Magic Spirits.
Capítulo 9:
El rocío de la pureza.
Un chico de cabellos azules (parecido al de Ken en digimon 2) observa la estatua de la mitológica bestia de tipo agua más poderosa que jamás haya existido, recuerda la leyenda que dice que ese espíritu cuidará del santuario por siglos. Mientras el monumento no sea destruido el espíritu permanecerá allí.
El chico se acerca callado ante la estatua del espíritu en forma de Lugia, en su cuerpo comienza a sentir como si algo lo sacudiera, la estatua comienza a brillar, mientras el muchacho se asusta y corre a sus aposentos tocándose la mano en la que sintió la sacudida.
***
El espíritu se ha comportado de manera extraña últimamente, cada vez que me acerco, siento como si una carga eléctrica sacudiera mi mano, después de eso la estatua brilla o hace que gotas de agua caigan del cielo. Eso me da temor y salgo corriendo de allí, pero siempre algo en mi interior me dice que vuelva y que me acerque.
***
—Hijo, desde que el espíritu escondió el agua sagrada de la fuente hemos tenido que recurrir a personas que tienen poderes especiales para que sanen nuestra dolencias. Y tú eres alguien con poderes, tienes el poder de sanar cualquier tipo de herida física —explica el señor Shidou, el abuelo del chico llamado Eizan.
—Pero ¿porqué el espíritu escondió el agua sagrada?.
—Porque el hombre ha contaminado toda el agua que existe en el planeta, y siendo esta el agua más pura teme que también termine igual.
—Me pondré la túnica sagrada para ir al santuario, luego me sigues contando abuelo —dice Eizan retirándose de allí.
—Está bien hijo, ve.
El chico recorre el pasillo que lo conduce hacia el pequeño salón en donde debe rezar antes de hacer los ritos de sanación.
Un extraño ruido de pasos se escucha, la oración de Eizan es interrumpida. Un anciano descansa en una camilla, mientras otros cuatro la cargan.
—¿Ha enfermado de nuevo? —pregunta, mientras los hombres afirman.
—Mis poderes no deberían estar fallando de esta manera —piensa Eizan—. ¿Le han preparado el té que les dije?.
—Sí, hemos seguido tus indicaciones al máximo Gran Curandero —responden.
—Por favor sólo llámenme por mi nombre —contesta.
—Está bien señor Eizan por favor cure a mi abuelo —dice uno de ellos desesperadamente.
—Por favor apártense —suplica.
Eizan se arrodilla junto al cuerpo enfermo del hombre...
***
Gran Espíritu bríndame los poderes de sanación que posees para curar a este pobre hombre, su cuerpo cansado no resistirá de nuevo otra inflamación así.
Su familia está desesperada y ansiosa de ver cambios en su cuerpo, dale la revitalización de alma.
***
Eizan recita un conjuro, mientras su cuerpo brilla de color azul. La punta de sus dedos se posan sobre el pecho del anciano enfermo y este también comienza a brillar.
En el techo del santuario Isis e Iris cubiertas en sombras vigilan al chico y se asombran por el acontecimiento.
—Con esto bastará, para mañana ya debe haber cambios —explica—, se pueden retirar.
***
—¡Abuelo ya me voy a la escuela! —grita el chico sosteniendo una mochila de color azul.
—Está bien hijo, que pases un buen día allá —contesta con un pan francés en la boca.
Eizan cruza una infinidad de calles camino a la escuela, el chico siente una mirada detrás de él.
—¿Ahh?.
El chico voltea, pero nadie está allí.
Unos pasos más allá...
—Squir, squir...tle.
Eizan escucha un extraño ruido, trata de localizarlo y los murmullos lo llevan hasta unos pequeños arbustos.
—Pero si es un pequeño Squirtle —dice—, y estás herido.
—Squirtle...
—Vamos ven acá, de seguro un Houndour callejero te lastimó, no tengas miedo —dice cuando ve que la pequeña tortuga retrocede un poco.
—No tengas miedo, yo te curaré.
Eizan logra pescar al Squirtle, pone sus dos primeros dedos sobre su pecho, estos se iluminan, al igual que el cuerpo de Squirtle, las llagas sangrantes desaparecen y el pokémon muestra una bella sonrisa.
—*Muchas gracias persona.
—¡Adiós Squirtle!.
—¡Squirtle squirtle!.
El Squirtle ve como el humano que lo ayudó se desvanece a lo lejos.
***
—La clase ha terminado, pueden guardar sus cosas —dice un profesor de mirada seria.
—Adiós profesor —se despide Eizan.
—Hasta mañana Eizan, que pases un buen día.
Eizan sale de la clase y se retira a su casa escuchando los chismes de sus compañeros.
—Me han contado que Eizan curó a un anciano ayer en la tarde.
Cuando el chico cruza el portón de la escuela, se encuentra con algo inesperado.
—¡Squirtle!.
—¡Hola pequeño Squirtle ¿qué haces aquí?.
—Squirtle —contesta la tortuga.
—¿Vienes a saludarme eh?.
—Squirt.
—*Fuiste muy bueno conmigo.
—Normalmente no hablo mucho cuando estoy con personas, excepto con mi abuelo, pero hablar con un pokémon a pesar de que no lo entienda mucho no me da pena.
Los dos nuevos amigos se alejan parloteando y riendo.
Groouuur
—¿Veo que tienes hambre? Yo también tengo un poco.
—Squirt...tle.
—¿Qué tal si nos comemos los emparedados que me sobraron en la escuela a la hora del descanso?
—¡¡Squirtle!!.
Eizan saca tres sandwiches de su mochila azul, le da uno al Squirtle, quien demasiado feliz comienza a comer.
Luego de un rato...
—Me tengo que retirar, ojalá nos volvamos a ver.
—*Tenlo por seguro.
Los dos se toman de las manos y se despiden.
—¡¡Hasta mañana!!.
***
—Hola abuelo, ya regresé.
—Qué bueno y ¿cómo te fue?.
—Muy bien.
—Compré comida china ¿quieres?.
—No, ya comí.
—¿En dónde?
—Con un amigo.
—¡Qué raro, normalmente no te ves con tus amigos, viven demasiado lejos y según recuerdo nunca te han invitado a comer ni tú a ellos.
—Lo sé, pero este amigo es diferente, lo conocí esta mañana.
—Ya veo, de todos modos te voy a dejar un poco por si al rato te da hambre.
Eizan sube a su alcoba, se quita su uniforme y se pone una playera celeste con mangas amarillas y shorts de color café claro.
—Esta vez estoy dispuesto a descubrir qué me quiere decir el Espíritu del Agua —piensa.
—Me voy al santuario hijo —grita el abuelo desde abajo—, la venta de los nuevos amuletos de amor ha ido muy bien.
—¡Ah, genial! Al rato te veo —contesta abrochándose las cintas—, ahorita no tengo ganas de ocuparme de eso —piensa.
El chico baja las escaleras apresuradamente, sale por la puerta trasera de su casa, recorriendo un pasillo que fue construido encima del lago en donde se vio por primera vez al Espíritu protector del Agua Sagrada. Unos ojos brillantes brincan del techo de la casa de Eizan hasta un árbol cercano ocultándose allí.
Eizan camina lentamente sobre el pasillo, viendo su sutil figura reflejada en el lago, la forma se contorsiona en cuanto una hoja seca de uno de los árbol de cerezo cercanos toca la superficie de esta.
El chico llega ante la estatua, levanta su mano, de la cual su dedo índice sobresale, Eizan toca la estatua lentamente, adquiere un brillo, al igual que su cuerpo. Enseguida siente como si su corazón se engrandeciera, su respiración se agita.
—Hijo, necesito que me ayudes con la venta, ha llegado mucha gente.
Eizan se sobresalta y retira sus dedos del relieve de la estatua del Lugia, el chico se limita a decir:
—Ya voy.
Avanza, mientras baja la mirada algo apenado.
—Espero que no me haya visto —piensa.
El día pasa, Eizan aun no puede mirar a su abuelo a los ojos por pena.
***
—¡Ya es hora Eizan! —grita el abuelo desde las escaleras para que su nieto se despierte.
El chico se estira, se viste y baja.
—¡Me tengo que ir, se me hace tarde.
—Pero ya te preparé el desayuno... Eizan.
—No importa, no quiero llegar cuando hayan cerrado el portón.
Eizan se aleja, por vergüenza a que su abuelo le pregunte algo acerca del suceso del día anterior.
***
Desde ayer que lo vi tocando la estatua, su cuerpo comenzó a brillar, fue entonces cuando entendí que mi nieto es una persona especial. Debo reconocer que eso me causó mucho temor, pero esa es la voluntad del Espíritu del Agua. Desde que nació supe que era alguien diferente, sufrimos mucho cuando sus padres murieron, fue entonces cuando sus poderes curativos se desarrollaron por completo, yo lo entrené, salvábamos desde Pidgeys que se habían estrellado contra lo cristales, o insectos a los que les faltaba una parte de su cuerpo, hasta animales que cazaban las personas.
Mi nieto ha crecido mucho, debo reconocerlo. Sé que un día partirá y me dejará aquí solo, es parte de nuestras vidas, no quiero que sea como su padre que nunca dejó que yo viviera solo y siempre me quiso tener con él.
***
—*¡¡Hola Eizan!!.
—¡Hola Squirtle! ¿cómo amaneciste hoy?.
—*Muy bien.
—Te traje unas galletas que hornee anoche, tal vez no te gusten, porque las hice yo.
Eizan entrega al Squirtle el paquete y este empieza devorar la comida.
—Me tengo que ir, se me hace tarde.
—Squidle squidle —grita el pokémon para despedirse con la boca llena.
******
"Una muestra de tu corazón lo puede solucionar todo".
*****
El Squirtle camina tratando de localizar la casa del amigo que una vez le dio apoyo cuando este estaba herido.
El pequeño atraviesa las complicadas calles. Llega hasta el santuario, una vez allí comienza a percibir el olor de la persona que busca.
Del santuario sale un viejo a barrer la calle mientras tararea una canción. En su boca tiene una de las galletas que horneó Eizan para él, Squirtle queda convencido de que esa es la casa del chico.
—¡Squirtle Squirtle! (¡Hola!).
—Hola pequeño.
—*¿Aquí vive Eizan?.
—Sí, yo también pienso que es un día muy caluroso.
—¡Squirtle Squirtle! —grita moviendo la cara de izquierda a derecha.
—*Voy a tratar de seguir platicando con este hombre hasta que llegue Eizan, porque yo sé que esta es su casa —piensa.
***
Las horas pasan y Eizan sale de la escuela, una singular felicidad se le nota en el rostro, ya que una sonrisa lo adorna .
—Fui el primero del salón, ¡sí! —grita.
Un pensamiento comienza a preocuparle.
—Hoy tengo qué descubrir lo que el Espíritu me quiere decir, nadie me lo impedirá.
Cuando se acerca a su casa puede ver al pequeño Squirtle charlando con su abuelo.
—¿Cómo diste hasta acá Squirtle? Eres muy inteligente.
Squirtle solo dice su nombre mientras pone el brazo derecho detrás de la cabeza.
Los tres pasan a la casa, mientras la hora de comer llega, los tres comen y llenan lo suficiente.
El chico se pone ropa habitual, dispuesto a ir al pasillo del lago.
—Espero que Squirtle no interfiera con mis planes.
—¿Squirt? (¿qué?).
—No que tienes que probar unos flanes.... que preparé.
Eizan sirve un plato con algo de flan al pokémon tortuga.
—Creo que eso lo mantendrá ocupado —piensa.
Eizan recorre el pasillo rápidamente, notando que el agua está llena de pétalos de cerezo, unos cuantos de ellos caen en su cabeza, mientras él corre.
—¡Ahí está la estatua!.
Eizan se acerca a la estatua, extiende su mano derecha, su dedo índice queda a un nivel más alto de los demás. Sus latidos se intensifican, mientras una gota de sudor corre por su sien.
La estatua comienza a brillar, el cuerpo de Eizan reacciona con el brillo. Enseguida puede notar como si el lugar se cubriera de agua, eso parecía una ilusión, pero tal vez no lo era.
Dos enormes ojos brillan enfrente de él, la sombra de un enorme dragón se alcanza a divisar a lo lejos, la figura negra brilla, mientras habla:
—Dame... una muestra de tu corazón.
—Gran espíritu, ¿eres tú?.
—Una muestra...
La escena cambia, el chico está en el santuario, pero de pronto puede ver que su abuelo está siendo atacado por varios pokémon.
—¡No!.
Las embestidas contra el anciano cada vez son más.
—¡Déjenlo en paz!.
Eizan se lanza contra los pokémon, agarra una vara para asustarlos, los pequeños insectos salen corriendo de allí.
—Abuelito, vas a estar bien, enseguida te restauraré la energía.
—Estoy... bien, no te preocupes por... mí.
—No, te voy a curar —el brillo en la punta de los dedos de Eizan cura a su abuelo.
Su abuelo desaparece, el santuario también se desvanece, y Eizan aparece allí con la punta de sus dedos tocando la estatua.
La estatua desaparece y el aura de un gran dragón azul aparece.
—Tú eres el que merece poseer mi espíritu.
El espíritu se introduce en el cuerpo de Eizan, este brilla de color azul y empieza a levitar un poco.
En un árbol cercano, Isis y Iris observan el acontecimiento.
—El espíritu te ha escogido hijo —dice el abuelo que vio todo lo sucedido.
—Abuelito... este yo.
—No necesitas darme explicaciones, no cabe duda que eres más especial de lo que yo pensaba.
En la mano de Eizan aparece un guante de cuero de color blanco amarillento, con un cristal de color azul en la parte contraria de la palma y rodeado por piedras de color dorado.
De donde estaba la estatua comienza a brotar un chorro de agua brillante, Eizan la toca y su piel adquiere un brillo, la fuente forma una refrescante brisa.
—¡Es el Agua Sagrada! —gritan los dos, los festejos no terminan ese día; Squirtle, el abuelo y Eizan están muy felices.
Otro guerrero ha aparecido, el guerrero del agua y de la lealtad. El legendario espíritu de Lugia lo ha escogido para que junto a sus demás compañeros cumpla su misión.
Fin del capítulo...
Bueno, un capítulo más se ha ido, ojalá les haya gustado, porque gasté mucho tiempo haciéndolo, aunque disfruté mucho.
