Historia corta Akeno x OC

Hola, estoy de vuelta con un nuevo fic, una historia corta y pedido de un lector.

Para aquellos que se preguntan por el fic de Samui... no tengo excusas, todavía no he podido terminarlo.

Espero disfruten el capítulo.

X – X – X

"Himejima, Okada, necesito que vayan a dejar estos papeles al consejo estudiantil." El profesor de ciencias señalo a dos de sus mejores alumnos la montaña de papeles con los permisos estudiantiles para una salida a la universidad de Tokio.

"por supuesto profesor, no hay problema." Con la voz serena que la caracterizaba, una de las dos grandes señoras de Kuoh le respondió al docente, mirando de soslayo a su compañero.

"Cla-claro profesor, lo haremos de inmediato." Con cabello negro y una cara plana que no sobresaldría aun si estuviera solo, el estudiante de tercer año añadió sus comentarios a los de la hermosa pelinegra.

La sonrisa que la chica le dedico hizo que las mejillas del hombre se enrojecieran hasta el punto de que sus amigos, celosos de su oportunidad de caminar con la estudiante japonesa más hermosa de la academia, no pudieron evitar molestarlo.

Pero ellos no saben… como era Himejima Akeno fuera del ojo público.

X – X - X

El par de jóvenes ya había entregado los papeles a la presidenta del consejo estudiantil.

"Ahhh." El estudiante de tercer año gimió, subiendo su cabeza mientras apretaba los puños para no eyacular tan rápido…

En al boca de Akeno, apoyada en sus rodillas y tragaba sin problemas su polla y lo miraba con ojos denotando diversión por el acto que cometían en un aula vacía.

La hermosa pelinegra acaricio los huevos de su amante, moviendo su cabeza hacia a delante y atrás contra la pelvis del Okada que solo gemía y se rendía ante el placer de la boca de la muchacha más tetona de la academia.

"Akeno-san." El chico se dirigió a su compañera, con la respiración pesada. "Me voy a correr…"

"Mmm…" La chica le dio una última chupada al falo del muchacho de pelo negro antes de separarse de él, levantándose y apoyando sus manos en una mesa, inclinándose hacia adelante y mostrando su perfecta retaguardia, criminalmente cubierta por la falda al suertudo estudiante.

"Bueno, Takeru-kun." La estudiante de tercer año levanto su falda, mostrando sus mojadas bragas blancas, antes de moverlas a un lado y mostrando sus agujeros a Takeru. "Elige, que nos queda poco tiempo antes de la otra clase."

Okada Takeru, ganador del título del chico más plano de la academia, solo pudo tragar su saliva ante tal vista, antes de que su mirada se endureciera.

Y con un paso, el chico se colocó detrás del redondo y amplio trasero de la Himejima, apuntando su dura verga al coño de la Yamato Nadeshiko.

"Ohhh" La pelinegra gimió, sintiendo la gorda polla de su amante entrar poco a poco a su apretado coño. "Extrañaba tu verga en mi necesitado coñito."

"Akeno-san…" El chico de ojos café murmuro en el oído de la mujer de ojos violetas, envolviendo sus brazos alrededor del cuerpo de la chica para apretar sus enormes tetas, ocultas por la blusa. "No hable tan fuerte, nos escucharan."

"¡Ahhh!" La tetona estudiante no le hizo caso y empezó a gemir más fuerte, moliendo sus caderas contra la pelvis de Takeru, sintiendo la polla de él agitarse contra sus paredes vaginales. "Que rico te sientes dentro Takeru-kun."

"por favor Akeno-san." Los pedidos del chico bajaron de volumen, al mismo tiempo que él empezó a moverse contra la chica, sacando y metiendo su falo en la húmeda concha de la Himejima. "no gima tan fuerte."

Los gemidos de ambos aumentaron de nivel, mientras que el Okada apretaba el glorioso busto de la gran señora pelinegra a medida que encontraba un ritmo cómodo para la penetración.

Las bolas del pelinegro chocaban con el clítoris de Akeno cada vez que este enterraba su verga en la intimidad de la Himejima, y ella rápidamente desabotono su corsé.

"¡Queridos Maous!" La chica grito esa extraña exclamación que Takeru siempre encontró extraña, pero desestimo el pensamiento para desabotonar la parte superior de la blusa de la pelinegra y agarrar directamente el busto que fue fuente de sus fantasías húmedas por dos años.

Como era de esperar, la vicepresidenta del club de Ocultismo no estaba usando sostén.

"Adoro tus tetas." Sin dejar de penetrar el coño de Akeno, el chico la abrazo más fuerte, mientras jugaba con la voluminosa carne mamaria. "Son las mejores de la academia."

"Que lindo." Akeno le respondió entre gemidos, dirigiendo su mano izquierda a su coño para estimular su clítoris. "Issei-kun aún no decide si mis pechos son mejores que los de buchou."

El escuchar el nombre de uno de los estudiantes más odiados de Kuoh hizo que el Okada frunciera el ceño, y sus embestidas aumentaron en intensidad.

La Himejima empezó a gritar cuando el estudiante empezó a literalmente taladrar su coño con la gorda polla que la hacia gozar desde hace meses, y su mano froto con más rapidez su protuberante clítoris.

"¡Así me gusta!" Akeno grito, olvidándose de la petición del chico de mantener un volumen bajo. "rómpeme en dos Takeru-kun."

"Eres muy malévola senpai." Con la respiración cortado y el uniforme pegado a su cuerpo, el estudiante de cara plana encaro a su compañera de clase. "Sabes que no me gusta que hable de él cuando este conmigo."

"Pero Takeru-kun…" Akeno giro a su cabeza a mirarlo, mientras que su culo se sacudía por las embestidas de su amante. "No puedo evitar hablar de mi novio" La chica hizo un puchero, aunque el brillo en sus ojos delataba su diversión.

"Maldita sea." El pelinegro apretó las tetas de la mujer con rabia, ocasionando un chillido de ella. "Estas conmigo ahora, no hables de ese bastardo."

"¡Takeru-kun!" La chica de ojos violetas grito, con sus jugos vaginales casi sacando la polla del adolescente por la fuerza de la expulsión de estos. "¡Maous, que bien me coges!"

"¡Eres mía!" Las caderas de Takeru parecían un borrón por la velocidad con la que el joven hombre penetraba a la hermosa adolescente, y sus manos apretaban con brutalidad los senos de la Himejima. "¡Dilo!"

Las nalgas de Akeno se moldeaban contra la pelvis de Takeru, y sus duros pezones eran apretados por los suaves dedos del japones, que solo pudo gruñir cuando sintió haber llegado al límite.

"¡Cariño!" La chica agarro la cabeza del pelinegro y la atrajo hacia ella, para darle un apasionado beso que lo dejo sin aire, y callo todas sus exclamaciones. "¡Córrete dentro!"

"¡Akeno-san!" El Okada grito, mientras liberaba todo su esperma en el cálido agujero de la tetona estudiante.

"Si" La chica grito extasiada, sintiendo el cálido liquido llenar su necesitado coño mientras que el agarre en sus tetas se relajo mientras que el chico se apoyaba en su sudorosa espalda.

Ambos estudiantes respiraron fuertemente mientras estaban pegados al otro, y los líquidos de ambos bajaban por las piernas de la Himejima y caían al suelo.

De pronto, Akeno soltó unas risitas y le dio un ultimo beso a su plano amante antes de empujarlo levemente, haciendo que este saliera de su coño con un gruñido por parte de él.

"Bueno, necesito limpiarme." La chica comento como si nada, mientras se arreglaba la parte superior de su uniforme. "Takeru-kun, adelántate, yo limpio todo esto y vuelvo a clases."

"E-esta bien." Ya habiendo recuperado los cabales, el chico volvió a actuar con normalidad. "Akeno-san, perdón por haberle gritado." El muchacho se disculpó mientras se subía los pantalones. "Es solo que me da rabia que salga con Hyoudou, él no la merece."

"No te preocupes Takeru-kun." La chica se giro y le sonrió, haciéndolo sonrojar. "Y respecto a Issei-kun, no lo entenderías."

"Pero-" La réplica del pelinegro fue interrumpida por la chica que le toco los labios con un dedo.

"Nos vemos en clases. ¿ok?"

"E-entendido." El chico cerro los ojos y se retiro del aula. "Akeno-san, yo la trataría mucho mejor que él."

Takeru cerro la puerta de la sala, dejando a la pelinegra sola.

X – X – X

"Vaya, cada vez se corre más." La pelinegra comento divertida, mientras que con una mano utilizaba magia para limpiar tanto el suelo como sus torneadas piernas de la evidencias del pecaminoso acto que ambos jóvenes cometieron.

La pelinegra suspiro contenta, mientras se arreglaba el uniforme y cancelaba el hechizo de silencio que utilizo para que nadie se diera cuenta de lo que ella estaba haciendo con un mortal normal.

"Parece que debo cambiar de juguete." La Himejima se llevo una mano al mentón, pensativa. "Takeru-kun ya está empezando a tener ideas que no me convienen."

Si ella lo seguía usando, quizás él pueda tener la estúpida idea de encarar a su Issei-kun y ahí las cosas saldrían de su control.

Aunque…

"Mmm…" Un pensamiento hizo sonreír a la voluptuosa reina del sequito de Rias. "Si Issei-kun se entera, él destruirá todo."

Ver a su amado actuando como el dragón que es, para luego castigarla por su infidelidad…

"Mierda, me corrí de nuevo." Akeno se llevo las manos a las mejillas, sonrojada y con sus fluidos cayendo de su coño. "Ahh, creo que me estoy volviendo una masoquista."