mundo a quien de verdad parecía importarle estaba a punto de ser herido, y Hiei sentía que aquello era culpa suya.
Mordió a Yusuke, que le dejó caer mientras se agarraba el brazo, retorciéndose de dolor.
- ¡Tú, enano de...! - Gritó el detective espiritual.
El pequeño youkai salió corriendo tan deprisa como pudo para tratar de alcanzar al youko.
- ¡Oye, zorro! - Le llamó. Esto le distrajo de la carrera, tropezó con una roca y cayó de bruces al suelo.
Aunque había escuchado la llamada del pequeño koorime, Kurama no se volvió.
- ¡¿Te estás haciendo el sordo?! - Gritó Hiei. Seguidamente, tuvo una explosiva rabieta - ¡HNNNNNNNN!
Kurama también oyó eso. Sonrió un poco y ladeó la cabeza. "Ahora sí, ese es el demonio de fuego que yo conozco. Volveré Hiei-chan, te lo prometo." Suspiró; en realidad no tenía ni idea de cómo iría la pelea.
Hiei se levantó y se sacudió la ropa. "¡Se va sin mí!"
- Kurama, por favor, ¡espérame! - Gritó.
Hiei nunca se había comportado así, como un verdadero niño. Tal vez fuera porque ahora no tenía a aquella banda de ladrones siempre haciéndole rabiar, poniéndole furioso y dándole palizas. En cambio, Kurama siempre era amable con él, dulce y siempre le sonreía. ¿Era eso lo que llamaban "amor"? Tenía que encontrar a Kurama.
Yusuke corría tras el niño respirando agitadamente. Le seguía Kuwabara, que se paró poniendo las manos en las rodillas y respirando todavía con más dificultad que Yusuke.
- Puñeta. Es más rápido que nosotros incluso siendo un niño. - Dijo Yusuke entre resoplidos. Kuwabara tan sólo dijo que sí con la cabeza, le costaba demasiado respirar como para decir algo. Yusuke alargó el brazo - Tú te quedas con nosotros, te guste o no. - Dijo, agarrando a Hiei por el cuello de la camiseta - Kurama tiene que hacer esto sólo.
- Hn. ¡Creía que erais sus amigos! ¿Y si necesita ayuda? - Hiei se cruzó de brazos e hizo un mohín. Kuwabara se rió a la estúpida manera en que solía hacerlo.
- Oh, vamos. Deja de portarte como un bebé, canijo.
Hiei le dirigió una mirada asesina.
- ¡Cretino! - E intentó morder a Yusuke de nuevo pero, esta vez, el detective estaba preparado.
- Yo no lo creo, chaval.
***//~~~
Kurama llegó a un claro. Se encontraba muy lejos de Hiei y sus amigos. Sintió un intenso ki.
- ¿Arriesgarías tu propia vida por el Niño Maldito? Qué estúpido por tu parte. Él no lo vale. Desiste ahora y te perdonaré la vida.
Kurama clavó los ojos en él, la cólera bullendo en su interior.
- Si me rindo ahora, tú no dudarás en matar a Hiei. - Dijo entre dientes - Es por eso por lo que lucharé contigo y acabaré con tu vida, de modo que no tengas oportunidad de hacerlo.
El padre de Hiei rió con ganas.
- No deseo luchar contigo ahora. Como él no está aquí contigo, no estás todo lo furioso que podrías estar. Quiero que te enfurezcas, quiero que te comportes como el youko que eres. Pero primero devolveré al Niño Maldito a su forma adulta. Deseo verle sufrir.
- ¡Deja en paz a Hiei! ¡Ya ha sufrido bastante!
- ¡Pero no bastante para mí! Tengo a su hermana Yukina, y si quiere volver a verla con vida, tendrá que darme su katana y la gema que lleva al cuello.
Kurama tragó saliva. ¿Tenía a Yukina?
- ¿Le estás haciendo todo eso sólo para conseguir esos objetos?
El demonio rió.
- Y para verle sufrir, por supuesto. Probablemente te preguntarás por qué un padre les desea tanto mal a sus hijos. La verdad es que ellos no me importan nada, de lo contrario, me hubiera quedado con ellos y les hubiera criado yo mismo. Pero en vez de eso, les abandoné. No quiero tener nada que ver con un niño repudiado.
La voz de Kurama se volvió oscura.
- Eres todavía más vil de lo que pensaba. - Se abalanzó sobre él dispuesto a atacar, pero cuando alcanzó el lugar en el que se encontraba el youkai, éste había desaparecido.
- Recuerda que tengo a Yukina, y si queréis volver a verla, tendréis que luchar. - Inmediatamente, su ki desapareció.
"Cobarde." Kurama de desplomó de rodillas en el suelo. ¿Cómo se tomaría aquello Hiei?
***//~~~
A Yusuke y a Kuwabara les resbaló una gran gota de sudor por la sien.
- O-oh. Hiei, has vuelto.
Hiei les miraba peligrosamente. Yusuke todavía le tenía cogido por el cuello de la ropa.
- ¿Quieres soltarme de una vez, idiota? - Yusuke asintió y dejó en el suelo al ahora adulto demonio de fuego - Hn. ¿Y tú que miras, imbécil? - Hiei, por supuesto, dijo esto a Kuwabara, que se le había quedado mirando con su acostumbrada expresión bobalicona.
- Nada - Gruñó Kuwabara - Estúpido canijo - Murmuró entre dientes.
Hiei empezó a caminar dejando atrás a los otros dos.
- ¿A dónde vas?
Hiei no miró a Yusuke al contestar.
- A buscar a Kurama.
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PERO QUE HOMBRE MÁS MALO¡¡¡¡¡ NO ESTÁIS DESEANDO SABER SI HIEI LE DA LO QUE SE MERECE?
CAPÍTULO 7: El regreso de Hiei. ¿Dónde está Yukina?
Yusuke tenía a Hiei en brazos. El pequeño demonio de fuego miraba como se alejaba Kurama. Su cara se oscureció con una sombra de amargura. Kurama, la única persona en el mundo a quien de verdad parecía importarle estaba a punto de ser herido, y Hiei sentía que aquello era culpa suya.
Mordió a Yusuke, que le dejó caer mientras se agarraba el brazo, retorciéndose de dolor.
- ¡Tú, enano de...! - Gritó el detective espiritual.
El pequeño youkai salió corriendo tan deprisa como pudo para tratar de alcanzar al youko.
- ¡Oye, zorro! - Le llamó. Esto le distrajo de la carrera, tropezó con una roca y cayó de bruces al suelo.
Aunque había escuchado la llamada del pequeño koorime, Kurama no se volvió.
- ¡¿Te estás haciendo el sordo?! - Gritó Hiei. Seguidamente, tuvo una explosiva rabieta - ¡HNNNNNNNN!
Kurama también oyó eso. Sonrió un poco y ladeó la cabeza. "Ahora sí, ese es el demonio de fuego que yo conozco. Volveré Hiei-chan, te lo prometo." Suspiró; en realidad no tenía ni idea de cómo iría la pelea.
Hiei se levantó y se sacudió la ropa. "¡Se va sin mí!"
- Kurama, por favor, ¡espérame! - Gritó.
Hiei nunca se había comportado así, como un verdadero niño. Tal vez fuera porque ahora no tenía a aquella banda de ladrones siempre haciéndole rabiar, poniéndole furioso y dándole palizas. En cambio, Kurama siempre era amable con él, dulce y siempre le sonreía. ¿Era eso lo que llamaban "amor"? Tenía que encontrar a Kurama.
Yusuke corría tras el niño respirando agitadamente. Le seguía Kuwabara, que se paró poniendo las manos en las rodillas y respirando todavía con más dificultad que Yusuke.
- Puñeta. Es más rápido que nosotros incluso siendo un niño. - Dijo Yusuke entre resoplidos. Kuwabara tan sólo dijo que sí con la cabeza, le costaba demasiado respirar como para decir algo. Yusuke alargó el brazo - Tú te quedas con nosotros, te guste o no. - Dijo, agarrando a Hiei por el cuello de la camiseta - Kurama tiene que hacer esto sólo.
- Hn. ¡Creía que erais sus amigos! ¿Y si necesita ayuda? - Hiei se cruzó de brazos e hizo un mohín. Kuwabara se rió a la estúpida manera en que solía hacerlo.
- Oh, vamos. Deja de portarte como un bebé, canijo.
Hiei le dirigió una mirada asesina.
- ¡Cretino! - E intentó morder a Yusuke de nuevo pero, esta vez, el detective estaba preparado.
- Yo no lo creo, chaval.
***//~~~
Kurama llegó a un claro. Se encontraba muy lejos de Hiei y sus amigos. Sintió un intenso ki.
- ¿Arriesgarías tu propia vida por el Niño Maldito? Qué estúpido por tu parte. Él no lo vale. Desiste ahora y te perdonaré la vida.
Kurama clavó los ojos en él, la cólera bullendo en su interior.
- Si me rindo ahora, tú no dudarás en matar a Hiei. - Dijo entre dientes - Es por eso por lo que lucharé contigo y acabaré con tu vida, de modo que no tengas oportunidad de hacerlo.
El padre de Hiei rió con ganas.
- No deseo luchar contigo ahora. Como él no está aquí contigo, no estás todo lo furioso que podrías estar. Quiero que te enfurezcas, quiero que te comportes como el youko que eres. Pero primero devolveré al Niño Maldito a su forma adulta. Deseo verle sufrir.
- ¡Deja en paz a Hiei! ¡Ya ha sufrido bastante!
- ¡Pero no bastante para mí! Tengo a su hermana Yukina, y si quiere volver a verla con vida, tendrá que darme su katana y la gema que lleva al cuello.
Kurama tragó saliva. ¿Tenía a Yukina?
- ¿Le estás haciendo todo eso sólo para conseguir esos objetos?
El demonio rió.
- Y para verle sufrir, por supuesto. Probablemente te preguntarás por qué un padre les desea tanto mal a sus hijos. La verdad es que ellos no me importan nada, de lo contrario, me hubiera quedado con ellos y les hubiera criado yo mismo. Pero en vez de eso, les abandoné. No quiero tener nada que ver con un niño repudiado.
La voz de Kurama se volvió oscura.
- Eres todavía más vil de lo que pensaba. - Se abalanzó sobre él dispuesto a atacar, pero cuando alcanzó el lugar en el que se encontraba el youkai, éste había desaparecido.
- Recuerda que tengo a Yukina, y si queréis volver a verla, tendréis que luchar. - Inmediatamente, su ki desapareció.
"Cobarde." Kurama de desplomó de rodillas en el suelo. ¿Cómo se tomaría aquello Hiei?
***//~~~
A Yusuke y a Kuwabara les resbaló una gran gota de sudor por la sien.
- O-oh. Hiei, has vuelto.
Hiei les miraba peligrosamente. Yusuke todavía le tenía cogido por el cuello de la ropa.
- ¿Quieres soltarme de una vez, idiota? - Yusuke asintió y dejó en el suelo al ahora adulto demonio de fuego - Hn. ¿Y tú que miras, imbécil? - Hiei, por supuesto, dijo esto a Kuwabara, que se le había quedado mirando con su acostumbrada expresión bobalicona.
- Nada - Gruñó Kuwabara - Estúpido canijo - Murmuró entre dientes.
Hiei empezó a caminar dejando atrás a los otros dos.
- ¿A dónde vas?
Hiei no miró a Yusuke al contestar.
- A buscar a Kurama.
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PERO QUE HOMBRE MÁS MALO¡¡¡¡¡ NO ESTÁIS DESEANDO SABER SI HIEI LE DA LO QUE SE MERECE?
