Capitulo 7

Dos ángeles

La felicidad de Ryuichi era inmensa, no podía creer que por fin la persona que había deseado toda su vida lo aceptara de una forma tan cálida y amorosa. Pero estaba muy confundido, por primera vez en su vida se había comportado de una forma madura, hasta había salido de su casa sin su Kumagoro, pero cuando Shuichi se dio cuenta de que no lo llevaba, le reclamó y eso le hizo pensar que le agradaba su forma de ser, siempre tierno. Pero por otro lado, sabía que le era difícil desacostumbrarse de la seriedad y frialdad de Yuki a la alegría e inocencia de Ryuichi.

Un día estaban paseando por la plaza comercial cuando Ryuichi vio unas maquinitas y sus ojos se iluminaron, pero luego volteó a ver a Shuichi como pidiéndole permiso para jugar, éste le correspondió con una mirada extraña y el otro solo agachó la cabeza, como si a Shuichi le molestara que se comportara como niño.

Lo inhibía.

Si Shuichi hubiera sabido esto, le hubiera dicho que le gustaba por como era, no tenía que cambiar por él.

Los dos no querían expresar sus sentimientos: Ryuichi por el temor de hacer el ridículo y que no lo aceptara y Shuichi porque quería aparentar que no le había afectado su anterior rompimiento y aceptar que tenía otro amor y no necesitaba de Yuki.

Shuichi a veces estaba de mal humor todo el día, que era muy raro en él, y llegar a casa para encontrarse con un hiperactivo Ryuichi acababa con su paciencia, pensaba que cada vez se volvía más como Yuki. Lo empezaba a comprender.

Pero después de todo, el amor que los unía era lo suficientemente fuerte como para que no le reclamara nada. Los días pasaban, y la relación iba cada vez mejor, aunque siempre oculta en la desconfianza al decirse lo que realmente pensaban.

Una noche, Shuichi estaba en la cocina tomando leche del envase, cuando sintió unos brazos que le rodeaban la cintura y unos dedos juguetones que le hacían cosquillas en su abdomen. Shuichi no pudo aguantar la risa escupiendo toda la leche regándola por todo el piso.

-JAJAJAJA-

-¡MUAJAJA, por fin te vi sonreír en todo el día!!-

-En realidad no fue tan gracioso, limpia lo que hiciste-

-Yo no lo hice...fuiste ¡TÚ!

Shuichi lo miró con ojos de enojo e hizo un gesto para que tomara el trapo y limpiara todo el desorden. Ryuichi no podía contradecirlo y lágrimas empezaron a escapar de su rostro y resignadamente se arrodilló en el piso.

Shuichi se sintió culpable porque nunca había tratado de esa forma a nadie, es mas, no sabía porque lo había hecho. Ya no parecía el Shuichi de antes. Se acercó a él e inclinándose un poco, le acarició el pelo, éste volteó a verlo con extrañeza y los ojos llenos de lágrimas, Shuichi no pudo resistir mas, se arrodilló y con una mano le tomó la barbilla y la dirigió hacia su boca, Ryuichi sin pensarlo, aceptó la invitación y deslizó sus brazos alrededor de su cuello. Se fue parando mientras sellaba los labios de Ryuichi. Al estar completamente de pie, el beso terminó y se quedaron viendo a los ojos. Los dos lloraban.

-Lo siento mucho, Ryuichi, no quise hacerlo. Quiero que me ayudes a olvidar, es que no puedo solo-

-Yo te apoyo, pero con una condición: Nunca te apartes de mi lado. Y si el destino llega a separarnos, siempre seré esclavo de tu voluntad-

Shuichi lo abrazó fuertemente y acurrucó su cabeza entre el hombro y el cuello. Podía oler su fragancia y el shampoo de su pelo, sentía su cuerpo pegado al suyo, sentía su calor calentando su alma. Deseó que ese momento durara por siempre, nunca se le iba a olvidar, lo amaba y no lo dejaría ir. Shuichi condujo a Ryuichi al sofá mas cercano y se dejaron llevar por su deseo. Dos ángeles unidos por el amor fundieron sus almas en una y nada en el mundo mataría ese sentimiento.