Ambiente: Un hospital muggle, la noche en que Harry Potter nace, merodeadores y personajes originales, ligero slash.
Cuento No. 3
Les voy a contar una historia de un nacimiento. El nacimiento de un héroe. Hace casi ocho meses que recibió la noticia que iba a ser madre, recuerdo tan bien ese día, me alegré tanto por ella como por su esposo; su hermana también está embarazada, pero por alguna razón siento que este niño será especial.
Es una mañana preciosa, los rayos de sol apenas la dejan ver su habitación, lleva puesto una túnica celeste sin mangas, de tela bastante delgada, la cual evidencia aún más su embarazo. El sol pega fuerte por ser verano, alumbrando la cama de cuatro postes, el tocador de roble y el armario. Ella se está arreglando sus hermosos cabellos rojizos, envolviéndolos en una cinta azul rey que combina perfectamente con su túnica, viéndose pícaramente al espejo del tocador. Se llevó la mano a su enorme barriga, y apretó los ojos al sentir un breve dolor. Hacía una media hora que había empezado a sentir contracciones, pero se encontraba sola en casa y no quería avisar a su esposo para no preocuparlo.
Camina con gracia para una mujer embarazada, la veo dirigirse a la cocina para prepararse un ligero desayuno. Antes de descender por las escaleras, se detiene un momento en la habitación del bebé, adornada las paredes y muebles de blanco con pintas púrpuras oscuras, ella y su esposo habían decidido que el género del bebé fuese sorpresa, por lo que decoraron la habitación con colores unisexo.
En la cocina, no puede evitar sonreír sabiendo que el momento se acerca, sabe que cuando su esposo llegue de compras se alegrará mucho al ver que el bebé estará aquí pronto. Observo mientras toma su desayuno, las tostadas integrales no le agradan, cómo no voy a saberlo si cuando iba a mi casa las rechazaba con tanto ahínco, era imposible suplicarle que las comiera. Sabe que la comida saludable es lo mejor para su bebé, por lo que es buena madre y come sus tostadas en un tenue silencio. Después de terminar, arregla un poco la casa, los dolores hasta ahora parecen no afectarle.
Ahora el sol está en su mayor esplendor, ella con gotas de sudor en su cuello y pecho se deja caer rendida sobre una silla de la sala. Sus manos sujetan su barriga, y emite un quejido al sentir pasar una contracción. Mira desesperada la puerta, esperando a que su esposo entre en cualquier momento. Si por ella dependiera, ya habría desaparecido para estar al lado de él, pero su medimago le advirtió que era peligroso hacerlo en su estado. Vi cómo su rostro se bañaba de alivio al ver que la puerta se abrió, un hombre de lentes y cabello alborotado ingresando a la casa con semblante alegre. Al ver a su esposa, suelta las bolsas que lleva en sus brazos y se dirige a ella con rapidez.
Le murmura algo al oído y ella le sonríe con dulzura. Su esposo no sabe qué hacer, por lo que desaparece rumbo a la cocina, segundos después regresando con un vaso con agua en la mano. Ella bebió un poco. Luego habló:
"James, llegó el momento, puedes llevarme a un hospital?"
Me parece que él se enoja a tal serenidad que mostraba ella, ya que frunce el ceño y le reclama:
"Por qué no me avisaste.. yo.. . Hace cuánto que estás así?"
"Desde muy temprano en la mañana, pero las contracciones son mucho más fuertes y un poco más seguidas, puedes llevarme a un hospital?"
"Eso no se pregunta" le responde alarmado, besándola en la frente. Sube las escaleras a zancadas, regresando con un suéter para ella, las llaves de su auto, su billetera, y las identificaciones muggles de su esposa.
"No entiendo" él dice mientras ayuda a su esposa a abandonar la silla "porqué tiene que ser de modo muggle"
"Oh James.... otra vez? Porque por métodos mágicos, se puede reducir el dolor a lo más mínimo, y no quiero que sea así, quiero sentir lo que sintió mi madre, o mi abuela cuando les tocó el momento" en esos momentos me emocioné al ver que ella me mencionó frente a él.
"De acuerdo, si así lo prefi—" ella se detiene por un momento, apretando su cuerpo contra el de su esposo en señal de dolor.
Logran llegar a su auto, él moviéndose torpemente en un intento de acelerar el proceso.
Una vez en el carro, ella le pide que por favor maneje despacio. El responde "Sí, está bien..." consiente que lo primero que quiere hacer es llegar al hospital antes que se agrave la situación. Durante el camino ella hace el menor esfuerzo por no quejarse, ya que entre más lo hace, James pisa el acelerador cada vez más. Llegan al hospital, James registrándola mientras la ubican en una habitación. Ella se siente aliviada al vez que le facilitan una silla de ruedas.
"Por aquí" dice una enfermera robusta de cara amable, guiándolos mientras James empuja la silla.
Con paso lento, Lily cambia su túnica por una del hospital, mientras la enfermera acomoda su cama. Al subirse en esta, la enfermera le pide el favor que abra las piernas para poder examinarla.
"Tiene cuatro centímetros de dilatación, todavía le falta bastante" dice con la cabeza sumergida entra las piernas de Lily.
"Cuando tendrá al bebé?" pregunta James angustiado.
"No se preocupe señor Potter, esto podrá tomarse desde media hora, hasta doce horas... pero por lo que observo, tendremos un lindo bebé para la noche" dice la enfermera sonriente. "Querida" ahora se dirige a Lily "si quieres calmantes, es solo que me mandes a llamar con tu esposo y vendré a suministrarlo. Te visitaré cada media hora para revisarte, si en la noche no vengo es porque mi turno habrá terminado. En unos minutos llegará el doctor, de acuerdo?"
"Sí, gracias" responde Lily con una pequeña sonrisa.
Tal y como lo dijo la enfermera, el doctor aparece minutos después. James le sugiere llamar a su medimago, pero Lily desiste de la idea.
Ahora ella está sobre su costado derecho, mirando distraídamente por la ventana. James desaparece por unos instantes. Lily se imagina qué se fue hacer, y sus sospechas son confirmadas al ver a su esposo ingresar a la habitación, seguido por un grupo de personas. Detrás de ellos, la enfermera.
"Lo siento, pero solo dos personas a la vez.. sin incluirlo" dice, señalando a James y sacando a los demás de la habitación, quedando la pareja acompañados por Zlata Whitten, la mejor amiga de Lily y Peter Pettigrew, también un gran amigo de ellos.
Peter no puede evitar sentirse emocionado, felicita anticipadamente a James, mientras que Zlata sujeta la mano de su amiga, masajeando la barriga para suavizar el dolor. James está sentado sobre la cama al lado de su esposa, acariciando su cabello de forma distraída. El joven rubio se disculpa por no quedarse mucho tiempo allí, pero tiene otros asuntos qué atender. Le da una última felicitación a James, y se despide de Lily con tristeza. Apenas sale Peter, otra joven de cabello café entra a la habitación, sonriendo de forma fingida al ver a Lily. Al principio me parece molesta la actitud, pero comprendo que esta joven nunca había visto a una mujer en labor de parto, por lo que son sólo nervios y eso es comprensible.
Zlata y la otra joven se retiran, no sin antes ofrecerles algo de beber o comer a James y Lily, quienes rechazan la comida muy cortésmente.
Los últimos en entrar son dos personas muy queridas por la pareja: un joven muy apuesto llamado Sirius Black, y Remus Lupin, compañero fiel desde el colegio.
Sirius se posiciona al lado de James, mientras Remus se acerca a Lily y la besa en la mejilla, imitando a James y sentándose en la cama del lado opuesto.
"Hasta cuando se van a quedar?" pregunta James, mirando a Sirius a los ojos.
"Me quedaré todo el tiempo que desees" responde Remus, tomando una de las manos de Lily.
"Yo también, es solo que debo ausentarme por un momento... más tarde... es solo que me ponen nervioso los hospitales" confiesa Sirius, sonriéndole a Lily con delicadeza.
"Está bien" responde ella, apretando la mano de Remus al sentir una contracción.
"Ha pasado casi una hora desde que ustedes están aquí, y todavía no llega el bebé" dice James afanado al ver la lentitud del proceso. "Me preocupa..."
"Anda, cálmate ya, estás peor que en tu boda" responde Sirius en tono gracioso, mientras le da una suave palmadita a James en la espalda.
"Querido..." murmura Lily "Será posible que pueda beber algo de agua?"
"Veré qué puedo hacer" dice James, levantándose de la cama y dejando a Lily en cuidado de los otros. Estoy segura que James no quiere abandonar a Lily, por lo que lo imagino por los corredores pidiendo a gritos un vaso con agua.
"Cómo te sientes?" pregunta Sirius, rodeando la cama para esta vez posicionarse al costado de Remus.
"Bien, muy emocionada" responde ella. "Con dolores...." continúa, sintiendo otra contracción. "Se vuelven más seguidos, y no he hecho mis ejercicios de respiración"
"Descuida Lil, todo saldrá bien" Remus le asegura. Sirius se acerca a su amigo e introduce una mano en la camisa de Remus que está ligeramente desabotonada. Con su otra mano, Remus asegura la mano de Sirius en la de él.
"Además" añade Sirius de forma pícara "tendrás un bebé precioso, y recuperarás tu figura, para que quedes tan linda como Zlata" concluye con ojos soñadores. Remus aprieta la mano de Sirius, fingiendo estar celoso.
"Ja-ja.... qué gracioso....ouch, me duele..." responde Lily, apretando sus párpados.
En ese momento la puerta se abre, Sirius y Remus se separan. El doctor, la enfermera y James, sosteniendo un enorme vaso de agua, entran a la habitación.
"Muy bien señora Potter, cómo se siente?" pregunta el médico, mientras se coloca un guante.
"Estoy bien, pero necesito hacer mis ejercicios de respiración"
"Cada cuanto son las contracciones?" pregunta la enfermera a James.
"Cada diez minutos, aproximadamente" responde él, dejando el vaso sobre la mesa de noche.
"Bien Lily, por favor podrías ponerte boca arriba?" pregunta la enfermera, sujetándola de los brazos para ayudarla a girar.
Sirius y Remus se paran al lado del médico, mientras este levanta la sábana que cubre a Lily. El médico introduce las manos, e informa que tiene seis centímetros de dilatación. Remus gira la cabeza observando interesado, mientras los ojos de Sirius parecen dos platos, su expresión como si fuese a vomitar las entrañas.
"Bien, lo estás haciendo bien" dice el médico, cubriendo a Lily de nuevo. "Si deseas, puedes salir a caminar por los corredores, ir a la sala de espera a leer o tomarte un té, eso ayudará a aliviar el dolor"
"Está bien" responde ella.
"No quiero darte ningún medicamento por ahora, está bien? Cuando llegues a los siete centímetros, las contracciones aumentarán por lo que si deseas te suministraremos la epidural u oxígeno, lo que prefieras. Volveré en media hora para ver cómo van las cosas.... y quite esa cara" añade a Sirius "que nadie ha muerto..." el doctor sale de la habitación, seguido de la enfermera ambos envueltos en una nube de carcajadas.
Sirius agita su cabeza como si fuese un perro. Remus se acerca a Lily para ayudarla a levantar, mientras James le coloca su suéter encima.
"Ay Sirius... creo que ya me conoces mi interior a la perfección" dice Lily de forma sarcástica, mientras Remus ríe silenciosamente.
"Sí, tarde o temprano lo iba a hacer" le responde Sirius al oído, mientras Lily finge estar ofendida.
"Oye! Qué es ese tipo de comenta--?" pero Lily no termina su pregunta ya que tiene una extraña sensación entre sus piernas. Pronto un líquido transparente escurre de ella, cayendo justo sobre los zapatos de Sirius.
"Oh Dios... se rompió tu fuente!" exclamó Remus extasiado, mientras James contempla boquiabierto el desastre.
"Sirius, tus zapatos! Lo siento mucho!"
"Eh.. está bien, todo está bien" dice Sirius, personalmente podría apostar que está apunto de desmayarse. "Solo... debo salir por un momento al baño, sí? Está bien?" desde acá puedo sentir el pánico que invade al apuesto joven, en menos de tres pasos está fuera de la habitación.
"Oh, no... Sirius me odiará por el resto de su vida" murmuró Lily muy avergonzada.
"No te preocupes, Lily" le responde Remus. "Puedes caminar sola?"
"Sí,
claro" responde ella. "Un poco de aire fresco me hará sentir mejor".
Ambos salen de la habitación, Lily caminando muy lentamente y Remus hablándole
con ternura al oído. James va detrás de ellos, pero pronto se devuelve a la
habitación por el vaso de agua.
Llegada a la sala de espera, Lily se sienta al lado de una mujer de mucha más edad pero que también está en labor de parto. Ambas empiezan una amena conversación, Lily preguntando el género del bebe, a lo que la mujer responde:
"Será niño, en hora buena... ya tengo tres pequeñas!" sonríe la extraña de forma cansada.
"Yo no sé mi bebé qué será... no tengo preferencia... si es niña, me gustaría llamarla Joy, no sé la verdad.. si es chico, será Harold como mi abuelo de eso estoy segura, además ya cuento con la aprobación de mi esposo" Lily ríe y señala a James del otro lado del salón, sus dedos tensados alrededor del vaso. Desde acá le agradezco a ella por escoger el nombre de mi esposo para ponérselo a mi adorado nieto, sé que mi otro terroncito de azúcar se llamará Dudley.
"Eso está bien" dice la mujer. "Verás que te irá bien, el primer parto es difícil, pero te irá bien, a mi me practicarán cesárea en unas horas"
"Oh, veo..." musita Lily, frunciendo el ceño. Pronto la mujer se despide de ella, con la excusa que su hermano debe llegar en cualquier momento a visitarla. Lily asiente y se despide con una sonrisa.
Pasa
una media hora en la que Lily se siente tranquila en la sala, escuchando música
de fondo de los grupos de moda, Blondie, Pointer Sisters, The Kool and The Gang
y otros. Su suave voz me llega a mis frágiles oídos 'Oh this is ladies
night, and the feeling's right, oh this is ladies night, oh what a night…'
me produce risa verla tan concentrada en una canción de poder femenino en
tan semejante situación. A mis oídos también llegan frases sueltas de la
conversación que tienen James y Remus. No puedo ver a Sirius por ningún lado.
James se ve preocupado, hablando en murmullos, mientras Remus arruga el
entrecejo.
"Mala época para tener un bebé, Remus" escucho decir al joven de gafas.
"Ya-sabes-quien está acumulando fuerzas y muy pronto dará el golpe final"
"No pienses en eso ahora, lo que menos necesita Lily es verte de esta forma... Sirius, Peter y yo los protegeremos ante cualquier adversidad, sabes que puedes confiar en nosotros, Sirius es tu mejor amigo y será el padrino del bebé, cómo no confiar en él? Yo estaré siempre a su lado, y Peter? No es capaz ni de matar un mosca. Además, Albus Dumbledore también está de nuestro lado"
"Sí, lo sé" responde James, evitando ver a Remus a los ojos.
Un resignado Sirius aparece en escena, examinando meticulosamente sus zapatos.
"Donde estabas?" le pregunta Remus, mientras lo sujeta de una mano.
"Baño" responde de forma simple con una expresión de repulsión.
James frunce el ceño. "Sabes? Me estoy arrepintiendo de pedirte que seas su padrino"
"No, James... vamos, seré estupendo!" exclama Sirius con una sonrisa nerviosa.
"Serás mala influencia, Sirius" dice James de forma bromista, la tensión de la escena desvaneciéndose poco a poco.
"De qué hablan?" la dulce Lily pregunta con voz chillona justo detrás de James.
"Qué haces? No estabas sentada? Te aburriste?" Lily asiente a las preguntas de su esposo.
Pasa una hora en la que el médico y una enfermera rubia, mucho más joven que la anterior, han visitado a Lily para chequear su estado. Ahora los dolores son mucho más intensos, por lo que el médico decidió administrarle una inyección de epidural.
"Oh, Madre de Dios... espero que surta efecto pronto, por qué no puedes nacer ya?" Lily está en un punto donde las contracciones son insoportables. El médico le asegura que el dolor disminuirá un poco, pero que no lo eliminarán, el dolor es necesario para el parto, su cuello uterino ha dilatado bastante en la última hora.
Pasa otra media hora y el médico anuncia que Lily debe prepararse para pujar.
"Llegó la hora" dice James mientras la misma enfermera rubia le inyecta suero a Lily.
"Sí, lo sé... siento que se me va a salir" ella lleva sus manos entre las piernas, al mismo tiempo que se queja del dolor tan intenso. El médico reingresa a la habitación, mientras que la enfermera acomoda a Lily en posición, separando sus piernas con delicadeza. Cuando el médico se coloca los guantes, James toma a Lily de la mano al mismo tiempo que intenta mirar el proceso. Sirius y Remus se retiran, esperando en el corredor por un feliz final.
"Me gustaría entrar a ver" le murmura Remus a su compañero, ambos apoyados contra la pared muy ansiosos. Sirius se acerca a él y lo envuelve en sus brazos, el otro respondiendo de la misma manera. Escuchan con atención los gritos y sollozos desesperados de su amiga, frases como "No puedo, no puedo, me duele mucho James, no soy capaz" y chillidos insoportables llenan el corredor de la pobre chica jadeante. Oh Lily, yo pasé por lo mismo cuando di a luz a tu madre, fue un día maravilloso... De momento un silencio se posa sobre el lugar, seguido por risas y llanto de felicidad. La hora ha llegado, sin ellos saberlo un héroe...
"Ha nacido" dice Remus pasmado. "Sirius, no sería genial si tu y yo tuviéramos un bebé? Es magia, todo es posible..."
"Sí, y quién de los dos cargaría con esa pequeña responsabilidad de nueve meses? No lo creo posible..." responde Sirius a la defensiva. Ambos se miran con los ojos arqueados. Remus sonríe, mientras acaricia la barbilla de Sirius de forma afectiva.
