¡Hello There!

Summary: Harry rescata a un gato negro en la noche en que escapa de la casa de sus tíos después de haber inflado Marge. Pero quien en realidad es Bellatrix Lestrange.

ADVERTENCIAS, +18, SMUT, fetiches, Oscuro/bueno Harry, un cambio en la historia, todos en Hogwarts comienzan a estudiar a la edad de 13 años, por lo que Harry tiene 15, por qué, bueno es menos incomodo que escribir sobre un adolecente de 13.

Si te sientes incomodo o te ofende temas, como el incesto, abuso doméstico, tortura, denigración, lenguaje fuerte abstente de leer.

La saga de Harry Potter pertenece a JK. Rowling, yo solo escribo un fanfic, etc.

Sugerencias y comentarios son bienvenidos.


Cuando él se alejó varias calles, Harry se dejó caer sobre la acera bajo de la calle Magnolia, jadeando a causa del esfuerzo. Harry se quedó sentado, inmóvil, todavía furioso en contra de la hermana de su tío Vernon. Él tenía tantos pensamientos corriendo por su mente sobre lo sucedió hoy en la tarde con la perra de su tía Marge.

La mujer habia acabado con la paciencia de Harry, él podía soportar que esa obesa mujer hablara mal de él, que lo insultara. Pero que ella insultara a los padres de Harry, era otro tema. Insultarlos era desmeritar el sacrificio que sus padres hicieron para que él viviera e insultarlos era algo que Harry no habia podido aceptar.

Después de varios minutos cuando la adrenalina y la furia lo habían abandonado, pensó con claridad lo que ahora le depararía a él, expulsarlo de Hogwarts era algo que no podían hacer. En ningún momento Harry habia utilizado su varita, no, lo que le sucedió a Marge habia sido un caso de magia accidental.

Pero otro inconveniente y el que más importaba ahora, era en donde se iba a quedar él, no tenía dinero muggle, tan solo algunas monedas de oro, pero el resto de su fortuna estaba Gringotts en Londres. No habría manera de que él llegara hasta allí caminando.

Harry soltó un suspiro exasperado, se sentía tan enojado en estos momentos, ¿Por qué su tía Marge tuvo que hacerlo enojar? Él y esa mujer nunca se habían tenido una buena relación. Ambos se odiaban mutuamente y la mujer disfrutaba cada momento para hacerlo enojar y para hablar mal de su padre.

Por lo general esa morsa nunca hablaba mal de la madre de Harry, tal vez por respeto a Petunia, pero esta tarde la mujer habia bebido demasiado y la boca se le aflojo y expreso sus pensamientos.

La noche habia caído y no habia autobús alguno que pasara a estas horas, pero Harry tenía que encontrar una manera de llegar a Leaky Cauldron.

Además, tenía que idear un plan para saber dónde se quedaría, tenía una fortuna que su padre le habia dejado, ¿pero sería suficiente para vivir? La ultima y primera vez que vio su bóveda, las montañas de monedas se alzaban hasta donde su vista le alcanza a Harry.

Pero eso habia sido hace tres años, cuando apenas tenía trece y él miraba el mundo por primera vez y todo lo que él veía era inmenso y asombroso para él. Harry sabía muy poco sobre su familia, sabía que su madre era una nacida muggle y su padre era sangre pura de una casa antigua y noble y que su abuelo ocupaba un lugar en el Wizengamot, pero nada más.

Tal vez sus padres le dejaron a Harry una casa, si su padre era un Señor, ¿tal vez tenían más de una propiedad? ¿Y si no?, Harry encontraría una manera de trabajar, tal vez en una tienda del callejón Diagon, Tom estaría dispuesto de darle trabajo a Harry y permitirle vivir en una de las habitaciones.

Cualquier cosa era mejor que vivir nuevamente con los Dursley, Harry no volvería con ellos y su tío Vernon no permitiría que él volviese a la casa, después de lo sucedido con su hermana el día de hoy.

Los pensamientos de Harry fueron interrumpidos por los movimientos de los arbustos de enfrente, por precaución, Harry saco su varita y se mantuvo alerta. Después de asesinar a un maestro en primer año y de asesinar a un basilisco en su segundo. Le habían dado a Harry una especie de instinto de saber cuándo algo andaba mal.

Lentamente y con varita al frente, además de el hechizo desarmaste en la punta de sus labios, Harry se acercó hacia lugar proveniente de los crujidos, la luz tenue de la lámpara iluminaba los arbustos levemente, permitiéndole mirar con anticipación cualquier peligro que saliese de alii. De pronto, una pequeña masa negra salió de entre los arbustos soltando un maullido, asustando a Harry.

Un pequeño gato negro, demacrado y con sarna salió maullando del arbusto, Harry vio como el pequeño animal cojeaba de su pata trasera. Lo más probable es que se haya lastimado en una pelea.

"Hey, pequeñín", saludo Harry gentilmente, mientras guardaba su varita y se acercaba al animal indefenso, que lo miraba con ojos violetas.

Harry se arrodillo para llamar la atención de gato, "¿Oye estas bien?", pregunto Harry, el gato negro lo miro por algunos segundos, pero finalmente decidió acercarse a él, de cerca Harry pudo ver el lamentable estado en el que se encontraba el gato, una visible mancha de sangre goteaba de su pata derecha y las costillas se le marcaban al animal.

"Estas herido", murmuro Harry acariciando la cabeza del gato, de pronto el gato comenzó a soltar un pequeño ronroneo y restregar su cabeza en la mano de Harry. él tenía que curarlo, una vez que él llegara al Leaky Cauldron, atendería la herida del animal.

"¿Quieres venir conmigo, pequeñín?", pregunto Harry acariciando atrás de las orejas del gato, con un pequeño maullido del gato, Harry interpreto eso como un sí. Con sumo cuidado de no lastimarla más, Harry tomo al gato entre sus brazos.

Cuando estaba regresando a la banqueta para esperar al autobús. Nuevamente otro crujido se oyó de entre los arbustos. Lentamente y con cuidado, Harry se giró hacia el nuevo ruido, el gato en sus brazos comenzó a retorcerse y a gruñir suavemente contra el ruido que provenía de los arbustos.

Harry cargo al gato en el dorso de su brazo izquierdo y con su mano derecha alcanzo su varita. De repente, un gran perro negro como el mismo gato se asomó de entre los arbustos gruñendo hacia él, la sangre caía de su hocico y del rostro del perro. Harry agarro con firmeza su varita y apunto hacia aquel perro que gruñía.

Harry camino hacia atrás lentamente hasta que el talón de su pie golpeo el borde la acera haciéndolo tambalear, Harry lucho para no caerse al suelo y no lastimar al animal en su brazo, cuando recobro la compostura. Sonó un estruendo y Harry se cubrió los ojos con la mano que sostenía su varita, para protegerlos de una repentina luz cegadora…

Un segundo más tarde, un vehículo de ruedas enormes y grandes faros delanteros frenó con un chirrido exactamente en el lugar en que Harry se habia apartado. Era un autobús de tres plantas, pintado de morado vivo, que había salido de la nada. En el parabrisas llevaba la siguiente inscripción con letras doradas: AUTOBÚS NOCTÁMBULO. Durante una fracción de segundo. El cobrador, de uniforme morado, saltó del autobús y dijo en voz alta sin mirar a nadie:

Bienvenido al autobús noctámbulo, transporte de emergencia para el brujo abandonado a su suerte. Alargue la varita, suba a bordo y lo llevaremos a donde quiera. Me llamo Stan Shunpike. Estaré a su disposición esta noche.

"¿Disculpe?", pregunto Harry confundido por el hombre de vestimenta morado.

"¿Qué no me escuchaste? Es el autobús noctámbulo, transporte de emergencia para el brujo abandonado, te llevaremos a donde quiera, soy Stan Shunpike", volvió a repetir el hombre llamado Stan con voz monótona.

Harry frunció el ceño ante la actitud molesta del hombre, el gato negro aún permanecía en el ladrón de su brazo mirando con atención todo lo que estaba ocurriendo.

¿Has dicho que me llevaras a donde quiera que vaya?", pregunto Harry.

"Sí" dijo Stan con orgullo. "A donde quieras, siempre y cuando haya un camino por tierra. No podemos ir por debajo del agua. Nos has dado el alto, ¿verdad?"

"Eh, si", mintió Harry guardando su varita, para este punto el perro negro ya debia haberse ido. Este autobús era perfecto para que él llegara a Leaky Cauldron. "Bien, ¿cuánto costaría ir a Londres?, a Leaky Cauldron para ser más precisos" pregunto Harry sacando su monedero.

"Once sickles" dijo Stan. "Pero por trece te damos además una taza de chocolate y por quince una bolsa de agua caliente y un cepillo de dientes del color que elijas."

Harry saco once sickles de su monedero y se lo entrego al hombre, con eso podría darle algo de beber al pequeño gato.

"¿Ese gato viene contigo?", pregunto Stan señalando el gato entre los brazos de Harry.

"Si, ¿hay algún problema?", pregunto Harry abrazando al felino, Harry no podía dejar solo al animal, después de todo habia un perro grande entre los arbustos y podía matarlo y no solo eso, el gato estaba herido de su pata, simplemente no podía dejarlo aquí.

"¡No, no hay problema alguno! Bien, déjame ayudarte con tu baúl", dijo Stan mientras Harry se subía al autobús, Stan por otra parte habia decidido subir el solo el baúl con la jaula de Hedwig sin ella adentro claro.

"Vámonos, Ernie, al Leaky Cauldron en Londres" dijo Stan, sentándose en su asiento, al lado del conductor.

Harry camino hasta una cama y allí se sentó, mirando más de cerca al felino, se dio cuenta de que era hembra, solo esperaba que su nueva gata y Hedwig se llevasen bien…

Viajar en este autobús era un fastidio. Harry no habría podido descansar si quisiese, el conductor iba por la acera, pero no chocaba contra nada. Cuando se aproximaba a ellos, los buzones, las farolas y las papeleras se apartaban y volvían a su sitio en cuanto pasaba.

Conducía entre los coches, el conductor llamado Ernie, se metía por la derecha e izquierda sin importarle si pudiese chocar con algún otro vehículo. Antes de que dejar a Harry, habían ido a dejar a una señora llamada Stan, en Gales, era un camino rural entre árboles que se apartaban.

La gatita parecía no importarle los movimientos bruscos del autobús, ella dormía plácidamente en la cama. Harry le habia pedido a Stan, si podía proporcionarle algún botiquín o algo para ayudar a la lastimada gata.

Para suerte de Harry y de la gata, el autobús noctambulo contaba con botiquín de auxilios para los magos y brujas lastimadas, por algunas monedas más, Harry habia comprado algo de gasas, agua oxigenada y povidona yodada. Resulto que la herida de la gata eran dos mordeduras de lo que aparentemente eran colmillos, al parecer el perro y la gata habían tenido una pelea donde esta habia resultado lastimada, Harry acaricio la cabeza de la gata quien acaba de ser curada y habia tomado un tazón de leche tibia que Stan le habia ofrecido a Harry.

Cuando Harry miro a Stan, este había abierto un ejemplar de El Profeta y lo leía con la lengua entre los dientes. En la primera página, habia dos grandes fotografías de un hombre con rostro triste y pelo largo y enmarañado le guiñaba a Harry un ojo y otra de una mujer hermosa con ojos furiosos y gritaba en la fotografía, la mujer y el hombre se parecían en cierto sentido.

Ambos tenían la cara pálida y ciertos rasgos como los pómulos coincidían, pero la mujer tenía el cabello rizado y con un mechón plateado.

El hombre habia salido en el telediario de los muggle, al parecer este era un terrorista que habia asesinado a trece muggles en una explosión hace años, pero la otra mujer, él no la reconocía, Harry no le tomo importancia a esos dos y siguió acariciando a su nuevo familiar.

Después de un tiempo Circularon por Charing Cross como un rayo. Harry se incorporó en la cama, y vio edificios y bancos apretujándose para evitar al autobús. El cielo aclaraba. Reposaría un par de horas, llegaría a Gringotts a la hora de abrir y se iría, no sabía dónde. Ernie pisó el freno, y el autobús noctámbulo derrapó hasta detenerse delante de una taberna vieja y algo sucia, el Leaky Cauldron, tras la cual estaba la entrada mágica al Diagon Alley.

"Hemos llegado, al Leaky Cauldron. Espero y hayas disfrutado de tu viaje en el autobús noctambulo y disfruta tu estancia", dijo Stan después de haber bajado el baúl de Harry. El hombre cerró la puerta y se marchó a máxima velocidad.

"Bueno, ya estamos aquí", dijo Harry tomando su baúl con su mano libre y arrastrándolo hasta la entrada. Pero de pronto, Tom, el dueño salió del bar.

"Oh, Sr. Potter, permítame", dijo rápidamente Tom saliendo del pub y tomando el baúl de Harry.

"Lo siento, Tom, por no haber avisado mi llegada, ¿pero podrías alquilarme una habitación?", pidió Harry entrando al pub.

"No se preocupe, Sr. Potter, usted ya tiene una habitación preparada", dijo Tom caminando devuelta al pub. "Pero primero hay alguien que quiere verle."

Harry frunció el entre cejo y solo camino hasta la habitación que le dijo Tom. Al parecer ya sabían que él habia escapado de casa, Dumbledore no puede ser, el hombre se habría cerciorado de que Harry volviese en el instante que salió de Privet Drive, ¿entonces quién podría ser?

"Oh, Harry, mi muchacho, por favor pasa, Tom, yo me encargare desde aquí", dijo una voz clara detrás de Harry, cuando se giró vio al ministro de magia Cornelius Fudge, la gata en los brazos de Harry comenzó a estirarse y enterró las uñas en la piel de Harry.

El ministro vestía una capa de rayas y un traje de verde botella, Harry paso al lado del hombre y observo la gran habitación.

"Por favor toma asiento, Harry", dijo Fudge señalando la silla al lado del fuego. Harry se sentó y la gata aún estaba inquieta por alguna extraña razón.

"Soy Cornelius Fudge, ministro de magia" comenzó Fudge con una sonrisa, Por supuesto, que Harry ya lo sabía. Había visto a Fudge en una ocasión anterior, pero como entonces llevaba la capa invisible que le había dejado su padre en herencia, Fudge no podía saberlo.

Tom, el propietario, volvió con un delantal puesto sobre el camisón y llevando una bandeja con té y bollos. Colocó la bandeja sobre la mesa que había entre Fudge y Harry, y salió de la estancia cerrando la puerta tras de sí.

"Bueno, Harry" dijo Fudge, sirviendo el té, "no me importa confesarte que nos has traído a todos de cabeza. ¡Huir de esa manera de casa de tus tíos! Había empezado a pensar… Pero estás a salvo y eso es lo importante."

"Lo lamento, sir, yo, no tuve otra opción", dijo Harry acariciando a su gata.

"Lo sé, mi hijo…" dijo Fudge con falsa consternación. "te agradará oír que hemos solucionado la hinchazón de la señorita Marjorie Dursley. Hace unas horas que enviamos a Privet Drive a dos miembros de la brigada encargada de deshacer magia accidental. Han desinflado a la señorita Dursley y le han modificado la memoria. No guarda ningún recuerdo del incidente. Así que asunto concluido y no hay que lamentar daños."

Harry no dijo nada, solo asintió. Fudge sonrió a Harry por encima del borde de la taza. Parecía un tío contemplando a su sobrino favorito.

"¡Ah! ¿Te preocupas por la reacción de tus tíos?" añadió Fudge. "Bueno, no te negaré que están muy enfadados, Harry, pero están dispuestos a volver a recibirte el próximo verano, con tal de que te quedes en Hogwarts durante las vacaciones de Navidad y de Semana Santa."

Al escuchar eso Harry se enfureció, él no quería volver a Privet Drive, no quería ver a su tía Petunia y al obeso de su esposo e hijo. Como si la gata sintiera su ira, comenzó a ronronear en el pecho de Harry y frotarse contra él.

"Sr. Ministro, si sabe todo sobre mi, intuyo ¿qué sabe de relación con los Dursley?", pregunto Harry tranquilo.

El ministro soltó un suspiro y miro le dio a Harry una mirada de abuelo, la misma que el director de Hogwarts, Dumbledore le daba a Harry cada vez que le decía que tenia que volver con los Dursley.

"Lo sabemos, mi hijo, pero no puedes irte de la casa de los Dursley, hasta que tengas la mayoría de edad, que es a la edad de veintiuno", explico Fudge.

Harry no dijo nada, sabía que sería inútil seguir hablando sobre ese tema.

"¿Entonces no estoy castigado?, El año pasado me enviaron una amonestación oficial sólo porque un elfo doméstico tiró un pastel en la casa de mi tío!" exclamó Harry arrugando el entrecejo. "¡El Ministerio de Magia me comunicó que me expulsarían de Hogwarts si volvía a utilizarse magia en aquella casa!"

"¿Expulsado? ¿castigado?", pregunto Fudge soltando una falsa risita y negando con la cabeza.

"¡No te vamos a castigar por una tontería como ésa!" gritó Fudge, agitando con impaciencia la mano. "¡Fue un accidente! Además, las cosas cambian, Harry. Tenemos que tener en cuenta… tal como están las cosas, ¿no querrás que te expulsemos? ¿Sabes de los dos asesinos sueltos?", pregunto Fudge dejando atrás su máscara falsa.

"Sé que escapo uno, un tal Sirius Black, pero la mujer no la conozco, ¿Qué tienen que ver ellos dos conmigo?"", dijo Harry y la gata en sus brazos se escondía más en su pecho, por otra parte, Fudge parecía nervioso y movía los ojos negándose mirarlo a los ojos.

"Son dos peligrosos asesinos, mi muchacho, Sirius Black y su prima Bellatrix Lestrange, ambos fieles seguidores de "Tú Sabes Quien", es por eso que debes permanecer oculto Harry, por lo que te pediré que permanecieras aquí, hasta el fin de las vacaciones", declaro Fudge.

"Gracias, Sr. Ministro, por preocuparse por mí", dijo Harry dándole una sonrisa falsa al hombre.

"Ni lo menciones, mi hijo," dijo Fudge dándole a Harry la promesa sonrisa real de la noche, "por qué no te diriges a la habitación que le pedí a Tom que preparase para ti" dijo Fudge una vez que Tom entro a la habitación privada.

Si gusta seguirme, Sr. Potter… Ya he subido sus cosas… Harry siguió a Tom por una escalera de madera muy elegante hasta una puerta con un número 11 de metal colgado en ella. Harry habia notado que su gata se habia calmado notablemente, ella no estaba tratando de esconderse en su pecho y para alivio de él, la gata habia escondido las garras.

"A mí tampoco me agrado el ministro", susurro Harry acariciando cuidadosamente a la gata que se volvía acomodar en su pecho. Cuando llegaron a la habitación, Tom, mantuvo la puerta abierta para que él entrara.

"Gracias, Tom", dijo Harry despidiéndose el propietario.

Cuidadosamente, Harry coloco a la gata en el suelo y ella corrió hasta la enorme cama de aspecto cómodo y se acomodó allí. Harry solo sonrió ante eso, la habitación era grande, contaba con una cama grande, un baño completo, un armario y un escritorio, la ventana daba enfrente del callejón y se podían ver las tiendas principales.

"¡Hedwig!", exclamo Harry al ver a su lechuza en la ventana. La blanca lechuza dio un picotazo al aire y se fue volando hasta el brazo de Harry.

"¿Cómo me encontraste?", pregunto Harry acariciando a Hedwig. su lechuza le mordió cariñosamente el pulgar y ella soltó un pequeño trino de felicidad.

Pero toda felicidad se marchito cuando el maullido furioso de la gata recostada en la cama se hizo escuchar. Hedwig habia comenzado a aletear y quería atacar a la gata, por otro lado, la gata comenzaba a gruñir y los pelos de su espalda se erizaron.

"¡Paren, paren!", grito Harry interponiéndose entre Hedwig y la gata. "¡Ella viene conmigo, Hedwig!", dijo Harry logrando tranquilizar a su lechuza. Harry miro los ojos dorados de su lechuza y ella giro la cabeza indignada, con un graznido, Hedwig se alejó de él y se postro en un poste del armario, lejos de él y de la gata. Pero la lechuza aun miraba con ojos furiosos a la gata, quien se volvía acomodar y ronronear y soltar pequeños maullidos para provocar a Hedwig.

"Lamento eso, Hedwig por lo general es una buena lechuza", dijo Harry acariciando a la gata, ella soltó un pequeño maullido y se restregó contra él ronroneando fuertemente.

"Veo que te sientes mucho mejor ahora, chica", dijo Harry viendo que ahora la gata tenía más movilidad. "Creo que ahora puedes sobrevivir por tu cuenta, lamento que ese perro te haya lastimado, yo creo que ahora puedes vivir libre", declaro Harry cargando a la gata y colocándola en la ventana. "Vamos, pequeña, eres libre, vamos vete", ordeno Harry alentando a la gata negra a irse, pero esta solo lo miro confundía y se negó a irse, en cambio la gata negra regreso a Harry se restregó contra su mano y ronroneo fuertemente.

"Ya veo, no quieres irte, Harry no necesitaba a otro familiar ya tenía a Hedwig. Hermione le habia enseñado a él como crear el vínculo Mascota/Amo y lo habia hecho con Hedwig ya que se necesita que el animal tenga una conexión con el maestro, ¿pero funcionara con la gata?

"Bueno, necesitas un nombre, ahora que sé que no te iras", dijo Harry y la gata comenzó a maullar de felicidad, pero ¿cómo podía nombrarla?

"¿Qué tal, Darkness?", pregunto Harry, a la gata pareció gustarle ya que soltó un pequeño maulló y su cola se movía de izquierda a derecha.

"Bueno, ahora haremos un ritual, veremos si me aceptas como tu maestro, además, no creo que McGonagall me prohíba tenerte", dijo Harry con una sonrisa.

"Haber, ¿Cómo eran las palabras?", murmuro Harry recordando cómo era el ritual.

"Darkness, yo Harry James Potter, te reclamo como mi familiar, eres mía para protegerme, eres mía para ayudarme y para servirme hasta el final de tus días", dijo Harry cortando su pulgar y tocando la cabeza de Darkness. La magia del ritual los rodeo a ambos, una luz centellante emano de entre los dos en señal de que Darkness lo habia aceptado.

Harry nunca le pregunto a Hermione de donde habia encontrado ese ritual, seguramente su amiga lo saco de la sección restringida.

"Bueno, Darkness, ahora eres mi familiar, por favor trata de llevarte bien con Hedwig, dale una oportunidad", dijo Harry y su nuevo familiar solo soltó un maullido que sonaba como un no.

Harry soltó un largo bostezo, giro su cabeza hacia el reloj de manecilla y daban más de la dos y media de la madrugada, cansado del día de hoy, Harry decidió tomar un baño, Harry se despojó de su sudadera y playera, fue hacia su baúl y saco un par de pants y un cepillo de dientes.

Mientras se cepillaba los dientes, noto que su cuerpo habia cambiado, ya no era aquel niño escuálido de primero, ahora tenía más músculos y habia ganado altura. Sin duda las posiciones que le habia dado la Sra. Pomfrey habían surtido efecto en él, seguramente Harry ahora era tan alto como Ron y sus años de entrenar Quidditch habían hecho efecto en él. Tenía brazos fuertes y pectorales firmes y un abdomen fornido y ahora su cabello se podía peinar con un hechizo que Hermione le enseño.

Sin duda Harry ahora se parecía más a su padre, cuando termino se cepillar sus dientes se metió en la cama, Darkness se quedó a un lado suyo y Hedwig aún permanecía en aquel ropero mirando con desconfianza a Darkness. Harry se despojó de sus lentes y los coloco en la mesita de noche.

"¡Buenas noches, Hedwig y a ti también Darkness!", dijo Harry antes de cerrar los ojos y quedar completamente dormido…


Bella miro con cuidado alrededor de la habitación, su nuevo maestro estaba durmiendo profundamente, el niño no roncaba para agrado de ella, por otro lado, la lechuza molesta también estaba dormida.

Ahora segura de que su nuevo Amo dormía, ella se bajó de la cama en un salto en su forma de gato.

Lentamente, Bellatrix se deshizo de su forma de gato y creció en tamaño normal, dejo atrás el pelaje negro y apareció su piel porcelana y suave, un cabello rizado con un mechón plateado caían hasta su cintura, la cola y el hocico se fueron y su par de pechos copa C, unos labios llenos y una hermosa nariz.

Las piernas largas de Bella caminaron por la habitación a un lado de la cama de su nuevo maestro, su maestro era hermoso, su cabello corto y ese rostro lindo hacia que cualquier bruja cayera a sus pies.

Con una sonrisa burlona, Bellatrix se alejó de su Amo y camino desnuda hacia la ventana, sus caderas se movían con gracia y erotismo, ella sonrió ampliamente, era libre. Todo gracias a su querido primo Sirius. Cornelius Fudge habia ido a visitar a Sirius hace algunos meses, el muy idiota le habia enseñado a Sirius un periódico y este habia comenzado a gritar, sobre que estaba vivo y que tenía que alejarlo de su ahijado.

Durante las noches, Sirius murmuraba quien estaba en Hogwarts, exactamente era Pettigrew, Bella no habia podido creerlo, la rata habia muerto, pero según primo estaba vivo.

Así que Bellatrix comenzó a espiar a su primo, dado que él estaba enfrente de ella, Fudge habia creído que era divertido poner a Sirius enfrente y a Rodolphus a un lado de ella, así que cuando Sirius en una noche entre sueños, murmuro que planeaba escapar, ella lo miro, lo espió hasta el momento en que se convirtió en animagus y se deslizo por los barrotes de Azkaban. Su primo estaba tan dañado por los dementores que no noto que ella lo estaba siguiendo.

Cuando la encerraron, Bellatrix supo que tenía que callarse y no alzar la voz o si no los dementores vendrían a ella y la besarían, como al estúpido de su esposo y como múltiples de Mortífagos que gritaban y amenazaban a los guardias con asesinarlos.

Así fue como ella logro mantener un poco de su cordura y cuando escapo, ella habia planeado asesinar al niño que mato a su antiguo Amo. Bellatrix se regocijaría al matar al crio y se bañaría en la sangre de su sobrino.

Pero todo cambio cuando se encontró con su primo, Sirius la habia reconocido y la habia atacado, ella habia logrado salvarse por un zarpazo que le dio en el hocico a su primo y cuando se encontró con Potter, oh por Morgana.

El poder que irradiaba el nieto de Doreah la hizo excitarse. Bellatrix amaba el peligro, el poder, era por eso que seguía a su antiguo Amo y Señor a pesar de que era un mestizo, el poder y el peligro era también lo que habia llamado la atención de Bella cuando conoció a Rodolphus.

Pero su nuevo amo la volvía loca, él irradiaba poder bruto cuando desenvaino su varita, Bellatrix habia temblado de miedo y placer, cuando su amo apunto hacia su primo, Bellatrix lucho contra el instinto de transformarse y follar a su sobrino allí en la calle.

La magia de Voldemort era errática y bruta, pero la de su amo, oh dioses, solo recordar el poder la hacía mojarse, instintivamente, Bellatrix se llevó dos dedos a su núcleo y lo masajeo soltando un pequeño gemido.

Su Amo era poder, latente, un poder que ensordecía a Voldemort. Y su amo solo tenía quince años, y estaba en tercer año, imaginaba toda la grandeza que él podía alcanzar y ella estaría para él, Bellatrix sería su mascota, su puta más fiel.

Su antiguo maestro odiaba las relaciones físicas, Voldemort odiaba que lo tocaran o se acercaran a su espacio personal, no, Voldemort encontraba su placer y orgasmo torturando a los demás, no en follar a una mujer. Ella misma habia sido una de las que Voldemort torturo por horas por puro placer.

Bellatrix ahogo un gemido cuando su orgasmo llego a ella, jugos recorrían por sus largas piernas, con otra mano se apretó su pecho y se imaginó el poder su amo Harry.

Bellatrix se lamio los dedos y se encamino hacia el baño para tomar una ducha, ella habia robado una varita de un guardia que asesino, lanzo un amuleto ensordecedor y procedió a darse un baño caliente, lleno la tina y se miró en el espejo.

Bellatrix no estaba en el mejor estado como habia creído. Tenía el rostro demacrado, estaba delgada, sucia, su cabello era una mata desordenada y el vello en su coño era inaudito.

Bellatrix soltó un jadeo cuando miro su brazo izquierdo, la marca oscura habia desaparecido por completo, ella soltó una risa ante eso, su nuevo amo habia desvaneció la marca tan solo con un ritual de Amo/familiar. Un ritual para crear un vínculo con tu mascota.

El Amo de Bellatrix borro una marca que ni el mejor rompe maldiciones podría hacer y en su lugar habia una marca diferente, pequeña, pero era una marca, era un triángulo con un y un circulo.

"Las reliquias de la muerte", murmuro Bellatrix ante la nueva marca en su antebrazo, como hija mayor de la casa Black, ella habia sido instruida sobre todas las casas antiguas. Y los Peverell eran el tema favorito de su abuelo Arcturus Black.

¿estaba su amo relacionado con los Peverell?

Bella dejo esos pensamientos de lado y con la varita, Bellatrix comenzó a recortar su cabello enmarañado, también lanzo un hechizo que arreglaron sus dientes amarillentos y ahora eran blancos como perlas, también lanzo otro hechizo que hizo crecer los dientes caídos gracias a los golpes de los guardias.

Luego, Bellatrix afeito sus piernas largas y se recortó las uñas, después afeito el bosque que tenía en su coño y lo dejo liso.

Cuando la bañera se llenó, Bella se dio un largo y placentero baño, después de casi catorce años en Azkaban. Cuando termino su baño ella limpio todo el baño y deshizo el amuleto ensordecedor, abrió la puerta y salió del baño desnuda.

Bellatrix se deslizo en la cama en su forma huma, pero con la destreza de un gato, ella se deslizo y se acostó frente a su amo quien dormía pesadamente, ella tomo el brazo tonificado de su amo y ella se acomodó en el pecho de este para dormir de acurrucados. Bellatrix descanso la mano de su amo en su seno y soltó un gemido ante la sensación.

"Duerme bien, Amo", dijo Bellatrix mientras bajaba los pantalones de su sobrino y liberaba su polla…