Magic Spirits.
Capítulo 6.
*Justicia*
By: Joe and Celebi the time travelers.
Aun recuerdo aquella vez en que Pichu y yo recibimos el poke-analizador de la justicia. En ese tiempo había ido a América del sur, a una expedición con mis padres. En ese tiempo aun no comprendíamos del todo nuestra misión, pero... la aceptamos porque sabíamos que eso era algo grave, y teníamos razón mi amarillo amigo y yo. Nuestros sentimientos estaban tan unidos, eso fue dos semanas después de que lo salvé del ataque de ese Raticate gigante, luego nos conocimos un poco más, para ser los mejores amigos que hoy somos.
La historia de cómo nos convertimos en los guerreros de la justicia comienza así...
Los pokémon ave cantaban y revoloteaban en aquella selva, en la cual nos encontrábamos. Estábamos acampando en unas montañas, en la cima de estas, se podía ver todo el bosque hermoso, aquel paraíso verde, en el cual vivían millones de vidas pokémon.
Pichu y yo decidimos, luego de admirar la vista, avanzar un poco para explorar el lugar. Con el permiso de mis padres, nos alejamos un poco del lugar en que las tiendas de campaña se encontraban.
El aire puro llegaba a esas partes altas, donde también se podían observar a los Pidgeot que pasaban volando con sus hijos, dándoles a estos, pequeños lecciones de vuelo, que en un futuro les serviría para defenderse de feroces depredadores, o de entrenadores ansiosos de ampliar su colección.
En ese momento, moríamos de ganas de adentrarnos en una aventura. Mi Pichu tenía la más grande de las sonrisas en ese momento, y cómo no, si el lugar era bello y el momento feliz, con todo lo que íbamos a co0nocer.
La curiosidad me empujaba a seguir caminando, a seguir el sendero que se encontraba delante de mi.
Pronto podía ver árboles que adornaban aquel lugar. La vegetación comenzaba a reinar el lugar.
Algunos Mankey y Aipom que brincaban en las ramas de los árboles, comenzaban a reír y a festejar en cuanto nos miraban, tal vez no era muy común que los humanos caminaran por ese lugar, no desperdicié esa oportunidad, y una foto fue tomada a aquellos pokémon juguetones.
Hasta que por fin los perdimos de vista, el bullicio desapareció y la tranquilidad volvió a sentirse, esa tranquilidad que no me gustaba del todo.
Sentía potentes miradas a mis espaldas, de repente volteaba, pero no había nadie allí. Entonces Pichu me preguntaba.
-¿Pichu pi? (¿pasa algo?).
Luego, me tranquilizaba, pero la tensión continuaba desmesuradamente.
Después de unos instantes logramos ver a un Furret hembra con tres crías, a las cuales alimentaba con berries. Esa escena me gustó mucho, rápidamente me puse a dibujarlos, pero solo alcancé a plasmar una parte, aun así tengo una fotografía de esa vez. Muestro una sonrisa de satisfacción cada vez que la miro.
Me calmé luego de ver a la madre y sus hijos, avanzamos para buscar más pokémon a los cuales vigilar y observar.
Unos minutos más tarde Pichu y yo encontramos a tres cachorros Meowth, pero, ¿Meowths en ese lugar?, se notaba que eran salvajes, porque sus orejas eran más grandes, sus ojos más rasgados, colmillos más anchos y largos, su tamaño también era mayor al de un Meowth común a esa edad. Estaban acostados, dormidos, ocultos entre los arbustos. Por supuesto, también les tomé su merecida foto. Nos marchamos de allí antes de que la mamá Persian apareciera y se enfureciera al vernos allí.
-¿Estás contento, Pichu? –le pregunté. Él contestó afirmativamente y una sonrisa se vio en su rostro, en realidad sí parecía disfrutar el momento al igual que yo.
Otra vez... había sentido una mirada detrás de mí, comencé a sudar, luego de que voltee y vi una sombra pasar rápidamente, me maree un poco, Pichu trató de detener mi caída, pero mi peso era mayor.
Lo único que recuerdo de esos momentos fue cuando abrí los ojos, y vi la cara angustiada de mi amigo eléctrico, al verme despertar se alegró de nuevo, acercó su húmeda nariz a mis mejillas y comenzó a tallarla contra mis pómulos, en señal de alegría, yo lo cargué y lo elevé en lo alto, él movía sus manitas con alegría. Luego de eso nos abrazamos, fue en esos momentos tan "padres" que descubrí lo tan importante que es para mí, mi amigo.
En ese día llevaba una gorra roja y una chaqueta azul, el calor iba aumentando, como si el sol se acercara cada vez más a la tierra o la tierra al sol, por lo que decidí quitármela. Luego de eso, Pichu trepó por mi espalda, hasta llegar a mi hombro. Sentía más peso de un lado que del otro, debido a que era una de las primeras veces en que Pichu hacía eso.
Llegamos a un lugar en donde ya no había árboles, era algo así como una especie de pradera, el lugar era sin duda hermoso, y una se sentía más libre, sobre todo cuando el viento chocaba con mi cuerpo, se podían admirar las nubes, que hacía unas horas que no las miraba, empecé a imaginar la forma de un Mareep en ellas, Pichu también la reconoció en cuanto la vio.
Luego nos paramos y reanudamos nuestro recorrido, nos adentramos a una zona en donde, de nuevo había árboles. Vimos a un Heracross absorbiendo la savia de un árbol, mi reacción no fue muy calmada, fue del todo desfavorable, sobre todo porque terminé en gritos. Pichu trató de calmarme, pero por la alteración le pisé la cola, una descarga eléctrica fue propiciada luego de un instante de lo sucedido. El Heracross se fue, al igual que mi miedo, me dolía la cara. Al ver mi estado (el de alguien rostizada), Pichu se disculpó. A pesar de que se disculpó, no se me iba a quitar el dolor de la descarga, pero aun así la acepté. Al fin y al cabo no fue algo tan grave.
Me sentía diferente ese día, algo que hace mucho tiempo que no sentía, mis padres salían muy comúnmente de excursión a diferentes partes del mundo, pero no siempre los podía acompañar, debido a las pesadísimas tareas escolares. Al parecer la agobiante ciudad también estresaba a Pichu. Nuestro espíritu ahora era movido por la aventura, aunque, tal vez tendríamos que esperar hasta las vacaciones de verano a vivir otra como esa, (o... al menos eso creía yo).
Ya comenzábamos a sentir algo de hambre cuando media hora pasó (desde que comenzamos a ver figuras en las nubes), y lo malo era que no había llevado algunas galletas o un pan, para comer en el camino. Nuestros estómagos empezaban a mostrar esa incómoda impaciencia al no haber algún nutriente en ellos. Pero no podíamos hacer nada más que seguir nuestro camino recto y aguantarnos unas horas más en "ayuno".
Del sol comenzó a emanar mucha luz, luz blanca. La luz empezaba a formar chispas que al caer y ponerse en contacto con la tierra, hacían crecer hermosas flores violetas. Quedamos maravillados ante este suceso, a pesar de que no comprendíamos lo que estaba pasando.
De pronto una sombra negra se posó enfrente de nosotros dos, era esa sombra que había sentido con anterioridad, luego, comenzó a brillar hasta revelar su verdadera identidad y que la sombra no era más que una manta negra que cubría totalmente su cuerpo. Era una hermosa mujer con tez blanca, tan blanca como la nieve. Su cabello era liso, de color verde, y le llegaba hasta el cuello. Sus grandes ojos color carmesí escondían una mirada misteriosa. Traía un vestido blanco con una hendidura en el centro. Al parecer traía también en el pecho una saco verde, debido a que sus brazos y sus manos eran del mismo color.
Alzó sus manos de lado a lado creando una ventisca fresca que hizo aparecer a unos Butterfree destilando de sus alas, unas extrañas esporas de color rosa que daban un olor agradable. Su cuerpo comenzó a generar un aura de color dorado, y comenzó a hablar.
-Mi nombre es Gardevoir. Soy la encargada de vigilar los sentimientos y pensamientos de los humanos y pokémon.
Pichu subió a mi hombro y me dijo:
-Pichu piii Pichu pi pi.
No podía entender ese mensaje. Por mucho que tratara de decírmelo.
-¿Cómo está eso de que eres la encargada de vigilar los sentimientos y pensamientos de los demás?.
-Así es, ¡observa! –me dijo ella, mientras dirigía una mano hacia mí y un rayo blanco chocaba contra mi pecho, y me hizo levitar a unos 80 centímetros del suelo.
Parecía que había enmudecido, debido a que mis palabras no salían, ella también se elevó un poco, más alto que yo, yo permanecía inmóvil en el aire, mi mirada estaba concentrada solo en ella, sentía como si mis ojos hubieran perdido sus pupilas, Gardevoir volando se acercó a mí y luego desapareció, después de eso ya no sentí nada, como si me hubiera desmayado o como si hubiera muerto.
***
Estoy viajando dentro de los pensamientos de la chica, buscando una parte de su pasado en la cual revele la energía que guarda su corazón, y el poder de sus sentimientos.
Su cerebro es un campo de flores y pasto en el cual se puede ver el claro cielo azul. Cada uno mostramos la forma de nuestros sentimientos, según los sueños e ilusiones que tengamos, al parecer a ella le gusta mirar al cielo, acostada en el campo y oliendo flores. Qué bonitos pensamientos; pero esos sueños pueden ser perturbados por la maldad. Sin embargo ella sabe cuidarse a sí misma.
¡Una visión se aproxima!. Las visiones muestran recuerdos hermosos o trágicos de nuestro pasado.
+++
-¡Mira Giselle hice una flor de papel!.
-¡Qué bonita, ¿me enseñas?!.
-Claro, mira primero doblas esta parte así, y esta así...
Ese alegre recuerda de ellas dos debe ser bonito, la chica le enseña como hacer flores de papel a su amiga, eso tal vez pasó cuando ellas tenían cinco años de edad.
+++
La visión ha desaparecido, ahora estoy parada de nuevo en el campo de flores, no dudo que pronto su mente quiera sacarme de aquí, para eso tiene que debilitarme de alguna manera con trampas mentales.
¡Otra visión!.
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-Mamá te quiero mucho, toma esta rosa como regalo hoy en tu día.
-¡Gracias hijita!
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Sus recuerdos son hermosos y llenos de paz, ella debe ser uno de los guerreros que protegerá el reino del pasado, tal vez por eso me enviaron a vigilarla.
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-¡Miren lo que les traigo!, les daré tres pedazos iguales de queso a cada uno de ustedes, eso es algo justo. Toma, toma, toma.
-¡Raticate!.
-¡Raticate!.
-¡Raticate!.
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No duraré mucho tiempo aquí. Sus sentimientos son puros, pero pronto ella me rechazará y me sacará de su mente.
Vamos tan solo un recuerdo más. Una visión más.
-Qué haces dentro de mi mente, sal ahora mismo.
Ella está hablando por medio de sus pensamientos.
Lo sabía, está apunto de despertar, mi hechizo de hipnosis duró más poco de lo que yo pensaba.
-¡Sal ahora mismo! –retumba su voz.
Oh, la tierra está temblando. ¡El campo se parte en dos, estoy en grave peligro! ella ya activó sus trampas mentales, la tierra está siendo inundada por magma, tengo la suficiente experiencia como para saber que esto es irreal, mis poderes psíquicos me salvarán de ser destruida por el magma. Tal vez pueda volver a dormirla, aun necesito permanecer un momento más dentro de su mente.
¡Eso es ahí viene otro recuerdo!.
+++
-¡Pichu te quiero mucho!, gracias por ser mi amigo.
-Pichu pi.
+++
Eso es, ahí está la luz de la justicia, ella es la guerrera de la justicia. Ahora mismo saldré de su mente. Antes de que le afecte en su salud mental.
***
Mis ojos por fin se abrieron recuperé el conocimiento, sentía como si alguien estuviera interfiriendo en mis pensamientos. La mujer llamada Gardevoir está junto a mi, ya no estoy en el aire, ahora descanso en el suelo.
-Hola –me dice ella-. ¿Estás bien?.
-Eh... sí –le contesto.
-Tú eres la merecedora del cristal de la justicia, luego hablaré de tu misión –me dijo ella-. Entré a tu mente y me permití ver tus pensamientos para revisar si eres una guerrera.
Mis artefactos pokémon comenzaron a brillar y se fusionaron de una manera extraña. Yo seguía sin entender. Mientras ella comenzaba a decir:
-Tus pensamientos están llenos de amor. Eres una persona muy pura. Como te había dicho hace poco, soy la encargada de vigilar los pensamientos de los demás, los tuyos son de paz, amor, justicia y amistad, hoy en día los jóvenes solo piensan en vicios y están sentados demasiado tiempo frente a un aparato eléctrico, sin saber el verdadero sentido de la vida y sin liberar su imaginación. Nos volveremos a ver muy pronto, luego aclararé las cosas, sé que ahora no me has entendido nada de lo que he dicho.
Le hice un gesto de negatividad. Cuando volvió a hablar.
-Quiero decirte que no soy una humana como piensas –me guiñó un ojo y desapareció, eso quería decir que era un pokémon, había estado leyendo mi mente todo ese tiempo.
Con mis aparatos hechos uno solo (pokégear, pokédex e e-reader), volví al campamento con mis padre, los abracé y les dije cuánto los quería, lo que me había sucedido ese día fue un misterio que ahora comprendo, sé la responsabilidad que implica ser un guerrero.
Esa es la historia de cómo me convertí en la guerrera de la justicia.
***
Gardevoir tiene razón, hoy en día los jóvenes solo pensamos en vicios y estamos sentados demasiado tiempo frente a una computadora o un televisor, un Game Cube o un Play Station. Sin saber el verdadero sentido de la vida y sin liberar nuestra imaginación. Es importante tener pensamientos de paz, amistad y amor.
***
FIN DEL CAPÍTULO.
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Gracias a Ashley Sketchit por dejarme tomar su personaje para cambiarlo a uno de mi propio mundo ¡Gracias!.
