Capítulo VII: Disturbios en Hogwarts

El resto del semestre en Hogwarts estaba pasando con suma rapidez. Los alumnos estaban inquietos por la llegada del calor y los exámenes finales, que anunciaban el fin del ciclo escolar. Snape trataba de pasar más tiempor con Vivian, pero ella, extrañamente comenzaba a rechazarlo, cada que él intentaba acercársele o pedirle que pasaran la noche juntos, ella se alejaba alegando que tenía muchas cosas que hacer.

Por otro lado, su relación con Circe iba cada vez mejor. Aunque el resto del colegio no sabía que ella era hija de snape y ellos se saludaban de manera distante cuando estaban en compañía de otros maestros, platicaban a menudo, mientras preparaban las clases de pociones. Snape no había podido asistir a todas sus clases, por lo que frecuentemente había dejado a cargo a Circe, quien se mostraba entusiasmada, tal vez con la idea de algún día formar parte del grupo de maestros de Hogwarts. Circe se encontraba feliz, según pensaba Snape, después de todo estaba a salvo.Ambos platicaban por mucho tiempo, acerca de las clases, de la vida de su hija.

Una tarde, mientras revisaba las clases de la semana, Severus escuchó que alguien pedía permiso para entrar a su despacho.

-Porfesor Snape, ¿puedo pasar?- le preguntó Draco Malfoy. Se veía serio, con su aire de arrogancia habitual.

-Qué pasa ahora Malfoy-

-Si, señor, sabe, quería hablarle de la clase de la profesora Griffiths-

-¿Qué hay con ella?-

-Bueno, es que, ella es un poco.estricta-

-¿A qué se refiere con estricta, señor Malfoy?-

-Bueno, solamente considero que sus métodos de castigo no son los.adecuados para esta institución-

Snape estaba a punto de cuestionarle acerca de esos supuestos "métodos", pero en eso se presentó Circe quien parecía algo apesadumbrada. Llegó y le dirigió una mirada severa a Malfoy, quien desvió su vista de inmediato hacia otro lado.

-Señor Malfoy, puede retirarse, hablaremos después- le dijo Snape a Malfoy, quien salió de inmediato del despacho.

-¿Qué le pasa a Malfoy?-

-Dice que tus metodos no son adecuados, ¿es que acaso has hecho algún cambio al programa cuando no estoy?-

-Al programa no- le dijo Circe con desgano -Seguramente Malfoy se refiere al castigo que le puse por haber arrojado su caldero a dos chicos de Gryffindor. Le dije que debía ayudar a los elfos domésticos a preparar la cena de esta noche, claro que no le hizo ninguna gracia, pero creo que es el mejor castigo que le pude dar; rebajarlo al nivel de los elfos, seguramente es un golpe a su ego- terminó de decir Circe, con una sonrisa.

Snape no respondió; eran pocas las veces que Circe mostraba su lado calculador y frío, tal como el.

-Tengo que salir, le dijo Snape a Circe, quien esperaba encontrarse con vivian antes de cenar.

Estaba dispusto a sacarle toda la verdad, a qué se debía su indiferencia, si es que ya se había encontrado a otro hombre. Severus llegó a su despacho y se sroprendió de encontrarla ahí, después de todo, hacía mucho que ella no permanecía mucho tiempo ahí, sin duda para no ver a Snape.

-¿Vivian, puedo pasar?-

-Adelante, Severus-

-Vivian- Snape quería ir al grano -¿por qué has estado evitándome este tiempo?, tenemos semanas sin hablar-

-No es nada Severus, es sólo que he estado muy ocupada-

-¿Hay otro hombre?- le preguntó Snape. Temía que ella respondiera con un sí, pero prefería saberlo a seguirse haciendo ilusiones con ella.

-Severus, claro que no, solo que no he podido hablar contigo, además está tu hija.-

A Snape le sorprendió que Vivian incluyer a Circe en la conversación.

-¿Circe?, ¿Qué tiene ella que ver?, creo que está lo suficientemente grande como para comprender que estoy en mi derecho de estar contigo, además ella misma me ha dicho que está de acuerdo-

-Miente.- dijo Vivian en un susurro que Snape no pudo escuchar.

-Vamos Vivian, sabes que te amo, no puedo estar sin ti-

Vivian sucumbía a la voz de Snape, aquella voz que la había aterrado al principio, pero que luego la fue enamorando. Ella no tenía dudas de Snape, pero los enfrentamientos con Circe la habían hecho alejarse de él. Si tan sólo Snape supiera como era ella en realidad.