OOOHHHHHHHHH¡¡¡ QUE REVIEWS MÁS BONITOS QUE NOS DEJÁIS. TENDRÉ QUE TRADUCIR
MÁS Y MEJOR, A VER SI ME ENCUENTRO UNOS POCOS MÁS ^_^
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CAPÍTULO 9: La primera lucha
Hiei suspiró; llevaba corriendo una eternidad sin encontrar el rastro de Yukina. "Yukina, ¿dónde estás?" Intentó apartar todos los pensamientos perturbadores que le venían a la cabeza, pero continuaban trastornándole. Yukina gritando y llorando, mientras aquel demonio la torturaba. Renegó entre dientes. No permitiría que le ocurriera otra vez.
Estaba utilizando su Jagan con la esperanza de encontrarla, pero su "padre" debía de ser lo bastante fuerte como para camuflar su ki.
- ¡Yukina! - Gritó. Ya lo había intentado todo, aquel era el único recurso que le quedaba. Arrancó a correr, una mancha negra entre los árboles, más rápida de lo que el ojo humano puede distinguir.
Paró en seco y abrió desmesuradamente los ojos. Ahora sí que podía sentirla, debía de estar acercándose. Cuanto más se aproximaba, mejor podía sentirla. "¡Muy bien! Resiste Yukina, ya estoy aquí."
***//~~~
Kurama corría a través del bosque, pensando en Hiei y en Yukina todo el camino. Tan sólo esperaba llegar a tiempo.
- Hiei... - Susurró. De repente, dejó de correr - No... no... ¡no puede ser! - Se puso a correr otra vez, más rápido que antes - ¡Hiei, aléjate de él! ¡Está acumulando una gran cantidad de energía! - Cerró los ojos, angustiado. Hiei no podría resistir ni un solo ataque de Shinogi Zukuri.
***//~~~
Hiei miró a su padre. Le miró como jamás había mirado a nadie antes. Una mirada llena de odio y de ira. Su padre estaba acumulando energía, muchísima. ¿Intentaba asustarle? Pues no pensaba rendirse, ni asustarse en absoluto. Iba a salvar a su hermana o a morir en el intento.
Miró por encima del hombro izquierdo de su padre. Allí, arrodillada en el suelo, llorando, estaba Yukina. Estaba llorando, y parecía no haberse dado cuenta de su presencia. Por suerte, no estaba herida, ni un rasguño en su piel de porcelana.
El jaganshi volvió a mirar a Shinogi.
- ¡Suéltala ahora mismo! - Gritó.
Su voz profunda hizo que Yukina alzara la cabeza. Hiei no podía imaginar en qué estaría ella pensando. Su cara mostraba diferentes emociones. Se la veía asustada pero, al mismo tiempo, extrañada de ver a Hiei allí, y tan enfadado con el hombre que la había encadenado.
- ¿Hi-Hiei-san? - Preguntó, confusa. Finalmente, lo comprendió. ¿Podía ser... que Hiei fuera su hermano?
Shinogi rió friamente.
- Así que al final has venido. Ver así a tu hermana te hace enfurecer, ¿verdad? Pero déjame que te diga algo, atácame, y puedes estar seguro de que ella morirá, por no mencionar que lo mismo te pasará a ti.
Hiei apretó los dientes. Yukina ahogó un grito, nunca había visto a Hiei tan enfadado.
- ¡Te mataré antes de que puedas ni siquiera tocarla! - Bramó, mientras su cara se oscurecía.
- Entonces ven aquí. Veamos que tan bueno eres - Se burló. Hiei le envistió, desenfundando su katana. Yukina gritó y cerró los ojos.
***//~~~
Kurama casi no podía hablar.
- ¡Oh, no! Esa era Yukina, seguro.
Notaba la energía de Shinogi cada vez más cerca. "¡Por favor, que llegue a tiempo!" De repente, se oyó una gran explosión. Una columna de humo negro se alzó hacia el cielo.
- ¡No! ¡No! - Gritó Kurama.
***//~~~
- ¿Qué ha sido eso? - Yusuke le preguntó a Kuwabara, que al fin había vuelto en sí. El detective espiritual miró al cielo y descubrió la gran cantidad de humo.
- Tengo un mal presentimiento - Yusuke se puso en pie y se sacudió el polvo de la ropa - Vamos.
Kuwabara asintió.
- Yo también tengo un mal presentimiento. Creo que están en peligro.
Yusuke arrancó a correr en dirección al humo.
- ¡Eh, Urameshi! ¡Espérame! - Y salió corriendo tras él.
***//~~~
Kurama llegó al claro donde estaban Hiei y Yukina. Se quedó allí plantado, paralizado por la impresión, incapaz de moverse o de decir nada.
Hiei estaba tumbado en el suelo, con la ropa rasgada y quemada y cubierto de sangre. Yukina seguía encadenada. Se había desmayado, tenía cortes y rasguños por todas partes, y se le había roto el lazo del pelo, que estaba desperdigado por toda su cara.
Finalmente Kurama fue capaz de reaccionar.
- ¡Hiei! ¡Yukina! - Gritó corriendo primero hacia Hiei, ya que parecía estar en peor estado que Yukina.
La pequeña koorime estaba volviendo en sí. Consiguió sentarse y, cuando vio a Hiei, rompió a llorar de nuevo, mientras sus lágrimas se convertían en gemas.
- ¡No, no! ¡Hiei-san! ¡Mi hermano! - Gritó, antes de cubrirse la cara con las manos y empezar a sollozar.
Aquellas palabras llamaron la atención de Kurama. "¿Lo sabe?" Apartó aquella cuestión de su mente. Habían cosas más importantes por las que preocuparse.
- Yukina-san, por favor, escúchame. ¿Dónde está el hombre que le ha hecho esto a Hiei?
Yukina miró a Kurama con los ojos llenos de lágrimas.
- No estoy segura - Contestó con un susurro. Kurama tomó a Hiei en brazos y caminó hacia ella. Tumbó al youkai sobre la hierba. Cortó una brizna que, entre sus dedos, se volvió afilada como un puñal. La empuñó contra las cadenas que sujetaban a la chica, cortándolas.
- ¿Estás bien?
Ella asintió y miró a Hiei. Estaba volviendo en sí. El jaganshi miró a Yukina y después a Kurama, con la visión todavía borrosa.
- Yu-Yukina, ¿Estás... estás bien? - Ella contestó que sí y empezó a llorar otra vez. Gateó hasta Hiei y le abrazó. La sangre de su hermano manchaba su kimono y su hermoso cabello verde mar.
- Mi hermano... - Susurró.
Hiei entrecerró los párpados y miró algo que se estaba quemando junto a él. Kurama también se había fijado.
- ¿Qué es eso?
- No he podido matarle... - Se atragantó - Sólo he sido capaz de alcanzarle en un brazo.
Sus ojos se abrieron del todo a causa de la sorpresa cuando Yukina le abrazó más fuerte.
- ¿Por qué? ¿Por qué no me lo dijiste?
Hiei se volvió hacia ella y después desvió la mirada. - Porque yo, no valgo lo suficiente para ti Yukina. Por eso.
Yukina sacudió la cabeza enérgicamente.
- No, eso no es verdad - Sonrió - Deja que te cure, esas heridas son bastante graves. Puede que cojees una temporada.
Kurama sonrió a Hiei, y éste se dejó hacer. Yukina curó las heridas de su hermano.
- ¿Creéis que volverá?
Hiei permaneció en silencio. Kurama fue quien respondió.
- No tengo ninguna duda de que así será.
Hiei cerró los ojos.
- Yo te protegeré. Sé que no he podido hacer nada contra él esta vez, pero me haré más fuerte y le venceré.
Kurama intentó animarle.
- Arrancarle un brazo a alguien tan poderoso y resistir semejante ataque demuestra que tú eres fuerte Hiei, tan sólo necesitas entrenarte un poco más. Déjame ayudarte.
Hiei se lo pensó un momento y luego asintió.
- Hn. De acuerdo zorro.
Kurama sonrió.
- Bien, ahora necesitas descansar.
Hiei miró a Yukina, que le sonreía. Estaba cubierta de arañazos y cortes.
- Y-Yukina, estás herida, porque no he sido capaz de protegerte.
- No, no te culpes. Además, estoy bien. De verdad.
- Si tú lo dices.
***//~~~
"Ha sido capaz de arrancarme un brazo. Es más poderoso de lo que pensaba." Shinogi cerró los ojos.
- Ahora, yo también espero con ansia enfrentarme a ti.
Tras esto, desapareció.
***//~~~
- ¡Ahí están! - Gritó Yusuke corriendo hacia el pequeño grupo - ¿Estáis bien?
Kurama sonrió, tranquilizador.
- Sí. A Hiei le hirió gravemente, pero Yukina ha curado la mayoría de sus heridas, al menos las peores.
- Yo... yo, necesito hablar con Kurama un momento a solas, si no os importa - Dijo Hiei, intentando parecer enfadado.
Los demás estuvieron de acuerdo y les dejaron solos.
- ¿Sí, Hiei? ¿De qué se trata?
El jaganshi cerró los ojos.
- Kurama, sé que no ganaré esta pelea. Tú serás quien le mate.
El kitsune parpadeó, sorprendido.
- ¿Qué quieres decir Hiei?
Hiei miró al suelo.
- Cuando me desmayé tuve ese sueño otra vez. Volvía a convertirme en un niño, y tú le vencías. El sueño del que te hablé la primera vez es algo que sucederá tras esta batalla, cuando le volvamos a encontrar.
Kurama estaba confuso.
- ¿Me estás diciendo que no quieres entrenarte?
Hiei negó con la cabeza.
- ¡No! Sí que quiero, por si lo que pasa en el sueño no se cumple. Pero tengo el presentimiento de que así será - Empezó a refunfuñar - Hn. ¡Yo no quiero volver a convertirme en un mocoso!
Kurama rió.
- Todo irá bien Hiei. Estoy seguro.
El youko se quedó mirando un rato a Hiei, hasta que los dos volvieron a unirse al grupo. Hiei cojeaba ligeramente.
- Oye, yo te había puesto otra ropa. ¿Cómo es que vuelves a llevar tu traje negro?
Hiei se ruborizó, pero trató de ocultarlo.
- Hn. Estúpido zorro.
Kurama emitió una risilla nerviosa y una gota de sudor le resbaló por la cabeza cuando Hiei le tendió el peto azul, todo rasgado.
- Hn. Si voy a volver a transformarme en un crío, será mejor que me busques algo en negro.
- Urgh... Sí - Kurama caminaba tras el demonio de fuego, elucubrando. "Esto es increíble. Me pregunto cómo lo ha hecho para cambiarse tan rápido. ¿Y de dónde ha sacado su ropa? ¡¿Pero en qué estoy yo pensando ahora?!"
Hiei se puso todavía más colorado al llegar al lado de Yukina, que le sonreía.
- ¿Cómo es que te salen los colores, canijo? - Kuwabara, tan irritante como siempre.
- ¡Cierra el pico!
Kurama suspiró. "Bueno, la situación ha dado un giro surrealista. Espero ser capaz de vencer a su padre. Tal vez yo mismo debería entrenarme un poco."
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YA LO SABÉIS, KURAMA Y HIEI VAN A ENTRENARSE JUNTOS Y. HIEI VA A VOLVER A SER UN CHIBI¡¡¡¡¡ NO OS LO PERDÁIS ^_^
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CAPÍTULO 9: La primera lucha
Hiei suspiró; llevaba corriendo una eternidad sin encontrar el rastro de Yukina. "Yukina, ¿dónde estás?" Intentó apartar todos los pensamientos perturbadores que le venían a la cabeza, pero continuaban trastornándole. Yukina gritando y llorando, mientras aquel demonio la torturaba. Renegó entre dientes. No permitiría que le ocurriera otra vez.
Estaba utilizando su Jagan con la esperanza de encontrarla, pero su "padre" debía de ser lo bastante fuerte como para camuflar su ki.
- ¡Yukina! - Gritó. Ya lo había intentado todo, aquel era el único recurso que le quedaba. Arrancó a correr, una mancha negra entre los árboles, más rápida de lo que el ojo humano puede distinguir.
Paró en seco y abrió desmesuradamente los ojos. Ahora sí que podía sentirla, debía de estar acercándose. Cuanto más se aproximaba, mejor podía sentirla. "¡Muy bien! Resiste Yukina, ya estoy aquí."
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Kurama corría a través del bosque, pensando en Hiei y en Yukina todo el camino. Tan sólo esperaba llegar a tiempo.
- Hiei... - Susurró. De repente, dejó de correr - No... no... ¡no puede ser! - Se puso a correr otra vez, más rápido que antes - ¡Hiei, aléjate de él! ¡Está acumulando una gran cantidad de energía! - Cerró los ojos, angustiado. Hiei no podría resistir ni un solo ataque de Shinogi Zukuri.
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Hiei miró a su padre. Le miró como jamás había mirado a nadie antes. Una mirada llena de odio y de ira. Su padre estaba acumulando energía, muchísima. ¿Intentaba asustarle? Pues no pensaba rendirse, ni asustarse en absoluto. Iba a salvar a su hermana o a morir en el intento.
Miró por encima del hombro izquierdo de su padre. Allí, arrodillada en el suelo, llorando, estaba Yukina. Estaba llorando, y parecía no haberse dado cuenta de su presencia. Por suerte, no estaba herida, ni un rasguño en su piel de porcelana.
El jaganshi volvió a mirar a Shinogi.
- ¡Suéltala ahora mismo! - Gritó.
Su voz profunda hizo que Yukina alzara la cabeza. Hiei no podía imaginar en qué estaría ella pensando. Su cara mostraba diferentes emociones. Se la veía asustada pero, al mismo tiempo, extrañada de ver a Hiei allí, y tan enfadado con el hombre que la había encadenado.
- ¿Hi-Hiei-san? - Preguntó, confusa. Finalmente, lo comprendió. ¿Podía ser... que Hiei fuera su hermano?
Shinogi rió friamente.
- Así que al final has venido. Ver así a tu hermana te hace enfurecer, ¿verdad? Pero déjame que te diga algo, atácame, y puedes estar seguro de que ella morirá, por no mencionar que lo mismo te pasará a ti.
Hiei apretó los dientes. Yukina ahogó un grito, nunca había visto a Hiei tan enfadado.
- ¡Te mataré antes de que puedas ni siquiera tocarla! - Bramó, mientras su cara se oscurecía.
- Entonces ven aquí. Veamos que tan bueno eres - Se burló. Hiei le envistió, desenfundando su katana. Yukina gritó y cerró los ojos.
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Kurama casi no podía hablar.
- ¡Oh, no! Esa era Yukina, seguro.
Notaba la energía de Shinogi cada vez más cerca. "¡Por favor, que llegue a tiempo!" De repente, se oyó una gran explosión. Una columna de humo negro se alzó hacia el cielo.
- ¡No! ¡No! - Gritó Kurama.
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- ¿Qué ha sido eso? - Yusuke le preguntó a Kuwabara, que al fin había vuelto en sí. El detective espiritual miró al cielo y descubrió la gran cantidad de humo.
- Tengo un mal presentimiento - Yusuke se puso en pie y se sacudió el polvo de la ropa - Vamos.
Kuwabara asintió.
- Yo también tengo un mal presentimiento. Creo que están en peligro.
Yusuke arrancó a correr en dirección al humo.
- ¡Eh, Urameshi! ¡Espérame! - Y salió corriendo tras él.
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Kurama llegó al claro donde estaban Hiei y Yukina. Se quedó allí plantado, paralizado por la impresión, incapaz de moverse o de decir nada.
Hiei estaba tumbado en el suelo, con la ropa rasgada y quemada y cubierto de sangre. Yukina seguía encadenada. Se había desmayado, tenía cortes y rasguños por todas partes, y se le había roto el lazo del pelo, que estaba desperdigado por toda su cara.
Finalmente Kurama fue capaz de reaccionar.
- ¡Hiei! ¡Yukina! - Gritó corriendo primero hacia Hiei, ya que parecía estar en peor estado que Yukina.
La pequeña koorime estaba volviendo en sí. Consiguió sentarse y, cuando vio a Hiei, rompió a llorar de nuevo, mientras sus lágrimas se convertían en gemas.
- ¡No, no! ¡Hiei-san! ¡Mi hermano! - Gritó, antes de cubrirse la cara con las manos y empezar a sollozar.
Aquellas palabras llamaron la atención de Kurama. "¿Lo sabe?" Apartó aquella cuestión de su mente. Habían cosas más importantes por las que preocuparse.
- Yukina-san, por favor, escúchame. ¿Dónde está el hombre que le ha hecho esto a Hiei?
Yukina miró a Kurama con los ojos llenos de lágrimas.
- No estoy segura - Contestó con un susurro. Kurama tomó a Hiei en brazos y caminó hacia ella. Tumbó al youkai sobre la hierba. Cortó una brizna que, entre sus dedos, se volvió afilada como un puñal. La empuñó contra las cadenas que sujetaban a la chica, cortándolas.
- ¿Estás bien?
Ella asintió y miró a Hiei. Estaba volviendo en sí. El jaganshi miró a Yukina y después a Kurama, con la visión todavía borrosa.
- Yu-Yukina, ¿Estás... estás bien? - Ella contestó que sí y empezó a llorar otra vez. Gateó hasta Hiei y le abrazó. La sangre de su hermano manchaba su kimono y su hermoso cabello verde mar.
- Mi hermano... - Susurró.
Hiei entrecerró los párpados y miró algo que se estaba quemando junto a él. Kurama también se había fijado.
- ¿Qué es eso?
- No he podido matarle... - Se atragantó - Sólo he sido capaz de alcanzarle en un brazo.
Sus ojos se abrieron del todo a causa de la sorpresa cuando Yukina le abrazó más fuerte.
- ¿Por qué? ¿Por qué no me lo dijiste?
Hiei se volvió hacia ella y después desvió la mirada. - Porque yo, no valgo lo suficiente para ti Yukina. Por eso.
Yukina sacudió la cabeza enérgicamente.
- No, eso no es verdad - Sonrió - Deja que te cure, esas heridas son bastante graves. Puede que cojees una temporada.
Kurama sonrió a Hiei, y éste se dejó hacer. Yukina curó las heridas de su hermano.
- ¿Creéis que volverá?
Hiei permaneció en silencio. Kurama fue quien respondió.
- No tengo ninguna duda de que así será.
Hiei cerró los ojos.
- Yo te protegeré. Sé que no he podido hacer nada contra él esta vez, pero me haré más fuerte y le venceré.
Kurama intentó animarle.
- Arrancarle un brazo a alguien tan poderoso y resistir semejante ataque demuestra que tú eres fuerte Hiei, tan sólo necesitas entrenarte un poco más. Déjame ayudarte.
Hiei se lo pensó un momento y luego asintió.
- Hn. De acuerdo zorro.
Kurama sonrió.
- Bien, ahora necesitas descansar.
Hiei miró a Yukina, que le sonreía. Estaba cubierta de arañazos y cortes.
- Y-Yukina, estás herida, porque no he sido capaz de protegerte.
- No, no te culpes. Además, estoy bien. De verdad.
- Si tú lo dices.
***//~~~
"Ha sido capaz de arrancarme un brazo. Es más poderoso de lo que pensaba." Shinogi cerró los ojos.
- Ahora, yo también espero con ansia enfrentarme a ti.
Tras esto, desapareció.
***//~~~
- ¡Ahí están! - Gritó Yusuke corriendo hacia el pequeño grupo - ¿Estáis bien?
Kurama sonrió, tranquilizador.
- Sí. A Hiei le hirió gravemente, pero Yukina ha curado la mayoría de sus heridas, al menos las peores.
- Yo... yo, necesito hablar con Kurama un momento a solas, si no os importa - Dijo Hiei, intentando parecer enfadado.
Los demás estuvieron de acuerdo y les dejaron solos.
- ¿Sí, Hiei? ¿De qué se trata?
El jaganshi cerró los ojos.
- Kurama, sé que no ganaré esta pelea. Tú serás quien le mate.
El kitsune parpadeó, sorprendido.
- ¿Qué quieres decir Hiei?
Hiei miró al suelo.
- Cuando me desmayé tuve ese sueño otra vez. Volvía a convertirme en un niño, y tú le vencías. El sueño del que te hablé la primera vez es algo que sucederá tras esta batalla, cuando le volvamos a encontrar.
Kurama estaba confuso.
- ¿Me estás diciendo que no quieres entrenarte?
Hiei negó con la cabeza.
- ¡No! Sí que quiero, por si lo que pasa en el sueño no se cumple. Pero tengo el presentimiento de que así será - Empezó a refunfuñar - Hn. ¡Yo no quiero volver a convertirme en un mocoso!
Kurama rió.
- Todo irá bien Hiei. Estoy seguro.
El youko se quedó mirando un rato a Hiei, hasta que los dos volvieron a unirse al grupo. Hiei cojeaba ligeramente.
- Oye, yo te había puesto otra ropa. ¿Cómo es que vuelves a llevar tu traje negro?
Hiei se ruborizó, pero trató de ocultarlo.
- Hn. Estúpido zorro.
Kurama emitió una risilla nerviosa y una gota de sudor le resbaló por la cabeza cuando Hiei le tendió el peto azul, todo rasgado.
- Hn. Si voy a volver a transformarme en un crío, será mejor que me busques algo en negro.
- Urgh... Sí - Kurama caminaba tras el demonio de fuego, elucubrando. "Esto es increíble. Me pregunto cómo lo ha hecho para cambiarse tan rápido. ¿Y de dónde ha sacado su ropa? ¡¿Pero en qué estoy yo pensando ahora?!"
Hiei se puso todavía más colorado al llegar al lado de Yukina, que le sonreía.
- ¿Cómo es que te salen los colores, canijo? - Kuwabara, tan irritante como siempre.
- ¡Cierra el pico!
Kurama suspiró. "Bueno, la situación ha dado un giro surrealista. Espero ser capaz de vencer a su padre. Tal vez yo mismo debería entrenarme un poco."
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YA LO SABÉIS, KURAMA Y HIEI VAN A ENTRENARSE JUNTOS Y. HIEI VA A VOLVER A SER UN CHIBI¡¡¡¡¡ NO OS LO PERDÁIS ^_^
