Las cuatro guerreras elementales.

Capítulo 1: El poder ardiente de la luz.

El ser soberana de esta tierra y de este mundo me trae muchas complicaciones, a veces siento que las cosas se me escapan de las manos, que no puedo gobernar yo sola este mundo, este gigantesco mundo lleno de misterios.

Mis amigas; Anaís y Marina siempre tratan de hacerme sentir bien, de hacer que los momentos que paso con ellas sean felices y no permiten que me preocupe de las obligaciones que tengo con este reino.

***

—¡Princesa Lucy, princesa Lucy! —un soldado entra y se arrodilla frente al trono de Lucy—, perdone la intromisión, pero vimos a un extraño monstruo gigante que convertía a la gente del este en hielo.

—¿¡¡Enserio!!?, rápido háblale a las dos honorables guerreras mágicas y ordene que nos preparen nuestros trajes de batalla, iremos para allá.

—Pero su majestad...

—Sólo haz lo que te digo.

—Está bien princesa —dice el hombre cuando atraviesa el amplio salón y abre las puertas de oro para salir de allí.

***

La verdad nunca me ha gustado dirigirme a las personas con ese tono de respeto, pero como princesa tengo que dar el ejemplo. "Las honorables guerreras mágicas" ja ja ja.

***

La chica de cabello rojizo se acerca ante un cofre dentro del oscuro salón, lo abre y de allí saca una espada; la punta de la hoja estaba hecha de cobre y la empuñadora de oro puro, el resto la habían hecho de Escudo (el metal más duro de Céfiro).

Lucy con gran fuerza empuja la puerta que separa el salón del trono y el pasillo principal del palacio, después una viejecita se acerca a ella, en sus brazos llevaba la armadura de batalla de Lucy.

La señora le ayuda a su princesa a quitarse la túnica blanca que cubría su rosado cuerpo.

En su mano derecha Lucy se coloca un guante de metal de color rojo, mientras que en la otra uno de cuero. De su cuello pendía un medallón de oro con forma de sol. Un top de color rosa es colocado en su torso, el hombro estaba cubierto por una protección de metal rojizo, que iba atado a una banda, esta al mismo tiempo enlazada al abdomen de la chica. Un cinturón grueso sostenía la falda ancha de color rosado que tenía dos aberturas, cada una para dejar salir a sus piernas que estaban cubiertas por unas rodilleras rojas. De su cuello también colgaba un pedazo de tela de seda roja, que le llegaba hasta los tobillos al igual que la falda rosa.

***

Ya una vez vestida tomo la espada con mi mano derecha y me dispongo a recorrer el gran palacio para salir de él.

Empujo la puerta del vestíbulo, y me extraña no haberme encontrado a Anaís y a Marina. Especialmente porque Marina se fue con GuruClef a la playa y Anaís con Paris. U_U! Fui la única en quedarme aquí.

Apenas doy un paso para bajar las escaleras que conectan con el patio escucho una voz:

—¿Qué no piensas esperarme?.

Esa voz proviene de detrás de uno de los pilares que sostiene el techo, y ¡es la voz de Marina!, lentamente me doy la vuelta y ella me mira con una sonrisa, nos abrazamos y nos hacemos las típicas preguntas: ¿Cómo te fue allá?, etc.

—Hay un monstruo...

Empiezo a explicarle lo del monstruo que congela a las personas del este, pero ella me interrumpe.

—No te molestes en explicarme, ya me informaron, vamos, no hay tiempo que perder —me dice.

Su ropaje es muy parecido al mío, un top celeste cubre su pecho, al igual que un pectoral azul que sostiene la armadura en su hombro, porta un collar de la luna. Un grueso cinturón sostiene una falda ancha de color celeste con aberturas, cuando corremos sus piernas se dejan ver, ella sostiene la espada que le brindó Ceres.

—¿Y esa espada? —me pregunta.

—Ah, me la hizo Presea.

—Se ve que es resistente —dice cuando sostiene mi Terra Striker y la blande de un lado a otro.

—Sí, lo sé —le contesto—. ¿Y Anaís?.

—No la he visto desde que llegamos, ya nos alcanzará, no podemos esperar.

Por fin salimos del jardín real, para entrar al camino que nos llevará fuera de los terrenos del palacio.

—Lucy, quería... quería disculparme —dice ella.

—¿Por qué? —le pregunto extrañamente.

—Porque no te invitamos a la playa —me dice al mismo tiempo en que baja su mirada apenada.

—No te preocupes, además yo estaba muy ocupada en el palacio, no te preocupes amiga.

Ella quita esa cara de preocupación y me vuelve a mostrar su bella sonrisa. A ellas no les gusta que yo esté triste, bueno, a mi tampoco me gusta hacerlas sentí mal.

Delante de nosotros vemos una sombra con ropas muy parecidas a las nuestras.

—¡¡Hola, Anaís!! —le grito.

—¡¡Lucy!!.

Marina y yo corremos y yo abrazo a mi amiga, las dos estamos tan felices de volvernos a ver.

Sus ropas: un collar de oro en forma de estrella cuelga de su cuello, en su cabeza tiene una tiara de color verde que adorna su hermoso cabello castaño claro. Su pecho cubierto por una franja de metal que termina a cada lado con dos armazones de metal verdes que descansan en sus hombros, en su abdomen tiene un corsé verde que hace resaltar la hermosa figura de mi amiga, la falda verde claro, sostenida por un cinturón del mismo color.

El guante de metal en su mano derecha comienza a emitir un brillo de color verde, poderosas ventiscas comienzan a surgir de este y hacen aparecer la enorme espada que representa su poder de viento y de Windom.

En mi caso no quise traer la espada que representa a Rayearth porque tenía muchas ganas de probar esta.

Por fin hemos llegado al Hípico Real, de allí nos dirigimos a los corrales y pedimos tres caballos para cada una, a pie no llegaremos al este.

***

Las tres chicas montan sus respectivos caballos y sin tardar se dirigen hacia el este. El nerviosismo por saber qué encontrarán allá cada vez aumenta.

***

~ Su luz traerá resurrección.~

***

Las tres guerreras mágicas llegan al este de Céfiro, enseguida ven el desolado lugar cubierto por brillantes cristales de hielo.

—Está demasiado frío aquí —dice Anaís cruzándose de brazos para calentarlos.

—¡Mira!... —grita Marina señalando una enorme cueva construida de hielo que se asemeja a un enjambre de abejas.

 Las chicas se acercan galopando en sus caballos con paso fijo, las tres descienden de los animales, se acercan a la cueva de hielo y después Lucy grita:

—¿¡Hay alguien aquí!?.

—Lucy el monstruo no te va a contestar —dice Marina sarcásticamente.

—Tienes razón ^_^U—dice la guerrera de fuego.

—¡Chicas escuchen! —anuncia Anaís.

Se consigue oír el estruendo de las pisadas de una cosa gigante.

—Se está acercando —grita Lucy asustada y poniendo una cara chistosa.

Los caballos comienzan a relinchar y se van despavoridos de allí.

—Oops creo que eran los mejores caballos del reino —dice Lucy.

—Olvídate de eso y prepárate para pelear —propone Marina en su típico tono regañó.

Las tres chicas empuñan sus espadas, Marina y Anaís tienen una expresión fiera, mientras que Lucy piensa:

—Qué serias, se toman esto muy enserio.

El ruido de pasos se intensifica, es cuando Lucy se concentra, la cueva es destruida por un brazo gigante cubierto de pelaje blanco, la criatura sale, es parecida a un roedor de unos cinco metros, y con colmillos súper desarrollados, las chicas gritan cuando montones de hielo caen ante ellas.

Tres enormes uñas cubren a sus dos manos, sus ojos de color blanco completamente tienen una mirada amenazadora.

El extraño monstruo trata de golpear a Marina y a Anaís, pero estas dos chicas saltan hacia atrás esquivando los puñetazos de la bestia quien consigue solo destruir el pedazo de tierra que toca.

—¡Nos ataca! —grita la guerrera del viento.

—¡Dragón de agua! —grita Marina al mismo tiempo en que un espiral de agua enrolla su brazo izquierdo y toma la forma de un dragón, la chica lanza el ataque en contra del roedor gigante, pero este exhala y el aliento blanco que dispara hace que el dragón de agua de Marina se solidifique completamente y caiga al suelo causando un estruendo tremendo.

—¿¡¡Ah, mi magia no sirvió!!?.

—Por lo visto no, déjamelo a mi —grita Anaís acercándose a la criatura de hielo.

—¡Ventisca espiral! —grita.

Su mano derecha es cubierta por un remolino de viento, la chica apunta con dicha mano al monstruo, y el viento lo toca empujándolo unos tres metros más allá y causándole gran dolor por la dura caída.

—¡ROAAAR! —ruge la bestia en señal de furia.

El monstruo se acerca trotando con intenciones de atacar a las tres chicas que se atrevieron a desafiarlo.

El monstruo de hielo trata de darle un puñetazo a Anaís con la mano izquierda, esta a duras penas alcanza a saltar, la chica logrando la ocasión empuja su espada para atrás con la dos manos para tomar impulso, luego de unos segundos la guerrera del aire blande su espada hacia delante y le corta la mano al monstruo quien lanza gritos desgarradores.

El monstruo crea un pico de hielo que lo utiliza como espada, Lucy trata de cortarlo en pedacitos con su Terra Striker, pero la bestia antepone su pico de hielo, luego trata de dañar a la chica con su frío instrumento, pero esta neutraliza los ataques con la espada de la tierra.

—¡No resistiré... mucho tiempo! —grita Lucy a sus compañeras.

Anaís brinca al cuello del monstruo, con intenciones de asfixiarlo durante el acto.

—¡Marina... ataca! —grita sosteniéndolo aun más fuerte.

—¡¡Dragón de agua!! —la chica crea un tornado en su brazo derecho que se convierte en un enorme reptil. El ataque choca contra la criatura causándole dolor gracias al impacto del ataque.

El monstruo completamente empapado suelta el pico de hielo y toma a Anaís de la pierna y la azota contra el suelo, el monstruo luego trata de hundir sus garras en el hombro de la joven, pero la armadura que traía solo le permite rasguñar su piel.

Anaís se levanta chorreando sangre, sujeta su espada con fuerza y la levanta, un potente viento rodea el arma, mientras se logra ver como la chica corta el brazo restante del monstruo al tiempo en que un "SHRIIIN" logra escucharse, ella cae un poco débil. Un último ataque es proporcionado por la criatura, un gélido aliento de hielo roza el brazo derecho de Marina congelándolo completamente.

La chica grita, mientras Lucy llena de ira comienza a emitir un brillo de color dorado.

—¡¡Ya basta!!.

El cuerpo se eleva un poco en el aire, mientras la chica dice: —¡¡Tornado de fuego!!.

Una espiral flameante se crea en su cuerpo y derrite completamente al monstruo. Cuando el animal de espíritu maligno desaparece un diamante cae en el suelo, Lucy lo toma y se lo guarda en uno de sus bolsillos, enfunda su espada y corre a atender a sus amigas.

El hielo que cubre la ciudad comienza a evaporarse, cuando los aldeanos se preguntan qué pasó allí.

Una viejecita mira en donde están las chicas y corre hacia ellas:

—¿¡¡¡Ustedes son las guerreras mágicas!!!?.

—Sí —dice Lucy—. Por favor ayude a mis amigas.

—Claro.

Las dos se llevan a Anaís desmayada y a Marina que al parecer la temperatura de su cuerpo comenzaba a bajar.

Dentro de la casa de la anciana, las dos intentan hacer reaccionar a las dos guerreras.

—¡Gracias por ayudarnos!, les estamos muy agradecidos —dice—. La leyenda dice que una vez más las guerreras pelearán para derrotar la oscuridad y que "su luz traerá resurrección" cuando el mundo esté completamente devastado.

En el techo de una casa...

—Lucy, Anaís y Marina se han vuelto a levantar, creo que llegué demasiado tarde.

***

—Ese estúpido monstruo, me ha fallado —dice un extraño hombre cubierto en sombras.

Fin del capítulo...

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Bueno, les traje un nuevo capítulo. Ojalá les haya gustado, creo que exageré demasiado en este capítulo, pero bueno, trataré de no hacerlo la próxima vez. No recuerdo los ataques de las guerreras si alguien es tan amable de proporcionármelos.

La frase "Su luz traerá resurrección" no es un título ni nada por el estilo, sino es solo una frase que quise poner allí para darle un mejor enfoque al capítulo.

Cualquier duda o comentario escribirme a slave4u99@hotmail.com.

Hasta la próxima...