NIGHTWALKER

Trocó entonces aquel lobo mis tristes fantasías en sonrisa,

Por el grave decoro y la severa expresión del semblante que traía

"Sé que no eres un cobarde" dije "espectral, torvo y antiguo lobo que

vagando vienes desde la nocturna ribera;

¡Dime que señorial nombre tú recibes en la orilla plutoniana de la noche!

Dijo el lobo: "¿realmente quieres saberlo?".

LA HECHICERA

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*

-Eriol, ¿por qué no despierta? –preguntó Sakura al ver el cuerpo encadenado de Shaoran por enésima vez.

-Me gustaría saberlo Sakura –dijo la reencarnación de Clow– pero me es imposible hacer algo ahora. Las cadenas impiden que use su magia, así que solo nos queda esperar.

-Pero no se ha movido ni un ápice. Parece...muerto –dijo Tomoyo

Todos guardaron silencio.

Mientras tanto, Mei Ling velaba a Shaoran. Estaba recostado en una gran cama, pero seguía encadenado. La habitación tenía grandes ventanas, y hacía un sol esplendoroso, pero ni siquiera la luz parecía perturbarlo. Estando así, parecía mentira la amenaza latente en su interior. Parecía solo un chico de 16 años.

-Shaoran...¿cómo fue que esto sucedió? –dijo Mei Ling mientras miraba hacia el exterior.

-No lo sé –respondió una voz.

La chica volvió bruscamente la cabeza, para encontrarse con los ojos abiertos de su primo. Aún vivía, para su alivio.

-¡Shaoran! –dijo mientras se arrojaba sobre su cuello sin poder contenerse– ¡despertaste!

-Si Mei Ling...tranquilízate... –entonces sintió algo húmedo en su cuello– ¿por qué lloras?

-¡Tonto! ¡nos tenías muy preocupados! –dijo con calor la chica.

-¿Nos? –dijo Shaoran algo descolocado. Entonces si cayó en cuenta de donde estaba. En una casa ajena, sobre una cama extraña y más encima, encadenado e inmovilizado– ¿dónde estoy Mei Ling?

-Estás en mi casa –le respondió la voz de Tomoyo. Detrás de ella, venían Sakura y Eriol.

Los tres ingresados vieron hacia la cama. Allí yacía Shaoran, quien ni siquiera se molestaba en verlos.

-¿Cómo estás Li? –preguntó Eriol

-Encadenado –le respondió con sarcasmo Shaoran

-Por favor Shaoran, lo hicimos porque era la única manera... –dijo Sakura

Li guardó un denso silencio, y cerró los ojos como quien se encuentra meditando.

-Li, tenemos que hablar –dijo Eriol

-Te escucho –dijo Shaoran

-¿Por qué quisiste matar a Tomoyo anoche? –se le adelantó Sakura

-Por el cetro –respondió Shaoran al punto– ella tenía el cetro y mi misión era: "destruye el cetro de Ottokar y a quienes lo posean", pero menosprecié el poder de ese artefacto del demonio y ¡puf! Ahora el Nigromante despertará –si es que no lo ha hecho ya– y ustedes se encargarán de detenerlo

-¿Nosotros? –dijo Eriol con un respingo de sorpresa– ¿a qué te refieres con eso?

-No podría hacer algo contra él aunque quisiera –dijo Shaoran– estas cadenas son muy resistentes. Incluso para mí, así que luchar me ha quedado como una misión imposible –entonces sintió una sensación familiar– creo que siento la repulsiva y débil presencia del mayor de los Kinomoto. Y viene con Tsukishiro...y creo que también viene el novio de Sakura.

Justo tocaron al timbre. Efectivamente, eran Touya, Yukito y Kai. Sakura y Tomoyo fueron a recibirlos, y Eriol se quedó junto con Mei Ling y el inmovilizado Shaoran. Apenas salieron, Shaoran habló

-¿Sigues con el interrogatorio? –preguntó Shaoran.

---------------------------------

-¡No me toques! –rugió Aëgnor mientras una furiosa llamarada ponía tierra de por medio entre Kaho y las dos bestias

-Vamos, tiene que haber una forma de acercarnos hasta ellos sin riesgo de ser convertidos en cenizas o en un témpano gigante

Ambas bestias rugieron con furia a un tiempo, desesperados y retenidos por las indestructibles cadenas.

-Creo que tendremos que llamar a Eriol –dijo Kaho ya dándose por vencida– creo que solamente hay una manera de moverlos de ahí. Traer aquí a Li –lo pensó detenidamente. Eso sería todavía más difícil.

---------------------------------

Touya y Yukito subían hacia donde les había indicado Tomoyo. Podían escuchar el rumor de voces, a través de una puerta entreabierta.

-¿Qué es lo que quieres con él? –preguntó una voz

-No lo sé –responde una voz

-¡YA BASTA! –vocifera una voz–  ¿qué no sabes decir otra cosa?

-Tal vez –respondió una vez más, sin miramientos.

Touya abrió la puerta y se quedó de una pieza. El mocoso, atado y encadenado cual fuera una bestia, Eriol sentado frente a él y Mei Ling gritándole. Todo un cuadro.

-¿Por qué está encadenado? –preguntó Yukito

-Porque salvé a 100 niños en un incendio –dijo Shaoran con el sarcasmo rezumante

-Maldito mocoso, ¿qué demonios te sucede? –le espetó Touya

-Nada que te importe, maldita sea –dijo mientras lo miraba con furia. Ambos se mandaron malas miradas, obviamente Eriol los detuvo al percibir el cambio en Li

-Tranquilos –dijo el inglés conciliador. Ya había sido difícil tranquilizar a Li y a Nightwalker, como para tranquilizarlos de nuevo, con el bono adicional del hermano de Sakura– será mejor que dejemos a Li un momento. Touya le lanzó una última mirada, y Li no se quedó atrás. Al fin se quedó solo y entonces pudo pensar con algo de claridad

-Obviamente él no sabe nada –dijo la voz del caminante en la mente de Li

-Gracias por decirme lo obvio –respondió Shaoran.

-Muy bien, señor sarcástico –respondió Nightwalker– ¿ideas?

-Solo una –respondió Shaoran enfocando sus pensamientos

-¿Acaso estás llevado? ¿sabes lo que sucedería si hacemos eso?

-Si –respondió muy tranquilo

-Muy bien. Pero aún no lo haremos –Shaoran pareció verlo frente a él– cuando salga...el miedo se esparcirá....la muerte aparecerá...la destrucción se asegurará...

-.... –Shaoran guardó silencio

-Sé lo que piensas –dijo Nightwalker– y estás en lo correcto, pero...

-¿Pero qué? –dijo Shaoran

-Tenemos una entre diez de no matarnos mientras trato de zafarme de las cadenas

-Es más que cero –dijo Shaoran– además, comienzo a oxidarme...

---------------------------------

-Mi señor –habló Len– aquí está lo que pidió. Los huesos de la hechicera –dijo mientras le entregaba un pequeño recipiente

-Mmmm....que trágico destino....-murmuró una voz– la poderosa hechicera Circe convertida en polvo....murmuró mientras recibía el recipiente. Identificó sellos de todo tipo, poderosos e invencibles en un tiempo, ahora no conservaban el esplendor de otrora, donde las personas han perdido el sentido de lo increíble, para dejarse seducir por la ciencia.

"Por lo que se arrastra y lo que repta, lo que vibra y lo que crece, ahora todo envejece y se desvanece..."

Los sellos cayeron como rocas al ceder ante el conjuro. El cetro brilló y el recipiente se elevó de su mano. Thanh y Len observaron como este brilló en un resplandor cegador. Al momento, frente a ellos apareció una mujer hermosísima, de largo cabello plateado, una larga túnica, y preciosos ojos azul cobalto.

-¿Dónde está él? –preguntó la mujer que respondía al nombre de Circe

-No lo sé –respondió una voz masculina

-¿Entonces para qué me regresaste? –inquirió una vez más

-Quiero que lo encuentres.... ­­–una pausa– y lo destruyas....

---------------------------------

-¡Al fin regreso! –la pequeña y estridente voz de Kerberos– ¡ahora sí no habrá nada que me detenga!

-Pobre iluso –la vocecita de Spinel– pero es cierto...estamos mejor que nunca

Sakura sonrió al abrazar al pequeño Kero de nuevo. Se sentía mucho más tranquila al verlo de nuevo así de hiperactivo y no lleno de vendas. Pero algo llamó su atención y eso era....

Si, no había duda.  Era Aëgnor, junto con Fénrir.

-¡Con un demonio! ¡al que vuelva a tocarme lo mandaré derecho al infierno! –rugió Aëgnor. Fénrir permanecía callado pero su mirada decía más que mil palabras. Sakura se asomó para ver a las imponentes bestias encadenadas, pero estas no parecían ser afectadas en lo absoluto.

-¡Hiragizawa! ¿para qué los trajiste aquí? –vociferó Mei Ling por encima de los potentes rugidos

-Necesito que respondan muchas cosas –respondió Eriol de igual forma

Las rugientes bestias fueron llevadas (quien sabe como) hasta la habitación donde estaba Shaoran, encadenado. Las bestias se silenciaron al instante al ver a su amo capturado.

-¡Maestro! –dijo Aëgnor– que se preparen los que le hicieron esto... –dijo mientras la amenaza se leía en sus ojos y en el tono en el que hablaba...

Fénrir giró el cuello y miró directo a Eriol. Su mirada eran como peligrosos escollos de hielo, los cuales brillaron como el zafiro a contraluz y lanzaron un peligroso haz luminoso. Por milímetros no dio en Eriol, sino en una pared cercana, que se congeló al momento

-Tú le has hecho esto... –su fría voz era peligrosa de tono– no querrás saber de mí cuando esté libre....

-Fénrir –le llamó Shaoran, descolocándolos a todos– es suficiente...

-Como ordenes –le dirigió una mirada gélida y se volvió a su amo

-¿Qué han hecho además de meterse en problemas? –preguntó Shaoran

-Parece que no te has visto –respondió Aëgnor– hasta el cuello cargado en cadenas

Shaoran levanto la mirada

-¿Podrían dejarnos a solas? Tenemos cosas que discutir

-Pero... –ya iba a rebatir Mei Ling

-Muy bien –dijo Eriol– te dejaremos a solas

Todos salieron al momento, seguido por las miradas de Shaoran, Aëgnor y Fénrir. Cuando estuvieron a solas, Shaoran comenzó

-¿Ya está libre?

-Sí –respondió Aëgnor con fastidio– a eso de la media noche

-¿Ha recuperado ya algo de su poder? –formuló Shaoran

-No hay forma de saberlo –respondió Fénrir

-Maldición –dijo Shaoran– ¿algo más que deba saber?

-No, fuera de que la tumba de la hechicera Circe ha sido profanada

-¿Y lo dices tan tranquilo? ¡esa hechicera me buscó toda su vida hasta que me vi forzado a aniquilarla!

-Lo sé. Supongo que se mandará al ataque...

-Tratando de que yo salga –dijo como repitiendo la misma retahíla–¿Cuánto falta para el atardecer?

-Unas horas

-Suficiente tiempo para tratar de zafarme de este complicado problema. Descansen, ellos tendrán sus problemas y nosotros los nuestros

---------------------------------

-¿Creen que algo malo esté sucediendo ahora? –preguntó Sakura al salir de la habitación

Todos la miraron afirmativamente. Sakura suspiró y se sentó

-Fénrir, Aëgnor Y Shaoran Li. Un peligroso trío –decía Eriol– aunque...ahora que lo pienso bien, ¿por qué destruir el cetro?

-Ya te lo dijo, ¿no? –respondió Mei Ling– el Nigromante despertará cuando ellos dos logren usar el cetro.

Todos guardaron silencio una vez más. Últimamente parecía que no tenían mucho que decir

-Pero...¿qué sabían realmente del Nigromante, además de que era un hechicero que era famoso por sus carnicerías y ser un sanguinario sin alma?

-Él tiene razón –dijo la voz de Yue entonces– realmente es un misterio lo que es el Nigromante realmente...al igual que Nightwalker. Ambos parecen haber salido de la nada...de las sombras...

Entonces sintieron un ligero temblor. Todas las cosas comenzaron a temblar, a caer de las estanterías. Un gran poder se ponía de manifiesto, avasallador e increíble. Pero una energía más cercana pero todavía más poderosa se dejó sentir. El magno poder del caminante nocturno estaba oponiéndose al anterior. En la habitación donde estaba Shaoran, Aëgnor y Fénrir observaban a la lejanía, mientras el aura de Shaoran aumentaba poco a poco. El temblor entonces comenzó a disminuir su fuerza hasta casi desvanecerse. Li entonces escondió su aura nuevamente mientras respiraba agitadamente

-Malditas cadenas...–alcanzó a mascullar antes de caer en una especie de sueño suspendido

-Circe –murmuró Aëgnor– ella ha vuelto también. Todo se está repitiendo de nuevo...como una mala película que vuelve a la cartelera...

-Cállate –dijo Fénrir– no creo que estemos de humor para tus metáforas ahora....

-Como sea –dijo Aëgnor– ¿crees que...?

Silencio.

-Lo sé desde que volvimos a la vida...–murmuró Fénrir viendo el cielo aún cobijado por la luz

Ambos volvieron a mirar al caminante encadenado. Miraron con atención el rostro de Shaoran, completamente sereno

-Las runas lo predijeron. El lago nos lo mostró. El talismán lo eligió, qué mas pruebas que esas...

-¿Y la puerta negra? –preguntó Aëgnor

-Ni modo –dijo Fénrir resignado– no hay nada que podamos hacer.

Una extraña sensación les recorrió el cuerpo.

-¿Qué rayos...? –murmuró Aëgnor

-Algo se está levantando...-dijo Fénrir recordando súbitamente

-Algo más viejo que los mismos tiempos...–continuó Aëgnor

Tres talismanes creados por un solo poder

Más antiguo que el tiempo

Más poderoso que el destino

El cuervo, ave de la noche

El vampiro, el hijo predilecto de las sombras

Servidores del hechicero negro

En la tierra donde jamás nace el sol

Un talismán, hijo de las sombras

De sus oscuras ataduras se libera

El talismán que surgió del poder

Cuyo poder solo uno podrá conceder

¡ lobo guardián de la noche que naciste para proteger!

La hora ha llegado, el poder ha despertado

En cuyo corazón se encuentre...la fuerza de mil guerreros

Y el poder de soportar el peor de los suplicios...

-¿Vieja trova, no te parece? –dijo Fénrir

-Todo esto me hizo recordarla –dijo Aëgnor

-¿Sabes una cosa? –dijo Fénrir al recordar súbitamente, viendo con atención el talismán– mira...es diferente...

Ambos se enfocaron en el talismán. Efectivamente, había algo diferente, pero no podían puntualizar la diferencia.

-Esto se pone feo...–dijo Aëgnor

-Ni que lo digas– respondió Fénrir– ¿qué significa que sintamos tan diferente el poder del talismán?

-No lo sé –respondió Aëgnor

---------------------------------

4:56 pm. Centro de Tomoeda. 1 hora para el atardecer.

Un lugar para estresarse, molestarse y volver a estresarse de la manera más infame.

Yukiko deambulaba entre semejante pandemónium de personas corriendo y caminando, solamente por hacerle un favor a su hermano. Un infame libro.

Al fin puede llegar a la biblioteca, pero justo antes de entrar, siente algo. Se vuelve y todo queda paralizado en su lugar. La hechicera Circe está en medio de la calle, escrutando la nada, pero al mismo tiempo viéndolo todo. El sol casi se ha puesto, y ella parece dispuesta a comenzar algo...

Yukiko nota que diminutas luces ascienden del suelo. Pero son millones de lucecitas saliendo del suelo. Algo malo se aproxima, puede sentirlo.

Las pequeñas lucecitas se convierten entonces en legiones y legiones que no parecen tener fin. Pero no son cualquier tontería. Son seres brillantes, al parecer hechos de fuego por completo. Su centelleante armadura, su fulgurante espada y su fúlgida mirada infundían miedo y respeto. Más lo último. Pero el terror comenzó a diseminarse cuando la gigantesca armada se difundió por doquier, sembrando llamas y destrucción por doquier. La gente enloqueció, mientras Yukiko se quedaba nefolíticamente estacionada en frente de la biblioteca. El humo entonces comenzó a ascender impasible, mientras las llamas comenzaban a crecer.

-Dios mío...–murmuró consternada

---------------------------------

Eriol, y los demás permanecían en el salón de la mansión Daidouji. Todos agradecían que la madre de Tomoyo estuviera ausente de la ciudad, así se ahorrarían más de una explicación. Shaoran parecía dormido, no había ni chistado desde el intento fallido de interrogatorio. Aëgnor y Fénrir ahora parecían más tranquilos al estar junto a su amo.

Pero Sakura casi se desmaya al encender la televisión. Un campo de batalla, el centro de la ciudad, ardiendo en llamas, gente corriendo despavorida, y edificaciones enteras ardiendo semidestruidas

-¿Qué demonios....? –masculló Touya al llegar al salón y ver el espectáculo de la televisión

-Jamás había sentido un poder así –dijo Eriol– pero sea lo que sea, hay que detenerlo.

-No sabemos qué es lo que enfrentamos –la voz de Yue– pero aquí hay algo que definitivamente no cuadra...

-¿Qué dices? –dijo Nakuru, apareciendo de repente– de nuevo con tus conjeturas. ¿Podrías decirnos algo?

Yue guardó silencio y miró hacia donde estaba Shaoran y los dos guardianes.

-Shaoran Li se ha convertido en Nightwalker, el portador del talismán del lobo. Pero como es posible que él, siendo uno de los servidores del Nigromante, ataque y casi haya destruido a sus dos compañeros. Hay algo que no sabemos. Hay algo que no nos ha dicho.

Entonces vieron por los grandes ventanales como el humo y el fuego destructor cobraban fuerza.

-Hay que hacer algo, como sea –dijo Mei Ling– ¿qué tal si...liberamos a mi primo?

-¡Nunca! –dijo entonces con energía Kerberos– ¡ya no es el mocoso! ¡ahora es un ASESINO!!!

-Eso no es lo peor de todo –dijo Spinel– lo peor de todo es que no sabemos que sucederá si llegamos a soltarlo...tal vez trate de destruirnos

-Pero tal vez no tengamos opción –sugirió Eriol– si no lo hacemos, podemos ir rezando nuestras oraciones. Querámoslo o no, voto porque lo soltemos.

Todos se miraron con interrogantes. Era como elegir la muerte de un lado y el infierno del otro. Podría significar la muerte si o si.

-Muy bien –dijo Sakura– si no hay opción...tendremos que hacerlo... –la noche ya se hacía presente, junto con un hermoso cielo estrellado, para atisbar el triste espectáculo. Las noticias no hacían sino transmitir como la gente agonizaba y moría sin remedio alguno...

-Entonces, hagámoslo ya –dijo Nakuru mientras se plantaba frente a la gran puerta– ¡abre ya! ¡necesitamos de tu ayuda!

-Qué escándalo... –dijo Touya. Todos estaban frente a la puerta. Pero no se movió un ápice. Entonces Yue tomó el picaporte y lo abrió. La puerta emitió un nada oportuno chirrido...para mostrar la incesante oscuridad del interior. Todos se estremecieron al ver a la oscuridad. Sintieron como las bestias respiraban quedamente. El ambiente era pesado, todos dormían como rocas.

Las cortinas estaban cerradas, pero con la exigua luz que entraba, la cadena destellaba con brillos metálicos, al igual que las cadenas de los guardianes.

Eriol avanzó hasta el lecho donde respiraba Shaoran. Extendió la mano sobre las cadenas, las cuales brillaron con destellos metálicos. Al momento, se desvanecieron como si nunca hubieran estado allí. Pero no hubo ni un solo movimiento. Nada.

-¿Qué dem.....? –entonces Kero se puso sobre el cuerpo inerte de Shaoran, caminó por su pecho hasta llegar a la altura de su corazón.

-¡No late! ¡su corazón no está latiendo! –dijo con voz estentórea

-¿Qué cosa? –dijo Eriol mientras pegaba su oído contra el pecho de Li. Efectivamente, el vital músculo estaba mudo. La alarma se pintó en el rostro de todos. Shaoran Li estaba al borde de la muerte.

Eriol entonces recordó algo. Las cadenas impiden el uso de la magia, pero quien recurriera a ella tratando de liberarse, corría el riesgo de quedarse sin energía, y por ende, ir perdiendo su vida poco a poco. Seguramente –concluyó Eriol– trató de zafarse de las cadenas, y fracasó en el intento. Tomoyo fue por un teléfono para llamar a una ambulancia. Sakura, Eriol y los demás trataron de reanimar a Shaoran, infructuosamente. Ahora la situación era más grave. La ciudad, siendo devorada por el fuego y la destrucción, mientras Shaoran agonizaba inerte en una solitaria habitación.

-No sé que hacer –dijo Eriol– no pensé que realmente fuera capaz de intentarlo

Entonces lo impensable sucedió. Shaoran abrió los ojos de golpe y se levantó lentamente. Vio hacia el frente y vio la ciudad ardiendo. Touya se acercó a él, pero Shaoran ni siquiera se tomó la molestia en verlo. Estaba viendo el terrible espectáculo. Sus ojos se concentraron con furia sobre la destrucción que se cernía sobre la ciudad

-¡¡Arriba, llegó la hora!! –ordenó con voz de trueno Shaoran. Al momento los guardianes se levantaron y asintieron. Todos contuvieron la respiración cuando Shaoran sacó su diminuto dije

"Llave que guardas el poder de la tormenta, mi insignia y el poder de mis ancestros...revela tu verdadera forma ante el hijo de la tormenta, aquel que realizó un pacto contigo ¡¡LIBÉRATE!!"

El pequeño dije se elevó de entre las manos de Shaoran con un diminuto resplandor. Un sello mágico se iluminó a sus pies al momento, mientras el colgante se transformaba en un báculo completamente diferente. Un báculo más alto que él, coronado por una argéntea luna representada en cuarto menguante, y con 7 joyas incrustadas en él. Todas eran piedras preciosas de incalculable belleza y poder. Ese era el verdadero báculo de Luna brillante.

-Fénrir, Aëgnor, tenemos que ir. Tenemos cuentas pendientes con esa desgraciada hechicera...– se volvió a mirar al grupito que lo miraba incrédulo– vamos, no se queden ahí que tenemos cosas que hacer –se volvió hacia la ciudad– maldita seas Circe...

---------------------------------

Mientras tanto, Thanh y Len observaban desde la seguridad de una azotea que aún permanecía incólume, el espectáculo ofrecido por la poderosa hechicera. Los dos sabían que ella y el caminante tenían su propia historia...

Circe estaba parada en medio de semejante destrucción. Pero obviamente, no mostraba ninguna clase de emoción. Solamente estaba ahí, parada como si nada...esperando...

Thanh y Len siguieron escrutando. Ya los últimos rayos del crepúsculo se iban por el horizonte, y la destrucción cada vez era mayor. Circe aún atisbaba el cielo, como esperando algo...que empezó a llegar. Las suaves tonadas de una flauta. Las estrellas eran opacadas por oscuras nubes salidas de la nada, y cuyo fragor se estaba haciendo sentir

-Ya está aquí –murmuró Circe. Las oscuras nubes ocultaban las estrellas, y los truenos rugían en el cielo. Circe estrechó la mirada, al ver acercarse en la lejanía una figura, deambulando entre la muerte y el fuego. La misteriosa armada se detuvo en seco. Todo se quedó estático en su sitio. Solo se oía el quedo crepitar del fuego. Yukiko pudo divisar la silueta de un par de grandes alas. Si, ella lo sabía, sabía que él aparecería

-¿Qué demonios quieres ahora? –dijo Nightwalker ante la hechicera.

-Que cínico eres al preguntar...caminante –dijo Circe– te quiero a ti...muerto y despedazado.

-Mira como tiemblo –respondió igual el ángel– ¿Realmente crees que te tengo miedo?

Circe guardó silencio y sintió hervir su sangre. Nightwalker seguía igual que siempre...

-Sabes bien que conmigo no se juega –dijo la hechicera amenazante

-Y debes saber entonces que nunca pudiste ganarme –respondió el caminante con una sonrisa cargada de veneno– siempre fuiste débil ante mi Circe...siempre...

-¡Cállate! –dijo ella– ¡tu no sabes NADA!!!

-¿Lo ves? –Nightwalker se cruzó de brazos– ¡ni siquiera en un duelo verbal puedes ganarme!

-Suficiente –dijo la hechicera harta del caminante. Entonces atacó con una espada corta, que fue detenida en su trayectoria por la de Nightwalker

-¿Quieres pelear? –dijo mientras ambos forcejeaban– cuando quieras... –de un salto, quedó a una prudente distancia de la hechicera. Ambos comenzaron a fuertes sablazos, y ninguno quería ceder ante el otro. Pero el caminante parecía tener más ventaja, y pudo atacar con más habilidad que su con tricante.

Entre tanto, Sakura, Kero y Eriol comenzaban a combatir contra los soldados de fuego. Sakura, utilizando la card "watery" y "freeze" trató de atacar, al igual que Eriol, pero algo extraño sucedía. Su magia se sentía diferente...

-¿Qué pasa Eriol? –dijo Sakura asustada– ¿qué nos está pasando?

-Algo con nuestra magia... –entonces pareció comprenderlo al momento– no podemos intervenir...no es nuestra lucha... –Kero y Spinel atacaban infructuosamente, la armada no caía ante sus ataques

Sakura abrió los ojos a toda su envergadura. Su mirada mostraba preocupación sin medida.

-Pero eso querría decir que... –entonces suaves gotitas de lluvia comenzaron a caer, y de repente uno de los soldados de fuego lanzó un grito cargado de miedo

-¡¡YA VIENE EL DEMONIO AZUL!! ¡¡EL DEMONIO AZUL ESTÁ AQUÍ!!

Y en respuesta a sus palabras, una fría ráfaga de viento helado lo silenció al momento. Se congeló y cayó pesadamente al piso, para luego desvanecerse. Entonces Fénrir pasó sobre ellos en un sobrevuelo fugaz, mientras seguía sembrando su frío toque por doquier, seguido de Yue y Ruby Moon, tratando de acabar con la invencible armada de fuego. Entonces Eriol se notó muy débil, al igual que Sakura.

Era la sensación que percibía, su magia, ella no debía intervenir. Esto iba más allá de las cards y de Clow Reed. Seres con mucho poder estaban allí combatiendo. Lo oscuro de lo oscuro, la sombra contra la sombra. Sakura estaba tan ensimismada que no se dio cuenta de un soldado que se levantaba tras ellos, cargando con él un argo con una brillante flecha. Sin siquiera saber como, el caminante volvió la cabeza y se quedó quieto un momento eterno...en su cabeza se repitieron las escenas de una persona cayendo atravesada por una brillante flecha...

-No otra vez...no permitiré que suceda otra vez...–en ese momento todo pareció transcurrir en cámara lenta. Con un hábil giro se deshizo de la hechicera momentáneamente. Agitó sus alas vigorosamente y salió disparado hacia la dirección de Sakura. Circe aprovechó el momento de desconcierto y logró tocarlo en un hombro, más sin embargo no fue suficiente para detenerlo, y llegó justo a tiempo para salvar a Sakura y a Eriol de una muerte segura. Logró aterrizar justo frente a ellos, mientras un líquido escarlata manchaba el oscuro y rico traje. Sus ojos se estrecharon en una mirada espantosa, tétrica, y la tormenta pareció rugir ante el poder del talismán....

-"¡Gwaihir!" –dijo el caminante. La piedra azul comenzó a brillar y el viento comenzó a tomar fuerza

"¡Narya!" –continuó, y la joya roja se iluminó en el báculo– "¡Nenya!"–Y una joya transparente similar a un diamante despertó también –"¡Vilya!"–y la piedra verde azulada del báculo brilló vivamente.

Circe reconoció perfectamente el idioma que hablaba. Las Angerthas, un famoso y complicado lenguaje utilizado para conjuros de cierto poder. Contadas personas conocían y sabían la existencia de este complicado dialecto. Y al parecer, Nightwalker las conocía. Si mal no recordaba, cada Angertha que el caminante nombraba equivalía a un poder inconmensurable.

 -"¡Mauhúr!–y una piedra similar al lapislázuli comenzó a brillar–"¡Arnen!"–la sexta piedra del báculo brilló con intensidad, y Circe abrió espantosamente los ojos, al igual que los dos sujetos que miraban desde la azotea del edificio. Una angertha más, y sería revelado el poder del caminante. Aquel por lo cual era tan temido... –"¡Dwimordene!" –y la última brilló al responder a su nombre, cuyo nombre pareció subir hasta lo alto del firmamento.

-¡¡NO PUEDE SER!! –dijo Circe completamente espantada

-"¡Gwineth an kon elbereth!!" –una frase completamente diferente. Al momento, el famoso y ya conocido halo de energía helada y poderosa lo envolvió, mientras su insignia brillaba a sus pies. Levantó sus manos al cielo, con el báculo entre ellas, y las piedras brillaron a más no poder.

Lo siguiente quedaría grabado en la memoria de todos los presentes por muchísimo tiempo, una pequeña exhibición del poder que residía en el caminante nocturno. Literalmente, una lluvia de truenos y relámpagos sacudió a la ciudad de Tomoeda. El cielo pareció desmoronarse a la orden de Nightwalker, mientras la armada era eliminada hasta el último hombre por el poderoso e invencible ataque. Al detenerse la lluvia, Nightwalker estaba apoyado en el báculo, respirando agitadamente, más sin embargo su oponente no parecía estar mucho mejor. La ira se leía en sus ojos

-Maldito seas...maldito seas... –dijo ella– te maldigo una vez más, eres un vil engendro del infierno

-Posiblemente –dijo él respirando ahora más calmadamente– pero este engendro está aquí para detenerlos. Díselo a él y a esos asquerosas bestias domesticadas: Nightwalker no tendrá piedad de ninguno...

Circe pareció arredrarse ante el tono empleado por el ángel y se desvaneció en medio de una humareda. Nightwalker entonces suspiró, y cayó de rodillas, aún apoyado en el báculo. El uso de las angerthas lo había dejado agotado, sin mencionar el intento fallido por escapar. Fénrir y Aëgnor acudieron a su auxilio, ante las todavía sorprendidas miradas de todos los demás

-Eso...–Kero tragó pesado– dime que eso no lo hizo él...

-Él lo hizo –dijo Yue igual– este es el poder...del talismán del lobo nocturno

-No –sentenció Eriol– el talismán posee poder más allá de lo que podemos imaginar...mucho más...

-No puedo creerlo... –dijo Ruby Moon– eso es algo...inconcebible...

Sakura apretó el báculo contra ella. Miró atentamente el cuerpo del caminante, y vio los pequeños senderos dejados por la sangre. No su sangre. La sangre de Shaoran, seguramente. De su hombro derecho y del brazo izquierdo. Entonces el caminante se desplomó como una roca en el suelo, antes de que alguien pudiera siquiera pensarlo. Spinel lo revisó un momento

-No es nada –dijo seguro– solamente está sin energía

-¿Seguro? –preguntó Sakura

Spinel asintió.

-Vámonos –dijo Aëgnor– el maestro necesita descansar– el tigre logró montar en su lomo al ángel durmiente.

-Oigan –dijo Sakura– será mejor que lo llevemos a la casa de Tomoyo. Allí podrá descansar lo necesario

Fénrir la miró malamente. Suponía que era una artimaña para volver a encadenarlos.

-Tranquilo –dijo Eriol con una sonrisa afable– no lo volveré a hacer

-¿Seguro? –dijo Fénrir– porque si es una mentira, ya puedes ir diciendo tus últimas palabras

-Seguro –respondió Eriol– no lo volveré a hacer.

-Muy bien –dijo Aëgnor– regresemos a la casa de la chica

---------------------------------

-Fracasaste –dijo entonces la oscura figura del Nigromante a Circe– vete...antes de que me arrepienta de no destruirte...

-Pero...

-¡Ahora!

Circe se silenció y desapareció

-Ahora. Thanh, Len, tengo un trabajo especial para ustedes...

Antes que nada, quiero agradecer todos los reviews donde me piden que actualice más rápido. Voy a hacerlo lo más rápido posible.

NightWalker